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La contraseña de tus labios. por yonggon

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Notas del fanfic:

Hola ;A; ♥. Esto es bastante estúpido y no me gustó, pero quería escribir y idk. Conste que lo revisé, así que espero que no haya ninguna falta ni nada jojó ♥.

 

/huye.

Este es el caso: a Minseok le gusta Jongdae y a éste le gusta Minseok. Se encantan y todo aquél que los vea juntos, nota la tímida pero obvia atracción entre ambos.

 

Sin embargo ninguno de los dos se hacía cargo de lo que sentían por el otro, es decir, salir de la zona de amistad estaba muy lejano, demasiado. Y teniendo a un idiota egocéntrico como Jongdae de mejor amigo y casi algo más, hacía que Minseok buscara formas de evitarle, porque aunque daría la vida por él, Jongdae es tan terco que seguro si le dice algo respecto a sus sentimientos se ríe en su cara como si se tratase de una broma.

 

Aunque a veces… a veces… todo se salía de control y tenía a Jongdae apegado a su cuerpo con un fuerte abrazo, y su respiración chocando con su cuello, abrazándolo, acariciándolo y pidiendo a gritos ser devorado.

 

Pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso, y necesitaban ese “empujoncito”.

 

Sin embargo, ahí estaban, mirándose a los ojos debatiendo quién se llevaría a casa a quién, tratando de descifrar esos ocultos sentimientos del otro, intentado un acercamiento más. Sólo uno más.

 

Y Jongdae ganó, él sería quién lo llevaría a casa. Sabía que su acompañante no había pasado un buen día, sus ojeras lo delataban, y la pastosa voz que tenía no era característico de él. Para nada.

 

—Y después me dices que yo no presto atención, ¿eh? —Minseok le reprendió, sabía que Jongdae tampoco estaba en uno de sus mejores días. Él jamás ganaba en la batalla de “quién-llevaría-a-quién”. Y todo era un problema.

 

Porque él quería y necesitaba de Jongdae. Y ahora que él lo llevaría a casa, no sentiría más su esencia hasta el otro día, su risa, su cabello, esas manos recorrer sus mejillas.

 

Se sentía mal por no tenerlo, y los pensamientos retorcidos sobré él y Jongdae lo estuvieron aturdiendo una vez más. No puede decirle que lo quiere… no aún, su corazón lo dice, lo aclama, lo siente.

 

—¡Películas! ¿Qué tal?

—¿Eh?

—Que veamos películas, no es tan tarde y mañana no hay nada que hacer, ¿qué tal? —sonrió de lado.

—Pues, no lo sé…

—Vamos, no seas aguafiestas, Jongdae. Nunca te haces al rogar, además si te hubiesen invitado a alguna fiesta a estas horas estarías ligado ya con alguien ¿o me equivoco? —Minseok mordió su labio inferior, aguantando las ganas de retarlo y acorralarlo contra la pared, torturándolo con sonoros besos por su cuello y… Dios, eso es demasiado para la mente de Minseok.

—Cállate.

 

Jongdae aceptó la invitación. Pero sabía que no verían ninguna película, Minseok cocinaría, y luego dormiría como lo es siempre.

 

Esa es la rutina de los viernes.

 

De todos los viernes.

 

—Eh, Minseok abre la boca ahí va el chucu-chucu—Jongdae con ciertas mejillas carmesí trataba a su acompañante como siempre quiso tratarlo, como un  bebé. Y es que le encantaba ver las mejillas sonrosadas de Minseok, y cuando mordía su labio inferior molestándose con él le hacía morir de ternura.

—¿Chucu-chucu?

—Sí, ahora traga, vamos Minseok. ¿No me vas a dejar con la mano estirada, o sí?

—Hm, te dejaré con la mano estirada. Además, mis labios tienen contraseña. Tontito—le mostró la lengua. Vaya que actuaba como un crío.

—¡Eres un patán!

 

Jongdae de alguna forma u otra terminó sentándose en el regazo de Minseok, comiendo helado de una forma provocativa, haciendo la mente de Minseok más indecente de lo que es habitual.

 

—Eres un bobo, ¿cómo que tus labios tienen contraseña? —rió dramáticamente.

—Tú no entiendes nada, Jongdae.

—Explícame entonces, soy inexperto en contraseñas…

—¿Qué estás diciendo? ¿Es una broma? Bien que devoras los labios de otras personas en fiestas, dudo que no hayan tenido contraseña, precioso—habló con recelo, en verdad creía que Jongdae le estaba tomando el pelo.

—No seas tontito bonito, ahora dime, ¿cuál es la contraseña de tus labios?

—¿Cuál es la contraseña de los tuyos? —contraatacó.

 

Y no se lo esperaba.

 

Sentía el corazón apretado, su respiración irregular y el pulso volaba por ahí. No sabía si responder o no, se sentía cohibido por su propio juego, y tener a Minseok en condiciones de ser besado no lo pasaría por alto, no señor.

 

—Tú.

 

Era ahora o nunca.

 

Y atacó sus labios con timidez. Por primera vez besó con precaución, con pavor y con cierto cosquilleo que hacía su corazón cálido y ardiente. Minseok estaba encantado de sentir esos labios tímidos posarse sobre los suyos y se sentía feliz, feliz por tenerlo a él a su lado. 

 

Jongdae—murmuró con dificultad—. Esa es la única contraseña de mis labios.

 

Jongdae quiso llorar, ¿cómo podía ser verdad? Él y Minseok amándose con fervor, y más encima en la cocina.

 

—Pedazo de idiota, eres todo lo que quiero ¿por qué no me dijiste esto antes?

—Cállate que mis labios se enfrían. Menos charlas y más besos ¿está bien?

 

Jongdae ardía, y sentía que no podía con aquél hombre.

 

Porque Minseok de alguna u otra forma lo ponía ardiente y eso le encantaba. Y aunque sabía que mañana tendría que dar explicaciones, estaba feliz porque sus sentimientos eran correspondidos y ahora Minseok sería suyo, sólo suyo y de nadie más.

Notas finales:

A los que leyeron esto y lo de arriba lol, gracias ♥.


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