- Hey Kyungsoo, no te quedes ahí parado l las palabras de Chanyeol me hacen volver a la realidad.
- Lo siento. Ese que está corriendo ¿Es el tal Kim Jongin del que todos hablan? – pregunté un poco sorprendido. Aquel chico les llevaba casi una vuelta de ventaja a sus oponentes.
- Sí, es él. Es un verdadero freaky de los deportes – comentó continuando su paso y llevándome con él – A todo esto ¿duraste sólo 4 meses con esa chica? ¿Estás seguro de que fue ella la que te dejó? – preguntó un tanto molesto conmigo, pues yo no podía decirle que no a nadie que se me declarara, y las relaciones eran más cortas que un suspiro. Chanyeol se empeñaba en decir que era yo él que las dejaba ir.
- Claro que fue ella la que me dejó – respondí de forma seca. Yo no tenía la culpa. No tengo nada que quiera hacer, no tengo ninguna celebridad que me guste, soy bueno en los deportes y en los estudios, y soy popular entre las chicas. No me quejo, pero tampoco tengo un propósito en la vida.
- Kyungsoo-shi ¿Puedo hablar contigo? – preguntó una voz femenina a nuestras espaldas. Se trataba de Chaeri, una alumna de segundo año. Le hice señas a Chanyeol para que me esperara mientras me dirigía a ella.
- Claro, Chaeri-shi – acepté con una amable sonrisa que hizo sonrojar a la chica que estaba frente a mí.
- Eh…Kyungsoo-shi ¿es verdad que ya no tienes novia? – mis ojos se dirigieron a alguien que estaba detrás de Chaeri. “Sus brazos, su espalda. Qué delgadez”. Mis ojos y mi mente recorrían aquella obra de arte de piel morena. – Desde hace tiempo yo…he estado interesada en ti…y bueno, me preguntaba si querías salir conmigo…- era imposible dejar de mirarlo.
- ¡Jongin-shi! Te está llamando el entrenador – una chica llegó hasta el sector que nos encontrábamos. Le agradecí mentalmente por hacerme volver en mí.
- Gracias – fue lo único que le dije a Chaeri antes de volver con Chanyeol.
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Aquella chica era muy bonita. Iría por detrás y la aprisionaría contra la pared para luego meter mi mano por debajo de su falda. Su cuerpo es tan delgado…
- Te estabas lavando en un lugar como ese, lo hacías para provocarme ¿cierto? – dije acariciando sus suaves muslos desde mi posición.
- De…¡Detente! – exclamó fuertemente una voz masculina.
- ¡¿Eh?! – grité despertando sobresaltado, con las sábanas húmeda.
Había tenido un sueño erótico y ese tal Jongin era el único culpable.
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Kim Jongin… No es tan bueno en los estudios, pero es excelente en los deportes. No es popular entre las mujeres, aunque su rostro…bueno, no está tan mal. No sé por qué…pero me molesta. Desde que lo ví, me he repetido cada día que debo parar de pensar en él. Hasta hace unos días Jongin era para mí sólo un punto negro corriendo en el campo.
No sé por qué me pasa esto, pero está mal, así que iré a verlo.
Estoy seguro de que sólo se activó un extraño interruptor en mi interior al ver la figura un poco sexy de Jongin…¡¿Jongin es sexy?! No, no, no. No puedo estar todo el tiempo excitándome por nada. Si pudiera hablar con él, me daría cuenta de que es un tipo sucio y vulgar como cualquier otro.
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Aquella mañana puse cuidado especial en mi arreglo personal. Incluso alisé un poco mi cabello para estilizarlo.
- Hoy estás muy atractivo – espetó Chanyeol apenas me vio.
-¿En serio? –
- Sí. Incluso yo que soy un hombre me enamoraría de ti.
- ¿E-en serio…? – mi voz sonó ahogada.
- ¿Qué pasa? Estás actuando extraño – y tenía razón. Yo estaba comenzando a adelantar su paso sin previo aviso - ¿Dónde vas? –
- A la clase de los de segundo – respondí sin voltearme a ver a mi amigo.
Pero cuando llegué a la puerta me di cuenta de que no tenía nada que decirle. Además, es la primera hora de la mañana. Si Jongin me dice algo como “¿Has venido a la escuela sólo por mí?” ¿Qué se supone que le voy a responder?
Se me pasó por la cabeza ir a verlo en el receso, pero no podía hablar de algo coherente con él en tan sólo diez minutos.
Ya está decidido.
Iría a verlo al final del día.
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Puedo hablarle de atletismo. “Vi los trofeos, eres asombroso. ¿Cuál es el secreto para correr más rápido?” No. Si le digo eso en el primer encuentro se asustaría y yo quedaría como un idiota.
¡Diablos! No sé que decirle, pero debo ir. Si no le hablo hoy, no podré habar nunca más en toda mi vida…
- Jongin… - sin darme cuenta estaba parado frente a la puerta de los de segundo en el momento exacto en que Jongin abrió la puerta.
¿Qué estaba haciendo yo aquí? Los ojos del moreno me habían dejado completamente hipnotizado.
- ¿Me buscabas a mí? ¿Qué quieres? – preguntó de manera cortante.
Por suerte, en ese momento vi mi salvación.
- Jongin ¿Podrías llamar a Chaeri por favor? Pedí bajando la mirada, sintiéndome realmente frustrado al no haber podido lograr mi objetivo.
- ¡Chaeri! Te busca este chico – y dichas estas palabras, se alejó por el pasillo.
Yo seguí hablando con Chaeri, sin embargo me moría de ganas de seguir a Jongin.
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Soy el ser más insignificante de este mundo. No fui capaz de articular palabra frente a un hombre.
Hoy ni siquiera sentí ganas de tocarme. Estoy seguro de que si lo hubiese hecho habría estado pensando en Jongin.
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- Yo no sirvo para esto – le dije molesto a Chanyeol - ¿Por qué tengo que ser parte del comité ejecutivo del festival escolar?
-Porque estabas dormido en la votación que hizo el encargado de la clase – respondió con una sonrisa de oreja a oreja y me empujó dentro del salón donde nos reuniríamos los del comité.
Lamentablemente mi cuerpo s demasiado pequeño en comparación al de mi amigo, por lo que choqué con una de las personas que estaba en el interior.
- Lo sien… - Las palabras no alcanzaron a salir por completo de mi boca.
Esto…esto es…no me digas que esto es una casualidad.
Ahora tengo un punto de contacto con quien tengo fantasías eróticas.
- Bueno, comencemos la reunión para la organización del festival escolar. Para comenzar, vamos a decidir cual será el tema principal. La frase lema de este año es “adolescencia en luz”. Así que… - la voz del profesor quedó opacada por los gritos de las chicas.
- - ¡Un show de modas! –
- - ¡Que buena idea! –
- - ¡Una casa embrujada! –
- - ¡Que buena idea! –
- - Disculpen…- me quedé viendo embelesado a Jongin que comenzaba a hablar – Eso no tiene nada que ver con la frase lema –
- - ¡Un laberinto! -
- - ¡Que buena idea! –
- - ¡Una obra de teatro! –
- - ¡Que buena idea! –
- - Propongo una exposición fotográfica – La voz de Jongin se hizo escuchar nuevamente – Pidámosle al club de fotografía que nos den fotos que tengan que ver con la adolescencia y después las ponemos en un panel. ¿Qué les parece? –
- - Eso no lleva mucho trabajo –
- - Y tiene que ver con el lema –
- - Y no lleva mucho trabajo –
Se escucharon esos murmullos por parte de los hombres que se encontraban ahí.
- - Yo estoy muy ocupado con las actividades del club, no quiero que hagamos algo que me demande mucho tiempo. Si están todos de acuerdo con lo que dicen las chicas, lo haré, pero sólo podré colaborar en el horario de estas reuniones – sentenció Jongin.
- - Y ese ¿quién se cree que es? – era el comentario general de las chicas.
Estoy demasiado feliz, ¡Las chicas odian al chico del que estoy interesado! En ese momento se escuchó la campana.
- - Ah, lo siento. Yo me voy. Si deciden algo me avisan – dijo, y tras esas palabras, salió dando un portazo.
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Al final, se decidió por el desfile de modas, y como Jongin no estaba presente, le designaron la parte artística, lo que era un trabajo demasiado dura para una sola persona. Y con esa escusa y tratando de no parecer demasiado desesperado, me ofrecí a trabajar con él.
- - ¿A ti también te tocó la mala suerte? – preguntó Jongin el día que nos reunimos en la sala de artes. No sabía como responder, así que simplemente me encogí de hombros tratando de no darle importancia al asunto.
- - ¿Me pasas el martillo? – pregunté evitando mirarlo – Por cierto, soy do Kyungsoo – me presenté.
- - Y yo Kim Jongin – respondió pasándome el objeto.
Es mucho más fácil hablar con él cuando tenemos trabajo en común. Estoy feliz, pero no es bueno para mi corazón.
- - ¡Hey, Kyungsoo! – dijo a la media hora de trabajo. Yo iba a responder, pero justo en ese instante sentí su barbilla sobre mi hombro y su pecho pegado a mi espalda - ¿Cómo se hace esto? – preguntó y su aliento chocaba contra mi piel y mi cuerpo comenzaba a hiperventilarse.
- - Ah…aquí…aquí tienes que poner dos tablas – respondí tratando de sonar normal.
Jongin es tosco y callado, pero cuando se acostumbra, es increíblemente pegado a uno.
Cinco minutos después nos encontrábamos nuevamente en la misma posición.
- - ¿Y aquí? - ¡Dios! Suéltame…no, mejor no me sueltes.
Jamás lo vi comportarse de esta manera, y eso que lo estuve observando (acosando) en estos días. Si sigue así, me hará sentir que es así de cercano sólo conmigo.
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Dos días después de eso vi a Jongin sentado junto a la pista de atletismo y su semblante no lucía muy bien.
- - Jongin, ¿Por qué tan decaído? – pregunte preocupado.
- - Desde la clasificación del intercolegial no he mejorado mi récord para nada. Esta es una escuela estatal y el entrenador es sólo un profesor de gimnasia, no me da consejos para mejorar. Tampoco tenemos un gimnasio como las escuelas privadas – declaró molesto.
Mientras veía a Jongin bañado en sudo pensé que sería el momento adecuado para tomar ventaja. Podría acariciarle la cabeza para consolarlo y decirle palabras dulces al oído. Pero…
- - No es que hayas estado en una escuela estatal desde ayer ¿o sí? No vengas a lloriquear ahora. ¿Crees que podrías mejorar sólo por estar en una escuela privada? Tú has llegado a los intercolegiales corriendo en esta pista sin iluminación. Sigue corriendo y punto – y dicho esto, di media vuelta y abandoné el lugar.
- - ¡Lo haré aunque no me lo digas! – lo escuché gritar a lo lejos.
Antes no cruzábamos ninguna palabra y ahora puedo hablarle cuando quiera. También recuerda mi nombre y se ha encariñado conmigo.
Por eso puedo conformarme sólo estando así. No quiero que se rompa lo que tenemos ahora. Prefiero que nos quedemos como estamos, seremos sólo amigo. Así es mejor.
Mucho mejor.
Pero ha decir verdad, el guardar este secreto también es triste.