¿Yobuseo?
POV TAE
Aquel timbre molesto sonaba reiteradamente sobre mi mesita de luz, cansado de todo ese molesto sonido me voltee resignado, no iba a parar. Unos minutos, solo eso pude pegar mis ojos en un limitado lapso. Abrí mis ojos desganado deseando que ese insistente sonido parara de una vez, pero… estaba seguro que no iba a ser así.
Camine sumamente lento hasta tomar mi móvil, ese niñito era tremendamente insistente. Sonreí al ver las imágenes que me enviaba. En una era el sonriente y la otra algo impaciente, la última era el “dando su cabeza contra la pared” y en el pie de la foto decía
¡Hyung~! ¿Por qué no me responde?
Sonreí enternecido por la siguiente imagen, era él haciendo un hermoso puchero. A ese niño lo había conocido por mensajes, alguien le habría dado mi móvil y el me contacto enseguida. Primero se me hacía molesto, pero luego me di cuenta que era sumamente tierno. Por casualidades de la vida, termino siendo mi vecino. Cada vez que me ve me llama “Hyung~” con esas lindas sonrisas y se cuelga de mi cuello haciendo muchas caritas sumamente enternecedoras.
Tenía una llamada entrante.
— ¿Yobuseo?—hablé sumamente “sorprendido” por esa repentina llamada.
— ¡Hyung!~
— ¿Qué ocurre Kim Kibum?—Hable actuando mi fastidio, era imposible enojarme con él en un momento así, bueno… nunca podía enojarme con él.
—Es qué, escuche que habían disparos
— ¿Disparos?—pregunte
—Sí, estaba en mi cuarto y escuche muchos PumPum~ y creí que estabas herido.
— ¿Y puedo saber por qué se te cruzó a la mente que yo estaba en esa odisea?
—Es que… hyung es muy rebelde—escuché su pequeña carcajada.
—Pero tampoco cómo para irme de malote por ahí—me sentí herido, él tenía una idea errónea sobre mí.
—Lo entiendo hyung~—y susurró un “te quiero”
—Yo también Bummie, mucho.
— ¿Mucho, mucho?
—Sí, mucho…
— ¿Hasta dónde?
—Hasta el infinito y de regreso—sonreí sacando mi lado cursi
—Yo te amo hyung~—sentí mi cara enrojeces
—Yo también, mi gatito—y se podría decir que somos una típica pareja de adolescentes.
—Nya~ hyung~ me voy porque Minho Appa me quiere quitar el celu—reí internamente— ¡AHH! Appa, Tae~ no dejes que Appa me aleje de ti.
—Pequeño demonio, es hora de dormir…—escuche al papá de Kibum regañarle.
—Adiós hyung~ nos vemos mañana—carcajeo y sentí un golpe, cómo lo sospeche Kibum le había aventado algo a su padre.
Y luego de eso la llamada se colgó, miré al reloj y note que eran las doce de la noche. Camine resignado hasta la cocina, no podría pegar un ojo luego de escuchar la vocecita de Kibum. Tome el cartón de leche y tome de la caja.
— ¿Taemin?—sentí la voz de mi hermano
—Oh, lo siento hyung ¿le desperté?—dije guardando de nuevo la caja en la heladera y cerrándola.
—No, tranquilo…—sonrió— ¿no puedes dormir?
—La verdad que no—reí al recordar quién hizo que mi sueño se desvaneciera por completo.
— ¿Kibum?—enarcó una ceja
—Sí, en verdad es muy… cómo decirlo
— ¿Molesto?
—Eso suena grosero…
—Tan solo es un niño de catorce años, quiere estar al pendiente de ti…
— ¿Pendiente?
—Sí, que no le metas el cuerno.
—Nunca haría algo así mientras salgo con el niño más bonito de la faz de la tierra.
—Cállate, que mi Dubu es un niño bonito
— ¿Niño? Tiene cómo cuarenta años—le mire curioso, aún que, en realidad, Onew tiene 30 años.
—No importa, incluso parece más joven que yo—se sentó en los taburetes de cuero color caramelo mientras tenía una lucha mental.
—No te martiries, estoy seguro que Onew te ve cómo todo un macho pecho peludo—sonreí guiñándole el ojo. Palmee su hombro y volví a la habitación.
Me volví a dormir, sonreí pensando en el hermoso Kibum. Realmente, me desalentaba ser cuatro años mayor que él y estar a punto de terminar el instituto.
Pero feliz, luego de que él terminara el colegio podríamos tener un buen romance, escaparnos a Europa y vivir aventuras románticas.
Me dormí con el rostro de Kibum en mi mente, era tierno y muy dulce. Su sonrisa irradiaba pureza y me encantaban esos labios acorazonados.
~*
—Ah…~ Hyung~—gimió Kibum en mi oído
—Mmh, ya me vengo—dije llenándolo de mí en su interior.
~*
Desperté con una gran erección y todo por ese pequeño. Si supieras todo lo que produces en mí, le hablé al viento cómo si Kibum estuviera escuchándome. De seguro era un inmenso pervertido, pero… al solo rozar nuestros labios deseaba más de él, Aún que sabía que debía esperarlo.
Camine vagamente hasta el cuarto de baño, dónde me despoje de mi pijama notando cuán húmedo se encontraba mi ropa interior. Suspiré resignado, me metí bajo la lluvia artificial fría y deje que esta hiciera lo suyo y se llevara mi calentura, porque no me tocaría pensando en mi dulce e inocente Gatito.
— ¡Mierda!—me queje al ver el reloj, solo faltaban 10 minutos para irme y escuche la vocecita de Kibum llamarme por su ventana. Me seque completamente y me rodee con una toalla, camine hasta la terraza, la cual coincidía con la habitación de Kibum.
— ¡Hyung se hace tarde!—escuche que dijo, se volteo y vi su rostro completamente sonrojado.
— ¿Qué pasa?—pregunte fresco
— ¿¡Y su ropa!?—sus mejillas estaban completamente asalmonadas, ese rosita que te hacía querer morderle los cachetitos.
—Me di una ducha… no veo porque debería ducharme con ella—reí al ver su vergüenza.
—Ya… ya veo—bajo su mirada—cuando se cambie lo iré a buscar—habló quedito.
—Bien—me adentre a mi habitación mientras tomaba mi uniforme y me lo colocaba. Baje las escaleras y tome una leche de banana para mí y una de fresa para Kibum. Salí y vi a Bummie sentado en las escaleras del pórtico de mi casa.
—Ten—le dije alcanzándole el lácteo de fresa
—Gracias hyung—me sonrió mientras bebía de su lechita—Es un día muy bello ¿no lo cree?—me preguntó.
—Sí lo es, pero no te supera en lo bello—le sonreí, me miro y se sonrojo devolviendo su vista a su lechita de fresa
—No diga esas cosas h…hyung
No dije nada, solo sonreí. Me encorve un poco quedando a su altura, levante su mentón y deje un besito en sus acorazonados labios con sabor a frutillas. Le miré y vi su rostro aún más sonrojado que antes.
— ¡Bien!~—su voz se quebró—debo irme—salió corriendo hasta adentrarse a su instituto, yo seguí mi ruta invisible por el parque hasta llegar a mi instituto, el cual quedaba a unas cuadras del de Kibum.
POV KIBUM
Entre agitado al salón de clases, mis mejillas aún no volvían a su color natural. Sentía mi corazón querer escaparse de mi pecho. Me senté en mi lugar.
— ¿Qué pasa Bum?—me pregunto mí mejor amigo heechul.
—N…nada ¿po…po-porque?—sonreí incómodo.
—No me digas que nada, vi cómo tu novio te besaba—me dijo sonriendo— ¿acaso eso te avergüenza?
—¡No!... Bu...bueno, sí… un poco—admití sintiendo mis mejillas enrojecer otra vez.
—Aigo, nene… sabes que es normal que los novios se besen ¿no es así?
—Sí, y lo entiendo…
— ¡Muy bien clase, es hora de empezar la hora! Saquen su libro las crónicas de…
~
La dos primeras horas de clase pasaron lentas cómo siempre, era el primer receso y estábamos en unos de los salones del edificio antiguo, dónde solo estábamos Kevin, Heechul y yo. Estábamos hablando de nuestros novios, obviamente Taemin es el mejor. Tiene abdominales de chocolate, lo se porque esta mañana fue testigo de ellos, los vi y Ahh~ mi modo fangirl se activó.
— ¿Por qué te pones rojo Kibum?—me pregunto Kevin curioso, aleje mi vista de él y negué levemente con la cabeza.
—Este niño, no tiene caso—agregó Heechul.
POV TAE
— ¿Yobuseo?—respondí
— ¿Hyung~?—escuché la vocecita de Kibum
—Sí, ¿Qué ocurre?
—No me venga a buscar, iré a la casa de un amigo…—hablo tímido
—Está bien, nos vemos mañana entonces—dije algo desilusionado
—Sí, mañana nos vemos—escuche las risitas de sus amigos… realmente Kibum era un caso serio.
Camine solo hasta mi casa, me despedí de mi amiga piedra, quién me había acompañado a las patadas hasta el porche de mi casa, dónde la deje en una montaña de rocas que había en el jardín.
Tiré mi bolso en el sillón, camine hasta la cocina dónde me prepare un rico sándwich de jamón y me dirigí a mi habitación a comerlo en paz.
Eran las dos de la tarde y no tenía nada que hacer, usualmente luego de clases estoy con Kibum vemos películas o hacemos postres, a veces leemos mangas y jugamos a la consola… pero sin Kibum, ¡Todo es aburrido!
Pensaba en llamarlo pero… si él quisiera hablar conmigo mi hubiese llamado ¿verdad? Quizá y le moleste mi llamada, tal vez le sea fastidioso y crea que no le tengo confianza suficiente, o tal vez piense que soy un paranoico… ¡No, claro que no lo soy! Tengo la confianza en que está en la casa de su amigo, ¿y si era mentira? Tal vez unos malos le dijeron que diga eso y lo secuestraron.
¡NO, mi Kibum! Eso no es verdad~ golpee mi cabeza contra la cama desasiendo esas estupideces de mi cabeza.
El timbre de mi móvil sonó, atendí sin ver quién era.
— ¿Yobuseo?—dije algo desganado.
— ¿Hyung~?—era la voz dulce de mi hermoso Kibum.
— ¿Qué ocurre bum?—pregunte curioso
— ¿Me podría venir a buscar al mercado de doña BoA?
—Sí, ¿pero qué ocurre?
—Un hombre me está siguiendo, esta… está ahí afuera y tengo mucho miedo—sentí como su voz se quebraba.
—Quédate ahí, no tardaré mucho.
Tome mi chaqueta y salí corriendo de mi casa, en curses de auto me lance cómo vil demonio, realmente me importaban poco… pero quería que mi gatito este a salvo.
Llegue a la tienda, vi en la acera de enfrente a un hombre muy sospechoso. Entre en la tienda y busque a Kibum, estaba en la sección de dulces.
—Hyung~—me abrazo por el cuello apretándome fuerte.
— ¿Estás bien?
—Sí, con mucho miedo—dijo mirando al suelo—pero eso se resuelve con una leche de fresa ¿me compras una?—inflo sus mejillas y no pude negarme a esa mirada de cachorro mojado.
—Bien—admití mi derrota alzando bandera blanca, compre su lechita y nos dirigimos a mi casa— ¿tu papá?
—Oh, el… está en una cita a ciega con no se quien… realmente no me interesa. ¿Puedo dormir esta noche contigo?—armo un aegyo mortal para mí, sus mejillas levemente rosadas y sus ojos brillosos.
—Bien, pero no nos dormiremos tarde.
—Está bien—se quejó entrando a mi casa haciendo pataletas al aire.
— ¿Tienes hambre?
— ¿Cocinaras para mí?
—Sí…
— ¡Yeih!—festejo corriendo hasta el sofá—esperare aquí—comento y encendió la tv.
~
La cena con Kibum fue deliciosa, más aún cuando se ensuciaba con salsa en su perfecto rostro. Nos dirigimos a la sala para ver tv, él estaba mirando atentamente hasta que, me miro y se sonrojo.
— ¿Qué ocurre?—pregunte
—Nada…—afirmo algo ¿nervioso?
Deje de pensar y me concentré en la tv.
Vi como Kibum se sentaba en mis piernas y apoyaba su cabecita en mi pecho observándome detalladamente, le mire y sonreí. Sus cachetes estaban en un rojo llama.
—Hyung~…—empezó a jugar con sus dedos en mi pecho.
— ¿Qué ocurre, gatito?
— ¿Está mal hacer esas… esas c…cosas?—me miro a los ojos. No entendía a lo que se refería.
— ¿Qué cosas?
—Mis amigos… me dicen que hacen cositas con sus novios, y tú no lo has hecho conmigo—hizo un puchero.
— ¿Qué hacen tus amigos?
—Juegan con sus novios
— ¿Jugar? ¿Qué juego?—note su sonrojo hasta sus orejitas, sabía lo que quería pero no haría nada hasta que él lo pidiera
—Mmm…—me miro dubitativo. Vi cómo se sentaba a horcajadas sobre mí y me miraba apenado. Lleve mis manos a su cinturita, para que no callera—es vergonzoso decirlo…—mordió su labio inferior.
Sonreí, era muy tierno y hasta en momentos así.
Deje de pensar y me abalance sobre sus labios, agradecía a Jonghyun que se fuera con Jin Ki. El me abrazó por el cuello y seguía mi beso cómo podía, me separé y vi como intentaba recuperar su oxígeno.
—Hyung~… tócame—dijo llevando mi mano a su cuerpo.
— ¿Enserio quieres esto?
—Sí, hazme… hazme el amor—pego su cabeza a mi pecho, solo lo separe cuidadosamente mientras tomaba su cuerpo entre mis brazos y caminaba así hasta la habitación. Me senté en la cama con él en mis piernas, empecé a acariciar su trasero a mi antojo, sintiendo la suavidad de este sobre la tela de su uniforme.
Lo recosté en la cama cuidadosamente, y me coloque en medio de sus piernas, tome sus labios prisioneros, los besaba lentamente sintiendo los sonidos tan ricos que hacían entre beso y beso. Lleve mis manos a sus costados acariciando todo su torso lentamente, me dedique a desabotonar su camisa. Botón a botón, sin asustarlo. Quite su corbata y la tire lejos de allí.
—Mmh… hyung~—se quejó
Mis besos iban recorriendo todo su rostro, llegué a su cuello que se veía tan apetitoso y empecé a dejar besos y alguna que otra marca allí.
Lleve mis dedos a su tetilla, acariciando levemente con mis dedos. Lleve mi boca a uno de esos botones rosados, lamí lentamente degustando aquel dulce sabor.
—Ah. . . ¡Hyung…~!—gimió agarrando mi cabello entre sus dulces dedos.
Sonreí, bese sus labios. Me acomode y quite mi camisa, volví a atacar sus pezones hasta que estuvieron completamente erectos. Sentí cómo su miembro crecía a medida que estimulaba todo su cuerpo, quite su pantalón lentamente para no asustarlo.
Masajee su pene por encima del bóxer, estaba húmedo, de arriba hacia abajo viendo cómo su rostro se deformaba por el placer.
—Mmm… tan sensible— susurré en su oído
—Mghh…
Baje mi lengua hasta su ombliguito degustándolo, baje hasta su bajo vientre y seguí el camino invisible hasta su pene. Lo lamí y oprimí un poco la punta viendo cómo aquel líquido viscoso salía de su punta. Introduje su miembro por completo en mi boca lamiendo todo a su paso, ahuecando mis mejillas para una máxima presión.
—Ahg, ¡ah…! ¡Ah!...—gimió en mi oído—hyung… alg...algo qu...quiere salir—me aviso, hice mas presión y sentí su dulce esencia en mi boca.
—Dulce…—lamí la comisura de mi labio.
Quite toda mi ropa y me dedique a hacer traviesas caricias en todo su cuerpo. Abrí sus piernas y le di a que lamiera tres dedos, el lamio gustoso. Aquella imagen de él lamiendo mis dedos era tremendamente excitante.
Introduje uno, él estaba excitado por lo cual no le dolería mucho. Mientras estimulaba su falo introducía ese dedo una y otra vez, su ceño se fruncía y de su boca semi-abierta se escurría saliva, Una imagen completamente erótica.
El segundo dedo se encontraba haciendo su trabajo, lamí mis labios. Introduje el tercero, un gemido más audible se hizo presente, vi cómo llevo su mano hasta la mía y empezó a moverla.
— ¡Ah. . .! ¡Más! ¡Oh, hyung~!
Saque mis dedos y vi su mueca de desconformidad, tome mi miembro y lo pase entre sus nalgas. Abrí más sus piernas e introduje mi pene en su estrecha entrada, tan húmeda y caliente.
—Ahh~—sus manos acariciaban mi abdomen con detalle.
Empecé un lento vaivén, sintiendo por completo su estreches. Sus gemidos se intensificaban y me pedía más y más. Sus peticiones eran mis órdenes, incremente mis estocadas.
— ¡Ahí! Hyung~ ¡Se siente rico…! ¡Mghh!—gimió en mi oído.
Daba una y otra vez en su punto dulce, el cual cada vez que oprimía el me regalaba eróticos gemidos y pedía más.
Su cuerpo vibro y vi cómo su semilla se desprendió. Sin pensarlo su estreches me lleno y me vine dentro de él.
Solo nos dijimos Te amo mutuamente y nos dormimos.