"Kim Kibum y familia;
Los señores Kim tienen el honor de invitarlos al enlace matrimonial de su hija Kim Hyeyeon con Lee Jinki el sábado once de agosto a las tres de la tarde en la iglesia parroquial del Evangelio Pleno de Yoido"
Soltó un suspiro y miró aquella invitación de color rosa pálido en sus manos, estaba feliz porque al fin su amigo había podido conseguir que Hyeyeon, su novia y futura esposa y madre de sus hijos, le diera el sí, esperaba ir con ansias a aquella boda y poder ver a su amigo siendo al fin feliz por estar a lado de aquella chica que por años había amado en secreto y el lo había escondido por el simple hecho de que ella era su hermana, se podía decir que él era como su hermano y verlo parado allí sería como su propia felicidad envuelta en un diamante en bruto, pero había algo que le incomodaba de todo ese asunto, y tenía como nombre dos simple palabras, Choi Minho.
Su ex y padrino de la ceremonia.
Ese maldito arrogante y pedante chico que alguna vez fue su pareja, alto, con grandes músculos, un cuerpo de súper modelo de la NBA, ojos grandes, cabello pelinegro y un, un gran paquete allí abajo. No le incomodaba el que asistiera, le incomodaba que respirara el mismo aire que él y por su fuera poco, no tenía un acompañante para ir a la boda, porque sí, él era gay y su familia lo aceptaba con mucho entusiasmo, sobre todo su madre, que alegaba tenía que darle nietos algún día y él para nada se oponía, él problema en todo este asunto era que él, ¡El gran Kim Kibum!, no podía ir sin un acompañante y tenía que pensar rápidamente en una solución si no quería que pensaran que él era una persona tan cerrada en el amor, como se lo había dicho Minho antes de terminar, y que se negaba a tener una pareja con la cual compartir todos sus momentos y que lo sacara un rato de su encierro llamado trabajo.
Sus padres siempre lo habían apoyado, pero aseguraba que gran parte de su familia hablaría mal de él si no llevaba una pareja y sus padres no podrían hacer nada por él, su hermana seguramente le daría un sermón completo acerca de que todo el mundo necesita un compañero y Jinki seguramente se burlaría de él, pero había que aceptarlo, si quería dejarle en claro a su ex que no era ningún "cerrado en el amor", tenía que llevar a alguien. No quería parecer un urgido por pareja, pero sabía a donde recurrir en casos extremos como este.
Un periódico.
Aunque él dudaba que pudiera ayudarle, pero sabía que allí publicaban todo acerca de sociales, eventos del gobierno, noticias y anuncios de gente necesitada de una buena cantidad de dinero para pagar sus necesidades, allí se encontraba de todo, desde lo mejor, hasta lo peor y debía de admitir que él nunca había llegado a medida extremas y era bien sabido que él tenía varios chicos a sus pies, pero quería evitar que si les pedía el favor de ir con él vinieran contándole todo a Minho y él no quería eso, así que era mejor uno al que nadie conociera y pudiera mantener todo en secreto, y así de paso callarle la boca a su ex sin saber que él terminaría de otra forma.
"Acompañantes masculinos"
Leyó en aquel artículo del periódico. Hizo una mueca con su boca al verse en tan penosa necesidad, pero no le quedaba de otra, tenía un orgullo que mantener y el deber de cerrarle la boca a aquel maldito pedante moreno de Choi Minho y así presumirle que podía tener una pareja a todas horas y al momento que él quisiera, sabía que todo esto era un caso en verdad extremo y no se quejaba, pero a pesar de tener que llegar a aquella penosa necesidad sabía que eso le ayudaría de cierta forma en algo, no sabía como, pero lo presentía. Tachó algunos futuros candidatos afortunados en ser su acompañante, habían muchos, pero no le importaba como fueran, él solo quería una maldita pareja.
Siempre fue de esos niños al los que le importaba un cacahuate lo que dijeran de él, si era feo, bonito, con lindos mofletes, con hermosos labios, con una fea cicatriz en la ceja derecha, nada de eso le importaba, era un niño, pero con el paso de los años sus padres le enseñaron que siempre debía de tomar en cuenta los comentarios de la gente porque eso le ayudaba a uno a saber sus errores y empezar a corregirlos para no seguir cometiendolos, por ello en esos instantes se encontraba de esa manera, porque le importaba lo que la gente dijera en esos momentos de él y quería dar una buena impresión, por otro lado.
Se imaginaba a la ciudad y aquellas personas que no tenían que pasar por lo mismo que él en esos instantes, siempre le había gustado imaginarse a él mismo sin problemas aún a sabiendas de que eso sería imposible por el tipo de vida que llevaba. Se preguntaba si aquellas personas que transitaban en sus coches siempre serían así de tranquilas, era lo mas probable, al menos no tenían una vida como lo suya y nada de que lamentarse como él.
Dió un ultimo vistazo al periódico, y lo vio, no sabía porque sentía aquella extraña sensación al ver ese nombre, una sensación desconocida ante todos sus sentidos, pero sabía que él sería su falsa pareja en aquella boda.
Kim Jonghyun.
*~*~*
En aquel departamento minimalista que era de su propiedad pudo escuchar perfectamente cuando su teléfono de casa sonó y mandaba a aquella persona al buzón de voz.
"Hola soy Kibum, deja el mensaje y te llamaré"
No tenía tiempo de contestar, estaba bastante apurado y con los nervios de punta recorriendo todo su sistema nervioso desde su cuerpo hasta la mas mínima célula en su organismo, eso sin contar de que solo podía pensar en una cosa;
¿Qué tal si se descubría toda la verdad?
Negó, no podrían darse cuenta, su familia era muy estúpida en ese aspecto. Siguió lavándose sus dientes con tanta fuerza debido a los nervios, pero no podía evitarlo, de verdad que estaba muy nervioso y su reflejo en el espejo no ayudaba en nada.
"Hola Kibum, soy Kim Jonghyun, lamento no haberte llamado anoche, pero... recibí tus mensajes, todos, se que estas nervioso Kibum, pero para eso me pagan..."
"Contrate su cita"
Volvió a leer en aquellas revistas que aconsejan y te dicen como contratar una cita al tener ya al participante de esta.
"...Se me hizo un poco tarde y envíe a un mensajero a recoger mi boleto, y Kibum, deja de preocuparte, tu ex novio deseara nunca haberte dejado y tu familia creerá que estamos enamorados..."
Dejó de lavarse tan fuertemente los dientes y se miró en el espejo al oír aquellas palabras, si bien, lo de sus padres era cierto y lo de su ex no, no podía creer que estuviera engañando a su familia, por un momento quiso deshacer todo eso que se había planteado e ir sin pareja, pero no quería quedar en ridículo, estaba harto de que por culpa de Minho toda su familia pensara que él no creía en el amor y que era un ser frío con corazón de metal que no valoraba los sentimientos de las personas y sus pretendientes, estaba harto de todo eso.
"...Tú debes confiar en mi, te veo en el aeropuerto, ansío conocerte"
Siguió paralizado y hundido en sus pensamientos hasta que escucho el sonido de la llamada finalizada, se miró un poco mas en el espejo y el despertador en su cuarto había sonado anunciando la hora de despertar, claro que él se había levantado antes dado a que no podía dormir. Se limpió la boca de aquella pasta dental y se dispuso a arreglarse.
Abrió la puerta de su departamento mostrando aquella sonrisa un poco deformada debido a los nervios, pero no dejaba de ser linda y él lo sabía, muchos chicos se lo habían dicho en varias ocasiones. La bata azul que portaba daba a entender que recién había salido del baño, tenía prisa y no se fijaba en nada que no fuera en la boda y el chico nuevo al que conocería.
-Lo siento, estaba ocupado- dijo sin dejar de sonreír.
Dejó la puerta abierta y corrió rápidamente al mostrador y recogió de allí un sobre blanco con el nombre de "Kim Jonghyun" en un perfecta caligrafía y tinta negra, no sin antes hacerle con su dedo índice una señal de espera al hombre en su puerta, el mensajero solo lo veía con una cara seria y sin mostrar expresión ante su tan raro comportamiento de ese día. Metió un boleto en aquel sobre y lo selló rápidamente para así poder entregarlo de una buena manera.
Volvió a correr a la entrada y el entregó el sobre al mensajero, pero sin soltarlo, ambos lo tenían agarrado de una extremo cada uno, sería un estúpido si negaba que no estaba nervioso porque ese sobre fuera a dar a las manos de Jonghyun. Volvió a mirar al mensajero con una sonrisa mientras peleaba por quedarse con el sobre, ¿Qué diablos le estaba pasando?, él no era así, pero aseguraba que todo era culpa de Minho, el maldito siempre rondaba en su cabeza, él y la venganza para que supiera que podía ser bueno en el amor.
-ah, es un boleto de avión...- afianzó mas el agarre haciendo arrugar el sobre, pero él mensajero tampoco se quedaba atrás-. Para una cita, la mía- sonreía sin dejar de pelear por aquel pedazo de papel, internamente se maldecía por quedar en vergüenza con su actitud-. En la boda de mi hermana, en Daegu.
-Tiene que soltarlo- el mensajero señaló el sobre y ambos dirigieron su mirada al pedazo de papel.
Miró al mensajero de forma insegura.
-Tendrás que ayudarme- ¡Dios!, parecía una damicela en peligro.
El cartero tomó su mano que aún estaba firmemente agarrada del sobre y con una lentitud y desconcertación absoluta retiró su mano, observando que él no reaccionara como sus otros clientes, tomó la carta y su gorra y salió corriendo del lugar. Suspiró, era un idiota por creer que alguien como un simple mensajero le creería, se a de haber visto muy desesperado, que horror.
Rodó los ojos, cerró la puerta y corrió a cambiarse rápidamente, se quitó la bata en medio de su habitación, tenía mucha prisa, demasiada se podía decir. Se quitó sus pantunflas quedando solo en un camiseta color lila y su pantalón de pijama color blanco, fue al cajón de ropa y cosas, agarró su pasaporte y todo lo necesario para emprender marcha.
*~*~*
El mensajero bajó rápidamente las escaleras del edificio y se subió a su bicicleta, no sin antes colorcarse el casco, su mochila colgaba de su costado derecho y su bicicleta azul se movía a un buen ritmo, él solo se enfocaba en entregar aquel pasaporte, en esos momentos poco le importaba que se encontró con un tipo un tanto extraño en aquel edificio, solo quería entregar aquel pedido y recibir su paga por su servicio.