“Quiero hacer un nuevo trato contigo.” G-Dragon entró al enorme castillo y habló a la nada sabiendo que Grimhilde lo escucharía. “Tengo algo que podría interesarte.” Dijo mientras sacaba un enorme hoja de papel con polvo de hadas en el.”
“¿Que te hace pensar que necesito una hoja gigante?” La reina apareció en las escaleras y comenzó a bajar.
“No es una hoja cualquiera, mirala tu misma.” Jiyong paso su mano delante del papel y un pequeño anillo apareció. “¿No te recuerda algo?” Sonrió mientras sacaba el anillo de la hoja y se lo mostraba, dejando a la bruja más que sorprendida, parecía haberse congelado.
“E...Es... imposible.” Tartamudeo.
“No, no lo es.” Dijo divertido, realmente disfrutaba de jugar con la gente con la que hacía tratos. “¿No lo quieres?” Le preguntó mientras se probaba el anillo.
“¿Como?”Grimhilde no se podía creer aquello. “Es imposible, ni siquiera yo puedo hacer eso...lo sé, lo he intentado.”
“Tu no tenías polvo de hadas y una varita.” La reina se acercó para tomarlo pero el rubio volvió a meter el anillo dentro de la hoja.
“Déjame verlo, quiero ver si es real.” Gruñó ella con mal humor.
“Es real.” Contestó. “Dame el corazón de Seunghyun y te daré el anillo.” Le aclaró el trato. “Solo firma aquí en la hoja y será tuyo, no puedes sacarlo de aquí hasta que firmes.”
“Tsk.” Ella no lo pensó mucho. “Dame el maldito papel para firmar.”
“Claro.” Jiyong le dió la enorme hoja y una pluma que la reina ni se molestó en observar adecuadamente. “¿Donde esta el corazón de Seunghyun?” Preguntó mientras la miraba firmar.
Grimhilde terminó de firmar y entonces con ayuda de su magia apareció un pequeño cofre. “Aquí tienes.” Dijo sin pizca de felicidad. “Ahora si me permites, tomaré mi anillo.” Ella lo sacó de la hoja de papel y se lo puso. “Que...” La reina parecía furiosa. “¡este no es mi anillo!” Gritó y entonces trató de sacarlo pero fue inútil, aquella pieza no parecía querer salir de su dedo.
“No, no lo es, pero esta réplica suprime tus poderes.” Sonrió victorioso, pero a sabiendas de que aquel anillo no era lo suficiente para reprimir a la reina por mucho tiempo. Se acercó a ella un poco más y tomó su mano. “No te preocupes, estarás petrificada pero seguirás respirando.” Entonces desapareció de aquel lugar.
***
“¿Funciono?” Dijo un aterrada hada. “Dime que no nos matará.”
“Funcionó justo como lo planee.” Le sonrió. “Ella cree que robe una varita de hada, no te hará daño.” Dijo tomándola de ambas manos.”Muchas gracias azul.” Realmente estaba agradecido con ella, realmente parecía que quien había recuperado su corazón era el desde que estaba con Seunghyun.
“Es mi trabajo.” Replicó ella. “Ahora sobre tu magia...”
“Es verdad.” Asintió sin arrepentimiento. “Puedes tomar mi magia.”
“No voy a tomar tu magia.”
“¿Entonces?” El rubio no entendía porque le había dicho aquello sobre su magia si no la iba a tomar.
“Toma.” Dijo dejando en su mano una pequeña habichuela. “Entregale su corazón a Seunghyun y después usen esto para que comiencen de nuevo junto a tu hija.”
“¿Que pasara exactamente?”
“Solo voy a decirte que tendrás que estar dispuesto a perder tu magia y tus posesiones.” Le dijo ella. “Pero solo necesitas a tu hija y a Seunghyun ¿no es así?” Lo miró fijamente a los ojos. “Se que harás lo correcto Ji, has cambiado.” Le sonrió antes de irse de ahí.
***
“¡Seunghyun! ¡Dambi!” Gritó apareciendo en su castillo.
“¿Qué ocurre?” Preguntó Seunghyun. “Dambi esta durmiendo.”
“Recuperé tu corazón Seunghyun.” Le sonrió mientras abría la caja.
“Ji... ¿como lo conseguiste?”
“No importa, es hora de que lo pongamos en su lugar.” Sonrió dulcemente al príncipe. “Dolerá un poco...¿estas listo?” Seunghyun asintió.
Jiyong tomó el corazón que destellaba por la magia en el y lo acercó al pecho del príncipe, para que en un rápido movimiento lo introdujera, atravesando el cuerpo de Seung provocando que este gimiera de dolor.
“¿Que le haces al príncipe?” Dijo una pequeña voz asustada.
“D...Dambi... n..no es lo que crees.” Se excusó sacando su mano rápidamente. “Solo le devolvía su corazón.” Dijo para acercarse a ella pero la pequeña se alejo con miedo.“Dambi..yo jamás te lastimaría a ti o a Seunghyun.” Pero entonces el mayor cayó al suelo. “¿Seunghyun?” Jiyong se asustó sin esperar aquello.
“Lo mataste...eres malo...”
“No, no lo maté..Dambi, tienes que creerme.” El rubio iba a colapsar, no quedaba mucho tiempo antes de que la reina fuera por ellos. Acercó su oído al pecho de Seunghyun y escuchó los latidos, el príncipe solo estaba inconsciente. “Dambi..por favor..tienes que confiar en mi.” Se dirigió a la pequeña. “Tenemos que irnos.” Le dijo pero la niña negó con miedo. “No puedo irme sin ti, por favor Dambi, el príncipe esta bien, vamos a irnos los tres ¿eso quieres saber?” Jiyong sabía que si la niña no estaba dispuesta la habichuela podría llevarla a otro lado. “Por favor, ven, eres mi hija, no puedo abandonarte.”
“¿A donde iremos?” La pequeña arrastró su oso de felpa.
“A un lugar sin magia.” Contestó el mago.
“Esta bien.” Sonrió la pequeña mientras abrazaba a Jiyong y este correspondía el abrazo.
G-Dragon movió el cuerpo de Seunghyun, haciendo que su rostro quedará descansando sobre sus piernas. No estaba muy seguro de aquello, perder su magia, su castillo, todas sus pertenencias no era su idea máxima de felicidad. “¿Papá?” Lo llamó la niña. El la miró y supo que estaba haciendo lo mejor.
“Toma.” Dijo dándole la habichuela. “Tirala debajo de nosotros.” Le indicó para asegurarse de que ya no hubiera marcha atrás y que se arrepintiera. Dambi tiró entonces la habichuela y un enorme vórtice se abrió debajo de ellos. Jiyong sujeto fuertemente a la niña.
***
Jiyong abrió los ojos como si de una pesadilla se tratara y entonces miró a su alrededor. Estaba en una pequeña habitación que no lograba reconocer. Su cabeza le dolía como si lo hubiesen golpeado hasta quedar noqueado y no lograba recordar absolutamente nada, cosa que le asustó aún más. Trato de ponerse de pie pero unas bandas atadas a sus muñecas y tobillos se lo impedían provocando que se aterrorizara y comenzara a gritar.
“Tranquilícese señor.” Una chica vestida con una camisa y pantalones blancos entró rápidamente.
“¡¿Quien eres tu?!” Le pregunto. “¡¿Donde estoy?!”
“Respire, por favor tranquilícese.” Le pidió la chica. “Esta en el hospital Budang de la universidad de Seúl” Contestó ella. “¿Puede decirme como se llama?”
Jiyong la miró asustado. “¿Hospital?” Repitió. “¿Universidad?” El rubio nunca había escuchado esas palabras. “Por favor suélteme.” La chica asintió.
“Me llamo Sunmi.” Dijo ella. “Soy enfermera aquí, esto es un hospital.” Le aclaró mientras le quitaba los agarres. “Lo encontraron junto a una niña a las afueras de la ciudad.” Comenzó a contarle. “No tiene identificación, por lo que sería de mucha ayuda si me dice su nombre.”
“¿Mi nombre?” El rubio no lo recordaba. “No lo sé...”
“¿No lo recuerda?” Sunmi no parecía sorprendida, ya había visto esta clase de casos antes. “Entiendo, no se preocupe, recuperará la memoria pronto.” Le sonrió. “Lo tuvimos que sujetar porque tenía episodios de terror nocturno y terminaba haciéndose daño.”
“Oh...” La chica parecía muy amable y eso le daba tranquilidad a Jiyong por lo que no le preocupaba mucho el no recordar ahora.
“La niña..¿la recuerda?” Preguntó. “No quiero forzarlo pero ella ha despertado hace un par de días, y no sabemos nada de ella tampoco.” Jiyong negó, su memoria realmente estaba en blanco.