-Me aburro.. -me dije a mi mismo en la habitación. Escuchaba como algunos de los demás estaban en el salón jugando ps3, Tao, pidiendo que alguien lo acompañe a la ducha, Kai, seguía con su maldito baile. Era un poco egocéntrico el tío. Me levanté y mi dirigí a la cocina. Suho,Lay y Baekhyun estaban haciendo la comida.
-¿Qué hay de comer? -pregunté asomandome a ellos viendo que estaban haciendo pizza.
-¿No lo ves? ¿Es obvio no? -Me dijo Suho dándome un trozo para probar.
Sin darme cuenta mordí levemente uno de sus dedos, y ví como su cara se sonrojaba un poco. Me gustaba ver su cara algo sonrojada por la mordida, se miraba tan indefenso y lindo. Estaban terminando la cena, me ordenaron colocar los platos en la mesa. Se ve que no solo era pizza,luego había postre. Este Suho, es toda una madre, que me gustaría hacerle mujer.
-Venir todos ya a comer! -gritó Baek, mientras cortaba la pizza en doce trozos, porque como siempre, se peleaban por la pizza de Suho y Lay. Era divertido verlos pelear mientras comiamos nuestro trozo, siempre igual además, se peleaban por todo. Todo. Absolutamente todo, quien se duchaba primero, quien tomaba el mando de la tv primero, quien ganaba a la ps3 en una partida del tan típico tekken.Para ellos no era un "Hemos quedado igual,ganamos los dos" No existía eso para ellos.
Nos centramos en comer y charlar,cuando noté la mano de Suho por debajo de la mesa,que estaba acariciandome el muslo, me empecé a ruborizar cuando recordé que los demás no debían darse cuenta, se me empezaba a notar demasiado en la cara, que me gustaba, que me estaba tocando, se notaba tanto. Era tan cálido, se sentían tan bien sus caricias.
No quería que parara, el calor se empezaba a juntar, está vez, en otra zona. Me estaba excitando. Me lo quería llevar a la habitación, aunque los demás se dieran cuenta, me gustaría que escucharan lo que podemos hacer, lo que me puede hacer.
Me levanté de la mesa,recogiendo los platos que había ensuciado al comer el postre, torta de tres chocolates con nata. Deliciosa.
-¿A dondé vas D.O? -Sehun me miraba esperando mi respuesta. Que niño más curioso.
-A mi habitación.
-Nosotros nos vamos a jugar al fútbol. -Añadió Luhan, hacía tiempo que no jugaba y le hacía ilusión que los miembros jugaramos con él, aun así yo no quería ir, no me apetecía.
Me fuí a mi habitación y me tire en la cama cerrando los ojos. Cuando escuché la puerta, supuse que se habían ido.
-Suho.. -susurré. No olvidaba su expresión sonrojada por el mordisco, ni como su mano me acariciaba el muslo. No podía, era totalmente incapaz. Noté que alguien acariciaba mi cabello, aquella mano, su cálidez..
-Suho.. -repetí nuevamente pero en tono normal, abriendo algo los ojos.
-Dime.. -susurró con tiernura- ¿Qué ocurre? -me sonrió, mientras pasaba su mano por mi mejilla,tenia las ganas de besarle, aprovechar que no estaban los demás, que no sabrían lo que pasaría en aquella habitación, en aquella cama.
-Nada. No es importante. - Me senté en la cama y lo mire a los ojos.
Mordiéndome disimuladamente el labio inferior, me froté los ojos volviendo a la realidad, es el líder. No deberíamos hacer nada, pero lo hizo. Sus labios tocaron los mios, entre beso y beso, su mano volvía a acariciar mi muslo. Este calor volvío a nacer en mí. En mi entrepierna, más que nada. Me acostó y se sentó encima de mí. Sus besos se desviaban a mi cuello, pequeños mordiscos dejaban marcas, que no deberían. Su mano empezó a tocarme la entepierna, jadeé y apretó. Suho, cabrón. Me dieron ganas de hacerlo mío. Ya. No esperaba, más bien, no aguantaba más.
Le gustaba jugar al líder, y no poco.. Subía mi camiseta y bajaban los besos hasta mi pezón. El líder sabía como mandar, pero no le iva a dar el placer de dominarme. De mandar. Solo dejaría que se divirtiera un rato, si así lo quería. Me besaba mientras bajaba hasta que llegó a mi pantalón. Me miró con una sonrisa pícara en su cara, supe lo que haría. Lo hizo. Me desabotonó el botón, me bajo los calzoncillos y tomo mi miembro. El roce de sus labios contra el principio de este, me excitó más. Me sonrió y comenzó con pequeños lametones sobre él. No lo pude evitar, se me escapó un gemido, uno que trate de ocultar. Pero..No había nadie en casa, ¿por qué ocultarlo? Cuando su lengua empezaba a lamer de arriba a bajo mi miembro, me hizo jadear.
-Suho..-susurre entre jadeos y gemidos leves- sigue..
Me arrepentí de haber dicho eso, pero el no sé arrepentía de nada en absoluto, lo supe por la mirada que me envío a continuación. Pedía más, quería más, cuando mi miembro entró en su boca, sus labios, sus dientes, su lengua, todo iva coordinado. Ese líder, sabe bien como cuidar de los demás. Note unas ganas de venirme, una senación, un gemido que salió de mí en aquella habitación, está vez no traté de ocultarlo.
-Casi...
-De casi nada. -me replicó sentandose encima mía- no vas a terminar aún.
Me empezaba a doler. Dejó mi miembro para bajarme un poco más los pantalones y los bóxers. Se inclinó hacía adelante para besarme por el cuello, morderme el lóbulo y por último encontrarse con mis labios.
-Quiero que termines en otro sitio..-me susurró entre mis jadeos.
Se desabotonó su pantalón, bajandoselo, mi mirada se fué directamente a su entrepierna mientras me mordía el labio inferior. Se quitó los pantalones, después los bóxers.
-Sí lo haces así te dolerá.. -Le advertí por su bien, aunque deseaba ver como gritaba tratando de decidir si le gustaba o le dolía.
Sonrío.
Se sento encima de mí, agarrando mi miembro en busca de su entrada. Entró. Gritó y a la vez gimió. No iva a ser dulce y tierno, como él es normalmente. Eso lo sabía. Entro de una vez, entero. Todo. Él gritó, no sabía si era de dolor o le gustaba, su expresión parecía de dolor, no sé porque eso me excitó más. Lo agarré por la cintura tumbandolo encima de mí para darle la vuelta y así quedarme encima de él.
-Suho, ¿te duele?.. -le susurré al oído mientras le mordía en el cuello, le devolvería esas marcas que me dejo, por pequeñas que fueran.
-S-sí...-tartamudeó como pudo.. se aferró a mi camiseta apretándola con todas sus fuerzas por el dolor.
Aún así yo quería darle, hacerle mío antes de que volvieran los demás, y eso me propuse. La saque lentamente mientras me mordía el labio inferior, Suho no sabía lo que le iva a doler ahora mismo.
-Lo siento..-dejé escapar entre pequeños jadeos y aquella mordida que me estaba haciendo a mi mismo aumentando la fuerza.
De nuevo. Todo. Se la metí de una embestida, viendo su expresión de dolor, como gritaba, como apretaba mis brazos con sus manos. Me gustaba. Notaba como sus ojos estaban a punto de llorar, que digo, estaban llorando.
-Para..-me suplicó pero ni atención le puse a lo que me dijo.
Lo único que era capaz de pensar, era en venirme en él. Aún más excitado que antes me quedé. Se la sacaba y volvía a introducir con pequeñas embestidas. Le dolía, pero sé que también le gustaba, y a mí, me volvía loco. Sus labios me suplicaban en voz baja que parase, que le dolía demasiado. Aún así no me detube. Aceleré el ritmo, tratando de llegar a ese punto, ese que lo llevaría hasta el paraíso. Pero no dejaba de suplicar que parase.
Cada vez que subía más de ritmo, las embestidas aumentaban de fuerza. Pensé que le desgarraría por dentro, pense en todo el daño que le estaría causando, pero lo único que mis deseos pedían era que el líder,nuestro líder, no pudiera moverse en dos semanas o más. Y lo iva a conseguir. Suho se echó a llorar por el dolor, no aguantaba más.
-Detente...Para.. -decía entre sollozos y lágrimas.
-No. -Le dije, sin ningún remordimiento de su dolor.
Seguí con el ritmo a la vez que me incliné para morderle el labio inferior, no aguante más, y me vine dentro de él.
-Lo siento..-fue lo único que se me ocurrío decir. Me acosté encima de él sacando mi miembro de su interior. -Suho..
No dejaba de llorar, él que quiso jugar,fué él, no yo. Escuché el timbre del piso. Eran los demás miembros que ya llegaron, me levanté y me vestí. Mi mirada fue autómatica hacía la cama, manchada de sangre y de mi semen.
-Voy!! -les grité para que dejaran el puñetero timbre. -Deberías vestirte, aunque les diré que estás durmiendo. Le guiñe un ojo mientras le devolvía la sonrisa pícara que me había dado él antes.Cerré la puerta de nuestra habitación y fuí a abrir a los demás. Creo que ni él ni su linda entrada lo olvidarían nunca.