Yo... Bueno no es que no lo pensara – suspiro un poco al terminar de decir aquellas palabras, era un poco nervioso cuando se trataba de aquel tema de los sentimientos, y demás, aunque ya sabía la respuesta a ellos, algo dentro de sí le impedía mostrarse abiertamente, le impedía decirle a Doumeki lo que sentía, y bueno, más a parte el hecho de que los dos eran hombres, acaso... ¿Acaso no era prohibido?, mientras pensaba todo esto, watanuki mordía con levedad su labio inferior, solo un poco porque no quería lastimarse, si no vería aquel rostro preocupado del contrario, suspiro pesadamente, mientras volteaba a ver aquella hermosa luna.
Entonces... Dímelo – Insistía Doumeki, mientras le miraba fijamente, dejando, de lado, el resplandor de la luna.
Es solo... Vamos esto... Esto es prohibido! –exclamo, mientras bajaba su mirada hasta el suelo, viendo los pétalos que estaban ya, tirados en el suelo, algunos marchitos y otros “Recién salidos” y pensaba, pensaba en cómo se lo había dicho.
[Inicio Flashback]
aquella noche, igual a esta, un poco antes de que Doumeki partiera a un viaje de la universidad, el cual lo mantuvo alejado de el durante varios años, aunque, sabia de él, por cartas y algunas palabras de conocidos, recordaba que esa noche, estaban bebiendo como ahora, mokona ya estaba con las niñas durmiendo, y una luna como la de ahora se posaba en el cielo, en lugar de pétalos, caían copos de nieve, y a pesar de hacer frío el sake les calentaba el cuerpo, hablaban tranquilamente de lo que sería de sus vidas, también de lo que sería el viaje de Doumeki, a donde irían, que harían, esas cosas, y surgió el tema de himawari-chan, el hecho de que se casó, con un hombre, que al parecer tenía el mismo don de Doumeki, por eso, él estaba protegido de aquel “Destino” que la chica acarreaba, y “Concedía” a otros, si es que así se puede llamar, y recordaron, como watanuki lloraba en silencio, mientras los demás les deseaban una vida feliz, rieron o más bien watanuki, lo hizo por un rato, puesto que era un poco nostálgico recordarlo, y entonces, fue cuando aquella pregunta surgió, o más bien tema.
Oye... tu ¿Qué piensas sobre el amor? – dijo, mientras bebía el sake que sobraba de su vaso, para poderse servir más.
¿El amor?... –decía, un poco sorprendido por la pregunta que hacia – Realmente no sé, es algo que pasa, cuando tienes mucho tiempo con una persona ¿No? – al terminar sus palabras volteo a ver al contrario, el cual observaba el líquido del vaso, moviéndolo de un lado a otro con tranquilidad.
Watanuki, me gustas – confeso directamente, para después beber de un trago el ultimo vaso de sake, dejándolo en aquella bandeja que tenía, y así poderse ir, tomando todas sus cosas y saliendo de aquel recinto, al llegar a la puerta, voltea, viendo fijamente al menor .
Cuando llegue, cuando regrese, deberás contestarme, piénsalo –fue lo último que dijo, y así salió de aquel lugar.
Watanuki no sabía que decir, estaba por completo congelado ¿Qué debía hacer?, ¿Cómo iba a contestarle? ¿Por qué lo dijo? Todas esas preguntas le rondaban por su cabeza, y estaba mareado, sin embargo, debía pensar, porque, por lo raro que parezca, él también había pensado en eso.
[Fin Flashback]
Así, sus mejillas se sonrojaron más de lo que ya estaban, recordando aquellas palabras mencionadas por el mayor ya hace varios años.
Aun... Aunque el tiempo paso, tu... ¿sigues con aquellos sentimientos? -cuestiono, con una suave hilo de voz, un poco temeroso a la respuesta, de aquella pregunta, que ya de por si era obvia.
¿Entonces para que vine? – así de sencilla fue la respuesta del chico, y era cierta, si sus sentimientos hubiesen cambiado, no hubiera venido en la noche, llegaría en la mañana para poder hablar de la chica que ahora, tal vez, era su novia, esposa o lo que fuere, la respuesta del chico, alivio mucho a watanuki, sonrío un poco porque pudo escuchar las palabras que ansiaba y no unas lastimosas como, pensaba que tal vez ocurrirían.
Yo... No sé, no sé si es amor, pero... tal vez... podemos averiguarlo ¿no? – en pocas palabras un “Si” de watanuki, entonces se escuchó como la pequeña mesa que hacia una separación entre los dos, fue recorrida, watanuki volteo a ver que ocurría y se encontró con la mirada de su ahora pareja, el cual con una mezcla de rudeza y delicadeza, tomo su barbilla, para depositar un beso en los labios, del querido watanuki, lo cual hizo que se quedara un momento en shock. Sin embargo, al tranquilizarse y aceptar todo, correspondió aquel beso, que para el parecía algo sencillo, lo cual para Doumeki , era lo contrario, pues lo llevo a otro “Nivel”, ya que con un poco de rudeza introdujo su lengua en la cavidad bucal del menor, recorriéndola, para por fin tocar la lengua de este, y jugar con ella, como él quisiera, watanuki, un tanto sorprendido y ya entrado en calor, correspondió torpemente, moviendo su lengua de un lado a otro, rozando a penas la del mayor, el cual se apartó, y le miro un poco serio.
Deberías aprender a besar... –decía mientras tocaba sus labios, era un lindo beso. Pero esperaba que para ese entonces el ya debería saber por lo menos algo decente. No esperaba encontrarse con una “Colegiala” avergonzada de su primer beso
No... ¡No es mi culpa! –exclamo un tanto molesto y avergonzado, ya que, efectivamente ese era su primer beso, y realmente no sabía qué hacer, además era aprender con una almohada. Así solo recibiría burlas de las otras habitantes de su hogar
... – le miro un poco y luego, con algo de brusquedad tomo su brazo, llevándolo rápidamente hasta una habitación, no cualquiera, era necesaria una que tuviera una cama, aunque para esto, ya había preparado una, o más bien, ideado un plan, Maru y moro, junto con mokona, dormirían en un fuuton en otra habitación, lejana a la perteneciente a watanuki. Al llegar a esta, le aventó cayendo el menor en el colchón
Espera... –ríe nervioso, viendo como Doumeki se retiraba la corbata, aventando esta prenda, dejando que cayera donde sea, poniéndose encima del chico, el cual, desviaba la mirada, de lo nervioso que estaba, sin embargo, la cálida mano de su amado, aquel que se posaba encima suyo, le hizo voltear.
No temas... – comento para finalmente darle un beso, como el anterior, aunque, ahora el ojiazul, ya sabía qué hacer, así que con un poco de lentitud, siguió los pasos de este. Movía suavemente su lengua, entrelazándolas, teniendo un pequeño vals entre ellas, demostrando cuanto se amaban, en ese beso. Sus cuerpos se calentaban entre sí, tanto por las caricias que Doumeki le hacía a watanuki, y por la rapidez, del último mencionado, al aprender aquello de los besos. Así poco a poco, Doumeki fue desvistiendo al menor, abriendo poco a poco la ropa que llevaba, dejando ver su pecho, al mismo tiempo que sus pezones, los cuales, succiono, dando un placer inmediato aunque claramente no iba a detenerse ahí, consumo cuidado bajo hasta el miembro de chico, el cual ya estaba duro, y solo por pequeñas caricias, lo cual hizo que el “Dominante” se sintiera orgulloso de lo que hacía, así, se dedicó a lamerlo, y darle suaves besos al miembro del menor, ocasionando dulces gemidos y algunas maldiciones. Termino su labor, al ver que estaba completamente duro, para poder entrar en el cuerpo de chico, así sin más, se despojó de sus ropas, tirando todo al suelo, tomando el cuerpo de watanuki, un tanto brusco para acomodarlo en le cama, no en otra posición, simplemente para que el pudiese entrar sin problema alguno, y ya que para ambos sería su primera vez, se prometió a si mismo ser cuidadoso y gentil.
Yo... – musito el chico de lentes – Se cuidadoso – seguido por un suave movimiento de cabeza, dando a entender que el mayor ya podía entrar en él. Y así fue, tomo su miembro, rozando la punta de este, con la entrada del menor, y con cuidado, le penetro, esperando algunos sonoros gemidos del chico, mas, sin embargo, solo obtuvo algunos quejidos y suspiros, tal vez watanuki, estaba esperando para poder soltarlos, pero eso, hacía que Doumeki se desesperara, pues vamos, el deseaba escuchar a su amado, escuchar aquellos ruidos que solo él lograba ocasionarle.
Déjame escucharte – murmuro
Ah... ahora... Ahora no... –decía con un poco de dificultad, pues bien sabía que al hablar podría gemir, pero eso, eso vendría después
Ya un poco desesperado, por no poder escuchar a su amado como él deseaba, sus caderas se movieron, un poco más rápido de lo que ya iba, también, aumento esa pequeña brusquedad que si de por sí, ya tenía, todo gracias a las estrechas paredes del ano de su pareja, logrando así los tan ansiados gemidos de watanuki.
Ha... –musito, con una pequeña sonrisa victoriosa
Ca-... Cállate –exclamo un tanto “Débil” el menor, que, con cada embestida, gemía un poco más fuerte. Lo que, le agradaba a Doumeki, que, ya estaba un poco extasiado, lo cual, hizo que perdiera un poco de conciencia sobre su promesa. Se apartó un poco y tomo las caderas de su amado, para moverlo, en un vaivén un poco distinto al suyo, logrando, que el menor gimiera como un loco, eran sonoros, consistentes, y así, sin más preámbulo, watanuki, dejo salir su semilla blanca gimiendo fuerte y claro “Doumeki”. Dejo aquel residuo entre ambos cuerpos, aunque solo se manchara el pecho del dueño de aquel liquido blanquecino, el cual, seguía gimiendo, pues su pareja, aun no terminaba, aunque no falto mucho para que lo hiciera, dejando su semen, en el interior de su amado, dejándose caer a lado de él, para no mancharse, o más bien, para no lastimarle, saliendo inmediatamente.
Idiota... – murmuro con cansancio el ojiazul, jadeando, y suspirando, teniendo por respuesta un beso en la mejilla, por parte del mayor, el cual, solamente tapo ambos cuerpos, para poder descansar.