La pintura siempre ha sido una de las grandes pasiones de Kim MinSeok, un chico SurCoreano promedio que soñaba con algún día poder ver alguna de sus pinturas colgadas en los grandes museos de París. Su vida no era exactamente la más emocionante, como la mayoría de los estudiantes de artes solía frecuentar cafeterías o bares conceptuales en el tema de sus estudios, le relajaba la música de aquellos ambientes, sobre todo le inspiraba a crear obras de las cuales estaba realmente orgulloso.
Y así había sido siempre su vida en la Universidad, sin grandes emociones o momentos que recordar, no era alguien muy social y prefería pasar el tiempo a solas, claro que con la clara excepción de quien podría denominarse su mejor amigo, LuHan, un estudiante de Educación Física con un gran fanatismo por el Fútbol, su sueño era formar parte del Real Madrid algún día, por lo que tomaba clases de español junto a MinSeok.
Sin embargo este año, parecía ser bastante inusual.
Se encontraba observando a los alumnos de primer año, los de la carrera de Fotografía en particular. Como solía hacerlo estudiaba meticulosamente a cada una de las personas cerca suyo, pasando de la mayoría de ellos, hasta que uno captó su atención, un chico de tez blanca como la nieve ─así le había definido─, de cabellos oscuros, ojos intensos, pero más que nada, algo en particular llamó su total atención, una sonrisa, una como ninguna otra, jamás había visto algo así, y ese carisma, que parecía que fuese a desbordarse.
Pasó varios días analizando a aquella persona, a quien no se atrevía a hablar, puesto que siempre este se encontraba rodeado por otros, debido a aquella personalidad atrayente de la que era poseedor. El punto más frecuentado era una de las jardineras que adornaban la facultad, en donde solía relajarse sobre el césped, la cual, curiosamente, quedaba frente a las salas de clases de los alumnos de Fotografía.
Su ceño se encontraba fruncido, sus labios al igual, mientras observaba como una chica coqueteaba con aquella persona que había llamado su atención; estaba molesto, evidentemente, pero no entendía el por qué.
─ Kim JoonMyun, estudiante de primer año de fotografía. ─Se escuchó susurrar cerca del oído del chico de cabello cobrizo, lo cual lo exaltó un poco, haciendo que este emitiera una ligera risa.
─ LuLu. ─Afirmó el más bajo de ambos, recibiendo una gaseosa que el contrario le estaba pasando, acomodándose luego frente al aludido─ ¿Qué fue esa información repentina? ─Cuestionó, no pudiendo ocultar aquel evidente nerviosismo que se había apoderado de su actuar.
─ Lo observas cada día, incluso cuando estoy contigo. ─Comentó al respecto el chico de cabellos claros –lo conocía tan bien─, con una sonrisa amplia, que a MinSeok le parecía una de las cosas más adorables que había visto en su vida.
─ No sé de qué me hablas. ─Claro que lo negaría, ¿cómo podría confesar aquello? Prácticamente estaba embobado con aquel ser que irradiaba luz ─al menos así lo veía MinSeok─.
─ BA-O-ZI. No hay que ser adivino. ─Soltó una carcajada quien hablaba, años y años de amistad le habían llevado a conocer a fondo al mayor ─por solo un mes, no eran necesarios los formalismos─. LuHan podía recordar a la perfección aquel día en el que un chico de mejillas prominentes se acercó a hablarle cuando recién se había mudado a Corea del Sur, junto a su madre, de procedencia China.
“─ Hola, me llamo MinSeok, ¿eres nuevo, verdad?
─ LuHan ─Anunció su nombre sonriendo de aquella particular manera─, sí, soy nuevo, me mudé hace un par de semanas.
─ Es un gusto, ¿te gusta el fútbol? Noté aquel parche del Real Madrid. ─Por primera vez en su vida, estaba siendo sociable, estaba iniciando una conversación con quien se convertiría en su mejor amigo, a los dieciséis años.”
─ Deberías hablarle, invítalo a salir. ─MinSeok negó a la idea, y LuHan sólo se dignó a suspirar.
Descabellado, eso era lo que pensaba de su mejor amigo.
Podría ser bastante idiota de su parte si es que JoonMyun no se había percatado de aquella persona que lo observaba, pues claro que lo había hecho, y tampoco podía negar el hecho de que él hacía lo mismo, cuando tenía la oportunidad, cuando el otro no se daba cuenta, observaba fijamente a aquel chico solitario, que parecía ser un estudiante de Pintura, algo que le llamaba la atención, pues creía que los pintores eran un misterio en cuanto a personalidad se tratase.
Pasaron los días, semanas, hasta que hubo un encuentro en la cafetería de la facultad de Artes, uno de esos casuales que se suelen agradecer a cualquier deidad, uno de esos que recuerdas por el resto de tu vida.
El estudiante de Fotografía se encontraba en el lugar antes mencionado, eligiendo dentro del menú que comer aquel día, luego de meditarlo cogió un poco de un atún que se encontraba, se disponía a poner este sobre su plato hasta que oyó una voz, una advertencia.
─ Yo no comería eso si fuera tú. ─MinSeok por segunda vez en su vida estaba tomando la inciiativa de hablar con alguien extraño a su persona, aunque este no lo era del todo.
─ ¿Uh? ¿No? ─No pudo evitar una sonrisa amplia en sus labiales, puesto que el hecho de escuchar la voz ajena tan cerca, y ver a aquella persona de redondos y alargados ojos se le hacía simplemente hermoso, así era, así lo definía.
─ No, no, mejor la ensalada o quizás el filete de Pavo. ─Estaba dando lo mejor de si para no entrar en pánico o decir alguna bobería, y esperando de todo corazón que los nervios no lo traicionaran.
─ Entonces creo que comeré filete de Pavo. ─Volteó su mirada por completo hacia el mayor, quien había escogido lo mismo que él, con un acompañamiento de arroz, en el caso contrario una ensalada de hojas. ─¿Comes conmigo? ─Inquirió el joven de cabellos oscuros, con esa sonrisa, esa radiante, particular, carismática sonrisa, a lo que el otro no tardó en asentir y aceptar dicha proposición.
Ambos se encaminaron hacia una de las mesas del lugar, la cual estaba vacía, por suerte.
Y así pasaron un par de horas, conversando de esto y de lo otro, con suaves carcajadas al momento de que ambos confesaran como se observaban, por lo cual, el mayor de los dos se sonrojó por completo al contarle al otro la manera en la que le observaba casi todos los días, y el hecho de que fuera su sonrisa lo que le llamaba la atención.
─ ¿Mi sonrisa? ─Inquirió el menor, mientras que con su índice diestro apuntaba en dirección a su pecho, claro que, esbozando una de esas radiantes sonrisas que tenían tan encantado a MinSeok.
─ ¡Esa misma! ─Dijo en un tono de voz algo más alto de lo usual, imitando la acción ajena al alzar las comisuras de sus labios─. Ahora debo ir a clases, así que supongo que acá nos separamos… pero… ─Mordió su labio inferior unos segundos, haciendo que el rostro ajeno una ceja se alzara a modo de expectación─. Pero, ¿te gustaría irnos juntos a casa? Creo que hoy salimos a la misma hora. ─El menor no lo dudó, para nada, y asintió de inmediato con gran entusiasmo.
─ Me encanaría, claro que si, te esperaré en la puerta sur ¿De acuerdo? ─Sacó el móvil de su bolsillo, mirando a este unos segundos para percatarse de que sólo quedaban unos pocos minutos para que su clase comenzara─. ¡Se me hace tarde! Bien, nos vemos más tarde ¿Si? ─Antes de que el mayor pudiese decir algo sobre el acuerdo de verse a esa hora, sintió como unos suaves labios tocaban su mejilla izquierda, haciéndole parpadear y perder la noción del tiempo y espacio; a tal punto llegaba a veces. Así sin más aquel chico de cabellos oscuros tomó rumbo a la sala de clases de Teoría de la Fotografía, dejando a un desconcertado MinSeok fuera de la cafetería.
El chico de cabellos claros dejó el lugar, partiendo a la clase correspondiente; Dibujo de Anatomía Humana. En donde se dedicó a contarle a su mejor amigo sobre aquel encuentro, utilizando algún sistema de mensajería instantánea.
“MinSeok: ¡Lu! ¡Lu! Tengo que contarte algo. (>///<)
LuHan: ¿Uhm? Dime, ¿qué sucede? (>_<)
MinSeok: ¡Hablé con él! Con el chico de Fotografía. Y comimos juntos, le propuse que nos fuéramos juntos a casa.
LuHan: ¡¡¡¿¿QUÉ??!!! OH, MinSeok.
MinSeok: Exagerado.
LuHan: Ya sabes como soy, hey debes mantenerme al tanto.
MinSeok: Claro, claro.
LuHan: Me vas a cambiar por el TT_TT
MinSeok: Bobo, eres irremplazable.
LuHan: Lo sé, lo sé. Me amas ♥ Kkk.~
MinSeok: Si, si, te amo, menso, debo irme, estoy en clases.
LuHan: ¡¡Di que me amas!! u3u
MinSeok: ¡TE AMO!
LuHan: Yo igual ♥ Byebye!
MinSeok: Bye ♥”
MinSeok guardó aquel teléfono móvil, prestando luego atención a su clase. Por otro lado, JoonMyun, se encontraba algo distraído, pensando en el atrevimiento que había tenido hace unos minutos, pero sonriendo de inmediato al recordar la suavidad de aquella piel, pasando por su mente la interrogante “¿Cómo serán sus labios?”, un rubor se posó en sus mejillas, el cual se acrecentó en el momento en el que la profesora le llamó la atención.
─ Señor Kim, ¿podría explicarnos sobre la fotografía digital y como afectó al desarrollo del arte? ─. Aquella dama que no demostraba más de unos cuarenta años se había percatado de que su alumno se encontraba “en las nubes” y como todo profesor, decidió ponerlo a prueba.
─ Por supuesto. ─Tan preparado como siempre, un alumno ejemplar, así era él, por lo que no tardó en responder a la petición de la profesora, como era un alumno aplicado, sabía de memoria por lo cual se le cuestionó, dejando a toda la clase anonadada.
Al terminar con sus clases, el chico de cabellos claros se dispuso a esperar a aquel de blanquecina piel y facciones finas, en la salida del campus como habían acordado hace unas horas atrás, se sumergió en su móvil mientras hablaba con su mejor amigo, una vez más, entre carcajadas y suspiros, no se había percatado de que alguien más lo estaba observando desde cerca.
─ Me gusta tu sonrisa, es más linda que la mía. ─Finalmente, luego de unos minutos se decidió a hablar, causando así que el estudiantes de Pinura soltara una risa, avergonzado por aquello.
─ ¿Cuánto llevas ahí? ─Inquirió MinSeok, comenzando a caminar al lado del otro chico.
─ Un par de minutos, lo suficiente como para grabar esa sonrisa en mi mente. ─Comentario adecuados, o quizás no tantos, eso pensaba el otro.
─ Uhm… Ya veo, bueno, entiendo eso. ─Una rosa suave se escapó de los labios del mayor.
Continuaron juntos su caminar, por las calles a un paso pausado y lento, dejando que el tiempo corriera sin darle demasiada importancia a este; podían pasar minutos, horas, y la compañía se hacía cada vez más agradable e interesante. ¿Quién se imaginaría que las cosas terminarían así? Pues nadie, mucho menos ellos.
Al cabo de un par de horas, o al menos eso pareció, llegaron a la casa del menor de ellos, una lugar muy vistoso, enorme ─según MinSeok─, podía apreciarse el estilo moderno del lugar que al parecer era una mansión, eso se veía por fuera, de colores claros, casi blanca en su totalidad y con una que otra escala de tonos pasteles, con grandes ventanales, de tres pisos exactamente; aquel chico que iba a su lado no aparentaba el pertenecer a una familia adinerada, se veía tan sencillo, tan único, y a MinSeok le encanatba eso.
─ Bueno, acá nos separamos, supongo. ─La voz de JoonMyun no era muy alegre, que digamos, no quería terminar aquella caminata ahora, pero debía cumplir horarios y su acompañante también.
─ Nos veremos mañana… ¿no? ─Inquirió el chico de cabellos claros a lo que el otro asintió, dibujando en sus facciones una última sonrisa para el mayor aquel día.
─ Por supuesto que nos veremos mañana, a primera hora, en el campus. ─Más que satisfecho con aquella respuesta, MinSeok, esbozó una de sus más amplias sonrisas en sus labiales.
─ Te veo mañana. ─Antes de partir, se acercó un poco más al otro, tratando así de llamar la atención de este─. Oh, cierto… ─Murmuró, haciendo así que el menor voltease su rostro y acercara un poco más, demasiado cerca, demasiado. MinSeok aprovechó aquella oportunidad, y sin titubear, depositó un suave beso en los labios ajenos, dejando al otro chico algo anonadado, hasta que este se percató de que el mayor prácticamente había salido corriendo, huyendo quizás, por haber realizado tal hazaña─. ¡Hasta mañana, JoonMyun! ─Gritó a lo lejos, meciendo sus manos al aire mientas sonreía, esperando a que el otro no notara el tono carmesí que sus mejillas habían adoptado.
─ ¡Nos vemos mañana, MinSeok! ─Respondió el menor, con una sonrisa boba en sus labios y sintiendo como el calor se apoderaba de sus mejillas. Cuando perdió de vista al de cabellos claros, decidió por entrar a su hogar, pensando en todo momento, en que efectivamente aquellos labios eran más suaves que su piel.
Luego de haber corrido un poco más y casi a punto de llegar a su casa, MinSeok sacó su móvil, texteando de inmediato a LuHan, debía mantenerlo al tanto.
“De: Baozi.
Para: LuLu.
Este año, será realmente interesante.”
