Capitulo 10: Monstruo
Flashback
Por fin había llegado el día, Rodney por fin iba a visitar a su hermanito al hospital. Después de que Mitch subió a buscar sus juguetes al ático, un fuerte golpe hizo que Rodney corriera a la habitación del menor sólo para encontrarlo inconsciente en el piso.
Lo más lógico era que Mitch se había caído por la pequeña puerta que daba al ático, pero en ese entonces nadie sabia el daño que había sufrido el pequeño, algo que descubrirían por las malas no mucho después.
Lo primero que Rodney hizo al entrar a la blanca habitación del hospital fue abrazar a su hermanito - ¡Mitch! - exclamó con felicidad -¿Te encuentras bien?- preguntó, separándose un poco para mirar el rostro del menor, que para su sorpresa, era una combinación entre duda y...
¿Asco?
-¿Quien eres tú?-
Rodney se quedo sin palabras ante la pregunta. Sacudió la cabeza y trató de mantener la calma.
-Soy yo, Rodney- dijo -Tu hermano-
A lo que Mitch hizo una cara de repulsión y se quitó los brazos de Rodney de encima.
-¡Que asco!- dijo, casi gritando -¡Yo no soy hermano de una cosa tan fea como tú!-
Las lágrimas empezaron a acumularse en los ojos de Rodney. Esperaba escuchar esas palabras de cualquiera, menos de su tan querido hermano, la persona a la que mas quería en el mundo y a quien tanto cuidaba con todo su cariño.
-... Pero yo-
-Tú debes ser uno de esos monstruos que viven en los armarios- Rodney fue interrumpido por Mitch -Y lo último que quiero es que un horrible monstruo me avergüence frente a mis amigos-
-...-
-Los monstruos no deberían existir, el mundo estaría mejor sin ellos. ¿Porque no mejor te vas?-
Palabras muy grandes y frías para alguien tan pequeño, pero Rodney siempre supo que su hermano era mucho más inteligente que muchos niños de su edad. Los amigos de Mitch que lo habían ido a visitar ese día sólo se quedaban callados viendo el intercambio de palabras entre los dos hermanos.
Rodney ya no pudo soportarlo y salió corriendo lo más rápido que pudo de la habitación, sollozando amargamente y corriendo derecho a los brazos de su madre.
-¿Que sucede cariño- pregunto su madre, pero no habían palabras para describir el dolor que sentía en el pecho. Solamente siguió llorando, esperando a que todo hubiera sido solamente un sueño.
Una pesadilla.
Pero tristemente todo fue real, y el pobre Rodney jamás lo olvidaría.
Hoy en día
...
...
...
No
No puede ser.
Sacudí la cabeza rápidamente, mirando fijamente a Rodney -No... ¿Estas bromeando, verdad?- pero él sólo me miró seriamente.
Pude sentir las lágrimas empezando a formarse en mi rostro mientras volteaba a ver a mis padres -Díganme que no es cierto- pero ellos miraban al piso, sus miradas me decían todo.
La mano de Rodney no abandonó mi mejilla, al contrario, me acarició una vez mas, pasando su pulgar por mis ojos, limpiando las lágrimas que aún no caían.
-Perdiste la memoria por el accidente, te costó bastante pero recordaste todo con el tiempo- dijo, frunciendo el ceño de repente -... Todo excepto a mi-
No, no, no.
No puede ser.
Me lo repetía una y otra vez, pero hay algo en mi cabeza que no me deja en paz. Una voz aguda y en cierto punto molesta, que hablaba con un tono frio y lleno de odio.
Mi voz.
-Los monstruos no deberían existir... -
Abrí los ojos como platos y me quedé sin aliento.
Es cierto, ahora lo recuerdo...
Fue mi culpa.
Por mi culpa Rodney nunca tuvo una buena vida, por mi culpa tuvo que abandonar todo lo que tenía para encerrarse en el ático, por mi culpa jamás volvió a confiar en la gente.
...Fue mi culpa.
Empecé a llorar y temblar violentamente, sollozando tan fuerte como mis pulmones me dejaban. Mis padres voltearon a verme preocupados y Rodney me atrajo a su cuerpo en un abrazo, recargando su mejilla en mi pelo, acariciando mi espalda y susurrando en mi oído -Tranquilo Mitch, ya pasó, todo esta bien-
Pero yo lloraba cada vez más fuerte.
No merezco su cariño, ni su preocupación, ni su protección.
No merezco el abrazo tan cálido que me esta dando, ni sus tibias manos en mi espalda, ni sus palabras de consuelo.
No lo merezco después de lo que hice. No tengo excusa, ni perdón.
Lastimé a la persona que más quiero en el mundo. A quien amo a pesar de la sangre que corre en nuestras venas.
... Rodney
Suelto un suspiro cuando sus dos manos me toman de las mejillas, suavemente girando mi rostro para verlo, pero no puedo, no merezco ver su hermosa mirada dorada.
-Mitch, mírame-
No por favor, detente Rod.
No me hables con ese tono tan suave y lleno de cariño, me lastimas.
-Vamos Mitch, sólo mírame-
No puedo soportarlo, mi corazón palpita y se llena de tantas emociones. Me siento increíblemente triste por lo que le hice, pero al mismo tiempo me siento feliz por sentirlo así, abrazándome y hablándome con toda la ternura que sólo él puede dar.
Tan feliz, pero a la vez tan triste.
-Mitch yo no estoy enojado o triste por lo que pasó- me dijo -A decir verdad, ya lo olvidé completamente, lo único que puedo pensar es en lo feliz que estoy por estos días que hemos estado juntos, y por todas las cosas que hemos hecho, y si no quería que supieras lo que pasó fue porque quiero que empecemos de nuevo, ya que tú eres muy importante para mi -
Me acaricia la mejilla y casi puedo escuchar la sonrisa en su tono de voz.
-Lo único que quiero, es estar contigo-
Abro los ojos y efectivamente, me esta sonriendo.
La sonrisa mas hermosa que he visto, que solo es opacada por su mirada.
Él es tan bueno, tan amable y cariñoso, esta por más decir que él merece muchísimas cosas buenas.
El único monstruo aquí...
Soy yo.
Me separé de sus brazos y corrí lo más rápido que pude hacia mi habitación.
-¡Mitch, espera!- pude escucharlo siguiéndome, subiendo las escaleras tras de mi, pero era tarde, yo ya estaba cerrando la puerta y refugiándome en mi baño.
Y mientras me recostaba en la bañera a llorar hasta que mis ojos me duelan, no pude evitar pensar en lo que Rodney me dijo.
-Lo único que quiero, es estar contigo-
Yo también quiero estar contigo, pero después de lastimarte, lo único que puedo hacer es quedarme aquí y llorar por ti.
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No sé exactamente cuando ni como terminé en mi cama después de que me quedé dormido en la bañera, pero no me importa.
No puedo creer lo mal que me siento conmigo mismo ahora, antes solo bromeaba al decirlo, pero hoy se que es verdad.
Soy la peor persona del mundo.
Desperté unas pocas horas después de que quedarme dormido, no pude dejar de llorar por un buen tiempo, los ojos me dolían y el sueño me ganó, pero antes de dormir puedo jurar que escuché el inconfundible sonido de la puerta que da al ático desde mi habitación abriéndose.
Por suerte me levanté antes de que mis padres o Rodney despertaran y aproveche para hacer una versión sin ánimos de mi rutina de las mañanas.
Salí a la escuela una hora antes de que la abrieran. No quería verme cara a cara con nadie en casa, no después de...
-¿Mitch?- una voz me saca de mis pensamientos -¿Que haces aquí tan temprano?-
Al voltear me encontré con una de las personas que menos esperaba ver a estas horas. Mas bien, alguien que no quería ver.
-Hola Melissa-
La maldita que coqueteó descaradamente con Rodney cuando tenía una cita con Seth en el cine.
Traidora
Aunque ahora todas las oportunidades de que Rodney me quiera de esa manera deben haber muerto, junto con mis ánimos y la buena imagen que tenía de esta zorra.
-Oye, jamás pensé que tuvieras tantas ganas de estudiar como para llegar antes de que abran la escuela- me dice, sonriendo estúpidamente -Aunque no te ves muy bien ¿Estas enfermo o algo así?-
-... No, solo estoy algo cansado-
-¿Y entonces porque llegaste tan temprano?-
¿En serio quiero hablar con ella? No lo creo, pero al parecer no tengo otra opción, necesito cualquier cosa que me distraiga de lo que pasó ayer.
-Es que mis padres me mandaron más temprano como castigo por haberme escapado al cine-
-Ya veo, por cierto Mitch, quisiera disculparme por lo que pasó el sábado en el cine- ay no, aquí vamos otra vez -No se que hicimos para molestarte pero...-
-No te preocupes Melissa, ya todo esta olvidado-
-Pero en serio lo siento, es sólo que con todo lo que pasó estaba muy confundida-
-¿Todo lo que paso?- pregunté.
¿Qué más pudo haber pasado?
-Es que al principio de nuestra cita Seth me piso tres veces por accidente, luego le cayo algo pegajoso al estúpido vestido que me pediste que usara, y después Seth me confesó que...- pero se tapó la boca con una mano rápidamente, como si estuviera a punto de decir algo que no debe.
-¿Que te confesó?-
-C-creo que eso lo d-debes de hablar c-con él - tartamudeó, riendo nerviosa -¡Oh mira, abrieron la escuela! ¡Nos vemos luego Mitch!-
Y salió corriendo, dejándome más preguntas que respuestas.
Creo que debo tener una platica con Seth.
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-¡Oh Mitch! ¡Hola!- dijo, sorprendido de verme hablándole.
Usualmente cuando tengo mis "Pequeños" ataque de ira como el que tuve en el cine, dejo de hablarle a Seth (Quien al parecer ha estado involucrado en todos) por unos días, luego hablamos y las cosas se solucionan.
Así que era de esperarse que Seth estuviera sorprendido de verme, especialmente porque yo lo busqué todo el día hasta encontrarlo en el gimnasio.
-Hola Seth-
-Oye, lo que...-
-No te preocupes, ya todo esta bien-
-¿En serio?-
Como dije, él esta sumamente sorprendido, debe pensar que está soñando.
-En serio- le dije con una sonrisa, aunque desde ayer, todas mis sonrisas parecen falsas.
-¡Que alivio!- dijo con un suspiro -Te veías tan enojado que pensé que no ibas a volver a hablarme-
-Pues, lo pensé por un segundo, pero tú eres mi mejor amigo y los amigos siempre se perdonan-
-¡Tú lo has dicho!- dijo, poniendo un brazo alrededor de mi hombro amistosamente -Pero, también hay algo que debo contarte-
Lo miré confundido, no esperaba un cambio tan drástico de humor, en especial porque Seth sólo se pone serio cuando se trata de algo importante.
-¿Qué sucede?-
Separa su brazo de mi hombro y se rasca la cabeza nerviosamente.
-¿Recuerdas que te dije que me moría por salir con Melissa?-
-... Sí-
-Bueno, es que era porque Melissa es la chica más linda que he visto y pensé que si salía con ella tal vez resultaría ser mentira-
-¿Qué resultaría ser mentira?-
-Pero al final resultó ser cierto-
-¿Qué resultó ser cierto?-
-Y lo peor es que después tuve que disculparme con ella-
Lo sacudí desesperadamente de los hombros -¡Maldita sea Seth! ¡¿Qué?!-
-Descubrí que... Soy gay-
...
...
...
-¡¿QUÉ?!-
Todos los chicos que jugaban fútbol junto a nosotros voltearon a vernos después de que grité como una niña. Maldita voz aguda.
-¡Cállate!- susurró Seth -No quiero que nadie se entere-
-¿Estas bromeando?- susurré mientras lo arrastré hacia un pasillo -¡¿Tú?! El increíble Seth Miller que ha besado a más de la mitad del club de porristas incluyendo a la capitana ¡¿Tú eres gay?!-
-Ya sé que es difícil de creer...-
-¡¿Tú?!-
Seth rodó los ojos por haberlo interrumpido -Ya sé, pero no puedo evitarlo- explicó -Cada vez que beso a una chica, siempre termino pensando en algún otro chico del equipo, y la cosa se pone peor en las duchas-
Un escalofrío me llegó a la espalda de tan sólo pensarlo.
-Mira si tienes algún problema, yo enti...-
-Oye- dije, poniendo una mano en su hombro -Dije que eras mi mejor amigo ¿No? Eso significa que te quiero seas como seas, y nada me hará cambiar de opinión-
-¡¿En serio?!- yo asentí con la cabeza y Seth me dio un abrazo tan fuerte que casi no podía respirar -!Oh gracias Mitch, eres el mejor amigo del mundo!-
Reí suavemente y devolví el abrazo. Seth ha estado conmigo en las buenas y en las malas, que clase de amigo sería si no lo apoyo ahora, lo cual me recuerda...
-¿Seth?-
-¿Qué?-
-¿Qué pasó en el cine cuando me fui?-
Me miró sorprendido, rompiendo el abrazo.
-Pues tu primo me tomó furioso de la camisa y gritaba "¿Que le hiciste a Mitch, gordito?" Mientras amenazaba con lanzarme una soda de naranja-
-¿En serio?-
-Si, y después le dije que te habías ido corriendo y salió detrás de ti-
-Oh cielos-
Los dos nos quedamos callados por varios minutos hasta que Seth rompió el silencio.
-Oye Mitch-
-¿Qué?-
-No estoy gordito ¿Verdad?-
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No quiero hacerlo.
…
No puedo hacerlo.
…
Estoy parado frente a la puerta de mi casa, pero no tengo el valor suficiente para entrar, no después de recordar lo que hice.
Muchos pensarían que todo fue culpa del accidente, pero aún así lastimé los sentimientos de Rodney de tal manera que decidió jamás volver a salir del ático.
Me convertí en lo que más odio.
Un monstruo.
Siento que ahora el extraño en mi casa soy yo en vez de Rodney, siento que en cuanto entre mis padres me mirarán con decepción y tristeza, siento que Rodney me odiará de por vida.
Pero sé que no será así.
Y eso es lo peor de todo, ellos son demasiado buenos, apuesto a que se preocuparán por mí después de que no llegué a casa saliendo de la escuela. Debido a que salí a pasear con Seth y Melissa por unas horas, tratando de alargar mí llegada a casa.
Melissa me explicó que Rodney y yo llegamos al cine poco después de que Seth le confesó acerca de su homosexualidad, y se puso a coquetear con Rodney para saber si Seth se ponía celoso, con esperanza de que lo que le confesó no fuera cierto.
Pero no funcionó.
Cuando salí corriendo y Rodney me siguió, ellos e quedaron hablando y vieron la película, pero ya no era lo mismo que antes de la confesión de Seth.
Ahora me siento peor por haber pensado que Melissa era una zorra, pero los celos te hacen pensar cosas que no son ciertas, o que no pensarías normalmente.
Lo cual confirma mi teoría de ser la peor persona en el mundo.
-¿No piensas entrar?-
La pregunta me toma por sorpresa, volteo para encontrarme con Lisa, lo cual es extraño porque ella vive muy lejos de mi casa, casi a punto de llegar a la ciudad vecina.
-Es que yo… no quisiera ver a mis padres ahora, ayer tuvimos… una pequeña pelea- también estoy harto de mentir, pero no quiero que nadie sepa acerca de Rodney aún, especialmente Lisa.
-Pero estoy segura que tus padres ya te han perdonado- dijo –Cuando alguien te quiere mucho, suelen perdonarte a pesar de todo lo malo que hayas hecho-
¿Será cierto? ¿Podrá Rodney perdonarme?
Él dijo que no estaba molesto, pero lo encuentro difícil de creer.
Incluso yo estaría molesto conmigo mismo.
-… Creo que tienes razón- le dije con una sonrisa.
Ella devolvió la sonrisa –Sé que hay alguien que te gusta Mitch –
No pude evitar sonrojarme cuando lo dijo, tenia ganas de decirle “Así es, y de mi propio hermano que ha vivido en el ático usando una máscara de conejo” pero no tengo el valor y es Lisa con quien estoy hablando, sería menos arriesgado hablar con el periódico escolar.
-Yo…-
-Y sé que no soy yo-
-Lisa… yo-
-Descuida Mitch- puedo ver las lágrimas formándose en sus ojos –Siempre supe que jamás habría algo entre tu y yo-
La abracé casi al instante –Lo siento, lo siento- le dije una y otra vez.
Por segunda vez le rompí el corazón a alguien.
Bien hecho Mitch.
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Al entrar a mi casa el frío es casi insoportable, las luces están apagadas y el sentimiento de soledad se apodera de mí. En la cocina hay una nota pegada frente al refrigerador.
Mitch,
Tu padre y yo salimos a comprar, te dejamos la cena preparada y sólo tienes que calentarla. Rodney se quedará contigo, tengan cuidado y cierren bien las puertas.
Mamá
Perfecto.
Estamos solos.
Él y yo.
Es como si el destino quisiera que yo y Rodney hablemos del tema. El problema es que no estoy listo para verlo a la cara.
Ahora que sé las cosas de las que soy capaz, no me cabe duda de que soy un monstruo.
Calenté el estofado de mamá y lo comí lentamente, después lavé los platos y me dirigí hacia las escaleras, pero algo me detuvo.
Alguien.
Me encontré con el penetrante ojo dorado que no me dejó dormir toda la noche, Rodney estaba recargado en el marco de la puerta, mirándome de una manera que no pude descifrar.
Poco a poco se acerco a mí, hasta que estuvimos a sólo unos pasos de distancia, y con su firme y grave voz me dijo lo que yo más temía.
-…Debemos hablar-