Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

" M y P l a c e " por zafiroeindigo

[Reviews - 223]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nota aclaratoria II:

La actualización de éste capítulo se hiso más pronta porque el anterior y éste eran uno solo. Debido a lo extenso que era tuve que partirlo en dos. Así que he aquí la continuación.

Mis actualizaciones se dan mayoritariamente cada tres semanas. Espero poder recuperarme con rapidez para poder actualizar más temprano que tarde. Pero pronto estará el siguiente capítulo.

Dada estas explicaciones, podemos continuar…

-  M y   P l a c e -

 

 

“R E C O V E R Y”

(Capítulo XI)

 

 

— Por Kami… — Gaara estaba sumamente preocupado, ¿y si algo le había pasado?, ¿y si por culpa del ajetreo se hubiera caído?... Naruto no estaba en condiciones de pasar riesgos. Intentó serenarse. No tenía por qué ponerse en la peor situación, él no era así y no iba a actuar basándose en el miedo. Se volteó a Sai, apresando sus manos.

— Tenemos que buscarlo.

— No comprendo, ¿por qué estás tan preocupado?

— Gomen, pero no puedo decírtelo. Solo… confía en mí. Debemos buscarlo.

Y sin cuestionar nada, creyendo en el pelirrojo comenzaron a buscar en el pub.

— ¿¡Naruto?!

Nada. Solo continuaban escuchándose los murmullos, hasta que muy a lo lejos notó su nombre.

— ¿Gaara?...

— Al fin… — dijo al sentir su presencia cerca, le golpeó la cabeza acto seguido — ¡Tú eres idiota! ¡¿Por qué no respondías?!

Las cabezas de Sai y Naruto tenían una gran gota de anime. Gaara era algo voluble.

Naruto se protegía con sus brazos de cualquier ataque que quisiese hacerle el pelirrojo, — Demo… estaba en las cocinas, ¿no vieron en el televisor?

— No…

De pronto la luz volvió.

Sai y Gaara observaron sus manos entrelazadas y rápidamente se soltaron, sin que el rubio pudiera notar algo. Estando el ambiente más tranquilo, los trabajadores volvieron a la faena al igual que los clientes en sus conversaciones, mientras Ino prendía el televisor. Todos los que estaban cerca de la barra veían impresionados, como la sede principal del ministerio se encontraba totalmente rayada, y como en frente de la misma un muñeco de paja vestido con traje elegante y con el rostro de Danzou se quemaba a lo bonzo.

El titulo de la noticia decía las frases que habían rayado en el ministerio:

“Nos impusieron la Ley. Ahora nosotros nos imponemos ante ésta mafia.”

“¡Cambio o Muerte!”

Naruto miraba impresionado al igual que todos los demás la pantalla.

 

 

*****************************************************************************

 

 

Unas cuantas semanas habían pasado desde el último incidente. Las calles a ciertas horas estaban completamente vacías. Algunos asustados por la rebelión en torno a la ley la cual poco a poco comenzaba a desmoronarse. Si algo era seguro, era no salir muy tarde de sus hogares. Los ciudadanos comenzaron a cerrar algunas calles con sus barricadas, mientras las autoridades intentaban volver a abrirlas. Aquello estaba afectando al comercio de la noche, pero aun así algunos valientes salían de sus casas a enfrentar la realidad. Mal que mal… el mismísimo ministerio había creado ese ambiente en la ciudad.

En aquel momento la familia Uzumaki más el novio del hijo mayor se encontraban en la entrada de la casa. Kushina abrazaba fuertemente a su marido… la hora de la despedida había llegado. 

Minato había decidido cambiar de hogar. A pesar que le exigían divorciarse para contraer matrimonio con un varón. Minato había intentado como fuera dilatar la situación, ya tenían un plan y esperaban que cuando naciera el nuevo integrante de la familia, pudiese resultar. Kushina besaba la cabeza de su marido, sus mejillas, sus ojos. Minato la miraba con tristeza. La pelirroja por su parte no paraba de llorar y a él le dolía en el alma verla en ese estado. Pero ya no había vuelta atrás.

— Me veras todos los días.

— Hai, lo sé… — Kushina intentaba reprimir sus sollozos, pero le era casi imposible.

— Tranquila. Solo debemos esperar unos meses.

Kushina volvió a asentir. Minato acarició los largos cabellos que le habían cautivado desde que tenía memoria. Para luego observar a sus hijos y a Itachi.

— Deben cuidar a su madre.

Ambos asintieron. Naruto por su parte estaba algo más alejado. Minato sabía cómo se sentía.

— Naruto ven aquí.

El rubio menor miró sin comprender, pero se acercó de todas formas.

— Quiero que algo te quede claro antes que yo salga por esta puerta.

El ojiazul le miraba atento.

— No quiero que te sientas mal. Piensa que las emociones fuertes afectan a tú bebe. — Su hijo tan solo asintió, Minato tan solo revolvió los cabellos del rubio menor — No te sientas culpable. Por ti y por Deidara, tu madre y yo somos capaces de cualquier cosa.

Y así le abrazó mientras el rubio menor le devolvía el abrazo. Minato observó a su hijo mayor el que se encontraba al lado del mayor de los hermanos Uchiha.

— Itachi, cuida de mi hijo.

Itachi asintió. Lo sabía y lo haría. Comprendía toda la situación y jamás dejaría a la persona que amaba pasar por esa tristeza de forma solitaria. La familia Uzumaki-Namikaze era fuerte y sabía que tarde o temprano  el sol volvería a iluminarles.  

Minato sonrió a su hijo mayor.

— Te dejo la responsabilidad del hogar, Dei. Sé que cuidarás bien a tu madre y a tu hermano.  Como saben, pueden ir a visitarme cuando gusten a mi departamento.

Deidara tan solo asintió. No quería llorar. No en ese momento en que debía demostrarle valor a su padre. Éste había confiado en él y no sacaba absolutamente nada con llorar.

Minato se separó de su hijo menor el que se alejó unos pasos. Mientras él, volvió hacia su mujer. Besándola en los labios, de forma cariñosa.

— Te amo. Esto es solo una dificultad. Tú eres una mujer fuerte y sé que podremos resolverlo.

Kushina asintió. Secando sus lágrimas con decisión le observó.

— Mas te vale que no me engañes con ningún varón mientras pase este tiempo. No quiero enterarme que mi esposo finalmente decidió convertirse de verdad en un doncel-ttebane.

Minato ante esto solo pudo reír. Kushina por su parte dio una pequeña sonrisa al igual que todos.

— Eres única. — Minato le abrazo por última vez, mientras salía de la propiedad  y manejar rumbo a su nuevo departamento.

 

Deidara observaba con tristeza a su madre, sus ojos tristes hacían que le doliese el alma. Nadie quería que aquello pasara y jamás echaría culpas en su hermano. No era difícil tan solo para él y lo sabía, lo notaba al mirar a Naruto el que se acercó a su madre y la abrazó mientras le pedía perdón reiteradas veces. Kushina por su parte tan solo lo abrazó, mientras negaba con la cabeza diciéndole que él no tenía culpa alguna.

De pronto Deidara sintió una mano rosando la suya. En esos momentos agradecía haberse dado cuenta a tiempo que amaba a ese hombre con toda su alma. Claro que jamás lo diría a los cuatro vientos, su orgullo podía más. Pero jamás negaría que lo amaba., porque lo hacía y aun más cuando sus ojos azules se topaban con los negros que le miraban conciliadores. Tan solo una palabra llegó a sus labios:

— Gracias.                                                                            

Itachi no dijo nada, tan solo posó sus labios en la frente de Deidara, mientras hablaba.

— ¿Quieres qué me quede?

Deidara le hubiera dicho que sí con toda su alma. Pero no era el momento, necesitaba estar con su familia. El rubio negó mientras observaba las espaldas de Kushina y Naruto abrazados.

— Comprendo.

Itachi le dio un abrazo a Deidara mientras sellaba sus labios en la frente de Deidara trasmitiéndole tranquilidad, a lo que el rubio correspondió. Poco a poco comenzó a soltarle mientras se acercaba a Kushina, ella se despidió con un abrazo de Itachi y se excusó para retirarse a su habitación, Naruto la iba a seguir pero Deidara se acercó con rapidez y le ayudó. Dio una fugaz mirada a Itachi despidiéndose.

Itachi estuvo un momento observándoles al igual que Naruto. Pero el pelinegro desvió la mirada hacia el menor.

— No te sientas culpable.

— Imposible no hacerlo. — Observó resignado al suelo.  

— Uno no decide cuando traer hijos al mundo, Naruto.

El rubio observó al moreno, tan parecido a su hermano. Pero la mirada era completamente distinta, mientras Sasuke cada vez que le miraba era con ira y rencor. Itachi le miraba con comprensión. Esperaba, aunque fuera solo una vez ver esa misma mirada en Sasuke.

— Dime Naruto… ¿quieres dedicarte a lo mismo que mi ototo?

Naruto meditó un momento, lo sabía. Desde el momento en que Sasuke comenzó a enseñarle ese mundo, comprendía perfectamente que eso era lo que quería. Lo que, además de su bebe, le haría retomar su vida.

El rubio tan solo asintió.

— Entonces debes meditar muy bien sobre qué hacer con Sasuke. Perdón, no solo ustedes dos. Hay alguien de por medio y merece conocer a su padre. Además ese bebe merece que su padre doncel consiga sus metas. — le sonrió levemente.

A lo que el rubio menor le miró curioso.

— Deidara me ha dicho que piensas enviar el cortometraje que realizaste al festival.

— Ie… Creía poder enviarlo. — Naruto posó su mano en sus cabellos, echándolos hacia atrás, mientras pasaba su mano por la nuca; meditando. — Demo… No puedo hacerlo. Sasuke es parte del jurado.

Itachi lo miró sin comprender a qué se refería.

Naruto le miró con una sonrisa desganada— Jamás recibirá un cortometraje que esté rotulado con mi nombre.

Itachi meditó un momento. Podía ser verdad lo que decía el rubio, pero debía haber alguna manera. Había visto al menor esforzarse bastante, y algo le decía que su ototo tenía que enterarse de lo que estaba haciendo el rubio. Ya había un pequeño ser que los unía, aunque no quisieran estarían enlazados de por vida gracias a ese bebe, y se alegraba, realmente no podía lamentarlo.

Sasuke podía alcanzar la esperanza de ser nuevamente padre y él por supuesto tío. Extrañaba a Rin muchísimo, como sabía también que Sasuke debía hacerlo. Pero no podían seguir en el pasado y una nueva persona llegaba a sus vidas, debían recibirla sin resentimientos ni tristezas de por medio.

De pronto una idea apareció en su mente, meditó un momento intentando atar algunos cabos sueltos de la misma, hasta que finalmente no encontró problema en su tesis.

— Sasuke no es la única persona que conoces del jurado.

Naruto le observó extrañado.

— Sai también lo es.

De pronto los ojos del rubio se llenaron de un brillo que al menos Itachi no apreciaba hacía mucho tiempo.

— Entonces…

Itachi sonrió sincero. Comprendía que para Naruto ese camino era el correcto.

— Hai. Entrégame el cortometraje ahora. Yo se lo llevaré a Sai. Rotula el sobre por fuera con el nombre de Sabaku no Gaara y dentro en la ficha técnica con el tuyo, así no podrá negarse. Mal que mal en ese momento el sobre estaría abierto y es obligación revisarlo.

Naruto tan solo rió levemente, de verdad Itachi era muy inteligente. Lo observó durante unos segundos, su vista se volvió algo melancólica.

— Gracias. Aun no comprendo cómo…

— No hablemos de eso. — Itachi le interrumpió. El tema era complicado y no solo para él mismo. Comprendía a Naruto, y aun más tras conocerle mejor. Por lo mismo le apenaba la situación. Sasuke y él eran iguales, ambos torturados por ese día. Ambos tristes. Sasuke intentando vivir con ese dolor y Naruto intentando vivir con la culpa. No sabía cuál de las dos emociones era peor. Pero estaba claro que los estaban destruyendo.

Naruto siguió el consejo del mayor y rotuló el sobre con el nombre de Gaara, colocó la ficha dentro del sobre al igual que el cortometraje en DVD, lo cerró y se lo entregó a Itachi.

— Espero que todo resulte bien dattebayo.

Itachi sabía que sí, con Sai de por medio no habría complicaciones.  El hermano mayor de los Uchiha arregló su abrigo para luego abrir la puerta. Iba a decirle algo a Naruto, pero éste sonrió zorrunamente comprendiendo sus intenciones.

— No te preocupes. Deidara te llamará.

Itachi tan solo asintió mientras se marchaba a su hogar. Pero con un objetivo claro, ir lo más pronto posible a visitar al cabeza dura de su ototo.

 

 

 

*******************************************************************************

 

 

 

Como había prometido, así mismo cumplió. Días después Itachi manejaba por la carretera en dirección hacia su hermano menor. Hace una semana que no le veía y tampoco había podido contactarse con su primo, Sai. Algo extraño estaba pasando y no sabía por qué. No le daba un buen presentimiento. Esperaba que Sasuke le recibiera. Por lo que también estaba algo preocupado. Observó durante unos segundos el sobre que tenía a su lado. Esperaba poder entregarlo y que nada ocurriese. Mal que mal, no habría problema. No estaba rotulado con el nombre de Naruto y al momento en que lo abriera no había vuelta atrás. Debería evaluarlo de todas formas.

Itachi dobló por la carretera entrando por el sendero de los árboles de Sakura los cuales extrañamente comenzaban a mostrar sus brotes. Algo que le resulto muy extraño a Itachi ya que esos árboles hace años que habían muerto, desde la muerte de la misma mujer que los había plantado. Supuso que quizás por las grandes lluvias del año aquellos arboles habían revivido y esperaba que fuera así. Esa hilera de bienvenida sin el color rosa de los pétalos y lo frondosos que eran en el verano, no tenían ni pisca de gracia.

Itachi abrió la puerta de la casa. Desde el atraco a la casa del menor, Itachi guardaba una llave en caso de cualquier contratiempo y daba gracias de haberlo hecho. Entró al lugar en el carro y notó uno dentro. Uno que sin dudas le llamó la atención.

El moreno bajó de su automóvil con paso rápido hacia la entrada del hogar. Lo pudo notar, allí dentro del carro y a pesar de los vidrios polarizados, una gélida mirada grisácea le observaba con análisis.

Acercó su mano hasta la puerta y tocó. Pero no fue su hermano el que lo recibió. Sino quien no quería encontrar.

— ¡Itachi! Cuanto tiempo… — le saludo de forma sínica Madara.

— Vaya que sí. — le devolvió el saludo de la misma forma. — ¿Qué te trae por aquí?

— ¿No debería yo preguntar eso?

— Eh… No. Yo soy el hermano de Sasuke, está bien que lo pregunte.

— Pero no has cumplido tu rol de hermano en intentar que Sasuke deje lo que le arruina.

Itachi le miró con el ceño fruncido. No entendía donde estaba su hermano y al parecer no se encontraba en la casa. Pero por si las dudas prefirió no hablar dentro de la casa.

— ¿Me acompañas al patio, Oji-san?

Madara algo curioso, ya que Itachi hace años no le llamaba de esa forma accedió. Ambos caminaron hacia el patio, bajo la atenta mirada de Pain que les miraba desde el automóvil.

Al llegar al mismo notaron el pequeño altar que Sasuke había hecho de Sakura y Rin, Itachi se acercó a éste y arregló algunas flores, bajo la atenta mirada de Madara.

— Es una pena… — dijo con pesar Madara.

— Si. Pero ya Sasuke está superando…  

— No lo digo por ellas. — Interrumpió Madara de forma fría.

Itachi en ese momento contuvo como pudo sus ganas de intentar estampar su puño contra la cara de su tío. Lentamente continuó ordenando las flores.

— ¿A qué te refieres, entonces?

— Todo lo que es tu vida y la de Sasuke.

Itachi terminó de acomodar las flores, sonriendo a la foto que estaba allí. Para luego levantarse y voltear a ver a su tío con una mirada completamente distinta. Una gélida y llena de ira.

— Sasuke es feliz con lo que hace y yo me las arreglo perfectamente.

— El caso de Sasuke es ilógico pero aún puede cambiar; es joven. En tu caso, arruinaste tú futuro o debo recordarte que me dijiste incontables veces que no querías dedicarte al negocio de la escuela de tus padres.

Itachi negó.

— Lo sé. Lo que menos quería era seguir ese negocio.

— Yo te ofrecí encargarte en parte conmigo de la empresa que realmente hace que los Uchiha seamos respetados por todos y cada uno de los habitantes de éste país. Pero tú te negaste y ahora mírate.  

Hubo un momento de silencio, ambas miradas oscuras retándose.

— Puede que tengas razón. — Comenzó a caminar hacia su tío, — Demo… si volviera a pasar. Volvería a escoger la escuela. — Se acercaba cada vez más, con su mirada decidida. — Una y mil veces lo volvería a hacer.  

Ambos estaban frente a frente muy cerca. La tensión era palpable en el ambiente.

— Es una lástima. Nunca entenderé el porqué mi querido hermanito se dejó seducir por su entrometida esposa para colocar una escuela; una simple escuela. Que deshonra. Esperaba que sus hijos no sacaran las ideas equivocas de su madre.— Despreció como solo él sabía hacerlo. Madara miraba de forma sínica al Uchiha enfrente.  

— Ten respeto, Madara. — La voz de Itachi sonaba gélida. — No solo te estás refiriendo a nuestra madre. Ella era tu prima.

— Si, la familia Uchiha debe casarse con miembros del mismo clan para preservar el apellido y al menos eso hicieron bien tus padres. Pero tuvieron la mala decisión de ocupar parte de la herencia en su escuelita.

De pronto a Itachi le asaltó una duda.  

— Esa herencia era solo de mi padre, ¿qué importa lo que hiciera con ella?

Madara tan solo se quedó callado. Itachi tuvo un mal presentimiento, iba a continuar cuando de pronto escucharon un par de voces.

— ¿Oji-san, Itachi, qué haces aquí?

Itachi se volteó, y su rostro se desencajó levemente al ver a su hermano junto a la pelirroja esposa de Sai.

— Tan solo venía a visitarte, Sasuke

— ¿Y eso por qué?

— He estado recapacitando, y me gustaría ayudarte para que vuelvas a ese mundo que tanto te gusta. — dijo con una sonrisa Madara.

Ambos Uchiha miraban al hombre como si de pronto les hubiera caído encima un balde de agua fría. Sasuke no entendía nada, e Itachi menos… si hace segundos reprochaba lo que éste hacía. Karin por su parte inmediatamente comprendió todo.

— Pero, tú…— comenzó a hablar Itachi. Pero Madara lo interrumpió de lleno.

— No lo tomes a mal, Itachi. No me gusta a lo que ambos se dedican… pero no puedo vivir en su contra, ¿no? — Suspiró en un casi falso tono de resignación, — Si no puedes contra eso, simplemente me uno.

— No entiendo en qué podrías ayudar a Sasuke. — dijo cortante Itachi y más luego de las conjeturas y las palabras anteriormente habladas.

— En muchos aspectos. Créeme… — Sonrió, de forma casi siniestra. — Tengo algunos conocidos en ese mundillo, al menos ahora me enteré que estas participando de jurado en un festival. Me parece acertado, pero deberías volver en gloria y majestad. Como todo un Uchiha, así que moveré algunos hilos. Sé que has tenido problemas para sacar tu nuevo proyecto. Pero no te preocupes. Yo te ayudaré…

Sonaba sincero… claro que en actuación era un ser casi perfecto. Sasuke por un momento no pudo evitar no creerle, o quizás notaba la mentira. Pero no quería enfadarse más con él. Mal que mal eran familia. Por mucho que no le gustara que estuviera involucrado o coludido con Naruto. Uchiha Madara era más importante que el rubio, porque era parte de su familia. Por lo tanto, no tenía más opción que darle una oportunidad.

— Yo creo que es sincero, Sasuke-kun. — Comentó Karin, casi pegada al brazo del moreno. Esperando con toda su alma que el moreno le creyese.

Sasuke meditó un momento, pero una brusca brisa azotó el ambiente. Cosa sumamente extraña. Sasuke volteó y notó como los arboles de Sakura se mecían con brusquedad, tirando de pronto algunos pétalos que habían comenzado a nacer. Pero se volteó al escuchar un sonido desde el altar de su familia. Notó como por culpa del viento la foto de Sakura y Rin se había volteado. Pero antes de poder hacer cualquier movimiento Karin trotó hasta el altar y levantó la fotografía. Sasuke sonrió levemente por un momento. Esa era y sería siempre la razón por la cual a pesar que no soportaba a la pelirroja en demasía, la apreciara. Siempre se preocupó de Sakura y Rin, incluso ahora.

Miró a su tío el que observaba con extrañeza el cielo, que comenzaba a ponerse gris.

— Está bien. — aceptó. No con toda la sinceridad posible, pero no quería pleitos y menos en esos momentos en que pronto Sai llegaría a casa.

— Me alegro muchísimo. — le sonrió. — Bien, ahora debo irme. Karin… — llamo a la muchacha. La cual sonreía a la foto, pero al notar su nombre se volteó con rapidez.

— ¿Quieres que te lleve a tu casa? Por lo que supe vives a pocas cuadras de la mía.

La chica tan solo asintió. Sabía que Madara necesitaba hablar con ella.

—  Bien, nos vemos. — y sin más ambos se retiraron. Karin por su parte se despidió de Itachi con la mano y de Sasuke con un beso en la mejilla.

No fue hasta que dejaron de escuchar el automóvil partir que Itachi habló.

— No me gusta nada tu relación con Karin. — le miró reprobatoriamente.

— ¿Relación?— preguntó algo confundido.

— Lo noto.

— ¿Se puede saber qué notas, Itachi? — le miró con curiosidad y un tanto cansado.

Itachi no se dejó amedrentar, respondiendo:

— Esa mujer siempre te ha querido. Si ha estado con Sai, solo es para llegar a ti.

— Tonterías. — dijo enojado Sasuke, para comenzar a caminar hacia la casa. Entrando, seguido de Itachi.

— Sabes que no me equivoco. Claro que apreciaba a Sakura. La quería muchísimo, y por lo mismo aceptó que te casaras con ella. Para ella, Sakura era como su hermana, pero ahora no hay nadie en tu vida y ella quiere llenar ese espacio.

Sasuke meditó un momento. Hace una semana que Sai le había comentado que finalmente se estaba planteando la posibilidad de terminar su relación con Karin, que quizás él tenía razón y no valía intentar arreglar algo que desde el comienzo había partido de mala forma.

— Quizás si es la persona que debería llenarlo.

Itachi abrió sus orbes de forma exagerada. No creyéndose lo que su ahora certificado por el mismo “estúpido” hermano menor decía.

— ¿Perdón?... creo que no comprendí bien.

— Me escuchaste perfectamente. — le habló seco el menor.  

— No me lo creo. — dio una risa algo confusa. No podía realmente creer lo que decía el terco de su hermano.

— Pues deberías comenzar a creerlo. — le respondió serio.

— Es ridículo. Tú no la amas.

— Cómo sabes eso. — Sasuke desvió la mirada hacia la ventana. Los arboles de Sakura se mecían con el viento.

— ¡Porque te conozco Ototo-no-naka!— Itachi impacto su mano en la mesa. Pero Sasuke no se inmutó en ningún momento.

— Es lo mejor. Ella puede llenar ese vacío. Ambos hemos sufrido por la muerte de Sakura y sé que ella esté donde esté aprobaría esa relación, si es que la hubiera en un futuro.

— Así que de eso se trata — Itachi se apoyó en la pared con sus brazos cruzados. Mirando con enfado a su hermano menor.

Sasuke le miró con el ceño levemente fruncido, sin comprender bien.

— Porque si estuvieras con Naruto, crees que Sakura jamás te lo hubiera perdonado, ¿no?

Esas palabras habían sonado como mil puñales atravesando su cuerpo. Sintió la ira y la impotencia recorriéndolo por completo, pero intentó mantenerse sereno. No iba a demostrar nada, nada que tuviera que ver con ese rubio.

— Si hubiera sabido la verdad desde un principio jamás siquiera le hubiera hablado.

— Eso no lo sabes. Los hechos reales son que lo hiciste.

—Ahora lo sé y jamás podría estar con la persona que mató a mi esposa, hija y a mi hijo que jamás pudo ver la luz. Ahora conozco las consecuencias de haber estado con él y aun me molestan. 

Itachi se quedó un momento callado, hasta que suspiró resignado. Sabía que lo último era una vil mentira, una coraza de protección. Una que había armado muy bien luego de la muerte de Sakura y de la decepción de enterarse de lo de Naruto.

— No tienes ideas de las consecuencias, ototo. — dijo en tono bajo Itachi, a lo que Sasuke pudo escucharle. No comprendiendo a qué se refería, pero no rebatió nada, no quería saber. Pero Itachi continuó — No deberías engañarte.

El moreno menor se acercó a la ventana. Mientras Itachi pasó a su lado y sacó el sobre dejándolo encima de otros. Sasuke al estar volteado no notó nada en absoluto.

— Sakura no era rencorosa. Jamás lo fue, y sé que ella esté donde esté quiere que retomes tu vida…— Esperó un momento para luego continuar, incluso si su hermano se volteara y le moliera a golpes. Itachi lo había comprendido, sabía que Naruto era la persona que a pesar de haberle quitado su mundo, era el único que podía devolvérselo. ¿Por qué Sasuke no podía aún y a pesar de los meses, comprenderlo? —Aun si la retomas con Naruto.

La rabia de Sasuke iba en aumento, su tono de voz y sus ojos ennegrecidos en confusión e ira lo demostraban: — Tú no tienes idea de nada, no puedes decir eso. Es algo imperdonable, es injusto. No debe ser así. 

— El corazón no manda a razones, Sasuke y menos en lo que piensas. La justicia no tiene nada que ver contigo y con él. — dijo sincero. Pero antes que Itachi dijera algo más la mano de Sasuke se levantó en un símbolo de detención.

— Cállate, no quiero oír nada más. — lo retó con enfado, sus manos estaban tan apretadas que se amorataban. Itachi comprendió que la lucha mental de su hermano aun era enorme. Tan solo suspiró mirándole con tristeza. Sasuke seguía negando la realidad y ya no solo se hacía daño a él y a Naruto, también le haría daño al hijo de ambos. Era una situación compleja y triste pero si Sasuke no quería dar el paso, nadie podía hacerlo por él.

— Tú tienes la decisión en tus manos, ototo. No la desperdicies.

Y sin más Itachi se marchó. Dejando a Sasuke con un millar de preguntas en su cabeza, y sin duda el clima no contribuyó a la mejora de éstas. 

 

 

 

********************************************************************************

 

 

 

Un mes había pasado desde la visita de Itachi con Sasuke. Ambos se habían vuelto a ver, pero no habían querido comentar más el tema. Karin frecuentaba la casa, se los veía más juntos. Sai había comenzado los trámites del divorcio. Lo había intentado todo por mejorar su matrimonio. Pero no lo había logrado y además de ello, su cabeza ya no estaba volcada en ella. Sino en ese misterioso pelirrojo al que frecuentaba en el bar cada vez más y por el cual también comenzó los tramites. Aunque aun no le confesaba nada y tan solo lograra robarle algunos besos. La duda de conocerle aun estaba allí. Pero solo esperaba que con tiempo el pelirrojo pudiera decirle la verdad. Lo difícil ahora era su pequeño hijo, Kazuo. El cual no comprendía el porqué sus padres dormían en habitaciones separadas. Pero no quiso preguntar. Pensó que quizás estaban enojados como siempre. Sai a pesar de todo odiaba cada vez que veía a su ex esposa con Sasuke, al parecer ambos comenzaban a acercarse, Sasuke le decía que no pasaba nada entre ellos. Pero Sai notaba que quizás faltaba poco para que una relación comenzase y fuera como fuera debía impedirlo. Notaba cada vez que miraba a los ojos de su primo que éste no estaba ni pisca enamorado o encariñado más allá con su ex esposa. No recriminaba a Sasuke porque quisiera estar con su ex esposa. Porque comprendía sus motivos, pero no lo permitiría. Simplemente Sasuke y Karin jamás congeniarían, además estaba cada día más seguro al ver al moreno que los pensamientos de éste rondaban hacia otra persona. Por más que lo negara.

 

Por su parte Naruto cada vez estaba más ansioso. Su vientre ya era notorio y había tenido que comprar tallas de ropa más grande. Aunque no engordara y tan solo su estomago lo hiciera. Tenía que hacer ver al mundo que tan solo estaba más gordo y no en estado. Por lo que las vendas continuaban siendo rutina en su día a día. Pero ya se cansaba de las mismas. Notaba que su hijo se movía frenético en su vientre cada vez que se las colocaba y ya no podía seguir haciéndole eso a su bebe. Tan solo pedía paciencia y al mes siguiente pediría a Hinata que le diera un tiempo libre porque necesitaba realizar algunas cosas en el extranjero. Así con esa mentira, el podría descansar y tener a su bebe en casa. Había riesgos y lo sabía, pero prefería correrlos a que se lo quitasen. Ya el plan estaba trazado y tendría con el dolor de su alma que dejar a su hijo al cuidado de su madre. Por lo mismo ella había simulado hace unos meses a base de almohadones y cosas por el estilo que estaba embarazada. Por lo que jamás nadie ni ninguna autoridad notarían que en verdad Naruto había tenido un hijo. Luego de que naciera iría a registrarse para no tener problemas y podría estar con su bebe. Pero desgraciadamente en los papeles legales saldría como su hermano. Por más que le doliera era la única forma de no renunciar a él. Salvo que las amenazas de Madara continuaban vivas, pero no se había movido en el último mes, dejando al rubio algo más tranquilo, pero no sin estar alerta. Un mal presentimiento tenía. Pero mejor debía dedicarse a su trabajo y a claro… saber lo resultados del festival, ya que entre esos días se daría a conocer a los finalistas. Sus nervios estaban a flor de piel. No podía evitarlo y rogaba cada vez que acariciaba su estomago que pudiera quedar aunque sea como semifinalista.

 

— ¡Es buenísimo, Sasuke!— decía Sai terminando de revisar el último cortometraje en competencia.

Sasuke por su parte observaba serio la pantalla.

— No pasará.

Sai se golpeó la cabeza con su mano.

— ¿Puedes dejar tu rencor a un lado?, estamos evaluando como profesionales.

Sasuke frunció el ceño. Eso ya lo sabía, por más que no quisiera que el cortometraje estuviera en fila, lo estaba y lo aceptaba. Estaba bien hecho, la trama… no podía evitar que se revolviera su estomago cada vez que lo veía. No solo lo que trababa el cortometraje que era su historia y la de Naruto, sino verlo a él actuando de forma tan sincera. Tan real. Jamás había conocido esa faceta del rubio, y sin duda era palpable. Su mirada penetrantemente azul lo definía. Sin duda si quería dedicarse también a la actuación su carrera podía ascender. Por otro lado estaba el cortometraje en si mismo… lo que ocurria en el él.

Había comprendido algo en el mismo y ahora finalmente sentía que su cabeza comenzaba a encontrar un poco de paz. Comprendía al verlo, el perdón. El perdón que reclamaba Naruto en su historia… pero simplemente no sabía cómo responder ante ello. Por lo mismo el cortometraje lo perturbaba.

— Lo sé y lo hago. Pero es muy largo. Nota el tiempo de duración, están pasados un minuto. Además… — Sai lo miró — Es una historia muy compleja para un cortometraje.

Sai sonrió satisfecho. — Pero no para un largometraje.

Sasuke simplemente se quedó callado. Pero Sai continuó. — Se que hay errores de dirección, que de todas formas son normales. Naruto nunca había dirigido nada. La fotografía, bueno jamás esperé eso y estoy con muchas dudas… la fotografía de Gaara se nota que es estudiada, que no es un amateur. Por lo que es la mejor técnicamente. En cuanto a la actuación, podemos decir que está a juego con la trama y está muy lograda, por parte de Naruto y de la chica, Hinata Hyuuga. Y quien diría que la dueña del pub ¡tan tímida es una buena actriz!. En cuanto al guión; tengo algunos reparos. Es larga y algo engorrosa y quizás está muy resumida para un cortometraje. Pero para mí es la mejor historia de todos los cortometrajes que hemos visto.

— Continuo con lo mismo, tú lo dijiste. No es para ser un cortometraje.

— Pero sabes que podría llegar a ser una película.

— No. — dijo categórico.

— ¿Por qué no?— preguntó en el mismo tono y algo enfadado.

Sasuke se quedó callado.

— ¿Por qué te representa?, ¿por qué lo representa a él?... ambos sabemos que es una historia sincera y creo que merece la oportunidad para ser contada en más minutos que los establecidos.

— No viene al caso. No es un largometraje, si quieres defenderlo; hazlo. Pero no estoy de acuerdo por tiempos. — dijo frotando su cien con sus dedos.

— ¿y por historia?

Sasuke suspiró resignado. Meditando, era obvio. No lo podía negar:

— Pienso lo mismo que tú. Es la mejor de todos los cortometrajes.

Sai sonrió satisfecho, con una alegría sin igual. Realmente escucharle decir eso a Sasuke era un avance.

— Entonces entra a los finalistas. — Dijo feliz Sai.

Por su lado Sasuke continuaba observando el menú del BluRay. Observando unos flashes de escenas antes que comenzara el cortometraje. Esa mirada azul tan intensa, tan segura en esos momentos. Pero que cuando la veía en la vida real estaba plagada de sentimientos vacios. Su pecho dolió por un momento, pero decidió apagar el televisor, no tenía caso seguir torturándose. Ya al menos algo había comprendido… el perdón de Naruto era sincero y más con ese cortometraje, pero él no estaba seguro aun de dar el paso, el perdonar. Eso en su cabeza seguía resonando como algo imposible, a pesar de que su corazón brincaba por la alternativa contraria. 

 

 

 

********************************************************************************

 

 

Así habían pasado unos días hasta que finalmente el jurado se conformó en una pequeña sala de un auditorio de la cultura de la ciudad. Todos discutiendo la nueva decisión, y a los evaluados.

— Bien, comencemos. Los cortometrajes en competencia son: “Mentiras” por Kazuo Ichizaki, “Recuerdo de una Noche” por Naomi Kitazawa y Kaede Miya. “My Little Love” por Katsuya Watanabe, “He de Partir” por Akito Kitada, “Azuki” por Sora Nakashima y por último “La Otra Tierra” por Uzumaki Naruto y Sabaku no Gaara.

— En total 6 cortometrajes caballeros. — dijo serio Sai a los miembros del jurado. Entre ellos uno que sonreía al haber escuchado el último. Era ni nada más ni nada menos que el escritor de novelas, Jiraiya. Todos sabían que él sobretodo había propuesto el cortometraje “La Otra Tierra” al haber sido escrito por su alumno de la cárcel. Jiraiya aun recordaba como al rubio en un principio le había costado bastante trabajo comenzar a escribir seriamente, pero Naruto tenía lo más importante, algo más importante que el talento. La perseverancia para la escritura, además de la suerte. Aptitudes que no se encontraban a menudo.

— Bien ahora decidamos. — Dijo uno de los miembros — No tendremos tantas clasificaciones como son en los largometrajes. Por lo que definiremos será:

— Mejor Montaje. Mejor Mezcla Sonora. Mejor Fotografía. Mejor Guión. Mejor Actor. Mejor Actriz. Mejor Cortometraje. Mejor Dirección y Mención del Público que en ese momento vote por el cortometraje que más les gustó. En total son 8 menciones. Jiraiya-Sama, ¿tiene algo que decir?, ¿Sasuke? ¿Damas? ¿Caballeros?— preguntó Sai, notando la sonrisa del de pelo gris. Pero Sasuke negó con la cabeza. Mientras los  demás también negaron.

— No. Tan solo señoras y señores comencemos con la votación y que merezcan los premios los mejores.

Y sin más comenzaron con la votación. Algunas peleas surgieron y conflictos, pero finalmente y argumentando en buena medida las razones se dio por finalizada el extenuante debate. Luego de ello, todos dijeron que para celebrar a los votantes y sus premiaciones fueran al pub de los Hyuuga. Pero en el momento en que Sasuke iba a negarse, Sai lo golpeó para que accediera. Por lo que a la final y con un gesto lleno de enfado. Todos se dirigieron al pub.

 

 

********************************************************************************

 

 

 

— Adoro este Pub.

— No lo discuto, es uno de los mejores.

Algunos de los jurados hablaban entre sí mientras caminaban hacia la entrada. Sasuke observaba de un lugar a otro, quería como fuera retirarse de allí. Sabía que podía encontrarse con el rubio y no estaba con ánimos de hacerlo.

— No te escaparás, Sasuke. Ya perdiste. — le decía Sai con una sonrisa de oreja a oreja.

Sasuke frunció el ceño mirando enfadado a su primo. Se notaba que el más feliz con toda la situación era Sai.

— Fácil para ti decirlo, tienes a tu novio aquí.

Sai por un momento se sintió incomodo. Haciendo que Sasuke diera una sonrisa altanera.

— Eso no tiene nada que ver. Siempre me ha gustado venir aquí.

— Si, pero desde que conociste a Gaara que vienes más seguido.

— Ya calla, Uchiha. — le dijo Sai con el ceño levemente fruncido.

Sasuke sonrió, para él era un deleite molestar a su primo. No era común verle así, pero en cierta forma se alegraba por él, en esos pensamientos estaban mientras abrían la puerta al pub para entrar.

Fue en ese momento en que Naruto le vio, quedándose absorto. No comprendiendo el porqué se encontraba allí. Algunos clientes le miraron extrañados.

— Oye, ¡ten cuidado!

Naruto cayó en la realidad, estaba a punto de tirar un trago encima de un cliente. Sasuke de pronto pasó su mirada por el pub, al parecer el rubio no se encontraba, hasta que entre el bullicio notó un reclamo.

— ¡¿Sabes cuánto cuesta este traje!?— le gritó el cliente.

Naruto tan solo lo vio con el ceño fruncido, dejó el trago fuertemente en la mesa.

— Perdón. — y sin más se retiró a la barra.

Sasuke observó algo curioso al rubio, aunque intentó disimularlo. Se preguntó por un momento el porqué de esa disputa, que él recordase el rubio en el trabajo no era distraído. Pero no quiso darle más vueltas, una parte de su mente le recriminaba que no tenía por qué preocuparse. Pero la otra le decía que intentara hablar con él…

— Qué opinas realmente del cortometraje de Naruto; Sasuke.

Le había preguntado Sai en un momento mientras todos se sentaban y como notaba que su primo no le quitaba la mirada a Naruto.

— Por qué me preguntas eso en un momento como éste.

Sai se encogió de hombros. Intentando ser casual — No lo sé. Noto que miras mucho a Naruto.

— Deja de fantasear, baka.

— Vamos, dime…

Sasuke suspiró, la mirada y sonrisa de Sai no se iban por más que él intentara eludir el tema. Cada vez que podía se lo preguntaba, pero Sasuke no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. Pero no quería que su primo le preguntase más, por lo que solo hablaría lo justo y necesario.

— Bien. Creo que el cortometraje tiene puntos fuertes y débiles como siempre te he dicho.

— ¿Y?— le miraba insistente.

— Y creo que es sin…

Pero el moreno no pudo terminar la frase al ver entrar a una persona. Alguien que no le gustaba para nada y menos al ver como ésa persona fijaba sus ojos fríos en lo primero que vio al entrar. Sus ojos pasaron de esa mirada a la que obviamente observaba. Uzumaki Naruto.

Los ojos negros de Sasuke observaron con análisis al hombre, quien se sentaba y levantaba la mano. Fue ahí que el día se volvió gris para Naruto. Al igual que los ojos que tenía esa persona. No quería atenderle, por nada en el mundo. Pero era un cliente y debía ir.

Pero una mano cortó su paso.

— Yo iré.

— Pero…

— No te preocupes, tú eso si tendrás que atender a la mesa de lo que parece, son el jurado del festival.

Naruto miró confundido a la mesa, pero asintió a su amigo.

— Arigato, Gaara.

— No me agradezcas.

Y sin más Gaara se fue a atender la mesa, mientras Naruto fue a atender la del jurado.

Durante un segundo Sai y Gaara se observaron saludándose con la mirada. Pero no se acercaron para conversar, el moreno sabía que Gaara estaba en horas laborales y no le gustaba que gastara mucho de su tiempo, para eso tenía el término del día.

Por su parte las manos del rubio sudaban, hace tiempo que no hablaba con Sasuke, pero se tranquilizo de inmediato tratando de mantener la cabeza fría. Eran clientes y debía atenderlos como tal. El ojiazul llegó hasta a un lado de Sai.

— ¡Naruto!, ¿cómo estás?

— Bien, gracias ¿y tú?— Sai levantó sus manos en forma de victoria, Naruto por su parte le sonrió. Sobre todo al ver a un conocido sentado en la mesa a quién no había visto antes estando pendiente de otra persona.

— ¡¡Ero-sennin!! ¡¿Cómo estás-ttebayo?!— dijo de forma alegre. Sasuke miró curioso, hace mucho que no escuchaba la voz del rubio tan animada.

— ¡Mocoso! ¿Cómo estás?— dijo Jiraiya levantándose del asiento y dándole pequeños golpes en la espalda en forma de saludo. A lo que el rubio rió.

— Bien, bien. ¿Y tú?

— Muy bien también. Pero vaya, no sabía que trabajabas aquí.

Los demás del jurado al ver al rubio empezaron a mirarle de forma fija. A lo que Naruto se incomodó levemente. Jiraiya notó esto, pero tan solo sonrió.

— Si señoras y señores, les resulta un rostro conocido porque es escribió y actuó en el cortometraje que vieron en competencia “La Otra Tierra”.

Todos sonrieron al reconocerle y cada uno se levantó para estirar la mano con el rubio. Todos, menos Sasuke. Pero para el rubio era entendible. Los demás observaron curiosos, pero no quisieron comentar.  

— Por cierto, Naruto. Estuviste excelente. — Elogió Jiraiya para aminorar el ambiente.

— ¡Jiraiya-sama! Evite comentarios por favor. — le recriminó uno de los miembros del jurado.

— Perdón — dijo rascándose la nuca.

El rubio por su parte tan solo sonrió y miró de reojo a Sasuke, el que le miró un momento. La sonrisa de Naruto se borró poco a poco, pero sobretodo al sentir como desde otra mesa, esa mirada gris de Pein no le dejaba en paz. Naruto rápidamente pidió las ordenes a las personas, hasta que llegó al moreno.

— ¿Y… usted?

Tanta cordialidad.

— Solo agua.

Tanta frialdad.

— Enseguida.

Tal pareciera como si no se conocieran.

Sai miraba con tristeza a ambos. Pero no podía hacer nada, alguien debía ceder de los dos. Pero esperaba que no fuera tarde. 

El rubio en lo único que pensaba era en trabajar bien esa noche para lograr marcharse antes, al salir de las cocinas con los tragos en la bandeja notó como el dueño del local daba un anuncio.

— Cómo cada Viernes, y como se repite cada cierto tiempo. Escogeremos al azar a un miembro de nuestro personal para que inaugure la noche cantando.

Naruto rogó con toda su alma no salir. Caminó rápidamente para ir a las cocinas, tan solo quedaban unos pasos, si le llamaban podía hacer que no había escuchado y no tener que salir al escenario. Pero cuando estaba próximo a tocar tan siquiera la puerta la voz del Hyuuga se hiso presente.

— Y uno de los meseros favoritos del pub ha salido. El que inaugura la noche es… ¡Uzumaki Naruto!

Hinata, desde el escenario junto a Neji, le miraba con insistencia. Sabía que aquel era el momento en donde debía al menos expresarse como él sabía hacer, y el rubio debía subir. Sintió como la mano de Gaara se colocaba en su hombro y lo empujaba hacia el escenario.

Estaba algo nervioso, más aun al ver al moreno. El que no despegaba sus ojos del rubio al verle subir al escenario. Naruto desvió levemente la mirada, mientras colocaba sus manos en los bolsillos detrás del pantalón y se acercaba al micrófono. Revisó la lista de canciones y no sabía muy bien cual cantar, por lo que dejó que la función random hiciera lo suyo.

Observó mientras la maquina hacia lo suyo, que la mirada grisácea de Pain estaba puesta aún en él, al parecer ese hombre no dejaría de molestarle esa noche. Intentó pensar que esa mirada no estaba allí, al igual que la del moreno. Se obligó a pensar que tan solo daría una canción para reconfortar a las personas que habían asistido en esa fría noche.

Pero al ver la canción en la cual el aparato se había detenido, tan solo sonrió melancólico. Esa canción reflejaba muchísimo lo que sus pensamientos querían demostrar abiertamente.

Inspiró con fuerza y se dispuso a darle play a la máquina. Sin siquiera decir el nombre de la canción o el artista; simplemente comenzó, cerrando los ojos. Los primeros acordes fueron escuchados, la mirada de Sai se posó de reojo en su primo, el que no se le escapaba la mirada sobre Naruto. Así comenzó a escucharse la pausada voz del rubio. 

 

It's okay in the day, I'm staying busy
(Está bien durante el día, yo me mantengo ocupado)

Tied up enough so I don't have to wonder where is he
(Estoy tan paralizado, que ni me pregunto dónde está él)

Got so sick of crying, so just lately
(Tan harto de lamentos, así me he vuelto últimamente)

When I catch myself I do a 180
(Cuando me doy cuenta hago un giro de 180 grados)

 

Naruto abrió los ojos y lo que se topó es lo que esperaba. Los negros le miraban con fijación, sin apartarla, tantos recuerdos le traía aquella mirada, en ese mismo pub, él cantando. Pero claro que la situación era diferente, en ese momento él confesaba sus sentimientos. Ahora tan solo lamentaba de los mismos. Deseaba ser oído, escuchado por él, pero debía caer en la realidad. En ese momento tan solo podría transmitirle algo de su sentir a través de esa canción.

 

I stay up, clean the house,

(Y me mantengo ocupado, limpiando la casa,)

 

at least I'm not drinking
(Por lo menos no estoy bebiendo)

Run around just so I don't have to think about thinking

(Doy vueltas para no tener que pensar en qué creer)

 

That silent sense of content that everyone gets
(Que el sentido silencioso de la satisfacción que todos tenemos)

 

Just disappears soon when the sun sets

(Simplemente desaparece cuando el sol se pone)

 

 

Naruto caminó por el escenario, en cada palabra de esa canción se sentía plenamente identificado. Si el destino le había jugado que entre 1000 canciones, aquella saliera. Debía de ser por alguna razón… tal como había dicho Sai en algún momento, las casualidades no existían.

 

Naruto recordó aquellos días oscuros luego de que su etérea relación con el moreno terminase. Los días en que había conocido a Madara, esos días en alcohol. El cual odiaba, esa bebida le había quitado tanto en su vida, esas solitarias noches. Pero que al mismo tiempo lo mantenían. Suerte que ahora tenía algo por qué luchar.  

 

Por su parte el moreno le observaba fijamente sin perderse ni un detalle. Aquello le traía recuerdos, pero también conocía a través de esa forma en que el rubio cantaba la verdad en esas palabras... La mirada azul lo decía, lo gritaba. Pero, ¿qué podía hacer él?

 

Fue en aquel momento que sintió al ver esos zafiros observarle con firmeza, que un nudo en su estomago se había formado y aun más ante la fuerza de esa voz. Ambos no apartaron sus miradas una de la otra mientras el ojiazul cantaba:

 

“His face in my dreams, seizing my guts
(Su cara en mis sueños, me arrancan las entrañas)


He floods me with dread, soaked to the soul
(Él me inunda de temor, empapando el alma)


He swims in my eyes, by the bed
(Él nada en mis ojos, junto a mi cama)

Pour myself over him, Moon spilling in
(y arrojándome sobre él, la luna que se desparrama)

 

And I wake up alone”
(y yo... Despierto en soledad.)

 

 

Ambos cerraron sus ojos al mismo tiempo. Lo sentían, ambos sentían aquellas palabras. Esa cama vacia… ese solitario despertar. Era casi como estar muerto en vida. No había nada… solo dolor. En ese momento el moreno pensó que quizás lo único que le unía a ese rubio era tan solo ese oscuro sentimiento. Sasuke sin poder soportarlo se levantó y fue a la barra. Debía tomar algo, no quería retirarse. No quería dejar de escucharle, pero algo en su interior se rescrebrajaba y prefería pasarlo de mejor manera con un buen trago.

 

Ino por su parte se colocó junto a Gaara, mientras preparaba el coctel del moreno, habló despacio pero aun así el moreno podía escucharle.

 

—Naruto debería cantar más seguido, al menos las veces en que le he escuchado me sorprende. Es obvio que siente en vida las letras de esas tonadas.— Dijo con admiración, mientras le sonreía a Sasuke y le entregaba su pedido. 

 

— En eso tienes mucha razón. — dijo el pelirrojo con una sonrisa altanera para luego mirar de reojo a Sasuke que tomaba el pedido y le miró durante un segundo con molestia, para luego virar hacia Naruto. El que comenzaba a cantar la siguiente estrofa:

 

 

Bothers my heart, I'd rather be restless
(Se incomoda mi corazón, preferiría estar impaciente)

The second I stop the sleep catches up and I'm breathless
(El segundo que interrumpe mi sueño me alcanza y estoy exhausto)

Got this ache in my chest, Cuz my day is done now
(Con un dolor en el pecho, porque mi día de hoy ha terminado)

The dark covers me and I cannot run now…

(La oscuridad me cubre, y no puedo escapar…)

 

 

Naruto sintió de pronto esa mirada fija en él, la mirada del remolino sin apartarse de él. Lo sabía, no necesitaba verla. Aunque ese hombre quisiese, esa canción era suya y de la persona a quien se la cantaba. Nadie más interfería. Naruto agarró el micrófono y comenzó a caminar hasta sentarse en el escenario. Al menos así no sentía la presión del ambiente bajo sus hombros. Miró a todas partes, a Gaara que miraba de reojo a Sai en los momentos en que éste no le miraba y viceversa. Naruto tan solo sonrió. El amor era algo muy extraño.

 

Volvió a colocarse el micrófono en frente de él, mientras notaba como Sasuke bebía parte de su bebida. Odiaba que tomase, no podía evitarlo le miró con el ceño fruncido. Pero ante la siguiente estrofa el moreno trago con fuerza. Tal pareciera y aquella no fuese una canción, que aquel no fuese un pub. Tal pareciera como si las palabras fuesen directas:

 

 

My blood running cold, I stand before him
(Mi sangre corre fría, estoy frente a él)


It's all I can do to assure him
(Es todo lo que puedo hacer para retenerlo)

 

When he comes to me,
(Cuando él viene hacia mí,)

 

I drip for him tonight
(Mis lágrimas caen por él esta noche)

 

Drowning in me, we bathe under blue light

(Ahogándome, nos bañamos bajo la luz azul.)

 

 

Sasuke apartó la mirada, por primera vez en toda la canción. Dejaba el vaso a un lado suyo, sin haber tomado gran cantidad. Naruto por su parte cerró sus orbes con pesar mientras continuaba cantando, mientras sentía como su bebe se retorcía en su vientre intentando quizás encontrar una posición correcta mientras escuchaba el cantar de su padre:

 

His face in my dreams, seizing my guts
(Su cara en mis sueños, me arrancan las entrañas)


He floods me with dread, soaked to the soul
(Él me inunda de temor, empapando el alma)


He swims in my eyes, by the bed
(Él nada en mis ojos, junto a mi cama)

Pour myself over him, Moon spilling in
(y arrojándome sobre él, la luna que se desparrama)

 

And I wake up alone
(y yo... Despierto en soledad.)

 


Naruto abrió sus orbes, mirándole fijamente. Se levantó de la silla, colocó el micrófono en el pedestal y apoyó sus manos tostadas en él, mirándole con fijación,  sin perderse ni un ápice de las expresiones del moreno al mencionarle tantas veces una gran y dolorosa verdad:

And I wake up alone
(y yo... Despierto en soledad.)

 

And I wake up alone
(y yo... Despierto en soledad.)

 

And I wake up alone
(y yo... Despierto en soledad.)

 

And I wake up alone
(y yo... Despierto en soledad.)

 

 

Tras repetir la frase en diferentes tonos al cantar, los acordes comenzaron a desaparecer hasta que el último dejó de escucharse. Para luego que Naruto terminara, una gran ovación se escuchase. Los fuertes aplausos y aullidos trajeron al rubio a la realidad. No solo cantaba para él, sino que las personas que estaban allí se habían sentido reconfortadas al escuchar esa interpretación. Naruto por su parte sonrió de forma melancólica, sobre todo al ver como el moreno mayor se disculpaba con sus acompañantes y salía del lugar con rapidez.

 

Quizás no debió haber cantado aquello, tenía la opción de haberla cambiado. Pero él lo decidió, y esa era la consecuencia. El continuo rechazo de la persona que amaba, su odio justificado, pero doloroso. Naruto bajó del escenario, tras los aplausos de sus compañeros de trabajo. Se acercó a Gaara y le pidió si lo podía reemplazar durante unos segundos. No se sentía del todo bien y prefería salir un momento a tomar aire fresco. El del pub le estaba resultando pesado.

 

Al salir inspiró con fuerza el frio y la humedad de aquella noche. Observó hacia el cielo y pudo notar que las nubes no le dejaban ver el hermoso manto de estrellas que se mecía sobre la ciudad en aquellas horas. Algo enfadado refunfuñó y se arropó con su casaca holgada, sin dejar que el frio llegase a su pecho y cuello.

 

— Con que aquí estás…— Naruto volteó rápidamente. Observó que al fondo del callejón, esos ojos grisáceos se acercaban. — Se te echa de menos, Naruto-kun.

 

— Vaya, yo para nada-ttebayo. — le respondió con desagrado. No le gustaba la situación en la que se encontraba, en un callejón y con ese tipo. Pensó en volver rápidamente al pub, pero tampoco quería demostrar miedo, ni que éste notara que huía de él. Conocía perfectamente la mente del peli naranja y huir no era una opción, de hecho era la peor de las opciones. Por lo que le enfrentó.

 

— Se que te preguntas como salí de la cárcel.

 

— No sabes cómo me gustaría saberlo. — respondió con ironía. Realmente le resultaba insólito que un hombre tan peligroso como él estuviera libre. 

 

— Bien, sabes que estaba condenado por muchos años más. Además por lo que te hice. — El pelinaranja continuaba caminando acercándose cada vez más al rubio, el que no retrocedía ni apartaba su mirada. — Bueno, ¿hacerte?... más bien diría intentar. — se rió. El rubio frunció el ceño mientras una mirada cargada de odio se reflejaba en su rostro. — Resulta que luego de que cumplieras tu condena un hombre apareció y dijo que intentaría sacarme de la cárcel, porque le sería de mucha ayuda, gracias a él y su dinero los trámites de salida se apresuraron, pero Madara sabía lo que sentía por ti.

 

— ¿Sentir? — El rubio se mofó descarado, — ¿Sabes acaso lo que significa esa palabra, dattebayo?

Pain le miró con enfado.

 

— Tú no sabes lo que son esos sentimientos. Eres el demonio en…

 

Pero no pudo terminar la frase ya que Pain se acercó con rapidez y golpeó el rostro del rubio de un puñetazo. Haciendo que éste botase algo de sangre y su mejilla se amoratase. Se maldijo a sí mismo en ese momento por no haber estado más atento.

 

Se colocó en posición y rápidamente le dio una patada a Pain, pero éste logró detenerla. El rubio volvió en un descuido le propinó rápidamente un golpe en la cara, el que también hiso que Pein escupiera algo de sangre. Enfadado por ello, corrió hacia el rubio, el que intentó zafarse, pero tropezó y a punto estuvo de caer. Pain en un movimiento rápido le agarró del cuello y lo aventó contra la pared, haciendo que la espalda del rubio se pegase con fuerza a la muralla. Lanzando un leve grito de dolor, pero que inmediatamente calló. Aquello sabía lo que significaba.


Pain al escuchar ese gritillo cerró sus ojos con regocijo, mientras apretaba la presión de su mano en el cuello de Naruto, haciendo que éste respirase con algo de dificultad. Simplemente en esa mente repleta de obscuros pensamientos, ver al ojiazul respirando de esa forma, mirándole con odio y por lo que veía con cierto dolor por el golpe ocasionado, sentía que sus instintos más bajos comenzaban a manifestarse. Sin duda era un placer casi orgásmico causar dolor en el rubio. Pain apegó su frente a la del ojiazul, el que le miraba con enfado.

 

El cielo comenzó a lanzar las primeras gotas de lluvia.

 

— Has perdido práctica, Naruto-kun.

 

— Cá… cállate. — habló con dificultad. Pain continuó apresándole del cuello, pero aminorando la presión. Deseaba ver al rubio ante él un poco más y no quería que se desmayara por la falta de aire. Naruto intentó zafarse, pero no podía hacerlo con libertad. Hay algo por lo que tenía que luchar, pero al mismo tiempo temía hacerse daño. Levantó una de sus manos intentando darle un puñetazo con la fuerza que le quedaba, pero Pain soltó su cuello, para con una de sus manos, apresar las dos de Naruto, detrás de su espalda.

El rostro de Pain estaba a escasos centímetros del suyo. El asco emanaba de ese ser le provocaba tantas emociones repulsivas al rubio. Pero debía mantenerle la mirada, si algo adoraba un psicópata era que sus víctimas suplicasen, llorasen y gritasen. Pero él no era nadie desvalido, era Uzumaki Naruto y enfrentaría la situación como pudiese.

 

— Cuidado… — Pain comenzó a abrir lentamente el cierre de la casaca del rubio. Naruto a pesar de todo continuaba mirándole de esa forma desafiante y salvaje. — ¿Naruto-kun, sabes lo que puede pasar si te meto un rodillazo en tu estomago?

 

En ese momento Naruto se tensó, pero Pain no pudo notarlo tras estar tan concentrado en bajar completamente el cierre y apreciar esas ropas holgadas.

 

El de ojos grises sacó de uno de los bolsillos de su abrigo una navaja. Cualquier persona en aquella situación estaría gritando a causa del miedo o pidiendo ayuda a los cuatro vientos. Pero el rubio sabía que eso era lo que Pain deseaba, conocía a ese hombre muy bien y no le daría la satisfacción. Su mente podría pasar en aquellos momentos por un estrés y agobio incalculable, pero si quería salir ileso de aquello debía mostrar todo lo contrario.

 

—Eso es, sin resistir. —Dijo el pelinaranja mientras acercaba la navaja y la colaba por debajo de las ropas. Naruto podía sentir el filo de ésta, pero aun así no quitaba su mirada de odio hacia Pain. Éste por su parte sonrió autosuficiente tras rasgar de lleno toda la ropa del rubio.

 

La lluvia bañaba el cuerpo semi desnudo del rubio, Pain cortaba con fuerza las vendas que cubrían su vientre y dejaban ver lo abultado que estaba y cómo el bebe se retorcía dentro del mismo.

 

Naruto sabía que su pequeño estaba intranquilo, pero no podía transmitirle sentimientos de tranquilidad, desgraciadamente no en esa situación. Su pecho subía y bajaba, intentaba serenarse pero le estaba resultando muy difícil. Comenzó a observar cerca de él, quizás y algo podía ayudarle a deshacerse de ese idiota.

 

— Vaya, no quise creerle a Madara cuando me contó. — dijo mientras acariciaba con el reverso de la cuchilla el abultado vientre. — No sabes lo enfadado que estaba.

 

Aprisionó el reverso de la navaja en el vientre de Naruto, hundiéndolo, haciendo que le doliese. Pero en ningún momento el rubio dio atisbos de dolor. Sus ojos jamás le demostrarían miedo. Pain inspiró el olor del rubio al inclinarse en su cuello. A lo que Naruto bajó la cabeza para que éste no se acercara.

 

Pain se alejó un momento, su rostro lujurioso cambió inmediatamente. Estaba sumamente enojado, ¿por qué ese rubio jamás le había mirado con temor? ¿Por qué?... Si ahora se encontraba en una situación en donde peligraba lo más importante en la vida del rubio. ¿Debía eliminarlo?, ¿matar a ese bebe que se interponía y así Naruto al estar sumido en el dolor sucumbiría ante él?...

 

La duda lo carcomía, enfadado dio vuelta la cuchilla rosando la punta de ésta en el vientre abultado.

 

— Es tan fácil, ¿no?, tan solo una apuñalada y ese ser desaparece.

 

Pain observó los ojos zafiro, los que aun le miraban altaneros. Mientras el rubio tanteaba con uno de sus pies el suelo. Intentando encontrar algo.

 

— Inocente y frágil, como su padre.

 

Naruto dio una leve sonrisa autosuficiente, — ¡Ja!, no soy nada de eso. ¿Inocente?... Estuve en la cárcel por si no lo recuerdas, bastardo. ¿Frágil?... ¿quién fue el que te dejó moribundo esa vez-ttebayo?— se mofó el rubio, incluso en esa situación. Naruto topó con algo, al parecer un trozo de madera. Perfecto. Tan solo debía distraer al pelinaranja para lograr tomar la madera y aturdirlo.   

 

Pain presionó levemente la navaja, dejando una ligera marca, que comenzaba a enrojecer. Naruto cerró levemente los ojos, pero aún así no se doblegó. Volvió a abrirlos para darle esa segura mirada a Pain, estaba a nada de liberarse de ese hombre.

 

— ¿Y ahora, Naruto-kun? Déjame ver tu miedo…

 

Pero antes que el peli naranja pudiera decir o hacer más, sintió que algo se apoyaba en su cabeza, un elemento duro y frio.

 

— Suéltalo. — Tan solo se escuchó una mísera palabra que sonó como un tempano de hielo en esa fría y lluviosa noche. Naruto no lo podía creer. Pain bajaba lentamente el cuchillo y le soltaba. En el momento en que éste estuvo lejos del estomago del rubio, Sasuke golpeó con la pistola la nuca del de ojos grises, haciendo que perdiera el conocimiento y se desplomase en el suelo.

 

Sasuke algo más aliviado observó al rubio. Naruto se mantenía aun en aquella posición, sin hacer ni decir nada, apegado a la muralla. Sasuke pudo notar como el cuerpo de quien hace meses había tomado, se removía con leves espasmos. Supuso que por la estresante situación, pero al ver esos orbes azules, le miró extrañado. Los ojos azules temblaban levemente y sus pupilas estaban algo dilatadas. Los sentimientos que no dejó mostrar ante los ojos en forma de remolino estaban aflorando. 

 

— ¿Por qué dattebayo?

 

Sasuke meditó un momento. Naruto había agachado su cabeza y apretaba fuertemente sus puños.

 

— Por más que te odie, no quería presenciar un asesinato. — le respondió con simpleza. Llevó la pistola a su pantalón y la guardó, iba a voltearse y salir del lugar, cuando las palabras que le dijo el rubio a continuación le frenaron de lleno.   

 

— Quizás debiste haberlo presenciado — Naruto susurró de forma casi inaudible mirando el cuerpo inconsciente de Pein con rencor. Pero al pasar su mirada al moreno, el que le miraba con una llena de furia, supo que le había escuchado y más al sentir sus manos encima de sus hombros empujándolo a la fría muralla. Por su parte Naruto se resintió algo adolorido y se enfadó, ¿ahora por qué diablos le miraba así?

 

Ambos se miraron con enfado. La lluvia los cubría por completo. Naruto odiaba esa mirada oscura llena de odio cada vez que le miraba, estaba cansado. Había soportado mucho esa mirada y sumando a lo que había tenido que soportar hace tan solo minutos atrás, estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba.

 

De pronto sintió que sus ojos se humedecían, se gritó a si mismo que no lo hiciera y menos en frente de él, pero por más que intentara no demostrarlo estas tenían vida propia. Las lágrimas bajaban por sus mejillas y se entremezclaban con la lluvia, Naruto estaba enojado, y no solo por la situación sino por él mismo, al demostrar sus sentimientos.

 

Sasuke se descolocó al verle en ese estado. Algo que no soportaba y lo había comprobado en la última pelea que ambos habían tenido, era ver ese rostro con lágrimas. Aún más en aquel estado, totalmente empapado, con sus ropas rasgadas y ese abultado vientre al desnudo. Notaba como algo dentro de éste se movía con inquietud, supuso que por causa de los pensamientos y sentimientos del rubio ese bebe se movía frenético; estresado. 

 

En ese momento se arrepintió por haberle tratado de esa forma y en esa situación. Se alejó de él, dándole espacio. A pesar de tener hacia el rubio esa mezcla de sentimientos confusos, nadie cambiaba el hecho que Naruto era un doncel y estaba en estado. No merecía después de lo que había ocurrido que alguien llegase, le dijera esas cosas y lo empujara. Aunque como siempre Naruto no era ningún débil y aun así se había defendido, aún así también había enfrentado a ese hombre. Naruto era valiente, eso lo reconocía a todas luces. Quizás demasiado hasta llegar a ser un idiota que no veía las posibles consecuencias que sus actos valerosos podían traer. 

 

Pero dentro de todo, lo que más le continuaba impresionando al moreno era que Naruto fuese doncel y aquel embarazo lo comprobase. De pronto  algo hiso que se planteara aquello con más detención… ¿No que el rubio le había mostrado unos papeles en donde decía que no era doncel?... ¿No que sus exámenes habían salido negativos?... todo era confuso y muy extraño. Pero el temblor del cuerpo del rubio y sus gritos, le hicieron detener el cúmulo de pensamientos que albergaba su cabeza.

 

— ¡¿Por qué mierda me ayudas?! — Naruto había parado de llorar, la rabia tan solo se hacia presente. Se agacho y recogió una caja de cartón pequeña en donde supuso venían las botellas de licor del local; el rubio se la lanzó de lleno mientras el moreno se protegía con sus brazos, alejándose. — ¡¿Por qué tú, teme?!— lanzó el trozo de madera con el que iba a golpear a Pain, lanzándoselo a él. El que se protegió. —... ¡¿Por qué a mí?!... — Naruto agarró una bolsa de basura y la aventó. El moreno se quejó, era algo más pesada y le había golpeado con fuerza, le miró entre confuso y enfadado, a lo que el rubio intentaba recobrar el aliento. — Estoy harto-ttebayo.

 

Naruto se arropó con sus prendas rotas, mientras intentaba abrigarse  a él y a su bebe. Agachó la cabeza con pesar, mientras sus ojos miraban los charcos que la lluvia hacia en el suelo. 

 

— ¿Por qué no yo?— miró al moreno, el que no comprendió de qué hablaba, pero si pudo sentir una tristeza enorme en esos opacos ojos azules — Yo… no debería estar aquí.

 

Sasuke sintió que de pronto un pequeño “click” hiso resonar hasta la hebra más minúscula de su cerebro. La rabia que sintió en ese momento era incalculable como al mismo tiempo el sentimiento contrastante de negar lo dicho por la persona enfrente de él. Tan solo se acercó con rapidez, estando muy cerca del rubio. Ambos ojos encontrándose, pidiendo explicaciones calladas luego de tantos meses.

 

— Sí, eso debió pasar— le miró con rencor — No debieron morir ni Sakura, ni mis hijos. — Naruto tuvo como sea que soportar esa mirada, ¿Qué más quería escuchar?... era lógico. Pero Sasuke continuó:

 

— Querían vivir, tenían una vida por delante— Sasuke lentamente comenzó a despojarse de su abrigo.

 

Los ojos azules de Naruto se abrieron repentinamente de par en par, sumamente sorprendidos. Mientras observaba como los brazos del moreno con la prenda pasaban por detrás de los sus hombros y la prenda caía delicadamente en ellos.

 

— El que te rindas es una ofensa a sus vidas y eso solo te convierte en un ingrato, usuratonkachi. — le dijo, acomodando el abrigo, cubriendo su vientre del frio y de la lluvia.

 

¿Usuratonkachi?... Jamás pensó que volvería a escuchar ese ¿agradable? insulto y menos que vería una mirada más calmada en ese rostro. Sasuke ya no le miraba con odio. Esa mirada se había ido en esos momentos. La mirada de Sasuke era de calma y cierta ¿comprensión?

 

Con el corazón en la mano, los ojos del rubio volvieron a humedecerse soltando lágrimas mientras lanzaba la palabra “Perdón” un sinfín de veces. Sasuke tan solo suspiró cansando, para luego pasar uno de sus brazos bajo el hombro de Naruto para ayudarle a caminar. No podían volver al pub, por lo que decidió que lo mejor sería ir hasta el automóvil. Por un momento vio a aquel pelinaranja con sumo odio, aquel era quien había mandado a esos tipos a que le golpeasen mientras él le miraba desde la esquina de la habitación, rebosante de alegría, una enferma alegría.

 

Y ese hombre había sido el que había intentado hacerle aquello a Naruto y además de lo último que había presenciado. Había llegado a mitad de la misma pero no había llegado tarde para enterarse de que Pain había intentado violarle en la cárcel. En un momento no estuvo seguro si inmiscuirse en esa batalla, pero al ver como Naruto no tenía muchas posibilidades de salir ileso, tuvo que intervenir.                

 

Miró al rubio durante un segundo. Éste miraba el cuerpo de Pain con rencor, pero también con una leve sensación de miedo tras lo que había pasado, y no era para menos. Naruto estaba en estado, no era lo mismo que antes. Sabía que si el rubio no hubiese estado embarazado le habría dado una tunda al hombre, pero no era el caso. Por suerte ahora no había de qué preocuparse. Tan solo lo miró un momento para luego hablar:

 

— Nos vamos.

 

— Pero… ¿y Pain?— le preguntó confundido el rubio.   

 

— No hay más que hacer por él, tan solo esperemos que no vuelva. — dijo mientras caminaban hacia el automóvil.

 

— Pero… — miró hacia atrás donde el cuerpo de ese hombre descansaba a un lado de las escalerillas del pub.

 

— Hey — le llamo el moreno a lo que el rubio le miró, — Si te lo topas nuevamente no dudes en llamar a la policía, este hombre debería estar tras las rejas.

 

Naruto le miró con melancolía. — No lo van a ingresar.

 

— ¿Cómo sabes eso?

 

— Solo lo sé-ttebayo — dijo mirando hacia otro lado, por su parte Sasuke no quiso insistir con el tema. Por lo que al llegar al carro, sentó con cuidado al rubio en el copiloto y con rapidez fue al asiento.

 

De pronto Naruto sintió que su móvil sonó, estaba algo mojado a causa de la lluvia, pero lo sacó de entre sus ropas. Lo abrió y secó las piezas, para luego volver a armarlo, llamó a Gaara. Mientras Sasuke se sentaba a su lado.

 

— ¿Naruto, dónde estás?... Hinata está preocupada, tenemos un poco de trabajo…

 

— Gomen ne, demo… ocurrió un problema con un cliente.

 

— ¿Quién?

 

— Pain.

 

— ¡¿Te hiso algo?!

 

Sasuke miró de reojo al rubio, pero Naruto observaba el frente con mirada cansada, mientras se quitaba un hilillo de sangre que goteaba de su boca a causa del golpe.  

 

— No te preocupes, no pasó a mayores.

 

— Demo Naruto, tú estás…

 

— Lo sé y no ocurrió nada. Ahora voy a casa; Sasuke me lleva.

 

— ¿Sasuke?

 

— Hai.

 

Un momento de silencio. Gaara sabía que no podía comentar mucho por teléfono por lo que decidió que cuando pudiera verle hablaría largo y tendido sobre lo que había pasado allí.

 

— Bien, por favor cuídate Naruto.

 

— Hai dattebayo. — Naruto tan solo suspiró mientras cortaba el móvil.

 

Sasuke le miró de reojo, mientras comenzaba a manejar. 

 

— Te llevaré a tu hogar.

 

Naruto tan solo asintió.

 

A ambos aquella trayectoria a pesar de lo corta se les hiso eterna, no se hablaban y menos alguna tonada de la radio podía cortar ese sombrío silencio. Sasuke dobló unas calles.

 

— Debes doblar por…

 

— Lo sé, lo recuerdo.

 

Naruto se quedó en silencio hasta que llegaron en frente de la casa. Ambos la observaron, al parecer todo estaba a oscuras. Supuso que Deidara había ido a dormir.

 

— Nada ha cambiado aquí. — dijo Sasuke al ver la casa. — Cuando me enteré de que mi hermano y el tuyo tenían una relación, me enojé mucho con él. No le hablé como por dos semanas.

 

Naruto le miró en todo momento, a pesar de que éste miraba la casa.

 

— Pero luego de un tiempo comprendí que ellos no tenían la culpa. — Sasuke miró al rubio — Lo que pasó entre nosotros no tiene nada que ver con ellos; tuve que aceptarlo.

 

Naruto por primera vez desde que veía al moreno sonrió levemente.

 

— Pienso igual, dattebayo. — respondió sincero.

 

Sasuke paró el motor del automóvil. Naruto en ese momento no comprendió bien el porqué pero se puso tenso, además la humedad no ayudaba mucho. Sasuke al notar el leve temblor del rubio y de él mismo por haber pasado mucho rato bajo la lluvia, prendió la calefacción del automóvil, al menos así se sentirían más cómodos.

 

— Tengo muchas dudas, Naruto.

 

El rubio le observó de reojo. Sasuke le observaba, pero no a sus ojos, sino a su abultado vientre. 

 

— Pero partiré por lo primero… — Sasuke se volteó observando directamente al rubio. Naruto ni corto ni perezoso también le observó. Sabía que Sasuke tendría una y mil preguntas; estaba dispuesto a responder. Pero no explayándose demasiado.

 

— ¿Qué pasa entre tú y Uchiha Madara? — era claramente una exigencia.

 

Naruto suspiró cansado.

 

— Yo lo conocí luego de que nosotros…— Sasuke asintió, sabiendo a que se refería. Naruto por su parte continuó, — Se presentó en el pub. Al principio entablamos conversaciones, tú sabes. Tengo que atender bien a los clientes porque así recibo mejor propina, pero él me dejaba más propina que cualquier cliente, por lo que me dedicaba a él casi todo el tiempo. Luego el me confesó que era un Uchiha, en ese momento…— su mirada mostró melancolía, a lo que Sasuke intentó desviar la mirada, pero aun así seguir escuchando. — intenté alejarme de él. Pero fue un error — por un momento se quedó callado, no creyendo si era lo mejor continuar o no, pero ante la insistente mirada de Sasuke, prefirió decir la verdad. — Madara me hablaba sobre ti… tú vida antes del choque. — Naruto inspiró, intentando recobrar energías.

 

— ¿Por qué? ¿Qué importa cómo era mi vida antes de eso? No ibas a sentirte mejor al saber cómo era mi matrimonio con Sakura y mi hija. — Le hablaba casi con rencor, Naruto tembló levemente, volvía a escuchar esa voz rencorosa y volvía a tener esa mirada que rogaba que desapareciera, que no le mirara así.

 

— Por favor, escúchame y luego juzga todo lo que quieras-ttebayo.

 

Sasuke intentó mantener el control, llevó sus manos a su chaqueta para prender un cigarrillo, pero recordó que Naruto estaba en estado, por lo que no lo intentó si quiera.

 

— No fui consciente cuando Madara me tenía en sus manos, me amenazó con muchas cosas si no cumplía con lo que me había pedido. Me dijo que podía volver a que cállese preso en cualquier momento y yo no quería por nada del mundo volver a ese lugar — la mirada del rubio era sumamente vacía, — Tú sabes que Madara es rico. Si quería podía expulsar a mi madre del hospital y yo no lo podía permitir. Por mucho que no quisiera acepté lo que me había pedido. 

 

Naruto intentó ocultar como fuera que Madara lo había amenazado no solo con eso, sino que con el embarazo también y con el futuro de su hijo. No podía decirle aquello al moreno en frente de él.  Naruto de pronto se sentía nervioso, sin saber muy bien cómo abordar el tema.

 

— El me pidió entrar en tu casa y robar lo más preciado para ti.

 

Sasuke apoyó sus manos en sus piernas, así que no era tan descabellada la idea que había tenido cuando le había encontrado en su casa, pero el tono de Naruto no le dejó pensar nada más, se le notaba algo nervioso y apresurado en dar explicaciones.

 

— Yo sabía que lo más preciado para ti eran tus manuscritos, pero no sabía en específico qué es lo que quería. Cuando vi tu nueva serie pensé que ha eso se refería y la guardé… demo…— Naruto se inclinó para ver mejor el rostro de Sasuke, el que no le estaba observando desde que comenzaron las explicaciones.

 

— No pude. Después de que Sai y tú me ayudaron, no podía hacerlo. Me salvaste en ese momento Sasuke al no llevarme al hospital, por eso mismo no podía hacer lo que Madara me pedía y aunque tenga que pagar mi deuda con Madara tampoco me arrepiento.

 

Sasuke le miraba con cierta sorpresa.

 

— No sacrificaría tu trabajo y lo que amas aunque Madara me amenazara con quitarme lo que más quiero. — Naruto sonrió de forma triste, mientras levantaba sus manos y las apoyaba en el lugar de donde provenía el calor, reconfortándole — No podría hacerte daño. No dos veces.

 

Sasuke en aquel momento comprendió una gran verdad. Como una visión al ver y escuchar las palabras tan sinceras del rubio, su odio comenzó a descender. No supo bien si su rencor, pero al menos su odio ya no era esa hoguera asfixiante… Lo comprendió porque Naruto estaba arrepentido, su rostro, sus palabras, su aura; todo en él lo anunciaba. Ya Sasuke no podía sentir ese odio hacia él. No tenía cómo hacerlo, menos ante la sinceridad y por todo lo que había pasado.

 

Pero una duda asaltó su mente.

 

— ¿Sabes qué es lo que quería hacer con mis manuscritos?

 

Naruto meditó un momento intentando recordar algo.

 

— Madara nunca me dijo que quería hacer en específico, pero lo más obvio por lo que noté es que quería eliminarlos, que te olvidases de lo que amas por completo. Siempre criticaba lo que hacías.

 

Sasuke apoyó sus manos en el manubrio del automóvil apretándolo con fuerza, Naruto le miró algo confundido.

 

— ¿Y tú bebe?

 

Naruto lo miró sin comprender.

 

— ¿Te amenazó con él también?

 

El ojiazul no sabía que responder, tan solo se quedó callado. Un segundo de silencio que al moreno le resultó muy molesto.

 

— Naruto, responde. — Era más que obvia la respuesta. Luego de unos segundos el rubio tan solo asintió con pesar.

 

— No tiene ningún derecho. — dijo Sasuke con el ceño fruncido, estaba bastante molesto y sobretodo porque no comprendía el porqué de su enojo, mal que mal él no tenía nada que ver con ese bebe.   

 

Hubo un segundo de silencio. Sasuke miraba de reojo el estomago del rubio el cual se notaba levemente, tras el abrigo que a ratos se abría cuando Naruto cambiaba de posición en el asiento. La duda comenzó a carcomer su cerebro.

 

— Y el padre varón de tu bebe, ¿lo sabe? — lo dijo en un acto reflejo, se castigó a sí mismo por llegar y lanzar la pregunta al aire, pero ya estaba hecha y sinceramente esa pregunta la estaba teniendo en su mente desde que vio el abultado vientre del rubio hace unas horas.

 

Naruto se tensó al instante, negó con la cabeza.

 

— Debería saberlo, tiene todo el derecho.

 

Naruto se negó frenético, pero el moreno continuó.  

 

— Además deberías registrarte, supongo que te ocultas bajo esas ropas por lo mismo, ¿o me equivoco?

 

Naruto de pronto le observó con el ceño fruncido, poniéndose firme en el asiento, mirando con enojo al moreno. El cual le miró de la misma forma, el rubio casi parecía un zorro protegiendo a su pequeña cría.

 

— ¡No lo haré!, ¡¿por qué todos quieren que me registre dattebayo?! ¡No ves que si lo hago voy a perder a mi hijo con esa maldita ley!— Prácticamente le gritó. Sasuke por su parte le sostuvo la mirada.

 

— ¡Pero tarde o temprano se sabrá!, aunque tengas al bebe en tu casa deberá quedar registrado, no puede vivir sin su número y nombre por toda su vida, dobe. ¡Sería condenarlo!— le rebatió, a lo que Naruto le miró hasta con dolor. Sasuke no sabía que más decir o hacer, pero era la verdad. Una verdad que el rubio tendría que asumir pronto.

 

Luego de que los ánimos se calmaran un poco, Sasuke continuó.

 

— Deberías que sea encontrar una mediación con el padre.

 

— Imposible. — respondió categórico el ojiazul apretando con sus manos el pantalón.

 

— Vamos, Uzumaki. No puede ser tan terrible como dices. — Suspiró cansado el moreno.

 

Naruto sumamente estresado y sin saber ya qué más decir al sentirse acorralado por Sasuke, dijo lo primero que se le vino a la cabeza:

 

— ¡¿Cómo voy a encontrar una mediación si el padre de mi bebe me odia dattebayo?!

 

Inmediatamente el rubio tapó su boca con sus manos, mientras sus ojos se abrieron con sorpresa. Observó lentamente a Sasuke, él que le mira estupefacto. Jamás había visto esa mirada en el moreno. Sus barreras estaban completamente quebradas, aquello por más que le había sorprendido también le trajo cierta tranquilidad, al parecer el moreno no odiaba a su hijo.

 

— ¿Es… es… mío?

 

Naruto impresionado al verle, pero sin poder mentir ni objetar nada asiente con pesar.

 

— Ese día… — Comienza a hablar el de cabellos oscuros, pero Naruto irrumpe de lleno.

 

— Hai, ese día yo no sabía que mis exámenes tenían errores, aquí la consecuencia. — dijo mientras abría el abrigo el bebe comenzaba a dar unas pataditas. — Tiene siete meses-ttebayo.

 

Sasuke de pronto sintió como si el mundo se levantara y volviera a caer, no podía creerlo… debía ser una broma. Pero no, aquella era una realidad palpable.

 

Su mente se debatía ¿quererlo u odiarlo?... era el hijo de una relación maltrecha. Pero… ¿acaso ese bebe tenía alguna culpa?

 

La realidad era que allí, en frente, tenía a su próximo hijo. Jamás pensó que luego de todo lo que había sufrido, tendría una nueva extensión. Una nueva ¿oportunidad?

 

Con lentitud y algo confuso acercó su mano hacia Naruto, el pelirrubio confundido le observó.

 

— ¿Pu… puedo?

 

Naruto de pronto sintió el deseo de Sasuke, ese deseo de padre que se vio truncado por su culpa, muy a su pesar. No podía olvidarse, jamás podría. Pero ahí entre ellos quizás había una razón para no mirar atrás y continuar.

 

— Claro dattebayo — le dijo con una sonrisa, mientras tomaba la mano del moreno y la posaba en su estómago. El bebe dio un pequeño golpe.

 

Naruto y Sasuke se miraron entre sí. Estupefactos ante aquel puño que había golpeado la pared del estomago del rubio, se apreciaba perfectamente, justo en el lugar en donde Sasuke había puesto su mano. Esa diminuta manito sobresalía, intentando quizás atrapar la de su padre y unirse los tres en una sola persona. Alguien que simplemente clamaba un sinfín de sentimientos de unión.    

 

 

 

…CONTINUARÁ…

 

Notas finales:

NOTA: ¡¡¡Al fin… siii!!! ¡¡¡Al fin se enteró Sasuke!!! *0* Ni yo lo puedo creer jaja.

Bueno este capítulo fue bien largo, pero también hubo mucha emoción. Espero que a ustedes les guste tanto como a mí haberlo escrito.

La canción que canta Naruto en este capítulo es de una de mis artistas favoritas (Q.D.P) Amy Winehouse – Wake Up Alone.

Agradezco muchísisimo las buenas energías para mi recuperación, vamos lento pero seguro. Así que qué mejor que demostrarlo escribiéndoles J … Como siempre muchas gracias porque me lean, siempre me sorprende que cada capítulo tenga alrededor de dos mil lecturas. Eso me pone muy feliz :D y obviamente también me pone feliz que dejen comentarios para ver que piensan del fic.

En fin, no voy a dar la lata. He aquí la sinopsis del próximo capítulo:

 

My Place. Capítulo 12: “A D J U S T M E N T”  (Trato)

Sasuke y Naruto se han enfrentado, ambos saben que deben priorizar aquella vida que viene en camino. Pero los obstáculos y sus sentimientos por todo lo sucedido están a la vuelta de la esquina. Las conversaciones renacen. De vuelta al lugar olvidado. Algunas verdades salen a la luz. Un anuncio. Una decisión importante y un trato.

 

Esto y mucho más en el próximo capítulo de My Place. Los pasos hacia el final están dados.  

Y como siempre, cualquier anuncio, adelanto, retraso o cosas que tengan que ver con el fic y conmigo (obvio soy su autora xD) en mi facebook:

https://www.facebook.com/zafiro.indigo.5

¡¡Matta ne!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).