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" M y P l a c e " por zafiroeindigo

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Notas del capitulo:

Nota Importante Para Los Lectores:

 

Doy las gracias a todos quienes siguieron ésta historia a través de año y medio, ya sea a quienes me dejaron reviews y quienes pasaron a leer de qué iba y se quedaron, sus lecturas son apreciadas. Jamás pensé llegar a tantas personas, sabía que tenía una historia llamativa entre manos, pero jamás pensé a qué nivel.

 

Mis más sincera gratitud a todos a quienes me han apoyado en mis altos y bajos. 

Gracias por comentar continuamente que éste fic les llevara a la reflexión sobre diferentes temas, eso es lo que más me complace, que las dudas existenciales se reflejen, podamos analizarlas y comprenderlas, por sobretodo que los personajes estén vivos y que reflejemos (todo quien escribe), aunque no los hayamos creado, una parte de la personalidad que muestran en el manga, aunque sea en otra situación como es el AU.

 

Y como siempre… gracias por su tiempo al leer, porque por más que sea un fanfic el que escribe debe comprometerse con sus lectores, ya que se les está dando una historia a las personas y ese tiempo para ustedes es ellos, es un tiempo que solo lo brindan a las historia, y que debe ser aprovechado lo más que se pueda.

 

 

Nota Aclaratoria I:

 

“Vale aclarar que los personajes de Naruto NO SON DE MI PROPIEDAD sino de Masashi Kishimoto, como también algunos sucesos que ocurren en la película La Otra Tierra, ya que ÉSTE FIC SOLO ESTÁ INSPIRADO en algunos sucesos y no en su estructura argumental; por lo que NO ES PLAGIO. Este fic ha sido escrito sin ánimo de lucro y solo por entretención, por lo tanto solo es de LECTURA LIGERA.

 

 

Dadas estas aclaraciones, bienvenidos al final… 

 

“ M Y  P L A C E ”

(Capítulo XVII)

(Parte Tres)

 

 

 

 

 

 

—Ya basta, Pein…—dijo Madara, mirando al rubio. Pein dejó a un lado el látigo con púas para luego dejarlo encima de una mesa que estaba cubierta de sangre por la cantidad de objetos con que le habían torturado. Naruto se encontraba de rodillas, encadenado, sus muñecas sangrantes, su rostro magullado a tantos golpes que era casi irreconocible, en su cuerpo no cabía lugar sin latigazos o heridas profundas, y la sangre brotaba sin control. El rubio levantó levemente la cabeza, dejando ver unos de sus ojos cubiertos de sangre, al parecer debido a un derrame. Aun así Naruto no gritaba, no pedía clemencia, tan solo les miraba fijamente.

 

—Espera un poco —le dijo Madara a Pein —Te lo dije, no quiero que le venga un ataque al corazón por el sometimiento de su cuerpo, no vaya a pasarle lo mismo que al otro.

 

Pein chasqueó la lengua enfadado. Alejándose hasta la mesa, mirando los objetos, pensando en cual usar después de pasados los minutos, y lo que observaron los hermanos los dejó absolutamente petrificados, Sasuke incluso paró su llanto al ver la escena. Con rapidez las heridas de Naruto dejaban de sangrar, para comenzar a cerrarse. Los golpes en su rostro dejaban de estar ennegrecidos para pasar a un morado intenso y luego al rojo, para simplemente desaparecer, como si nada hubiese pasado. Como si jamás le hubiesen golpeado, al igual que sus ojos que lentamente dejaban de estar enrojecidos para mostrar su usual tono azul.

 

Todos observaban impresionados la escena, porque el don de Naruto era increíble y al parecer esos dos estaban sacándole el máximo de provecho, pero Sasuke continuaba enrabiado, encolerizado, consternado al ver los ojos de su esposo, si eran como el azul de siempre… pero estaban lejos de mostrar brillo alguno. Quizás el cuerpo de Naruto no mostraba los golpes, pero estaba seguro que el alma del rubio estaba a punto de quebrarse si continuaba esa tortura.

 

—Increíble, Naruto-kun… tienes un don excepcional. El otro doncel no llegó a mostrar ni siquiera la mitad de tus habilidades.

 

—¿Seguirán con su juego hasta ver a donde puedo llegar? —preguntó desafiante el ojiazul.

 

—No lo creo. Mal que mal tengo que venderte a buen precio.

 

Sasuke e Itachi se observaron contrariados, pero Sasuke observó de forma analítica la situación, intentando dejar sus sentimientos a un lado, llevó sus manos a sus ojos frenando el llanto y mentalizándose en dejar de temblar… la información que estaba lanzando Madara era de vital importancia. 

 

—Itachi, ¿tu móvil tiene mas alcance auditivo que el mío? —habló en tono muy bajo, observando la escena casi sin pestañar, nervioso de que no les descubrieran.

 

—Supongo, es de gama alta, ¿pero eso qué importa ahora? —preguntó indeciso, pero Sasuke hiso un gesto indicando lo que decían y apuntando el móvil de Itachi, cosa que éste comprendió de inmediato, por lo que llegó directo a la aplicación para comenzar a grabar. 

 

—Danzou me pagará muy bien cuando te entregue. Deberías verle el lado bueno a esto, Naruto-kun… —el rubio le miró con el ceño fruncido— Serás el esclavo o experimento de una buena familia, y quizás ellos te cuiden bien.

 

—¿De qué mierda hablas?

 

—¡No le hables así, zorro! —le golpeó Pein. Naruto volteó el rostro, escupiendo la sangre, pero ni siquiera le dirigió una mirada al pelinaranja, hizo como si no le hubiese golpeado, enfadándole. Tan solo miró fijamente a Madara.

 

—Es obvio, ¿no… Naruto? —Madara caminó y se agachó hasta estar frente a él, negro contra azul. Naruto tembló levemente, si ese cabello largo no existiese de seguro Sasuke se vería como Madara a esa edad, no podía creer que ese hombre fuese un Uchiha, sin duda era quien deshonraba a la familia.

 

—Bueno al menos ese es el plan de Danzou, dejar a los donceles sin poder, sin voz ni voto. Así se les puede sacar el máximo de provecho en investigaciones. Después de eso ya no son necesarios, y su eliminación es inminente, ¿o acaso llegaste a creen en un mundo fantasioso donde el gobierno y las personas aceptarían a fenómenos como tú?... entiende, con la nueva ley no tienes valor, aun si me delataras, nadie le creería a un ser de baja categoría como son los donceles.

 

El rechinar de los dientes de Sasuke debido a la ira, podía lograr escucharse levemente, Itachi se acercó al oído de su hermano diciéndole algunas cosas para tranquilizarle, lo mejor era por ahora callar si querían más información.  

 

—Prefiero soñar en un mundo donde todos nos respetemos a vivir con basuras como tú-ttebayo…

 

No supo bien qué fue lo que le encolerizó más, si el que le tratasen de forma insignificante, o la sonrisa altanera del rubio a pesar de todas las cosas que le estaban haciendo. Madara lanzó una cachetada a su rostro.

 

—¿Sabes, Naruto?... realmente me tienes harto. Si no estuviera esperando el dichoso diario y el pago por ti, me habría desecho de tu estúpida cara el primer día.

 

—Pierdes el tiempo, nunca sabrás lo que dice ese diario. —le dijo de forma altanera el rubio y Madara supo en esa sonrisa que Naruto debía saber algo más…

 

—¡Tú!… ¡Maldito mocoso! ¿¡Tú lo sabes?!—Madara encolerizó, perdió el control por completo, Naruto solamente reía, disfrutando de verle en ese estado, al menos era lo mínimo que podía hacer, mal que mal en su mente ya se había preparado para lo peor. El mayor le agarró de los cabellos, tironeándoselos mientras levantaba el puño, directo a estrellarse contra su cabeza, pero lo que le detuvo de golpe fue aun esa sonrisa autosuficiente, victoriosa, ganadora en el menor.

 

—¿Qué? ¿me vas a golpear?... ¡qué gran novedad!, ¿¡no has visto que ni tus golpes ni los de nadie me dañan!?...—Madara tembló levemente con el puño alzado, mientras la sonrisa de Naruto no menguaba ni un ápice —Parece que mi habilidad se ha vuelto en tu contra…

 

Madara enfadado le golpeó tres veces seguidas en la cabeza, pero Naruto no mermó su sonrisa. El Uchiha mayor estaba con los nervios de punta, hasta que una idea siniestra se formó en su mente, mirando de reojo al pelinaranja.

 

—Veamos si con esto logro dañarte, Naruto-kun… porque te regenerarás  y a mi me pagarán de todas formas— y acto seguido la sonrisa de Naruto desapareció por completo. El rubio por primera vez en todos esos días tuvo un miedo real, palpable, sobretodo al ver la mirada enferma del pelinaranja observando su parte baja; sabía lo que se avecinaba.

 

Pein se acercó corriendo hasta su presa, pero el rubio con todas las fuerzas que le quedaban alzó la pierna, logrando zafarse de uno de los grilletes, su tobillo sangraba y suponía que debía haberse quebrado por el sonido. Aun así estampó un golpe a Madara lanzándolo lejos, dejándolo inconsciente al golpearse en la muralla, mientras el pelinaranja se acercaba a él le golpeó con fuerza la pierna del rubio. El sonido del quebrar del hueso pudo escucharse en todo el lugar al igual que el grito de Naruto, pero poco duró cuando el de ojos grises apresó el cuello del rubio con sus manos, comenzando a asfixiarle.

 

—Al fin… después de tantos años…—Pein aprisionaba con fuerza el cuello de Naruto, el rubio tomaba bocanadas de aire intentado agarrar algo de oxígeno, pero era inútil… —Nadie vendrá a ayudarte…—Naruto jadeó asqueado al sentir como Pein se apegaba a su cuerpo, cómo éste tenía su miembro erecto pegándole en el suyo, lanzándole oleadas de dolor.

 

—¿Y sabes que es lo mejor además de violarte como siempre he querido?....—el rubio mantenía sus ojos azules cerrados, pero abrió uno observando al hombre de enfrente, mientras sentía como se marchaba su corta vida…

 

—La cara de ese Uchiha cuando vea tu cuerpo destrozado…—Naruto ya perdía la consciencia, en cualquier momento moriría. Solo logró sentir como el pelinaranjo aún le sujetaba con una mano y con la otra rompía su short dejando libre su intimidad. Naruto volvió a cerrar los ojos... en esos momentos ansió la muerte, que Pein estuviera tan enfrascado en su éxtasis que le diese una muerte rápida, así al menos no sufriría, no se daría cuenta de la violación, prefería morir de inmediato a sentir a ese ser romperle por dentro. 

 

Pocas veces las lágrimas del rubio habían aflorado y no pudo evitarlas al pensar en su bebe, quien crecería sin uno de sus padres, y en el amor de su vida. Esperaba que su cuerpo se perdiese, que nadie le encontrase, que por nada del mundo Sasuke viera cómo le habían dejado…

 

La imagen era borrosa y los sonidos lejanos, o al menos eso creyó, tras escuchar un sonido sordo y como su propio cuerpo caía al suelo y al fin sentía el aire atravesarle sus moribundos pulmones, tosiendo con tal fuerza que sentía como sus pulmones se desgarraban; confundido alzó la mirada logrando apreciar a alguien muy conocido…

 

 

Sasuke había estado presenciando todo, no le había faltado las ganas de lanzarse ha ayudar a su esposo, pero Itachi le dijo que aguantara un poco más, que a pesar de que todo se veía mal, necesitaban no solo la confesión de la ley y Madara, sino algo con que incriminar a Pein para que no pudiese volver a salir de la cárcel, pero Sasuke al ver como Naruto había golpeado a Madara y Pein le asfixiaba, se vio a si mismo en un recuerdo lejano donde él había estado asfixiando al rubio, claro que las circunstancias eran completamente distintas, en el momento en que él le había hecho eso a Naruto al enterarse de todo, la rabia y el odio, o más bien el sentirse traicionado le hicieron caer en ese gravísimo error, pero al momento de verle desfallecer y sufrir supo que en el fondo no podría matarle, ni siquiera hacerle daño… se arrepintió en ese mismo momento y aun lo hacía, porque le amaba, ya desde ese momento le amaba, o quizás de cuanto antes.

 

Sasuke solo abrió la puerta corriendo hasta llegar donde estaba Pein para pegarle con fuerza en la cabeza… su propio grito de furia y sus lágrimas al recordar lo que él mismo le había echo tiempo atrás al rubio se reflejaron en ese gran golpe contra Pein. Sasuke notó la tos de su esposo, lo observó de reojo desde donde estaba, mientras éste le miraba sorprendido. La cólera en Sasuke al ver la parte expuesta de su esposo, las moradas marcas en el cuello de éste y sus lágrimas aun intactas, le hicieron volver a gritar de ira, lanzándose hacia un aturdido Pein golpeándole sin piedad, sintiendo como los huesos de sus manos sonaban con cada puñetazo que le daba al pelinaranja.

 

En ello sintió un grito, al parecer era Itachi quien amenazaba a Madara con una de las herramientas con que habían torturado al rubio. Al parecer el Uchiha mayor había recobrado el conocimiento y estaba dispuesto a luchar.

 

—¡Ni se te ocurra dar un paso más, Madara!

 

—Sasuke… Sasuke… ¡Sasuke detente!—el rubio intentaba hablar pero su voz estaba rasposa debido a la asfixia. Hasta que lentamente sintió cómo esta se acomodaba y su pierna herida comenzaba a regenerarse. Veía impactado y hasta algo asustado como Sasuke golpeaba y golpeaba a Pein, no escuchaba razones, ni siquiera a él.

 

—¡¡Sasuke lo vas a matar!!

 

En ese momento el moreno se detuvo al escuchar esa voz que no oía dirigirse a él desde hacía días, que le parecían una eternidad. Observó el rostro y torso de Pein manchados en sangre, con unos moretones tan horribles como los que éste había causado a Naruto. Volteó su vista hacia el rubio y un calor comenzó a llenarle al verle, Naruto le miraba con seriedad, alzando las manos y bajándolas lentamente para que Sasuke le imitara, cosa que hiso instintivamente.

 

—Sasuke, créeme sea la razón que sea ir a la cárcel es el infierno en vida, y ese tipo merece morir ahí; no tú dattebayo.

 

El moreno sintió un regocijo al sentir esa muletilla dirigirse hacia él. Naruto tenía toda la razón, le asintió. 

 

—Las llaves están en su bolsillo—. Le dijo Naruto a Sasuke, el que las buscó para luego caminar hasta Naruto.

 

Sasuke antes de desatarle posó sus manos en el rostro del rubio, limpiando sus lágrimas a lo que el rubio sonrió, pero le angustiaba en demasía ver el rostro preocupado de su marido, y como de esos ojos oscuros estaban a punto de aflorar lágrimas de tristeza al intentar hablarle.

 

—Tranquilo, estoy bien-ttebayo.

 

Sasuke asintió, quitándose su propia camisa, tapando el cuerpo del rubio a la par que retenía su llanto para abrir los grilletes y liberarle al fin. Sasuke observó las heridas en los tobillos y manos del rubio. Los ojos de Naruto se dirigieron a donde miraba el moreno, pero él tan solo sonrió con melancolía. 

 

—No te preocupes en menos de cinco minutos estaré curado. Tenemos que ir a buscar a la be…

 

Sasuke tan solo asintió, iba a ayudarle a levantarse cuando observó la mirada del rubio y como éste no lograba terminar la frase, supo que algo no andaba bien; tarde se enteró tras recibir un golpe bastante fuerte que lo separó del rubio. Abrió los ojos lentamente tras el aturdimiento, sintió como de su cabeza fluía algún líquido, supuso que sangre y cómo el pelirrojo se dirigía directo a volver a golpearle; intentó levantarse pero aun estaba aturdido, fue ahí cuando el rubio se interpuso entre los dos, dándole una patada al pelinaranja, pero Sasuke sabía que por más que Naruto estuviese recuperado físicamente, todas esas horas en esa posición, la fatiga y el cansancio debieron cobrarle factura y lo apreciaba por los movimientos rápidos pero débiles del rubio.

 

—¡Quítate, zorro! ¡Esto es entre tu odioso marido y yo!

 

—¡Te metes con mi familia, te metes conmigo estúpido! —Pein le propinó un golpe, Sasuke estaba al fin levantándose, pensaba que el rubio no podría contra eso, pero éste rápidamente se movió contra restándolo y empujando con su cuerpo a Pein para que se alejara; la fuerza no le acompañaba pero si la cárcel le había enseñado algo era a defenderse como pudiera.

 

Lo que pasó desapercibido para Naruto, pero no para Sasuke fue al momento en que Pein sacaba desde el bolsillo de su pantalón un objeto, el vuelco en el corazón que sintió al pensar en que le pudiera pasar algo al rubio le hiso moverse con rapidez…

 

—¡Cuidado, Naruto!

 

Para el rubio todo sucedió de forma bastante rápida, se extrañó al escuchar el grito desesperado de Sasuke, observó a Pein y cómo éste sostenía una cuchilla en su mano, estaba perdido, no tenía tiempo para alejarse, cerró sus ojos con fuerza cuando sintió el abrazo protector de un cuerpo que reconocía bastante bien, abrió sus orbes con espanto al ver a Sasuke protegerle, rodeándole con sus brazos. Intentó como fuera voltear la situación, pero la fuerza del moreno se lo impidió. En tan solo un segundo Sasuke le observó, sonriéndole con cariño y Naruto supo que esa era una inminente despedida… Negó con la cabeza, dejando fluir sus lágrimas ya que al parecer todo estaba dicho. Itachi intentó acercarse, pero Madara aprovechó para golpear su mano arrebatándole el objeto. La sonrisa de victoria de Madara y Pein, estaba ensanchándose cada vez más y más al ver a sus enemigos caer.

 

 

Pero el resonar de un fuerte disparo mermo cualquier movimiento. Tan solo logró escucharse el alarido del pelinaranja, el que calló al suelo retorciéndose en dolor, la bala le había dado en una pierna. Sasuke y Naruto abrazados mantenían aun sus ojos fuertemente cerrados, pero al escuchar el disparo resonar por el lugar los abrieron confundidos, mirándose el uno al otro comprobando que estaban en perfecto estado, volteándose para observar quien había lanzado el disparo. 

 

—¡Maldita puta de mierda! —gritaba Pein mientras se retorcía en el suelo.

 

—¡Puta tú madre y toda tu maldita familia, estúpido! —La pelirroja apuntaba con el arma a Pein, mientras sostenía en uno de sus brazos un bulto que el matrimonio reconocía con facilidad. La pelirroja vió que Madara estaba a punto de moverse, pero volvió a apuntarle a él —Y tú maldito, quédate donde estás…

 

Cosa que Madara acepto.

 

—Traidora…

 

—¿Traidora?, puede ser no lo niego y tampoco es que me arrepienta. —la pelirroja hiso resonar otra vez otro disparo, pero apuntando a los pies de Madara sin lograr dispararle, por supuesto a sabiendas. —¿Odio las armas, sabías? Siempre he odiado su capacidad de matar, pero mi familia tenía mercado con esto, por lo que se ocuparlas. Un paso más y te vuelvo el pie.

 

—¿¡¡Por qué mierda no los matas a ellos, estúpida?!! ¡Ellos son los enemigos, ellos se interponen en nuestro camino!, ¡¿qué no lo entiendes?! —gritaba desesperado Pein al desangrarse, mientras Sasuke, Naruto e Itachi observaban impactados a la pelirroja.

 

—Karin — La aludida observó a Madara —Tengo que recordarte que fue Naruto quien asesinó a Sakura y que por lo mismo quisiste unirte a nosotros, para vengarte de él y de Sasuke.

 

El aludido bajó la mirada, Sasuke gruñó por lo bajo tras el comentario y la pelirroja le observó con el ceño fruncido.

 

—No voy a negar que lo hice… —la pelirroja observó durante un segundo al moreno, el que le correspondió la mirada de forma reprobatoria, pero la pelirroja volvió su roja mirada a Madara —Si, ella murió por su culpa, es la verdad y el jamás podrá pagar ese error, haga lo que haga.

 

El aludido apresó con fuerza la camisa de Sasuke, el que le miró con tristeza.

 

—Pero Naruto no es un asesino…

 

El rubio miró a la chica asombrado, al igual que los hermanos y todos los presentes.

 

—A diferencia de ustedes; o me van a negar lo que guardan en ese baúl.

 

Madara se impacientó, lo pudo notar al escuchar a la chica, y Pein rió en voz alta.

 

—Y a ti que mierda te importa, era solo un doncel. Aunque estaba delicioso, para que negarlo…

 

Naruto observó a Pein con ira, estaba a punto de golpearle, pero Sasuke lo retuvo.

 

—Eres un demonio…—dijo con ira la pelirroja, abrazando al bulto que sostenía. La que lentamente comenzó a sollozar, llamando la atención de sus padres— Si hubiera sabido lo que pretendían hacer, jamás les hubiera ayudado. Yo fui la que cerré los ojos de ese pobre doncel… yo vi su cuerpo ultrajado, ¿¡acaso eso pretendían hacer enfermos de mierda?!—gritó encolerizada, la bebe solo lloraba. Naruto estaba intranquilo, tenía que ir por su hija y Sasuke se encontraba en las mismas circunstancias, pero al observar a su hermano bajar la mano en forma de calma, supo que debía frenar sus ansias y las de Naruto.

 

—¡¡Lo que nosotros queremos no es de tu incumbencia, puta!!

 

Los ojos del matrimonio se abrieron de par en par al ver cómo Pein lanzaba el cuchillo en dirección no de Karin específicamente, sino de la bebe. Se soltaron para ir corriendo hacia ella, sabían que no llegarían, pero lo que hiso la pelirroja les cortó de lleno.

Karin vio de reojo cómo algo era lanzado hacia ella o específicamente hacia la bebe, con rapidez se movió apresándola en sus brazos, el cuchillo solo alcanzó a rozar su brazo, quejándose y observando con una ira descomunal al ver los ojos de miedo en la pequeña niña al sentir su propio miedo, Karin no lo pensó dos veces, observando el rostro de Pein lanzo no solo uno, sino tres disparos. Uno al tórax, y otro a su zona intima, causando un gran aullido y revoltijo por parte del pelinaranja, el que gritaba a aviva voz como su órgano favorito era destrozado por esa bala. Aun así, Pein aun tenía fuerzas para hablar sabia que eran minutos para que se desangrase…

 

—Tú… tú… al igual que el zorro, que yo y que Madara… eres una asesina… jajaja— de la boca de Pein comenzaba a salir sangre mientras reía, manchando toda su alguna vez blanca dentadura con el líquido de la muerte— y cuando llegues al otro mundo… lo pagaras… igual que nosotros… jaja… me encargaré… que mientras vivas… nunca tengas paz… puta. —y así el pelinaranja maldijo a la chica en sus últimas oraciones para luego unirse a las almas en pena del infierno. Sasuke y Naruto observaron la muerte de Pein, el moreno en cierto sentido enfadado al saber que ese hombre jamás pagaría en vida lo que había hecho, pero Naruto se encontraba de cierta forma tranquilo ya que jamás volvería a tener que preocuparse por ese lunático que le acosó durante tantos años.

 

La pelirroja por su parte se quedó observando el cuerpo de Pein durante unos segundos, inmersa en sus propios pensamientos, en un mundo donde nadie sabía realmente qué estaba pasando por su mente o al menos eso pensó Itachi al momento en que ésta le observó de reojo, pidiéndole en silencio que no dejara de observar a Madara.

 

Karin guardó el arma en el bolsillo de su pantalón. Para luego acercarse hasta Sasuke y Naruto. El moreno se acerca a ella hasta recibirla, la que poco a poco deja de sollozar.

 

—Cuídala. Esa niña es muy especial —sonrió para alejarse, momento en que Madara aprovechó para correr hasta el mesón tomando una pistola, pero Karin fue más rápida dándole en el brazo, haciendo que Madara dejase de correr, Itachi lo golpea alejándolo.

 

—Eres una idiota —le dijo Madara a  Karin, la que se alejó hasta una esquina de la habitación. Sasuke le entregó la bebe a Naruto quien la recibió con un rostro lleno de dicha, para volver a mirar la escena, pero al ver a la mujer dirigirse hasta allí, algo en su bebe le desconcertó, la niña abrió los ojos para mirar a Karin y luego lanzarse a llorar en un llanto silencioso. Naruto supo en ese momento que algo malo estaba por suceder, la bebe solo lloraba así cuando había algo malo.

 

—Sasuke… —le llamó, el moreno se volteó y miró el rostro preocupado de Naruto y a la bebe llorando con tristeza, pero sin sonido alguno.

 

—Puede que lo sea, lo bueno de todo esto es que tú al fin no te librarás de la cárcel. 

 

—Te arrepentirás para siempre por esto. Tu vida terminó, tú tan dichosa carrera de actriz terminó. No iré yo solo a la cárcel, tú también por el asesinato de alguien quien jamás cumplió su condena, tendrás que pagarla tú y lo más ridículo, por proteger a la hija de la persona que decías odiar, la persona que mató a la que considerabas tú hermana.

 

Karin continuó con su caminata hasta quedarse en una esquina, indiferente su mirada ante las palabras de Madara.

 

—No me importa perder mi vida, hice todo lo que quise y para tú desgracia yo jamás iré a la cárcel, en el momento en que maté a Pein sabía lo que debía hacer… —Observó durante un segundo a la bebe que lloraba en silencio, Karin sonrió melancólica. —De lo que más me arrepiento es de no haber estado en la vida de mi hijo… —luego posó sus ojos rojizos en Naruto, el aludido no apartó la mirada de ella, pero éste llamó a Sasuke y a Itachi por sus nombres, tartamudeando; cosa que le observaron extrañados, Karin notó que el rubio había notado su siguiente paso, por lo que le habló de forma sincera.

 

—Ella fue la esperanza al final de todo…

 

Todo ocurrió en tan solo un segundo. Itachi, Sasuke y Naruto pudieron ver cómo la pelirroja levantaba el arma apuntándola a su cabeza, y cómo se quedaba en un trance del que ella solo podía salir, todos observaron mientras corrían hacia ella cómo ésta quitaba del seguro, para finalmente jalar el gatillo.

 

Karin observó mientras se deshacía del seguro cómo unos cuantos pétalos de Sakura pasaban frente a sus ojos y cómo en frente la figura angelical de la pelirrosa la observaba con tristeza, sumida en un mar de lágrimas, se acercó y la abrazó. Karin pudo notar su calidez por completo, sonriendo al fin al sentirla junto a ella. Era el momento, ni un instante antes ni después, con una mano apresó una de Sakura y con la otra tan solo apretó el gatillo para luego de unos segundos ser rodeada por una luz que la encandilaba.

 

 

 

 

 

Abrió lentamente sus ojos, no sentía dolor alguno. Suspiró tranquila al saber que el disparo no le había dolido como pensaba que lo haría. Sentía como si flotara, y muy liviana, como si no tuviese cuerpo… como si solo fuera parte de una consciencia que levitaba en ese espacio. Abrió los ojos lentamente para encontrarse en frente suyo a la persona que más deseaba ver. La que le miraba con tristeza…

 

No debiste…

 

Fue mi decisión tomó las manos de Sakura, apresándolas con las suyas. Suspiró reconfortada al notar que al fin podía tomar aquellas manos que había extraño durante años.

 

No quería que pasara de esta forma, Karin.

 

La pelirroja le observó de forma melancólica. Tuve que matarle, ese tipo era un peligro no solo para ellos. Es mejor que esté muerto por todo lo que hizo, créeme Sakura.  

 

Pero tú… La pelirosada iba a hablar, pero Karin negó con la cabeza.

 

No iba a dejar que me enviaran a mí a la cárcel, sabia al momento de dispararle que mi vida en ese lugar se había terminado. Como te dije, fue mi decisión. 

 

¿Por qué, Karin? No quería que perdieras tu vida de ésta forma… Tantas veces que te lo advertí, idiota. la pelirosada le abrazó, mientras la contraria le correspondió, acariciando su cabeza, sonriéndole.

 

Tú me hiciste ver mi error, la bebe también ayudo, y al ver de lo que eran capaces Madara y pein, me di cuenta que la única forma de pagar mi error al haber entrado en su juego, era ayudando a Sasuke… ahora te entiendo, Sakura se separó de la ojiverde, que le miraba extrañada. 

 

Entiendo como te sientes con Naruto.

 

La chica le sonrió, en señal de agradecimiento.

 

Ahora, no se porqué estoy teniendo éste momento contigo, lo agradezco enormemente, pero pronto iré donde debería estar…

 

Sakura la observó algo confundida, Karin por su lado pasó sus manos por el cabello de la chica acariciándolo como cuando eran jóvenes.

 

Me encantaría estar a tu lado, pero he matado a alguien y solo hay un lugar para las personas que cometen asesinatos…

 

La pelirosada le miró durante unos segundos, para luego largarse a reír con fuerza, haciendo que la pelirroja se extrañara para luego enfadarse por tamañas risotadas.

 

¡Oye, estoy hablando enserio!

 

La pelir rosada lentamente dejó la risa, mirando a la que fue su mejor amiga y su amor secreto en vida.

 

Hay, Karin… en el lugar en donde estamos ahora, las reglas no son como las de la tierra…

 

¿Qué? la pelirroja la miró sin comprender. Observó todo a su alrededor, todo era de un color borroso a lo lejos podía ver figuras yendo de un lado al otro, algunas en grupo. Se parecía mucho al mundo de los vivos. 

 

Además tú has matado por defensa propia, por lo que no te convierte en una asesina.

 

La pelirroja se levantó aun más confundida con las palabras de la chica enfrente Si, pero además de eso me suicidé y siempre dicen que las personas que acaban con sus propias vidas no pueden ir al otro lado…

 

Sakura se incorporó acercándose lentamente a ella, hasta estar a escasos centímetros una de la otra.

 

Eso en las religiones terrenales, baka.

 

¿Y aquí?le preguntó confundida, y en cierto sentido nerviosa al sentir el caso espacio entre las dos.

 

Lo único que debes hacer para llegar a donde estamos es terminar con todos tus asuntos pendientes en la tierra…

 

¿Pero y lo del cielo y el infierno?

 

Sakura sonrió para al fin acortar la distancia, sintiendo ambas el aliento de la contraria en ese beso que se largó por minutos, rememorando viejas sensaciones que al fin lograron manifestarse, jamás pensaron sentirse tan vivas, tan intactas al estar una frente a la otra.

 

Al parecer ésta conversación durará mucho tiempo, ¿no? dijo la pelirroja, apoyando su frente en la de Sakura.

 

Supongo, pero da igual…Sakura volvió a sonreírle, ambas abrazándose Tenemos todo el tiempo del mundo…. ¿No es así Rin?

 

La pelirroja observó como llegaba la chiquilla a un lado de ellas sonriéndoles con felicidad. Abrazando a ambas de paso.

 

Por supuesto, Oka-san.

 

Karin abrazó a Sakura y a Rin, al fin se sentía completa, al fin había asumido algo que en vida le había costado definir aun después de la muerte de ambas. Observó a la de ojos verdes con intensidad, observando cada detalle en ese pacífico rostro…

 

Te amo, Sakura.

 

La aludida la observó con una sonrisa tranquilizadora.

 

Hasta que por fin te das cuenta, baka.

 

La aludida sonrió para luego besarle, mientras Rin corría hacia un punto en especial donde brillaba una luz resplandeciente.

 

¡Apresúrense, se nos hace tarde!

 

La pelirroja miró con curiosidad a su ahijada, cosa que no pasó desapercibida para Sakura, pero ésta estiró su mano tomando la de Karin, ambas caminando con una gran sonrisa a lo que les deparaba en esa continuación de su antigua existencia, ese nuevo lugar que explorarían eternamente.

 

 

 

 

 

El cuerpo de la pelirroja cayó de forma pesada al suelo, no importa que los tres estuviesen a pasos de la chica para intentar detenerla, había sido demasiado tarde. La sangre fluía por todo el lugar, pero la sonrisa de la mujer los sumió a todos en confusión, preguntándose una y otra vez qué habría pasado por la cabeza de la pelirroja para ir en contra de las ordenes de Madara y finalmente apoyar al matrimonio.

 

Pero el sonido de unos pasos acelerados les hiso volver a la realidad, Madara corriendo en una sola dirección se acercó a donde había ido a caer la pistola con la que se había suicidado Karin, tomándola con rapidez para apuntar a Sasuke, el que abrazó a Naruto cobijándolo en sus brazos, dándole la espalda a Madara para que la bala que saldría de esa pistola llegase a él. Itachi en un acto reflejo al ver a su hermano desprotegido, corrió lo más rápido que pudo para interponerse, protegiendo con su cuerpo al matrimonio, los que le miraron estupefactos y con miedo, a la par que la bebe comenzaba a lanzar gritos en su llanto. Itachi los abrazó con fuerza esperando a recibir el golpe, despidiéndose con tristeza en su mente de la persona a quien más amaba y quien recibiría su cuerpo.

 

El sonido del disparó resonó con más fuerza que las veces anteriores, segundos pasaron mientras los tres continuaban abrazados, solo el llanto de la bebe y un quejido se escuchaban. Naruto observó que su pequeña poco a poco dejaba de gritar para caer en un llanto más callado, continuando las lágrimas en sus ojos. Observó a Sasuke y a Itachi, pero al parecer los dos se encontraban bien ya que continuaban manteniendo sus ojos fuertemente cerrados. Los ojos azules continuaron la trayectoria hacia Madara, el cual se encontraba en el suelo quejándose y la pistola había caído lejos de él por el impacto, con impresión vio cómo un policía sostenía una pistola de al parecer un calibre mayor, por ello supuso que el disparo había sonado con más fuerza. Detrás de él, se asomaron Obito y Minato observando con desasosiego el panorama.

 

—¿Pero qué…? —dijo Obito al ver los fallecidos cuerpos de Pein y de Karin en el frío suelo. Minato por su parte quiso ir donde su hijo, pero el policía le cortó el paso.—Madara tú…

 

—Obito, mi querido otouto… —decía retorciéndose en el suelo siento la humedad de la sangre, la bala lanzada por el policía se había alojado en su espalda. Obito le observaba con frialdad.

 

—Ya lo sabemos todo, Madara. Fuiste tú quien mandó a matar a Fugaku y a Mikoto-chan…

 

Madara tan solo rió ante las palabras de su hermano, mientras tocía y temblaba por el dolor.

 

—¿Y qué pruebas tienes para acusarme de ello?

 

—Confiesa. Mikoto-chan lo escribió en su diario. —la mirada de Obito no cambió en ningún ápice.

 

—Sabía que esa puta quería incriminarme como fuera… —volvió a reír el Uchiha.

 

—¡No hables así de mi madre, maldito! —gritó Itachi enojado, pero Obito levantó su mano en señal de calma. Itachi sacó los sobres que guardaba en su abrigo. —Tengo papeles que prueban que tú mataste a tu socio de hace años, además de lavados de dinero y también tengo grabada tu conversación sobre tus vínculos con Danzou, y lo que éste pretende con la ley.

 

—No tienes escapatoria, Madara. Debes confesar, además el cuerpo del doncel que está en el otro cuarto te incriminará por completo, ya que tu mano derecha a muerto, solo tú quedas para ser enjuiciado. —le dijo Sasuke, intentando frenar los sollozos de la bebe en los brazos de Naruto, la que lentamente comenzaba a quedarse dormida, debido a tanto estrés.

 

—Hicieras lo que hicieras hay cosas que no se pueden conseguir a la fuerza, aniki —dijo Obito acercándose a Madara y agachándose hasta estar a su altura. Minato corrió hacia Naruto abrazándole al tiempo que éste le entregaba a la bebe, susurrándole que por favor le esperara fuera de la casa, cosa que el mayor aceptó.

 

—Nunca lograste tener la herencia… como nunca lograste el amor de Mikoto-chan.

 

Los presentes abrieron sus ojos impactados ante tales palabras, sobretodo los hermanos.

 

—En el momento que ella y Fugaku se emparejaron… todo terminó. Mi lazo con Fugaku, con mis padres y para colmo esa puta heredó la herencia, ella me quitó todo… ¡Yo iba a ser el patriarca de los Uchiha! —se retorció enfadado, su vista comenzaba a nublarse poco a poco. —Ella no lo merecía y menos para ayudarle al imbécil a hacer una escuela, y tener todo lo demás. Juré que me vengaría y haría sufrir a sus hijos lo más que pudiera…

 

—¡Una venganza ridícula, Madara! ¡Si nuestros padres querían darle la herencia a ella o a Fugaku, o a mi, o incluso a ti... ninguno tenía nada que decir! ¡Esa era su decisión y debías respetarla! ¡Como también debías respetar a los herederos! — gritó enfadado ante las ocurrencias de Madara.

 

—¡Yo era el dueño de la empresa, idiota! ¡Yo era quien merecía la herencia!... primero muerto a soportar ver como esos dos se burlaban en mi cara —escupió algo de sangre, quiso moverse tras un agudo dolor en su espalda, pero comprobó que no podía mover parte de su cuerpo. Lanzó una sonrisa de satisfacción a lo obvio que supondría ocurriría en unos cuantos minutos. —Aunque da igual… de todas formas moriré… que irónico, ¿no? Ni Pein… ni tampoco yo seremos juzgados.

 

Obito se levantó, suspirando de forma cansada.

 

—¿Olvidas que soy médico?... 

 

Madara observó confundido a su hermano menor. 

 

—Mandé la orden que si llegabas a cometer una locura, te disparasen en una zona en especifico… — Obito se alejó de Madara, acercándose a sus sobrinos y a Naruto, mientras el policía y otros más ingresaban en la sala tras la mirada de Obito hacia ellos.

 

—Mis… mis… piernas… —decía tartamudeando Madara, mirando con asombro a su hermano. Los policías le levantaron para llevarle antes que la sangre continuara fluyendo. 

 

—Eso y cadena perpetua es lo que te mereces por haber destruido a nuestra familia y a personas que no tenían nada que ver con tus ambiciones.  

 

—¡Me las pagarás Obito! —gritaba Madara, mientras uno de los policías lo esposaba y era retirado del lugar— ¡Tú y todos los que deshonran el apellido Uchiha!

 

—Solo tú lo has denigrado… —dijo esto en voz baja y con cierto tono de tristeza, acercándose a su familia. Escuchando las blasfemas de Madara al ser retirado del lugar. Uno de los policías se acercó hasta Naruto entregándole un largo abrigo, y a Sasuke una camisa. Ambos se colocaron la ropa, mientras Itachi se acercaba a Obito.

 

—Por kami, ¿es en serio?... ¿Madara estuvo enamorado de oka-san? —preguntó estupefacto el mayor de los hermanos. Obito asintió.

 

—No quise comentarlo, porque supuse que no debía ser un asunto relevante, pero luego de comprobar lo del diario y otras tantas cosas me hicieron pensar más y más en eso, sobretodo un recuerdo… —todos le miraron atentos, esperando a que hablase, a lo que l asintió suspirando con melancolía —Madara, Fugaku y Mikoto-chan eran buenos amigos, pero un día escuché una conversación. Madara hablaba con Mikoto diciéndole que cuando crecieran él sería el patriarca de los Uchiha y ella sería su esposa, a lo que Mikoto solo rió diciéndole que ojalá lograse ser él el patriarca, pero que ella solo se casaría con una persona cuando fuese adulta…

 

Obito tomó una pausa para mirar a los hermanos con una leve sonrisa — Supongo que saben a quién se refería, ¿no?

 

Itachi y Sasuke asintieron

 

—Eso no le cayó bien a Madara, recuerdo que le gritó a Mikoto-chan de una forma terrible y desde allí su rivalidad con Fugaku comenzó… supongo que ése fue el punto que gatilló todo lo demás.

 

Todos asintieron. Obito por su parte sonrió melancólico.

 

—Supongo que no puedes obligar a una persona a que te ame, ni destruirte a ti y a los demás por su rechazo. —todos asintieron, Sasuke tomó la mano de Naruto apresándola con fuerza para luego mirarle intensamente, pero el rubio desvió la mirada. Cosa que el moreno no comprendió, preocupándole.

 

—Deberíamos salir de aquí… —dijo Sasuke a los demás, los que asintieron…

 

—¿Obito-ojisan, cómo entraron? —preguntó Itachi ansioso ante la aparición repentina de su tío, que le logró salvar de lo que parecía ser una muerte segura.

 

En todo el trayecto hacia fuera de la casa, el matrimonio no se dirigió la palabra, Naruto miraba de reojo al moreno, no podía creer haber salido de esa situación. Aún le parecía irreal todo lo que había pasado. Observó al salir como su padre se encontraba a un lado de la camioneta de su esposo, sosteniendo a la bebe haciéndole al parecer morisquetas mientras se escuchaba la melodiosa voz de alguna que otra carcajada. El rubio menor sonrió a gusto, al fin podía volver…

 

Obito se dirigió al automóvil de un policía comentándole de paso a Itachi que les acompañaría después porque debían procesar a Madara a lo que éste asintió, mientras que Minato entraba en la camioneta junto a la bebe, sonriéndole de paso a Naruto. El rubio iba a hablarle a Sasuke, cuando notó cómo éste observaba a un hombre joven hablar a lo lejos con un policía.

 

Naruto frenó todo intento de hablar al ver al hombre, quien escuchaba lo que el oficial le decía y negaba con la cabeza, sus ojos abnegados en lágrimas, agarraba su cabeza con las manos, tironeando de los cabellos. El oficial intentó contenerle al momento en que el hombre cayó al suelo rendido ante el dolor.

 

—Es él… —dijo Sasuke.

 

Naruto vio la mirada de su esposo, llena de melancolía, de una tristeza profunda y supo de qué hablaba, aquel hombre debía ser el difunto marido de aquel doncel que había sido brutalmente asesinado. El rubio al escuchar el llanto lejano y desconsolado tembló, acto que no fue desapercibido por Sasuke.

 

—Vamos…—le habló de forma tranquila, con una oleada cálida que llegó a traspasar al rubio, pero éste miraba con tal tristeza al hombre que Sasuke pensó que caería en cualquier momento, supuso que al recordar las torturas que le habían hecho esos dos condenados.

 

—Es injusto-ttebayo…

 

Sasuke apresó su mano con más fuerza.

 

—Lo se… —coló su brazo tras la cintura del rubio apresándolo hacia su cuerpo, ambos caminando hacia la camioneta, entrando y observando al avanzar del vehículo cómo ese pobre hombre aun enfrascado en el dolor continuaba en el suelo, sufriendo la injusta y devastadora muerte de su querido esposo.

 

Naruto volteó y observó como su padre continuaba jugando con la pequeña, la que bostezaba de vez en cuando a la par que reía bajito. Itachi sonreía, se le notaba calmado, se alegraba que ese día él pudiera volver tranquilamente con su hermano. Sin tener que experimentar lo que el hombre afuera hacia.

 

—Yo vi su cuerpo por accidente…—Sasuke habló en tono bajo, los otros dos no se percataron ya que conversaban entre ellos en los asientos delanteros. Naruto le miró preocupado —Es algo que jamás olvidaré, Naruto— le miró con tristeza y al mismo tiempo con desconcierto. Sus ojos estaban enfrascados en el recuerdo de esa imagen —y no puedo dejar de pensar que pude haber sido yo quien tuviera que recibir esa noticia y ver tú cuerpo en ese estado… como él de ese doncel…—Naruto vio como las lágrimas de Sasuke afloraban, a lo que tomó con sus manos el rostro de Sasuke, negando con la cabeza; atrayéndole hacia su cuerpo, abrazándole con fuerza… —No podría soportarlo Naruto…

 

—No volverás a experimentar eso nunca más, Sasuke…

 

Naruto hablaba tranquilizando al moreno, entregándole caricias en la cabeza. Daba gracias a lo que fuera porque nada pasase y el moreno no tuviese que saber nuevamente de otra muerte de una persona que le importaba.

 

—Nadie merece ver así a su esposo…—abrazaba con fuerza al rubio como si éste fuese a desaparecer en cualquier momento.— Lo que viví fue terrible, pero no se compara a eso… eso debe ser… 

 

—Sasuke…—Naruto interrumpió al moreno separándolo de sí, al tiempo que secaba esas lágrimas con sus manos —No le des más vueltas, no me paso nada.

 

—¿Nada?...—Sasuke tomó las manos del rubio con inquietud —¿Me dices que nada?

 

Naruto se mordió el labio por hablar sin pensar, alejando sus manos. 

 

—¿Ya empezaron con sus discusiones habituales? —habló Itachi al notar hace unos segundos mientras hablaba con Minato que esos dos habían estado conversando en un tono bajo y cómo Sasuke le recriminaba sobre algo a Naruto. No quería que esos dos discutiesen, habían pasado por bastantes problemas como arruinarlo con lo que suponía una pelea sin sentido.

 

—Me alegra si es así que todo vuelva a la normalidad. —dijo Minato volteándose para entregarle a la bebe a Naruto. La que le recibió con cariño, la pequeña cerraba lentamente sus ojos del mismo color que su padre, al parecer a punto de caer dormida.

 

Sasuke y Naruto la observaron con cariño, tranquilos al ver que la pequeña al fin estaba tranquila y fuera de peligro. Naruto se apoyó en el torso de Sasuke mientras éste acariciaba los pequeños cabellos negros de la cabecita de su hija.

 

—Ya sé su nombre…

 

Minato e Itachi le miraron por el espejo retrovisor curioso, a punto estaban por llegar a la casona Uchiha.

 

—¿Sin consultarlo con su otro padre? —sonrió autosuficiente, Sasuke.

 

—Si, teme —le sacó la lengua para luego ver con cariño a la pequeña.

 

—Bien, dobe ¿y en qué nombre pensaste? —la verdad le daba curiosidad, ya que él aun no sabía cual podría ser.

 

—Karin dijo algo que me abrió los ojos… —dijo observando a Sasuke, dándole una grata sonrisa, cosa que el moreno le miró curioso —Saluda a Nozomi, teme —dijo entregándosela.  

 

Sasuke sonrió ante el nombre, al igual que los otros dos sabiendo por todos el significado, observando a su retoño como respiraba moviendo con lentitud su pequeño tórax al inspirar el aire.

 

—Al fin tomas una buena decisión, usuratonkachi.

 

El rubio infló sus mejillas en un acto infantil y refunfuñado.

 

—Al menos a mí se me ocurrió uno, teme.

 

—No tuve tiempo para pensar en eso, dobe…

 

—Ja… excusas-ttebayo.  

 

Y así se enfrascaron en una de sus típicas discusiones infantiles, mientras Minato sonreía e Itachi también al entrar en la casona. La pequeña dormitaba sonriendo al escuchar en sueños a sus queridos padres.

 

Al entrar los recibieron todos, los primeros en lanzarse a Naruto fueron Kushina y Deidara, seguida de Tsunade, Gaara y Sai. Todos emocionados al ver que el rubio se encontraba en buen estado a pesar de llevar encima un largo abrigo. Se acercaron a Sasuke que sostenía a la bebe quien dormía plácidamente, tranquilas sonrieron para volver a dirigirse a Naruto.

 

—¡Al fin estás con nosotros!—abrazaba Kushina a su hijo, a la par que deidara acariciaba los cabellos de su hermano.

 

—Estábamos tan preocupados…—dijo Gaara, sosteniendo las manos de su mejor amigo.

 

—Lo que importa es que tú y la bebe están con nosotros —dijo Deidara.

 

—¿Qué paso con Madara y Pein? —preguntó Sai, inquieto a la par que se acercaba hasta Naruto.

 

El rubio iba a hablar, pero Tsunade, preocupada, revisaba minuciosamente su cabeza al ver restos de sangre seca en su cabello.

 

—¡Tsunade-no-baachan, no tengo nada-ttebayo…! —dijo en reclamo, alejando las manos de la rubia.

 

—¿Y esa sangre?...

 

—No es mía… —mintió descaradamente. Sasuke observó a Minato e Itachi entrar y como Kushina recibía con un beso a su esposo.

 

Deidara al ver a Itachi sonrió aliviado, corriendo hasta lanzarse a sus brazos, el moreno le correspondió hundiéndose en su cuello, respirando su aroma que pensaba no volvería a sentir. Estuvieron largo rato en esa posición.

 

—Tenía un mal presentimiento… —dijo Deidara, a lo que Itachi le miró curioso —Que bueno que me equivoqué y estás bien —le abrazó con fuerza, sin saber muy bien el porqué. Itachi supuso que aquello era parte de lo que le había hablado Sasuke, ese extraño don, esa percepción peculiar en Deidara.  

 

—Tranquilo…estoy aquí. —le habló reconfortante, dándole un rápido beso en los labios.

 

El menor de los hermanos sonrió levemente al ver a la pareja, pero la pregunta de la rubia lo hiso posar su atención en la conversación.

 

—¿Entonces, de quién es? —exigió Tsunade a Naruto.

 

El rubio observó con preocupación a Sai, el que le miró curioso y sin entender, luego observó a Gaara el que tuvo un ligero presentimiento que algo no andaba bien.

 

—Naruto debe contarles unas cuantas cosas importantes. — dijo Sasuke mirando a su esposo. Éste por su parte asintió — ¿Dónde está Kazuo, Sai?

 

—Arriba en tú habitación, ha estado todo el día ahí. No quiere jugar video juegos ni nada, solo esperaba a que ustedes llegaran.

 

Sasuke sonrió levemente. — Bien, subiré. La bebe debe dormir unas cuantas horas.

 

Naruto suspiró para dirigirse al living del hogar. Sentándose en el sofá, pidió que todos se sentasen frente a él. Inspiró para luego botar lentamente el aire. Sus ojos observaron cómo el moreno subía lentamente con la bebe en sus brazos, volvió a dirigir la mirada a todos. Pensó que lo mejor sería omitir ciertas cosas, como por ejemplo lo del don en los donceles, aquello era un secreto y prefería no comentarlo.

 

—Lo que les contaré es algo engorroso y largo, pero ante todo por favor no me interrumpan, luego que termine pueden hacerme todas las preguntas…

 

 

 

 

 

 

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Sasuke llegó a la habitación, encontrándose con Kazuo bajo las sabanas completamente dormido, al parecer debió aburrirse de esperar tanto y sin querer jugar, no le había quedado de otra más que dormir. El moreno se acomodó en la cama, observando fuera que al parecer las protestas habían aminorado, observó a la pequeña dejándola a un lado del niño. Se quedó así unos cuantos minutos, hasta que lentamente los ojos oscuros, tan característicos de la familia Uchiha hicieron su aparición y lo que Sasuke vio le llenó de curiosidad, el niño observaba a la pequeña con impresión, observaba hasta el más recóndito lugar en el rostro de la pequeña. Luego la mirada subió hasta Sasuke el que continuaba con su curiosidad.

 

—¿Ella es mi itoko-chan?

 

El moreno asintió, el pequeño se acomodó mirando a la bebe. La que lentamente comenzó a abrir sus ojos pequeños ojos color zafiro, observando a quien tenía a su lado. Se quedaron mirando fijamente varios segundos… Sasuke no comprendía qué pasaba allí.

 

—¿Y cómo se llama, Sasu-ojichan?

 

El moreno sonrió al recordar que al fin su retoño tenía nombre.

 

—Nozomi… se llama Uchiha Nozomi

 

El pequeño llevó su mano hasta la pequeña, pero antes que tan siquiera pudiese tocar sus cabellos la mano de la bebe agarró un dedo de éste llevándolo hasta su boca.

 

—¡Deja mi dedo!... —alegó el pequeño al sentir como la pequeña lo empapaba.—¡Buarp… Es asqueroso…! —la bebe dio una pequeña sonrisa mirando al niño.

 

Sasuke observaba todo con curiosidad, pero no pudo evitar en ese momento al ver las actitudes extrañas de una bebe de esa edad… ¿cuál sería el don que tendría?...

 

—¡Basta, Nono-chan! ¡me haces cosquillas!

 

“¿Nono-chan?”... era un sobrenombre curioso, sonrió ante el sonido dulzón de ese apodo, era idóneo para su hija, claro que él jamás lo confesaría a los cuatro vientos.

 

Observó a los niños sin poder evitar esa duda que carcomía su cerebro, algo fluía a través de ellos, sino… ¿por qué Kazuo la veía con tanto entusiasmo y Nozomi le observaba tan fijamente?... decidió luego no darle más vueltas al asunto, eran niños y quizás a Kazuo le había entusiasmado mucho conocer a un familiar más pequeño que él y más cercano que los demás miembros de su edad que veía en juntas una vez cada seis años y por parte de su hija, no tenía idea; supuso que solo debía ser la curiosidad en los bebes.

 

 

 

 

 

 

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—Siento mucho lo de Shizune, Tsunade-no-baachan… Oka-san… —se dirigió a las dos mujeres mirándolas con tristeza pero el sabía en el fondo el porque había pasado, al igual que ellas pero era un tema que no debían sacar a la luz al menos en esos momentos. Las abrazó, mientras éstas le devolvieron el abrazo.

 

Luego el rubio se dirigió hasta Sai, agachándose frente a él. A su lado estaba Gaara tomándole las manos con fuerza. Al otro lado se hallaba Itachi, observándole.  

 

—No lo puedo creer…—Temblaba levemente, llevando una de sus manos a su cien apretando con fuerza.—¿Por qué… por qué lo hizo?

 

—Eso solo ella lo sabe, Sai.—dijo Itachi a su primo.

 

—Al menos puedo decirte que estaba arrepentida y sin su ayuda… ninguno de nosotros estaría aquí —dijo Naruto de forma conciliadora.

 

—No tenía por qué terminar así…

 

—Ella lo quiso, no entiendo el porqué, pero quiso que fuera así. —le respondió Naruto.

 

—Puede ser…

 

Todos le miraron con curiosidad, pero Sai negó con la cabeza. —Es algo que siempre pensé pero con esto ya me queda más claro...—El pelinegro observó como todos le miraban expectantes por saber, pero Sai miró de reojo al pelirrojo y éste detectó inmediatamente su mirada. Anticipando cualquier pregunta de los presentes.

 

—No tienes porqué decirlo, Sai. Es algo entre ella y tú.

 

—Arigato, Gaara. —sonrió melancólico a su pareja el moreno. Para luego mover con ímpetu su pierna, golpeando repetidas veces con nerviosismo el suelo. —¿Cómo se lo diré?... ¿Qué le diré a Kazuo?

 

El pelirrojo se adelantó nuevamente, apoyando su mano en el hombro de su novio.

 

—Sai, no estás solo. —el moreno observó los decididos ojos verdes de su pareja que le brindaban seguridad —Todos estamos contigo. Luego veremos como se lo decimos, por ahora debemos estar tranquilos.—dijo Gaara posando su cabeza en el hombro de Sai, el que se apoyó en él.

 

Estuvieron todos en esa posición unos momentos, cada uno inmerso en sus pensamientos hasta que Sai volvió a hablar…

 

—Me alegra que Madara vaya a pagar por todo, hizo demasiado daño, a ti Itachi y a Sasuke, además de llegar al punto de secuestrar a la bebe y a Naruto…

 

—Pero estamos bien, todos estamos bien y debemos agradecérselo a Obito que llegó justo a tiempo y a Karin que supo actuar de forma correcta al enfrentarse a Pein, sin ellos nosotros no estaríamos aquí-ttebayo —dijo en un tono más animado, haciendo sonreír a los presentes observando a Naruto.

 

Les sorprendía demasiado como ese chiquillo podía sacar siempre el lado bueno de las cosas y caminando hacia el mañana con una mirada prometedora, positiva, pasase lo que pasase. Esperaban que esas ansias nunca se acabasen… que permanecieran en la familia Uchiha y se impregnaran en ellas ya que Naruto era un gran pilar en toda la unión familiar.

 

 

 

 

 

 

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Las horas habían pasado y todos finalmente se habían marchado, dejando a la pareja en tranquilidad. Llevaron a la bebe a su propia habitación, donde dormía plácidamente hace una hora. Al fin Naruto y Sasuke se encontraban a solas, recostados en la cama, observando el paisaje desde la amplia ventana. Se lograba escuchar uno que otro ruido de bombas o alboroto debido al caos con la ley, pero ellos habían cerrado con fuerza el portón de la casona, por lo que no les preocupaba la seguridad, lo que si les preocupaba era lo que podría pasar con la ley en un tiempo más si no se resolvía.

 

—¿Sabes, Naruto?

 

El aludido le observó con sus curiosos ojos azules.

 

—Hubo un momento en que solo pedí esto con toda mi alma… —el moreno le sostenía tras la cintura, observándose sin pestañar, atentos a los sentimientos del contrario.—Estar así contigo y con la bebe… acompañándonos.

 

El rubio agachó la cabeza, posándola en el torso de su pareja.

 

—Todo es muy confuso, Sasuke.

 

—¿A qué te refieres?...

 

—En un momento al fin creí que podíamos entendernos después del festival, y al siguiente estaba en ese subterráneo… —el rubio tembló ligeramente al recordar ser encadenado— La verdad pensé que no volvería a verlos-ttebayo.  

 

Sasuke escuchaba atentamente.

 

—Y también sentí…— dudo un momento, pero se decidió a continuar—No me gusta decirlo… pero sentí que ese era mi karma.

 

—Dobe…— apresó al rubio entre sus brazos.

 

—Te he hecho demasiado daño, yo sé que tus palabras son sinceras… pero cuando estaba allí, Madara me dijo que yo…—El rubio hizo amago de alejarse, pero el moreno no le dejó, tomándole del brazo.

 

—Naruto, yo te he perdonado.

 

El rubio observó cabizbajo a su marido.

 

—No entiendo dattebayo… ¿por qué?... ¿por qué después de todo?... yo no debería aceptar esto…

 

—No lo aceptes entonces, aun así yo seguire sintiendo lo mismo. Eso es amor…

 

El ojiazul le miró sorprendido, sintiendo como su corazón rebozaba de alegría al escuchar esas palabras salir de esa boca tan orgullosa, pero al mismo tiempo sintió sus propios sentimientos de culpa y con ello la negación. Al no poder aceptar por completo el sentir de Sasuke; estaba muy confundido. Por alguna razón el moreno intuyó por la mirada dudosa en su pareja que debía atravesar esas mismas dudas.

 

—También pensaba que no debería sentirlo, pero míranos a lo que nos ha llevado negarlo… —dijo Sasuke sonriéndole,—Es imposible…

 

El rubio sentía como su cuerpo estaba a punto de convulsionar por el llanto acumulado, por la tortura acumulada en ese subterráneo.

 

—Pero yo soy…—las lágrimas salieron de sus ojos sin poder evitarlas, un llanto silencioso, sin sonido alguno, idéntico a ciertos llantos de la pequeña.

 

—Naruto, se lo que eres y lo acepto. — dijo Sasuke cortándole por completo, a lo que el rubio le miró impactado, negando con la cabeza.

 

—Cuando me diste a Nozomi, sentí que al fin podía volver a vivir —se acercó hasta estar a escasos centímetros de la boca contraria, observando como esos trozos de mar que tenía el rubio por ojos le miraban con intensidad.—Cuando peleamos y te dije lo que sentía y que me correspondías, pensé que todo podía mejorar  - Sasuke besó la frente de su esposo, el que suspiró al sentir esa cálida acción— y cuando te vi sufrir en ese subterráneo, era como si las heridas también me las hiciesen a mi…

 

—Sasuke… —el moreno besó su frente, pasando a sus parpados y mejillas, causando suspiros en el ojiazul.

 

—Tienes un don complejo, pero aún así lo acepto…—dijo el moreno besando el cuello del rubio, el que continuaba suspirando, extasiado al tener a ese hombre al fin en frente suyo. —Pero tú, ¿puedes aceptarlo?

 

El rubio dudo por unos momentos, pero luego de observar a quien amaba enfrente suyo, sonrió. Sasuke pudo sentir al ver esa sonrisa sincera cómo el mundo se detenía para solamente atesorar ese momento.

 

—Supongo que tengo que hacerlo-ttebayo.

 

—Bien, es un buen comienzo dobe.

 

Sasuke se abalanzó hacia su esposo antes que éste pudiese siquiera decir algo en contra por su insulto, comiéndole la boca, suspirando… hambriento ante la lejanía de ese cuerpo, ansioso por culpa de los días en donde no supo de él y su seguridad.

 

—Sasuke…—Naruto suspiró al sentir las manos del moreno pasar por debajo de su pijama. El moreno aun podía sentir algunas partes húmedas en ese cuerpo, pasado el baño. Asfixiándole en un calor abrazador, podía ver al abrir ligeramente los ojos, las mejillas sonrosadas de su esposo al igual que las propias al sentir las manos del rubio rozar su torso, pasando suavemente por los botones.

 

—No voy a ir a ninguna parte, teme…

 

El moreno tembló levemente al sentir esa frase en su oído. Deseaba creerle, deseaba que por nada del mundo ese ser se fuera de su lado. Le abrazó con fuerza, arrancándole la parte superior del pijama, observando esa anatomía que le hacia desfallecer en el éxtasis.

 

—Ni yo te dejaré, usuratonkachi…—se abalanzó hacia su esposo mientras tapaban sus cuerpos con las sabanas de seda, que les transmitían frescura en su momento caluroso.

 

No fue necesario decirse cuanto se extrañaban, cuanto deseaban tener el cuerpo del contrario, los besos y las caricias los delataba. Eran bruscos y al mismo tiempo amables con el cuerpo contrario, se notaba la ausencia de los días. Las ganas por expresar carnalmente lo que habían hecho con palabras antes que Madara se llevase a Naruto.

 

—Naruto...

 

El rubio sentía la desesperación de su pareja, notaba al aferrarse a su cuerpo y a los múltiples besos en su cuello y torso que el moreno no solo había extrañado su presencia, sino su propia piel, pero Naruto no tenía cómo culparlo. Allí encerrado en ese subterráneo, intentando rememorar las buenas vivencias luego de sufrir tantos golpes, recordaba las veces que había hecho el amor con Sasuke, como a pesar de todo la primera vez se había entregado no pudiendo resistir el grito de aceptar su amor y como la segunda vez, luego de pasar semanas sin el cuerpo de su marido y con todo lo que había sucedido, habían consumado su matrimonio… no se sentía culpable, él lo había ansiado tanto como ahora. Por lo mismo fue el turno de Naruto por devorar el cuerpo de su marido a besos, sin querer dejarlo ir, sin querer volver a ese sótano, sin sus manos, sin su cariño, sin ese calor… 

 

—¿Naru… to?

 

La voz de Sasuke había sonado un tanto preocupada, cosa que le extrañó al rubio, pero pudo darse cuenta al segundo de abrir sus ojos hacia su marido, como corrían unas cuantas lágrimas silenciosas, se llevó su mano a su propia mejilla mirándolas con incredulidad. Que el recordaba no era bueno llorando, solo cuando ciertas cosas sobrepasaban su límite…

 

—¿Naruto… qué?

 

—No entiendo…—le dijo con una sonrisa, pero aun corría una que otra lágrima acompañada por un pequeño espasmo en su cuerpo—¿Por qué…?

 

Era obvio a qué se refería, Sasuke lo abrazó con fuerza, no quería forzar a Naruto. Puede que su cuerpo no demostrase las heridas que estaba seguro su alma demoraría en cicatrizar.

 

—Tranquilo, descansemos—. Hizo ademan de volver a la cama para tan solo recostarse con el rubio a su lado, pero éste se negó rotundamente, posicionándose encima del moreno, quien le miraba confundido.

 

—¡No! —el rubio apoyó su cabeza en la curvatura del cuello del Uchiha, el que se quedó completamente quieto al sentir el fuerte abrazo del ojiazul— No me quites esto, Sasuke…

 

—Pero tú no estás bien…

 

—Si no te tengo en éste preciso instante, no lo estaré.

 

Ambos se observaron durante unos segundos, notaban la necesidad del otro como también la angustia, pero debían seguir, sus propios cuerpos inmersos en el calor que lleva a ese acto tan íntimo se los exigía.

 

—Entonces no hables más… —le dijo el moreno, a lo que el rubio sonrió para luego darle un ardiente beso.

 

Sus cuerpos se mecían al compás de una música silenciosa que solo ellos conocían. Ese sonido del roce en ambos cuerpos mientras se despojaban de sus ropas, las manos ardientes acariciando hasta el más recóndito lugar del contrario, el sudor de sus cuerpos al palpar las zonas más sensibles y el olor de sus sexos al estar ambos dándose placer. Sasuke frenó sus caricias justo al momento de sentir como su rubio compañero y el mismo estaban a punto de alcanzar el éxtasis en esa posición más conocida como el sesenta y nueve… El rubio abrió sus ojos, apretando todo su cuerpo para no dejar que su esencia se esparciera por el rostro de su pareja, al igual que sintió como Sasuke hacia lo mismo.

 

—¿Puedo?—preguntó el rubio al voltearse y quedar encima del cuerpo del moreno, tomando el miembro de éste entre sus manos llevándolo a su propia entrada. A lo que Sasuke sonrió de medio lado.

 

—Solo… hazlo… dobe —dijo con dificultad al sentir como el rubio caía en su endurecido miembro. Naruto no sentía que necesitase preparación alguna, estaba demasiado excitado como para eso, su cuerpo ya se había relajado y tan solo pedía a gritos la invasión. Al sentir por completo en su interior al moreno lanzó un suspiro gratificante, cerrando sus ojos para continuar con la sensación del miembro de su marido chocando en su parte más sensible. Pero amplia fue su satisfacción al sentir la mano del moreno apresando con fuerza su miembro erguido lleno de gotas pre seminales. Tembló con fuerza y aún más al ver el rostro del moreno enceguecido en el más puro placer al contemplarle.

 

—¿Me… echaste de menos, Sasuke? —le provocó el rubio comenzando a saltar en ese endurecido miembro, mientras el moreno le masturbaba con el mismo ímpetu.

 

—No digas tonterías…—dijo el moreno colocando sus manos en las caderas del rubio hundiendo aun más su miembro en las paredes de su esposo. El rubio lanzó un grito, sintiendo la sensación de que el orgasmo estaba próximo, la verdad es que no aguantaría mucho, hace tiempo ya que no sentía al moreno y las sensaciones podían con él. Sasuke apresó con su dedo la punta del miembro del rubio haciendo que éste no pudiera soltar su esencia.

 

—Sa…—intentó hablar el rubio, temblando en el acto al no poder derramar su orgasmo encima de su marido.

 

—No, aún no… —le dijo el moreno, levantándose con el cuerpo de su pareja, llevándolo contra la pared. A lo que el rubio intentó afirmarse con sus piernas alrededor de la cintura de Sasuke. El moreno arremetió empedernido contra esa gratificante entrada que lo recibía gustosa al igual que su dueño, llena de júbilo, impaciente por más sensaciones.

 

—Sasuke…

 

Sabía que su esposo estaba próximo al orgasmo, colocaba ese rostro de éxtasis en donde las sensaciones placenteras no podían aguantarse por mucho tiempo, al igual que él, tampoco creía que las pudiese soportar, podía sentir su propio miembro bañando con su liquido pre seminal la entrada del rubio y parte de sus nalgas. Apresó con una de sus manos la cintura del rubio y con la otra comenzó a masturbarle, viendo con lujuria como las orbes azules se nublaban por completo, Naruto estaba a punto de derramarse, de lanzar su orgasmo encima de los dos… Sasuke no pudo evitar imaginar aquello en su mente, y su miembro se endureció aun más, y su éxtasis estaba a punto de ser vaciada dentro del cuerpo de su esposo.  

 

—Sa… Sasuke… me…

 

El moreno besó con fuerza los candentes labios del rubio, no quería escuchar más palabras, tan solo quería los gritos, esos gritos llenos de placer lanzados en su propia boca, la sensación de entrega por completo de parte del rubio y la propia hacia él.

 

—Na… Naruto…

 

Lanzó entre besos ese nombre, lleno de placer, completo y abandonado a la lujuria, y el rubio no pudo soportar más… tan solo sintió esa mirada, ese cuerpo exigente por el suyo, ese semen llenándole y cayendo por sus nalgas, bañándolo en el rudo orgasmo de su marido. El rubio tampoco pudo aguantar más y el moreno apreció con una sensación temblorosa al ver a su pareja caer en el más puro delirio del placer, apresarlo con fuerza mientras lanzaba su semen entre sus cuerpos, Sasuke escuchó cada gemido salir de la boca del rubio al igual que su semilla, y continuó con la masturbación hasta que el rubio ya no tuviese más que entregarle, tan solo suspiros y temblores ahogados en ese acto íntimo.

 

Sasuke apreció como el cuerpo de su pareja temblaba ligeramente, de pronto recordó todo y que a pesar de las fuerzas del cuerpo de Naruto, éste debía estar exhausto. Con cuidado lo tomó por la cintura sin salir de su interior, el rubio abrazó a su pareja dando un leve gemido al sentir aun al moreno. Sasuke le apoyó en la cama, saliendo lentamente de su cuerpo, apreciando como el rubio abría sus ojos azules al tiempo que Sasuke le abandonaba.

 

Se observaron durante unos largos segundos, apreciando el post orgasmo del contrario para luego darse un beso lleno de calidez, para luego abrazarse. Luego de unos minutos, Naruto vio como el moreno observaba el techo en actitud satisfactoria.  

 

 

—Eres bueno en la cama…

 

El rubio le miró curioso, mientras Sasuke con una sonrisa autosuficiente.

 

—Tanto como ser cineasta, dobe.

 

El rubio se sonrojó abruptamente al escuchar esas palabras salir de la boca de su marido. Lanzándole en el acto una almohada, dejando la cara roja del moreno.

 

—¿¡Oye, por qué…?! - pero el rubio no le dejó terminar…

 

—¡No digas cosas como esas Teme-ttebayo!

 

—¿Por qué?—El moreno se mofó de la actitud aniñada y algo cohibida del rubio —Yo solo digo la verdad… además eres buen cineasta, eso lo demostraste en el festival —Sasuke habló con seriedad, en ningún momento se quiso mofar de su esposo era solamente la verdad, a lo que el rubio sonrió levemente, pero una duda se formó en su cabeza.

 

—¿Entonces, por qué no gane?  

 

El moreno le miró curioso, para luego lanzar un suspiro algo cabreado, cosa que notó su compañero. Sasuke se acercó hasta su esposo.

 

—¿Sabes lo que significa el premio del jurado, dobe?

 

—Etto…—el rubio comprendía poco a poco a donde iba a parar Sasuke con ello.

 

—Es un premio en el que vota solamente el jurado, es el premio que se designa a un cortometraje o largometraje del gusto solo y exclusivo de ese panel…

 

—¿Eso quiere decir? —los ojos azules de Naruto se llenaban de un tenue resplandor. Por lo que el moreno le sonrió.

 

—Dobe, eso quiere decir que nosotros como cineastas votamos por tú cortometraje, porque nos pareció el mejor como realización… aunque hay cosas que pulir, eres primerizo y se nota; aun así vas por buen camino.

 

Naruto sonrió ante esas palabras mientras apresaba sus manos en puños sintiendo nuevamente la vitalidad por comprender a que se refería ese premio, Sasuke tenía razón, iba por buen camino.

 

—En cambio el premio de mejor cortometraje en la categoría en general, lo premian grupos de actores, algún periodista que lo vio u otros miembros además de nosotros…— Sasuke posó su mano en la cabeza rubia revolviendo su cabello.

 

—Por lo mismo, y viendo lo que puedes hacer… te propongo un trato.

 

El ojiazul lo miró curioso.

 

—Siento que hay cosas que pulir en el proyecto nuevo que estoy haciendo, ¿lo recuerdas?

 

Naruto asintió.

 

—Tengo algunos capítulos hechos, pero como ahora lo haremos película me ha sido algo complicado escoger, tú sabes te lo enseñé… qué dejar y qué sacar… Entonces a lo que voy…

 

—¿Quieres que te ayude con el guión? —Preguntó con una sonrisa maliciosa el ojiazul al ver como el moreno no podía o no sabía terminar la frase. Sasuke por su parte le miró con el ceño fruncido unos segundos, para luego desviar la mirada y asentir. Naruto sonrió de forma zorruna al ver el leve sonrojo en esas mejillas pálidas.

 

—¿Eso te costaba tanto-ttebayo?

 

—No me cuesta, usuratonkachi…—chasqueó la lengua con enfado.

 

—¿Entonces para qué pides ayuda? —el rubio infló una de sus mejillas.

 

—No pedí tu ayuda, solo te propuse un tra…

 

Pero el rubio lo calló con un sensual beso en la boca, dejando al moreno con una ola muy profunda de calor, rememorando al sentir su cuerpo los minutos del sexo pasado. Para cuando abrió sus ojos oscuros pudo ver los de su esposo repletos de esperanzas.

 

—Acepto, teme.

 

Sasuke sonrió de medio lado mientras atraía a Naruto en su regazo volviendo a envolverse entre las sabanas de tela, ya sus cuerpos estaban preparados para el encuentro, pero en cuanto sus entrepiernas tan solo se rozaron y dejaron salir un gemido ahogado se escuchó a lo lejos un llanto, uno pequeño pero demandante. Ambos se observaron suspirando con cansancio, para luego sonreírse.

 

—¿Quién va? —preguntó el moreno, pero el rubio lo miró de forma curiosa para luego lanzar una sonrisa.

 

—Nozomi nos cortó la inspiración a ambos, así que debe necesitarnos.

 

—¿Y eso qué tiene que ver? —posó su mano en su cabeza de forma cansada, no entendiendo el punto del rubio, pero este continuaba con su sonrisa, esas que podía derretir hasta un mismo iceberg, y eso lo sabía muy bien Sasuke.

 

—La bebe es especial-ttebayo —el rubio salió de la habitación vistiendo una bata larga, amarrándosela de paso en la cintura mientras arrastraba de la mano al moreno quien también tomaba antes de salir la bata, dejándose guiar por su esposo. Se preguntó si Naruto sabía si la bebe tenía algún don, pero supuso que era imposible, solo él, Tsunade y Kushina sabían la verdad por completo de los donceles. Aún así no pudo evitar que se formase la duda en su mente, claro que la misma se disipó al ver al rubio hablarle a la bebe quien inmediatamente dejaba el llanto constante por uno más pausado acariciando con sus manos pequeñas la bata del rubio; a lo que éste sonreía baboso por la pequeña. Sasuke lanzó una sonrisa cálida, como de esas que pocas veces solía brindar al universo, al fin allí junto a él, luego de todos los problemas, luego del susto y el dolor volvía a sentir la dicha de tener a su familia.

 

 

 

 

 

 

 

 

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UN AÑO DESPUÉS…

 

 

 

 

 

Muchas cosas habían acontecido dentro de ese año. El hito más importante había sido que gracias a las pruebas de la grabación que habían hecho Itachi y Sasuke en ese subterráneo, más la declaración de Naruto, de forma que ninguno de sus nombres saliese a la luz, investigaciones había comenzado a seguir los pasos del ministro Danzou. Las movilizaciones continuaron, pero el ministerio había sido evacuado. Investigaciones había mostrado las pruebas a los líderes en el gobierno del movimiento en contra de la ley, los que decidieron darle una última oportunidad al ministerio para que explicaran la situación junto a esas pruebas. Lo bueno, lograron esclarecer que el asesinato a la ministra y abogada Shizune había sido por parte de un asistente de Danzou para que ésta no presentara un proyecto de ley en donde los donceles pudiesen volver a ser libres del conteo.

 

Los ministros decidieron que de ahí en adelante no se menospreciaría a los donceles en el sentido matrimonial, y que éstos al igual que las mujeres y los hombres tenían los mismos derechos, además que los hijos de donceles no serían investigados, ahora el examen para saber si el niño era doncel se realizaría en el mismo nacimiento, pero sería de carácter privado.

 

Pero con todo lo bueno viene algo malo, y aquello había sido que los donceles serían considerados de igual forma como un género más. Por lo que aún así habría distinción entre hombres y donceles. A pesar de eso, se prefirió aquello antes que continuar con las disputas de una ley arcaica.

 

En cuanto a Danzou, se le hiso un juicio en el que desgraciadamente y gracias a sus contactos y amigos entre ellos unos tantos jueces, se decidió que por haber estado inmiscuido en el asesinato de Shizune y en contra de los donceles, solo se le daría encarcelamiento en su propio hogar; sin posibilidad de salir por al menos tres años.

 

Muchos protestaron, y otros tantos dejaron el tema. Ya había cambiado gran parte de la ley y la visión a los donceles, pero algunos miembros de los líderes no estuvieron de acuerdo, por lo que un día por la noche mientras Danzou fumaba uno de sus cigarros nocturnos un grupo entró a su casa y le prendieron fuego; tarde llegaron los bomberos para apagarlo, encontrándose luego con su cuerpo brutalmente incinerado, y sin saber muy bien qué había sucedido, supusieron que el hombre había intentado suicidarse al ver como la cocina no tenía absolutamente nada de gas, más la fatídica decisión de prender el cigarro en esas circunstancias.

 

Las personas dentro de esas fechas celebraron, no solo por la muerte de Danzou, sino por todo, y aunque no se cumplió por completo lo que las personas querían en gran medida se llegó a un acuerdo.

 

 

Por otro lado, las cosas en la familias iban cada vez mejor.

 

Tras el proceso de Madara, el juez había sentenciado al hombre tras la comprobación de su contacto con Danzou, con el ex prisionero Pein y el haber sido cómplice en los asesinatos del socio a las empresas Uchiha, el asesinato a su hermano y cuñada, además del doncel cruelmente asesinado, junto al secuestro de Naruto y la bebe… Madara fue sentenciado a cadena perpetua, pero la causa decisiva no se dio por los asesinatos, y eso lo sabían todos. A Madara lo habían sentenciado por sus problemas políticos con el gobierno japonés, pero lo que importaba a la final era que Madara no pudiera salir y a pesar de que no se le había castigado tanto por sus asesinatos, aceptaron la sentencia. Al menos Madara pagaría sus crímenes en la cárcel. Pasados los meses desde la sentencia, la familia Uchiha y Uzumaki se acercaron bastante al viudo. Naruto y Sasuke por su parte apoyaron en todo lo que éste y el niño necesitaran por la perdida del doncel, relación que los llevó a una grata amistad entre las familias.

 

 

Por otra parte, la muerte de Karin fue imposible de ocultar. Ella era una actriz consolidada y también famosa, por lo que los rumores de su extraña desaparición en los medios comenzaron a recorrer el mundo mediático. Primero acosaron a Sasuke, al ser compañeros de trabajo, pero éste no quiso referirse al tema argumentando que él no tenía nada que decir y que no le molestasen más. Luego los reporteros fueron con Sai, al que atosigaron tanto que al pobre productor no le quedó de otra más que decir la verdad, por supuesto omitiendo muchísimas cosas, dejando consternado al mundo de las artes con el trágico suicido de la pelirroja, preguntándose por sus razones.  

 

Gaara apagaba el televisor cada vez que veía en programas sobre especulaciones del suicidio, él estuvo en todo momento para Kazuo a igual que Sai. La pareja decidió que el pequeño no fuera por un tiempo a la escuela, hasta que se sintiese cómodo para volver, y a pesar de que el pequeño decía que solo estaba algo triste, ya que su madre no estuvo mucho para él; ambos hombres notaban la tristeza silenciosa en esos pequeños ojos ónix, y es que la muerte temprana de la madre siempre deja heridas abiertas en el retoño.

A pesar de todo, ellos dejaron que el niño viviera el dolor a su manera, depositándolo a través de los video juegos, dibujos, alguna que otra conversación con su padre y con el pelirrojo, además de las tardes en casona Uchiha, las cuales la pareja notaba que le hacían muy feliz ya que Sasuke y Naruto les apoyaban con todo lo que necesitaba. Por lo que todos estaban seguros que Kazuo tarde o temprano terminaría por aceptar la muerte de su madre y podría convivir con esa tristeza, lo que tranquilizaba a la ya consolidada pareja, que veían crecer cada día al menor. 

 

En cuanto a Itachi y Deidara, decidieron cumplir con las metas que se tenían propuestas, el primero decidió cumplir la voluntad de sus padres al completo, dedicándose a ser el director que la escuela merecía, a la par que junto a su novio resolvían ciertos problemas con alguno que otro profesor, haciendo que la escuela, ya prestigiosa, mejorase en un treinta porciento. Por su parte, el rubio había decidido cumplir con la beca, pero tomando una aún más intensiva en un plazo de cinco meses, meses que al moreno le parecieron una eternidad, sintiendo la necesidad de no querer separarse más del rubio, conversó con su hermano menor lo que le ocurría, Sasuke solo rió argumentándole que decidiera de una vez si es que quería formalizar aún más la relación, el mayor se lo pensó durante un tiempo y al momento en que el rubio regresó de Italia le pidió formalizar; Deidara dudó, pero no por sus propios sentimientos o los del moreno mayor, sino que no comprendía el porqué del apuro. Itachi le contó finalmente todo lo que había ocurrido ese día del secuestro donde él estuvo, si no hubiese sido por Obito y los policías, a punto de morir. Cosa que hiso a Deidara enfadar por lo tardío del relato, pero también comprenderle y aceptar que en esas circunstancias lo único que sus mentes pensaban eran en estar hasta el último momento de su vida con el otro, por lo que el matrimonio estaba más que decidido; haciendo feliz de paso a la familia Uzumaki-Namikaze por dicha noticia, al saber que al fin sus hijos se habían casado con las personas que amaban.

 

Finalmente todo parecía ir mejor para todos, o al menos eso creían, y es que luego de que Sasuke y Sai retomaran el proyecto del largometraje que tenían entre manos y los productores ejecutivos ayudaran monetariamente, habían decidido que Hinata y Naruto participasen en él. Sasuke había decidido nombrar a Hinata ya que al verla actuar en el cortometraje había terminado por convencerle, era justo lo que necesitaba, una actitud tímida a simple vista e insegura pero en el fondo decidida y tenaz, había sido el mejor reemplazo de Karin; y en cuanto a Naruto, su temple matizado terminó por convencerle, sabía que su esposo no solo poseía el don de la escritura, también sabía actuar, esos ojos que lograban transmitir tantas emociones sin siquiera hablar, decían cosas que el mundo cinematográfico apreciaba; era cautivante. Él lo creía con fervor, pero al parecer el rubio menor no estaba tan convencido, o eso era al menos lo que sentía al estar en ese automóvil junto a él…

 

 

—Hay muchísima gente-ttebayo…

 

El moreno le observaba de reojo, para volver a fijar su oscura mirada enfadada en los reporteros que sacaban fotografías hacia el interior. Sasuke bajó la cortinilla oscura para dejar de ver los cuantos flashes, observando al rubio el que se acomodaba de diferentes formas en ese asiento.

 

—¿Naruto, qué es lo que te preocupa tanto?

 

El rubio le observó de reojo, mirándose un momento, para luego suspirar algo acongojado.

 

—¿Y si no les gusta?

 

El moreno le miró de forma intensa, tomando una de sus manos.

 

—¿Tú crees que es creíble el largometraje?

 

El rubio asintió.

 

—¿Crees que la actuación ayuda a la historia?

 

Naruto dudo un momento, pero volvió a asentir. Sasuke sonrió levemente.

 

—¿Crees que técnicamente está bien?

 

Naruto asintió sin dudar, mal que mal Gaara se había encargado de la fotografía, y él estaba seguro que su mejor amigo era muy bueno.

 

—¿Y crees que la historia puede ser interesante para alguien?

 

Volvió a asentir sin dudar, mostrando una de esas sonrisas zorrunas que volvían loco al moreno.

 

—Entonces no te preocupes, eso es lo más importante.

 

—¿A qué te refieres?

 

Sasuke notó que estaban próximos a salir, por lo que tomó aún mas fuerte las manos del rubio, cosa que al aludido extrañó, pero supo al momento de mirar esos pozos oscuros que lo que a continuación le diría removería algo en su ahora confusa mente.

 

—Debes entender una sola cosa si quieres entrar a éste medio, y me refiero a que si quieres contar historias desgraciadamente debes, aunque no quieras, tratar con éste tipo gente al menos en los estrenos.

 

Sasuke vio como Naruto miraba algo entristecido a las personas de fuera. Aun así Sasuke continuó con su discurso…

 

—Pero éstos tipos que están ahora ahí afuera no se interesan por ti o lo que quieras aportar, estos son paparazis no periodistas, que a esos si les importa lo que quieras decir, a esos jamás los verás con una cámara y un micrófono preguntando cosas molestas. Los verdaderos periodistas que se interesen en tu carrera comentarán para bien o para mal tú trabajo y uno debe soportar eso, en los diarios o por internet en páginas serias, y jamás les verás las caras. Por lo que Naruto, debes responder a éstos tipos que están fuera cómo te plazca, no importa si les caes bien o mal. Lo que importa es que estés conforme con tú propio trabajo, porque nosotros Naruto intentamos contar historias porque nos nace contarlas y si a una sola persona le llegan tus sentimientos y se sienta conectada con lo que ve, date por satisfecho. No lo hacemos por los premios, ni por los periodista, menos a esos buitres… —dijo el moreno observando con desgana, a lo que el rubio volteó su mirada observándoles con el ceño fruncido.

 

El automóvil se detuvo y Sasuke observó a su esposo con una leve sonrisa, esas que Naruto al fin podía ver cada día que pasaba junto al moreno.

 

—Si la historia es interesante, entonces cumpliste dobe. 

 

Sasuke abrió la puerta mientras los paparazi se agolpaban para sacar fotos, Naruto observó al moreno sonriéndole…

 

—Arigato, teme.

 

Y Sasuke notó en ese momento como esas palabras definirían gran parte de la vida pública de su pareja.

 

—¿Uzumaki-san, le ha agradecido a su pareja por la gran oportunidad de estar bajo este gran proyecto?— le dijo un hombre, al cual Naruto pasó de largo, junto a Sasuke.

 

— …Sobretodo siendo primerizo. —continuó otra mujer.

 

—Mal que mal usted entró a mundillo del espectáculo por ser esposo del director, Uchiha-san.

 

Naruto como Sasuke se detuvieron en el acto, aquel mocoso impertinente les había hecho enojar, sobretodo al moreno. Sasuke iba a dirigirse a él, pero lo cortó de lleno el rubio, adelantándose. Naruto caminó unos pasos hasta estar frente a él.

 

—¿“Espectáculo”? Creo que deberías volver al antro donde hayas “estudiado” y reformular tu comentario. Se sabe de sobra que el cine que hace mi marido o el mío no es teóricamente comercial—.El tipo se quedó mudo ante las palabras del Uzumaki, el cual sonreía de forma zorruna ante las pocas neuronas del mocoso. Sasuke rió altanero, orgulloso de la estampa del rubio.—Además éste es un trabajo en conjunto, sería muy injusto que hables del director como un ser superior ante toda las personas que lograron hacer posible ésta película-ttebayo…—Naruto no pudo evitar que su muletilla se manifestase, pero la verdad le daba igual, al menos le había dicho lo que sentía.

 

—Perdone, pero todos sabemos que esto al fin y al cabo es dinero, por lo que es simplemente un espectáculo—ese mocoso continuó, se había sentido ofendido al escuchar al rubio tratarle de ignorante, pero ésta vez no fue él quien le rebatió, sino Sasuke. Los demás paparazis tan solo tomaban fotografías y anotaban o grababan algunas cosas, quizás para luego editarlas a la conveniencia de ellos.

 

—Ustedes hacen que sea un espectáculo, ustedes manchan éste arte—dijo enfadado el moreno.

 

El joven se mofó—Por favor, arte es…

 

—Toda aquella actividad creativa que haga a las personas reflexionar su propia existencia en éste mundo, independiente del medio en el que se plasme—dijo Sasuke en palabras formales dejando al mocoso sin poder de decir nada. Naruto le miraba con atención, comprendiendo por completo esas palabras, entendiendo lo que el moreno quiso decirle en el automóvil. Por lo que miró con desprecio al mocoso para dirigirse a Sasuke.

 

—Sasuke… Tenemos cosas más importantes que hablar con personas que no valen la pena. Nuestro equipo nos espera en la entrada—le dijo con una sonrisa, a lo que el moreno la correspondió para continuar.

 

—Esa actitud no es la correcta de un doncel, menos en éste medio…—dijo un hombre de gran porte mirando con inferioridad al rubio. Naruto se detuvo un momento para respirar, aquello le había molestado, pero Sasuke apresó su mano mirándole de reojo para que no se enfadase.

 

—¿Tú me vas a enseñar a cómo comportarme?—Naruto sonrió de forma zorruna—¿A mi, una persona que crea mientras tú solo vives de nuestro oxígeno-ttebayo?... busquen algo más que hacer, idiotas.

 

Todos callaron ante tales palabras, incluso los paparazis. Aquellas palabras habían sido un golpe bajo, pero Naruto no disminuyó su sonrisa ni un ápice, tan solo continuó junto a Sasuke hacia la sala, observando en la entrada a su pelirrojo amigo y a Sai, se les notaba algo nerviosos, pero el rubio sonrió al verles. Estaba muy feliz por ellos, y a pesar que el pelirrojo no pudiera concebir era sin dudas el mejor padre que Kazuo pudiese tener, obviamente junto a Sai. El rubio entusiasmado corrió hacia ellos mientras Sasuke lo observaba con una leve sonrisa. De pronto llevó una mano a un costado de su chaqueta meditando sobre el siguiente paso que habría de tomar, ya había pasado un año, un año desde que se habían casado, y ya era hora de dejar las cosas claras con Naruto.

 

 

 

 

 

 

 

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Los aplausos se escucharon por toda la casa, al igual que la suave risa de uno de los adultos. Deidara sostenía a la pequeña Nozomi en sus piernas, ya tenía un año de edad, el cabello oscuro le llegaba hasta el final de la nuca y sus ojos azules eran igual de brillantes que los de Naruto; aplaudía cada vez que veía a Kazuo, sentado al otro lado de Deidara, emocionarse al ver a su padre y a Gaara, junto a Sasuke y a Naruto en el televisor.

 

—Kazuo, deja de gritar ya los hemos visto…—decía cansado Itachi acercándose a ellos con algunos alimentos para picotear.

 

—No soy el único… —dijo el pequeño viendo a la menor, la que le sonreía levemente y volvía a aplaudir, el pequeño abrió sus ojos con sorpresa —¿Por qué a Nono-chan no le dicen nada?

 

—Ella es una bebe, si la regaño no me entendería—dijo Itachi sentándose en medio de Kazuo y Deidara, arrebatándole de paso a la pequeña.

 

Kazuo frunció el ceño mirando a la bebe a su lado, la que le correspondió la mirada luego de unos segundos, pareciera como si saliesen chispas al mirarse. Se notaba a leguas que ambos eran Uchiha.

 

—Kazuo-chan no empieces— dijo Deidara comiendo unos bombones de chocolate que le había pedido a su pareja, el que le miraba extrañado por sus ganas de comer.

 

—Pero…

 

—Ella es un bebe y tu tienes seis años, compórtate—. Le dijo autoritario Itachi, Kazuo agachó la mirada de una forma un tanto triste. La bebe lo observó durante unos segundos, unos que el pequeño no notó.

 

—Naruto es inteligente, mira que decirle eso al paparazi­—. Rió de medio lado el Uchiha.

 

—No me gusta… —dijo Deidara con preocupación.

 

—¿Por qué? 

 

—No creo que deba enemistarse con ese tipo de gente, esos tipos si se lo proponen pueden destruir su carrera, y Naruto está recién empezando.

 

—Te entiendo en cierto sentido, pero Naruto ya es adulto. No deberías preocuparte de él de esa forma, sabe lo que hace y ya ha enfrentado cosas peores. Lo sabes bien, Deidara— le dijo Itachi apresando su mano.  

 

—No puedo evitar preocuparme, siempre va a ser mi hermano menor…

 

—Me ocurre igual, pero no podemos evitar que nuestros hermanos cometan errores, al contrario deben hacerlo para aprender, supongo que es igual con los hijos… ¾ terminó de decir en forma desinteresada volviendo a observar el televisor.

 

Al fin, después de tantos meses de trabajo intenso, la avant-premier de la película de su hermano, llamada “Sound of my Future” hacia su debut a los medios. No le preocupaba la crítica, al igual que a su hermano. Todo el equipo técnico, más las familias de los cargos importantes junto a un par de críticos de renombre, habían asistido a una pequeña proyección de la película y luego de hora y cuarenta y cinco minutos, todos se habían quedado en silencio y es que el final era bastante abrupto, se notaba la mano del guionista en eso, Naruto adoraba los finales abiertos donde el espectador pudiese cerrar la obra; decía que les hacía pensar más; reflexionar. Luego de estar unos segundos en silencio comenzaron a escucharse los aplausos y con ello las felicitaciones, una que otra acotación, pero por lo demás todo había resultado bien. Por lo que aquella avant-premier era más que nada para otros críticos y algunas personas que eran fieles a la obra de Sasuke.

 

Deidara le sonrió a Itachi, admirando el valor de poder dejar a su hermano tomar la decisión que fuese pero apoyándole en todo, esperaba que todo fuese así con la propia familia que ahora continuarían, bajó la mirada sonriendo levemente, actitud que para el moreno fue curiosa.

 

Nozomi dio una pequeña sonrisa al observar a su itoko que hablaba de vez en tanto sonriendo, para luego mirar a su tío rubio, estuvo durante largo tiempo observándole, cosa que extraño a su tío moreno, hasta que de repente la niña sonrió e hizo un gorgojo contenta, alzando sus brazos hacia el rubio, el que la miró confundido, muy pocas veces o quizás nunca habían visto a la pequeña tan feliz.

 

—¿Qué…?— Deidara pasó su azul mirada confundida de la pequeña a su novio.

 

—Ni idea… parece que quiere estar contigo—. Le respondió el moreno, entregándole a la menor, la que se puso aun más feliz al estar sobre las piernas de su tío rubio. Levantó los brazos hacia su tío sonriendo, Kazuo se la quedó observando concentrado, sentía que había algo extraño en Nozomi, siguió en sus conjeturas hasta que la pequeña se abrazó fuertemente a Deidara sonriendo, para luego alejarse levemente y acariciar el estomago de su rubio tío.

 

Todos la miraban extrañados, hasta que el rubio luego de unos segundos abrió sus orbes sorprendidas, su boca se movió intentando formar alguna palabra, pero nada salía de ella.

Itachi le observó durante unos segundos, hasta que de pronto calló en cuenta de la actitud de la niña. Por su parte Kazuo miraba a todos con extrañeza.

 

—Kazuo, necesitamos un momento a solas… — le dijo Itachi al menor, el pequeño asintió y se acercó a Nozomi, arrebatándosela de los brazos de Deidara.

 

 

 

 

Kazuo caminó con rapidez subiendo las escaleras en dirección a la habitación de la menor, no pudo evitar pensar que quizás su tío y el rubio discutirían, esperaba que no.

La niña le observó posando una de sus manos en la mejilla del menor, el que se la quedó mirando curioso al entrar en la habitación. La menor sonrió acariciándole la mejilla balbuceando palabras inentendibles, a lo que el menor suspiró cansado.

 

—No te entiendo, baka—. Le insulto de paso, la menor frunció el ceño durante unos segundos, algo que hiso sorprender al moreno.

 

—¿Eres rara, sabías? —suspiró sonriendo de medio lado, a lo que la niña le correspondió.

 

—Nono-chan, tu jugarás con esto… —le entregó su móvil donde había un juego muy fácil que hasta los bebes podían jugar, Nozomi sonrió recibiendo el móvil. El pequeño se recostó junto  a ella jugando con su inseparable psvita, luego de estar ambos jugando durante unos minutos, sonrió con ternura al escuchar en ocasiones una suave risa por parte de la menor.

 

 

 

Por otro lado ambos adultos en el living estaban quietos, mirándose el uno al otro, luego de no sentir más los pasos del menor comenzaron a hablar.

 

—¿Y bien?... ¿hay algo que debería saber?—exigió Itachi.

 

—Etto…—el ojiazul desvió durante unos momentos su mirada, para luego volver a la oscura de su pareja—¿Es obvio, no? Lo extraño es que Nozomi se haya dado… ¿cuenta?—le supo rara decir esa palabra, pero en verdad no entendía cómo la pequeña lo había notado, era prácticamente imposible.

 

El moreno confirmó todas las dudas en su cabeza, sabia que los donceles poseía ese don especial y por lo que había visto su sobrina había heredado el gen de Naruto, pero en otra forma, solo sabía que mientras la pequeña creciera lo comprendería más.

 

—No has respondido mi pregunta…

 

El rubio viró los ojos para después posarlos en el moreno, suspirando.

 

—Últimamente no me he cuidado muy bien…

 

—Eso lo se, Baka—sonrió de medio lado el moreno—.Pero fui yo el que esas veces pedí que no ocupásemos protección. El rubio asintió, Itachi continuó con su mirada fija en él.

 

—¿Entonces, por qué ocultármelo?

 

El rubio agachó la cabeza mirando sus manos.

 

—¿Hace cuanto lo estás?

 

—Etto… ya sabes como es el embarazo doncel.

 

—¿Me lo ibas a contar cuando se te notara?—le preguntó el moreno algo incrédulo.

 

—¡No! Yo no quise decir eso—se defendió inmediatamente.

 

—¿Cuánto llevas, Deidara?— le exigió en un tono algo más autoritario.

 

El rubio suspiró cansado, mirando esos ojos oscuros que tanto le encantaban pero que esta vez le miraban serios.

 

—Cuatro meses y medio…

 

—¿¡Qué?!—no pudo evitar que la pregunta saliera de su boca en tono absorto. 

 

—Ya me has visto, tengo una leve curvatura…— indicó su estomago.

 

—Si, pero jamás pensé que fuese toda esa cantidad de tiempo y también pensé que era que se yo… por comida—le miraba impresionado, mientras se llevaba una mano a la cien masajeándola. El rubio comenzó a jugar con sus propias manos, esperó unos segundos para hablar, no estaba seguro cómo reaccionaría su pareja.  

 

—¿Te molesta?

 

Itachi suspiró dando una leve carcajada. Deidara le observó curioso, no se esperaba esa reacción.

 

—Baka…—le dijo para luego observarle aun con esa sonrisa. 

 

El rubio frunció el ceño.

 

—¿Es necesario que te responda?—dijo sonriendo, el rubio con ello pudo notar la verdad, sonriendo abiertamente.

 

—Supongo que no—. Se encogió de hombros y recibió gustoso el gran abrazo del moreno.

 

—Exacto…—respondió dándole un beso en la frente para luego acomodarse y ver el televisor, mientras la película ya había comenzado, los reporteros esperaban ansiosos en la salida. Deidara posó la mano en su propio estomago dando una dulce sonrisa, al fin y después de todos los altercados que habían pasado, ese hombre que estaba al lado suyo había llegado a su corazón, encandilándole con su forma tan particular de ser, pero al mismo tiempo honesta y preocupada.

 

Itachi por su parte acarició los cabellos de su prometido, no hallaba las horas de casarse y al fin ver a su hijo nacer, estar todos juntos como una familia; como esa familia que años soñó con tener junto a ese rubio. 

 

 

 

 

 

 

 

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Habían pasado unos cuantos minutos desde que su marido se había marchado, el rubio miraba de un lado al otro. El film iba más allá de la mitad y Sasuke no hacía acto de presencia, él quería que juntos apreciaran la sorpresa del público al terminar, pero su dichoso moreno aún no aparecía. Comenzó a preocuparse, esperaba que no le pasase nada malo. Mal que mal no tenía muy buenos recuerdos al estar con mucha gente en un evento como aquel, así lo habían secuestrado a él con anterioridad.

 

Naruto negó con la cabeza. Madara estaba preso y Pein muerto. No era lo mismo, no debía comparar las situaciones, hasta Sasuke se lo había dicho antes de asistir notando lo incomodo que el ojiazul estaba días previos; no había porqué preocuparse. En ello pensaba cuando una tenue vibración lo sacó de sus pensamientos, observó el objeto que se encontraba guardado en su camisa.

 

Sus ojos observaron curiosos el mensaje que le habían enviado.

 

 

“Ve a la sala de proyecciones ahora…”

 

 

Firmado con el nombre y número del moreno. Naruto observó levemente hacia la casilla de proyección, pero la luz que emitía no le dejaba ver con claridad, tan solo notaba una sombra dando alguna que otra vuelta. Curioso se levantó de su asiento, no sin antes ser retenido por el pelirrojo que se encontraba a su lado.

 

—No deberías salir, falta poco para que termine— le habló en tono bajo, intentando no molestar a nadie.  

 

—No te preocupes, volveremos antes -ttebayo— le dijo con una sonrisa a su amigo. A lo que éste le miró curioso.

 

—¿“Volveremos”?

 

El rubio le mostró el móvil a lo que Gaara le miró con curiosidad, pero Sai a su lado con una de esas sonrisas de siempre le dijo:

 

—Deberías ir pronto Naruto, te están esperando.

 

El rubio asintió para luego retirarse. A lo que Gaara se volvió curioso a su pareja.

 

—¿Sabes algo?

 

—Puede ser… —y de nuevo estaba aquella sonrisa. El pelirrojo dejó de mirarle, para volver a la pantalla, se sonrojó levemente al momento en que Sai le tomaba de la mano, apresándola con la suya.  

 

—¿Te había dicho que tienes mucho talento?

 

—Uff… Desde que nos conocimos—.Le hiso un gesto como si aquello hubiese sucedido hace muchísimas décadas.

 

—No me cansaré de repetirlo entonces—. Le sonrió a lo que el pelirrojo correspondió. El moreno tomó el rostro de su pareja dándole un leve beso en su labios, observándose durante un segundo, transmitiéndose parte de ese gran amor que ha pesar de los años había vuelto a juntarlos sin siquiera saber al completo los sentimientos del otro. El destino quiso dar su golpe final y allí estaban ellos, felices ya que al fin cumplían sus metas y ha pesar de los difíciles momentos, podían compartir la dicha de tener a Kazuo junto a ellos. Gaara se apoyó en el hombro de Sai y así se mantuvieron hasta el termino del film.

 

 

 

 

 

 

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El ojiazul caminaba próximo a la sala de proyecciones, tan solo unos pasos lo separaban de esa puerta y no tenía ni la más mínima idea de qué quería Sasuke en un momento cómo aquel; esperaba que no fuera algo complicado ya que debían bajar a hablar un poco de la película al finalizar y contestar una que otra pregunta.

 

—Más vale que me llamases para algo sim…

 

—Shh… —el moreno le calló enseguida, estaba apoyado a un lado del proyector, y una leve sonrisa adornaba su rostro, le hiso un gesto para que Naruto le acompañara. El rubio confundido se acercó hasta él.

 

—¿Recuerdas cuando hicimos esa escena?

 

Naruto observó la pantalla, la verdad es que le gustaba como se veía desde allí y apreció donde él se presenta en esa túnica blanca al conjunto de seguidores, cantando una canción, una que no era acorde al futuro y tampoco al presente, una canción del pasado pero que en ese futuro era un himno.

 

—¿Cómo no? Tuvimos que repetirla muchas veces… en ocasiones te pasas, teme—. Le dijo en tono refunfuñado, cruzándose de brazos.

 

El moreno rio de medio lado, observando la escena con nostalgia.  

 

—Tan solo soy profesional, usuratonkachi.

 

—Si, claro-ttebayo.

 

Se quedaron observando la escena hasta su termino.

 

—Tú estuviste muy bien, el problema fue que no estaba seguro en mi dirección.

 

El rubio le miró incrédulo.

 

—Creo que nunca lo estaré al completo—terminó por decir—Me siento satisfecho de mis películas, pero siempre siento que no son como quería que fuesen.

 

El rubio se apoyó más cerca de él lanzando una suave sonrisa al mirarle.

 

—Eso es bueno.

 

El moreno le miró curioso, pero el rubio continuó.

 

—Es imposible estar cien por ciento seguro de tus decisiones en la vida, en esto es lo mismo. Uno debe hacer las cosas lo mejor que pueda-ttebayo, además todos tenemos una visión, de ahí a que resulte tal cual como lo planeamos; difícil… en realidad es un poco tonto creer que todo lo puedes hacer a como lo planeaste, ¿no te parece?— le sonrió de forma zorruna. 

 

Sasuke le observó durante unos segundos, a lo que el ojiazul al notarlo le miró confuso. El moreno agarró su chaqueta sacando unos papeles de ella, para luego voltearse a verle de frente. El rubio tembló levemente, sabía que papeles eran aquellos.

 

—Ha pasado un año…—comenzó el Uchiha y Naruto asintió, de pronto estaba nervioso, muy nervioso. No sabía que esperar—Y nuestro contrato termina justamente hoy… —dijo indicando la fecha.

 

Ambos se quedaron en silencio. Naruto observaba sus zapatos como si fueran la mejor distracción del universo, mientras el moreno carraspeaba esperando alguna palabra.

 

—¿y bien…?—iba a continuar pero el rubio le interrumpió.

 

—Quieres el divorcio— más que una pregunta por parte de Naruto sonaba a una afirmación.

 

—Naruto…

 

—No te lo daré-ttebayo—le dijo en actitud seria, cosa que sorprendió al moreno en demasía, pero al mismo tiempo le hiso correr una sensación de sumo calor por todo su cuerpo.

 

—Hemos pasado muchas cosas juntos, se que he cometido un acto imperdonable, pero tú me has perdonado, no se como pero lo has hecho…—el rubio agacho la cabeza apresando sus manos con fuerza—Y yo… yo he pasado por muchas cosas para que todo resulte o al menos para que estemos bien, te he ayudado con el largometraje, además tenemos una hija… además…—el rubio ya no estaba seguro de continuar, pero el Uchiha le miraba de forma neutral, pidiendo con ese acto que el rubio siguiera.

 

—¿Además qué?... ¿qué puedes decir para que no continuemos con el divorcio?

 

El ojiazul suspiró con fuerza, acercándose hasta su marido, observándole con determinación. Aquella mirada que cautivaba tanto a las personas que le rodeaban, y por sobretodo al moreno.

 

—Tú me amas a mí y yo a ti, por eso no te daré el divorcio-ttebayo.

 

Sasuke le sostuvo la mirada por unos segundos, para luego lanzar una sonrisa cálida a su esposo. El rubio aún así no decayó con su tenacidad.

 

—Me parece una buena razón, dobe—. Le dijo para romper ante él los papeles del divorcio, haciendo que Naruto lanzase una sonrisa zorruna. Una de esas verdaderas, una que pocas veces había podido apreciar. Lanzó los papeles al tacho de la basura, mientras Naruto se abrazaba junto a él, observando ambos el final de la película.

 

Ambos suspiraron en calma, supusieron que de todas formas había valido la pena el pasar por tanto sufrimiento y como Sakura siempre le había dicho a Sasuke, las cosas pasaban por algo y no valía la pena darle muchas vueltas, sin duda en la vida del moreno habían existido dos amores, pero hoy sabía que el verdadero era sin duda el rubio. No podía comparar los sentimientos y tampoco quería hacerlo, cada uno le había dado alegrías, cada uno le había dado penas, y ahora quería dedicarse a Naruto y a Nozomi al completo y quien sabe a cuantos hijos más que pudiesen tener. Sonrió con nostalgia y cariño al sentir la cabellera rubia de su esposo rozarle una de sus mejillas, cuantas veces se había preguntado el por qué continuaba en éste mundo, el porqué tenía que continuar viviendo; hoy estaba seguro del porqué.

 

Al igual que Sasuke, Naruto suspiró en el cuello del moreno sintiendo su olor, embriagándose en el calor de la persona que jamás esperó amar pero que el destino quiso que así fuera, ahora sabía que todo el sufrimiento, la perdida de su adultez, el acercamiento con el moreno, su amor y su hija… todo ocurría por alguna razón.

 

—¿Deberíamos bajar?— le preguntó al moreno.

 

 

El moreno asintió, observándole —¿Estas nervioso?

 

El rubio se separó de sus brazos con una sonrisa suspicaz. —¿Yo… nervioso? ¡Parece que no me conoces nada, teme!—dijo con altanería, posando sus manos en su cintura con esa sonrisa que irradiaba felicidad.

 

—De verdad que eres el numero uno en sorprender a la gente, usuratonkachi.

 

Ambos rieron saliendo de la sala de proyecciones al salón de cine. Ambos estaban seguros, sobretodo al escuchar los aplausos y vítores rebosantes de alegría sumado al  apoyo a su trabajo y a sus vidas; a sus existencias. Ambos se estrecharon la mano para continuar por aquel pasillo hasta observarse con respeto antes de entrar al cine.

 

Ellos habían nacido para estar juntos, ellos habían sufrido para conocerse, perdonarse y amar. Todo los acercaba a ese momento, por lo mismo estaban completamente seguros que aquel era…

 

Su lugar en este mundo.  

 

 

 

 

 

 

 

++++++++++++++++++++++++++++++   F I N   ++++++++++++++++++++++++++++++++++++

 

 

 .

Notas finales:

Nota Finales de la Autora ZafiroeIndigo

 

Vaya… hasta que logré escribir esa última escena. Desde que comencé con el fic, esa imagen se me aparecía continuamente, pero desde otras formas. Ahora puedo ver que encajaba perfectamente para el final… En fin, no tengo mucho que decir la verdad. Me alegra terminarlo, pero al mismo tiempo siento nostalgia. Lo que me alegra es que terminó mejor de lo que esperaba en mis expectativas, supongo que eso es bueno, porque casi nunca me sucede jaja xD

 

Como en las notas primeras, agradesco todos los review de personas que he conocido a lo largo del fic y los anónimos, a continuación agradezco y doy un especial abrazo a todos ustedes (no están en orden de importancia por si las dudas xD porque todos son importantes n_n) 

 

 

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…y a todos los que escribieron Anónimamente =)

 

 

A todos ustedes gracias por el apoyo, en Facebook también y me alegra que les haya gustado tanto esta historia. Siempre intento hacer fics donde el SasuNaru mantenga su integridad, que uno no sea más débil que el otro, sino que se vean como iguales independiente de las circunstancias en que se desarrolle el fic.

 

Con respecto al epílogo, no estoy segura cuando lo podré subir la verdad. No puedo dar una fecha con exactitud, pero no se preocupen, no tardaré mucho. Pero prefiero no dar fechas, estoy complicada con la escritura de fanfic, y no se si podré hacer los proyectos largos que tenía planeados, si podré hacer algunos más cortos. De unos 3 a máximo 7 capítulos, pero no titánicos como éste xD, uno que otro Oneshot también =) así que me seguirán teniendo jeje

 

En cuanto a la lista que quería hacer de los fanfic y subir el PDF corregido de MY PLACE, lo haré al subir el capítulo del epílogo. Además lo subiré en Whattpad =)

 

Bueno, sin más que decir se despide esta humilde relatora xD… nos vemos en el epílogo.

Cualquier duda o información que yo mando sobre mis fic o proyectos, aquí mi Facebook:

 

 

https://www.facebook.com/zafiroeindigo

 

 

¡¡Matta ne!!


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