Capítulo 1
Recuerdos de una melodía.
-La segadora luz naranja se anteponía por todo el palacio, seis pequeños chiquillos corrían, tratando de alejarse del peligro. Finalmente el mayor de ellos hallo lo qué más deseaba encontrar, alegre grito los nombres de sus padres. Pero para su desgracia, ambos jóvenes habían perdido la vida gracias a las grandes flamas naranjas. Las lágrimas no tardaron en caer de aquellos bellos ojos verdes.
Entonces el pequeño castaño se preguntó cómo es que un día tan perfecto como lo había sido ese día. Se había cubierto de una capa negra.
Si no mal recordaba, aquél día en la mañana se encontraba con su feliz familia, su madre cantaba, su padre disfrutaba de aquella maravillosa melodía.
Jamás podría olvidar aquella tenebrosa, pero a su vez calmante melodía.
“Recuerdo esas lágrimas en tu rostro cuando,
Te dije “Nunca te dejé ir” .
Cuando todas esas sombras casi extinguen tu luz
Recuerdo que dijiste “No me dejes aquí solo”
Pero todo eso está muerto, se fue, está en el pasado de esta noche.
Solo cierra tus ojos, el sol se está poniendo,
Estarás bien, nadie podrá herirte ahora.
Ven luz del día.
Tu & yo estaremos sanos & salvos.”
Todo se oscureció repentinamente, la noche llego rápidamente, algo en el corazón del pequeño castaño lo inquietaba. No estaba seguro de qué, pero algo en su interior le advertía una & otra vez que algo terrible iba a pasar.
“No te atrevas a mirar por la ventana,
Cariño todo está en llamas.
La guerra está fuera de nuestras puertas
Causando estragos.
Aférrate a esta canción de cuna.
Incluso cuando la música deje de sonar”.
Las llamas se acercaban rápidamente al feliz hogar, todo se destruía rápidamente, el cielo se tornó rápidamente más negro de lo que recordaba.
Miles de familias buscaban ayuda. Niños lloraban, sus padres habían muerto. Ancianos gemían de dolor. Mujeres morían lenta & dolorosamente. Cada una de aquellas horribles escenas que presenciaban aquellos ojos verdes. Lentamente iban formando un nuevo sentimiento en su corazón. ¿Odio?, ¿Nostalgia?, simplemente no lo comprendía.
Las llamas no tardaron en hacerse presentes en el que alguna vez fue un feliz hogar. Cinco pequeños niños corrían en búsqueda de sus padres & de su preciado hermano.
Mientras que miles de lágrimas llenas de dolor & deseos de venganzas eran esparcidas por todo el piso de lo que aún quedaba de aquella habitación. Un pequeño castaño se ahogaba en un infinito dolor. Su corazón lentamente dejaba de palpitar. La gran falta de aire hacía que este se quedara sin fuerzas.
“Solo cierra tus ojos, el sol se está poniendo.
Tú estarás bien, nadie podrá herirte ahora.
Ven luz del día.
Tu & yo estaremos sanos & salvos.”.
-“Joven amo, despierte todo es un sueño”.-Lentamente dos ojos verdes se abrieron lentamente, para así poder visualizar aquel lugar, una pequeña pero lujosa habitación, de la época victoriana, & a su característico mayordomo-.”Buen día”.-Comento con alegría, el peli-negro, sonriente-.
-“Buen día”.-Saludo de mala gana el oji-verde, después de todo, aquel sueño le había afectado bastante & lo menos que quería era pasar el resto del día con la persona que en algún momento se comerá su alma, como cena-.
-“Puedo preguntar qué tipo de sueño estaba teniendo para que lograra llorar, si no bien recuerdo la última vez que lloro, fue aquel día que lo rescate”.-Miles de recuerdos golpearon al pequeño oji-verde, miles de malas memorias que deseaba borrar, por siempre de su memoria, pero era simplemente imposible-.
-“Nada de tu interés”.-Respondió rápidamente, el menor-.
Lo menos que deseaba en estos momentos era recordar cómo, le arrebataban la dignidad a su familia. Como tenía que madurar rápidamente, a pesar de solo ser un pequeño eh indefenso niño.
-“!Todos, todos deben morir!”.-Exclamo ya arto de aquellos recuerdos-.
-“Pronto, mi señor”.-Agrego sonriente en forma de susurro el peli-negro-.