Me encontraba transitando las calles de Seúl. Era algo de mi naturaleza salir a caminar al aire libre, para tomar aire fresco, con rumbo desconocido. Solo necesitaba aislarme de la cruel sociedad.
El fuerte viento rosaba mi rostro, la brisa cálida me estremecía.
El verano no me agradaba en lo absoluto. Provocaba en mi ciertos problemas de salud como desmayos. Además me traslada a horribles recuerdos del pasado, que me cuesta demasiado olvidar.
Mis ojos estaban perdidos en la nada, mis piernas caminaban solas sin destino alguno, mi mente estaba liberada de pensamientos y recuerdos. Me encontraba perdido y solo, a pesar de vivir en una sociedad repleta de personas.
Miré hacia mi derecha, y pude notar hacia lo lejos aquella temerosa y solitaria calle que me traía horrible y dolorosos recuerdos a mi cabeza. Sentí como una cálida lágrima se asomaba por mi ojo, dejándola pasear por mi mejilla.
Me quedé paralizado, mi única reacción fue quedarme observando el lugar. Sentía dolor, tristeza y bronca interior. Mi corazón se aceleró. ¿Por qué te has ido tan rápido? ¿Por qué se lo han llevado de mis brazos? Preguntas que alimentaban la depresión que estoy sufriendo acerca de ello.
Me alejé y seguí mi camino.
Llegué a mi casa más rápido de lo que pensé.
Al abrir la puerta sentí como un cuerpo se colgó de mi haciéndome caer al sillón que posaba a mi lado.
-Hyung volviste, te estaba esperando,¿ dónde estabas?
Era Sehun que no paraba de regalarme hermosas y tiernas sonrisas.
-Nada, paseaba por ahí. Tú sabes que me gusta hacerlo- respondí con una débil sonrisa.
-Como percibí que volverías a esta hora te preparé algo de cenar- me dijo el menor, mientras dejaba un plato de ramen delante mío.
-Gracias Hunnie, no deberías haberte molestado.
-No es nada Luhan-ah, sabía que vendrías hambriento.
-Está delicioso, cocinas muy bien- le dije con una mueca de felicidad.
Él solo asintió con la cabeza y posó su brazo sobre mi hombro.
El silecio se apoderó de la situación por un momento. Los malos recuerdos comenzaron a revolotear por mi cerebro.
Desvió mi mirada hacia el costado, con la mala suerte de encontrarme con una foto de aquella persona que me había hecho felíz durante tanto tiempo y que hoy ya no estaba en este mundo. Kim Minseok, más conocido como Xiumin, fue el ser humano más importante para mi en esta vida. Y siempre lo será…
Mi conciencia me había traicionado. Un inútil sollozo comenzó apoderarse de mi. Lo dejé salir, sin poder hacer algo al respecto.
Sehun se dio cuenta de ello y me rodeo con sus largos brazos, abrazándome por la espalda.
-Ya no llores hyung, ¿Cuánto tiempo más estarás en este estado?- con esas palabras, él intentaba consolarme pero no me ayudaban mucho ya que los sollozos eran cada vez más fuertes.
-¿Por qué? ¿Por qué tuvieron que sacarle la vida? Yo lo amaba más que a nadie, no se merecía ese trágico desenlace- pude responder con la voz quebrada.
-Losé Luhan, pero tú no tienes la culpa de nada. Ya! Deja de culparte, tú tampoco te mereces vivir con tristeza, bronca y culpa- me aconsejó el maknae dándome un leve golpecito en la espalda.
Aquellas palabras me habían echo reflexionar. ¿Acaso mi comportamiento es algo estúpido?¿es un capricho que no me lleva nada?
-Yo no me siento culpable, solo es algo horriblemente imposible de olvidar. Tú no sabes lo que se siente- esas últimas palabras fueron dichas mientras agarraba mi pecho.
-Pero entonces, ¿por qué actúas como si la tuvieses?.- me dijo algo confundido.
-…
Solo me quede mirándolo con la mirada perdida en las lágrimas que seguían fluyendo por mi rostro.
-ja!.-hizo una pequeña y triste mueca, para luego volver su rostro serio.
-¿Acaso no te das cuenta del daño que te haces a ti mismo?, en este momento lo que interesa son las personas que están en esta vida, y tú eres parte de ella.- sus palabras hicieron eco en mi mente.
Maldita sea, por más que me niegue él tenía algo de razón.
-Qué crees, ¿qué a mi me gusta sufrir como un condenado por una persona muerta que no volveré a ver nunca más?.- comencé a elevar mi tono de voz, no pude evitarlo.
-No, pero tus acciones demuestran lo contrario.
Sentí como el menor soltaba su agarre y observé como se posaba delante mío, tomando mi cara con sus suaves manos.
Se acercó peligrosamente, quedando nuestras respiraciones muy cerca y formando una.
-Hyung, no me gusta verte sufrir, quiero que sepas que te amo y nunca te dejaré solo.- esa fue su introducción antes de juntar sus labios con los míos, provocando en mi gran sorpresa.
Oh Sehun era mi mejor amigo, aquel que nunca me abandonó en los momentos difíciles, aquel al cual le confiaba mis secretos. Pero yo solo lo amaba como amigo, a diferencia de él. Era injusto corresponder a ese beso dejando como consecuencia un corazón herido y confundido.
Lo alejé de mí delicadamente, tratando de no lastimarlo.
-Sehun!, no te confundas, yo no te amo de esa manera…- fueron las únicas palabras que pude decir en ese momento.
-Hyung, yo no pretendo que me quieras de esa manera, solo busco que olvides a Minseok y vuelvas a recuperar la felicidad que perdiste hace 2 años- me dijo con una triste sonrisa- solo quiero ayudarte.
Parte de ese comentario me hizo enojar.
-¿Sabes lo que dices?, nunca olvidaré a Xiumin, si solo buscas eso no te esfuerces porque no lo lograrás!, muchas gracias por querer ayudarme, pero soy adulto, voy a tratar de vivir como pueda. Para que sepas ya no creo en la felicidad, es algo más en lo que perdí la fe hace tiempo.- aunque me encontraba un poco enojado, trataba de decir esas palabras lo más calmo posible. Definitivamente no lo pude lograr.
-No voy a rendirme tan fácilmente Lulu, se que lo lograrás, losé.
Tras decir eso, dejó la habitación quedando un oscuro y frío silencio.