No le llevó demasiado tiempo el sentirse familiar a la calidez del más bajo, esa que antes había sido tan ajena a su piel. Habían tantas cosas que Wufan deseaba saber de él, como su nombre, su edad, de dónde venía y porque decía que le estaban persiguiendo, por eso aquello fue lo que entendió… Más no se atrevía a preguntar por qué le hacía sentir de esa forma.
-Vamos adentro… Hace frío y puedes coger un resfriado.-Habló el más alto en un tono suave, el chico sólo asintió con una nueva y tierna sonrisa que hizo a Wufan temblar desde el cabello hasta la punta de los pies; No entendía esa emoción.
El abogado le guio hasta su hogar, ahí dentro donde habían unos papeles al azar sobre el suelo, algo que él mismo había provocado sin darse cuenta al momento de correr al inesperado encuentro momentos antes; Se avergonzó un poco… Ahora entendía porque era importante mantener todo limpio y en correcto orden… Lo entendía demasiado bien. Pronto el pequeño se encontró en un espacio completamente diferente, ahí en donde hasta un bolígrafo era un juguete del cual podría sacar provecho… Wufan se enterneció ante la imagen de éste tomando dicho objeto, más por la forma en como lo examinaba y esos ojos oscuros se ceñían por completo al bolígrafo, quizás, era la primera vez que tenía contacto físico y visual con algo más que sí mismo, era un hecho, Wufan también estaba en el mismo estado de ensoñación, pero por él.
-¿Quieres… Quieres tomar un baño?.-Inquirió de pronto provocando que el más bajo desviara su atención hacia él, sin dejar de palpar el objeto entre sus delgados y blancos dedos, pero no fue hasta aquel instante en que Wufan cayó en cuenta de que el ser se encontraba desnudo, completamente desnudo.-Y… Así podrías ponerte algo de ropa… ¿No crees?...
“Wufan… Wu Yifan, ¿Qué haces?”
Y otra vez, creyó era la cuarta o quinta vez, el chico le miró con una sonrisa asintiendo, aunque no estaba seguro de que si le habría entendido… ¿Hablaban el mismo idioma?, ah… Claro, el extraño antes ya había pronunciado una sola palabra. Pronto caminó hasta el sofá del comedor, ceca del escritorio y recogió todos los papeles, ya ni recordaba esos benditos casos, ya no le importaba. Notó y sintió la mirada profunda del otro clavándose como agujas finas en su gran y amplia espalda, volteando así para verle.
-El baño… El baño…-Habló el extraño de pronto, llamando aún más, si podía, toda la atención del alto rubio.
-Oh… Perdón, perdón, he olvidado decírtelo…-Rió nervioso, frotando las palmas de sus manos por los pantalones empolvados, como si quisiera sacar de ellas todo el sudor que sentía salir de la piel sin detenerse.-Ven, es por acá…-Hizo una pequeña seña, elevando la derecha para llamar su atención y en cuestión de segundos, el pequeño se posicionó a su lado y le siguió sin reproche alguno; Wufan agradecía a los mil santos y dioses haber sido el quien tuviese la suerte de encontrarle, era demasiado sumiso y quien sabe qué cosas otra persona le hubiese hecho… Prefirió no pensarlo demasiado.
El rubio explicó al más bajo como utilizar todo lo que estaba a su alcance dentro del cuarto de baño, pareció entenderlo todo a la perfección, como si grabara toda esa información con cada pestañeo misterioso que sus ojos daban de forma paulatina, acompasada con sus propios movimientos corporales, Wufan era un maldito edificio torpe de casi dos metros a su lado. Sin más le dejó ahí, en el baño confiando en que acataría cada indicación al pie de la orden dada, no sin antes haberle entregado de su propia ropa para que se vistiera luego de ir a su cuarto en busca de ella, un buso gris y una sudadera blanca, ceñida… Y se dirigió a la cocina, debía preparar algo de comida, el chico debía de estar hambriento y lo que era el mismo Wufan… No comería, no quería, tenía cosas más importantes que haces como intentar avanzar en su estúpido y maldito trabajo, sí, ahora lo aborrecía, debía estar listo lo antes posible y eso, con semejante y hermosa distracción era casi un imposible; No le dio más vueltas al asunto y preparó una sopa, algo fácil pero que pudiese aportar al otro en cuanto a nutrientes, se le veía bastante delgado y débil… Y todo lo que conllevaba eso, era un gran y molesto misterio.
Acomodó las cosas sobre la mesa central del comedor, un plato, el servicio, un vaso y jugo de fresas… ‘Qué cursi eres Wufan’, se dijo a sí mismo de forma mental, parecía una maldita cena romántica… Incluso estaba nervioso como si aquello fuese real, idiota, eso era, idiota.
-Ya… Estoy listo.-Se escuchó desde el pasillo que conectaba al comedor y living con el resto de la casa.
-Bien, ven te he servido la… Comida…-Definitivamente Wufan se estaba derritiendo en ese preciso momento, ahí delante de los ojos del aquel chico desconocido, el buso le quedaba enorme y la sudadera llegaba hasta sus rodillas casi, era tierno, eso nadie lo podía negar, era demasiado adorable, más aquella sonrisilla auténtica.-Perdón, no tenía ropa más pequeña…
-No… Así estoy bien.-Dijo avanzando con un aspecto mucho más risueño y fresco que antes, al menos las manchas de suciedad ya no cubrían esa virginal y blanca piel.-Es muy cómoda.-Asintió con un pequeño movimiento de cabeza, en el cual su cabello le acompañó, seguía medio húmedo, lucía único…
-Bien, ahora ven, la comida se enfriará.-Dijo el rubio con un tono amable y bobo que no pudo evitar dejar salir de su garganta estimulada. El chico avanzó y tomó asiento frente al plato y miró un par de veces a Wufan, luego a la comida… ¿Qué hacer?.-¿Qué sucede… No te gusta?.-Se alarmó de inmediato, claro, debió antes preguntar si aquello era de su gusto, bruto.
-Yo… Yo no sé.-Explicó de forma vaga a lo que Wufan respondió con una mueca de inquietud y ansiedad por saber sobre eso que el pequeño no sabía.-Mgh…-Se retorció luego en la silla sin saber qué hacer.
-¿No sabes?... Ah…-Y ahí pareció comprender un poco más, debí sumar a todo lo anterior que el chico, al ser de un lugar desconocido, quizás tenía otras costumbres, quizás no comía y por eso su contextura.-Así… Lo tomas y luego untas en la sopa…-Enseñó en pasos lentos hasta que saboreó su propia comida, nada mal para ser la primera vez…
-Ah… Así…-Asintió recaudando información como podía, era algo básico y fácil para él, como lo había sido tomar aquel baño. Wufan le devolvió el servició, y entre sus pequeños dedos lo posicionó, dando un leve suspiro y luego una mordida nerviosa a su inferior, curioso por lo que aquel líquido provocaría en su interior… Se aventuró hasta el final y cubrió la superficie de la cuchara con la sopa, llevando luego ésta hasta su boca y de esa forma finalizo el tedioso y extraño ritual de la alimentación… Al menos la práctica; Wufan era como un niño viendo a la criatura de sus sueños hecha realidad frente a sus ojos.-Uhm… Yo… Yo nunca había comido algo como esto…
-¿Está… Malo?.-Inquirió nervioso, realmente nervioso por primera vez en su vida, la entrega de la tesis universitaria no había sido nada comparado a ese momento.
-No… No es nada de eso… Sólo que es nuevo y… -Dejo pasar un par de segundos para elevar la mirada hasta los ojos curiosos del rubio, los fijó en ellos y esbozó una sonrisa.-Me gusta.-Finalizó de esa forma y Wufan… Pobre Wufan.
Luego de ello sólo hubo miradas y sonrisas calladas que se dedicaron el uno al otro, el pequeño fue lento en todo momento como si temiera ahogarse con lo que comía, en tanto Wufan notaba un nuevo detalle en cada recorrido visual por su rostro. Tan pronto como terminó la sopa, un gesto más bien parecido a un bostezo salió de sus labios y eso hizo sonreír al rubio
-¿Tienes sueño?, si quieres puedes ir a dormir ya.-Le explicó con tranquilidad levantándose para recoger las cosas y llevarlas pronto a la cocina, el más bajo le siguió con las manos empuñadas, tomando del borde de la camiseta.-Tú dormirás en mi habitación, yo pasaré la noche terminando algo de trabajo, así que no tienes de que…-Pero Wufan no logró conseguir con lo que decía, dos pequeños y débiles brazos se aferraron a su espalda por los costados, sólo a los bordes de ello, deteniendo su andar; Justo ahí el corazón del rubio quería salir disparado.-¿Qué sucede?...
-No… No te vayas…-Susurró con una voz que no podía describir bien qué emoción le apresaba.-Desde que abrí mis ojos en ese lugar… He estado solo, no te vayas…-Y eso hizo que un remolino de compasión arrasara con Wufan, por completo.
-No sé dónde queda ese lugar, ni quienes te tenían ahí… Pero te aseguro que conmigo estarás bien… Ya lo he dicho, yo te cuidaré.-Se volteó tan sólo un poco y le miró a los ojos, notando que lo oscuro y profundo de ellos no era más que dolor, tristeza y confusión; Se dio cuenta de que no sólo él buscaba respuestas, sino que aquel chico también deseaba tenerlas, de eso estaba seguro.
Pero había algo que no sabía, que Wufan desconocía como muchas otras cosas pero que era de imperial importancia… No estaban completamente solos. En cuanto se comprometió sentenció también su propia existencia… Algo tan ajeno a sí pero tan cercano a su protegido… Tan peligroso, aunque su intuición se lo decía, le pedía que confiara en él y que viviera cada día como el último, el último a su lado.