Itachi se hallaba esperando, y se estaba empezando a hartar de esperar, llevaba ya media hora de retraso, desde luego, en cuanto ese impresentable entrara por la puerta, el sujeto en cuestión tenía una cita con Itachi para ser su secretario en Uchiha's corporation y no se había presentado todavía...
Un chico rubio, de ojos azules, que llevaba una coleta, con flequillo y actitud nerviosa se paseaba de un lado a otro de la sala, que era paralela a donde estaba Uchiha Itachi, nuestro (no por mucho tiempo) querido rubio de nombre Deidara miraba de forma compulsiva el reloj, preguntándose donde se había metido su posible futuro jefe, que ya llevaba media hora de retraso, pensó de forma enfadada, y él que había salido corriendo de su casa para llegar a tiempo, si es que ese tipo era un impresentable...
Itachi salió de la sala cabreado, igual que Deidara, cada uno en sentido contrario, cruzandose en el camino, aunque en vez de cruzarse como debería haber pasado, se chocaron porque los dos iban ciegos de ira y uno no puede ir así por la vida, así que la vida dijo, ¿a si?, pue s os vaís a enterar e hizo que se chocaran, con el mal humor que llevaban encima...
-¿Es que no puedes mirar por dónde vas señorita?-Pregunto Itachi
-¿A quién le llamas señorita, pedazo de ciego?-Dijo nuestro Deidara con toda la razón del mundo.( Itachi: 77)
Itachi sólo frunció el ceño al darse cuenta de que se había equivocado, UN MOMENTO, UCHIHA ITACHI ¿EQUIVOCADO? ES El FIN DEL MUNDO Oo.
-¿Y tu quién eres?-preguntó intentando que no se notará que se había equivocado(77)
-Me llamo Deidara, ¿y tú?
Itachi recordó que así se llamaba el de la entrevista, y procedió a cantarle las cuarentas
-Yo soy UCHIHA ITACHi, SU jefe, al que dejó plantado en la entrevista que tendría que haber empezado hace MEDIA hora.
Deidara iba a replicar, pero se lo pensó mejor.
-Entonces eso significa que tengo el trabajo, porque usted a dicho que es MI jefe hum-dijo Deidara con una sonrisa maliciosa.
-Oo-Itachi se quedó alucinando, pero para no admitir que se había equivocado dos veces en un día, decidió darle la razón- Er, por supuesto, sígueme por favor.
Deidara lo siguió con una sonrisa triunfante en el rostro, y le siguió.
-Este es tu despacho-dijo enseñándole una sala, no muy grand, pero tampoco muy pequeña, con una mesa y una silla, y un ordenador encima de la mesa-El mío está al lado, y se conectan por esta puerta-dijo abriéndola, enseñándole un despacho el triple de grande que el suyo.
-Er, vale-dijo Deidi bastante incómodo
-De momento no tienes que hacer gran cosa, ya te llamaré si te necesito-dijo Itachi saliendo, dejándo a un Deidara molesto, y bastante confundido sin saber que hacer, él había venido a por el trabajo de jardinero, NO A POR EL DE SECRETARIO, ese máldito ciego se había vuelto a equivocar, otra vez, ya iban cuatro veces en un día (Oo, SE NOS CAE EL CiELO, ES EL JUICIO FINAL).
Deidara tan solo se encogió de hombros, se sentó y se puso a jugar al ordenador.
Itachi siempre sabía lo que quería a la primera, y en cuanto vió a ese rubio tirado en el suelo, supo que lo quería, aunque ya encontraría la manera de seducirlo...
Pasaron tres meses y los dos ya se habían acostumbrado el otro, y ese día, Itachi decidió dar el primer paso (Entiendanlo, él no tenía excusa para castigarlo después de clase)
-Deidara, ¿me harías el favor de venir un momento?
-Si, claro.
-Te quiero enseñar una cosa.
Se acercó a una puerta que había en su despacho y la abrió con una sonrisa algo macabra.
-Te presentó a la sala de juegos Uchiha, ¿qué te parecería jugar un ratito?
Deidara en ese momento empezó a alucinar en colores.