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Do You Remember The Pain? por Natsumi Sato

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Notas del fanfic:

La verdad es que este proyecto si es un poco doloroso, y cruel. El personaje principal sufre bastante, pero despues dará un giro inesperado.

Nuevamente les pido que le den una oportunidad a este fin.

Notas del capitulo:

Hola gente! bueno aquí traigo un nuevo proyecto! la verdad es que queria esperarme a acabar mi otro proyecto, pero las ganas me consumian y pues aquí me tienen trayendoles el primer capitulo.

Espero que sea de su agrado y por favor que me dejen sus comentarios. En verdad eso me ayuda para mejorar y seguir.

 

PV. Himchan

Era un día como otro cualquiera, asistía a la preparatoria, era un chico que no hablaba mucho… Por supuesto tenía amigos o al menos ellos intentaban serlo, ya que yo era muy cerrado en cuanto a sentimientos. Me reprimía todo el dolor que algo o alguien me llegaran a causar.

Llevaba buenas notas y con eso me bastaba, no necesitaba nada más aunque un día comenzó mi martirio.

*Flashback*

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto a mi padre, pues mis padres se habían divorciado. Yo culpaba a mi madre de esos sucesos, le echaba la culpa absolutamente de todo, tanto de que el no llegara a dormir a casa, hasta de las peleas que se creaban. Siempre me tocaba a mí verlos gritonearse.

Intentaba comunicarme con él a la hora que fuera, principalmente le marcaba en la madrugada porque sabía que a esas horas llegaba de trabajar, pero siempre que marcaba me decían que no llegaba o que estaba dormido y cosas así.

Por supuesto estaba muy triste ¿Cuándo iba a saber algo de mi padre? Él lo era todo para mí, era como mi propio dios.

Tan solo tenía 6 años de edad, iba de camino al súper mercado a comprar unas cosas para una fiesta que tenía en la tarde, en el transporte público íbamos mi abuelita y yo. Me gustaba sentarme del lado de la ventana y desde ese día no sabía que iba a odiar tanto el a ver ido a ese lugar.

El bus avanzaba y yo me encontraba muy contento, hasta que voltee a ver por la ventana, ahí estaba! La persona por la que anhelaba volver a ver un día, Mi padre.

-Abuelita! Abuelita! Ahí va mi papá –dije ilusionado-

-¿Cómo crees? A lo mejor lo estas confundiendo.

No lo pensé dos veces, era un niño que estaba a punto de reencontrarse con su papá, me baje del transporte, no me importo nada! Solo alcanzarlo y poder verlo. Mi abuelita corría a mis espaldas y yo hacía lo mismo, corría a toda velocidad, no quería perderlo de vista.

Hasta que llegue a él, lo vi ahí parado.

-¡PAPA! –grite emocionado y feliz-

El al verme puso una cara de preocupado, yo no sabía que sucedía hasta que vi que a lado de él se encontraba una mujer, una mujer la cual estaba embarazada, no necesite explicaciones, sabía que era una amante. Tantas noches en las que él no llegaba a casa, tantas noches en las que me decían que se encontraba trabajando, tantos días viendo llorar a mi madre, tanto tiempo echándole la culpa a ella.

Me sentía terrible, automáticamente mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Déjame explicarte! –dijo mi padre intentado hacerme razonar-

-No necesito saber nada! Ya lo he visto todo! –decía entre el llanto- ¿hasta donde ibas a llevar tu juego? ¿Pensaste que jamás nadie se daría cuenta? –Empecé a golpear su torso con mis pequeñas manos-

-Tú no entiendes nada! –me dijo casi gritando-

-¿Entender qué? ¿Qué tienes otra mujer? Yo te tenía en un altar, culpe a mi mamá de todo, no me importaba si ella lloraba porque a pesar de todo yo siempre te defendía –decía gritando- y sabes que padre? Desde este día para mi estas muerto! No quiero saber nada de ti en toda mi vida! Y por favor no nos busques.

Corrí hacia mi abuelita y la abrace con fuerza, lloraba a todo lo que da y mientras yo hacía eso solo escuchaba que mi abuelita hablaba.

-La vas a pagar muy caro! ¿Ves todas estas lagrimas que mi niño está derramando por tu culpa? Algún día las vas a derramar tú y te va a doler mil veces que a él, vas a sufrir. –dijo mi abuelita muy exaltada y se escuchaba como si estuviera a punto de acompañarme en el llanto-

Mi padre no dijo nada más, le hizo la parada a un taxi, subió a su amante primero y después él y se fueron. Desde ese día no volví a ser el mismo, ese suceso cambio mi vida.

*Fin Flashback*

Ya había pasado un bimestre escolar, cuando yo empecé a tener un comportamiento extraño, me sentía solo, ya no quería hacer nada, es más.. ya no me importaba nada. Era como solo hacer una rutina sin disfrutar de la vida.

Pensé que era algo pasajero así que no le tome mucha importancia , pero con el tiempo todo esto fue aumentando, no comía, no salía, ya no quería ir a la escuela, y lo peor es que me la pasaba llorando. Lloraba aunque no quisiera, ¿a qué me refiero? A que a veces si estaba bien, a los pocos segundos lloraba sin razón alguna salían las lágrimas por si solas y no precisamente era bipolaridad.

Esto no estaba bien, yo no me encontraba bien en esos momentos, pero no quería decirle a nadie lo que me sucedía, por mi cuenta asistí a un doctor el cual me diagnostico que estaba enfermo de tristeza.

Al principio se me hizo algo estúpido ¿Quién se enferma por tristeza? Pero la pregunta que ahora me hacía era ¿De verdad existe y lo estoy? Pues para ser más claro, lo que yo tenía era una fuerte depresión.

Empecé a faltar a la escuela, nuevamente no comía, me encerraba en mi cuarto. Y pasaba el tiempo navegando en internet. El único consuelo que tenía en esos momentos.

Un día me encontré con una página que me llamo mucho la atención, al principio no sabía en qué me estaba metiendo así que solo por curiosidad me registre e inicie sesión. El diseño de la página eran puros colores oscuros los que predominaban y en la parte de abajo había una pequeña sala de chat de la cual provenían numerosos tonitos que notificaban que alguien había escrito algo.

No escribí nada, solo leía los numerosos mensajes que todos los chicos enviaban, me sorprendí. Todos aquellos chicos de entre 16 y 20 años de edad, comentaban sus vidas, sobre lo que les pasaba o lo que les atormentaba, sobre sus problemas o cosas feas que les ocurrían. Así es, ahí no platicaban nada de algún tipo de felicidad o logro. Solo eso.

Podías encontrar todo tipo de comentarios tales como: “Hoy me volvieron a regañar sin tener la culpa” “Ya no quiero vivir en este infierno” “Un día me suicidare” “Todos van a sufrir” “Me siento deprimido” “Lloro todos los días” Entro otros. En verdad yo me encontraba atónito, porque de todo lo que ellos hablaban yo me sentía identificado.

 


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