Pov. Sehun
Nunca me había dado cuenta de la clase de persona que puedo llegar a ser. Ir en contra de las reglas no estaba en mis planes, ni mucho menos la idea de vivir una doble vida con la persona a la cuál amo, ni siquiera tomé en cuenta la simple idea de amar. Aunque sé que esto está mal no puedo evitarlo, simplemente no puedo.
Él tiene su familia, sus planes, sus decisiones; todo tan ajeno a mí, estoy consciente de ello. Muchas veces traté de convencerme a mí mismo de que estaba obrando mal, pero él tampoco quiso aceptarlo.
En este momento, al igual que en muchos otros, nos encontramos en mi habitación. Completamente extasiados, yo admirando su desnudez y él envuelto en placer. El placer que sólo se pueden transmitir dos personas que se aman con pasión y se consumen poco a poco en el éxtasis, que les provoca sentir indescriptibles sensaciones, al alcanzar el clímax. Sólo nosotros dos unidos por un amor, aunque prohibido, puede hacernos sentir de esta manera.
Me encanta. Absolutamente todo de él me resulta encantador, y más encantador me resulta su voz cansada, después de la sesión de sexo, al llamarme para sacarme de mis pensamientos.
- Hunnie… En qué piensas?- Preguntó acercándose a mi oreja, depositando un dulce beso. Simplemente tierno.
- Eres muy tierno, lo sabías?- Sonreí, lo estreché contra mi pecho depositando efusivos besos en todo su rostro.
Nunca he sido muy demostrativo o cariñoso en mis anteriores relaciones, pero sólo por su sonrisa cambiaría todo. Esa sonrisa que sólo él puede entregarme, esa que con una sola me hace sentir mariposas en el estómago, sólo esa hermosa sonrisa.
- Estás muy cariñoso hoy…- sonrió- creo que algo malo me espera jejeje- dijo levantándose de la cama, colocándose los jeans que estaban en el suelo.
Esa blanca espalda, cintura estrecha, hombros delgados; verlo desnudo era la vista más hermosa que podía tener en todo el día, y sería una vista que solo yo podría presenciar, nadie más.
- ¡Deja de mirarme el trasero!- sentenció con supuesto enfado- me pones nervioso…- se volteó para no dejarme ver su tierno puchero.
- Pero anoche hice algo más que mirar y tú no te quejaste- dije guiñándole mientras me levantaba y me acomodaba para irme a la universidad al igual que él.
- ¡Hey! Y-yo no me acuerdo…- dijo sonrojándose como un tomate- ¡mejor cállate! Y deja de decir esas cosas ah! Ahh!...- lo abracé por la espalda, haciendo un poco de presión en mis caderas sobre sus glúteos, lo suficiente para que notara mi “evidente” erección.
- No me hagas desnudarte y montarme sobre ti en este mismo instante Lulu- dije sensualmente sobre su oído, rozando mis dientes- porque sabes que lo haré.
- Te reto- dijo sin vacilación. Una risita se escapó de mis labios al escuchar su voz llena de deseo y algo urgente.
Deposité un sonoro beso en su oído y empecé a descender a su cuello, lambiéndolo con gula mientras aprisionaba su vientre con mis manos.
- Ah… Ahh… Ahh!- Sus gemidos me hacían explotar en excitación, siempre era así. Lo giré de una buena vez para levantarlo del trasero y llevarlo a la cama- Se-sehun…- me llamaba con dificultad mientras yo lamía su hinchado sexo- lle-llegare… ahh llegaremos tar-tarde ahh…- subí para besarlo y recorrer con mi lengua toda su boca, pero algo nos interrumpió.
“She’s my black pearl… she’s my black pearl…Jidoneun pillyo eobseo nae mami neol garikyeo…”
Me levanté de la cama para coger mi celular y golgar la llamada con rabia, dándome cuenta de que ya lo había tirado al suelo. Poca importancia tuvo mi celular tras darme vuelta y encontrarme con un triste y sonrojado Luhan.
- Era ella, verdad?- Preguntó con lágrimas contenidas que se asomaban en su rostro todavía sonrosado por lo anterior.
- Será mejor que vayamos a clases Lulu… se hace tarde- sonreí tranquilamente y le estreché mi mano para ayudarlo a levantarse, pero nada pasó. Se levantó de la cama sin dirigirme mirada alguna y se vistió.
Sabía que estaba molesto, sabía que lo lastimaba pero ¿qué podía hacer? Hace unos meses que estoy saliendo con Victoria para aparentar frente a mi padre. No creo tener el valor suficiente para confesarle que estoy enamorado de Luhan desde que lo vi, de que en realidad no quiero seguir sus pasos y sólo dedicarme a lo que en verdad quiero y estar con quien yo verdaderamente ame; no creo poder hacerlo, pero tampoco quiero que Luhan sienta que me avergüenzo de él o de todo esto… es sólo que… soy un cobarde.
De camino a la universidad decidimos tomar el bus, estaba algo vacío así que decidí tomarle la mano, él no se resistió pero tampoco me miraba, estaba como ausente, sumido en sus pensamientos. Estaba triste.
- Lulu… ya habíamos hablado de esto, tú sabes que…-
- Sí, lo sé… no te preocupes, estoy bien- dijo, soltándose de mi agarre y saliendo del bus- apresúrate es tarde- Dijo con desgana.
Salí del bus y nos apresuramos para llegar a tiempo, íbamos con mucho retraso.
Al llegar al aula, nos sentamos en asientos cerca uno del otro pero ni aun así me dirigió palabra alguna, ni siquiera una mirada.
- ¡Hey Sehun! ¿Después de clases vienes a la práctica?- no me había dado cuenta de que mi amigo se había acercado a mi asiento.
- Hoy no Chanyeol… no puedo, tengo mucha tarea y trabajos que entregar…- mentí, quería pasar el día con Luhan en realidad.
Mientras hablaba con mis amigos en el receso, de temas que realmente no me interesaban, no dejaba de mirar hacia la mesa donde Luhan se encontraba con sus amigos. Me sentía muy culpable por ser la razón detrás de la cara de tristeza de Lulu, quise ir a su mesa pero mi cólera empezó a detonar en mi interior. Jongin o “kai” como solíamos llamarlo en el equipo de fútbol de la universidad, se le acercó y se abrazaron como si fueran amigos de toda la vida… osea, QUE CARAJOS! Yo que recuerde apenas se conocieron y él ya se le había insinuado, pero Luhan lo rechazó porque me ama a mí… sí… ¡SOLO A MÍ!
No crean que soy un celoso sin remedio, es solo que me enfurece el hecho de que Luhan este a todo risitas con él!!
Que ni crea que puede tener a Lulu... tendré que ponerle un alto a esto…
Estuve a punto de ir a estamparle mi puño en su rostro cuando de repente sonó el timbre y todos teníamos que cambiar a otras aulas. Alisté mi mochila y esperé a que todo se despejara para así hablar con Luhan, no me importaba saltarme la clase… la verdad es que, estoy perdido en calculo.
- Hasta mañana Luhan, cuídate…- se despidió “Kai” guiñándole a Luhan mientras se iba.
- Hasta mañana Jongin- respondió Luhan sonrojándose.
Ok… ese fue mi límite…
Me dirigí hacia él hecho una furia, lo jalé de las muñecas para llevarlo a un rincón más apartado del edificio, lo estampé contra la pared y puse sus manos a los lados, inmovilizándolo.
- ¿¡Qué haces!? Me lastimas…- dijo intentando zafarse.
- ¡NO! ¡¡Tú me lastimas a mí Luhan!!- dije con la voz algo rota- Sé que lo de Victoria está mal y te lastima mucho pero…- unas cuantas lágrimas empezaban a caer mientras trataba de hallar las palabras que quería decir pero que no se dignaban en aparecer- pero… no puedo dejarte ir… ¡lo siento! no quiero dejarte ir… Te amo Lulu- confesé, apoyando mi frente sobre la suya, liberando sus brazos para así poner mis manos sobre sus caderas- Te amo… y sé que soy un egoísta pero… quiero que estés conmigo…- seguía sollozando hasta que sentí esos delicados labios posarse sobre los míos a la vez que sus brazos rodeaban mi cuello en un desesperado agarre.
- Yo también te amo Hunnie, nunca lo dudes, pero…-
- No me digas pero Lulu… no me digas nada. Sólo sigue siendo mío. ¡Por favor!- supliqué. La sola idea de que Luhan me deje y se aleje de mí me mataba.
- Dejarte nunca Sehun- me obligó a mirarlo a los ojos para así darme cuenta de que él también estaba llorando.