Silencio absoluto. Silencio extremadamente incómodo. Silencio doloroso. Silencio torturador. Silencio mortal. Así era el silencio en el que Sehun y Luhan se habían sumido luego del inesperado y apasionado beso. Ni siquiera al dormir o al levantarse habían logrado romperlo.
Sehun deducía que no deberían estar muy lejos del lago, a juzgar por las notas de Amber. Quizás los alcanzaran antes del final del lago. Eso sería sin duda alguna muy provechoso, ahorrarían tiempo para salvar al príncipe Kai y regresarían más rápido a China.
Acelero el paso y se hundió de lleno en sus pensamientos.
¿Cómo debían tratarse él y Luhan ahora? ¿Con indiferencia? ¿Con naturalidad? ¿Con desprecio? ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? No tenía ni una puta idea de cómo acercarse de nuevo a Luhan y no meter la pata. Hacía poco había discutido discutido por el asunto de los sueños. Y ahora esto. Claro, esto era muy diferente. Le aterraba pensar que quizás Luhan lo odiaba porque se imaginaba que se quería aprovechar de él. También tenía miedo de escucharlo decir palabras frías y duras llenas de realidad que le romperían el corazón. Y lo que más escalofrías le producía era saber si Luhan se arrepentía o no.
Quería explotar y gritar sus sentimientos por el príncipe chino. Pero no era bobo. Su cabeza le decía que hacerlo solo empeoraría las cosas, y su corazón, le decía que nunca iba a poder sacarse a Luhan de su vida. Se ahogaba con las palabras estancadas en su garganta y no sabía cuánto iba a resistir.
Los pensamientos de Luhan eran un poco diferentes. ¿Sehun lo querría? ¿Sehun quisiera casarse con él? ¿Sehun se arrepentirá?
Suspiran al unísono, se sonrojan y esquivan miradas. Unos soniditos provenientes de unos arbustos los hacen sobresaltar. Con cuidado, Sehun se acerca y mueve las hojas del arbusto. Un ciervo y un conejo juguetean juntos. El conejito iba en su lomo y el ciervo daba vueltas mientras hacían ruiditos como si estuviesen riéndose.
Luhan se enternece y se acerca a ellos.
-¿Qué haces?- lo detiene Sehun tomándolo del brazo que acababa de extender hacia los animales.
-Yo..queria tocarlos- susurra con temor. El menor lo mira molesto.
-Pueden ser peligrosos- el príncipe frunce el ceño.
-Son solo un ciervo y un conejo ¿Qué puede pasar?- se suelta del agarre y vuelve a extender la mano.
El ciervo se pone en posición de alerta. El pelirrojo no muestra temor y se detiene a unos pasos del animal, todavía con la mano extendida. El conejo brinca del lomo del ciervo y se acerca olisqueándole la mano. Luhan lo acaricia con ternura y poco tiempo ya tiene al conejito en sus brazos.
El ciervo se acerca receloso. Baja la cabeza de a pocos y deja que la mano de Luhan se pose en su cabeza. Este le rasca las orejitas y el ciervo se acuesta doblando sus patas delanteras entregándose a la muestra de cariño.
Sehun está asombrado al ver al príncipe con aquellos animales salvajes. Estos se cedían dócilmente a las caricias de Luhan.
¿Y quién no lo haría? piensa en su mente, acongojado.
Se sienta en una roca y toma agua. Luhan se levanta y le extiende el conejito. Él se niega pero el pelirrojo insiste. Acepta, resignado. Toma al conejo y lo coloca en su regazo. Le acaricia el pelaje blanco y las orejas puntiagudas. El animal restriega su cabeza en su torso, señal de que le gustaba.
Luhan guarda la imagen en su retina para siempre. Acaricia al conejo también y su mano toca la de Sehun.
Se miran y el tiempo se detiene. Pero no es igual a las demás ocasiones en que sus pupilas hacen contacto.
Sehun toma la mano del mayor y con la otra deja al conejito en el suelo que se va junto al ciervo.
-Tenemos que hablar.
Luhan se estremece por la gravedad con la que suenan esas palabras. Se sienta a su costado, en la misma roca, sin que sus manos se separen.
-No..podemos seguir con esto, Luhan- el mencionado contiene un jadeo, a tiempo- tienes un prometido, vas a casarte.
-Yo no quiero casarme con él.
-Lo sé- dice Sehun con un nudo en la garganta- pero es lo mejor ¿no?. Tú mismo dijiste que era tu obligación.
-Es mi deber, todavía lo es.
-Entonces te..
-¿Qué sientes por mí, Sehun ah?- interrumpe el otro.
Sehun empieza a hiperventilar- El solo había planeado una palabras, un acuerdo, mas no una confesión. Es su oportunidad, pero decide no tomarla. Él no va a soportar ser rechazado.
-Solo era un juego, Luhan.
-¿Un juego? ¿Yo era un juego para ti?- pregunta Luhan sin saber si enojarse o entristecerse, con un sabor amargo en la boca.
-¡No Luhan! Todos estos..besos o abrazos fueron un juego. Un rato de diversión ¿entiendes?
-¿Qué estás diciendo?- susurra con los ojos acuosos-¿Cómo puedes si quiera hablar de esta forma?
Sehun lo mira exasperado.
-¡Oh vamos! ¿Acaso creías que íbamos a casarnos y tener una familia feliz? ¿Qué nos amaríamos hasta la muerte y más allá? ¡Despierta ya! ¡Jamás voy a casarme contigo!
El corazón de Luhan se quiebra y el escucha claramente el sonido.
-¡Ni siquiera nos amamos!
Esa expresión fue la gota que derramó el vaso.
-No hables por ti solo, para mi nada fue un juego. Cada beso que me dabas, cada vez que me abrazabas o me tomabas de la mano, sentía que flotaba. Yo te amo.
La bomba, que había estado en cuenta regresiva desde que aceptaron sus sentimientos, exploto dentro de Sehun aniquilando sus neuronas.
-¿Qué..?- a pesar de lo bajo, el príncipe capta el murmullo.
-Yo ya me había resignado a no conocer el amor, debía casarme con Jongin y ese matrimonio me ataría a él para siempre. Tenía la esperanza de llegar a amarlo alguna vez, de enamorarnos como Victoria y Nichkhun lo hicieron. Me prometí a mí mismo ser un buen consorte y una buena madre. Pero cuando te conocí, cuando mis ojos se conectaron con los tuyos, desbarataste mis planes. Te convertiste en el centro de mi mundo. No tenía espacio en la cabeza para pensar si amaría algún día a Jongin o el me amaría a mí. Me importaba muy poco pues yo solo quería saber si tú sentías algo por mí. Me sentía perdido y confundido, comprendía lo que me estaba pasando, Fue el día en que Kikwang casi termina violándome, que comprendí que era amor. Y.. ayer..también entendí, que la única persona que quiero que me toque, eres tú.
Sehun estaba en shock. Su cerebro intentaba procesar y asimilar cada palabra, con rapidez, intentaba guardarlas a fuego en su memoria para siempre. Abrumado, retrocede dos pasos y estuvo a punto de tropezar de no ser por sus rápidos reflejos. El, que nunca pensó escuchar esas palabras, ahora huía de ellas.
Y es que…¿ Que tenía el para ofrecerle a Xi Luhan, el príncipe doncel del Imperio Chino?
El príncipe se acerca a él e inconscientemente comienza a retroceder. Su cuerpo choca contra el tronco de un enorme árbol de cerezo. El golpe produce que los pétalos delas rosadas flores sakura cayera sin ninguna prisa.
EL pelirrojo acuna el rostro de Sehun en sus manos y su aliento embriagante, enturbia la mente del menor.
-Te lo preguntare una vez más, Sehunnie. ¿Qué sientes por mí? Yo eh sido muy sincero y creo que merezco lo mismo- murmura mirándolo a los ojos.
Sehun no puede más y estalla. Cambia de posiciones y estampa con demasiada rudeza a Luhan en el árbol. Libera, todos su miedos, sus frustraciones y sentimiento, en un monologo acalorado y veloz.
-¡Tu no entiendes! ¡Maldita sea Luhan! ¿Tienes una idea de lo que produces en mí? ¿Cuántas veces crees que he soñado besarte y abrazarte con toda la libertad del mundo? ¡He pensado miles y miles de veces la forma de sacarte de ese estúpido matrimonio! ¡Ya me había planteado ir a la boda y raptarte delante de todos en el altar! ¡Me carcomía la ira y los celos de imaginarte en brazos del príncipe imbécil! ¡Solo pensar que el pudiera disfrutar de tus labios y las caricias de tus manos todo el tiempo me daba nauseas! ¡Me repugna saber que él iba a poder tocarte y tú, ibas a llevar a sus hijos en tu vientre! ¡Me daba rabia que él te tenga toda su vida, cuando soy yo el que añora todo eso! ¡Cuando soy yo que quiere tenerte! ¡Porque yo te amo con cada latido que da mi corazón! ¡Te amo tanto que no me cabe en el pecho y duele! ¡Pero ese amor es nada! ¡Nada! ¡Porque eso es lo llevo puedo darte! ¡La puta nada! ¡No tengo una casa, ni riqueza, ni familia! ¿Qué puede obtener de un don nadie como yo? ¡Tú te mereces todo! ¡Tu belleza e inocencia se merecen lo mejor del mundo! ¡No debes amarme! ¡Eres un príncipe y yo no! ¡Debes amarlo a él, no a …!
El sonido de la palma de Luhan impactando contra la mejilla de Sehun retumba en la soledad del bosque generando ecos por segundos. Un dolor palpitante se instala en la mejilla roja e hinchada. La fuerza del impacto había volteado el rostro del castaño que gira la cabeza y mira al príncipe, alucinado, sin poder creer que este lo hubiese golpeado.
Luhan rechinaba los dientes de cólera, que se reflejaba en sus pupilas, la mano aun en el aire y la otra en un puño. Furioso, como nunca en su vida, vuelve a azotar la mejilla colorada.
-¡Jamás! ¡Jamás en tu vida vuelvas a repetir algo como eso!
Sehun está anonadado, hace solo unos segundos se estaba confesando y ahora era cacheteado y recriminado.
-¿Crees que me importa el maldito dinero? ¡No me enamore de ti por el grosor de tu cartera, o por el valor de tus ropas! ¡Fue cada detalle tuyo! – El príncipe la zarandea por los hombros- ¡No me importa que seas un sirviente! ¡No me importa vivir bajo un cuento! ¡No me importaba nada! ¡Yo solo te quiero a ti!
Los ojos de Luhan se aguan y su molestia disminuye. Su voz ya no es demandante, sino suave y temblorosa.
-No me digas que no te ame, no me digas que fue un error…
El castaño le levanta el mentón y al ver las lágrimas caer, se maldice por ser un maldito cobarde.
-Tengo miedo bebe- dijo usando otra vez el cariñoso apelativo- miedo de que me alejen de ti si se enteran. Tengo miedo de que te arrepienta ce quedarte conmigo, porque ya te dije, no puedo darte lo mismo que él. Si vienes conmigo, ya no..vas a usar esos trajes caros ni esas joyas que siempre vistes. Tu vida será muy diferente a la que estás acostumbrado. Sin embargo, yo te prometo trabajar muy duro para darte mejores cosas. Me partiré la espalda si es necesario para comprarte una casa.
Luhan ya lo sabe. Luhan ya lo ha pensado. Conoce muy bien la situación económica de Sehun y es de su entero saber que va a olvidarse de muchas cosas si esta con él.
-Además…venir conmigo, significa…darle la espalda a tu padre. Él te comprometió y tú aceptaste. Si vienes, irías en contra de sus deseos.
Eso sí lo aminala un poco, pero su decisión ya está tomada.
-Tu hermano…no sé cómo se lo vaya a tomar el, sé que va a casase con un sirviente, pero es diferente. Él tiene dinero para mantener a Tao y rodearlo de lujos. En cambio yo…
-Ya basta Sehunnie ¿Qué acaso no me has escuchado? Iré al mismo infierno, pero solo si tú me acompañas. Mi hermano va a casarse con Tao porque lo ama. Y así no tuviese dinero, créeme que eso no lo haría cambiar de parecer. Mi padre, tengo la esperanza de que no se enoje pero no te puedo asegurar nada, si lo hace me desheredara, si no lo hace, entonces no tendrás que preocuparte por el dinero.
-No voy a usar tu dinero Luhan. No soy un aprovechado.
-Yo no voy a dejar que te rompas la espalda. No soy inválido, puedo trabajar.
Sehun se niega.
-Eres demasiado hermoso, van a querer aprovecharse de ti, igual que el maldito de Kikwang. No lo voy a permitir. Yo… quiero que te quedes en casa, y me recibas con una sonrisa y los brazos abiertos. Así como mi mama esperaba a mi padre. Eso y tu amor me ayudara a salir adelante, así como a él. Eso fue lo que me dijo una vez. Tu sonrisa y la de Sunny omma son todo lo que necesito para no dejarme vencer.
Luhan le sonríe con ternura, extiende su mano y le acaricia el cabello.
-Si así quieres que sea, lo será. Te esperare con la comida hecha, un beso, un abrazo y una sonrisa.
El castaño se ríe un poco.
-¿Acaso sabes cocinar?- el pelirrojo hace un mohín por la burla.
-Solo un par de cosa que Lay me enseño. Pero, si tú te esfuerzas, es justo que yo también lo haga.
-Me hace mucha ilusión verte con un mandil.
El menor lo atrae por la cintura y esconden su rostro en el hueco del cuello. Deja un necesito en la misma zona que mordió ayer y aspira el aroma, deleitándose con él. Se quedan en un silencio agradable, muy diferente al anterior. Luhan suspira y se aprieta masa Sehun.
-Enserio..¿me amas?- pregunta temeroso, con el corazón en la mano.
Sehun se separa lentamente de su cuello y lo mira fijamente.
-Con toda mi alma.
El pelirrojo sonríe enormemente y le da un besito corto.
-Quiero irme contigo, Hunnie, no quiero nada más.
Es el turno de Sehun sonreír resplandecientemente. Une sus labios a los de Luhan en un beso suave y delicado, moviendo apenas sus labios. Lo sujeta aún más fuerte y Luhan solo atina a derretirse en sus brazos. Por fin han revelado sus sentimientos el uno al otro y se sienten inmensamente libres de besarse. La lengua de Sehun se cola por entre los rosados labios y sus manos bajan por la cintura hasta la cadera. Luhan se deja hacer y le pasa los brazos por el cuello. El castaño se da el lujo de lamer los labios ajenos y atrapar el inferior entre sus dientes. Luhan jadea y con una mano le revuelve los cabellos castaños. El menor lo tomar por uno de los muslos y lo levanta, el pelirrojo enrosca sus piernas en la cadera del más alto, atrayéndolo aún más. Sehun enreda su lengua a la de Luhan mientras su mano acaricia el muslo. Está siendo algo atrevido, pero no tiene tiempo para pensar en eso. El contacto ha dejado de ser inocente y ahora la pasión les desborda el cuerpo. Cuando la mano de Sehun comienza a ascender por su pierna peligrosamente, Luhan recupera algo de cordura, y se separa. Un hilo de saliva los une aun, el menor lo corta con beso casto y tierno.
-Perdóname, me he acelerado...- se disculpa un poco abochornado. Luhan le sonríe con tranquilidad.
-No te preocupes, es solo que aún es pronto.
-Lo sé, yo voy a esperarte bebe, no pienso obligarte a nada- Sehun lo baja pero lo mantiene junto a él, tomado de la cadera. Y los rostros a un palmo de distancia. Luhan asiente, sintiéndose seguro, aliviado y feliz de escucharlo.
-Saranghe, Hunnie- susurra contra los labios del menor.
-Wo ai ni, bebe- murmura Sehun antes de besarlo otra vez.