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Just Give Me a Reason por NEY OTAKU

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Notas del fanfic:

Solo uni idea, no se en que se pueda convertir, ya me conocen :)

2min dulce, trsite y con mucho amor.

Notas del capitulo:

Les parecera triste, pude que lloren, incluso que me odien, pero aquí estoy yo :)

De antemano, gracias por leer.

Just  Give Me a Reason

Capítulo 1.

Las posibilidades de una reconciliación estaban más lejos de que el hombre tardo en llegar  a la luna, pudiera ser una comparación exagerada, peor al menos, quienes viven esa separación, piensan que es así,  porque ni sus amigos y familiares pudieron hacerlos entender que estaban cometiendo el peor error de su vida.

Separarse.

-Solo necesito que firmen sobre las líneas correspondientes.

El juez extiende el  acta de divorcio en su escritorio mientas ellos solo miraban atónitos las líneas sobre las que debían colocar sus firmas, ellos sabían que en cuanto garabatearan la hoja y el expediente de su caso “se cierre” pudiera, pudiere…ya  no haber vuelta a atrás.

-Señores…Lee y Choi háganos el favor….-aquel hombre de escasa cabellera insiste al ver que ninguno de los dos respondía al primer llamado- todavía pueden reconsiderar su petición de divorcio.

Se miran ante la sugerencia del juez, pareciera que incluso él se daba cuenta que todavía se amaban y que los problemas que enfrentaban en su matrimonio todavía tenían solución.

¿Pero que debían hacer?

De los casi cuatro años de matrimonio que llevaban juntos, la mitad de ese tiempo se la han pasado peleando, al inicio eran cosas insignificantes que se arreglaban con un “lo siento”, pero  que poco a poco los fueron consumiendo hasta que construyeron un círculo vicioso en el que cada día y noche sufrían por los gritos y demandas de uno al otro.

-Taemin…

Minho se aventura a hablar primero, el corazón se le estruja de solo ver la cara de espanto que  tiene, las manos le tiemblan y le dificultan poder tomar el lapicero negro frente a él.  Incluso el mismo siente temor de hacer su separación legal.

-Tenemos que hacerlo Minho…-su voz no sonaba para nada convencida, pero aun así hizo un esfuerzo sobre humano para controlar el temblor de sus blancas manos y tomar con su derecha el lapicero negro que le ha estado reclamando a gritos que se decida a tomarlo.

Estaba pálido, incluso su cabello negro parecía haber perdido su brillo, las ojeras que enmarcaban sus ojos dejaban claro cuánto ha llorado. Es obvio que lo sabe, solo que tardó mucho en darse cuenta en el estado deplorable en el que se encontraba, a pesar de que ¿lo ve a diario?

Al menos eso cree él.

-Tae…

-Es necesario

Al alto le molesta la lentitud con la que va hacia el papel, como si quisiera que su agonía se prolongara con cada movimiento y pestañeo, incluso por su respiración. Sus ojos se engrandecen en el momento en que la tinta aparece trazando la primera letra, siente como el corazón se le detiene y de repente, sin saber exactamente pasaría, sin que su razón entrara en acción antes que su corazón, lo tomo de la muñeca.

Un acto seco que los deja a ambos en shock.

Sostuvo su mano en el aire, ¿unos segundos tal vez? Ellos no lo saben. Está mirándolo a los ojos y dándose cuenta de su  propio reflejo en esas  pupilas que siempre le han gustado ver.

-Me lastimas…-le susurra con algo de temor.

Se encoje quedito, sus dedos sueltan aquel lapicero que cae al suelo, el ruido provoco un silencio entre los presentes, el juez miraba enarcando una ceja, como si ya supiera lo que a continuación pasaría.

-Disculpemos por favor -le dice al juez quien asiente haciendo una mueca de desespero.

-¿Minho que haces? -le dice alarmado por su comportamiento, resistiéndose a salir.

Sin importar sus gritos y peticiones lo arrastra hasta  salir del despacho, ante las miradas de quienes esperaban sus citas, se lo lleva de la muñeca y recorre la sala de estar, cruzan un par de puertas antes de estar ya en la calle. Taemin forcejea y lo golpea en la espalda con toda la fuerza que tiene, lo llama, le pide que lo deje ir.

Que lo deje en libertad.

Choi ríe ante esa petición, puede que Taemin no sepa la magnitud de esas palabras y los efectos que provocan en él.

 

¿Libertad? ¿Qué significaba en verdad la libertad?

 

¿Qué podían hacer lo que quisieran una vez que firmen al acta de  divorcio? 

El mayor se detiene cuando están ya sobre la banqueta frente al edificio de color blanco del que acaban de salir. Le está dando la espalda pero no suelta su muñeca, siente le forcejeo del chico, siente los golpes en su espalda y la voz triste y melancólica con la que lo llama.

-Minho deja de jugar y déjame ir, no importa lo que hagas firmaremos esa acta de divorcio.

Su respiración se hace más lenta y siente que si no es liberado ya, mostraría su debilidad, esa que está apunto de derramarse por sus mejillas y que no pretenden parar una vez que estén fuera de sí.

No se cree capaz de resistir más su tacto, porque sus manos son tan cálidas que le dan ganas de refugiarse en ellas ante su necesidad de tenerlo cerca, de estar envuelto en su cuerpo, incluso ahora desea más que nada poder correr hacia él como lo hacía un tiempo atrás, pero se repetía que no debía flaquear.

Pero nada de su autocontrol sirvió cuando Minho voltea lentamente y su rostro se muestra tan lleno de dolor que está seguro  se está tan derrumbando, tan roto,  como lo está el ahora. Porque las lágrimas en los ojos de su todavía esposo le están clavando navajazos en su pecho, haciéndole sentirse tan desgraciado por herirlo de esa forma.

-¿De verdad, deseas tanto tu libertad?

-No es algo que este en discusión Minho -agacha levemente la mirada dejando que su flequillo cubriera su vergüenza- desde hace mucho tu y yo debimos separarnos,  nuestro matrimonio es solo una farsa…

-¿Una farsa? -repite con indignación en su voz, de un tirón lo lleva hasta su pecho y lo hace mirarlo a los ojos.

Las pupilas dilatadas de Taemin le dicen que está mintiendo, que está sufriendo como él lo hace ahora, solo que  necesita hacerle decir la verdad.

No importa cómo, no podía perderlo así.

-Repítelo -rodea su cintura para asegurar que no escape, sin importar que la gente los viera y murmurara a sus espaldas- dime que el amor que sentimos es una  maldita farsa y firmare los papeles que quieras, pero mírame y no me mientas.

Tanto coraje, tanto dolor en un solo hombre. Taemin quiere pronuncias las palabras adecuadas pero no puede, porque el nudo en su garganta le está impidiendo hasta la tarea de respirar. Lucha consigo mismo para poder aclarar sus ideas y darle la respuesta que quería.

Más bien la única verdad.

-Por favor dilo.

La súplica de Minho lo hace romper en llanto al fin, sus labios se mueven, titiritaban como si hubiese mucho frio, al igual que  sus manos cuando van  hacia su rostro y su respiración choca con la suya, nada se llega a decir, las palabras no salen porque en el momento en que pretende a sincerarse siente que se desvanece en sus brazos.

Se desmaya, solo cierra los ojos y duerme.

Deja a Minho alarmado y gritándole quien sabe cuántas cosas que no logra comprender. Una especie de calor lo rodea, sabe que es abrazado porque el perfume de hombre de Minho lo llena,  por más que quiere abrir los ojos, simplemente no puede. Su consciencia se aleja, lo deja aturdido y con demasiados pensamientos pesimistas en su mente.

 

~

Cuando despierta siente como la luz que entra por la ventana de su habitación, le ciega la visión. Frunce el ceño para tratar de aminorar su ceguera.  Se incorpora lentamente, sentándose mientras apretaba su cabeza con fuerza, suelta un gruñido ante la exasperante situación,  nunca le ha gustado tener su ventana abierta por la mañana para evitar este tipo de situaciones.

No es que no le agradara sentir el sol, si no que Minho tuvo la genial idea de poner la cama justo frente a la ventana de dónde la luz entraba de lleno. Sin importarle  claro, las miles de veces que le pidió que no lo hiciera porque no había nada que obstruyera la intensidad del sol.

Así que molesto, se levanta sin importar el mareo que le ataco cuando puso los pies en el frio piso de la habitación. Nota que trae la pijama que menos le queda -porque ya está algo ajustada y no le deja moverse con facilidad-. Y  ahora entiende porque no disfruto del descanso en su cama.

Camina de puntitas hasta la ventana y corre las cortinas que apenas y disminuyen la luminosidad. La puerta se abre, Minho entra con una bandeja de comida que deja sobre la mesa en un rincón para ir corriendo hacia él. Cuando lo tiene enfrente ve sus ojos preocupados y por  un segundo olvida su enojo de hace unos instantes.

-¿Estas bien? -le toca la frente comprobando su temperatura, no había rastro de que tuviera fiebre o irritación.

Taemin le aparta la mano lentamente, desvía la mirada ajeno a las palabras de Minho, sin decir algo va hacia la cama y se sienta en la orilla, se frota las sienes con los dedos índices para recobrar su calma y tranquilidad.

Minho suelta un enorme suspiro, se dice que debe tener paciencia, no era la primera vez que Taemin le hacia este tipo de desplantes y rabietas, y aunque había aprendido a sobrellevarlas ciertamente su paciencia se estaba acabando.  Así que haciendo uso de su buena voluntad camina lentamente hacia él, sentándose a su lado con precaución.

Un silencio incomodo los envuelve, ninguno parecía decirle nada al otro.

¿En qué estamos fallando Taemin?

-El doctor dijo que fue el estrés…

Empieza  para hacerle consiente de su condición, su preocupación no había desaparecido a pesar de que apenas se han visto y han peleado. No era su intensión alterarlo más de lo que ya debería estar, apenas ayer estaba por separarse y ahora, solo están ahí compartiendo un pedazo de cama.

Como cada mañana.

¿Desde cuándo es que empezamos a hacerlo?

-Ah…-suelta al recordar que ayer por la tarde se había desmayado en plena calle- no creí que sucediera eso…

Un nuevo silencio que no sabe cómo manejar.

Desde hace mucho así eran sus conversaciones, tan cortantes, tan distantes uno del otro, eran como en par de desconocidos viviendo en la misma casa, comparten la sala, el baño, la cocina, duermen juntos -cada quien dándose la espalda-, y si salen cada quien ve por su lado y solo se dicen lo necesario.

“Buenos días Taemin”

“Buenos días Minho”

Y se supone que están casados, disfrutando de su vida uno en compañía del otro. Porque se juraron amor eterno. Ahora todo parece una broma, como si el día de su ceremonia solo había hecho la obra de teatro más espectacular y creíble del medio. Jugando a quererse y sentir amor.

Dentro de ellos mismos saben que hay amor, es solo que se han encargado de enterrarlo por las malas experiencias del pasado.

Intenta tocar su mano, pero el menor apenas siente un roce, se aparta, marcando la distancia de cerca de quince centímetros entre sus cuerpos.

-¿Pretendes seguir con el divorcio?

Lo pregunta porque no soporta que no le hable, que lo rechace y que no lo mire a los ojos. Su tono de voz no era dulce o grave, solo era muy insípida, con tantos sentimientos que no sabe cuál dejar aflorar primero.

Su mirada se clava en el rostro de Taemin, quien seguía con la cara  cubierta por el flequillo en su frente, ocultándose cada que ellos iniciaban una nueva conversación, no mejor dicho una nueva discusión.

-Por supuesto que sí -le dice casi abofeteándolo con las palabras por pensar que desistiría.

-¿Por qué? Taemin nosotros aún…

-No, no lo hay, nada, ninguna solución…

-¡¿Por qué te resistes?!

Se levanta sulfúrico de la cama, abriendo en par sus enromes ojos llenos de indignación, enserio que trataba de no exaltarse con él, pero con esa actitud de resignación  lo estaba volviendo loco. Las pestañas que Tae amaba soplar y acariciar con los dedos revolotean inquietos en los ojos de Minho, como si le advirtieran que no lo vea o se lastimara con su sola presencia.

Al  fin lo mira, sus ojos están rojos, cristalinos por las lágrimas que al igual que su razón, se niegan a caer por un momento de  desesperación.

-¡¿Por qué insistes en algo que ya no tiene solución?!

Le contesta con la misma intensidad, aprieta los dientes lastimándose al friccionarlos, sintiéndose impotente y con ganas de gritar el mismo tiempo toda esas cosas que lo están lastimando y rompiendo poco a poco, hasta acabar consigo mismo, con su amor, con su alma.

Iniciando su ya tan acostumbrada pelea.  Lo que más lastima a la relación de pareja, el siempre yo, el nunca tú.

-Siempre dices eso, eres pesimista, diciendo a cada segundo que no tenemos solución, peor si la tenemos -lo toma por los brazos, con el corazón desbocado, sintiéndose desesperado. Aprieta con fuerza desconociendo que lo estaba lastimando- yo te amo, tú me amas, que más necesitas para vivir…

-¿Pretendes que con decir en todo momento te amo sirve? Minho….tienes que demostrarlo no solo decirlo, tu nunca estás conmigo, estas en el trabajo a todas horas y cuando llegas apenas y conversas, te digo que necesito que me escuches y te haces de oídos sordos, dándote la vuelta y dejándome con la palabra en la boca…

-¿Y tú  no haces lo mismo? Siempre que llego a casa lo único que quiero es descansar un poco, creo que me lo merezco, paso casi doce horas fuera, trabajando dos turnos, en obvio que llega cansado, pero eso no quiere decir que no estaré para ti…

-No es verdad, nunca haces eso -las lágrimas de Taemin cedieron al fin ante su opresión, los brazos le dolían y el mareo regresaba, todo le daba vueltas pero eso no impidió que siguiera hablando.

-Nunca me dedicas tiempo, a pesar de que te dije que podía conseguir empleo para ayudarte tu dijiste un rotundo No, solo quiero ayudarte por tu no te dejas…

-Siempre haces lo mismo, me hechas la culpa de todo y no ves tus errores, es obvio que no puedo dejar que trabajes, no me sentiría bien conmigo mismo si lo hiciera…

-Claro -ríe entre su amargura, le duele esta discusión de verdad que le duele- nunca ves que tú también tienes la culpa, dejando que tu orgullo salga a flote, ¿acaso crees que es malo que trabaje? ¿Acaso se burlaran de ti si saben que no puedes con nosotros? Nunca me escuchas, siempre eres tú, tú y nadie más…

Forcejea y lo hace soltarle los brazos, da un par de pasos atrás por el empuje pero logra recuperar el equilibrio antes de caer, antes de que Minho lo tomara entre sus brazos.

No podía creer estar rechazando aquellos cómodos brazos y le cuerpo que siempre le ha gustado, tampoco el hecho de que están llegando al límite de las fuerzas de cada quien, que están tan sensibles que cualquier cosa, haría explotar la bomba de tiempo.

-Sabes bien que no se trata de orgullo…

Minho no quiere terminar como un hombre patético que no puede manejar su relación, pero siente que todo se le está escapando de las manos y que el control que tenía cuando entro a la habitación se ha escapado por la ventana que Tae acaba de cerrar.

-Se trata de tu salud…

-¿Jamás me vas a perdonar verdad?

Y ya nada parece tener sentido para ambos, porque Taemin lo mira furioso, apretando lo puños, deseando darle un puñetazo antes de que dijera lo que más odiaba, eso que está presente y que no parecía tener solución.

El gran problema por el que cree que no hay vuelta de hoja, su matrimonio se acaba, su relación se rompe, sus sentimientos se vuelven hielo, todo por un descuido, su descuido.

-Yo jamás desee que pasara ¿por qué no dejas de reprochármelo…? -su voz pende de un hilo, cada vez que hablan de tema terminaban devastados y con el corazón hecho añicos.

Pero para Tae, es un puñal que no ha terminado de atravesarle el cuerpo, porque en vez de que se encajara con rapidez para salir de la misma forma, se quedaba ahí, desgarrándolo por dentro, haciéndolo enloquecer hasta el punto de culpar a Minho por su error y nunca perdonarse por ser tan descuidado.

-Sabes que no te culpo de…

-¡Dilo! -le grita con la garganta seca- fue mi culpa, pero no quería perder a nuestro bebe solo quería darte una agradable sorpresa…

-Y te pedí miles de  veces que no era  necesario que hicieras eso por mí…

Acabas de herirlo, Minho eres un  idiota.

Entonces Minho se da cuenta de que ciertamente le está reprochando que haya ocurrido ese incidente. Por mucho que  trataba de sacar todo el coraje en el trabajo, ahogándose  en montones de que hacer, y  trabajando  doble turno, aun no era tiempo de superar al dolor perder su hijo.

Sim embargo no era el maldito que Taemin creía.

No lo odia, lo ama, es solo que el mismo ya no cree que eso sea posible.

Mira a través de mí, por favor, te amo.

Recuerda la llamada a su trabajo, en ese entonces, solo tenía un turno en la oficina de una constructora. En cuando le dijeron que su esposo había tenido un  accidente no dudo en correr a su lado, estar con él, asegurarse de que ambos estuvieran bien.

Ambos, Taemin y su bebe.

Pero no fue así, para cuando llego al hospital, Taemin había abortado al bebe de tres meses que esperaban. Un accidente en el cruce peatonal, supuestamente Tae había cruzado normalmente con un conjunto de personas, pero un chico en una motocicleta parecía no haber hecho caso al semáforo y termino por embestirlo.

Curiosamente,  a nadie más, justo en ese día tan especial para él y Minho.

La celebración de su aniversario de bodas.

En ese instante sintió que una parte de él mismo había muerto, se había abierto una herida que sabe que tardara en sanarse, pero que lo hará.

-No te odio…jamás lo haré…

-¿Entonces porque no me comprendes…?

-Taemin tu eres quien no entiende.

De nuevo acorta la distancia, con pasos dudosos, sus manos están temblando, no quiere hacerlo desvanecer, su deseo es darle amor, el suficiente para reparar ambos corazones que están con muchas espinas alrededor, sangrando por el hecho de que ninguno sabe cómo lidiar por el pasado que no para de torturarlos.

Ni un día, desde hace dos años.

-¿Porque separarnos cuando podemos seguir adelante juntos?

Lo toca y no se rompe.

-Porque no quiero que vivamos con la sombra de que alguna vez significo felicidad.

-Hay solución -una lágrima se escapa de sus ojos- solo tenemos que buscar ayuda…

-Me pediste una razón -lo confronta a pesar de que quiere salir corriendo, lo soporta porque cree que es lo correcto- nosotros ya no tenemos razón, nos estamos apagando, aunque quieras encontrar una posibilidad, nadie nos regresara a nuestro bebe Minho…

Duras palabras que no dejan mudo, intenta tocar su mejilla, no lo consigue, Taemin se aleja y lo rodea hasta salir de su alcance, corre apenas sale de la habitación, sin saber que hacer o que decir. La pérdida de quien esperaban tan ansiosamente  les dejo un vació que no parece llenarse con nada.

-Pero yo te amo…

Susurra  para Taemin a pesar de que se ha ido. Su mano sigue en el aire, tratando de quedarse con el aroma de su pequeño, al menos solo con eso. El brillo de su anillo de compromiso brilla con la luz que el menor intento tapar, unas lágrimas más caen hasta hacerle sentir que podría morir ahí mismo.

……………………

Notas finales:

Cómo dije, no se en que pueda convertir esta historia.

Andana algo, inmersa en mis pensamientos, escuche la hemossa canción que la historia tiene como título y salio esto.

Ok, saludos.

Me firma en face:Carol-Taeminnie.  

Un fic mio ^^ : 

Complejidad del Amor.      

saludos.


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