Su mirada estaba llena de admiración, todo era completamente nuevo, se veía tan diferente que quería tocarlo todo. El joven, era mirado por todo aquel que pasara por su lado como si un bicho raro fuera, ¿Qué clase de persona sentía tanta admiración por ir a clases? Nadie, pero Zelo se miraba de esa forma, como un adolescente novato que apenas llegaba a la Universidad en su primer día.
“Novato”
Pensaba muchos chicos, contrario a la publicación femenina, que no paraban de mirarlo de pies a cabeza, su cabello llamaba la atención, así como su altura, su figura, incluso, sus sonrojadas mejillas, que morían por tocar. Estaban más que hipnotizadas.
—¿Qué es todo ese alboroto?—
Un grupo de cinco chicos conversaba entre ellos, bueno, cuatro de ellos, el quinto estaba demasiado concentrado en la bolsa de frituras que traía consigo; cuando notaron a la mayoría de los estudiantes juntarse cerca de la entrada.
—Tal vez un espectáculo de magia.— Comentó uno de los mayores, sin importarle mucho realmente.
—¿Magia? ¡Yo quiero verlo!— Sin previo aviso, el de estatura más baja salió corriendo en dirección a la multitud, abriéndose paso entre ellos.
—Espera… ¡Uppie!— Llamó quien había hablado anteriormente, siendo demasiado tarde. El resto de los presentes solo pudieron reír ante lo ingenuo que podía ser el más joven de su grupo.
—No creo que Up encuentre nada interesante, nada de lo que pasa en sus animes, pasa en la realidad, son historias ficticias.— El joven cerebro del grupo quitó sus lentes a la vez que guardaba su pequeña tableta portátil, los últimos cambios climáticos lo tenían fascinado, no había explicación alguna para las lluvias repentinas o esos ventarrones que llegaban sin avisar. —Nada que la ciencia no pueda explicar.—
—Tranquilo cerebrito, las clases aún no comienzan.— La bolsa de frituras desapareció dentro de su mochila y sacudió sus manos mientras una sonrisa burlona aparecía en su rostro y rápidamente, esquivaba el golpe que iba directo a su rostro. —Deberías mejorar tu velocidad, aún muy leeeeeento.— Se burló Jung DaeHyun de quien era, sin admitirlo públicamente, su mejor amigo.
—Basta.— Habló finalmente el último de ellos, quien muchos conocían como ‘Líder’ una persona con una filosofía interesante, que te hacía querer saber más. —Up viene con compañía.—
El mayor del grupo, cruzó sus brazos, observando esa imagen poco usual, el pequeño Moon JongUp siendo amable con un completo extraño y más que eso, dejarse tocar por quien venía.
El grupo B.A.P. era bastante conocido en la universidad donde estudiaban y es que, más allá de ser jóvenes atractivos, eran amigos que no tenían nada que ver uno con el otro, las chicas morían por ellos, los chicos los envidiaban y sus maestros, preferían mantenerse en zona neutral y reprenderlos cuando fuera necesario, sobre todo a DaeHyun.
—HimChan hyung, creo que te quitan a tu pequeño Moontos.— Bromeó DaeHyun al ver como ambos jóvenes venían en su dirección entre risas, pareciendo amigos de toda la vida, JongUp podría reír sobre todo, pero nunca se dejaba tocar por personas extrañas o los llevaba a donde el resto estaba.
El segundo mayor solo fulminó con su mirada al castaño, omitiendo cualquier comentario que pudiera meterlo en una nueva burla, causando que YoungJae y DaeHyun chocaran sus manos en señal de una victoria, sin notar que el mayor de todos, miraba al nuevo desconocido de una forma muy particular.
—¡Hyungs! El es JunHong, acaba de transferirse aquí, ¿Pueden creer que es menor que yo?— Presentó rápidamente JongUp mientras señalaba al joven que lucía bastante avergonzado ahora que estaba frente a un montón de desconocidos. —Es demasiado alto, ¿Puedes darme algunos centímetros de altura? No creo que te moleste.—
—Uppie, eso es imposible.—
—No comiences de nuevo, JaeJae.— Interrumpió el joven de Busan antes de que el joven dongsaeng estudiante de alguna rama científica cuyo nombre ni siquiera podía pronunciar, empezara con sus largas charlas teóricas.
—Mucho gusto, JunHong, soy Kim HimChan, ellos son Jung DaeHyun, Yoo YoungJae y Bang YongGuk.— Presentó el rubio ante el extraño silencio que estaba por formarse, señalando a cada uno mientras decía sus nombres.
—‘Lo sé’— Fue lo primero que pensó decir Zelo, pero era demasiado extraño decir eso, sabía que para algunos humanos, los Dioses no existían, al menos los del Olimpo, bueno, en Gracia aún los aman y respetan. —Soy Choi JunHong, soy nuevo aquí así que hay muchas cosas que no sé.—
—¡JunHong viene de Grecia! ¿No es eso genial?— Up sonreía como de costumbre, demasiado emocionado, seguramente pensando en alguna de sus series relacionado con dicho país.
Pronto, YoungJae fue el primero en saltar al más alto, era casi tan alto como su líder, quien no quitaba su mirada del menor, quien había retrocedido ante la cercanía del pelinegro.
—¿En serio?— Preguntó con emoción, sin notar que el clima había comenzado a cambiar, Zelo se encontraba nervioso y eso significaba un descontrol de su poder, lo que significaba cambios climáticos como los que estaban pasando en ese momento. Viento, sol y nubes grises, todo en segundos, llamando la atención del resto de la población.
—‘MyungSoo… ¡MyungSoo!’— Llamó a la única persona que sabía le salvaría de cualquier problema, como siempre lo había hecho.
Zelo cerró sus orbes y nuevamente sus pasos se movieron lejos de YoungJae quien no hacía más que acercarse y asaltarlo con un montón de preguntas.
—Hey… JaeJae…— En momentos así, una explicación del joven cerebro vendría bien, pero estaba demasiado entusiasmado por conocer sobre la cultura de otro país, que no parecía notar lo que pasaba. Justo cuando estaba por entrar en pánico, una nueva figura apareció tras ellos, yendo directamente a donde estaba el chico gigante y rodearlo con sus brazos, llamando la atención de todos ellos y olvidando el loco cambio de clima que se calmó al instante.
—Ya vine, Zelo…— Dijo el extraño pelinegro, recibiendo como respuesta un abrazo por el peligris, que ahora parecía un pequeño bebé asustado en los brazos de su madre. El grupo miraba a la extraña pareja, nunca habían visto a ese sujeto antes, pero tal vez era nuevo como JunHong, un conocido sin duda o más que eso.
—JunHong, ¿Es tu novio?— Preguntó Up, la pregunta que Bang tenía en la cabeza y no sabía porque eso le importaba realmente, ¿Qué le interesaba a él un chiquillo nuevo? Tenía preocupaciones más grandes y mayores, como su hermano y hermana.
Zelo ni siquiera respondió, su rostro yacía oculto en el cuello de MyungSoo, quien solo tranquilizaba al joven Dios con una suave melodía que salía de sus labios. Una vez Zelo tranquilo, el Dios mayor miró por encima de su hombro, observando a esos extraños humanos que no traerían nada bueno para su pequeño Zelo.
—Lamento si les causó problemas, me llevaré a Zelo ahora, esperó olviden su existencia.— Y con esas palabras, el pelinegro se llevó consigo al menor, hasta un punto donde pudieran desaparecer sin ser vistos.
—…¿A qué vino todo eso?— Preguntó HimChan al aire, tras el extraño silencio que se hizo no solo entre ellos, sino en toda la universidad.
—Eso… Fue como en un anime, ¿Podemos hacerlo de nuevo?— Dijo Up, mirando al comandante con aquella radiante sonrisa.
—JaeJae, ¿Qué fue todo eso con el clima?—
—Por primera vez… Ni siquiera yo sé que ha pasado.— Respondió la pregunta de DaeHyun, sin ser capaz de salir de su asombro aún.
—…Es hora de irnos, olviden a ese chico, dudo que volvamos a verlo.—
Bang dio media vuelta y tomó su mochila, debía ir a clases y prepararse para esa noche, dudaba volver a ver a ese chiquillo y esa sensación extraña que había despertado en él.