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KAIBA´S SECRET por desire nemesis

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Notas del fanfic:

Yugioh no es de mi invención pero si esta trama.

 

Notas del capitulo:

ESPERO LES GUSTE MI NUEVA HISTORIA

 

^^

Kaiba´s Secret

 

Esta es la historia poco común de un millonario.

 

Seto Kaiba tenía 14 cuando su madre le informó que iba a tener un hermanito. Seto estaba feliz sobretodo porque estaba enamorado de una compañera de colegio. Ella era todo lo que él quería en el mundo, cariñosa, tierna. Se llamaba Sofía. El escándalo llegó cuando Sofía quedó embarazada. Sus padres querían que abortase pero Seto insistió en casarse con ella. Convenció a los cuatro adultos que ambos tenían posibilidades de salir adelante y además amenazó que se escaparían juntos. Todo eso desencadenó en la boda que se llevó un mes más tarde.

 

Mokuba nació pocos días después de que Seto cumpliera quince. Su hermano no podía estar más contento de tenerlo en su vida y con su joven esposa admiraban al niño sabiendo que tendrían uno igual pronto,

 

La tragedia llegaría a la vida de los Kaiba cuando Moki cumpliera los tres meses. Serena y Aoki Kaiba se irían esa noche a una cena de beneficencia de la que no volverían.

 

El disgusto provocado por la noticia del accidente y posterior muerte de la pareja repercutiría en la salud de Sofía a la que se le adelantó el parto.

 

El bebé era sietemesino y venía mal colocado cosa que aumentó los trabajos de parto y por la prerrogativa del tiempo tuvieron que atender a la primeriza en casa por lo que los elementos con los que se contaban para atenderla eran escasos. Visto y considerando todo lo sucedido el desenlace fue inevitable pues después de tener a la criatura fue imposible detener el sangrado posterior causado por un desgarre y la joven Sofía pereció poco después que los padres de Seto.

 

El joven lleno de dolor culpó a la criatura de perder a uno de los dos seres que le quedaba y sin pensarlo pagó a los médicos una fuerte suma para además de callar lo sucedido, se deshicieran de su hijo y anunciaran al mundo que este había nacido muerto.

 

Ni siquiera le interesó verlo ni saber que era. Y así el vástago de Seto Kaiba desapareció de su vida sin haber pasado un día de estar en ella.

 

Poco después mudó la central de su empresa a Taiwan donde llevó a su hermano consigo y donde pasarían los siguientes catorce años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mi nombre es Kaiba Mokuba y vengo de Taiwán aunque nací en Tokio—dijo el alumno presentándose ante el curso como todos los demás en su primer día de clase. Estaban en el colegio Makoto en primer año del curso superior.

 

Muy bien joven Kaiba—dijo la profesora de literatura con su mirada seria. Luego miró alrededor pensando “¿Quién me falta?” Entonces lo vio. Acodado en un taburete con la mano en la mejilla, mirando por la ventana.

 

¡Joven Wheeler!—dijo en voz alta y el joven rubio se volvió y la miró. –Sé que muchos le conocen pero por favor…--exclamó luego.

 

Si, señorita Matane—dijo con una sonrisa amplia el ojos mieles, después añadió—Mi nombre es Joseph Wheeler y soy de aquí—

 

Joven Wheeler—dijo exasperada la profesora.

 

¿Hice algo mal?—preguntó el aludido con cara curiosa.

 

“Dejémoslo por la paz” pensó ella y siguió con lo suyo. Conocía a Wheeler, era inteligente como para sacarse la beca de la que disfrutaba en el prestigioso colegio pero era su conducta lo que dejaba que desear aunque no se sabía de nada en concreto que mereciera su expulsión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seto Kaiba era ahora un hombre de 30 años. Convirtió la empresa de su familia en una corporación multimillonaria gracias a su inteligencia y a sus abogados que lo defendieron de los buitres que le rondaban.

 

El ya era un adulto hecho y derecho pero aún no había entablado una relación seria con ninguna mujer. Era un esclavo del trabajo como era de esperar en un hombre que se había dedicado a levantar un gigante mundial y a criar a un hermano.

 

Era un hombre nada considerado, egoísta, maleducado y competitivo al borde de la obsesividad además de pagado de si mismo.

 

Ese día volvía temprano de una junta y pidió a su mayordomo que le sirviera un café en su despacho cuando al pasar frente al comedor cerrado oyó risas detrás de la puerta. Identificó las de su hermano pero había alguien más y curioso y cuidadoso de con quien se juntaba su hermano entró puerta adentro.

 

…y yo le dije-Nunca lo había visto en mi vida—decía el joven que tenía una hamburguesa a medio comer en la mano y un mostacho de mayonesa con mirada pícara.

 

Jajaja. ¿Y te creyó?—preguntó Mokuba muy tentado.

 

El otro se encogió de hombros. –No le quedaba de otra—respondió riendo el rubio.

 

¡Mokuba!—llamó su hermano.

 

¡Seto!—gritó alegre el más joven pues no esperaba verle en casa tan temprano. Al ver la mirada del castaño supuso lo que este quería—Este es mi compañero Joey Wheeler—le presentó y el mayor solo se lo quedó viendo como a una mosca en la leche. Estaba tratando de discernir si la compañía de ese sujeto le convenía a su hermano.

 

Miro a Joey y le dijo indicando su labio superior—Mejor límpiate. Estas sucio—Después  de un momento pareció dejar de prestar atención al invitado y dijo a su hermano—Bien. Iré a mi despacho. Tengo unos asuntos que terminar. Termina con tu compañero. Has lo que debas hacer y te acuestas temprano—

 

Si, hermano—respondió algo tieso el pelinegro para el gusto del ojos mieles. Seto se volvió y se fue sin despedirse. Joey se molestó.

 

Ni bien se cerró la puerta tras el castaño el joven dijo a su nuevo amigo—Tu hermano tiene cara de estreñido—

 

La idea le pareció cómica a Moki quien casi rió. Pero se repuso y contestó—No digas eso. Mi hermano es así porque tuvo que criarme el solo y además trabaja desde que tenía nuestra edad—

 

Así que es un solterón aburrido. ¿Tiene gatos?—preguntó el rubio.

 

La imagen mental que se hizo Moki de Seto rodeado de muchos gatos le pareció demasiado bizarra así que sacudió su cabeza para sacarla de ella.

 

No.  Y no digas nada feo de él. Es mi hermano y le quiero. Muchos con nuestra edad huirían de criar un bebé. Le debo mucho y además es una persona a la que admirar—dijo el joven Kaiba.

 

Vale, vale. Pero solo porque tú me agradas chibi—dijo Joey revolviendo los cabellos de Mokuba y sonriendo.

 

Había pasado más de un mes desde que Seto Kaiba y Joey Wheeler se conocieran. Como Mokuba y este último formaban equipo para un trabajo de historia Joey iba a casa de los Kaiba con frecuencia y esto hizo que se viera con el castaño en diferentes ocasiones. Mismas en que este le ignoró fragantemente. Tal vez por eso al joven rubio le caía tan mal.

 

Ese día llevó unos chocolates para compartir mientras estudiaban porque descubrió que Seto había prohibido los dulces entre otras cosas por la salud dental y por un pequeño problema de sobrepeso en el menor de los hermanos.

 

Eso es horrible—exclamó el joven Wheeler al oír la noticia y no se le ocurrió nada mejor que desafiar al dueño de casa.

 

Cuando desplegó estos en la mesa del comedor una vez sentados a estudiar pudo ver la cara de “Oh, no” de su nuevo amigo.

 

No pasa nada. Guardaremos los papeles en mi mochila y tu hermano jamás se enterara—dijo confiado el rubio.

 

Eso dices tú porque no le conoces. El tiene radar para esas cosas—contestó el otro.

 

¿Dices que dejará sus negocios para venir a ver si tenemos golosinas?—preguntó Joey dejando meditabundo al otro. –Amigo. Disfruta de la vida. Vivir sin dulces es el infierno—sentenció el joven Wheeler muy serio haciendo reír a Moki.

 

Entonces… media hora más tarde se abrió de golpe la puerta del comedor y el mayor de los ojos azules entró con esa mirada entre pagada de si misma y acusadora y agarró a su hermano menor mordiendo la mitad de un chocolate. Al chibi se le agrandaron mucho los ojos y se quedó petrificado.

 

Sabía que este idiota no era buena influencia para ti—dijo Seto. Wheeler iba a reclamar y Moki iba a abogar a favor de él. Lo vio por sus actitudes pero les cortó ordenando--¡Mokuba sube a tu habitación! Ahora subo a hablar contigo. ¡Tú! ¡Lárgate de mi casa! No quiero verte más aquí—

 

Será un placer. Lo lamento por Moki porque él no se merece un hermano como usted—le gritó el rubio mientras terminaba de meter sus cosas en su mochila.

 

¡Que descaro! ¿Pero que se puede pretender de un perro callejero como tú?—preguntó el millonario.

 

¡Oye! ¿Quien te dio derecho?—preguntó Wheeler muy enfadado.

 

No soy como tú. No necesito que nadie me dé nada—dijo Seto muy tranquilo.

 

Joey lo miró por un segundo y supo que hablaba de la beca. El idiota lo había investigado lo que lo hizo enfadarse aún más. Se acercó mucho al otro y le dijo—Mejor tómate un laxante, ese estreñimiento te está haciendo mal para las neuronas—y sin decir más se fue.

 

No quiero que te juntes más con ese sujeto—dijo su hermano mayor a Mokuba ni bien entró al dormitorio.

 

Pero hermano…--dijo el joven.

 

Pero nada. Que no quiero que vuelvas a verle. No es como nosotros. Es escoria y no quiero que te juntes con ese tipejo. ¿Me oíste bien?—dijo el adulto.

 

Tenemos que terminar el trabajo de historia o me pondrán mala nota—advirtió el menor.

 

Seto pareció pensarlo. –Una vez terminado lo quiero fuera de nuestras vidas—dijo.

 

Si, nii san—respondió su hermano y lo vio irse con algo de curiosidad. ¿Por qué le caería tan mal Joey? Fue algo como natural para los dos ni bien se vieron se cayeron mal. Pero… ¿Por qué?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Puesto que Seto Kaiba era un magnate los ojos del mundo estaban puestos en él, no solo por su capacidad o inteligencia, sino también por su dinero del que muchos quisieran apoderarse o sacar una fuerte tajada.

 

Y eso pasaba con Malik Ishtar. Creció en la calle con una hermana mayor que debió prostituirse desde muy joven para mantener a ambos y él se inició en el mundo de las drogas pero como sicario. Luego un día paso por en frente del colegio Makoto y se le ocurrió que si secuestraba a uno de los jóvenes herederos de allí podría sacar pasta para el resto de su vida. Pero debía elegir bien a su objetivo porque solo tendría una oportunidad.

 

Estudió a todos los prospectos con mucho cuidado hasta elegir al menor de los Kaiba. Lo siguió por semanas para aprender su rutina y una vez supo lo que debía hacer se consiguió tres secuaces.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entonces el estreñido de tu hermano me deja volver hasta que terminemos el trabajo. ¡Qué honor!—dijo el joven rubio. Le fastidiaba la idea de volver a ver al castaño.

 

No le digas así, por favor—pidió el pelinegro. Ambos iban en la limosina camino a casa de los Kaiba.

 

Perdona chibi. Se que te molesta pero ahora es personal. Tu hermano me llamó perro callejero. ¡Oye! Por cierto… ¿Sabes si tomó lo que le recomendé?—dijo el ojos mieles.

 

¿Lo que le…?—preguntó con cara de extrañeza Mokuba.

 

Si. Un laxante. Para que se le vaya esa cara de estreñido que porta—respondió para sorpresa del joven Kaiba que se echó a reír.

 

Entonces la limo hizo un viraje extraño hacia un lado y se oyeron disparos provenientes de afuera. Todo fue muy rápido y los dos no pudieron ver nada porque los vidrios eran polarizados y ya había caído el sol. Pudieron oír de pronto el sonido de motos y portazos.

 

Alguien abrió una de las portezuelas y un enmascarado miró adentro. – ¡Vaya pero si es un dos por uno!—gritó y agarró a Joey del brazo tironeando de él para sacarlo del brazo. – ¡Tú! ¡Encárgate del premio gordo!—dijo después a otro y entonces Wheeler cayó en que intentaban secuestrarlos.

 

¡Moki escapa y pide ayuda!—dijo forcejeando con el que lo agarraba pues dos de los tipos estaban de su lado del auto.

 

Mokuba estaba tieso pero reaccionó a tiempo y abriendo su portezuela se alejó corriendo mientras los secuaces de Malik iban por él.

 

“¡Ojalá no lo alcancen! Aunque el chibi no es el mejor atleta”, pensó Joey.

Notas finales:

Y Q TAL?

QUIERO SABER SI LES LLAMA MI NUEVA INVENCION

MATA NE

^^


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