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Una noche de tantas. por DollSatsujin

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Notas del fanfic:

Quiza un poco de S&M.

Notas del capitulo:

Bueno no tengo mucho que decir, hace mucho que no escribia algo bueno de esta pareja ni se si lo hice bien. 

La noche seguía escondiendo tantos secretos, tantos pecados, ¿Siempre fue así?. . . ahora es una adicción, su cuerpo su aroma,  la sensación de su piel contra mi piel, mi sangre escurriendo entre sus dedos. . . es simplemente un cariño retorcido.

Es todo, ¡simplemente nunca podría amarte! – Sin siquiera dudarlo tomo aquel frágil cuello entre sus dedos enterrándolos hasta ver brotar la sangrar de su piel magullando el costado y nuca del contrario era tanta la presión ejercida  que claramente se podían observar las visibles venas de manos y brazos tensados que poseía el rubio, tan grande era su deseo de matarle que este le pareció un buen momento, pero a quien podría engañar aún era incapaz de hacerlo, lentamente fue soltando el agarre, posando ambas manos a los costados de la cabeza ajena maldiciéndose una y mil veces entre murmullos.

Que inquieto era el ambiente, ambos cuerpos desnudos, cubiertos por una tenue capa de sudor frio, el retumbar de miles de gritos frustrados entre las paredes del estrecho departamento el cual fuese perfectamente decorado de pequeñas manchas carmesí, era notorio el aroma a sangre cosa que nunca molesto al donante de dicha obra maestra puesto eran “recuerdos” para aquel joven de baja estatura,  cabello negro y opaco que tan solo permaneció inmóvil observando las nuevas marcas en el tapizado, manteniendo su singular y sarcástica sonrisa entre labios.

El tan fastidioso azabache mejor que nadie sabía que su mayor obsesión no era capaz de matarle aun que el "¿Por qué?" No era muy claro y seguro pasarían años antes de poder entenderlo, lentamente quedo inmerso en sus pensamiento, pasando a ser un dócil ser entre las garras de su bestia, que sin piedad ataco nuevamente, así dicho menor apenas logro articular un gritar al sentir como nuevamente su cuerpo era poseído con tal brutalidad, siendo aquel falo el que destrozaba su interior en una sola envestida provocando el contraer de su entrada hasta aprisionar el miembro de su amante, su sádico y poco amoroso amante.

Tan bestia como siempre Shizu’chan – Aunque fue un vago susurro el mayor pudo percibir claramente  las palabras contrarias mientras  tomaba ambas piernas del mismo, cerrando el par rápidamente al  alzarles para colocar las pantorrillas de estés sobre uno de sus hombros manteniéndolas juntas en un agarre con la diestra, pegando los muslos contra su pecho en fricción, pasando la surda contra el miembro semi-erecto del menor, estrujándolo con verdadera fuerza dejando claros moretones  por lo largo como un simple castigo por el patético apodo, sin embargo solo logro sacarle gemidos placenteros para sí.

 – ¿Me odias?, ¿Me castigaras? – Cuestiono el menor al encontrarse sometido a los movimientos ajenos, dejando escapar de entre sus labios largos y placenteros jadeos, sabía perfectamente la respuesta a la pregunta más anhelaba escuchar el agrio veredicto acompañado de aquellos gritos llenos de euforia y resentimiento que vendrían de ello, logrando llevar una oleada de placer por su maltratado cuerpo, llenándole por completo de espasmos pues era un gran masoquista. Sin penarlo dos veces poso ambas manos sobre las piernas del rubio, arañando su piel con fuerza dejando largas marcas rojizas sobre esta, incitándole a ser más brusco, pidiendo cada vez por “mas” deseando ordenar sin cesar, pero solo llego a sonar como una súplica incensaría, realmente lo necesitaba, quería sentir el grueso y erecto pene del rubio chocando con fuerza por su húmedo y estrecho ano provocando el salpicar y escurrir del tibio semen que aún seguía en su interior, ello era una morbosa adicción.

Apenas un minuto paso cuando el rubio hizo caso omiso a las suplicas que retumbaban en sus tímpanos, logrando que su sangre hirviera de pies a cabeza y en su erecto miembro llegaran a notarse las venas marcadas por todo el falo, el cual termino de agrandarse dentro del azabache, robando de sus labios un pequeño jadeo acompaño de una risilla nerviosa; Claramente el rubio no esperaría ni un segundo más para poseerlo nuevamente, iniciando así el brusco vaivén que logro alzar la cadera del contrario llevándolo a su ritmo entre el chapoteo de ambos cuerpos propiciado por movimiento de su cadera, logrando así chocar plenamente los testículos contra los rojizos glúteos del contrario, disfrutando sin más el morboso sonido de sus cuerpos al unirse.

Entre incesantes jadeos y oleadas de placer recorriendo su columna, el menor logro sentir la punta del miembro ajeno dar con fuerza en tan placentero punto para él, comenzando a gemir cual loco provocando aquellos dulces insultos del rubio hacia sí, quizá si era su ramera su puta pero bien sabía que era el preferido quizá el único pues cada noche regresaba para estar ‘entre sus brazos´. Un fuerte espasmo se apodero de su cuerpo provocando el contraer de sus dedos y piernas hasta  flexionarlas con dificultad, el orgasmo estaba próximo pero nuevamente quería más, deseaba sentir más -¿Acaso eres más insaciable que una puta? – Bufo el rubio entre gruñidos y quedos gemidos.

Joder, ¡tan solo dame más! – Era un gusto para el mayor ver a su pequeña alimaña humillarse de tal manera dejándose ver tan inofensivo frente a sus ojos, llegando a sentirse vencedor, esto era el pago de tantos años bajo el juego ajeno, bajo su acoso, pero era claro que su cuerpo al igual lo disfrutaba; Bajo su mirar guiando su mano surda para separar el glúteo del menor de su pelvis, metiendo dos dedos en aquella apretada entrada sin pudor alguno, dejando salir el semen tibio que logro manchar sus piernas entre cada estocada, estirando fácilmente la piel arrugada que poseía la entrada del menor, escuchando entre tanto los gritos de placer que lograron subirle la sangre a la cabeza, dejando al momento de pensar ni siquiera lograría razonar tan solo se dejó guiar por sus instintos, sus barbaros instintos que llevaron a posar la mano libre sobre las piernas de su amante decorándolas con rasguños y moretones. En cuestión de un par de segundos arremetió sin piedad chocando por completo la pelvis contra los glúteos ajenos, insertando aquel gran par de testículos en el ano del menor., siguiendo un movimiento circular forzado para masajear sus paredes internas sin salir de él.

Como sí  una opresión en la garganta le impidiera respirar o articular palabra alguna el azabache llego al orgasmo manchando de su caliente y espeso liquido el torso ajeno y parte del propio, enterrando las uñas contra la alfombra al curvear su torso y echar el rostro hacia atrás con la saliva escurriendo de su comisura labial, manteniéndose segundos hasta ladear el rostro dejando  verse con las mejillas húmedas y los parpados lloroso, temblando sin cesar por varios segundos, manteniendo su entrada estrecha al contraerse, succionando con fuerza el miembro del rubio como si lo fuese a “arrancar” logrando que este terminara eyaculando en su interior con fuerza y en gran cantidad, salpicando los glúteos y testículos del menor al momento de fluir.

No hizo más que observar el cuerpo de su lastimoso amante bañado en una fina capa de sudor, intentando desesperado recuperar el aliento; Quizá simplemente todo era un desastre pero ambos no podrían negar que era lo más parecido a una relación de lo que nunca tuvieron, pocas eras las palabras que cruzaban al verse ya que las ansias e ira dominaban sus mentes, pero simplemente nunca lograrían descifrar  ¿Quién pierde en esta relación?

Notas finales:

No se escribir OneShot. 


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