“Silencio… Obscuridad, no había nada más que silencio y obscuridad. Intentaba mover mis dedos o mover mis piernas, pero no conseguía respuesta alguna. ¿Es un sueño? ¿Aún estoy soñando? Quizás sea eso…. Pero… ¿Por qué me siento tan inquieto, hasta desesperado? ¿Hasta cuándo seguiré soñando? Y por cierto, ¡Qué sueño más raro y aburrido! Todo es igual… no puedo ver nada, ni escuchar nada.”
En la cafetería cercana a ese mismo edificio estaba Choi Seung Hyun esperando a que le sirvieran aquel brebaje que pronto le devolvería las ganas de seguir el ritmo de aquel día. Ladea su cabeza moviéndola a cada lado, para así poder aliviar aquel dolor que sentía en su cuello; consecuencia de haber dormido toda la noche en aquel molesto e incómodo sillón. Para entretenerse un rato durante su espera, comienza mirar con atención a la menuda mujer que le está atendiendo. Su rostro era de facciones finas, quizás sería bastante hermoso y perfecto si no fuera por los rastros que había dejado la viruela en ambas mejillas y frente.
- ¿A-azúcar o endulzante? –Tartamudeó la joven, sonrojada por la profunda mirada que le proporcionaba aquel hombre-
Su interrogante lo sacó de sus pensamientos y análisis sobre la muchacha que lo atendía, nota el sonrojo que provocó en ella, de no más de 21 años. Solo para divertirse un poco, sonríe ladinamente y continúa con su mirada fija e intensa.
- Azúcar por favor... –emitió con su ronco y característico tono de voz.
- ¡Mhm..! -asintió, la ya nerviosa mujer. Con unas manos temblorosas extrae de un pequeño frasco de vidrio unas cuantas bolsitas de azúcar. Las deja junto a la taza y secretamente junto a la servilleta donde había anotado, su número y nombre. Muerde un poco su labio, consecuencia de su nerviosismo y le entrega la orden. – Disfrute su orden... –le sonríe- Si necesitas cualquier otra cosa, de lo que sea no dude en llamarme. –le guiña el ojo-
Niega suave y toma la bandeja, de seguro le había anotado su número o cualquier otra cosa de dicha índole. Era bastante hermosa y parecía simpática pero para él ya no habría nadie más que aquella persona. Se encamina hacia los sofás cercanos y toma asiento en una mesa solitaria que tenía vista hacia la cuidad de Seúl, la cual estaba recién siendo iluminada por los primeros rayos de sol de aquel día de otoño. “Otoño… ya es otoño...” piensa mientras toma un sorbo de aquel café.
-Como vuela el tiempo…. –murmura para sí, desvía su mirada hacia el reloj que adornaba la pared. Toma apresuradamente el café y se levanta. Pronto se encontraría con él. Pero no quería hacerlo, sentía que no podía dejar aquel edificio, en el cual no se había dejado por más de un par de horas, cuando le necesitaban de forma urgente, en este mes de una espera agonizante.
“Mi sueño ha cambiado un poco… el silencio aplastante que lo englobaba era desplazado por unos murmullos, no los entendía para nada... ¿Qué decían? ¿No pueden hablar más fuerte? ¿Por qué están en mi sueño? ¿Me escuchan ustedes a mí? ¿¡¡Hola!!?... seguí haciendo las mismas preguntas, cada vez con un tono de voz más elevado pero…no conseguía respuesta alguna y a ratos los murmullos cesaban y volvía aquel silencio abrumador... tengo miedo ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué no puedo moverme y despertar de este puto sueño? “
El joven de cuerpo delgado, si entramos en detalle: un poco femenino, de rostro alargado y con una bella sonrisa, esperaba al mayor apoyado en una esquina de aquel lugar donde solían reunirse para obtener información sobre el estado de aquella persona. Mientras esperaba al mayor, no pudo evitar sentirse nervioso, necesitaba saber sobre él. Hace una semana que no sabía nada sobre cómo estaba él.
De pronto siente una mano posada en su hombro, vuelca su rostro para ver el rostro de aquella mano, de que por sí, ya conocía muy bien. Su sonrisa se amplía al verle.
-Seung Hyun! ¡¿Cómo estás?! –le miró con una sonrisa amplia, hace más de una semana que no le veía a su Hyung, ya que en dicha semana había realizado una serie de conciertos en Japón. Le estrecha en un suave abrazo-
-JiYong... –Murmura y corresponde a su abrazo- Como siempre... ya sabes-
La sonrisa del menor se apaga poco a poco, la ronca y apagada voz del mayor le respondían de manera negativa la inquietante duda que persistía cada día en su cabeza; a pesar de estar distraído en los conciertos, no dejaba de pensar en cómo estaba él. Mira al mayor fijamente a sus ojos esperando encontrar otra señal que podrían cerrar esa herida, una señal, cualquier cosa que podría mantener viva la pequeña llama de esperanza que duramente mantenía viva.
- ¿A-aún...? -murmura de forma casi inaudible.-
El mayor se limita a negar de forma deprimida, si JiYong se sentía así era mínimo como se sentía el sí comparábamos los sentimientos. No puede evitar que su mente, se pierda unos momentos..
* “¿me amas? –Preguntó con una tierna sonrisa mientras se apoyaba en el pecho del mayor.-
¿Me preguntas si te amo? –Baja su rostro mientras rodea la espalda del él con suma ternura, ve como él asiente con su cabeza, mientras se hundía cada vez más en su pecho- Decir que “te amo” es poco comparado por lo que siento por ti. “*
“Nuevamente los murmullos comienzan a desplazar el silencio… ya me he rendido, haga lo que haga no puedo entenderles.. ¿Qué es esto? Siento que tocan mi mano... ¿Qué está pasando? Los murmullos se hacen más claros... ¿Es una mujer? ¿Qué dice? ¡AYUDAME!! ¡Por favor, ayúdame a despertarme! ¿Por qué no puedo moverme? ¿Es mi sueño no? Podría hacer lo que yo deseara… El tacto se aleja, la dulce voz también… vuelve por favor vuelve… me siento solo, tengo miedo, vuelve... ¡háblame! ..”