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Lagrimas De Sangre por Kiohime

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Notas del fanfic:

Este fic ya lo habia comenzado a publicar aqui, sucedieron varias cosas que me orillaron a dejar de publicarlo y una importante es el hecho de que la lap donde ya tenia toda la historia me la robaron ;_; asi que me deprimi y ya no quise saber nada del fic, pero hace un tiempo una persona me recordo la historia y pues yo que me encontraba en un momento dificil decidi superar mis miedos y aqui estoy, de nuevo con la idea de reescribir el fic, con miedo pues no se realmente como quedara pues solo tengo los 10 capitulos primeros que son los que publique anteriormente, pero pase lo que pase y pues, esperando les guste los cambios que traera, espero les guste tanto como en un principio. Por cierto por algun motivo razon o circunstancia no encuentro mi cuenta anterior xDDD y ya busque el fic y tampoco esta aqui XD asi que.....jajajajajajaja no se asusten, sigo siendo yop Kiohime =)  

Notas del capitulo:

Pues aqui esta el primer cap, disfruten y comenten que tal les parecio el cambio si ya lo habian leido o el cap si es primera vez que lo leen xD

Capítulo 1 – La niña del retrato

Meguro, Tokio.

-Lamentable…- Murmura con un suspiro mientras observa con tristeza aquel imponente cuadro colgado al final de aquellas elegantes escaleras, recorre con la vista tratando de buscar algo de verdad en aquellas sonrisas que pretenden dar la imagen de una familia feliz, posa su mirada en la imagen de una hermosa niña de 4 años, para cualquiera que no conociera tan bien como ella conoce a esa niña, pensaría que la felicidad la envuelve por la sonrisa que su rostro refleja, pero ella sabe la verdad, que detrás de esa sonrisa se esconde la más profunda tristeza y soledad, fuertes sentimientos que aun que quiera ocultar son reflejados en aquellos ojos infantiles,  para ella aquel retrato solo era una burla de la realidad, para los demás era la imagen de la perfección que representaba una de las familias más poderosas de Japón: Los Fujino.

-¿ojou-sama?- llamaba una hermosa jovencita vestida de maid tratando de obtener la atención de aquella chica que se encontraba sumida en sus pensamientos. - Ojou-sama, ¿se encuentra bien?- repite logrando al fin captar la atención de la chica.

-Estoy bien- responde mientras volviéndose posa su mirada en aquella maid – Solo…me entro la nostalgia- dice mientras sonriendo se dispone a subir lo que resta de las escaleras.

-ojou-sama…- repite quedamente la maid con preocupación mientras observa a la chica alejarse, sube las escaleras hasta quedar frente aquel imponente cuadro y posa la mirada en aquella hermosa niña de 4 años de cabellos castaños y ojos borgoñas. – algunas cosas nunca cambian - dice suspirando y dando media vuelta retoma el camino hacia la cocina.

Eran ya las 6 de la tarde y la luz del hermoso atardecer iluminaba el amplio corredor del ala este a través de los grandes ventanales que dan a los jardines traseros de aquella mansión, con un andar elegante y tranquilo la chica que anterior mente se quedara absorta observando aquel cuadro ahora recorre la distancia hasta llegar a su habitación en la cual al entrar se podía observar el lujo y elegancia en cada rincón, amplia y con un suave decorado violeta dan un poco de tranquilidad a la chica, la cual quitándose el suéter que traía lo coloca en uno de los sillones de la sala de estar mientras soltándose el cabello se dirige a la recamara, donde parándose frente al espejo observa el reflejo que este le devuelve, su cabello castaño claro le llega hasta la cintura, sus hermosas facciones delatan la juventud que posee, mientras su piel de un tono dorado le dan un toque de belleza angelical, su delgada y estilizada figura delata el ejercicio al cual somete su cuerpo constantemente, pero su mirar… aquellos hermosos ojos color borgoña destellan una mirada cargada de sentimientos los cuales con una máscara de sonrisa perfecta es capaz de ocultar. Aquella niña de 4 años es ahora toda una señorita pero ni el pasar de los años han logrado desaparecer aquella mirada que refleja aquella soledad.

-Sí que no cambias Shizuru Fujino, sigues siendo la misma tonta de siempre…- reclama a su reflejo en el espejo mientras una lagrima cae a sus pies, apartando la mirada se quita la ropa y dirigiéndose al baño toma una ducha mientras sus lágrimas de tristeza se funden con el agua, la cual como siempre borra la evidencia del sufrimiento de la castaña.

Ese es el único lugar donde ella se permite tener ese momento de debilidad, pues sabe que por la posición en la que esta cualquier muestra de debilidad puede ser la diferencia.

Shizuru Fujino es la única heredera de la corporación Fujino, el consorcio medico más importante de Asia, la cual su mayor ámbito se encontraba en importantes hospitales, así como laboratorios y centros de investigación avanzada. Con 16 años era el orgullo de su familia al ser la personificación de la perfección, destacando no solo Académicamente, era ya una de las herederas más admiradas de Japón.

Saliendo de la ducha se termina de cambiar, 15 minutos después se encuentra ya vestida con una falda blanca y una blusa azul de tirantes, poniéndose sus sandalias se decide y recoge su cabello en una cómoda coleta de la cual algunos mechones logran escaparse enmarcando su rostro, dándole una apariencia sexy y juvenil.

Ya lista recorre con tranquilidad los pasillos mientras observa a los sirvientes hacerle una reverencia y saludarla con respeto al verla pasar, aquellas muestras de respeto las odiaba en realidad pero sabía qué no podía pedir lo contrario pues aun recordaba con dolorosa precisión lo que había ocurrido hace algunos años…

Flash Back

Una hermosa niña jugaba con una fina muñeca  mientras el sol le daba toques rojizos a su cabello castaño cuando el viento lo movía, al escuchar unos pasos tras de ella gira posando su mirar borgoña en la pequeña que parecía de su edad, vestía un lindo vestido blanco mientras sostenía un libro contra su pecho.

-¿Quién eres?- pregunto curiosa la castaña mientras su mirar se iluminaba con la ilusión de haber encontrado una compañera con la cual poder jugar.

-yo..yo...lo siento…no quería interrumpir…- responde temerosa la pequeña quien dando media vuelta intenta huir.

-espera- dice la castaña la cual adivinando lo que se proponía la otra niña la toma de la muñeca – no te vayas- le pide mientras suplica con la mirada.

– no debería de estar aquí, yo…me perdí, salí a leer un rato y sin darme cuenta termine en este lado de los jardines- respondía la niña mientras un sonrojo aparecía en sus mejillas.

-No te había visto antes, pero no importa, lo importante es que estas aquí, que pareces de mi edad y que quiero jugar contigo,  quédate y se mi amiga, ¿sí?- pedía la castaña mientras veía dudar a la otra pequeña.

-pero…- iba a protestar la otra niña sin embargo mirando el rostro con ansias de la castaña ya no pudo negarse más – está bien, pero solo un rato porque tengo que regresar con mi onee-chan- respondía con una sonrisa la pequeña.

-Soy Shizuru- se presentó la castaña mientras hacia una graciosa reverencia, sacándole una sonrisa a la otra pequeña.

-yo soy...- estaba por presentarse la otra pequeña cuando sintió un fuerte jalón que la tumbo en el pasto.

-¿QUE CREES QUE HACES?- le grito uno de los sirvientes a la niña en el suelo mientras esta aterrorizada miraba al mayordomo. - ¿QUE NO SABES DONDE ESTA TU LUGAR? NIÑA ESTUPIDA, COMO TE ATREVES A DIRIGIRLE LA PALABRA A LA SEÑORITA, QUE FALTA DE RESPETO A TU POSICION- gritaba enfurecido el sirviente.

-¡DEJALA!- grito la castaña recuperándose de la impresión, estaba a punto de empujar al mayordomo cuando una voz la paralizo.

-¿Que sucede aquí?- Preguntaba el recién llegado el cual desprendía un aura intimidante.

-papa…- salió de los labias de la castaña al darse cuenta que su padre había llegado – yo le pedí a ella que jugara conmigo, me sentía sola y ella llego, no hizo nada malo, y ese señor de repente llego y la tiro y le empezó a gritar -  relataba mientras miraba con temor la imponente figura paterna.

- ¿ella acepto?- pregunto el rubio mientras observaba a su hija.

-si…- responde esta tímidamente.

-bien…castígala- ordeno al sirviente mientras con una mirada arrogante veía a la niña en el suelo temblar – Saben que no está permitido a los sirvientes ningún tipo de relación con mi hija – dijo mientras molesto miraba como el sirviente con una sonrisa de superioridad lanzaba una terrible cachetada a la niña partiéndole el labio y haciéndole sangrar la nariz.

-NOOO…-grito la castaña intentando correr hacia la otra pequeña, pero no pudo pues unos brazos la atraparon impidiendo el avance – ¿Porque dijiste eso?- cuestionaba la castaña a su padre mientras lagrimas corrían por sus mejillas, intento zafarse pero por más los brazos paternos la tenían fuertemente sujeta y llorando observaba como aquel mayordomo golpeaba a la otra niña.

Después de un rato aquellos ojos borgoñas miraban con horror como la sangre de aquella niña manchaba el suelo y el vestido blanco que tenía, llorando he impresionada no pudo formular palabra alguna mientras el mayordomo se llevaba a la otra pequeña llena de sangre y desmayada por los golpes.

-¿Por qué?- pregunto cuando su padre notándola más calmada la soltó por fin.

- Porque nadie puede acercarse a ti sin permiso, Shizuru, la gente es mala y siendo quien eres solo te querrán hacer daño, nunca confíes en nadie, pues si lo haces solo te lastimaran- decía el hombre mientras hincándose para quedar a la altura de la castaña la tomaba de los hombros y hacia que lo mirara a la cara- Escucha lo que te diré por que no lo volveré a repetir, los que están en esta casa solo tienen permitido una cosa, servirte, fuera de ello queda prohibido el contacto con ellos más allá de una petición y respuesta, te prohíbo terminantemente que te relaciones de otra forma con los sirvientes, porque eso son, sirvientes, y si vuelvo a enterarme de que intentaste acercarte a uno de los sirvientes, no serás tu quien pague el castigo, como viste- dijo el hombre mientras atrayendo a la pequeña, quien, aterrorizada por lo que acababa de ver solo pudo asentir mientras sentía una tristeza mayor inundar su alma.

Fin del Flashback

Con un suspiro intenta sacar de ella ese recuerdo, por el cual tardo mucho tiempo en poder volver a hablar con algún sirviente, pues el miedo que tenía la mantuvo atrapada por varios días, de aquella niña no volvió a saber jamás y se enfocó en tratar a los sirvientes lo mínimo posible, sin embargo, ahora en lo único que puede pensar es en lo que pedirá de comer pues desde que regreso su estómago se encarga de recordarle el hambre que tiene.

Bajando las escaleras se dirige al área de cocina, pues siendo la hora que es seguro sus padres ya estarán en el comedor – Buenas noches Morinaga-san – saluda al entrar al chef en jefe de la cocina el cual es al único al cual secretamente le tiene un tierno aprecio – ¿alguna sorpresa en el menú de esta noche?- pregunta mientras sonriendo observa al regordete y anciano chef terminar de dar unas órdenes a los demás cocineros y dirigirse hacia ella.

-Shizuru-ojou-sama- dice el cocinero mientras con una enorme sonrisa mira a la hermosa jovencita que acaba de entrar al lio que era a esa hora la cocina – que alegría verla por aquí, hermosa como siempre, usted sabe que no tiene que preguntar, todo lo que cocino siempre es una sorpresa – responde el coqueto anciano guiñándole un ojo.

-fufufu, tan coqueto como siempre, si sigue así, terminare pidiéndole matrimonio – responde la castaña mientras con una sonrisa se aleja dejando al anciano sonrojado.

-Me tendré que aplicar más entonces- responde este mientras ve como la joven sale por una de las puertas hacia el comedor, pero sin ver la sonrisa traviesa que se forma en el rostro de la castaña.

 Llegando al comedor toma asiento mientras uno de los sirvientes le acomoda la silla – buenas noches – saluda mirando a sus progenitores sentados en aquella mesa.

-buenas noches Shizuru – le responde el saludo su padre mientras continua leyendo los documentos que sostiene.

-Shizuru, hija, que bueno verte en casa – responde su madre antes de dirigirse al mayordomo en jefe para solicitar que sirvan la comida.

Si algo no pasa para Shizune Fujino es el tiempo pues su hermosura aún se conserva, alta, delgada y con un aura de elegancia innata, su cabello castaño lo lleva recogido en un chongo, mientras un fleco enmarca su rostro,  de piel blanca como la leche y ojos cafés claros dando a grises, su estilo con un toque oriental resalta, pues lleva puesto un vestido tradicional chino sin mangas color violeta con detalles dorados abierto a los lados de la cintura para abajo, un pantalón elegante blanco se puede observar sobresalir debajo, lleva en el brazo derecho un guante negro que le llega hasta arriba del codo mientras en el izquierdo el guante le llega hasta arriba de la muñeca, detalles complementan su peculiar estilo, pero lo que más destaca de ella es el hermoso tatuaje dorado que lleva en el brazo izquierdo en forma de la mitad de un águila.

Shoichiro Fujino siempre ha desprendido un aura de autoridad, de cabello rubio oscuro, alto y con una mirada borgoña que intimida, es uno de los hombres más respetados por su habilidad en los negocios, va vestido de saco y pantalón color vino, una camisa azul y corbata amarilla complementan su atuendo, en el cuello izquierdo del saco se puede observar la misma figura dorada que su esposa lleva en el brazo, a pesar de su apariencia intimidante y autoritaria que le hacen parecer como un hombre sin debilidades, la realidad es que su más grande debilidad es aquella castaña tan parecida a él, pues él sabe que en ese mirar borgoña se esconde el carácter de los Fujino, cosa que lo llenaba de orgullo.

-El abuelo se comunicó conmigo esta tarde, me pidió que lo visitaras lo más pronto posible, dijo que tenía cosas importantes que decirte- se dirigió el rubio a la castaña mientras dejando de lado el informe miraba a la castaña esperando que terminaran de servir sus alimentos.

-¿No dijo de que se trata? – pregunto la castaña con un poco de extrañeza, pues no era común de su abuelo ese tipo de comportamiento misterioso, cosa de realmente la intrigo.

-No, no me dijo nada más, así que ve a verlo y averígualo tú – respondió el rubio ocultando un poco la curiosidad de saber qué cosas tratarían, pues tratándose de su padre sabía que todo era un arma de doble filo.

-Iré a verlo mañana en la tarde pues temprano tengo que pasar por unas cosas al centro comercial- dijo la castaña con un tono algo cansado, pues la realidad era que no tenía ganas de ir pero ya había dado su palabra, y la palabra de un Fujino es inquebrantable.

-No me gusta que vayas a ese tipo de lugares, no sabes qué tipo de personas hay allí, me preocupa que alguien intente hacerte daño- dijo la castaña mayor mirando con preocupación a su hija.

-No tienes de que preocuparte madre, no es la primera vez que voy y siempre tengo cuidado, además de que en todo caso los que podrían salir lastimados, son ellos- respondió la castaña mientras posaba su mano encima de la de su madre tratando de tranquilizarla, pues sabía que razones de sobra existían para esa preocupación, pero esas razones a ella la verdad, no le importaban.

-aun que digas eso, tu madre tiene razón Shizuru, eres una Fujino, no lo olvides, si no fuera porque tu abuelo te apoyo en lo de tus guaruras seguirías teniendo los guardaespaldas que te había puesto, sin embargo, los dos se opusieron alegando que ya eres mayor, acepte porque confío en ti, solo no me decepciones-Dijo su padre mirando seriamente a su hija.

-Lo sé, todo en mi vida se encarga de recordármelo siempre- respondía con cierta ironía la castaña, ocultándolo en un todo neutral al contestar – No tardare, solo pasare a buscar las partituras que Shizuma me encargo, para que estén más tranquilos le pediré a Chikane que me acompañe, tiene días que no la veo y hay cosas que necesito tratar con ella- dijo más alegre la castaña recordando a su amiga peli azul con cariño, pues el aprecio que se tenían era de hermanas, si no de sangre, si de corazón.

-Me sorprende lo unidas que son ustedes tres, quien no las conociera diría que de verdad son hermanas, jajaja, está bien, pero vayan con cuidado y no olvides el compromiso que tienes con tu abuelo- dijo ya más tranquilo el rubio, mientras recordaba a las otras dos chicas que eran las inseparables amigas de su hija.

-Ya que vas para allí, llévale de favor a Aiko-san el paquete que Hiko te entregara, pensaba llevárselo yo misma, pero hay unas cosas que necesito ir a ver a la corporación- Pedía la mayor con un tono que parecía más de una orden que de favor.

-Claro mama, solo que esté listo temprano, que salgo como a las 8 para casa de Chikane- respondió la castaña con una sonrisa ya que conocía como era su madre.

Terminando ya de cenar, se levantó, despidiéndose con un beso en la mejilla de cada uno de sus progenitores, a los cuales, a pesar de todo, había aprendido a querer. Una vez ya en su habitación se dispuso a ponerse la piyama y apagando las luces con un control remoto que tenia se dispuso a tratar de conciliar el sueño, que sus pesadillas siempre intentaban espantar. 

Día siguiente, 7:50 a.m.

Después de un refrescante baño y ponerse un poco de maquillaje para ocultar las ojeras causadas por lo poco que había podido dormir, la castaña caminaba ya ansiosa por los pasillos de la mansión dirigiéndose a las cocheras, con una falda azul de volantes corta que dejaban ver una parte de sus piernas bien torneadas y una blusa blanca a juego, ignoraba las miradas admirativas que los sirvientes le daban, una vez en la cochera se dirigió directamente hasta el convertible que su abuelo le había regalado en su cumpleaños, del lugar, aquel Aston Martin DBS Carbón, sobresalía de los demás autos, pues a pesar de la elegancia que desprendía el toque deportivo de aquel auto dejaba ver la gran potencia que tenía, la cual era una de las razones que la castaña más amaba, pues la emoción de correr en aquel auto, la ayudaba a sacar un poco las tenciones que tenía.

-Ojou-sama, pondré aquí el paquete que la señora me encargo para usted- dijo el mayordomo principal, colocando una caja de mediano tamaño en el asiento del copiloto. – solo espero no salga volando- dijo el anciano mientras le guiñaba un ojo a la castaña pues el sabia el amor a la velocidad que aquellos ojos borgoñas trataban de esconder.

-Gracias Hiko, hare lo posible para que eso no suceda- contesto con una sonrisa al anciano mayordomo que se había ganado su respeto mientras entraba dentro del auto y arrancando se dirigió hacia uno de los caminos que llevaban a la salida de la mansión.

Manejando con destreza cambiaba de velocidades con maestría, mientras el velocímetro marcaba que iba a más de 160 km/h, una sonrisa de satisfacción se formaba en su rostro, cuando se percató de que estaba por entrar a la zona elevada y llena de curvas que se encontraba a los pies de la elevación donde se podía ver a lo alto la mansión Himemiya, apretó más el acelerador y haciendo una demostración de su talento se dispuso a subir aquellas curvas con drift hermosos que hacían gala de su control y destreza. Sus ojos brillaban de la emoción mientras derrapaba por aquellas peligrosas curvas, unos segundos antes de llegar las grandes rejas de la mansión Himemiya se abrieron para dejarla pasar, una vez dentro metió el acelerador a fondo alcanzando los 260 km/hr pues sabía que faltaban km de carretera para llegar hasta la gran fuente que se encontraba frente a la mansión, ya estando cerca bajo la velocidad y una vez llego realizo un hermoso drift alrededor de la fuente hasta parar con maestría justo frente a la gran escalinata que daba a la entrada, donde un elegante mayordomo la esperaba.

-Bienvenida Fujino-sama- Dijo el mayordomo observando a la chica salir del auto – veo que su amor por la velocidad sigue inquebrantable, es una grata vista verla llegar siempre- mencionaba recordando la manera en que la castaña siempre iba a aquel lugar, pues cada que la castaña iba de visita acostumbraba llegar así, por lo que los empleados ya saben que es ella apenas empieza a subir por aquella elevación.

-Buenos días Emilio-san- responde radiante la castaña mientras sentía aun la emoción correr por sus venas – ¿se encuentran Chikane y Tía Aiko  en casa? – preguntaba mientras rodeando el coche toma la el paquete y se acerca al mayordomo.

- La Señorita aun esta descansando, y la señora no ha llegado- respondió a la castaña que había ya llegado frente a él. 

-Iré a ver a Chikane, lleva este paquete al despacho de mi tía que es un encargo que mi madre le manda- ordena la castaña con algo de tristeza pues tenía ganas de saludar a aquella señora que era como una tía para ella.

-como ordene- dijo el mayordomo mientras haciendo una reverencia se encamino a cumplir con lo pedido.

Subiendo la escalinata, tuvo un extraño presentimiento, girando rápidamente intento ver más allá de los árboles que rodeaban la mansión, pues sentía como si alguien la observara, al no ver nada pensó que eran imaginaciones suyas por lo que continuo subiendo hasta llegar a la gran puerta y llegar al lobby, donde una vez dentro se podía notar la riqueza y el exquisito gusto de aquella poderosa familia.

A lo lejos una extraña sombra baja los binoculares con los cuales observaba antes a la castaña y sacando un teléfono marca un número y espera a que le contesten – el paquete ha sido entregado – es todo lo que dice antes de colgar mientras una siniestra sonrisa se forma en sus labios.

La Familia Himemiya era conocida a nivel mundial por ser dueños de grandes franquicias tecnológicas, su poder en el mundo de la computación y electrónica era total, el gran crecimiento económico vino cuando los tres hijos tomaron posesión sobre el corporativo y haciendo gala de las dotes heredadas de los señores Himemiya llevaron al corporativo a lo que es ahora. La mayor de los Hermanos Aiko Himemiya se hizo cargo de ellos cuando en un terrible accidente de avión sus padres fallecieron dejando todo a sus hijos, en esa época ella, al ser la mayor y contando solo con 19 años tomo la presidencia esperando unos años a que sus dos hermanos crecieran y tomaran las riendas de la empresa junto con ella, cuando los tres estuvieron al mando, mostraron al mundo lo que la fuerza de voluntad logra.

Habiendo recorrido el camino hacia aquella habitación que ella ya conocía, entrando se dirigió hacia la gran cama que se encontraba casi en medio de aquel inmenso cuarto, sonriendo observa a la hermosa joven de cabello negro azulado quien dormía plácidamente, el parecido con su madre era inmenso pues se podía observar los mismos rasgos finos y hermosos de Aiko Himemiya en ella, su piyama permitía ver parte de su piel de un color claro como la porcelana, Shizuru no aguantando la tentación de un salto cae encima de la joven de la cual solo un quejido escapa de sus labios mientras la castaña riendo se sube encima de ella, ya que la chica duerme boca abajo, ella queda montada sobre la espalda de la peli azul y saltando la sacude mientras ríe de escuchar como la chica gruñe.

-Despierta dormilona, ¿Qué horas son estas para estar flojeando?, debería de grabar tus gruñidos, son peores que los de un oso, fufufu- ríe la castaña mientras la peli azul al levantarse la empuja hacia un lado.

-¡¡¡¡Shizuru!!!! , ¿No tienes nada que hacer que venir a molestar?, interrumpes mis sagrados sueños, Dios, ya decía yo que hoy algo malo me pasaría, debí imaginarme que el presentimiento eras tu – dice la peli azul mientras le avienta una almohada a la castaña quien aún sonríe al atraparla.

-¿sagrados sueños? ¿A que linda señorita pervertías ahora? ¿Que no te cansas con tener a media escuela a tus pies? – preguntaba la castaña mientras observaba a la peli azul hacer un mohín con los labios y girar la cara.

-Eso es algo que a ti…, señorita perfección, no te interesa – dijo aun de mal humor la peli azul – y si me permites – fueron sus palabras antes de voltearse y disponerse a seguir durmiendo. 

-Ash…¡Levántate ya!¡Baka! Solo te gusta que este molestando, acompáñame al centro comercial, que Shizuma me pidió que vaya por el impreso de sus partituras, dale, vamos, vamos – pedía la castaña quien sacudía a la peli azul intentando que esta se levantara, pero al no obtener resultado una sonrisa traviesa se forma en sus labios y de una manera poco ortodoxa empujo con los pies a la chica provocando que esta cayera de la cama.

-awww- se quejó la peli azul en el suelo mientras se sobaba el trasero por la caída – Demonios Shizuru, deberías dejar que ella vaya por sus cosas, pero claro, como la tienes consentida, no se te pasaría eso por la mente, ya me gustaría a mí que me consintieras tanto como a ella, pero solo me maltratas – dice la chica en tono dolido mientras mira acusadoramente a la castaña.

-fufufu, si claro el angelito ha hablado- responde irónica Shizuru – ya… que tu empezaste, yo que te vine a visitar y me tratas como basura- se queja la chica.

-lo siento, no sé qué me pasa, últimamente no ando de buen humor – responde la peli azul mientras baja la mirada, pero se sorprende al sentir como unos brazos la rodean y sonriendo devuelve el abrazo – yo también te extrañe Shizuru-baka – sonríe mientras separándose de la castaña se levanta.

- Sabes que también eres mi consentida, no seas dramática, además, Shizuma me pidió el favor ya que ella tiene que ir a ver unas cosas con la Tia Lauren – comentaba la castaña mientras veía a la peli azul dirigirse a su armario escoger una ropa y entrar al baño mientras sonríe al escuchar como la peli azul se seguía quejando.

Chikane Himemiya es la hija de Aiko Himemiya, carácter fuerte y voluble son características que siempre la distinguen, sin embargo siempre ha sido la más terrible y traviesa del trio de amigas, las cuales se conocen desde pequeñas por la fuerte conexión que existe entre las familias, de cabello azulado, hermosas facciones y un cuerpo bien trabajado, la combinación de sus atributos dan paso a una belleza letal pues la chica, la cual es dueña de unos ojos azules turquesa, es una coqueta sin remedio.

-listo- dijo la peli azul saliendo ya cambiada y lista del baño, iba vestida de falda azul y blusa blanca en la cual en una de las mangas se podía ver la imagen dorada de la mitad de un águila con el ala extendida – me debes una mas Shizuru Fujino – decía mientras señalaba a la castaña quien se encontraba recostada en la cama.

-ya, deja de quejarte, mejor vamos y de paso nos divertimos un rato- dijo la castaña quien levantándose emocionada se dirigió a la peli azul para luego tomándola de la mano hacer que esta la siguiera.

Iban caminando tranquilamente mientras platicaban sobre las cosas vividas por ambas el tiempo que no se habían visto, ya que al ser vacaciones antes de regresar al colegio cada una había viajado a vacacionar a diferentes lugares del mundo.

-Por lo visto los milagros suceden, ya que nunca pensé ver a Chikane levantada a estas horas- dijo una castaña desde las escaleras haciendo que las chicas que ya se encontraban en el lobby giraran a verla – Shizuru, que grato verte de nuevo por acá, solo espero que Chikane no te esté molestando – dice mientras ve a la peli azul fruncir el ceño.

-Últimamente Chikane-onee-chan anda con un genio horrible, claro no es tan raro, solo que ha sido más frecuente – comenta una pequeña castaña que se encontraba a lado de la señora sujetándole la mano.

-fufufu Tía Miyako, Kana-chan - las saluda con una sonrisa Shizuru mientras se acerca para darles un abrazo – No se preocupen que ya sé cómo controlarla y le tengo paciencia- dice la castaña mientras observa a la peli azul darse la media vuelta por el comentario y salir hacia el auto enojada.

-jajajaja pues por lo visto lo necesitaras Onee-chan, porque no se aun como ella sola se aguanta- dice la pequeña mientras mira hacia donde la peli azul salió.

Miyako Himemiya era la menor de los hermanos, ya con 26 años era madre de la hermosa castaña que se encontraba a su lado, tenía el cabello castaño claro en capas que le llegaba un poco más debajo de los hombros, de ojos azules y porte elegante, iba vestida con una falda color vino, una blusa blanca de mangas largas y encima un saco en forma de gabardina color negro, llevaba un pañuelo blanco en forma de corbatín donde se podía ver la imagen dorada de la mitad de un águila con el ala extendida.

Kana Himemiya era la única hija de Miyako, iba vestida con una blusa rosada de manga larga y volantes, la una falda negra con detalles rosas le quedaba muy por encima de las rodillas, usaba un listón rojo que pegaba con sus zapatitos rojos de charol y un corsé para niñas a completaba su atuendo en donde se podía ver la imagen del águila dorada, tenía un hermoso cabello castaño claro que le llegaba hasta los hombros, de piel clara y ojos azules como su madre, aparentaba los 5 años que tenía, sin embargo se podía notar en su mirada y su comportamiento una madurez impropia de su edad.

Despidiéndose de las dos Shizuru se dirige hacia su auto donde una malhumorada Chikane la esperaba.

-Vaya, por un momento pensé que pedirían una mesa para tomar el té- reclama con ironía la chica, mientras observa a la castaña subir al auto.

-Deja ya los dramas, que de verdad no sé qué te pasa, ¿Por qué tan enojona?- pregunta la castaña mientras la mira fijamente a los ojos tratando de descubrir que secretos esconde la ojiazul. Presiente que algo pasa pues aunque Chikane siempre ha tenido un poco de bipolaridad, sabe que no se quejaría tanto pues lo normal solo es que se quede callada con el ceño fruncido.

-Nada….-responde, apartando la mirada pues sabe que el secreto que guarda aun no puede ser revelado – vamos, que se nos hace tarde y tengo cosas que hacer después – diciendo esto, prende el estéreo.

- Como digas- dice la castaña con un suspiro mientras, poniendo en marcha el auto, se dirige al centro comercial.

Edificio del Corporativo Himemiya, Shinjuku, Tokio.

El distrito de Shinjuku conocido también como Shin Toshin, se encontraba un majestuosos rascacielos de 50 pisos, el cual era la sede principal de las oficinas de Himemiya Corp. Eran ya las 9 de la mañana y en la mayoría de los pisos se podía escuchar como poco a poco las oficinas iban tomando vida pues era la hora en la que los empleados empezaban a trabajar, en el piso 48 era donde se encontraban los 3 despachos de los directivos, al llegar se podía observa un amplio lobby por el cual al avanzar llegabas a una lujosa sala la cual daba hacia tres pasillos que al avanzar por cada uno llegabas a un recibidor donde se encontraba un escritorio propiedad de la secretaria encargada de cada despacho, sin embargo el piso se encontraba en silencio y solo se podía escuchar el teclear de la ocupante de uno de los despachos, pues era la única que se encontraba en ese piso en ese momento.

El sonido del teléfono distrae a la peli negra que se encontraba dentro del despacho, dejando que suene se concentra de nuevo en lo que estaba escribiendo pues sabía que aquella información era importante, estaba tan concentrada que no escucho cuando alguien entra a la oficina, hasta que alzando la mirada ve al joven que se acaba de sentar el en escritorio de caoba frente a ella.

-Te diría que te ves hermosa también hoy, pero con las ojeras que tienes mentiría, pues te ves fatal – dice el peli rojo mientras acercándose a la peli negra le da un sonoro beso en la frente y la mira sonriendo – por tu cara puedo adivinar que te has pasado toda la noche aquí – dice el chico mientras saltando se baja del escritorio y se sienta en la silla frente a él.

-Kuroi…siempre tan simpático hermanito- dice con un suspiro la pelinegra mientas observa al apuesto hombre sentado frente a ella y le regala una sonrisa – es verdad, tengo tanto que hacer que no he tenido tiempo para ir a la casa, la compra de la Electronics Moberick Star está siendo más difícil de lo que pensaba – suspira la pelinegra mientras cerrando los ojos se recuesta en su silla tratando de quitarse un poco del cansancio que siente.

- He leído el informe, parece que esos odiosos inversionistas no quieren aceptar el trato que les ofrecemos, tendremos que llevarlo a una compra hostil – dijo el peli rojo frunciendo el ceño pues sabe lo que eso significa, ya que estando él encargado de la parte legal de la empresa sabe las dificultades y procesos que eso conlleva – pero si así tiene que ser, que así sea, después de todo Miyako dice que necesita el microchip que ellos han desarrollado, y sabes cómo es Miyako cuando quiere algo- dice recordando el fuerte carácter de la menor de los tres.

-pero nuestra hermana tendrá sus motivos para quererlo y sabes que en ese ámbito solo ella se entiende, si dice que es necesario es que así es, después de todo, la genio en electrónica y computación es ella – responde con orgullo la mayor pues desde pequeña Miyako demostró un gran talento para esas áreas por lo cual terminando a los 20 años las carreras tanto de ing. En desarrollo de software como ing. Electrónica, tomo la dirección del área de desarrollo he investigación de la empresa logrando con ello grandes resultados y provechosos éxitos. Por lo cual los dos hermanos mayores apoyan con toda confianza a la menor.

Kuroi Himemiya cuenta ya con 27 años los cuales no aparenta pues parece aún un joven de 23, de cabello rojo y peinado con el fleco de lado tiene la apariencia de príncipe por la cual muchas suspiran, de piel clara, alto y atlético, nadie pensaría que es un gran abogado, muchas dirían que es modelo, pues con los ojos azul turquesa característicos de los Himemiya tiene un punto más a su favor,  va vestido con un elegante traje beige hecho a medida en el cual se puede observar en el cuello de lado derecho la imagen dorada del águila, camisa color vino y una corbata negra complementan su atuendo.

Aiko Himemiya con 36 años era todo lo que una mujer de su edad podía pedir, hermosa y poderosa, su mirar de un azul dando a gris encantaba por la amabilidad que mostraba, sus finos rasgos denotaban la privilegiada posición en la cual había nacido, llevaba recogido en una cola de lado su hermoso cabello ondulado de un tono negro azabache dando a castaño, sin embargo el haberlo recogido no impidió que unos mechones escaparan y estos junto con su fleco enmarcaban su rostro, el cual aun con los rasgos de haber pasado una mala noche no perdía su hermosura, vestida con una falda larga que terminaba en capas, una blusa violeta de manga larga y corsé negro marcaban su estilizada figura, a completando su atuendo con un pañuelo blanco puesto como corbatín, su elegancia y su porte la hacían ver más como una dama refinada que como la presidenta de finanzas que era, pero como muchos en el área económica sabían, nunca hay que dejarse confundir por las apariencias pues ella era sin lugar a dudas una de las mejores administrativas de la economía japonesa, no en vano había terminado la carrera de Ing. En economía a los 22 años y llevado a la empresa cuando tenía 19 y se tuvo que hacer cargo de ella.

-solo espero poder tomar unas vacaciones pronto, he ir con Chikane a algún lugar, aun me duele no poder haber ido con ustedes a Grecia – dice la peli negra mientras levantándose caminó hacia los grandes ventanales donde se podía observar parte de la ciudad. Se sentía mal pues le había prometido a Chikane que si iría con ellos, pero un contratiempo en la bosa hizo que no pudiera ir, suspirando apoyo la frente en el ventanal pues sabía que había lastimado a la peli azul de nuevo.  

-No te tortures así Aiko, Chikane no es una pequeña y entiende la posición en la que estas, es cierto que se entristeció un poco pero sabe que es necesario, aunque no lo parezca es una chica responsable y no duda de tu cariño ni de ti como su madre – la tranquilizaba el peli rojo mientras posando su mano en el hombro de la pelinegra la consolaba – vamos, te llevare a la casa que debes de comer y descansar un poco, Miyako no debe de tardar y se hará cargo mientras – decía cruzando su brazo con el de ella y haciendo que esta lo siguiera hacia el elevador.

Una vez  dentro del hermoso Ferrari 458 Italia del peli rojo, el sonido de una llamada entrante les interrumpió la conversación que mantenían – ¿Diga? – contesto la pelinegra pues fue su celular el que había sonado. – No… no lo he visto…estoy saliendo apenas de la oficina por lo que aún no llego a la mansión… ¿Cómo?....claro, no te preocupes…si…apenas lo cheque te llamo para darte mi opinión…no...no te preocupes…ok…cuídate también…jajajajaja…si…gracias…besos…claro, yo le digo…jajajajaja que mala…bueno…bye- colgó mientras aun riendo guardaba el celular.

-¿Algún galán en puerta Aiko?- pregunto el chico con un poco de curiosidad ya que era muy celoso de sus hermanas.

-claro que no, ni lo menciones, desde que me divorcie de Udoki no tengo tiempo para eso- responde con algo de melancolía, pues aún tiene fresca la herida de la traición del que anteriormente fue su esposo – era Shizune, me dijo que me mando un encargo con Shizuru pues saldrá con Chikane y aprovecho que fue a la mansión a buscarla para mandarlo con ella, también te manda saludos, y que dejes de ponerte tan guapo que aras que se divorcie – dijo ya un poco más alegre.

-Shizune-san, tan terrible como siempre – fue toda respuesta del chico quien se había sonrojado por el comentario de la castaña, pero ya más tranquilo siguió manejando en silencio pues al observar por momentos a su hermana vio como esta ya se había sumido en sus pensamientos mientras veía atreves de la ventana ¨daría lo que fuera por poder calmar tu dolor hermana´´ pensaba mientras cruzaba la ciudad hacia su hogar.

Notas finales:

Nos vemos la siguiente semana, matta neee....


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