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Es solo una fecha especial por yingyang

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Notas del capitulo:

Volví :D, para mi este es un día de celebración, en mi País se celebra el día de las velitas y quicé compartirles este fic hoy, no creo que pueda hacer fic ni de navidad ni año nuevo ni del día de los inocentes, estoy de cacaciones y mi familia no sabe que hago esto por lo que me abstengo de llamar a mi suerte.

*Aclaraciones

-Diálogo

Los personajes son obra de Kishi 

POV Naruto

Aquel sonido que se colaba a través de mis tímpanos era suficiente para despertarme de mi letargo, con pereza intente buscar la fuente de aquel ruido, siendo infructuosa mi búsqueda, ya que me encontré fue con la alfombra en mi rostro. Bufe aún con mi rostro sobre ella, realmente no quería levantarme, abrí mi boca en protesta pero lo que encontré fue una maraña de pelos que se coló dentro de esta.

En seguida me incorpore escupiendo mil veces y limpiando los rastros de aquello tan desagradable,  pasaba mis dedos dos o tres veces sobre mi lengua, asegurándome que no había rastros de la pelusa sobre mi lengua, me giré refunfuñando buscando nuevamente mi reloj despertador, sus manecillas marcaban las 6:30 de la mañana y la fecha decía claramente 7 de diciembre*, me incorporé sacudiendo los restos de polvo de mi ropa y apagando por fin aquel sonido estridente.

Me senté sobre la cama, sabiendo que ya no podría reconciliar el sueño, observé nuevamente el día que era hoy, esta tonta tradición que teníamos el día de hoy, no era para nada agradable, por primera vez recé para encontrarme con un día soleado afuera, mis clases aún no terminaban, por lo que la excusa perfecta seria ir al colegio, me lleve una gran decepción al ver miles de copos de nieve cayendo afuera y las calles tan blancas que pareciese como si no hubiese carretera.*

Prendí el radio con la esperanza que en los anuncios matutinos dijeran que mi escuela funcionaba normalmente, más no fue así, todas las escuelas estaban cerradas, al parecer venía una terrible tormenta por lo que no podían arriesgarse, -genial- me dije recostándome sobre la cama, sabía que mi madre no tardaría en llegar por aquella puerta, con un estúpido saco bordado a mano y cuyo dibujo era al parecer un reno con la nariz roja, en su mano llevaría uno que hiciera juego y el cual me obligaría a ponerme, y en su otra mano un vaso de ponche* se balancearía a punto de caerse sobre la alfombra.

Pasaron menos de cinco segundos cuando mi madre apareció en la puerta, cerré mis ojos inconscientemente, mi piel empezó a enchinarse, aquel sabor del ponche estaría en mi garganta todo el día, con medo abrí mis ojos enfocándolos en la puerta, mi boca se abrió de par en par, era la primera vez que ella no llevaba tan tradicional saco ni el ponche ni la alegría que esta fecha significaba para ella reflejada en su rostro, en realidad llevaba puesto un vestido de coctel, en su mano llevaba una cartera color negro y la colonia chanel invadía lentamente mi cuarto.

Me incorporé aun con la sorpresa reflejada en mi rostro, los tacones de aguja hacían cierta presión sobre la alfombra, su cabello arreglado me confundía y sus labios pintados de rojo sobresalían en su rostro,  sus ojos reflejaban ternura y a la vez tristeza, levanto sus pies acercándose lentamente a mi, estaba seguro que mi cara era un poema en estos momentos, ella se sentó lentamente en el colchón de mi cama, el peso me desestabilizo un  poco, pro no lo suficiente.

-Pensé que aún dormías- dijo con la tristeza reflejada en su voz

-Hoy era escuela, al parecer viene una tormenta y las escuelas están cerradas- dije tratando de entender la situación que en este momento estaba viviendo

-Si… lo olvide- un silencio sepulcral se instalo en aquella habitación

-Madre ¿Qué pasa?

-Naruto, sé que este día es especial para ti… para nosotros como familia, al parecer tu padre recibió una llamada ayer, él intento explicarles de nuestras costumbres, más ellos no lo entendieron, debemos ir, será nuestro primer siete de diciembre separados, lo siento- Una lagrima empezó a recorrer su rostro, al principio pensé que era una especie de broma, pero no fue así ya que mi padre apareció por la puerta, su traje color negro hacia resaltar sus ojos azules, en su mirada también había tristeza.

-Madre- le dije abrazándola -no te preocupes, yo estaré bien, vayan tranquilos, mañana estarán a mi lado, podemos celebrar esta fecha juntos, otro día- mi madre dejo de llorar limpiando suavemente su rostro tratando que su maquillaje no desapareciera, mi padre se acercó a nosotros y nos abrazó a ambos, a mi madre para calmarla y a mi para pedirme perdón en silencio.

No sé cuanto tiempo pasamos así, para mi, fue una eternidad, nos separamos, mi madre se levanto arreglando su vestido para que no quedara ni una arruga y dándome un beso en la frente para despedirse de mi, dejando la marca de aquel labial en esta, mi padre despeino aun más mi cabello en modo de despedida, me levante para despedirlos, mi madre se aferraba con fuerza a la puerta de la casa y mi padre trataba de llevarla a su lado, alce mi mano en modo de despedida.

Escuche el motor del auto encendiéndose y después solo me rodeó el silencio, aún estaba parado frente a la puerta y en mi rostro mostraba una pequeña sonrisa, pellizqué mi brazo cerciorándome que aquello no fuera un sueño, más el dolor que sentí me confirmó que se trataba de la realidad, grite de alegría, por fin no celebraría esta fecha. Me dirigí a la cocina, encontrando mi desayuno dentro del microondas, lo calenté un poco aún con la sonrisa en mi rostro.

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Una hora? ¿Dos? ¿Cinco? Realmente no lo sabía, estaba sentado en el sofá de la sala, mi pie colgaba a un lado y mi cabeza reposaba en un cojín, en mi mano tenia el control remoto, pero la pantalla estaba oscura, en realidad hace rato estaba así, los sonidos de la pólvora se escuchaba afuera, anunciando lo que probablemente pasaría esta noche, me levanté, mi cabello parecía sacado de una película de terror, mi ropa desordenada y las pantuflas de zorro me hacían ver como una especie de chiste.

Nunca pensé que el silencio de mi casa sería tan… no sé como explicarlo, suspiré, con lentitud me dirigí a la nevera, la abrí despacio y allí estaba el ponche aún sin destapar, lo tomé con mis manos, y lo abrí, tomando de la botella, algo que nunca habría echo, pero aún así el vació que sentía no se lleno con esa acción, deje nuevamente el ponche en la nevera, subí las escaleras lentamente y llegué a la habitación de mis padres, me dirigí hacia el closet sacando aquella prenda que supuestamente odiaba y la puse en mi cuerpo, la picazón no tardo en llegar, más no me la quité.

Me senté en la cama de mis padres agarrando mi cabello ¿Por qué hacia todo esto?, fue entonces que este día también vestíamos entre todos el árbol de navidad, así que me dirigí al cuarto de san alejo* en donde el árbol estaba guardado en su caja original, al igual que el pesebre y las luces entre otros, entré allí sin miedo de encontrarme alguna araña dentro de aquella oscuridad, las telarañas dejadas allí desde no se que época se enredaban en mi cabello y mis manos se oscurecían por el polvo almacenado en las diversas cajas que sacaba de aquel lugar.

Lo primero que hice fue probar todas las luces que iluminarían tanto el árbol como el pesebre, algunas servían, solo era cuestión de cambiarle los bombillos para que funcionaran en su totalidad, faltaban pocas cosas para eso, debía comprarlas, mi madre siempre me dejaba dinero para futuras contenciones, lo primero que hice fue lavarme el cabello y arreglarme y vestirme apropiadamente para el clima que afuera se presentaba.

Con delicadeza retire uno de los bombillos que no servían para comprar unos que se le parecieran, ajuste mi bufanda y con las llaves en mis manos salí de mi casa, el viento me golpeó obligando a cubrirme con la bufanda que cubría mi cuello, veía a las familias teniendo peleas con bolas de nieve y haciendo muñecos de diferentes tamaños, mi pecho sintió el dolor, más seguí adelante.

Empecé a caminar encontrando a las familias comprando los diversos artilugios para la fecha que ponto se acercaría, niños corriendo de un lugar a otro y a los padres sonrientes cumpliendo tales caprichos, entre los que se encontraba la pólvora, la cual ya no podía ser manejada por cualquiera, las chispitas mariposas* que en mi juventud prendía fueron sacadas del mercado por causar quemaduras de primer grado, cuando era pequeño dibujaba mi nombre rápidamente en el aire antes de que se disipara, en realidad ni siquiera formaba una letra cuando esta desaparecía, cerré mis ojos tratando de no evocar esos recuerdos.

Un ruido estridente me sacó de mi ensoñación, desde temprano la pólvora estallaba en el cielo, seguro era obra de Deidara, este día era uno de sus favoritos, me encaminé de nuevo hacia la tienda, cuando entre el caos me sorprendió un poco, carros de compras que iban y venían de lado a lado, cientos, no más bien, miles de personas corrían de lado a lado, en esta época me preguntaba de donde salía tanta gente, era como si  de repente apareciera toda la población.

No le presté atención, agarré una pequeña canasta, no era mucho lo necesario para vestir al árbol de navidad, sabía exactamente el lugar de lo que necesitaba, pero aún así recorrí todos los pasillos de esa inmensa tienda, me detenía en lugares inimaginables, en el pasillo de los juguetes, en el pasillo de tecnología, era como si no quisiera regresar a una casa vacía, de repente llegue a donde debería estar desde un principio, frente a mil miles de adornos cubrían los estantes, desde las estrellas que se ponían en alto del árbol hasta los bombillos pequeños que era lo que buscaba.

Tomé con delicadez un pequeño bombillo y acerté, más lo dejé allí busque de diferentes colores, formas, tamaños, solo para regresar al que había visto con anterioridad, lo tomé sabiendo de antemano que era el que buscaba, tome una manotada, sabiendo que solo necesitaba unos tres de ellos, me voltee, y frente a mi una planta de muérdago llamo mi atención, sonreí un poco, preguntándome por la festividad que Sasuke también odiaba.

Inconscientemente metí el muérdago en mi canasta de hacer compras, no sé cuanto tiempo más dure allí para solo irme con un par de bombillos y el muérdago, la chica giño un ojo cuando registro el muérdago, sentí la sangre migar hacia mis mejillas, las cuales trataba de esconder tras mi bufanda, pague por lo comprado, salir de allí fue una odisea, demasiada gente en un pequeño espacio, nuevamente salí de la tienda y el viento de nuevo me tomo por sorpresa, en vez de dirigirme hacia mi casa tome otro rumbo, el parque central.

La bolsa de mi compra rebotaba en mi muslo cada vez que yo caminaba, mientras se enredaba en mi dedo índice y corazón cortando la circulación por unos momentos, para después desenredarse golpeando de nuevo mi pierna, llegue a mi destino, frente a mi un árbol de 15 metros se alzaba frente a mis ojos, las luces, los adornos, la estrella, todo era tan sublime, en realidad aquel árbol no era cortado, es más desde hace doscientos años se sembró para estas celebraciones,  cada navidad lo vestían para que el 7 de enero nuevamente retiraran su vestimenta anual.*

De repente sentí algo que recorría mi rostro,  dirigí mi mano izquierda a mi rostro y descubrí que no era nieve como pensé en un principio sino eran lágrimas, cientos de ellas cubrían mi rostro,  en ese momento era tan patético, pensaba que odiaba esos días, entonces ¿Porqué lloraba?, apreté la bolsa en mi mano mientras las lagrimas caían sobre la nieve fría, no sé si dure mucho o poco tiempo allí, seque el rastro de las lagrimas en mi rostro y me dirigí a una casa vacía.

En el camino recordé, que no había velas ni los faros que siempre mamá compraba para aquella ocasión, me volteé y frente a mi una casa llena de esas cosas se alzaba, me reí y camine de nuevo a la tienda para buscar lo mismo, quizás, solo quizás, no deseaba regresar a casa. Los faros de navidad estaban sobre una repisa y al lado de estos estaban las velas, eso yo lo sabía, pero de nuevo estaba en otro lugar de aquella tienda, ¿Qué estaba haciendo en el pasillo de comidas para mascotas? Ni siquiera tenía una mascota, supuestamente leía interesadamente el precio de aquellos productos, pero en realidad mi cabeza estaba en otro lado.

Suspiré por enésima vez, retrocedí golpeándome con alguien -Genial- murmure, me giré encontrándome a Sasuke, en su mano llevaba una canasta y dentro de esta había muchos tomates, velas y uno que otro farol de navidad, a su lado estaba su hermano buscando a alguien entre las miles de personas y su padre estaba tras él enfocando su vista en la revista que seguro no compraría, su madre estaba concentrada en el pasillo de los vinos, tomaba con sus manos dos diferentes vinos, quizás pesándolos.

-Naruto- me dijo él -¿Y tus padres? -trate que el escalofrió que recorrió mi columna vertebral no se notara, dibuje una falsa sonrisa en mi rostro.

-Están en casa- mentí, no deseaba aburrirlo con mis charlas -mamá tiene un pequeño resfriado, así que me ofrecí a comprar lo que faltaba, no te preocupes no es nada grave

-¿Y ellos necesitan comida para perros?- abrí mis ojos sorprendido de donde me encontraba -No sabia que tenias mascota - me mordí mi labio inconscientemente, ¿acaso era tan trasparente?

-No- dije -pero siempre he querido uno -de nuevo otra mentira, era alérgico a los perros y a los gatos

-Ahh comprendo- su ceja alzada daba a entender que sabia que yo mentía, era mi novio después de todo, el sabia todo de mi, apreté la bolsa en mi mano izquierda y le sonreí, con lentitud empecé a caminar en otra dirección mientras me despedía de él, su madre me sonrió, su padre ni me observó y su hermano seguía buscando algo entre la multitud.

Estaba seguro que el sonrojo que cubría mis mejillas se veía a kilómetros de distancia, siempre había sido muy mal mentiroso,  mi lengua se enredaba y no podía ver a los ojos a la persona mientras mentía,  cada vez que lo hacia me daba un ataque de risa, por primera vez aquello no paso, pero cuando comencé a llegar a mi destino la risa que aguantaba en mis pulmones de repente salió, ¡Dios! Era patético.

No podía ni debía estar más tiempo allí, me encontraría de nuevo con él, y esta vez no sería capaz de enfrentarme ante él, no observé ni los precios, ni las cantidades de lo que compre, ni el color, nada, simplemente agarre lo primero que estuviese a mi alcance y hui de allí, cuando salí nuevamente la nieve caía con más intensidad, me abracé a mi mismo brindándome calor, baje mi rostro y empecé a caminar sin ver lo que en frente mío se cruzará, estaba tan en mi mundo que el golpe me devolvió la conciencia.

Caí graciosamente hacia atrás, la nieve amortiguo el golpe, sabía que la persona frente a mi había sufrido el mismo destino puesto que escuche un “auch”, mis ojos veían el suelo estaba demasiado avergonzado, lentamente subí  mis ojos, encontrándome a Deidara en la misma posición en la que yo estaba, sobre el frio suelo, sentado y sobándose su trasero del golpe recibido, su gorro escondía todo su cabello y solo unos pocos mechones salían de este, se veía muy raro sin su habitual cabello largo.

-¿Por qué no te fijas por donde vas? Hm- dijo gritándome, el aún no me había visto, más sabía que el regaño me lo merecía

-Lo siento tebayo- le respondí mordiéndome la lengua, trataba desde hace un tiempo eliminar tan molesta muletilla.

-¿Naruto? hm- sus ojos azules se abrieron de par en par a la vez que una mueca de burla empezaba a instalarse en sus labios -Te ves muy gracioso hm- me sonrió y solo con eso me sacó una sonrisa, era cierto no recordaba el saco de santa que cubría mi torso

-Si lo sé tebayo- le dijo incorporándome de el frio suelo, seguro la gente que pasaba a nuestro lado nos veía como si fuéramos locos, me sacudí la nieve de mis pantalones y lo ayude a incorporarse, en el camino el gorro cayo de su cabeza y su cabello dorado cayo a los lados de su rostro, el bufo y se agacho recogiendo su gorro y sacudiéndolo de nieve, en el suelo una bolsa llena de pequeños fuegos artificiales, seguramente hechos por el, estaba desparramada, agarro su largo cabello escondiéndolo nuevamente debajo de su gorro.

-Bueno Naruto, lo siento, yo tampoco estaba e mi, esta mañana me he enfadado, ¿Y tus padres? Hm- mis ojos se abrieron de par en par, no por la pregunta, sino por un pequeño golpe que se le veía en su pómulo izquierdo

-En casa- respondí, no creía que aquel golpe hubiese sido mi culpa, no creía que su piel fuese tan sensible para que saliera tan rápido, desvié mi conversación -¿Por qué escondes tu rubio cabello?- el me observo y sonrió amablemente, se agacho recogiendo la bolsa sobre la nieve sacudiéndola de la nieve que se había acumulado hasta ese momento.

-Me han vuelto a llamar niña esta mañana hm, me gire para enfrentarme contra aquel bastardo pero me tope con un poste de luz en mi rostro, creo que me vi un poco ridículo, por lo que no confronte la situación y Salí huyendo de allí hm- Con su dedo índice me mostro el morado que ya había visto con anterioridad, le sonreí, sabiendo que era mentira, quizás lo de que le habían dicho niña si lo creía, puesto que parecía una, pero lo del poste era demasiado bizarro, yo siempre he sido torpe y me he encontrado con varios postes en toda mi vida, y les podía asegurar que aquel golpe no era producto de un poste.

-De razón estas tan furibundo- le dije siguiendo tal mentira -¿A dónde vas tebayo?- el me sonrió y oculto su rostro en la bufanda azul que en su cuelo se encontraba, froto sus manos y alzo nuevamente alzo su rostro

-Necesito unas cosas antes de hacer mi función esta noche hm, iba a la tienda a comprarlas, más debo esconder mi arte, no quiero que me la decomisen- una sonrisa se poso nuevamente en su rostro

-¿Te puedo acompañar tebayo? Aun queda mucho tiempo, no creo que mamá se enfade- le dije sonriéndole a él, definitivamente no deseaba regresar a casa- él levanto una ceja, más solo dijo

-Esta bien hm, necesito muchas manos, así saldré más temprano de lo que me imagine- él empezó a caminar y yo lo seguí, veía como el se tocaba de vez en brazo izquierdo con su mano derecha, nos dirigimos hacia un pasillo y escondió su arte, como él lo llamaba

 -Dediara ¿Qué le paso a tu brazo?- pude ver como su cuerpo temblaba y de espaldas a mi me respondió-El poste hm- se volteó aun con una sonrisa en su rostro, no debía preguntar más.

Ya era la  tercera vez allí dentro, la cajero me observó con una ceja levantada, más siguió registrando los productos, Deidara me pasó una pequeña lista con lo que necesitaba, era mucho, y con un brazo dañado por “El poste” no podía con tanto peso, sonreí y lo seguí ayudándolo a que la compra fuese rápida, yo llevaba el canasto en mi mano izquierda, antes de pasar por cualquier pasillo observaba que Sasuke no estuviese por tal pasillo, Deidara solo observaba mis acciones, más no preguntaba mas de lo necesario.

A veces parecía un ninja, buscando lugares en donde esconderme, la adrenalina recorría mi cuerpo cada vez que pasaba por un pasillo, y aguantaba mi respiración y la soltaba en señal de alivio, no se cuantos pasillos hice lo mismo, hasta que pensé que quizás ellos no estaban dentro de aquella tienda, me relaje y esta vez deje de preocuparme por lo que podía estar allí y solo me enfoque en la lista que llevaba en mi mano izquierda, de repente escuché un “auch, hoy no es mi día hm”, alcé mi vista y Deidara estaba sobándose su nariz una y otra vez, frente a estaba Itachi, mi cuerpo se paralizó -Genial- pensé.

Más Itachi seguía buscando algo porque no se disculpó y Deidara tampoco, solo lo rodeo y salió huyendo de allí, alcé mi ceja con sorpresa, rodee a Itachi que seguía buscando algo, mire alrededor antes de encontrarme de nuevo con Sasuke, quien no estaba cerca de allí, seguí a Deidara, él ya estaba en el pasillo que nos correspondía, podía ver como el recuperaba su respiración mientras observaba el estante frente a él.

 -¿Qué pasa tebayo? ¿Por qué corriste de tal manera?- él se giró  hacia a mi con una sonrisa en su rostro y me dijo -No, por nada hm- y siguió viendo los precios de aquel lugar, suspiré y me enfoque en ayudarlo, sinceramente aquello no era mi problema, nos demoramos quizás diez minutos en encontrar todas las cosas y no me encontré con Sasuke ni con Itachi nuevamente, esta vez Deidara observaba todo como cuando yo lo hacia, se ocultaba y buscaba y seguía por aquel pasillo.

Llegamos de nuevo a la caja para pagar por nuestros productos, salimos de aquel supermercado, ambos respiramos de alivio al salir de allí, Deidara se dirigió hacia el pasillo recogiendo la bolsa llena de pequeños explosivos, estaba seguro que los más grandes estaban en el faro, de repente una ráfaga de viento nos azoto, cuando abrí mis ojos Deidara estaba de nuevo sin su gorro azul, su cabello dorado caía a sus costados, el veía insistentemente hacia arriba y en lo alto observe su gorro sobre los cables eléctricos.

-Genial hm, al parecer hoy me desperté del lado izquierdo de mi cama- dijo casi en un susurro Deidara, bajo su rostro y empezó a caminar hacia el faro, yo solo lo seguí y como si fuese obra del destino ambos nos tropezamos, -¿Otra vez? Hm- dijo él, yo no dije nada puesto que había quedado mudo, frente a mi estaba Sasuke con una bolsa blanca en sus manos, observe a Deidara que también estaba sin palabras, frente a él estaba Itachi con una bolsa de igual tamaño que la de Sasuke.

Ambos nos observaron, él y yo nos vimos y nos paramos de golpe, Deidara agarro su cabello tratando de esconderlo y yo ocultaba mi rostro en mi bufanda, como si pensáramos lo mismo los rodeamos y salimos huyendo de aquel lugar, más nuestra huida no duro mucho, a las dos cuadras nos habían alcanzado, la verdad no era gran deportista y la nieve no ayudaba mucho en nuestra huida, en cambio, ellos estaban en un auto, una nueva ráfaga de aire nos golpeo, el cabello de Deidara se ondeaba con este y el trataba de protegerlo de aquellas ráfagas de aire.

-¿A dónde vas Naruto?- me dijo Sasuke con enfado en su rostro

-Ahh… yo… este…- en serio era muy mal mentiroso - al faro- respondí observando a Deidara que estaba buscando quizás una salda de allí -con Deidara- él me observo con sorpresa en sus ojos, como reprochándome algo, Sasuke abrió la puerta trasera del auto -Suban, los llevaremos- ambos intentamos negarnos, aún no se como es que terminamos dentro del auto.

Esto era demasiado incomodo, en la radio sonaban los clásicos villancicos y canciones navideñas, más sentía como si el silencio me envolviera, de vez en cuando observaba a Deidara, seguro buscaba una salida, aquel auto tena seguro para niños y las ventanas estaban bloqueadas, no teníamos salida alguna, él tenía sus brazos cruzados en su pecho y su pie se movía constantemente.

Aunque el trayecto hacia el faro era solo de unos minutos, sentí como si cinco horas hubiesen pasado, de repente un sonido de un celular me saco de mis cavilaciones, observé como Deidara contestaba, aquella conversación era de solo monosílabos de parte de él, un si o un no y sonidos de afirmación y negación, cuando él contesto con un -Halo hm- vi como la espalda de Itachi se ponía rígida y cada vez que un monosílabo salía de sus labios se repetía esta acción.

También observe que cada vez que esto pasaba Sasuke lo observaba y una pequeña sonrisa aparecía en su rostro, pero luego él me observaba por el retrovisor y una mueca de enfado se instalaba en su frente y dejaba de observarme, definitivamente esto era muy incomodo. Deidara llamo mi atención, yo lo observé y me susurró en mi oído -Esto es muy incomodo hm- por primera vez, le di la razón.

Sentí el alivio recorrer mi cuerpo cuando llegamos al faro, Itachi salió del auto para después abrir la puerta del lado de Deidara, este se bajo murmurando cosas que no alcanzaba a comprender, empecé a dirigirme hacia la puerta, pero Itachi cerró la puerta en mis narices, Sasuke bajo las ventanas para que el recogiera el resto de las compras realizadas entre ambos, Deidara y yo nos observamos por pocos minutos antes que el auto arrancara dejándolos atrás a ellos dos.

Giré mi cuerpo y vi como Deidara trataba de detenernos y había una mueca de terror en su rostro, pronto ambos cuerpos desaparecieron en la lejanía, me senté como era debido y vi a Sasuke, en realidad no entendía nada de nada, trate de llamar su atención pero lo único que hacia era hablar solo, mis monólogos eran lo que cortaban aquel ambiente, pero solo las canciones navideñas me respondían, me preguntaba que podría haber pasado con Itachi y Deidara. El camino fue demasiado largo, y de repente vi casas conocidas ¿Estaba yendo para mi casa?

Él paro el auto justo enfrente de mi hogar, las luces apagadas revelaban mi mentira piadosa, él se bajo del auto y abrió con delicadeza la puerta a mi lado, es cuando comprendo que hubiese podido pasarme al frente y salir huyendo, más no lo hice, ¿Por qué?, me baje del auto y explote como un volcán

-¿Por qué hicieron eso? ¿Por qué me trajiste acá tebayo? Iba a ayudar a Deidara y lo dejamos allí

-Necesitábamos hablar

-Podríamos haber hablado allí, ¿Por qué me trajiste hasta mi hogar para “hablar”? tebayo

-Mi hermano necesitaba hablar con él, a solas, y yo también.

-¿De que exactamente tiene que hablar tu hermano con Deidara?

-Eso es algo que no nos incumbe… Naruto… ¿Por qué me has mentido esta mañana?

-Yo no te he mentido tebayo

-Sé que tus padres no están, y fuiste capaz de mentirme, para después encontrarte con aquel chico en un callejón oscuro, ¿Qué quieres que piense?

-No es lo que crees tebayo, él y yo jamás tendríamos nada

-¿Cómo se que esa no es otra mentira? Ya me has mentido una vez, quien sabe cuantas veces más me has mentido

-No miento tebayo

-¿Entonces porque te preocupas tanto por él? No quieres que piense quien sabe que cosas si tu me das para pensar en esto, no sé si creerte o no.

-Me preocupo porque es mi amigo, tengo mis razones, y espero que me comprendas, y a él ¿le están dando el mismo sermón? No estamos para eso, él y yo jamás tendríamos nada, yo te amo demasiado como para hacer tal cosa.

-¿Me amas? Si me amaras, no tendrías secretos conmigo, este es un secreto tanto como lo de tu mentira blanca como tu preocupación por él- Observe a Sasuke, vi que unas cuantas lágrimas empezaban a salir e su rostro y me enmudecí, baje mi rostro y saqué mis llaves de mi bolsillo, deje la bolsa en la cocina no sin antes colgar el muérdago en la entrada, cerré ms ojos y entre a Sasuke a mi hogar el cual estaba vació.

-Si te amo tebayo- le dije abrazándolo -créeme.

-Exijo una explicación, a lo que pasó hoy

-Lo sé tebayo… y te la daré, verás mamá y papá tenían una reunión

-Lo sé- me interrumpió -mis padres tienen la misma reunión- me quedé sin palabras -pero eso no explica que me hayas mentido, como si fuera lo más natural en este mundo.

-Cuando te vi, mi mente se nubló, no quería arruinarte este día a ti y tu familia, así que mentí, lo siento, jamás pensé que te dañaría de tal manera

-Entiendo esa parte, pero ¿Qué hacías en un callejón, solo con él?

-Veras. Él, es mi primo tebayo, él es quien se encarga de la pirotecnia en estas festividades, yo solo quise acompañarlo

-¿Es tu primo?

- Si tebayo- le respondí sincero - bueno, en realidad no tenemos consanguinidad, nos conocemos desde pequeños, digo que es mi primo y siento que es como mi hermano, por eso jamás te traicionaría con él, en mi mente estaría cometiendo incesto.

El silencio nos rodeo, y sentí como el me abrazaba, yo le respondí el abrazo -Estaba muy celoso- me dijo en un susurro -verte con otro en un callejón oscuro me crispó los nervios, y que mi hermano estuviese allí no ayudaba a mi situación, aguantarme todo lo que sentía en aquel momento fue perturbador, él me dijo que ya sabia de lo nuestro desde hace mucho y que me apoyaba, por lo que pude ser un poco menos agresivo, por eso él le debe estar dando el mismo sermón a Deidara, que soy tu novio y esas cosas.

-Debemos ir en su búsqueda, estoy seguro que con lo agresivo que es él, tu hermano no saldrá ileso, no solo porque el es boxeador, sino porque el hiere con las palabras, se burlara de él por sacar tales conclusiones y te aseguró que no dejara de atormentarme por lo menos un mes, debemos ir antes que tu hermano le diga tebayo.

-Ya es tarde Naruto, no creo que tengan algo más de que hablar, mi hermano lo confrontará y le dirá sus verdades a la cara, aunque sean un malentendido.

-Estoy condenado tebayo.

Por primera vez vi una sonrisa en su rostro, sabía que era sincera, y después me abrazó, observo que mi navidad no estaba vestida con adornos navideñas, con lentitud se quito su saco y comenzó a ayudarme, entre ambos armamos el árbol de navidad y el pesebre, las luces en el techo y la corona que siempre había adornado la puerta de mi casa, tomamos ponche el cual odiábamos, se rió de el saco que llevaba puesto y yo le seguí.

LA noche empezaba a vislumbrarse en la lejanía, ya habíamos puesto los farolitos en la entrada de mi casa y las velas estaban listas para prenderse, él tomaba mi mano con cariño, por primera vez en aquel día me sentí tan feliz, él me decía que ansiaba ver a su hermano al otro día, ya que le conté que con Deidara uno se quedaba sin palabras y no sabía como continuar la batalla entre las palabras, un fuego artificial que iluminó el cielo nos sacó de nuestra ensoñación, como si esa fuera la campana de la iglesia todos salieron a prender las velas acompañados de sus seres queridos.

Prendimos entre ambos una vela, el mito decía que por cada vela prendida se podía pedir un deseo, y que si prendían una vela entre dos personas que se amaran, iban a durar por toda la eternidad, de nuevo un fuego artificial iluminó el cielo estrellado, sentí  la mano de Sasuke en mi hombro, me giré hacia él, me señalo hacia arriba y volteé a ver, allí yacía el muérdago que hace unas horas había comprado, me giré y antes de reaccionar el me beso, abrazándome contra su cuerpo mientras un fuego artificial sonaba en la lejanía, hoy sin dudas sería un día que no olvidaría, mi mente solo estaba pensando en Sasuke, y de vez en cuando me preguntaba que habría pasado con Deidara, Seguro estaría bien, Sasuke me abrazo desde mi espalda mientras observábamos los fuegos artificiales iluminando el cielo.

¿Continuará?...

Notas finales:

*Para nosotros los colombianos es muy especial esta fecha, puesto que celebramos el día de las velitas, con la que se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Sé que en otros países se termina el 15 de dic las clases, y que en algunos otros nieva, en mi País no nieva ni terminamos ese día, sino que me gustó llevarlo de esta manera.

*Nunca lo he probado.

*El cuarto de chécheres, en donde se guarda todo lo que no nos sirve.

*Es inicialmente una vara de metal y en un extremo se haya la pólvora, esta se prende fácil y realmente no causa ningún daño, pero con eso de la ilegalidad ya es muy difícil de encontrarlas.

*No me gusta que corten los arboles para esta festividad, en realidad mi árbol de navidad es falso.

Gracias a  Yamile y a  Juan_Uchiha por sus reviews

Gracias a las 832 personas qwue han leido mi fic

Gracias a GatoNegroJuan_UchihaLa MafiaZanzamaru Por tener mi fic en favoritos.

Este foic hasta el momento es unicamente SauNaruSasu, aunque me gusta el ItaDeii intentaré no ponerlo pero si desean saber que pasó on ellos se volveran buenos amigos.


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