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Es solo una fecha especial por yingyang

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Notas del capitulo:

Hola ^_^ como ya saben hoy es 14 de febrero osea San Valentín esta fecha no se celebra en mi País pero si en el resto de paises por lo que decidi poner un cap hoy, espero les guste.

*Aclaraciones (Aunque en este cap no hubo)

-Diálogos

Los personajes son hobra de Kishi.

 

POV Sasuke

Cada año era igual, las calles pobladas de flores, las tiendas de chocolates a rebosar, las jugueterías en pánico porque sus osos de felpa se han acabado, las noches románticas a la luz de las velas, para mi este día siempre ha sido un dolor en el trasero, especialmente este día es en el cual mi casillero está a reventar lleno de objetos envueltos en papel rosa y cartas anónimas escritas en papel sea de color rosa o con dibujos de flores rodeándolos.

Y aun así soy un cliente regular en esta joyería, observo con detenimiento los anillos de alianza frente a mí, aun no creo que este aquí, esta mañana desperté y lo primero que hice fue llegar a esta joyería y sin saber cómo, estaba viendo anillos, mi piel pálida parecía sacada de un anime y mis manos temblaban ligeramente, la mujer frente a mí me veía con paciencia esperando por mi paso a seguir.

En vez de seguir a mi cordura y salir de allí disculpándome con ella tome en mis manos una caja marrón, en su interior dos alianzas de oro brillaban como si tuviesen incrustadas diamantes dentro de ellas, ni lo pensé, solo las compré guardándolas en mi maleta, observe el reloj que marcaba las siete y media, con gran agilidad guarde esta pequeña dentro de mi maleta y salí corriendo de aquel lugar como si hubiese cometido un asalto o algo así.

No sé ni cómo llegué a las puertas de mi colegio, más el sudor en mi frente indicaba que en ningún momento dejé de correr, mi respiración irregular y mis latidos cardiacos solo lo confirmaban, mi boca estaba reseca, tranquilicé mi respiración y empecé a caminar, y en la entrada estaba quien se podría llamar mi némesis, su nombre, Deidara. Cuando recuerdo aquel 7 de diciembre mis nervios salen a flor de piel, y que después de aquello prácticamente nos acosara a Naruto y a mí no fue de gran ayuda y más su gran bocota arruino lo que podría llamarse la navidad perfecta.

A su lado estaba mi hermano, se hicieron grandes amigos después de ese día, aún recuerdo como mi hermano llegó a casa y se sentó en la silla para posteriormente decir -Es la primera vez que me han dejado sin palabras- y quedarse callado por el resto del día, la primera vez que le pregunté de su plática me recibió con un gran mutismo para después decir -Jamás te lo diré- y dejarme con la palabra en la boca. Al lado de ellos estaba Naruto, en sus manos una caja color dorado descansaba supuse que era para mí, por un momento olvidé en donde estaba y con quien él estaba, mis pies me llevaron frente a él.

Sus ojos se enfocaron en los míos ni bien  empecé a caminar, sus ojos azules eran todo mi mundo, llegué a su lado y en vez del clásico saludo lo besé en los labios, tarde fue cuando me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, cientos, no más bien miles de chicas yacían sobre el piso ahogadas en llanto, los hombres tenían la boca abierta de par en par y Deidara con mi hermano se reían de mi acción, como si estuviese reclamando mi territorio, lejos de ser rechazado Naruto devolvió mi beso, justo en ese momento Shikamaru pasaba a nuestro lado susurrando un -Ya lo sabía.

Cuando nos separamos parecía como si estuviésemos en una película en donde todo se detiene y ni siquiera el viento se atreve a aparecer, juntamos nuestras manos y de repente todo retomo a su tiempo, las mujeres se levantaban entre felices y tristes, los hombres unos nos aborrecían otros simplemente nos ignoraban y por primera vez desee crear un hoyo y meterme en él.

Un -Pensé que no querías que nuestros compañeros se enterasen- salió de los labios de Naruto, mis ojos lo observaron con amor y bufé, fue un accidente, no lo pensé simplemente pasó, pero jamás se lo diría frente a Deidara, se aprovecharía de mi debilidad y me extorsionaría con ella, de repente sentí como mis mejillas eran pellizcadas, había olvidado al fastidioso de Deidara, sus pequeñas manos a duras penas abarcaban mis mejillas.

-¿Qué?- dije en monosílabo

-No pensé que fueras tan cursi, entras como león enjaulado reclamando territorio frente a los demás hm.

-Suéltame- dije soltando sus manos de mis mejillas -No es de tu incumbencia, él es mi novio, búscate tu una novia como mi hermano y déjame en paz.

-¡Ja! Ya quisieras que te dejase en paz, es lo que más amarías, por lo que es lo primero que no haré hm- dijo mostrándome vulgarmente su legua cual niño pequeño, más cuando estuvo tan cerca de mi observé un pequeño moretón en su mejilla, sabía que era boxeador, más últimamente estos aparecían con mucha regularidad.

Como si fuese acto reflejo lleve una de mis manos hacia su mejilla dolorida, más él se retiró rápidamente antes de que alcanzase mi objetivo  mientras decía-No solo eso, también buscas engañar a Naruto conmigo, no tienes vergüenza- Mis mejillas empezaron a tomar un tono rojizo y simplemente me aleje, pensando de nuevo como es que él lograba aquellos moretones.

Como supuse apenas entramos dentro de la escuela todos nos voltearon a ver como si estuviésemos poseídos o algo por el estilo, cada paso que dábamos ellos se alejaban de nosotros como si tuviésemos una maldición, aun teníamos nuestras manos entrelazadas, por lo que en lugar de soltarla apreté más su mano a la mía, de repente paré en medio del pasillo y sin previo aviso abracé a Naruto para posteriormente besarlo, él me sonrió y seguimos caminando hasta nuestros casilleros sin pensar en las miradas de desprecio y asco que algunos nos mandaban, sabríamos que lo que venía sería difícil, pero si estábamos juntos podría aceptar eso y muchas cosas más.

Por primera vez mi casillero no reventó lleno de regalos, en realidad estaban lleno de notas tales como, “maricas”, “monstruos”  y cosas como así, simplemente las ignoré botándolas en un cesto a un lado de mi casillero, observé como Naruto repetía mi acción mientras me sonreía, de repente se acercó hasta mí y me dijo -Entre tanto ajetreo olvidé darte mi regalo de San Valentín- En sus manos aún yacía el regalo dorado y me lo entregó en mis manos, yo sonreí y le dije -Gracias-para posteriormente besarlo, la campana sonó dando el aviso de que las clases estaban por comenzar, me acerqué a él y le dije en un susurro -Después te daré el tuyo- para posteriormente dirigirme hacía el salón de clases.

Cuando entre a aquel salón las miradas no se hicieron esperar, ya que nuestras manos aún estaban entrelazadas, nos observamos por unos segundos y nos dirigimos hacia la parte trasera a nuestros respectivos puestos, susurros tales como “lárguense fenómenos” o “maricas” no se dieron a esperar, mas cada vez que estos sonaban Naruto apretaba gentilmente mi mano como diciéndome que no les prestara atención, sabía que sería difícil más porque aún quedaba medio año por delante, por primea vez desee que esto pasará rápido.

Las horas pasaron lenta y tortuosamente, las miradas de odio que nos dirigían a cada cambio de clase me dejaban sin respiración y sintiéndome culpable por algo a lo cual no debería sentirme culpable, cuando la hora del almuerzo llego mis pies empezaron a temblar una cosa era recibir miradas de desaprobación de unos cuantos y otra era recibir aquella mirada de desaprobación de toda la escuela, Naruto se paró a mi lado quizás preocupado por lo mismo, lo observe y noté que junto a él aquella carga sería un poco menos pesada.

El camino a la cafetería fue un respiro después de todos los insultos que habíamos recibido, tomados de las manos hablábamos amenamente sin importarnos quien nos veía, nuestros pies se congelaron nos miramos mutuamente como transmitiéndonos una confianza que necesitábamos, ya habíamos pasado por esto en navidad por culpa de Deidara, pero esto era un poco más difícil, ya que pasábamos la mayoría del tiempo en la escuela que en casa.

Ni bien entramos y la cafetería se sumó en un mutismo el cual parecía como si nos ahogara, como si estuviesen de acuerdo más de la mitad se alzaron en una pelea de comida que estaba dirigida hacia nosotros, desde el pan hasta la pasta era lanzada sin vehemencia a nuestros cuerpos, más al mío que al de él, como si estuviesen diciendo que esto era mi culpa, también en algún momento lo pensé, de repente sentí como si los proyectiles se hubiesen acabado, abrí mis ojos y vi frente a mí a Naruto que me protegía con su cuerpo mientras una lágrima salía por uno de sus ojos.

Reaccioné tan rápido que parecía como si hubiese utilizado la técnica de tele trasportación y me puse frente a él, vi una pequeña mancha de sangre que escurría de su frente ya que empezaron a lanzar los cubiertos a nuestros cuerpos, sabía que ahora vendría las bandejas de plástico por lo que solo cerré mis ojos esperando por ellas, mientras me aseguraba de que Naruto estuviese cubierto tras de mí, más la diferencia en nuestras estaturas y contextura no era de gran ayuda, más las bandejas nunca llegaron a nosotros, temí inmediatamente por Naruto así que abrí mis ojos de par en par frente a nosotros algunos de nuestro compañeros y profesores nos defendían.

Nosotros no éramos débiles más las lágrimas en mi rostro no se hicieron esperar, nosotros no habíamos hecho nada malo para merecer este trato de la gente, observé mi cuerpo envuelto en comida y uno que otro golpe, agradecí porque ningún cubierto hubiese penetrado mi carne, en comparación conmigo Naruto parecía como si hubiese tenido una especie de domo que lo protegiera, la comida era casi inexistente en él, y los golpes eran muy pocos.

Supe que lo que tenía era por  intentar protegerme, salimos de allí con la cabeza en alto y el estómago vacío, el camino hasta la clínica fue en silencio, nuestras manos estaban aún unidas y las lágrimas aún salían de nuestros ojos, no podíamos creer que en pleno siglo XXI las personas reaccionaran así ante algo tan común en estos días, parecía como si nos hubiésemos devuelto en el tiempo a la era arcaica.

Un -Pensé que lo iban a entender- salió de los labios de Naruto, en el fondo yo pensé lo mismo, no hubo problema en la fiesta de Halloween más quizás fue porque pensaron que era un producto de los tragos, revisé que mi maleta estuviese intacta porque su regalo aún estaba allí, más bien nuestro regalo aún estaba allí, más lo que escuché de sus labios me dejó congelado.

-Sasuke, creo que debemos terminar- dijo casi en un susurro

-¿Por qué?- respondí incrédulo con el regalo en mi mano y está dentro de mi maleta.

-No creo que pueda soportar esto- vi cómo se mordía tenuemente su labio, él no lo quería yo no lo quería, pero al parecer para él la apariencia lo era todo, solté el regalo dentro de mi maleta para después sacar el que él me obsequió y entregárselo en sus manos.

-Está bien, si así lo quieres- Le entregué aquel regalo dorado en sus manos y salí corriendo las lágrimas empezaron a caer por mi rostro, estaba decepcionado, ya habíamos pasado por tanto solo para que en última instancia el quisiera acabar todo, me sentía tan patético en aquel momento, no deseaba saber nada, solo hundirme en mi universo y quedarme en él por siempre.

Cada paso que daba sentía como si escuchara a mi corazón romperse en mil pedazos, en la calle me veían como si estuviese loco, yo también hubiese reaccionado así si en medio de la carretera apareciera un muchacho lleno de comida de la cabeza a los pies y con unas gotas de sangre seca en su sien con lágrimas en los ojos caminando hacia la nada.

En aquel momento me sentía tan inferior que sentía como si fuese una pequeña hormiga al lado de un elefante, mis ojos estaban rojos de tanto llorar y mis pies solamente se arrastraban hacia lo desconocido, en la lejanía pude ver a alguien en una pelea callejera, por el cabello dorado supe inmediatamente de quien se trataba, si él me veía en estas condiciones sería su burla de por vida, así que giré intentando huir hacia algún lado o quizás solo desear que esto fuese un sueño.

A los pocos metros sentí una mano sobre mi hombro, no tenía que ser adivino para saber de quien se trataba, el olor a Aqua di Gio lo delataba, era Deidara, me topé con sus ojos y por primera vez no vi burla en ellos sino más bien preocupación, observé hacia hace unos momentos él estaba peleando y vi unos cuerpos retorcerse de dolor, era la primera vez que me cuestione de donde sacaba la fuerza un muchacho pequeño y delgado.

-Sasuke ¿Estas bien? Hm- dijo con preocupación en su voz

-Estoy bien- Respondí secamente -¿Qué no me ves?- lágrimas empezaron a caer por mi rostro y él abrió sus ojos de par en par y sin preguntarme nada empezó a llevarme hacia un lugar desconocido para mí, las personas nos veían raro más no le di importancia, hasta que vi en donde estaba, estaba en la parte marginal de la ciudad, las casa de techo de madera, los vagabundos, los locales vacíos, todo eso me daba entender en donde estaba y por primera vez sentí miedo.

Cada vez nos adentrábamos dentro de ese lugar y sentía que cada vez más pobreza se alzaba frente a nosotros, pensé que este no era un momento para sentir compasión y ver cómo la gente de la calle sobrevive frente a las adversidades, las lágrimas se habían detenido hace tiempo y en mi rostro solo había una mueca de confusión y terror entremezcladas, venir a este lugar hacia que mis pies fallasen yo vivía en una casa lujosa y esto era como estar en África o algo por el estilo.

Pronto llegamos a una puerta de metal la cual él abrió con lentitud, por primera vez pensé que él iba a asesinarme, y sabía que nadie me iba a extrañar, entre allí rezando por mi vida, la cual en aquel momento era lo más preciado, lejos de sentir roto el corazón sentía la adrenalina pasar por él

-Entra hm- Obedecí sin pensar os veces que me estaba metiendo en el lobo, quizás en el fondo deseaba morir allí, jamás pensé que él sería capaz de cometer asesinato, las camas en el piso y diversas jeringas botados sobre este me daban a entender que allí se traficaba con drogas, miles de lats de cerveza y ropa ensangrentada se repartían por todo el suelo.

-Espérame un segundo hm- dijo él al tiempo que entraba dentro de una puerta cubierta con un cartón, en el suelo pude ver el pie de alguien, mi cuerpo me decía corre, más mi cerebro no podía interpretar aquella acción, sería mi final y no estaba intentando detenerlo, quizás lo deseaba, y estaba feliz que fuera a manos de alguien a quien yo conociera, recé por mi vida cuando lo vi salir de allí con unas tijeras en su mano, genial iba a ser apuñalado por unas tijeras.

-Acuéstate hm- Le obedecí, en el fondo no deseaba obedecerlo pero aun así lo hice, empecé a respirar erráticamente cuando las tijeras empezaron a acercarse a mí, o al menos así lo veía, el dolor empezó a surgir, no pensé que sería doloroso, más ese dolor provenía de mi pierna, acaso él estaba pensando en quitarme parte por parte, en definitiva no sería una muerte rápida.

El dolor empezó a sentirse desde la punta de mis dedos hasta la punta de mis cabellos, la piel de gallina no duró en aparecer, después sentí un ardor y fue ahí cuando note que había algo fuera de lo común, alce mis ojos y vi como el quitaba con lentitud un tenedor que yacía clavado en mi pierna, y él lo estaba curando, ni siquiera se le había pasado por su cabeza el matarme.

La maestría con la que sus manos se movían me dejaron impresionaron, más empecé a dudar porque él me había traído hasta este lugar quizás en el fondo deseaba matarme de hambre o quien sabe que otra razón, cerré mis ojos hasta que escuche un -Deidara sempai- saliendo de la nada, abrí por inercia mis ojos y en la puerta vi a un joven con una extraña mascara en su rostro.

-Quítate Tobi hm- dijo el sin dejar de observar mis heridas y curarlas.

-¿Quién es él?- decía aquel chico apuntándome con sus dedos un poco demacrados, al observarlo mejor pude observar que estaba en desnutrición y más raro conocía a Deidara.

-Es un amigo de Naruto hm- Contestó Deidara sacando una aguja la cual estaba siendo esterilizada con un encendedor.

-Y no te da miedo que sepa en donde vives- respondió este recargándose en el hombro de Deidara- Deidara bufó, un momento, ¿Él vivía aquí?, mis ojos se abrieron den par en par levantándome del dolor cuando la aguja penetro mi carne y pude observar una herida muy abierta.

-Él no sabía que yo vivía aquí Tobi, quizás piense que lo estoy secuestrando o a punto de matarlo Hm- Tenía razón yo pensé antes ambas cosas y sí que me equivoqué, lo observé y note que Deidara estaba igual de demacrado, nunca había reparado en eso, después del dolor que sentí cuando curaba mi herida el entro nuevamente dejándome con ¿Obi? ¿Ibu? Bueno como sea que se llamé y vi dolor en el ojo que se veía a través de la máscara.

Deidara salió de aquella habitación y el silencio desapareció cuando aquel chico prácticamente se le lanzó encima a Deidara el cual luchaba por quitárselo de encima, con codazos e insultos que salían de sus labios, con preocupación aún en su rostro me alcanzo una toalla y me indico en donde era el baño y sonrió llevándome hasta él, y por primera vez sentí el dolor de las heridas recién curadas, aún no puedo entender como llegue corriendo hacia aquel lugar.

Cuando caminaba hacia aquel lugar vi de reojo una cama sobre el suelo y diversas herramientas en este, supe de inmediato que se trataba del cuarto de Deidara más él no me dejó observar demasiado aquel cuarto, quizás en el fondo deseaba que no mencionara aquello, en comparación con aquella casa si así era que podía llamarla, el baño estaba impecable, pero estaba preparado para recibir el agua fría y tal como lo predije esta salió a chorro de la ducha.

Intenté retirar aquel rastro de comida de mis cabellos lo más rápido que me fuese posible, no quería sufrir de hipotermia, pero conforme pasaban los minutos el agua fue calentándose poco a poco hasta ser muy agradable, a medida que retiraba la comida de mi cuerpo mis lágrimas comenzaron a salir y lloré como si no hubiese un mañana, salí y pensé que no tenía nada con que vestirme, pero como si lo hubiese llamado por telequinesis Deidara apareció en la puerta del baño con unas cuantas prendas de vestir.

Me vestí observando aquella ropa que me quedaba un poco pequeña, más no era quien para replicar, de repente escuche voces en la sala, me vestí y llegué a aquel lugar y unas personas tenían sus ojos puestos en mí, ellos daban miedo más Deidara se paró rápidamente antes de que me analizaran demasiado, se acercó hacia mí y me guio a la salida, el regreso fue casi como si la realidad me golpeara de pronto, los carros lujosos, las mansiones, los restaurantes las personas de clase alta, todo parecía sacado de un libro de ciencia ficción.

-Sasuke, no quiero que menciones donde vivo hm- dijo él con miedo en su voz, lo observé y supe que él estaba asustado por lo que había visto, porque simplemente no me llevo a un hospital, quizás su instinto protector lo llevo a curarme sin pensar en que diría yo, bajé mi mirada y empecé a pensar en todo lo que él había hecho por mí, él jamás lo hizo intencionalmente pero cada vez que abría su boca mi mundo cambiaba radicalmente para mejor, y aunque no lo quisiera aceptar él me había ayudado mucho.

-No te preocupes- le respondí con una sonrisa en mi boca -jamás lo mencionaré- sabía que mentía, él me había ayudado ahora quizás era mi turno de ayudarlo a él.

-Lo prometes hm- dijo señalándome acusadoramente con su dedo

-Lo prometo- dije siendo totalmente sincero, no debía mencionar de su vida, pero podría ayudarlo, y fue cuando me di cuenta que habíamos llegado a mi cuarto, aún era temprano por lo que no sabía cómo iría a reaccionar mi hermano a mi tan inesperada visita, más lo que vi me dejó en shock, él estaba hablando por celular caminando de lado a lado con preocupación en su rostro.

Deidara me dio una pequeña palmada en mi hombro antes de alejarse de mi lado y empezar a caminar en dirección contraria -Gracias- le grité, él se detuvo y se volteó hacia mí y me sonrió para después despedirse de mi con su mano y volver a su rutina.

Cuando volteé mi hermano tenía aun el celular en su oído pero estaba mudo viendo hacia donde yo estaba, sin reparar en nada corrió hacia mi alzándome mientras repetía lo preocupado que estaba por mí, yo lo abracé y empecé a llorar, aún no sé cuántas lágrimas me queden, entre a mi casa y empecé a ver los lujos los cuales poseíamos y aun no sabía para qué servían, y en la sala estaba a quien menos deseaba ver, a Naruto.

Primero pensé en que si él estaba allí, ¿Con quién estaba hablando mi hermano?, más no le di importancia, y solo dije -¿Qué estás haciendo aquí Naruto?

-Sasuke, gracias a Dios, pensé que habías cometido alguna locura- él se paró de su asiento y se dirigió hacia mí con sus brazos extendidos, más puse mis manos para que él no lograra su cometido.

-¿Qué crees que haces?- le dije con cierto resentimiento -Nosotros no somos nada para que vengas como si nada a buscarme a mi casa, así que lárgate- Aquellas palabras salían de mi boca como veneno, pero estaba tan herido que ni siquiera las detenía, me dolía insultarlo, pero más me dolía su falsa preocupación.

-Sasuke… Yo sé que me merezco tan crueles palabras…. Lo siento, es solo que él regalo que me diste, no fue el que yo te di- mis ojos se abrieron de par en par entendiendo la situación, dentro de mi supe que aquella caja era muy pequeña comparada a la que él me había dado, simplemente lo ignoré, supuse que él ya la había abierto.

-Lamento aquello, devuélvela, no te preocupes regresaré la tuya.

-No puedo- respondió mientras alzaba su mano derecha mostrándome en su dedo anular una de las alianzas que yo había comprado -no sale y no quiero sacarla-

-Naruto, nosotros ya terminamos, simplemente has esto más fácil para mí.

-¿Tú crees que fue fácil para mí? ¡Lo siento!, lo que dije, todo, lo lamento tanto tebayo.

-Naruto, ya es tarde, no puedes devolver el tiempo, simplemente las apariencias lo son todo para ti, déjame solo, quiero pensar, solo… déjame.

-Las apariencias nunca han sido importantes para mí, simplemente pensé en ti, no quería ser egoísta, ellos solo te atacaban a ti, yo solo quería protegerte.

-¿Protegerme? No me protegiste, me heriste más que cualquier otra cosa que me hayan lanzado en aquel momento, lo que tu dijiste e hiciste no tiene comparación, solo pensaste como herirme, pues bien, felicidades, lo has logrado, solo aléjate de mí, ya no deseo verte, si quieres quedarte con las alianzas, adelante, quédate con ellas, dale la otra a quien desees, yo por el momento no quiero saber de nada, por favor, déjame solo.

-¡No quiero dejarte! Te amo, perdóname, tenía miedo, estaba asustado, no pensé en lo que decía, perdóname, por favor, dame una oportunidad.

-¿Otra? Naruto esta fue la tercera vez que has hecho esto, la primera vez cuando lo negaste frente a nuestros padres en Navidad, la segunda cuando me evitaste en año nuevo y ahora esto, ¿Qué esperas que piense?

-Sasuke, entiéndeme, tengo miedo, esto es nuevo para mí.

-Naruto, ya no quiero oír solo excusas de tu parte, hoy fue la gota que rebasó el vaso, por favor, vete- Él me observó con sus ojos llorosos, su azules posos llorosos, la culpa me carcomía el alma, yo también lo amaba, pero lo que hoy paso, simplemente destrozó mi corazón, él se levantó y salió corriendo, mientras yo me quedaba allí llorando sobre la silla de mi sala.

Estuve viendo quizás por mucho el cielo sobre mi cabeza, deseaba pensar, me dirigí hacia mi habitación para cambiarme y por primera vez vi mi rostro en el espejo, no había podido observarlo con detenimiento, mis ojos parecían como si saltaran de sus cuencas, unos moretones en mi frente, observe mi pierna y vi la limpia herida que había sido curada hace no mucho tiempo.

Deseaba, no más bien, quería estar solo, sabía de las miles de preguntas que mi hermano me iba a hacer y en este momento solo deseaba estar solo, luchando contra mi instinto protector y racional comencé a empacar unas cuantas cosas en la pequeña maleta que estaba llena de telarañas en mi closet, me observé una última vez antes de salir de mi casa.

Cuando llegué a la entrada de aquel lugar empecé a cuestionar por qué había llegado a aquel lugar, cuando entre vi a el chico que conocí aquella mañana acostado sobre el sofá, su respiración era errática y por lo que pude adivinar estaba teniendo pesadillas, empecé a caminar hacia la única habitación que me era conocida y allí frente a una pequeña mesa de madera se encontraba Deidara quien yacía trabajando en sus obras como el solía llamarlas, sabía que él era el encargado de lanzar los fuegos artificiales durante esa noche.

Me detuve en la puerta de aquella habitación, aun con la maleta en la mano, me pregunte por escasos cinco segundo el porqué de estas acciones más por más que buscaba una explicación lógica no lograba encontrarla, quizás simplemente quería huir, más en este momento me estaba arrepintiendo de mis acciones.

-¿Sasuke? Hm ¿Qué haces aquí?- En mi mente trataba de buscar la excusa perfecta de porque estaba allí con una maleta en mis hombros, así que simplemente dije la verdad.

-Simplemente quiero pensar, y en mi casa no lo puedo lograr, solo serán unos días, lo prometo- el me observo con sus ojos azules y sin decir más nada se paró de su silla improvisada y llegó a mi lado.

-Está bien hm, sígueme- él me empujo un poco para poder pasar por mi lado, y empezó a caminar al lado opuesto de su habitación, en el piso aun yacía aquel chico con su máscara aun en su rostro, pasamos al lado de él sin hacer mucho ruido, más a medida que caminábamos más, más personas yacían dormidas en diferentes lugares, al fin llegué a una habitación, está en comparación con las demás tenía una puerta, supuse que hasta el momento no había sido habitada.

Él saco una llave de su bolsillo y empezó a abrir aquella puerta, no tenía ni siquiera una cama, el vacío y olor a moho me golpearon directamente, las paredes pintadas con un arte excepcional me hicieron quedar anonadado, por primera vez amé una pintura, transmitía muchas cosas y a la vez nada que no sabía ni cómo interpretarla.

-Espero que esta habitación sea de tu agrado hm- dijo el entregándome aquella llave -hace años que no utilizamos esta habitación, pero Sasuke debes avisar a tu hermano en donde estas hm.

Lo observé, él estaba apoyado en la puerta con los brazos cruzados esperando mi respuesta y le respondí -No se supone que no debo hablar de este lugar- Deidara abrió sus ojos mientras golpeaba su frente con la palma de su mano, al parecer lo había olvidado, agarró su mentón como pensando en una respuesta rápida.

-Entonces por lo menos debes notificarle de tu ausencia, se asustará hm- dijo volviendo a su anterior posición, más sus ojos jamás observaban las pinturas atrás de mí.

-Lo haré, solo porque no lo quiero asustar a mi hermano- dije sacando el celular de mi bolsillo, y apenas lo sostuve este empezó a sonar, en la pantalla brillaba solo un nombre “Amor” sonreí de forma melancólica mientras rechazaba la llamada y marcaba a mi hermano, por el tono de voz supe que estaba asustado.

-¡Sasuke! Gracias a Dios, pensé que jamás te comunicarías, en dónde estás, como estas, voy a ir por ti inmediatamente.

-No- le corté de raíz -estoy bien, es más Deidara está conmigo, solo serán unos días hermano, necesito estar lejos de todo, entiéndeme.

-¿Con Deidara? ¿En su casa? En dónde es, no la conozco- me mordí la lengua, sabía que no debía hablar de eso, observé el pánico en el rostro de este y respondí -Eso no tiene relevancia hermano, por favor no te preocupes, apagaré el celular no le digas a nadie de mi paradero, necesito pensar, solo serán unos días lo prometo, si necesitas comunicarte conmigo lo haré por medio de cartas a través de Deidara.

-Está bien, por favor cuídate- el sonido de la llamada terminada sonó en mi oído y simplemente sostuve el celular en mi oído unos segundos más, observé este celular y lo apagué, quizás estaba actuando como un niño, pero solo deseaba pensar.

-Gracias hm, por no decir nada- voltee hacia aquella voz, Deidara observaba de vez en cuando su reloj en su mano izquierda, sabía que tenía trabajo, en respuesta solo le sonreí, y como si eso fuese suficiente él se alejó de allí dejándome en el silencio de aquella habitación.

Cuántas horas habían pasado, ni yo lo sabía, aquella habitación y las pinturas sobre la pared me daban cierta paz, me acosté en el pedazo de cartón que estaba sobre el piso y fue cuando las lágrimas una tras otra empezaron a abandonar mi rostro, a esta hora pensé que ya se habían agotado, más esta vez no eran rabia, no eran nada, solo salían como si se tratara de lluvia sobre el pavimento, tapé mi rostro mientras me ahogaba en mi saliva que amenazaba con cortar con mi respiración.

No sé cuándo quede dormido pero cuando desperté mis lágrimas ya habían secado y el cielo ya había oscurecido, me dolía mi garganta como si tuviese una infección, me levanté y sentí un dolor en mi espalda, mi cabello apuntaba en todas las direcciones y un rastro de saliva seca estaba a un lado de mi mejilla, me frote mis ojos y una vez más vi las pinturas en mi cabeza, con la noche eran más espectaculares, todas estaban colgadas y una que otra sobre el piso de aquella habitación.

Las observaba y me daban son querer mi respuesta, ni un día había pasado, o tal vez si, estaba actuando muy inmaduramente, como un niño pequeño al cual le quitan su tan preciado juguete, me senté en el piso dándome cuenta de lo infantil que había sido y lo orgulloso que había actuado, y me arrepentí, observé el reloj de mi muñeca, eran las seis y media de la tarde del 14 de febrero me paré y salí de aquella habitación sintiendo nostalgia por las obras que estaban encerradas allí, con delicadeza cerré aquella habitación para empezar a correr por el angosto pasillo.

Los chicos que había visto aquella mañana me veían de manera desconfiada y todos por instinto protegían a Deidara que estaba tras el cartón que cubría la entrada a su habitación, mi respiración no me dejaba hablar y justo en aquel momento Deidara salió de su habitación con una bolsa de juegos pirotécnicos y una mirada de confusión en su rostro.

-Gracias- dije una vez que mi respiración se hubo calmado, me acerqué hasta el sin importarme los demás y entregue la llave de aquella habitación, giré sobre mí y empecé a correr hacia la salida, nunca en mi vida un recorrido había sido tan largo que pensé que nunca lo iba a terminar, en la puerta estaba Naruto viendo a las estrellas con una lágrima en sus ojos, aún no podía creer que lo hubiese herido de tal forma con mis palabras.

Empecé a caminar lentamente hacia él y a la lejanía pude ver la alianza aún en su dedo anular, sonreí más me di cuenta que aún no sabía cuál era su regalo, me sentí tan frustrado, me senté a su lado y él ni siquiera se dio cuenta de mi presencia- Hola- le dije viendo también al cielo estrellado.

Él se volteó por inercia con sus ojos envueltos en lágrimas, y me abrazo, aquel abrazo fue lo suficientemente suave como para retenerme a su lado, yo se lo devolví sin pensar en nada y las lágrimas comenzaron a caer de mi rostro de nuevo, creó que me deshidrataré -Perdóname- dijo ahogado en llanto -Lo siento tanto- Yo seguía llorando también quería decirle que lo lamentaba más las palabras no salían de mi boca.

No sé cuánto tiempo estuvimos de aquella manera, las lágrimas habían cesado  hace unos minutos y solo nos conformábamos con aquel abrazo que transmitía tantas emociones y esta vez pude expresar lo que sentía -Naruto, lo lamento, fui muy inmaduro con esta situación, no pensaba en nada perdóname- el me abrazo comprendiendo mi predicamento -Lo que pasa es que te amo tanto que temo perderte- jamás le había dicho aquella palabra.

Él se separó de mí y sus ojos estaban abiertos de par en par -¿Perdón?- me dijo casi en un susurro -¿Qué dijiste?

-Que lo lamento- le respondí sonriendo de medio lado sabiendo que eso no era lo que él quería escuchar.

-No, eso no tebayo, lo otro.

-Lo olvidé- dije mirando al cielo que se iluminaba con el primer fuego pirotécnico.

-Sasuke… por favor repítelo, por mí- lo observé cuando dijo aquellas palabras y sonreí.

-Te amo- dije con convicción mientras otro fuego pirotécnico iluminaba el cielo estrellado

-Sasuke, yo también te amo- se acercó hasta mi para sellar aquellas palabras, tomo cuidadosamente mis manos mientras ponía la alianza en mi dedo anular sabiendo que quizás lo que venía iba a ser difícil pero juntos lograríamos salir adelante.

Continuará...

Notas finales:

Gracias a: neko-ley Zanzamaru; Por sus reviewss en el cap pasado. Gracias a las 1258 personas que han leído mi fic y les ha gustado.

Gracias a -Hotaru-GatoNegroJuan_UchihaLa MafiaZanzamaru,por tener mi fic entre sus favoritos  me hacen muy feliz.

P.D: Aún estoy pensando en si hacer o no la pareja ItaDei, una parte de mi me dice que lo haga pero otra solo quiere enfocarse en la pareja de Naruto y Sasuke, si ustedes están de acuerdocon que está pareja se lleve en mi fic pueden entrar a mi grupo https://www.facebook.com/groups/599279466801913/ y ponerle like a la foto que les dejaré en este grupo.


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