Se encontraba jadeando, apenas y podía conseguir algo de aire para sus pulmones, con esfuerzo se mantenía de pie sosteniendo una parte de su peso en la desgastada Katana. Vista al frente, como todos los demás Ninjas que todavía quedaban con vida, siendo estos un numeró muy reducido debido a los anteriores ataques. Sin el Sharingan en sus ojos debido al desgate y esfuerzo en la anterior lucha, la cual no podo seguir sosteniendo y como la mayoría de los Shinobi en aquel campo de Guerra y termino siendo un espectador más de la batalla que decidiría el destino de aquel mundo de Ninjas.
En ese momento viendo, pero sin realmente ver como Naruto, su antiguo compañero de equipo, el considerado en antaño un monstruo en la aldea de la hoja, el que con solo esfuerzo y determinación logro superarse así mismo e inclusive a muchos de los ninjas anteriores al ser en este momento el único que podía sostener un combate con Uchiha Madara y al mismo tiempo con Uchiha Obito, actual Jinchūriki del Jubi.
La Guerra había llegado a un punto crítico, Obito estaba a punto de realizar el Tsukuyomi Infinito cuando el Dios Árbol* floreciera. Los anteriores Hokages se encargaron de Madara, mientras Naruto y Sasuke intentaban detener al Jinchūriki respaldados por los demás ninjas, los cinco Kages actuales y la por demás inesperada ayuda de Orochimaru y el antiguo equipo de Sasuke Taka.
Con toda esa ayuda Naruto y Sasuke apenas lograron llegar con el Uchiha, pues las ramas del árbol tomaban el Chakra de todo lo que tocara. La batalla comenzó de nuevo y atacaron con toda su fuerza al Jinchūriki, intentando derrotarlo a como diera lugar, todo parecía ir bien, una lucha que quizás ambos podían ganar, Naruto con el modo Bijū y modo Sennin combinado era capaz de provocarle daño considerable a Obito, respaldado con el Susano’o también con Senjutsu del Sello Maldito* de Jūgo y el Amaterasu de Sasuke. La batalla estaba pareja y el tiempo para que el Árbol floreciera y lanzara el Genjutsu se agotaba.
Justo cuando parecía que ellos podían ganar, Madara había aparecido de nuevo para respaldar a Obito, pero principalmente para culminar el Plan Ojo de Luna. Lucho contra Sasuke, que en un descuido termino siendo lanzado a varios metros de ellos por un certero golpe del Susano’o estabilizado de Madara. Apenas y se pudo protegerse a sí mismo y Jūgo que le daba el poder del Senjutsu al Susano’o, sin embargo su cuerpo no salió ileso, su hombro derecho había sido alcanzado por la espada del Susano’o.
Fue así como había llegado a esto. Después de un breve lapso de tiempo, se consideró listo para volver al combate, en el cual siempre tuvo fija la mirada pero jamás presto real atención a lo que sucedía. Más ahora iría solo pues Jūgo había quedado inconsciente en el anterior ataque y era atendido por Sakura, a esto no le había ni siquiera prestado algo de atención tampoco. Lo que realmente pasaba por su mente no era tomar en cuenta lo que sucedía su alrededor, era algo muy distinto.
Era entender el porqué de la fuerza y determinación de Naruto. De nueva cuenta su mente se llenaba de preguntas sin respuesta que el conociera: Se suponía que él era fuerte y estaba al mismo nivel que el rubio, ¿entonces por qué no le podía seguir el paso? Y si tenían casi la misma fuerza ¿por qué fue repelido fácilmente por Madara? Si Naruto podía sostener una batalla con él, más aparte con Obito que tenía el poder del Diez Colas. Claro Naruto tenía el poder del Kyūbi, pero tenía que aceptar que él también estaba usando poder de Jūgo. Lo que realmente quería saber era: ¿Qué hacia Naruto para siempre llegar tan lejos? ¿De dónde provenía su poder? “Los Shinobi son personas que se esfuerzan por alcanzar sus sueños…” Sin saber cómo, las palabras del primer Hokage habían llegado a su cabeza. Significaba, ¿Qué Naruto era un Shinobi de verdad? Y ¿que de ahí provenía su verdadero poder?
Levanto su katana y dejo de apoyar su peso en ella, a sus ojos volvió el patrón del Mangekyō Sharingan Eterno y su cuerpo fue envuelto por el chackra purpura del Susano’o. Si el poder y fuerza de Naruto provenían de eso. Significaba realmente, ¿que no tenía un sueño o una meta real por alcanzar que quisiera hacer realidad? No. ¿Él quería proteger la aldea?, ¿lo que su hermano había hecho por ella?, ¿que su sacrificio no fuera en vano?, ¿quería convertirse en Hokage y crear un nuevo mundo Shinobi? Pero si eso es lo que realmente quería, era por demás estúpido que se lo preguntara así mismo. La verdad era, que no estaba tan seguro de ello. Y si realmente esos eran sus sueños y sus metas, tenía que pelear para protegerlos.
Con esa mentalidad y dudando todavía un poco, apoyo los pies firmemente en el suelo y justo cuando estaba por saltar al combate, los gritos de los demás ninjas a su alrededor lo distrajeron. Un poco desubicado, dirigió la mirada en la misma dirección que todos los demás, sus ojos se abrieron mostrando sorpresa y poco le falto para abrir la boca. Ante sus ojos una escena, que estaba seguro, no fuera porque tenían un gran poder ocular no la creería.
Madara era sostenido firmemente por los brazos de chakra de Naruto, aun siendo un Edo Tensei con un daño considerable en el cuerpo. Y la causa de los gritos de los demás, se debía más bien a que eran de emoción. Pues en esos momentos Minato sellaba el cuerpo del que fuera considerado el Uchiha más poderoso. Tanto se había descuidado inmerso en todas sus cavilaciones que jamás se dio cuenta de cómo habían llegado a eso.
Sentimientos invadieron todo su ser; impotencia, enojo y… envidia. Si envidiaba a Naruto, el que fuera el ninja más torpe que llegara a conocer lo superaba, según él, cada pestañeo que daba, abría los ojos y ahí estaba Naruto, realizando proezas inimaginables, superando cualquier obstáculo. Siempre hacia adelante. Llegando cada vez más, y más lejos. Al parecer más de lo que él podía avanzar. Apretó fuertemente los puños.
Por primera vez en su vida, dejo que su cuerpo tomara acciones sin pensar las consecuencias posteriores, el Susano’o en su última fase, el máximo Dōjutsu de los Uchiha refulgía en sus ojos con determinación. Demostraría que podía alcanzar, y superar al rubio. O moriría en el intento.
Los trabajados músculos de todo su cuerpo tensos como nunca los sintió, saltaba con agilidad y velocidad en perfectamente sincronizadas las ramas que absorbían el chackra al contacto, en sus cuencas escarlata un solo objetivo, el actual Jinchūriki del Jubi, el otro Uchiha vivo a parte de él. La ballesta del Susano’o preparando un ataque por demás improvisado e inútil, el cual fue fácilmente absorbido gracias al Rinnegan, un intento de golpe con la armadura que solo quedo en eso, un intento. Y al final un impacto que volvió que todo negro para Sasuke.
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Despertó con lentitud, aun se encontraba aturdido y desubicado, quiso abrir los ojos pero una delgada tela se lo impedía, llevo su mano a su cara y la removió. Con la vista un poco borrosa intento ubicarse, solo pudo ver el techo de lo que parecía ser una carpa, se encontraba solo, acostado, una delgada sabana lo cubría del abdomen hacia abajo y aun portaba su misma ropa, con manchas de sangre ya seca.
El cuerpo parecía punzarle a causa de dolor y la herida en su hombro estaba cerrada, lo que le hizo ver que había sido atendido por algún médico. Afino el oído y se concentró en sentir su entorno, logro escuchar voces a lo lejos y alcanzo a percibir el chackra de muchos otros ninjas cercanos. Todo estaba tranquilo, eso significaba que…
-… Si solo espera a que… -La chica lo vio con asombro- Sasuke-kun –Había entrado una peli-rosa por delante de la tienda. Y al salir de su asombro se acercó felizmente a él.
-Sakura –Trato de incorporarse. -¿Qué…
-Aguarda –Lo recostó de nuevo. Concentró chackra en sus manos y lo paso por el cuerpo del moreno. –Si te encuentras en perfecto estado. Le tengo que avisar se pondrá muy feliz.
-Oye –La chica parecía no escucharlo y se dirigía a la salida -¿Qué es lo que pasa? La guerra ¿Qué fue lo que sus…
-La ganamos –Menciono antes de salir –Gracias a Naruto –Susurro, pero el pelinegro alcanzo a oír perfectamente.
La chica salió. Dejándolo con mil y un preguntas aglomerándose en su mente. No sabía cuánto tiempo había pasado, el tiempo que estuvo inconsciente, ni si quiera la hora sabia, pero al entrar Sakura se había dado cuenta que era de noche.
Un largo suspiro salió de sus finos labios. Y por su cabeza cruzo el salir lo más pronto posible de ahí, pero se detuvo casi al instante de poner en marcha su acción. No tenía sentido salir corriendo, de nuevo. De hecho ahora nada tenía sentido para él.
No tenía nada, ni a nadie. Sus convicciones trastabillaban y no eran fuertes como para seguir avanzando, no tenía motivos reales para seguir aferrándose a una existencia, pues se sentía, vació. Tampoco sentía nada, y parecía que ninguna cosa evocaba sus sentimientos. Era un ser carente de sentimientos. Si todavía los tenia, ni el mismo los sabía.
Suspiro de nueva cuenta. Resignado a la soledad y al vacío, se permitió cerrar lentamente los ojos, esperando cualquier cosa, de ahora en adelante, sería como una hoja en el agua, se dejaría llevar por la corriente a lo que sería su inminente final. Y esperaba que fuera pronto. Aunque adelantar su fin parecía tentador en estos momentos. Los pensamientos fueran interrumpidos por un escándalo y fuertes gritos provenientes de afuera.
-¡¡Pero Sakura-chan, tango que…!! –Se tensó al escuchar esa voz.
-¡¡Naruto idiota detente!! –Y comenzaba a acercarse.
-Na… Naruto-Kun espera –Genial también la tartamuda Hyūga.
-¡¡Sasuke!!
Dio un respingo, y está por demás decir que se sorprendió, ante la… extraña escena frente a el: un Naruto que parecía más una momia que otra cosa, siendo sostenido por Sakura y Hinata, una tomándole uno de sus brazos y la otra el abdomen. Sintió un pinchazo de algo desconocido para el cuándo las vio cerca del rubio, pero le restó importancia.
-Teme despertaste. –Lo ignoro –Hey bastardo te estoy hablando.
-… -El ambiente se tensó con la mirada que le lanzo el azabache.
-¿Que pasa Uchiha te comió la lengua el gato? –Pregunto serio, sosteniéndole la mirada sin señales de amedrentarse.
-Tsk, ¿Qué demonio quieres? –No estaba de humor. Y menos para ver a Naruto.
-Solo quiero hablar.
-… -El silencio solo fue incómodo para las dos mujeres -Que se larguen –Soltó finalmente refiriéndose a las dos kunoichi.
-Nos pueden dejar solos –Dirigiéndoles una sonrisa a ambas, que provoco arcadas en Sasuke.
Sin más las dos mujeres los dejaron solos. El Uzumaki comenzó a acercarse lentamente y lo pudo detallarlo: el delgado torso desnudo pero cubierto de vendajes, el mismo pantalón naranja chillón, su rostro serio, sin el protector en la frente y pequeños rasguños le hacían compañía a las marcas de su cara. Se perdió un momento en la cara del rubio, más específico tratando de ver los azules orbes, que jamás lo diría, pero le resultaban intrigantes y atrayentes. En su vida había contemplado otros ojos iguales y la primera vez que los vio, secretamente se había perdido en ellos, de eso hacía ya años. Sin saber cómo Naruto ya se encontraba justo a un lado de él, lo observaba fijamente.
-… -Su inmutable expresión y el silencio, daba a entender que el no comenzaría con la charla.
Naruto dejó escapar un sonoro suspiro y pasó su mano derecha por sus enmarañadas hebras rubias. Y el Uchiha lo observo detalladamente, el dobe se veía menos ruidoso que de costumbre y serio como jamás lo hubiera visto antes. Aun así no se inmuto y tampoco hablo.
El tiempo corría y la mínima paciencia de Sasuke se empezaba a agotar, muestra de ello era la fina ceja moviéndose involuntariamente, a nada de ser un tic facial. No se suponía que el idiota quería hablar, lo único que hacía era estar ahí cabizbajo, como si hubiera hecho algo malo y esperara la reprimenda y dejando salir molestos y escandalosos (según él) suspiros.
-Aahh~– Y con eso su paciencia se fue a la fregada.
-¿Solo viniste a dar suspiros de quinceañera enamorada? –Al decir la última palabra, pudo ver que el cuerpo del rubio se puso rígido.
-Yo… yo solo “Vamos dilo, o por lo menos has algo”
-Bien si esto es todo lo que tenías que decir ya te puedes ir largando –Expreso fastidiado.
-No yo… “Maldición. ¿Por qué están difícil?”
-Suficiente me largo –Se puso de pie dispuesto a ir a cualquier lado.
-Espera…
-Hoy estas más idiota que nunca, no tengo intenciones de mph…
Cálido, suave y agradable. Su mente se apagó o parecía que hizo corto circuito por un momento. ¿Qué era lo que pasaba? Se encontraba envuelto en una agradable calidez, una sensación de algo moviéndose en su interior lo invadía y sentía su cara a una temperatura más alta de la normal.
La calidez y suavidad provenían de sus labios junto con un dulce sabor del cual quería más. Pero algo no estaba bien. Las personas le daban nombre a eso que hacía, era, ¿Cómo lo llamaban? Besarse. Bien al fin todo estaba bien de nuevo, ¿pero con quien se besaba? Recapitulando solo le vino a la mente la imagen de Naruto. Eso es, Naruto lo estaba besando. No era tan mal…
Abrió con desmesura los ojos, intento hacer cualquier cosa, se había dado cuenta que tenía a Naruto rodeado por el cuello con sus manos y sus labios se movían torpemente por inercia. ¡¡¿QUÉ DEMONIOS ESTABA HACIENDO?!!
Reuniendo fuerzas de quien sabe dónde, aparto bruscamente al rubio pervertido abusador de… de… labios. El cual cayó completamente al suelo. En un momento se encontraba degustando algo mil veces mejor que el ramen y al siguiente, le dolía el trasero. Alzo la vista y pudo ver al Uchiha, quien estaba con una mano en la boca y con la mayoría de su cara en un color rojo intenso.
Quería reclamarle, golpearlo hasta la inconciencia, atravesarlo con una flecha del Susano’o, despellejarlo vivo y ponerle limón, torturarlo en un Genjutsu y… y… besarlo de nuevo. Se dio un azote mental. Esto no podía ser verdad, era un sueño, una alucinación, el Tsukuyomi Infinito se había realizado. ¡Tenía que ser el maldito Tsukuyomi!
-Sasuke…
-¿Qué quieres? –Sonó más frio que nunca, estaba seguro que no era ningún genjutsu, entonces solo quedaba el… -¿Por qué?
El rubio no respondió en ese momento, lentamente ante la mirada del Uchiha se levantó, acercándose a paso lento, más cerca, con una sonrisa adornando su rostro, cada vez más cerca, hasta que se vio envuelto de nuevo en la misma calidez anterior en un abrazo, solo que en esta ocasión su corazón comenzó a latir como jamás en su vida. Aún más desconcertado quedo cuando un sonido tan bajo como un secreto o un susurro del viento llego a ser escuchado por sus oídos.
-Te amo. –Su cordura escapo y ahora el mundo estaba patas arriba.
-… -Tenía que ser un sueño, una maldita broma, un juego. Era demasiado… bueno para que fuera real, con ese pensamiento, un nuevo pinchazo a su corazón. –Terminaste de jugar, ya lárgate.
-¿Qué?
-Cumpliste tu estúpida broma, ahora déjame en paz imbécil. –Ahora el desorientado era Naruto -¿Quién fue el idiota de la idea? Lo matare en este mismo momento. –Se apartó del rubio.
-Espera ¿de qué hablas?
-Creíste que yo era tan estúpido como para caer en eso. –No era real –Pues no lo soy. Ahora fuera de mi camino. –Intento ir la salida y antes de cumplir su meta fue sostenido de la muñeca por el oji-azul.
-Es verdad –Aseguro.
-No te creo –Esto podía ser algo a que aferrarse, su sueño su meta, su todo. Pero… -Es mentira.
-Créeme –Le dijo con calma.
-¡¿Por qué debería?! –La cual no tenía el.
-Te lo demostrare.
-Amas a Sakura.
-Nunca lo hice. –Se acercó de nuevo.
-Me consideras un hermano. –El no rehuyó.
-Jamás tuve uno.-Lo envolvió en sus brazos.
-¿Qué te hace pensar que yo sienta lo mismo? –Pregunto en su oído.
-Tu cuerpo me lo dice.
-Confundes amistad con amor.
-Yo sé que te amo a ti –Acaricio su espalda provocando un estremecimiento –Solo a ti.
-… -Resignado –Siempre comprendes las cosas de último ¿verdad? –Junto más sus cuerpos.
No importa si era un sueño o la realidad. Él se quedaría ahí, embriagado y prendido de esa calidez que le brindaba el cuerpo del otro. Sería su todo y el motivo por el cual avanzar, de nadie más solo de él. Pero antes tenía que confirmar algo.
-¿Ganamos la guerra? –El rubio asintió -¿Cuánto estuve inconsciente?
-Como medio día por mph…
No se lo espero. Sasuke de un momento a otro lo interrumpió, besándolo, probando sus labios de forma pausada y tomándose tiempo. Y lo que lo sorprendió más fue sentir como el Uchiha lamia lentamente su labio inferior en una clara intención de colar su lengua a su cavidad. Acepto gustoso enredando sus lenguas, en un contacto que iba subiendo de tono, de una caricia tierna a una sensual y excitante, mezclando su saliva, la cual también escapaba por las comisuras de ambas bocas, pero así como empezó todo se detuvo. Dejando a un shockeado rubio. Mientras el azabache le abrazaba y le decía simplemente al oído.
-Feliz Cumpleaños Usuratonkachi.