Cuando el bebé cumplió un mes Bang y Zelo no pudieron evitar dedicarse una sonrisa entre sí. Se amaban, y el bebé era lo mejor que les había pasado como pareja.
El bebé dormía en la habitación de abajo con el padre de Zelo ya que por el momento no podían permitirse el hecho de mudarse.
Ese día, sábado, cuando ya todos estaban durmiendo, Yongguk miró a su novio al rostro y lo besó.
Yongguk (susurrando) - ¿Estás despierto?
Zelo abrió los ojos y le sonrió.
Zelo (con picardía) – Nunca estuve dormido.
Yongguk rió sonoramente y se posicionó encima de él para besar su cuello y lamerlo, el chico más alto jadeaba de placer bajo él.
Hacía mucho tiempo que no estaban de ese modo, y lo habían deseado.
En un abrir y cerrar de ojos, ambos quedaron desnudos y Zelo estaba con el miembro de su novio metido en su boca, realizando un excitante vaivén, rodeándolo con su lengua y chupando todo lo que podía de él.
Se sacó el pene de su novio de su boca, Yongguk alargó una mano buscando la caja de preservativos que había comprado. Zelo le ayudó a ponérselo.
Volviendo a posicionarse encima de él, lo besó con pasión, como si hubiese estado privado de algo que le gustaba mucho una gran cantidad de tiempo. Posicionó las piernas de Zelo en sus hombros, acarició con su pene su entrada y lo fue penetrando delicadamente.
Zelo lo veía al rostro y le sonreía mientras que lo penetraba; sí, dolía, pero ya no tanto como la primera vez. Una vez se hubo ubicado dentro de él, Yongguk esperó un poco para moverse y mientras tanto lo acarició con sus manos expertas en todo el cuerpo.
Zelo (con ternura) – Ya puedes moverte, Gukkie.
Yongguk lo miró a los ojos, le sonrió y empezó a moverse lentamente. Ambos gemían levemente por aquel vaivén.
Yongguk aumentó el ritmo, haciéndolo más rápido y más intenso, bajó las piernas de Zelo de sus hombros y se acercó a él para gemirle al oído. Cosa que a Zelo lo excitaba muchísimo.
Se hundió lo más que podía en él, tocando ese punto sensible del menor.
Zelo (entre gemidos) – Aaah, Y-Yongguk m-más – Pedía
Yongguk obedeció y aumentó el ritmo así como también la intensidad, volviéndose completamente salvaje y ocasionando que los gemidos del menor se volvieran casi gritos.
Cuando creyó que estaba apunto de llegar a su orgasmo, dejó caer su cuerpo sobre él y lo besó. Cuando unió sus labios con los de Zelo, ambos llegaron al orgasmo con un gran gemido ahogado por la boca del otro.
Se salió de él con delicadeza, se quitó el preservativo, lo arrojó a la basura y se tumbó como pudo a su lado, su respiración era trabajosa, Zelo volteó a verlo; se veía la ternura y el amor en sus ojos, lo abrazó por el cuello y le dio un beso en la mejilla.
Se quedó acariciando su hermoso rostro mientras que Yongguk se recuperaba e intentaba volver a hablar.
Yongguk – Te amo demasiado, Junhong.
Zelo – Yo te amo muchísimo más.
Zelo se acurrucó contra el pecho de Yongguk, quien alargó un brazo para acariciarle el cabello.
Yongguk – Joyoon es el mejor regalo que me has podido dar desde que somos novios.
Zelo (sonriendo) – Es el regalo que me diste TU también, es de los dos.
Yongguk rió y le dio un beso en la frente.
Se durmieron en un profundo sueño.