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Criaturas de la noche. por christalchii268

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Notas del fanfic:

Varios terminos aqui plasmados no son de mi autoria, yo solo los pedi prestados. (Aunque una que otra cosa si es de mi loca imaginacion xD)

Tampoco Junjou Romantica y sus personajes me pertencen, y blablabla ;^;

Notas del capitulo:

Yey, hola~

Como comente en mi otro proyecto, me estoy mudando de casa >.<

Y dado que tenemos que empacar, encontre mis viejos borradores. Estas historias entre ellos ._.

Planeaba publicarlos en Dia de brujas del año pasado DX

Como sea, me diverti mucho escribiendolos (sobre todo el ultimo capitulo, ya veran ;D) asi que lo comparto .w.

Disfruten~

Criaturas de la noche.

Capítulo 1: Vampiros.

 

 

Ellos rondan en las sombras, entre la cuidad, el bosque o tus sueños. No los busques, pueden estar en cualquier lado.

Porque ellos son las criaturas de un mundo diferente al tuyo. Cuidado.

 

Estados Unidos. 11 pm

 

Misaki estaba ansioso. Su corazón latía y sus sentidos en momentos fallaban. Todo se ponía borroso.

Él no era un maldito niño pequeño, pero con un demonio si no se sentía igual que un niño la mañana de navidad.

Volteo a su alrededor, tratando de que la multitud de personas a su lado lograran distraerlo.

Dado que era de noche, su alcance visual era limitado. Solo lograba ver caras emocionadas, una que otra portada de los libros que él ya se había aprendido de memoria, y los escaparates de las tiendas que siendo pocas, mantenían la luz encendida para que los potenciales clientes nocturnos vieran los productos que ofrecían.

Una chica con cara de cansancio y emoción golpeo sin querer a Misaki con su grande bolsa de diseño, disculpándose con un tremendo sonrojo que superaba el rubor que se había aplicado junto con el bello maquillaje.

-No te preocupes... -alivio el chico incómodo. Dado el pánico en la voz de la chica, muchas mujeres más voltearon a verlos, fijándose más de la cuenta en el único hombre en la larga fila, él.

Si, a Misaki le gustaban los libros con cursis historias de amor y con tontos finales felices. ¿Había un problema con ello? Quiso gritar, pero su naturaleza sumisa y torpe se lo impidió. Desviando su vista de enfrente la fijo fuertemente en el gran letrero rojo brillante, donde con grandes letras anunciaban la firma de autógrafos de Usami Akihiko, autor de los libros favoritos de Misaki.

Aunque su orgullo masculino casi le impidió asistir, él no podía permitirse perder aquella oportunidad en un millón. El popular novelista casi nunca aparecía en público, y dado que el evento era de noche, muchos suponían que esperaba, que dado el horario, no llegaran demasiados molestos fans. Misaki pensó que el escritor estaba completamente equivocado.

Hasta donde alcanzaba la vista habían chicas esperando ansiosas, con esperanzas de mínimo alcanzar a ver al elusivo hombre joven, guapo y rico.

Aun es su precaria situación, Misaki tuvo que pedir el día en su segundo trabajo para llegar antes de tiempo, aunque con pesar era mínimo el numero doscientos en la larga espera.

Dejando de lado la perspectiva de no recibir un autógrafo, y las grandes ganas de vomitar el solitario pan que había comido ese día, Misaki camino junto con todas las chicas. El evento daría inicio.

Los susurros emocionados aumentaron conforme la fila se iba acortando lentamente. Algunas chicas tratando de tranquilizarse hojearon los libros que celosamente tenían entre pintadas y cuidadas uñas postizas. Misaki hizo lo mismo.

El anuncio por la firma de autógrafos ponía que el maestro firmaría solo un libro por persona. Eso deprimió un poco a Misaki, considerando que con esfuerzos había logrado comprar todos los libros del escritor y quería firmados por los menos la mitad. Aun así el chico eligió el más especial para el.

De los más desconocidos trabajos estaba un libro sencillo y un poco típico. En el la humilde y bella chica encontraba el amor en un hombre apuesto, que tras varias pruebas y obstáculos, lograban sacar su amor adelante y pagar las extensas deudas que estancaban a la protagonista.

No era duda el porque era de los libros favoritos del chico.

Misaki quedó huérfano después de que su padre se endeudara para pagar el medico de su esposa. El error radicaba en que cuando la débil madre salía adelante y se conducía el taxi de camino a casa con el padre, ellos chocaron, dejando como deudor a su hijo. Él había dejado la universidad y trabajaba incluso los fines de semana y días festivos, deseando con eso librarse de deudas y dar un pequeño tributo a su fallecido padre que estaba dispuesto a sacrificarse por tener a su familia a salvo y feliz.

Tras largas jornadas y humillaciones de los hombres que le pedían dinero, Misaki llegaba a su pequeño cuarto rentado y leía el especial libro de Usami, deseando que un guapo hombre como el novelista lo sacara del enorme obstáculo obscuro en donde se encontraba.

-Oye, idiota. ¡Avanza!- le grito una irritada voz.

Misaki se había perdido en pensamientos y detenido el avance. La chica detrás de él lo miraba con una irritable mirada, casi insultándole con lo peor por quedarse en su pequeño mundo. El chico la ignoro y volvió a caminar, deseando que todo no fuera en vano.

Transcurrieron unas horas más y la gente atrás de él empezaba a inquietarse, pensando en lo peor, contagiando poco a poco a Misaki.

Solo faltaban unas pocas personas delante de el cuándo por fin pudo entrar en la librería. El lugar no era demasiado grande ni especial, pero lo que en verdad era importante era el hombre al fondo del recinto en una alargada mesa.

Usami Akihiko estaba sentado en medio de la elegante mesa, acompañado por quien Misaki creyó su editora.

El hombre era de tez pálida y bello rostro. Sus ojos de inusual violeta eran penetrantes y evitaban la mayor parte del tiempo a las entusiastas mujeres.

Conforme Misaki se acercaba noto la fuerte seguridad que rodeaba la fina mesa de mantel rojo sangre. Dos hombres fornidos y con molestas expresiones detenían a un metro del escritor a los demás mientras una sola persona se acercaba al novelista.

Misaki llego a los guardias y nervioso vio a la chica de adelante, la que lo había golpeado con su bolso, darle un libro nuevo al hombre y sonreírle tontamente. Después de que firmara los encargados del evento la escoltaron alejándola del novelista, quien susurro algo a la chica y vio con una mueca a su editora. Esta suspiro y se apartó, llegando a donde Misaki era detenido por los guardias.

-Ya no más. El maestro no vera a nadie más... -susurro a uno de los fuertes hombres, tratando de no esparcir mucho la voz.

Más allá el escritor se levantó y Misaki vio con sorpresa el costoso traje que portaba elegantemente, junto con una larga y bonita gabardina. El cabello del hombre se movió y Misaki hizo un breve contacto visual con el.

No podía suceder todo eso después de haber soñado con un simple autógrafo.

-¡Por favor, señor Usami, deténgase!- le grito a la desesperada cuando la editora se acercó al novelista y ambos se marchaban.

El escritor lo miro con disimulada sorpresa, deteniéndose en su lugar. Poco después que Misaki logro el más fuerte rojo en su rostro, Usami le sonrió. Tal vez fuera imaginaciones suyas, pero el escritor mirando a su dirección olfateo el aire y puso una satisfacción en su mirada. Con una sonrisa le envió una cabezada seca a los guardias, que liberaron a Misaki.

-Acércate... -ordeno el escritor volviendo a su asiento.

Mientras caminaba nervioso vio la exasperada actitud de la bella mujer al lado del novelista.

-¿No tenías hambre? Ya tenemos a alguien. ¿Por qué te entretienes? Pensé que después de días estarías ansioso.

-Silencio- le respondió el hombre, mirando a Misaki enfrente de él. -Ya conseguí yo mismo a alguien...

-Haz lo que quieras- bufo la mujer, haciendo una exagerada seña a los guardias para que se llevaran a los demás fans.

-Tienes que disculpar a mi editora. Ambos nos mantuvimos ocupados con el último libro y eso nos quitó tiempo para cosas esenciales, así que esta irritable. -La mujer lo miro con notoria rabia, para después dirigir la misma mirada a Misaki. -Aikawa... -advirtió con diversión el novelista.

-¡Como sea!- exclama la chica extendiendo una mano a Misaki. -Viniste por un autógrafo y ya tengo hambre, así que hay que darnos prisa. ¿O quieres firmar los libros de los demás?- pregunto señalando a la gente que era despedida.

Misaki miro en esa dirección, y con una extraña satisfacción vio a la chica que le había gritado y mirado mal, salir. Ese era su castigo por ser una maldita.

 -¿Tu nombre?- pregunto Usami después de que la editora tomara el libro de Misaki y se lo diera a él.

-Takahashi Misaki- susurro nervioso. Su viejo y un poco maltratado libro estaba en las manos del auténtico autor.

-Japonés. Muy bello... -menciono abriendo la pasta del libro. -Yo también soy japonés, igual que mi editora, pero hace mucho que me mude a Estados Unidos.

Misaki sin saber que decir, asintió. El en teoría no era japonés, solo sus antepasados lo eran. Hacía cinco generaciones que su familia vivía en el país, pero no creyó prudente revelar esa información.

-Increíble... Tienes uno de los primeros ejemplares de Akihiko- musito la editora viendo a través del hombro del escritor que escribía en una de las primeras hojas.

-Uno de los muchos atributos que tiene, Aikawa, querida... -rio con sarcasmo, mirando a la chica con seriedad. Misaki no supo que pensar cuando ella volteo la cara bruscamente en su dirección y le miro inquisitoriamente.

-No... ¿De verdad?- la chica hizo el mismo gesto de oler el aire disimuladamente, para después exclamar con asombro.

-Tranquilo, Misaki... -dijo tranquilamente Usami con una extraña voz que le hizo obedecer enseguida. -¿Estas asustado?

-No. Estoy nervioso de estar enfrente a mi autor favorito... -susurro Misaki sin poder controlarse. Al darse cuenta se ruborizo y bajo la cabeza mirándose los pies.

-Que dulce, mi *D'amant- rio el hombre el hombre volviéndose a levantar. Cuando Misaki noto que rodeaba la mesa y se dirigía a él, casi corrió en la dirección opuesta. -Mencionaste que no influía miedo.

No tenía miedo, solo estaba muerto de nervios. ¿Quién no lo estaría al estar con tan atractivo hombre, aparte de ser gran admirador suyo? Pero una vez más no creyó decir eso y salir bien librado. Él ya había cometido muchos errores ese día.

La risa de Aikawa y Akihiko sonaron fuertes y cuando menos se dio cuenta él ya estaba rodeado de ambos.

-Al menos sabes que le gustas- rio Aikawa. ¿Él había dicho algo en voz alta?

-Ya casi es el amanecer, Aikawa. ¿Me haces los honores que yo por el momento no tengo?- le pregunto Akihiko a la chica, deslizando una mano encima de la temblorosa mano de Misaki.

-Ojala fuera siempre así... -se quejó la mujer entrando en el campo visual del chico. -Relájate y vacía tu mente. -La voz de ella sonó clara y resonante en su mente, haciéndolo obedecer. -Iras con nosotros y harás exactamente lo que te ordene Usami Akihiko. Esta orden se desvanecerá cuando Usami Akihiko te ordene volver a ti.

Sin saber cómo o porque, Misaki asintió, acercándose al escritor y permitiendo que este le envolviera en sus brazos.

-Todo saldrá bien, mi D'amant- le aseguro Akihiko, caminando con el hacia la salida. -Me gustaría que no fuera de esta manera, pero si nos demoramos en este lugar puede ser peligroso...

 

Aikawa asintió a los guardias que ahora estaban en la salida de empleados.

 

-¿Esta bien esto, majestad?- pregunto uno de ellos a Akihiko. -Si tenía hambre habríamos conseguido a otra persona.

 

Akihiko rio suavemente sin apartarse de Misaki.

-Si solo fuera “hambre”- dijo volteando a Misaki. Este vio asombrado y con un poco de miedo que los ojos, antes de un bello amatista profundo, ahora eran de un rojo intenso. -Cuando crucemos la puerta cerraras los ojos y a partir de entonces no te separas de mí.

Misaki volvió a asentir con pesar en su mente. Ahora el pánico se había apoderado de el al dar con los filosos y peligrosos colmillos que se asomaban en la boca de su escritor favorito.

Sin oponer resistencia que quería, Misaki fue guiado junto con la pequeña reunión de gente hacia la salida de empleados. Los guardias sostuvieron la puerta para que pasara Akihiko aun abrazando a Misaki.

Solo dio un paso afuera y Misaki ya había cerrado los ojos, acercándose más a los brazos un poco fríos del novelista.

-Mi pequeño D'amant- le susurro cuando Misaki sintió desaparecer todo a su alrededor, sumergiéndose en las profundas obscuridades.

Mientras perdía el conocimiento, Misaki recordó la curiosa manera con la que Akihiko se dirigía a él. ¿“D'amant” era algo bueno? Esperaba que lo fuera, y su historia de novela romántica con cursi final no estuviera sucediendo con alguien que gritaba “vampiro”.

 

 

Akihiko aprovechando el pequeño lapso de tranquilidad cargo a Misaki, dirigiéndose a su recamara.

Él había encontrado a su D'amant y no dejaría que nadie opinara negativamente de eso. Encontrar a alguien tan especial como Misaki se comparaba a ganar la lotería. Era como encontrar a su “alma gemela” con la seguridad y prueba de que era el indicado para pasar toda su vida a su lado.

Acostando a Misaki en su cama con dosel escucho a su fiel asistente y editora entrar a la habitación. Solo a ella podría encargar a Misaki.

-Ello no tardaran. ¿Deseas que haga algo en tu ausencia? Tal vez... -sus palabras fueron interrumpidas por las personas que ambos chicos temían llegaran.

-¿Qué demonios significa esto, Príncipe?- grito uno de ellos acercándose a la cama. Aikawa corría a su encuentro, posicionándose atrás del hombre, apuntando con una alargada uña a su garganta.

-Más respeto a como te refieres a su majestad- gruño la chica.

-Basta, Aikawa- le dijo Akihiko, reprimiendo el mismo su gruñido. -¡Aunque ella tiene razón!- grito en tono autoritario.

El hombre que había hablado y sudaba por la amenaza de la editora, palideció aún más por como grito Akihiko, al igual que sus compañeros detrás de él. El hombre, que era un poco anciano, quiso retroceder, pero Aikawa lo impidió.

-Déjalo ir, Aikawa- ordeno Akihiko volteándose para tapar al inconsciente Misaki con una sábana.

-Vuelves a faltarle el respeto a su majestad y tú sabes que tengo la libertad de matarte, lenta... y dolorosamente- le susurro la chica antes de dejarlo ir con una mueca.

-Aunque no tengo que dar explicaciones, lo hare. No todo en el aquelarre son tan imbéciles... -Akihiko se sentó con su espalda apoyada en la cabecera de la cama, sin alejarse de Misaki. -Él es mi D'amant, Takahashi Misaki- señalo al chico, alejando un mechón del rostro de Misaki, escuchando el jadeo colectivo.

-¿Esta seguro, majestad? No hay error, ¿cierto?- pregunto uno de los fieles miembros del aquelarre emocionado. Akihiko había explicado todo solo por él, porque sabía que apoyaría con alegría.

-No hay duda- sonrió Akihiko sin dejar de ver a Misaki. -Cuando le vi por primera vez sentí el enlace, pero por poco lo ignoro- se lamentó, recordando la mirada verde musgo. -Pero gracias a los Dioses, el me ordeno que me detuviera y lo hice sin estar consiente. Ya también comprobé que mis poderes no funcionan del todo con el, solo los de Aikawa con mi previo consentimiento. También esta el olor característico que desprende...

Todos los presentes olfatearon en dirección a Misaki, excepto Akihiko y Aikawa, la última custodiando la seguridad de los hombres en la inmensa y bella cama.

-P-pero majestad... -susurro el hombre que había hablado primero- él es humano. Usted no puede tener por consorte alguien así...

-¿No puedo?- musito Akihiko sin perder los estribos. -Déjame recordarte quien soy...

En la habitación reino un profundo sentimiento de miedo cuando Akihiko apareció delante de ellos, aun y cuando solo un segundo antes estaba sentado en la cama. Su expresión parecía salida del mismo infierno.

-Soy el Príncipe de los vampiros, sin contar que todo el aquelarre me pertenece y hará lo que yo diga. ¿Alguna objeción?

Las alargadas uñas negras de Akihiko estaban a cada lado de él, los brillantes ojos rojos se iluminaban casi deslumbrantemente, sin contar la evidente muestra de poder que desprendía el Príncipe.

El Comité de Ancianos negó energéticamente, deshaciéndose de su petulancia típica. El representante de todo el aquelarre de Akihiko en ese momento solo sonrió nerviosamente.

Akihiko asintió levemente, y ya mostrado su punto regreso caminando lentamente al lado de su próxima pareja.

Él sabía que los Ancianos no se quejaban de su decisión porque no eran suicidas, pero aun así él podía escucharlos poner objeciones en la “seguridad” de su mente. Estúpidos. Mientras ellos se quedaran con sus quejas en sus pensamientos y no hicieran nada con su dulce chico, a él no le importaría nada.

Ordeno con la mente que el Comité se retirara, pues ya después se les daría las instrucciones para proceder. Todos se retiraron disimulando su prisa, queriendo no enojar más a su Príncipe.

El joven rubio que quedaba miro dudoso a Akihiko, para después de notar que este no despegaba la ensimismada mirada de Misaki, cuestionar a Aikawa.

>>Espera, el aun no quiere que te vayas<< El escucho la voz divertida de la segundo al mando en su cabeza. Ella se aclaró la garganta y Akihiko a regañadientes se separó un poco de su D'amant.

-Si no mal estoy informado, sabes que se debe hacer a partir de ahora... -el chico asintió rápidamente. -Bien, entonces quiero que hagas lo necesario. Si obtienes alguna resistencia menciona mi apoyo y el de Aikawa, y después informas a ella. -Akihiko consulto rápidamente a la chica, que con burla asentía. -Eso es todo.

-Cualquier duda no dudes en consultarme. Solo a mí- recalco Aikawa mirando seriamente al chico, del cual no recordaba su nombre.

-Así será. Permítame, su majestad dejar en claro mi apoyo y felicitaciones- sonrió el chico por primera vez convencido. -Cuando sea el momento me sentiré honrado de participar en el ritual y en la cercanía del joven Príncipe. Mientras tanto... -hizo una pronunciada reverencia a Akihiko y se marchó cerrando la gran puerta de roble detrás de él.

Misaki empezó a moverse y los que aún quedaban en la habitación lo miraron sumidos en sus propios pensamientos.

-Se desmayó al transportarse contigo, ¿no?- Akihiko distraído asintió a Aikawa. -Mejor, supongo. Con semejante bienvenida... Aunque es predecible contigo trayendo un humano a casa, que hayan llamado al Comité...

Akihiko la miro, y dado lo cercanos que habían sido a través de los siglos ella se fijó en el miedo y emoción del Príncipe.

-Todo estará bien, por algo se te dio. Él es el correcto...

-¡¿Cómo se supone le explique todo?! Ciertamente no esperaba que fuera uno de nosotros, pero tampoco un humano... -suspiro Akihiko, volteando una vez más hacia Misaki. -Soy el Príncipe de los vampiros y el un simple e inocente humano.

-Oye, ya para, Akihiko- intervino Aikawa rápidamente. -Te lo dije, ¿no? Se te fue entregado por algo. Dudo que el destino te diera por D'amant a un chico que te rechazara solo porque eres vampiro.

Misaki volvió a moverse en la cama, volteándose hacia el cuerpo de Akihiko y quedándose cerca de donde el hombre estaba sentado.

-¿Ves? El siente el enlace- dijo Aikawa como si eso cerrara el tema. -Además, es admirador tuyo, ¿cierto?

Akihiko sonrió por eso. El escribía novelas románticas por que se había aburrido de ser el Príncipe inmortal y quería algo nuevo. Consiguió el dominio de una editorial y debuto con su asistente y segundo al mando como editora. El no creyó que algún día gracias a eso, el encontraría a su D'amant.

Cuando Akihiko había logrado tranquilizarse acerca de la situación, Misaki despertó. Aikawa se apresuró a susurrar algo como “llámame si me necesitas” y desapareció del cuarto. Maldita cobarde.

-¿Estas bien, Misaki?- pregunto suave Akihiko deseando no asustar al chico. Él se sorprendió cuando el chico con ojos de sueño apoyo su cabeza en las rodillas de Akihiko tranquilamente.

-Que dulce sueño... -le oyó murmurar volviendo a cerrar los ojos.

Bien, entonces la explicación podía esperar hasta que volviera a anochecer.

 

 

Misaki abrió los ojos con parsimonia. El sentía un curioso sentimiento de tranquilidad que desde que murieran sus padres no experimentaba.

En cuanto recobro su sentido común dio en cuenta que su colchón donde solía dormir no era tan suave, las paredes no eran de rojo vino elegantes y que ciertamente nadie solía despertarlo con tiernas y suaves caricias a su cabello.

El busco en su memoria como había llegado, al parecer, a una habitación de un miembro de la clase alta. La imagen de unos ojos rojos y un bello rostro llego de golpe a él. ¿Había sido todo real?

Tratando de ser suave y lento el miro hacia arriba, encontrándose con la perdida mirada de Akihiko que tarareaba algo mientras acariciaba mecánicamente a Misaki, el cual estaba apoyado en las piernas del escritor.

Como si fuera una película que vio rápidamente y esperaba el momento de aparecer en su memoria, en cuanto Akihiko le miro, Misaki vio en su mente toda una serie de imágenes con situaciones que él nunca creyó posibles.

-¿Has dormido bien?- pregunto suavemente Akihiko, al parecer indiferente de las muchas imágenes con el como protagonista en la mente de Misaki.

-Si... -contesto aturdido Misaki sin moverse. El empezó a pensar en desesperadas preguntas, tratando de elegir la más importante para preguntar primero, pero la sonrisa amable de Akihiko lo detuvo.

-No pienses tan rápido, que incluso yo no distingo la mitad. -Misaki sin saber cómo sabía con certeza que el hombre con él podía leer, manipular y hablar con su mente a su antojo. Algo también le dijo que no era el único en el cual Akihiko podía hacer eso.

-¿Qué eres?- pregunto Misaki sin poder resistirse. La sonrisa nerviosa de Akihiko no hizo sino alimentar su curiosidad.

-Un vampiro... -confeso Akihiko aun con su insegura sonrisa. Misaki no se asustó con ello y casi hizo una exclamación de “ya lo sabía”.

-¿Por qué yo...?- El no termino de preguntar cuando una serie de recuerdos que no eran de él apareció en su mente. En ellos un hombre de amable sonrisa y brillante lacio cabello negro hablaba con una hipnotizaste voz.

 

>>Lo sabrás y yo no te puedo describir cómo será en realidad. Es casi imposible, pero sin embargo te puedo guiar... Tu  D'amant será alguien muy especial y le debes cuidar con tu vida. Le llegaras a amar tanto que tu posición de Príncipe puede estar en peligro, pero no temas, Akihiko, él te corresponderá y nunca te llevara a la ruina...<<

 

-Eres un Príncipe vampiro y yo... -Misaki, cuya voz era imposiblemente tranquila, miro a Akihiko que parecía sorprendido.

 

-Tu eres mi D'amant, sí.

Misaki asintió como en trance y se reincorporo sentándose al lado de Akihiko en la enorme cama.

-¿Cómo es que tu memoria esta en mi mente?

-No lo sé... -musito Akihiko, que seguía observando a Misaki anonado.

Un suave toque en la puerta sobresalto a ambos y Akihiko se levantó gruñendo con sus colmillos mostrándose y sus ojos cambiando a rojo.

-¡Akihiko, soy yo! Abre, tengo comida para los dos.

-Aikawa... -dijo Akihiko identificando la voz. Se dispuso a ir y abrir la puerta, pero Misaki impulsado por algún curioso sentimiento le paro, tomando con propiedad su ropa. Akihiko sonrió tranquilamente. -¡Pasa, Aikawa!- grito en dirección de la puerta. Poco después apareció la editora con una charola plateada.

-De haber sabido que no te molestarías por solo entrar... -murmuro acercándose, pero paro rápidamente al ver despierto a Misaki y le sonrió. Para sorpresa de Misaki la chica hizo una pequeña reverencia honesta hacia él, otra más pronunciada a Akihiko y volvió a caminar en dirección de ellos. -Comida- sonrió levantando levemente la enorme charola.

-Gracias. Déjala aquí- intervino Akihiko señalando un lugar enfrente de Misaki.

La charola, que ahora brillaba levemente por la tenue luz en la habitación, estaba llena de todo tipo de comida que normalmente se servía en el desayuno, desde cereal hasta huevos con tocino, pero Misaki ignorando la variedad y el aspecto delicioso de todo, se fijó en una grande copa de plata con lo que parecía... ¿sangre?

-En las cocinas no sabían que preferías, joven Príncipe, así que mandaron de todo un poco. Espero y te agraden, después de todo, hace mucho que aquí no se cocinaba nada... -rio la chica y volvió a sonreír de esa manera que Misaki creía era de confianza, sin contar los brillantes colmillos que se veían cuando reía.

-Muchas gracias... Eiri-san- Misaki susurro el nombre que le vino a la mente de aquellos complejos y viejos recuerdos que no eran suyos.

-¿Mm? ¿Eso quiere decir fuera formalidades?- pregunto con una nota de diversión entre su voz sorprendida.

-Aikawa- advirtió Akihiko que parecía completamente ausente al momento de llevarse la copa a los labios.

-Cierto, el joven Príncipe no es como tú, yo le debo mínimo el título al hablarle- volvo a reír Aikawa y tomo un vaso de jugo. -Anda, toma algo. Desde aquí puedo percibir tu sed y no creo que seas tan tolerante a eso como Akihiko.

Misaki acepto el vaso mirando a Akihiko dejar la copa vacía en la charola. Todo eso era la cosa más extraña que él había presenciado.

Aikawa comenzó a informarle cosas a Akihiko acerca del “aquelarre”, y por extraño que fuera Misaki entendió todo. Mientras él tomaba el jugo noto como ellos se trataban como hermanos, pero a la vez Aikawa le tenía un fiel respeto al que se suponía era el Príncipe.

Misaki empezó a comer dejando de poner atención a lo que ambos vampiros decían. Una parte escondida en él ya sabía todas las respuestas que gritaba su asustada mente.

Ellos eran en realidad vampiros, miembros y líderes de lo que se conocía como aquelarre, un lugar en donde se unían vampiros buscando una vida pacífica y no tuvieran problemas para alimentarse, de sangre, evidentemente.

La mayoría de los mitos acerca de los vampiros eran mentira, pero ellos no podían exponerse mucho al sol después de medio día o sino sufrirían quemaduras, mas no morirían. Solo el Príncipe y su asistente podían transformar a otro vampiro y bajo determinadas circunstancias.

Misaki miro a Akihiko y mordió el pan tostado con mermelada que sostenía.

Akihiko Usami *LeAnthony Espelimbergo, Príncipe de los vampiros. El provenía de una corta descendencia del “Príncipe Original” o “vampiro original”, el primer vampiro en existir y el que fuera un antepasado importante de Akihiko.

Naciendo en tan importante cuna él fue instruido acerca de todo lo que debía saber para ser un líder desde pequeño. Como Príncipe él tenía poderes que ninguna otra persona tendría, paranormal o no.

Misaki que había comenzado con el cereal vio de reojo a Aikawa.

Aikawa Eiri fue perseguida por un integrante de la realeza que se había convertido en rebelde, en otras palabras “malo”, y la había convertido en vampiro casi drenándola por completo. Akihiko que había sido puesto en el puesto de Príncipe, mato a su familiar por el bien de los demás y protegió a Aikawa. Esta aprendió sobre su nueva y obligada vida de Akihiko, para después de varios altercados jurara lealtad fiel y entera al Príncipe. Akihiko recompenso a la chica convirtiéndola en su asistente, segunda al mando y amiga, otorgándole privilegios y poderes que muchos envidiaban y ella había luchado por obtener, aunque sin ser consiente.

Toda la información fluyo de el con velocidad, sorprendiéndolo por la calma con la que estaba tomando la situación, casi como si toda su vida esperara algo como eso.

Misaki pensó en sus padres y como se habían asegurado de que siempre estuviera feliz y seguro. ¿Estaba faltando a su sacrificio permaneciendo en una bizarra y gótica historia de vampiros?

-Misaki...

-Joven Príncipe...

Misaki escucho las voces lejanas, pero su mente se había concentrado en la única ventana en la habitación, que tras una gruesa cortina de terciopelo color vino dejaba ver un cachito de cielo negro.

-Cuando estaba en la librería estaba amaneciendo, así que si es de noche... -Misaki poco a poco bajo la taza de café que no había probado. -Mis trabajos...

-Misaki...

El chico volvió a ignorar a Akihiko y se levantó, sin oír el estruendo de parte de algunos vasos y platos que se rompían cuando el empujo la charola en sus piernas.

-Si voy ahorita tal vez pueda convencer al señor Bane...

-¡Misaki, para!- ordeno claramente Akihiko que había aparecido de la nada enfrente de él. Misaki sin querer paro en seco con un pie levantado a unos pasos de la puerta.

-T-tengo que... -logro mascullar por sobre su boca cerrada.

-No, ya no. No dejare que mi D'amant se gaste en trabajo tras trabajo por algo que se puede resolver tan fácilmente. Dime como contactar con los cobradores y arreglare esto.

-Traía conmigo mi celular, su número está en la lista de contactos como el primero... -Akihiko hizo una seña a Aikawa, que camino a la mesa de noche y tomo el celular de Misaki, dispuesta después a abandonar la habitación pasándolos de largo. -¡Espera!

-No, Misaki... -empezó Akihiko, pero Misaki entendiendo porque obedecía inmediatamente al Príncipe intervino rápidamente.

-No puedo permitir que paguen mi deuda. Es MI deuda- recalco y miro a ambos vampiros con lagrimillas. -Le debo eso a mis padres, así que ustedes no pueden...

-Podemos, joven Príncipe... -le interrumpió Aikawa con suavidad. -Es evidente que sabes que poderes podemos tener en tu mente, así que debes saber que también conocemos tu pasado...

-Hemos visto cómo te has desgastado por esa deuda- susurro Akihiko caminando lentamente a su dirección. -Sabemos cómo trabajas y cuantas carencias has pasado, incluso es evidente como de hambre tenías hasta hace rato. No has comido bien últimamente, ¿cierto?- se acercó a Misaki y con dulces manos le acaricio la mejilla.

-Pero aun así...

-Joven Príncipe, déjame decirle algo... -pidió Aikawa volviendo a hacer la misma reverencia ante Misaki- y con todo el respeto que se merece... No hay deuda causada por un préstamo por servicios hospitalarios que dure tanto, teniendo en cuenta cuanto ha pagado. -Aikawa hizo un gesto que hizo que su rostro diera miedo. -Ellos solo le siguen cobrando cuando es posible ya haya pagado todo el total, porque ven que usted es capaz de seguir siendo su esclavo.

Misaki se derrumbó en el abrazo de Akihiko viendo a Aikawa que seguía cerca de la puerta. El ya sospechaba sobre eso, ¿pero cómo oponer resistencia a tipos corpulentos y malos que sonreían de placer con solo amenazarlo?

>>Tranquilo, mi D'amant<< Le susurro Akihiko en su mente. >>Ella contactara, ofrecerá el dinero y si se han aprovechado de ti se hará justicia. ¡Te sorprendería como podemos hacerlo sin romper las leyes!<<

Aikawa sonrió adivinando la conversación íntima y se retiró, no sin antes volver a reverenciar a ambos.

Misaki se quedó ahí, sintiendo como Akihiko en realidad no respiraba pero su corazón latía fuertemente a través de su elegante ropa.

>>¿Ahora serás mi papi rico?<< Le pregunto Misaki en su mente, esperando en gran parte que Akihiko no le oyera.

>>Como dice tu gente, “lo tuyo es mío y lo mío es tuyo”. Se esperan ciertas cosas del consorte del Príncipe, pero no te obligare a hacer cosas que te hagan sentir mal. Pero, sin embargo, una buena comida, una vida fuera de trabajos de 12 a 18 horas y tu regreso a la universidad no están en discusión.<<

Misaki no supo si sorprenderse del hecho de que el también hablara por la mente con Akihiko, o en el contenido de su conversación. Decidiéndose por lo segundo se volteo en los brazos y miro a Akihiko.

-Te he estado esperando desde hace mil años. No te dejare ahora, lo siento- susurro este, besándolo con un suave rose en los labios.

Donde fue el contacto entro en un suave calor que inundo el corazón antes apagado de Misaki, el volvió a ver los ojos de Akihiko, que eran de nuevo amatistas y se dio cuenta que Akihiko de verdad lamentaba mantenerlo con él, lejos de su vida cotidiana humana.

 -Pues yo no lo lamento. También te he estado esperando... -Y escondiéndose en el abrazo, incluyo. -¿Ahora me firmaras todos los libros que tengo de ti?

 

 

Misaki abrió los ojos y miro a Akihiko a su lado, sus ojos cerrados aunque Misaki sabía que no estaba dormido. Él ahora sabía que los vampiros no dormían.

Él sabía también que Akihiko deseaba algo de Misaki, pero al no quererlo presionar solo se había recostado a su lado en la cama después de que ambos se quedaran gran parte de la noche hablando sobre la nueva futura vida de Misaki.

Si Akihiko necesitaba tener sexo con Misaki para formalizar su enlace, ¿porque simplemente no lo pedía? El hombre tenía cientos de años y sin duda mucha experiencia, pero aun así era tan amable con los deseos de Misaki. Aunque también había que mencionar que Misaki era un gran cobarde virgen que no podía dar señal alguna de aceptación al tema.

Y también estaba que Misaki tenía algo de miedo por tener “eso” con un vampiro... Y él estaba tan nervioso que estaba pensando de más...

Mirando de reojo al hombre que revolvía su ya revuelta mente, Misaki noto que tenía una sonrisita tonta.

Oh, no... El maldito hombre...

-Sí, Misaki... -rio Akihiko, afirmando a su pregunta inconclusa.

Misaki se trasformó en un punto rojo mientras hundía su rostro en la elegante almohada. Él quería golpear tanto al divertido hombre.

-Aikawa-san necesita enseñarme a cerrar mi mente de ti- susurro Misaki aun avergonzado por la continua interrupción a sus privados y vergonzosos pensamientos.

-¿Por qué? Es un lugar bastante interesante. En tu mente dices todo lo que tu boca no.

Lamentándose, Misaki dejo salir un gemido de queja, pero el simple acto pareció encender algo en el Príncipe, que en un parpadeo estuvo encima de Misaki.

-No deseo que entre nosotros haya tabúes ni secretos. Puedes pedir lo que desees cuando lo quieras, D'amant- susurro Akihiko mirándolo intensamente cerca.

-E-entiendo- logro responder el chico, perdiéndose en las lagunas amatistas.

Él sabía que Akihiko solo estaba observándolo, pero el Príncipe tenía poder en su sola mirada. Misaki sentía que se estaba perdiendo mirándolo sin parpadear, hipnotizado.

-¡Y-ya lo entendí, bájate!- grito desesperado, poniendo sus manos en el fuerte pecho que vibraba por la risa del vampiro.

-Eres tan lindo avergonzado- aseguro Akihiko, repartiendo besos tiernos por su frente.

-¡Soy un hombre! ¡A un hombre no le gusta que le digan eso!

-A un hombre humano- corrigió Akihiko con una mordaz mueca.

-¡¡Ni tampoco vampiro!!- grito Misaki, sabiendo que era verdad por los recuerdos del Príncipe en él.

Akihiko volvió a reír, esta vez más suave mientras ponía pequeños besos en el expuesto cuello. Misaki paro de balbucear cuando los suaves y húmedos labios lo hicieron estremecer. Los filosos colmillos tentados a morder.

-Soy débil a ti, Misaki. Desde que te vi, tu sangre me llama. No sé si pueda resistir mucho, pero quiero darte tiempo para acostumbrarte a la idea...

-Príncipe... -susurro con emociones Misaki, derritiéndose.

Era tan extraño estar siendo seducido por un hombre que le atraía. Tan conmocionado por que este fuera su siempre admirado escritor favorito. Era tan excitante saber que su cuerpo no se podía resistir aun vampiro.

Misaki tomo los fuertes hombros cubiertos por una lujosa camisa. Akihiko siguió atendiendo su cuello y parte de su hombro, jugando y torturándose con la idea de por primera vez alimentarse de su D'amant y no poder.

Sin nunca saber que lo había poseído, Misaki atrajo a Akihiko a un desenfrenado beso, debatiéndose en una placentera y húmeda batalla.

El Príncipe olvido todas sus ataduras mientras tomaba ambos lados de la cabeza de Misaki y devoraba su pequeña boca. Solo cuando Misaki quedo sin aliento se alejó, excitándose más por sus jadeos.

Akihiko se separó de él, viéndolo apoyando solo un poco su peso en el cuerpo de Misaki. Sus ojos fijos en el aturdimiento de su pareja, sus manos deshaciéndose de su propio chaleco.

Sin perder tiempo volvió a besar al pequeño humano, dispuesto a que Misaki no pensara y solo se entregara. Despojándolo de su polera mientras succionaba su lengua, lo logro. Sus dedos fríos en contraste con la ardiente piel, sus yemas torturando sus rosados pezones.

-Eres tan sensible... -menciono Akihiko extasiado, viéndolo revolverse por sus sutiles caricias.

Su boca sustituyendo una de sus manos. Misaki suspiro mientras Akihiko recordaba cuidar sus juguetones dientes. Sus manos intranquilas, recorriendo todo el seductor y dispuesto cuerpo.

-Príncipe... -gimió Misaki, temblando con anticipación ante la proximidad del vampiro en su pantalón.

-Tranquilo, mi D'amant- susurro divertido Akihiko, viéndolo a solo centímetros de su oído. -Todo a su tiempo...

Misaki hizo un divertido sonido de protesta, abriendo sus hermosos ojos, suplicándole. Akihiko trago saliva, sabiéndose perdido.

Con rápidos movimientos se hizo de la dispuesta erección. Sus diestras manos acariciaron suavemente, enloqueciendo más al humano. Misaki jadeando enterró sus uñas en la carne de Akihiko, sin saberlo, prendiéndolo más.

Akihiko bajo y bebió los lamentos de Misaki, capturando su lengua, continuando con su asalto a su miembro. Él sonrió cuando al separarse un hilo de saliva aun los unía.

Bajo por su cuello, tentándose un poco, siguiendo su camino por todo el pecho, capturando otra vez un pezón, apretando la llorosa punta del pene de Misaki. El chico se tensó y grito, pero movió las caderas, logrando que Akihiko siguiera su delicioso trabajo.

Sin pensar, Misaki tomo los hombros de Akihiko y lo empujó hacia abajo. Akihiko aun probando su protuberancia, rio.

-Si no lo dices, no lo hare- dijo viendo los tímidos ojos.

El Príncipe negó al ori maldiciones en el interior de la mente de Misaki, dándole algo de crédito cuando el chico acepto sus deseos ahí, sabiendo que Akihiko lo escucharía.

-Algún día lograre que lo digas en voz alta- aseguro Akihiko bajando por el sudoroso cuerpo, cubriendo en un rápido movimiento el duro órgano desesperado. Misaki grito su nombre.

La propia resistencia de Akihiko estaba llegando al límite al probar por primera vez la dulce e irresistible esencia que emanaba de su D'amant.

Decidiendo que mil años eran demasiada espera, Akihiko lubrico la estrecha entrada en la que estaba dispuesto a profanar. El ignoro la vergüenza del chico y solo se concentró en la lujuria y excitación clara en sus gemidos. Penetrando con su lengua, masturbando a Misaki, acariciando las suaves piernas, Akihiko haciendo todo lo posible por llevarlo al límite.

-No... ¡Akihiko-san!... -balbuceo Misaki con voz inestable. -No puedo...

-No. Aun no, Misaki. -Akihiko dejo todas sus acciones, separándose de el ante la consternación de Misaki. Lo que el humano por su posición no sabía era que Akihiko estaba abriendo sus pantalones. -Mi D'amant- susurro atontado antes de interrumpir en el cálido interior bruscamente.

-¡Príncipe!- grito gimiendo Misaki en respuesta.

Akihiko no dejo que el pequeño se adaptara, su cabeza inundada del extraño y exquisito placer. El solo se movió lentamente, disfrutando de la estreches húmeda que lo envolvía. Sus ojos medio cerrados, sus manos sosteniendo su mayor tesoro.

-Misaki...

Posicionándose de nuevo cerca de él, Akihiko se apoyó en sus ante brazos y miro en maravilla la serie de sensaciones que recorrían el joven rostro. Disfrutando de su nombre en jadeos temblorosos, de lo seductor del tono.

Su atención incluso desviándose del pacer de su cuerpo cuando el olor de Misaki de nuevo lo embriago. El pequeño chico exponía su cuello mientras gemía al techo.

-¡Por favor, Príncipe!- suplico en su límite Misaki, estrangulando las desechas sabanas debajo de ellos.

Solo era por el calor del encuentro. Misaki en realidad no sabía lo que pedía, simplemente estaba sintiendo las abrumadoras consecuencias del enlace que estaban formalizando. Pero aun así... su exquisita y tentadora sangre...

D'amant!- exigió Misaki con violencia. Akihiko mordió sin tregua.

Dulce y caliente sangre inundo sus sentidos. Akihiko entendiendo por fin como se sentían los humanos al drogarse y viajar a la Villa Feliz.

Un especial calor se expandió por el cuerpo del Príncipe tras el primer trago. Algo por fin encajo en su sitio y sintió a Misaki en lo más profundo de su ser.

Succionando el vital líquido, Akihiko bebió de la ambrosia mientras Misaki se volvía loco de éxtasis. Solo un poco más y grito, liberándose rodeando con fuerza el cuello del vampiro, gimiendo en su oído.

Aun perdido, Akihiko se detuvo satisfecho. La repentina estreches, el seductor olor del orgasmo, el saber que Misaki seria suyo eternamente, todo lo llevaron a su propio clímax. Su D'amant aceptando el poderoso liquido en su interior, sin desperdiciar nada.

Misaki parecía a punto de morir por su irregular respiración. Akihiko lo evito y cayó cansado en la cama, solo disfrutando. Aun sorprendido por lo que había hecho.

Feliz como nunca antes en su milenaria vida, Akihiko atrajo a su cuerpo a Misaki, quien ya estaba dormido.

Por fin la eterna búsqueda de ambos amantes había acabado.

 

 

Christofer miro alrededor tratando de que todo saliera a la perfección. El día en que se hiciera el ritual para presentar formalmente al D'amant del Príncipe Akihiko había llegado.

Misaki había pasado sus contratiempos acostumbrándose a su nueva vida, justo como Christofer, que no había nacido vampiro, tuvo que pasar. El joven Príncipe se ajustó y después de pasar unos meses decidió seguir la universidad en turno nocturno y convertirse en vampiro convertido por el príncipe Akihiko.

Todos estaban emocionados por dar la bienvenida al nuevo Príncipe en la raza. El aquelarre entero se había encariñado con Misaki y le protegían como si fuese el Príncipe Akihiko mismo.

Estoy cansado de ser el único que coma comida, fuera de la sangre, aquí”- Había dicho como única justificación el chico cuando se dio el anuncio. Pero la verdad es que el paso era importante y consolidaría el enlace de ambos Príncipes, que ya había empezado y era fuerte.

Christofer, como representante del aquelarre ante el Príncipe apoyaba a los dos y había ayudado en todo lo que había podido. A parte del hecho de haber sido honrado como el íntimo amigo del Joven Príncipe.

-Deja de soñar, que ya llega el Comité... -advirtió Aikawa al pasar por su lado. Christofer carraspeó y se dio la vuelta para recibir a los Ancianos. Todos ellos tenían expresiones de contrariedad.

-Bienvenidos al Ritual de Conocimiento y Transformación del joven Príncipe Misaki- hablo Christofer llevándose la mirada de los siete hombres enfrente de él. -Si hacen el favor de seguirme los guiare a sus lugares... -Todos lo siguieron en silencio sepulcral.

Ellos a regañadientes fueron aceptando a Misaki, y aunque en realidad no lo necesitaban, ellos dieron su bendición al sagrado enlace. El que Misaki cambiara de humano a vampiro les dejaba sin argumentos para llevar la contraria. Eso era un poco de tranquilidad por un tiempo.

Minutos después de que el Comte de Ancianos hubiera tomado lugar, el resto del aquelarre entro entre murmullos emocionados. Unos momentos más y el evento iniciaría.

Así mismo, cuando los asistentes en túnicas negras con capucha guardaron silencio, el Príncipe Akihiko entro escoltando a su consorte.

Misaki también tapaba la cara con la capucha de su túnica rojo sangre, pero su andar pausado delataba su nerviosismo. Akihiko lo ayudo poniendo una de sus manos en la cadera del chico y la otra sujetando la mano por donde lo tomaba, mostrándolo al aquelarre como la costumbre indicaba.

Ellos llegaron a la mesa ceremonial en donde a ambos extremos estaban Christofer y Aikawa, como personas cercanas a la pareja, y viéndolo del lado humano, como testigos principales también de la ceremonia con siglos de antigüedad.

-Bienvenidos, todos y cada uno de ustedes... -dijo Akihiko a todos después de ayudar a Misaki a sentarse en la mesa de piedra. -Los he reunido por un solo motivo, presentarles a mi D'amant, Takahashi Misaki, quien también ha decidido aceptar el camino de transformación y dejar atrás su naturaleza humana, uniéndose a nuestra importante raza.

Los ignorantes de la noticia murmuraron asombrados, pero la gran mayoría de los presentes mostraron su satisfacción sin moverse o hablar.

-Pues bien, si hay alguien que se oponga, que hable. -Nadie se movió y Akihiko, el único que no ocultaba el rostro por culpa de una capucha, sonrió y levanto las manos arriba de su cabeza. -Que comience el ritual.

Las velas que rodeaban la mesa de piedra, y que iluminaban el salón principal por completo, parpadearon cuando Aikawa y Christofer ayudaron a Misaki a acostarse en la mesa. Cuando terminaron, ambos se alejaron mostrando con dificultad sonrisas tranquilizadoras.

Akihiko llego hacia Misaki y le tomo con suavidad por el cuello, levantándolo y dejando que la capucha resbalara, mostrando como Misaki había caído en un trance ceremonial y la cabeza le colgaba ligeramente hacia atrás, mostrando por completo su desnudo cuello.

El Príncipe beso su cuello y después le mordió, bebiendo de él hasta dejar solo un poco de sangre en el cuerpo de Misaki. Akihiko se alejó suavemente, dejando de nuevo al chico apoyando su cabeza por completo  en la mesa, y con un pequeño cuchillo de plata se cortó la muñeca derecha, dejando que un extenso hilo de sangre resbalara y cayera por la boca entreabierta de Misaki, que trago con dificultad sin detenerse. Cuando fue suficiente Akihiko lamio su propia herida provocando que se cerrara, y entrego el cuchillo a Aikawa.

Christofer se acercó al Príncipe y le mostro una caja abierta con un bello collar antiguo con una esmeralda como único llamativo. Akihiko sonrió mirando la reliquia que se entregaba al D'amant de un Príncipe y lo tomo, poniéndolo en el cuello del aturdido Misaki.

Christofer y Aikawa fueron los únicos testigos de la feliz mirada del Príncipe, que susurrando al oído del aun consiente chico, olvidaba toda educación que pudiera tener como Príncipe.

-Perdón por todo, pero acabo de recordar algo, D'amant: “Vuelve a ti, Misaki”- dijo con un tono de disculpa y diversión.

Aikawa al otro extremo hizo un ruido de resoplido, pero no importo. Misaki había cerrado los ojos, signo de que la transformación indolora había comenzado y que dentro de poco despertaría, hambriento y se alimentaria de Akihiko, en una siempre sensual y sexual alimentación.

Por fin Misaki sería un vampiro. ¡Que felicidad por el aquelarre entero, pero más por el Príncipe Akihiko, que se veía orgulloso y ansioso!

Fin.

 

 

Notas finales:

*D'amant: Significa "amante" en Frances -w-

*LeAnthony Espelimbergo: Para mi solo habra un Príncipe vampiro real, asi que minimo le dejo los mismo apellidos >____<

 

Y yap ^^

Espero y me comenten y les guste y asi :3

Nos leemos mañana con el proximo capitulo~

Ahora a seguir empacando D:

Cuidense ^^/


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