Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Veinticuatro horas para enamorarse por aoishii_natsumishiroyama

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Declaimer: los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Masashi Kishimoto, yo sólo los utilicé para escribir este Two-Shot 

Ooc

Notas del capitulo:

Hola a todos :D 

aquí reportándome con un nuevo Two-Shot y mi segundo NaruSasu a un mes de haber publicado "El último beso", espero que este Two-Shot sea de su completo agrado, es muy romántico y ahora sí que no tiene final triste como lo tuvo mi otro Two-Shot

realmente le agradezco a todos los que leyeron "El último beso", y espero poder ver a los mismos por acá, también aviso que postulé al "Festival Literario SasuNaru 2013" en la categoría "Masacre del Clan" con el Two-Shot "El último beso", espero poder participar, ya que estoy esperando poder ver mi solicitud aceptada por los jueces c: 

y eso, espero que esta historia les guste, tiene mucho romanticismo y eso .___. realmente no sé que decir 

mejor los dejo de molestar XD 

nos leemos en las notas finales y disfruten de la lectura 

Veinticuatro horas para enamorarse

Two-Shot

NaruSasu

I

 

 

 

Ese verano había salido de vacaciones con mi familia, yo apenas cargaba sobre mis hombros unos cortos quince años. Junto con mis padres y hermano decidimos viajar a Francia y conocer París, la famosa ciudad del “Amor”, en ese entonces no sabía que tan ciertas eran esas palabras, pero apenas pisé la ciudad me enamoré completamente de la infraestructura de sus calles y edificio, era completamente hermoso, una ciudad perfecta, pero aparte de todo eso, en esa ciudad conocí a mi primer y, por qué no, único amor de mi vida.

 

 

 

En París en esa época era bastante templada, durante las tardes era agradable dar una vuelta por la ciudad para conocer toda su historia y en las noches era perfecto para servirse un chocolate caliente en alguna cafetería acompañado de la familia, en todas mis salidas fui acompañado por mi hermano mayor, él era muy sobreprotector conmigo y bueno, lo sigue siendo, siempre tenía una excusa para acompañarme hasta al baño y era el hecho de que soy doncel, hasta el día de hoy le agradezco sus insistentes, hostigosos y perfectos cuidados que tenía hacia mi persona, pero luego de ese día el cuidado fue por dos.

Aún recuerdo aquel día en que salí solo a pasear por la ciudad, mi hermano se había quedado con mis padres descansando, ya que durante la noche él y mi padre habían salido y volvieron al hotel entrada la madrugada, mi madre estaba furiosa, pero más que furiosa, estaba preocupada por los dos y bueno, yo también lo estaba, no puedo negarlo.

Salí por la ciudad junto con un mapa turístico entre mis manos, decidí ir primero a La Tour Eiffel, y les aseguro que hasta el día de hoy no me arrepiento de mi decisión, cuando llegué allá había acabado de amanecer, el cielo seguía anaranjado, pero pasando al azulado, sería un día despejado, me detuve a varios metros de La Tour Eiffel y le saqué unas fotos desde mi perspectiva, era completamente hermoso, una construcción muy llamativa y perfecta, suspiré con emoción, yo era un joven amante del Arte, al igual que el prometido de mi hermano, Deidara, quien no había podido acompañarnos por sus estudios, una lástima, ya que sabía que él soñaba con venir a París.

Yo miraba la cima desde donde estaba, hasta que sentí como alguien chocaba conmigo, bajé abruptamente la mirada y la posé en la persona que estaba parada frente a mí, él me miraba con unos expresivos ojos azules, era el ser más perfecto que podía haber conocido; con una sonrisa tímida él se disculpó conmigo, tenía un tono de voz muy suave y varonil, aparte de que cargaba con él un hermoso asentó Británico. Quedé automáticamente enamorado de tal belleza.

 

-          Lo siento mucho – se disculpó con suavidad hablando Francés y mirándome a los ojos – yo no quise, eeh… - movía sus manos nervioso intentando de explicarse mejor, al parecer tenía problemas para expresarse o….

 

-          Yo hablo Inglés – le dije con mi asentó japonés, él sonrió, creo que le facilite las cosas, ahora no se veía tan nervioso como al principio, me pareció adorable

 

-          ¡qué bueno! – se rió – entonces lamento mucho lo ocurrido, no me fije que usted estaba detrás de mí, yo estaba sacando fotografía, jeje – agachó la mirada sonrojado, no pude evitar reaccionar de la misma forma, era perfecto, un varón muy guapo

 

-          No… no se preocupe – titubeé – yo tampoco estaba muy atento que digamos – sonreí tímido, él negó con suavidad

 

-          Je, entiendo, aun así, me disculpo… - se quedó callado unos minutos buscando algo que decirme, se veía indeciso, como si estuviera manteniendo una discusión interna consigo mismo – le… le gustaría ir a tomar algo, digo…  - me ofreció, yo me sonroje ante aquella invitación, nunca antes un varón me había invitado a salir

 

-          Eeh… c-claro – tartamudeé – n-no tengo p-problema, jeje – me reí nervioso, el volvió a sonreír

 

El camino al Café más cercano fue tranquilo y silencioso, en todo el trayecto pude analizar con detalles su teñida y aspecto, era alto y recto, siempre bien derecho, mirando hacia el frente, sus ojos eran de un intenso color azul, su piel era acanelada y tenía tres marquitas en cada mejilla, se podía notar parte de sus rubios cabellos, ya que portaba un gorro de lana negro, vestía un abrigo corto de color negro junto con unos jeans azules, también portaba un bolso en sus hombros, donde supongo que debería de estar su cámara fotográfica y algunas pertenencias.

Cuando llegamos a la cafetería, él, como todo caballero, me abrió la puerta de éste y me dejó pasar primero, también me corrió la silla, era muy atento y creo que eso fue también una razón más para seguir enamorándome, a los pocos minutos nos atendieron y nos trajeron los pedidos, él tomaba un café con leche y yo un chocolate caliente, estábamos sentados uno frente del otro, en la mesa que daba hacía la calle, frente al ventanal.

 

-          ¿c-cómo te llamas? – indagó

 

-          Sasuke…, me llamo Sasuke – tragué con dificultad – y….

 

-          M-me llamo Naruto – me sonrió algo tímido, nuevamente se quedó callado mientras le daba sorbos a su café, el ambiente era muy incómodo entre los dos y sentía que iba a ser difícil de ablandarlo

 

Esas fueron las únicas palabras que nos dirigimos dentro de la cafetería, luego de eso nos fuimos a recorrer la ciudad, fuimos al El Pont des Arts, el cual era un puente bastante llamativo, sus barandillas estaban repletas de candados de distintos tamaños, colores y decoraciones, me acerqué a la barandilla seguido de Naruto y comenzamos a leer lo que había, algunos candados tenían escrituras románticas, otras portaban el nombre de dos personas y una fecha inscrita, no entendía absolutamente nada, así que saqué mi mapa turístico, que olvidé decir que venía con un tríptico con descripciones, en éste salía que en ese puente los enamorados iban y colocaban sus candados en la barandilla, jurándose amor eterno, una vez colocado el candado, tiraban la llave al Rio Sena, quien se convertía en el guardián del amor, una historia bastante conmovedora. Sonreí bobamente, pensé en la posibilidad de que algún día apareciera un candado allí con mi nombre y de alguna persona que esté a mi lado en ese instante, jurarnos amor eterno, miré de reojo a Naruto y no pude evitar sonrojarme… ¿qué sentía por él?, tenía claro que mi corazón latía desenfrenadamente, amor a primera vista, ¿pero podría ser posible que algo salga entre nosotros?, lo único que sé de él es que se llama Naruto y por su acento, ni siquiera le pregunté, es de Inglaterra, ese acento Británico lo reconocería en cualquier lado, lo encuentro tan hermoso, un habla muy formal y romántico, cualquiera que lo oyera  no dudaría en enamorarse, aparte con esa voz masculina que tiene, más hermoso aún se oye.

Luego de eso nos fuimos al Arc deTriomphe de L’Étoile, en donde sacamos varias fotografías, admirando cada detalle que tenía éste, Naruto y yo aún no intercambiábamos muchas palabras, las pocas cosas que nos decíamos eran monosílabos y uno y que otro comentario sobre la Arquitectura de París, visitamos muchos lugares, entre esos La Ópera Garnier, también el muy conocido y afamado Cathédrale Notre-Dome, el cual rodeamos para sacarle fotografías por todas sus perspectivas, entre esas fotografías logramos captar a las Gárgolas, eran muy llamativas y gracias a nuestras cámaras último modelo con un zoom en alta definición logramos captarlas con todos sus detalles, siempre quise conocer Notre-Dome, porque cuando pequeño adoraba la película “El Jorobado de Notre-Dome” y siempre me dio curiosidad el conocerlo, cuando fui creciendo en mi escuela me enseñaron todo con respecto a los mundos Maravillosos, Fantásticos, Realistas, etcétera, y entre esas cosas me surgió la duda de que si Notre-Dome era real, llegué desesperado a mi casa, en donde busqué información, terminé concluyendo de que Notre-Dome era parte del mundo Real y la historia de la película era parte del mundo Fantástico, una combinación prácticamente perfecta. Otra de las razones por la que quería conocer París era gracias a la película “Anastasia”, en donde muestran también varias escenas que transcurren en París, y simplemente me enamoré de esas imágenes, aparte de que la película era bastante Realista, basada en la Rusia Imperial, un reinado, la búsqueda de la princesa perdida…, creo que seguiría explicando si fuera necesario.

 Luego de varias horas recorriendo París, Naruto me invitó a almorzar a un restaurante bastante acogedor, comimos algo sencillo para luego seguir recorriendo, yo había olvidado por completo a mi familia y al compromiso de ir a almorzar con ellos y de luego salir todos juntos a recorrer la ciudad, una salida familiar. He de decir que conocimos casi todos los monumentos de París, entre eso le sacábamos varias fotografías a las estatuas y a los paisaje, era algo muy romántico, encuentro yo, después de tanto caminar, volvimos a La Tour Effiel, Naruto me había convencido de volver, ya era de noche y según él, en las noches la torre se iluminaba, y era cierto, era completamente hermoso, sonreí ante tal vista, él me miraba con ternura ante mi impresionada expresión, ese día definitivamente me enamoré de París y de mi acompañante, luego de admirar por unos instante La Tour Effiel, Naruto me tomó de la mano y me guío hasta los jardines que habían a un costado de la torre, éstos tenían unas fuentes preciosas que se encontraban iluminadas, estaba fascinado, de la nada Naruto se alejó de mi y se acercó, a lo que parecían ser, unos turistas Españoles, ellos se comunicaron en ingles y luego se puso a mi lado sonriente.

 

-          Les pedí que si eran tan amables de sacarnos una foto juntos con estas fuentes de fondo – mis ojos se iluminaron ante esa idea, yo asentí junto con una sonrisa, él quería un recuerdo y yo también, así que le extendí mi cámara para que también ellos sacaran una fotografía con la mía, Naruto sonrió y le entregó la cámara a los Españoles, para luego volver a mi lado, pasó su brazo por mi cintura abrazándome y sacaron las fotografías, luego de eso les agradecimos y nos fuimos con tranquilidad, juro que perdí la noción del tiempo con él, cada minuto que pasaba me enamoraba más y más

 

Naruto me volvió a tomar la mano, entrelazando nuestros dedos, me sonrió y me llevó a La Roue Ferris, la cual se hallaba iluminada, él pagó la entrada por los dos y nos subimos, desde allí pude sacar varias fotografías de la ciudad iluminaba, era todo tan bello, luego de un rato La Roue Ferris se detuvo y nos quedamos allí admirando París, lo miré de reojo por unos instantes, sus hermoso ojos azules brillaban gracias a las luces de la ciudad, sonreí levemente, era guapo, me sumergí en mis pensamientos por unos instantes, olvidando por completo que Naruto estaba a mi lado, cuando volví en sí, note que Naruto me abrazaba y me tenía pegado a su torso, su corazón latía fuertemente, tragué saliva con dificultad, me sonrojé y el latir de mi joven corazón comenzaba a desenfrenarse, levanté levemente mi cabeza y lo miré, él me observaba y nuestros ojos se encontraron, podía sentir su respiración, la cual era pausada y tranquila, yo estaba un poco más acelerado. De apoco nuestros rostros se fueron acercando hasta que nuestros labios quedaron a unos escasos milímetro del otro, podíamos sentir las entrecortadas respiraciones que salían de nuestras entreabiertas bocas, su aliento era cálido y suave, luego de unos segundo, que para mí se hicieron eternos, unimos nuestros labios en un beso, un beso cargado de pasión, mi primer beso, por lo que fui  bastante torpe al principio pero luego pude seguirle el ritmo y profundizar así más el contacto entre los dos, sus manos se ubicaban entre mi cintura y espalda, acariciándome con ternura cada rincón de mi estrecha espalda, sus manos eran grandes y acogedoras, yo le correspondía con timidez, pasando uno de mis brazos por alrededor de su cuello y mi otra mano se posó con suavidad sobre su cuello, acariciándolo con mis dedos, sentí como se estremecía un poco ante el contacto y no contuve el hecho de sonreír sobre sus labios.

Cuando la cabina de La Roue Ferris en la cual estábamos toco piso, nosotros nos bajamos casi corriendo con una sonrisa infantil en nuestros labios, con nuestras manos entrelazadas y riendo entre tanto nos dirigimos al Hotel en donde se hospedaba Naruto, nuestras risas y pisadas se escuchaban por todas las calles, algunos transeúntes que pasaban por allí nos quedaban observando como si fuéramos fenómenos, pero nos dio lo mismo, nosotros estábamos felices disfrutando de la compañía del otro. Después de estar varios minutos corriendo llegamos al famoso Hotel, nos adentramos y subimos en el ascensor, allí adentro nos volvimos a besar apasionadamente y con fiereza, acariciándonos con más descaro y importándonos una mierda que en cualquier momento la puerta se abriera y alguien nos viera, de hecho, creo que eso aumentaba el morbo, nuestras acaricias dentro del ascensor no pasaron a más, pero apenas la puertas se abrieron en el piso en donde Naruto tenía su cuarto, pensé yo, nos bajamos con torpeza entre besos, riéndonos entre tanto y chocando con las paredes, era algo patético, pero vuelvo a repetir, no nos importó en lo absoluto. Con dificultad llegamos al cuarto en donde se hospedaba, entre tanto nos seguíamos besando, él deslizaba la tarjeta que abría la puerta de éste que contaba con la última tecnología en seguridad, comenzamos a avanzar por la suite, cerrando la puerta una vez la atravesamos, la luz estaba apagada, pero se encendió automáticamente por los censores, nosotros seguíamos besándonos, no teníamos intensión de separarnos, ni romper el contacto entre los dos, por lo que avanzamos con mucha dificultad, chocando con todo lo que había en nuestro alcance, cada vez que él o yo nos golpeábamos con algo nos lanzábamos a reír sobre los labios del otro, luego de luchar en toda la suite, llegamos a al dormitorio, él cerró la puerta de éste, entre tanto nos acercábamos a la cama nos íbamos deshaciendo de la ropa del contrario, tocando nuestros cuerpos con ansiedad y ternura.

Naruto me recostó con suavidad y delicadeza sobre la cama, acomodándose sobre mi cuerpo entre tanto me continuaba besando y tocando, sentía mil corrientes eléctricas viajar por mi columna vertebral con cada acaricia que me daba con sus cálidas manos, también me estremecía con sus suspiros, los cuales terminaban perdiéndose entre mis labios. Reconozco que ese día viví la experiencia más excitante de mi vida, ese día le entregué mi virginidad a un completo extraño del que me había enamorado, y sólo conocía su nombre.

La luz del cuarto se hallaba apagada, nuestros cuerpos eran iluminados por una leve luz que entraba entre las cerradas cortinas, mis suspiros y jadeos se escuchaban por toda la estancia, él me acariciaba con gran maestría haciéndome dudar un poco, ¿ya había tenido relaciones antes?, cada vez que esa pregunta aparecía fugazmente en mi mente desaparecía con la misma rapidez con que apareció, ya que sus manos y labios me hacían olvidar todo y producían que mi mente quedara completamente en blanco. Al final me dejé llevar por la pasión, él besaba mi cuello con gula, saboreándome como si no hubiera mañana, sus manos tocaban mis muslos y parte de mis glúteos, sacándome varios jadeos involuntarios, tenía miedo, pero al mismo tiempo deseaba esto con ansias.

Mis manos recorrieron su cuello, hombros, torso, espalda hasta perderse en sus baja espalda, podía sentir los leves, pero, formados músculos que tenían sus brazos y abdomen, haciéndome pensar en la posibilidad de que él participará de algún tipo de deporte, o asistía a algún gimnasio, pero de que ejercitaba, ejercitaba, no por algo había obtenido esos músculos. Mis labios besaban con timidez su cuello, saboreando el dulce sabor mezclado con el salado sudor que comenzaba a cubrir nuestros cuerpos a causa del calor que sentíamos en ese instante.

Naruto volvió a unir nuestros labios en un fogoso beso cargado de lujuria, que sirvió de distracción para cuando él me penetró con uno de sus dedos previamente lubricado con saliva, no sé en qué momento lo lubricó, pero gracias a eso no sentí tanto dolor, el me preparaba girando el dedo en mi interior, sacándome varios gemidos que se perdían en sus labios, luego de unos minutos, en donde me acostumbré a la intromisión, él ingresó un segundo dedo, ahora con ambos dedos adentro me dilataba mi recto haciendo tijeras, era una sensación impresionante, de otro mundo, al principio me incomodó y dolió, pero luego la pasión no tardó en envolverme y enloquecerme, deseaba más, quería más, lo quería a él.

 

-          Por favor… - le rogué con dificultad, él no permitía que separara mis labios de los suyos, por lo que hablarle a estas alturas fue un gran logro, me miró con sus expresivos zafiros, los cuales estaban brillando de lujuria, sonrió levemente, o por lo menos eso percibí

 

-          Tranquilo – me susurró con su ronca voz – esto dolerá un poco – me dijo entre tanto me abría con delicadeza las piernas y se ubicaba entre ellas, con una de sus manos agarró su erecto pene acomodándolo en mi virgen y preparado ano, lo sentí suspirar y luego sentí como su glande ingresaba en mi interior, un gran dolor punzante me invadió, pero él me distrajo con sus suaves y adictivos labios, lo amaba, ¿se podía amar a alguien que apenas conoces?, no sé con exactitud, pero en este instante eso no me importa en lo absoluto, deseo sentirme amado, sentir que él me corresponde con la misma intensidad con la cual yo lo amo.

 

Luego de unos minutos, Naruto terminó de penetrarme por completo, llenándome con su erección, la cual era de un impresionante tamaño, sentía un poco de dolor, pero al mismo tiempo placer. Esperó un momento a que yo me acostumbrara a su invasión, para luego comenzar a embestirme con lentitud, los gemidos salían de mis labios y se combinaban a sus roncos jadeos, estaba extasiado, sentía un gran calor invadir mi cuerpo acompañado de un hormigueo intenso en mi zona abdominal, creo que es eso a lo que llaman placer en el acto sexual, se siente bien, agradable, cálido. Mis manos se ubicaron en su ancha espalda, la cual comencé a arañar con mis uñas, a él no le molestaba, incluso soy capaz de decir que le producía placer el ser arañado durante el coito.

Nuestros labios se unieron nuevamente en un candente beso, nuestras lenguas se encontraron comenzando una lucha entre tanto suspirábamos, de la comisura de mis labios comenzaba a descender un poco de nuestras combinadas salivas, perdiéndose en mi cuello, podía sentir como las gotas de sudor de Naruto caían sobre mi rostro y cuerpo, yo estaba en las mismas condiciones, la cama crujía con cada embestida, una de mis manos abandonó su acanelada espalda para acomodarse sobre las mantas y arrugarlas, mi espalda se encorvaba un poco a causa del placer.

 

 

 

Esa noche, con sólo quince años, tuve mi primera vez, y mi primer orgasmo en manos de un completo desconocido. Y también recuerdo, que esa noche él y yo nos amamos hasta el amanecer, cumpliéndose en total veinticuatro horas de habernos conocido bajo La Tour Effiel.

 

 

 

Mis ojos se abrieron de apoco, me sentía agotado, tanto así que volví a cerrar los ojos para seguir durmiendo, pero apenas lo hice, noté que me encontraba solo en la cama, el lado donde debería de estar él estaba completamente vació y helado, me incorporé abruptamente en la cama, teniendo como consecuencia una terrible punzada de dolor en mi baja espalda, cerré un poco los ojos a causa del dolor, cuando los volví a abrir analicé el dormitorio, no había nadie, miré a todos lados y no había rastro de él, con dificultad me levanté, recogí mi ropa que se hallaba esparcida por el suelo, me la puse con lentitud esperando que en cualquier momento la puerta se abriera y entrara él con una sonrisa y diciéndome que me volviera a acostar, pero no ocurrió, él no apareció.

Con un nudo en mi cuello y estómago me dediqué a recorrer la suite buscándolo, pero no estaba, sus pertenencias tampoco estaban y no había rastro de que él hubiera alquilado este lugar, mi corazón se rompía en mil pedazos al darme cuenta de que había sido utilizado por él y que sólo fui una entretención de la noche, osea, todo lo que vivimos no fue nada para él, no signifique nada.

Con mi orgullo completamente pateado salí de la suite cerrando la puerta tras de mí, sin siquiera sospechar que dejaba allí una carta que me había escrito él y la cual yo no vi, me subí al ascensor recordando al instante todo lo que nos habíamos besado allí adentro, las lágrimas se acumulaban en mis ojos luchando por salir, mi corazón dolía a horrores, yo de verdad me había enamorado, fui un iluso, ¿cómo no me di cuenta antes?, le entregué mi virginidad a un completo extraño, quien sólo me utilizó y luego se dio a la fuga. Cuando llegué a la recepción la joven del mesón central me detuvo por unos instantes.

 

-          ¿usted es el jovencito que se había quedado en la suite 1023? – me preguntó con una sonrisa en sus labios

 

-          Yo, no…, yo no me hospedaba aquí, pero… - no sabía cómo explicar la situación, ¿acaso él se había dado a la fuga sin siquiera pagar el hospedaje?

 

-          Entonces es usted quien estaba en el cuarto, no se preocupe, está cancelada la suite, sólo me aseguraba de que la persona que se había quedado allí por unos momentos se retirará para hacer el aseo y arreglar todo para los próximos ocupantes – me explicó, yo suspiré aliviado para luego retirarme de allí, una vez fuera del hotel tomé un taxi que me llevara al hotel en donde me hospedaba con mi familia, ¿qué les diría e ellos?, no sabía qué hacer, estaba perdido y tenía mucho miedo de decepcionar a mi familia.

 

 

Cuando llegué al hotel me encaminé directamente a la suite en que nos quedábamos, mis padres dormían en un dormitorio y yo compartía otro con Itachi. Subí por las escaleras, quería hacer tiempo antes de tener que enfrentar a mi familia, a mis padres, a mi hermano, quien siempre se esforzaba por cuidarme de todos los hombres aprovechadores y esta vez yo lo defraudé, yo mismo me metí en la boca del lobo sin medir las consecuencias antes. Una vez estuve frente a la puerta de la suite me puse más nervioso de lo que ya estaba, obviamente tenía que tocar la puerta, ya que no traía una llave conmigo, suspiré angustiado, las lágrimas se volvían a aglomerar en mis ojos, nublando mi vista un poco, tenía miedo, ¿qué me haría mi padre cuando se enterase de lo que hice?, siempre fui el hijo mimado de ellos por ser el menor y doncel, aunque mi hermano era el orgullo de ellos por ser tan cariñoso y sobreprotector conmigo, ¡no quise defraudarlos de ésta forma!

No sé de dónde saqué un poco de valor para golpear son suavidad la puerta de la suite con mis nudillos, esperé un instante hasta que escuché unos pasos agudos acercarse, supuse al instante que era mi madre por el reconocible “tac tac” de los tacones que suele usar, la puerta se abrió dejando ver a mi hermosa madre quien traía una mirada triste, pero que cambió automáticamente a una de felicidad al verme, la había preocupado, soy un idiota, ella me abrazó con fuerzas acobijándome entre sus brazos, me acarició el cabello con ternura, como la amaba y yo por dejarme llevar había arruinado todo.

 

-          ¡Sasuke, mi bebé! – lloraba ella, al parecer de verdad había preocupado a mi familia con mi repentina desaparición, con el grito que había dado mi madre, mi hermano y padre se enteraron de mi llegada y aparición, ambos se acercaron corriendo a la puerta viéndome con preocupación, me hermano suspiró aliviado de que estuviera allí, devuelta con ellos, yo me separé levemente de los brazos de mi madre para mirar así a mi padre, quien se veía preocupado y me registraba, para ver que estuviera entero y que no me faltara nada, pero él ni siquiera se daba cuenta de que faltaba algo y ese algo era mi pureza que había sido arrebatada, ya no aguanté más y solté un gemido lastimero y me eché a llorar con desesperación, mi hermano se acercó a mí y me abrazó con muchas fuerzas, yo me refugié en su cálido torso, como envidiaba a Deidara por tener la oportunidad de sentir esta calidez constantemente

 

-          Tranquilo, Sasuke, está todo bien – me intentaba de calmar Itachi, pero yo más decepcionado de mi mismo me sentía, amaba a mi hermano y le había fallado – estás aquí con nosotros de nuevo, tranquilo – yo negaba una y otra vez, ¿cómo les diría la verdad?, simplemente no pude, caí rendido entre los reconfortantes brazos de mi hermano, quien me llevó al cuarto que compartíamos y me recostó en la cama, esa era nuestra última semana en París y en los seis días que nos quedaban, yo me la pasé acostado en la cama llorando, Itachi dormía conmigo para darme protección, pero nada me calmaba. Mi padre había intentado en incontables veces preguntarme qué era lo que había pasado, pero no fui capaz de decirle, no fui capaz de decir: “papá, me acosté con un extraño, lo siento mucho”, nada, simplemente nada, mi madre se veía realmente preocupada por mi estado, aparte de estar deprimido por haber decepcionado a mi familia, estaba con el corazón roto por haber sido utilizado cuando de verdad me había enamorado, ¿¡por qué lo hice!?

 

 

 

Cuando volvimos a Japón mis vacaciones se habían acabado, yo tuve que retomar el colegio, había entrado a segundo año de segundaria, todos mis amigos y compañeros me miraban extrañados por mi cambio de ánimo, yo solía ser un doncel bastante alegre y optimista, ahora con el corazón roto entre mis manos no era más que alguien pesimista y depresivo.

El primer mes de clases fue infernal, yo no lograba borrarlo, no lograba olvidarme de él y sus ojos, no lograba olvidarme de la noche que pasamos juntos, no podía, y me dolía cada vez más recordar todo eso, no poder olvidarme de él era lo peor de todo, me había utilizado y yo seguía enamorado como un estúpido de él, soy un masoquista.

Al mes y medio después de haber entrado a clases me enteré de que estaba en cinta, ahora sí que estaba asustado ¿cómo se lo tomarían mis padres cuando se enterasen?, me horrorizaba la idea de que supieran, ahora que recuerdo, es mi culpa, tenía que haber tomado algún anticonceptivo, ya que sabía que él no se había cuidado, ¿y si tenía SIDA?, ¿me habré contagiado de algo? El miedo me invadía y por mi mente pasaba la estúpida idea de abortar para que mi familia no se enterase, así que llevé a mi mejor amigo, un doncel, a una consulta ambulatoria e ilegal para abortar al bebé, pero él no estaba de acuerdo, me decía que no debía de hacer eso, pero yo no quería cambiar de opinión, me quería deshacer de él, aunque eso significara perder su amistad.

 

-          No, Sasuke – me decía con seriedad mientras estábamos en la sala de espera en la consulta – no puedes hacer esto, te puedes arrepentir, o puedes morirte, hay muchas posibilidades de morir por culpa de un aborto y quién sabe qué tipo de infección puedas sufrir después, ¿qué ocurre si en el futuro no puedas tener más hijos por culpa del aborto? – sus palabras entraban por un oído y salía por el otro, nada se quedaba en mi cabeza, él se enojo y se levantó de la banca y se fue al baño, al rato después salió con la cara húmeda y los ojos levemente hinchados, había estado llorando por mi culpa – Sasuke, por favor, no lo hagas – se arrodilló frente a mí y me tomó de las manos – no tomes esta decisión tan drástica – lloraba – sé que debe de ser difícil todo, pero, Sasuke, estás matando a un ser vivo, tu bebé puede sentir y le dolerá ser asesinado, su corazón está latiendo, por favor

 

-          No, Gaara, no lo quiero – sus últimas palabras perforaban mi cabeza, ¿de verdad ese bebé tan pequeño podía sentir?

 

-          Sasuke, piensa bien las cosas, ¿qué culpa tiene ese bebé del error que cometiste? – no respondí – nada, él no tiene la culpa de nada, es un ser completamente inocente que está cargando con el dolor de otra persona que cometió un error y que no sabe encarar las cosas como alguien maduro, ¿por qué te desquitas con él? – no respondí, no quería responder

 

-          ¡Uchiha Sasuke! – dijo el doctor desde la puerta abierta de su oficina, yo me levanté del asiento levantando al paso a Gaara, quien seguía aferrando mis manos entre las suyas

 

-          Por favor, no lo hagas, Sasuke – seguía insistiendo, yo negué y rompí en contacto entre los dos, me acerqué al doctor quien me sonrió

 

-           bienvenido, entra por favor – yo iba a entrar hasta que sentí como la puerta del lugar fue abierta estrepitosamente

 

-          ¡Sasuke, no! – esa voz, miré asustado hacía la puerta del consultorio, allí agitado estaba Itachi acompañado de Deidara, los miré horrorizado y luego miré a Gaara, quien se disculpó sólo con el movimiento de sus labios, ¡había llamado a mi hermano! – Sasuke, escucha – se acercó a mí, aferrándome de los hombros con sus largas y fuertes manos – no lo hagas, no sabes lo que estás haciendo – me decía mi hermano – cometiste un error, pero ese error será peor si tu abortas, mírame – lo miré a sus cálidos ojos – eres mi hermanito y te amo mucho, tu sabes que significas mucho para mí y nuestros padres, tal vez nos molestemos un poco por lo que hiciste en París – Gaara le había contado todo – pero no por eso te daremos la espalda, eres un niño aún y tal vez tengas miedo y todo, pero…, no soy muy bueno explicando esto, pero por favor, no lo hagas, no sabes el daño que te harás a ti y al bebé – miré a Deidara quien me sonreía fraternalmente, mis lágrimas volvieron a aparecer y me lancé a los brazos de Deidara a llorar, él me abrazó con ternura

 

 

 

Después de lo que ocurrió ese día mi hermano y Deidara me llevaron a casa, en donde ellos me ayudaron a contarles toda la verdad a mis padres. Mi mamá se puso a llorar porque su bebé había perdido su pureza y me padre se veía molesto, pero aun así me dio su apoyo y me abrazó diciendo que jamás dejaría de ser su bebé aunque ahora tenga que madurar para cuidar del pequeño ser que engendraba.

Cuando cumplí los cinco meses de embarazo me retiré del colegio y comencé a tomar exámenes libres para no tener que asistir con mi enorme barriga, también nos enteramos de que esperaba un doncel, al cual nombré Sora. En todo ese tiempo yo me había encariñado con mi hijo, a quien le compraba de todo, desde juguetes hasta ropita, estaba muy ilusionado ahora que tenía el apoyo incondicional de mis padres y hermano, también contaba con el apoyo de mis amigos y de Deidara, quien me acompañaba a los controles y a comprar cositas para Sora, se veía contento de que haya podido superar un poco todo el acontecimiento.

Sora nació a término, fue un doncel sano y fuerte, al par de horas después de haber dado a luz me lo llevaron a mi dormitorio y lo tuve entre mis brazos por primera vez, era hermoso, se parecía a mí, con su piel clara como la leche y delicada, cabello negro, pero cuando abrió sus ojos pude notar que eran los mismos ojos de Naruto, no sabía que pensar, pero aun así le di todo mi amor a Sora, para que creciera rodeado de amor, mi hermano mimaba mucho a Sora al igual que Deidara, eran los tíos que consentían en todo a mi hijo, me causaba gracia, pero al mismo tiempo me ponía un poco celoso, pero cuando Itachi notaba eso me mimaba, amaba a mi hermano.

Cuando volví a casa desde el hospital mis padres nos recibieron con los brazos abiertos, ellos amaron a Sora, quien era risueño, mi padre era quien siempre luchaba con mi madre para cuidarlo durante las tardes para que yo pudiera dormir o estudiar, él era el abuelo perfecto, siempre feliz con mi hijo entre sus brazos, haciéndolo reír, dándole su biberón y un sin fin de cosas, durante las noches Sora dormía conmigo, era agradable sentir sus manitos apretando mi dedo, así solía dormirse y yo luego lo seguía.

Mi familia estuvo conmigo en todo momento, cuidando de mi y de Sora, estuvieron presentes en todos los momentos importantes de mi hijo, desde su primer baño, su primera comida, la primera vez que se pudo sentar solito o gatear, también sus primeros balbuceos, cuando aprendió a mantener el equilibrio y pararse solo, también sus primeras palabras y cuando se lanzó a caminar, ellos estaban allí, dándonos amor a ambos mientras yo le daba amor a Sora, nunca estuvimos solos.

Y eso, se lo agradezco a mí familia con todo mi corazón, siempre estaré en deuda con ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿qué les pareció? hice lo mejor posible para que fuera de su agrado como lo fue "El último beso", aunque ahora fue un más "aceptable" sahkdhjs XD 

bueno ¿me merezco algún review ?, lo dejo a su criterio :) 

espero poder verlos en el próximo y último capítulo que aún está en proceso y espero poder terminarlo a más tardar el próximo sábado para así publicarlo :) 

les dejo mi facebook personal: 

www.facebook.com/aoishii.sixthgun

allí publico todas mis creaciones y algunos adelantos como fechas o párrafos de alguna cosa XD 

bueno eso c: nos vemos en el próximo y último capítulo

besos y abrazos 

cuídense 

adiós ~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).