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Veinticuatro horas para enamorarse por aoishii_natsumishiroyama

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Notas del capitulo:

¡hola a todos! :D 

aquí reportándome con el segundo y último capítulo de este Two-Shot, quiero agradecerles a todos lo que leyeron y también muuuchas gracias por los reviews que dejaron, creánme que los leí absolutamente todos, pero lamentablemente no he tenido tiempo para responderles, pero eso no significa que no me importaron, ¡todo lo contrario!, me dieron las fuerzas para terminar este capítulo, editarlo y comenzar una nueva historia, pero no es categoría Naruto, y tampoco la publicaré en Amor-Yaoi, primero la terminaré, editaré y juntaré todo en un manuscrito y lo enviaré a una editorial, si está interesada, ¡genial!, si no, pues allí acudiré a publicarla y todo lo dejaré informado en mi Facebook personal y/o otro lugar c: 

bueno, me dejo de blah, blah y los dejo leer

disfruten de la lectura y nos leemos en las notas finales :)

Veinticuatro horas para enamorarse

Two-Shot

NaruSasu

II

 

 

 

Y ahora, cuatro años después de que Sora naciera, yo vuelvo a Francia, específicamente a París, junto con mi hijo, mi hermano y su, ahora, esposo Deidara. Yo cuento con veinte años, me gradué de la segundaria y entré a estudiar Arquitectura en una de las más prestigiadas universidades de Tokio, era un estudiante destacado y estaba a un año de titularme, mi hijo estaba en la guardería, ya que no podía cuidarlo mientras estudiaba, pero a él le gustaba, ya que había hecho amigos. Sora ahora es un doncel muy lindo y delicado, con sus ojos azules y su cabello levemente largo y desordenado, le llegaba hasta los hombros.

Los cuatro nos hospedamos en el mismo hotel en donde habíamos venido con mi familia la primera vez, nos quedamos en una suite, en donde Deidara e Itachi compartían un dormitorio y yo compartía otro con Sora, quien estaba fascinado con todo lo que había a su alrededor, según él le gustaba París porque tenía bonitos edificios, yo me reí ante su descripción, como amaba a mi hijo y ahora que lo pienso, ¿qué habría sido de mi sin él?, creo que nada, realmente no me arrepiento de haberlo tenido, aparte era tranquilo, alegre y cariñoso, era un completo encanto.

Los cuatro nos quedamos dos semanas en París, para que Deidara y Sora conocieran todo, normalmente salíamos todos juntos a recorrer, nos sacábamos fotografías y comíamos en los restaurantes que había alrededor, a veces también salía con Sora y luego nos juntábamos con Itachi y Deidara en algún lugar para terminar de recorrer la ciudad o para ir a comer, también solía llevar a Sora a los museos y a conocer lugares que fueran llamativos para un niño de su edad, pero grande fue mi sorpresa al ver que le interesaba absolutamente todo y no era para menos, si era un niño muy inteligente para su edad.

El ante-penúltimo día que tuvimos en París, Itachi, Deidara y Sora salieron juntos para hacer un recorrido en bote que había en la ciudad, yo no estaba interesado, ya que le tengo fobia a ese tipo de cosas, así que al rato después me alisté para salir a recorrer un rato la ciudad con tranquilidad, aunque extrañaba la presencia de mi hijo, es tan distinto todo cuando no está a mi lado, es todo mucho más desolador y ¿triste?

Caminaba sin prestarle mucha atención al camino, luego de varios minutos deambulando terminé en La Tour Eiffel, no sé como llegué allí, pero era nostálgico, tomando en cuenta de que nunca lo olvidé, y tengo que reconocer que en estos cinco años que pasaron desde que lo conocí y los cuatro años desde que nació Sora la he pasado solo, sin ningún hombre a mi lado, me han llegado varias invitaciones a salir, pero sigo enamorado de él, y no entiendo por qué, si lo único que hizo fue ilusionarme y utilizarme, sólo fui un revolcón, quien sabe cuántas personas más habrán pasado por lo mismo con él, pero agradezco que no haya tenido SIDA, me ahorré los malos ratos de portar con alguna enfermedad de transmisión sexual y también le ahorré todo eso a Sora, quien obviamente debía de contagiarse al momento de nacer, pero nada ocurrió.

Me quedé varios minutos mirando la torre, sentía un sentimiento de melancolía envolviéndome después de tanto tiempo, ¿qué habría pasado si no lo hubiera conocido?, primero no habría pasado el mal rato de sentirme utilizado y no me habrían roto el corazón, pero tampoco estaría Sora a mi lado y eso ni pensarlo, Sora lo es todo en mi vida, me ilumina y me da felicidad.

Mientras miraba atentamente la punta de la torre, sentí como alguien me miraba penetrantemente, bajé la mirada y comencé a buscar al dueño de esa penetrante mirada, hasta que lo vi, allí estaba él, parado, impresionado de verme, bufé ¿por qué tenía que encontrármelo?, ¿cuántas eran las malditas posibilidades de volver a encontrármelo en el mismo lugar en donde nos conocimos?, deben de ser una en un millón y lamentablemente me ocurre esta desgracia, desvié la mirada y me encaminé, alejándome de él, no quería verlo, ahora que después de tanto tiempo había podido superar un poco lo que me hizo sentir. Me alejé unos pasos, hasta que sentí como me agarraban del brazo, me giré abruptamente encontrándome con su azulina mirada, la cual se mostraba impresionada, como que no pudiera creer que estuviera allí, novedad, yo tampoco me la creía.

 

-          Suéltame – le dije en ingles tirando bruscamente de mi brazo, rompiendo así el contacto entre los dos, me iba a dar media vuelta, pero me volvió a detener, lo miré con odio, ¿qué quería?, ¿otro revolcón?, ¡qué se busque a otro entonces! - ¡qué me sueltes! – volví a repetir, pero él negó, suspiré frustrado, lo iba a golpear con mi brazo libre, pero me detuvo, comencé a forcejear, pero nada, no habían frutos, era más débil que él

 

-          No…, no puedo creer que estés aquí – me dijo con su acento británico

 

-          Pues será mejor que lo creas y me sueltes de una jodida vez – medio grité, estaba enfadado

 

-          Sasuke, escúchame – me detuve de golpe, ¿recordaba mi nombre?, lo miré impresionado, él se veía serio, le presté un poco de atención a lo que iba a decirme – lo que ocurrió…, lo siento, no quise dejarte solo, pero después me di cuenta de que ese día salía mi vuelo devuelta a Inglaterra, por lo que no me quedo de otra que volver y dejarte allí y… - ¿él cree que me creeré toda esa babosada?

 

-          No me hagas reír, ¿crees que te creo esa estupidez?, estás de coña – dije molesto

 

-          Hablo enserio, he vuelto acá todos los años en la misma fecha, esperando algún día encontrarte, estaba perdiendo la esperanza, pero verte ahora…

 

-          Deja de decir estupideces, no me interesa lo que digas, no te creo – mi corazón latía frenéticamente, odiaba que esto ocurriera, seguía enamorado de él después de todo lo que ocurrió

 

-          Estoy diciendo la verdad – se veía desesperado – yo… - tomó un poco de aire - cuando llegué a Londres no dejaba de pensar en ti de verdad, créeme, te busqué y no sabía nada de ti, así que sólo me dedique a venir a París, esperando a volver a verte, yo…

 

-          ¿tú qué? – me calmé un poco

 

-          Hablemos en otro lado, por favor – yo asentí sin saber el por qué lo hice, lo seguí hasta llegar al mismo hotel que me había llevado hace cinco años atrás, subimos en ascensor y nos acercamos a la suite en donde se hospedaba, deslizó la tarjeta abriendo la puerta, me dejó pasar primero y luego me siguió, cerró la puerta mientras yo contemplaba el cuarto, era más amplio, contaba con un sofá largo que se veía cómodo, tenía una mesita de centro frente al sofá, también había un televisor, unos muebles a cada lado del sofá, que contaban con lámparas y uno de ellos con un teléfono, había  una puerta donde supongo que estaba el baño y por último una puerta abierta en donde se podía apreciar lo que era el dormitorio, Naruto y yo nos dirigimos al sofá en donde nos acomodamos

 

-          ¿y bien? – fui el primero en romper el hielo, él me miró por unos instantes y suspiró

 

-          Lo siento mucho, no deseaba dejarte solo, pero debía de volver a Londres y terminar mis estudios, al siguiente año volví y al siguiente y así sucesivamente, no te miento

 

-          ¿te costaba mucho haberme dejado por lo menos algún mensaje?, creo que habría sido mejor y….

 

-          Te dejé un mensaje – me interrumpió, yo lo miré sin entender – te deje un mensaje en el mueble que estaba a un lado de la cama que explicaba el por qué me fui, ¿no lo viste? – negué y él bufó revolviéndose sus dorados cabellos frustrado

 

-          Lo siento, tenía que haberme fijado…

 

-          No importa, ahora entiendo tu reacción - murmuró Naruto, después de eso el ambiente entre los dos se ablandó lo suficiente como para comenzar a conocernos mejor,  charlar algunas cosas, en todo lo que hablamos supe que se llamaba Naruto Namikaze, hijo de un empresario Ingles que se casó con una joven estudiante de leyes, en ese tiempo, ambos eran de Londres; yo también le dije mi nombre completo y lo que estudiaba, me enteré que era titulado en Administración de Empresa y que trabajaba en una franquicia de su padre, pero que no estaba muy interesado en el asunto porque no era lo que él deseaba hacer, pero no le quedaba de otra por ser el único heredero, yo le conté que tenía un hermano mayor y que vivía con mis padres, aún no le hablaba de Sora, y no estaba muy seguro de decirle algo sobre él, temía una reacción negativa de su parte y que rechazara a nuestro hijo

 

Esa noche la volví a pasar con él, reviviendo lo que nació entre los dos hace cinco años atrás, nos amamos nuevamente con la misma pasión e intensidad, recorriendo todos los rincones que tenían nuestros cuerpos, sin dejar de reconocernos, ni dejar un rincón sin tocar, esa noche volví a probar sus labios y a suspirar su nombre. Nosotros dos, bajo las mantas de la cama, quien fue nuestro más fiel espectador, volvimos a encender la antorcha que nos había consumido en nuestro primer encuentro cuando yo sólo tenía unos inocentes quince años.

 

 

 

Podía sentir como la luz del sol se colaba por las abiertas cortinas del dormitorio chocando con mi pálido rostro, de apoco fui abriendo los ojos recordando de paso todo lo que viví anoche junto a Naruto, me giré perezosamente sobre la cama buscándolo, encontrándome con que ésta estaba nuevamente vacía, emití un gemido lastimero cuando me di cuenta de lo que ocurría, lo había vuelto a hacer, me había dejado…, yo le había creído.

Lentamente me volví a incorporar, miré a mi alrededor, notando que ahora no había nada, ni siquiera alguna nota, bufé frustrado, fui un iluso al creerle nuevamente y por volver a entregarme una segunda vez, pero ahora era consciente de que podía evitar un embarazo no deseado, ya que después de nacer Sora comencé a consumir pastillas anticonceptivas, así que era cosa de ir al hotel donde me hospedaba y tomarme una. Me levanté y agarré mis pertenencias, me puse mis bóxers y pantalones para luego salir del dormitorio con la camisa entre mis manos, apenas abrí la puerta pude ver a Naruto dándome la espalda, estaba hablando por teléfono, mi corazón comenzó a latir frenéticamente, tenía la esperanza de que no me dejara como la vez pasada. Esperé unos momentos observando su fornido cuerpo, traía puesta una toalla blanca atada a la cadera y otra más pequeña sobre sus dorados cabellos, los restos de agua descendían por sus hombros y espalda hasta perderse en el borde de la blanca toalla, también podía apreciar sus fuertes y tostadas piernas, me mordí el labio inferior evitando así emitir algún gemido de excitación por culpa de aquella visión, era un adonis.

Me perdí por varios minutos en cada detalle de su fornido cuerpo, tanto así que no noté que él ya había acabado de hablar y ahora me miraba con una radiante sonrisa en sus labios, y que entre sus manos se encontraba los restos de lo que, en su momento, fue el pasaje para volver a Inglaterra. Lo miré a los ojos sin entender, ¿por qué había roto el pasaje?, él se acercó a mí y me abrazo por la cintura, dejando reposar su mentón en mi hombro derecho, yo estaba en shock, podía sentir su cálida respiración chocar contra mi oído haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi columna vertebral, le devolví el abrazo pasando mis brazos por su cuello y acomodando mi cabeza en el hueco de éste.

 

-          No me iré – fue lo único que se digno a decir, yo sólo asentí pretendiendo entenderle, pero estaba muy perdido sintiendo su fragancia y calor – no volveré a Inglaterra – volvió a decir, yo me despegué unos centímetros de él para así poder mirarlo a los ojos, éstos expresaban sinceridad

 

-          No…, no volverás a Inglaterra – él negó con una sonrisa en sus labios – entonces…

 

-          Me quedaré contigo – me besó – porque tú me robaste el corazón, Sasuke – me  volvió a besar, yo sonreí  sobre sus labios, estaba feliz, me correspondía y estaríamos juntos al fin, ¡podríamos ser una familia junto con Sora!...., ¡SORA! , me separé abruptamente de él – Sasuke, ¿qué te ocurre? – me miró con preocupación

 

-          Yo…, Naruto – comencé a hiperventilar – Naruto, yotengounhijo – dije rápidamente, tanto así que él me miró sin entender, intentando descifrar lo que había dicho anteriormente, inhalé y exhalé con calma, contando entre tanto, tenía que decirle la verdad, de que teníamos un hijo en común – Naruto, tengo un hijo – dije ahora más calmado, él me miró impresionado

 

-          No me digas que tienes novio… - yo negué

 

-          Naruto,  mi hijo es tu hijo, fue concebido hace cinco años atrás, cuando tu y yo…. – no pude continuar, pero él pareció entender, ya que asintió

 

-          ¿cómo se llama?

 

-          Sora, es un  doncel y tiene cuatro años – sonreí tímidamente – es la viva imagen de mi, pero…, tiene tus ojos – dije en un susurro – ¿me crees? – asintió 

 

-          Quiero conocerlo – me dijo ilusionado – me siento culpable por no ayudarte en su cuidado ni acompañarte, me habría encantado verlo nacer y crecer, pero quiero conocerlo de todas formas y darle todo lo que no le di desde ahora – me sentía feliz con sus palabras – vamos, quiero hacer una parada antes de conocer a Sora – se encaminó al dormitorio para vestirse – ah, se me olvidaba – se giro levemente – celaré mucho a Sora, es un doncel, y jamás permitiré que un hombre se le acerque – en definitiva Naruto era peor que mi padre, me reí ante eso, sería buen padre para Sora, lo sé

 

Después de salir del hotel, junto con sus pertenencias, me llevó al El Pont Des Arts, no entendía porque me había llevado allí, yo miraba atento cada movimiento que hacía Naruto, él abrió su bolso de mano y de adentro sacó un candado y un lápiz permanente, comenzó a escribir algo en éste y luego lo colocó en la barandilla, me entregó una de las llaves del candado, yo miré detalladamente la llave y me agaché un poco para mirar el candado, no pude evitar sonreír con lo que estaba puesto allí:

 

 

“Naruto & Sasuke

Juntos por siempre y para siempre

25.07.2013”

 

 

Lo miré a los ojos, él me sonreía con amor, me incorporé y tiré la llave al rio Sena, él hizo lo mismo con la otra llave, ahora nuestro amor sería resguardado por el rio por el resto de nuestras vidas.

Después de caminar por unos veinte minutos llegamos al hotel en donde me hospedaba con mi hermano, mi cuñado y mi hijo, subimos en el ascensor, él estaba ansioso por conocer a Sora y yo sé que lo amará y que Sora lo querrá.

Una vez llegamos al piso en donde se encontraba la suite, nos acercamos a paso lento a la puerta de éste, yo saqué la llave que portaba y la encajé en la cerradura, girándola con calma, se escucho el “clac” de la cerradura cediendo, suspiré nervioso, era la hora de la verdad, miré a Naruto a los ojos y le sonreí, entré a la suite dejando por unos momentos a Naruto afuera y con la puerta entrecerrada, di unos pasos por el salón principal de la suite hasta que me detuvo mi hermano, quien vestía unos jeans ajustados, una camisa con los primeros botones desabrochados, y con su pelo suelto y mojado, me miró por varios segundos sin decir nada, al parecer me iba a reprender por alguna cosa, tal vez por desaparecer de nuevo, sonreí con timidez, Itachi se me acercó abrazándome con efusividad, se veía preocupado, no importaba que tuviera veinte años, él seguía siendo un hermano sobreprotector, yo le devolví el abrazo con cariño.

 

-          Dios, Sasuke, ¿dónde te habías metido?, estaba tan preocupado por ti, no sabías dónde estabas y Sora preguntaba por ti – me miraba detalladamente, buscando alguna cosa fuera de lo normal, yo sonreí – Sasuke, ¿ocurrió algo?

 

-          Sí – me miró horrorizado, como esperando a que le dijera un “no” como respuesta – Itachi, te quiero mucho, hermano, pero yo ya crecí – el negó

 

-          Para mi seguras siendo mi hermanito, te guste o no – yo me reí, irradiaba felicidad e Itachi lo noto – ¿qué me ocultas, Uchiha Sasuke?

 

-          Yo…, me reencontré con el padre de Sora – susurré nervioso, tenía miedo de ver su reacción, Itachi me miró shockeado y luego su expresión cambió a una de enojo, sabía que esto ocurriría – él…

 

-          ¡te volviste a revolcar con él! – me grito alterado, yo di un brinco ante el susto, se veía furioso, nunca lo había visto así, ni siquiera cuando se entero de que esperaba a Sora, de la puerta del cuarto matrimonial salió Deidara preocupado, nunca había oído gritar de esa forma a Itachi, yo sabía que Naruto nos había escuchado, pero claramente no nos iba a entender, ya que estábamos hablando en japonés – no aprendiste con una primera vez, si no que ahora vienes y te vuelves a revolcar con él

 

-          Itachi, cálmate – le dije al borde del llanto, no quería que se enojara conmigo – sé que hice mal cuando quedé esperando a Sora, pero créeme que ahora sé lo que hago, soy un adulto. Ayer me encontré con él de pura casualidad y estuvimos discutiendo, él me dijo que me había dejado porque ese día salía a primera hora su avión hacía Inglaterra, pero que me había dejado una carta que explicaba todo, la cual yo no vi, me lleva buscando cuatro años, Itachi, todos los años vuelve a París en estas fechas con la esperanza de volver a verme y así estar juntos…

 

-          ¡y tú le crees como crió! – me volvió a gritar, mis lágrimas salían sin compasión desde mis ojos, quiero que acepte nuestra relación

 

-          ¡sí, Itachi, le creo! – le grité – yo quiero que Sora tenga un padre, y ese padre es él – apunte hacía la puerta que seguía como la había dejado – pasamos la noche juntos y hoy me demostró que decía la verdad, ¡qué me amaba!, acepto a Sora – sollozaba – me hizo un juramento en el rio Sena, y tu sabes que ese rio…

 

-          Es el rio del amor, si lo sé – suspiró agotado Itachi – déjalo entrar – yo asentí mientras lo abrazaba por el cuello

 

-          Te quiero, Itachi, enserio – el asintió devolviéndome el abrazo, me separé lentamente de él y fui a abrir la puerta dejando pasar a Naruto, quien me miraba preocupado – pasa – le dije en inglés – mi hermano habla inglés, así que podrás comunicarte con él sin problemas – Naruto asintió entre tanto entraba a la suite con temor, las miradas de los dos se encontraron por primera vez, hubo un silencio sofocante, Deidara y yo temíamos lo peor, Naruto se veía realmente nervioso

 

-          ¿qué edad tienes? – fue lo primero que le preguntó mi hermano con seriedad, Naruto me miró de reojo y yo le sonreí, algo es algo

 

-          Tengo veintiocho – respondió, yo lo miré impresionado, ¿teníamos ocho años de diferencia?, sude frió, correría sangre allí mismo

 

-          ¿veintiocho?, ¡tú embarazaste a mi hermano cuando él sólo tenía quince años! – a Naruto se le cortó la respiración y me miró asustado

 

-          ¿t-tenías quince años? – me preguntó con miedo, yo asentí y modulé un “lo siento”

 

-          ¡te mataré, maldito pedófilo! – gritó mi hermano lanzándose sobre Naruto para intentar ahorcarlo, pero Deidara y yo intervenimos y los separamos

 

-          ¡lo siento! – dijo Naruto – juro que no sabía que Sasuke tenía sólo quince años, pensé que era mayor, no creí que fuera un menor de edad, lo siento de verdad

 

-          ¡le quitaste la inocencia a un niño!

 

-          ¡Itachi, detente! – dijo alterado Deidara, quien también hablaba en inglés – despertarás a Sora – ¡Sora!, me alejé de los tres y me fui a mi dormitorio, adentro se encontraba Sora echo bolita bajo las mantas, sonreí con ternura

 

-          Pff, bueno, ¿no se despertó? – me preguntó, yo negué mientras cerraba la puerta y me acercaba a los tres – ¿qué piensas hacer, Sasuke?

 

-          ¿hacer? – miré a Naruto a los ojos, él se veía desconcertado, era verdad, ¿qué haríamos? – llevarlo a Japón – dije con simpleza, Naruto asintió

 

-          No volveré a Inglaterra – expresó él – yo les había informado a mis padres que hace cinco años atrás había conocido un doncel acá en París, y que volvería para buscarlo, así que si un día no volvía a Inglaterra, es porque lo encontré y me quedaría con él

 

-          ¿qué dijeron tus padres?

 

-          Entendieron, al fin y al cabo ya era un adulto. Así que volví en los últimos cuatro años buscando a Sasuke, para estar con él, jamás pensé que sería menor de edad ni que terminaríamos teniendo un hijo en común, pero no me molesta, creo que es otra razón para no dejarlo ir – hizo una pausa – yo realmente estoy enamorado de su hermano, créame – lo miró a los ojos, Itachi sonrió

 

-          Te podré creer, ¿pero has pensado cómo reaccionará nuestro padre?, él es peor que yo, y cela con toda su alma a Sasuke – Naruto trago don dificultad

 

-          Pues lo enfrentaré y le pediré la mano de su hijo – lo miré impresionado, mi corazón latía con fuerza y mi respiración se comenzó a entrecortar, estaba feliz e ilusionado, Naruto me amaba de verdad y podía sentir que decía la verdad

 

-          Veremos si realmente te funciona – dicho esto, mi hermano, junto con Deidara, se fueron a su dormitorio, dejándome a solas con Naruto, quien lanzó un largo suspiro, se veía agotado, yo le sonreí

 

-          Vamos, tengo que levantar a Sora – me encaminé al dormitorio de nuevo seguido ahora de Naruto, abrí la puerta dejándolo pasar,  luego cerré la puerta tras de mí, él miraba cada movimiento que yo hacía, primero abrí las cortinas para dejar entrar la luz del día, abrí también las ventanas para dejar ventilar la estancia, me acerqué a mi hijo que seguía durmiendo echo bolita, me senté a su lado y comencé a acariciarles sus lacios cabellos mientras le decía oraciones dulces para despertarlo – mi amor, despierta – lo mecía, Sora se quejó mientras se escondía bajo las mantas y se movía como lombriz, sonreí y comencé a hacerle cosquillas por encima de su “escudo”, Sora comenzó a reírse a carcajadas – vamos, levántate dormilón

 

-          No, no quiero – me decía entre risas, yo tiré de las mantas y lo tomé de los brazos para luego acurrucarlo en mi pecho, Sora quedó sentado en mis piernas y agarraba, con sus manitos, mi camisa con fuerzas, le besé la cabeza

 

-          Buenos días, dormilón – le susurré con cariño acunándolo en mis brazos – ¿cómo dormiste?

 

-          Bien – sonrió mirándome con sus expresivos ojos azules – ¿por qué no llegaste anoche? – me preguntó con tristeza, mi corazón se encogió ante eso

 

-          Perdón, no quise dejarte solo – acaricié sus mejillas con mis manos – no lo volveré a hacer, lo prometo

 

-          ¿Lo prometes de verdad? – dijo con su infantil voz, yo asentí mientras besaba su frente

 

-          Lo prometo, tesoro, ahora a levantarse que se hace tarde – él se bajó de mis piernas y se giró quedando frente a Naruto, quien lo miraba con una sonrisa en los labios, Sora se echó para atrás asustado – Sora, tranquilo – él se giró y se escondió entre mis piernas, suspiré, sería difícil traspasar la barrera de confianza, Sora era muy desconfiado y tímido

 

-          Má, ¿quién es? – cuestionó sollozando, miré a Naruto a los ojos, él se veía preocupado por la reacción de Sora

 

-          Naruto, lo siento, pero es desconfiado y algo tímido – le expliqué en inglés, él asintió, ahora me dirigí a Sora – cariño – le dije en japonés – él es…, se llama Naruto y es un amigo mío – le sonreí, era bueno empezar de apoco, Sora asintió, pero no se soltaba de mí, iba a ser difícil todo esto, me levanté y lo cargué – lo iré a bañar – volví a decir en inglés

 

-          Bueno, me quedo acá entonces, no deseo incomodarlo

 

-          Gracias – le sonreí para luego salir del dormitorio e ir al baño con Sora entre mis brazos, una vez allí adentro preparé el baño, juntando agua en la bañera, Sora miraba mis movimientos con tranquilidad. Cuando la bañera estuvo con la suficiente agua para Sora, lo bajé dejándolo de pie en el piso y así poder desvestirlo con facilidad, dejé su pijama doblado y lo metí en la bañera, él se sentó y comenzó a chapotear en el agua – Sora, mírame –  y así lo hizo – quiero que te lleves bien con Naruto

 

-          ¿por qué, Má?

 

-          Naruto, hijo mío, es… él es , es tu Papá – susurré angustiado, esperando su reacción

 

-          ¿mi papá? – me miró sin entender, yo asentí – pero… si él es mi papá, ¿por qué te dejo solo? – a veces me dolía que él fuera tan inteligente

 

-          Porque, yo era muy joven aún y no sabía qué era lo que ocurría entre nosotros, no sabía si estábamos haciendo lo correcto, así que preferimos separarnos, por nuestro bien – le mentí un poco, Sora asintió con inocencia, así que decidí seguir narrando – pero, nosotros jamás creímos que nos volveríamos a encontrar después de tanto tiempo – sonreí nervioso – nos dimos cuenta que aún nos amábamos, así que decidimos volver a estar juntos

 

-          Pero, ¿por qué permitió que te fueras si estaba yo?

 

-          Pues… - suspiré – porque en ese momento nosotros no sabíamos que tú estabas por llegar, cariño – le sonreí – es todo…

 

Después de esa pequeña, pero significativa charla con Sora, las cosas mejoraron, Naruto se pudo acercar un poco más a nuestro pequeño, quien se dejaba mimar y a veces se escondía detrás de mí. Ese día, que era el último que pasábamos en París, salimos los tres juntos, Sora me tenía tomado de la mano y me alejaba de Naruto, tengo que reconocer que mi hijo es algo celoso, pero Naruto no se queda atrás, porque él también me celaba de todos los hombres que me miraban con deseo, yo sólo me dejaba hacer por los dos.

En la noche, Naruto durmió en el sillón de la suite, ya que mi hermano no lo dejo compartir cama con nosotros. Esa misma noche Sora me dijo que le parecía muy simpático, y que lo quería, pero lamentablemente, no lo entendía, y no lo culpo, Sora sólo tenía cuatro años y hablaba japonés, en cambio Naruto con sus veintiocho años sólo manejaba el inglés británico.

A la mañana siguiente todos nos alistamos para partir a Japón, nos conseguimos un asiento para Naruto, quien intercambio pasaje con una señora para así poder sentarse con nosotros, Sora y Naruto estuvieron gran parte del viaje jugando a las cartas y también dibujando, tenían una bonita relación de padre e hijo, yo sólo los miraba y me reía ante las locuras que hacían, luego, en la mitad del viaje, Sora se durmió, allí recién pude notar el nerviosismo de Naruto, quien estaba sentado hacía el pasillo, Sora en medio y yo a la ventana.

 

-          Tranquilo – le susurré – no te matará, pero si te torturará – me burlé refiriéndome a mi sobreprotector padre, al principio Naruto se mostró tranquilo, pero apenas pronuncié lo último él deseo tirarse desde el avión al vacio, me hacía gracia verlo así de nervioso, aparte, también se hallaba amenazado por mi hermano de que si me hacía derramar, aunque sea, una lágrima, lo mataría degollándolo y luego enterrando todas las partes de su cuerpo en distintos lados para que nadie se enterase, era terrorífico, pero tierno el detalle de mi hermano, aparte le dijo que debía de cuidar mucho a Sora, porque él sería un doncel muy hermoso, como lo era yo, allí me sonrojé, mi hermano sí que era celoso

 

Apenas el avión aterrizó en Japón, Naruto cargó a Sora en sus brazos, quien aún dormía plácidamente, yo tomé nuestros bolsos de mano mientras mi hermano y Deidara se llevaban el resto de las cosas, tomamos un taxi desde el aeropuerto a mi hogar, donde nos esperaban mis padres, quienes aún no sabían que venía con Naruto. El viaje a casa fue tranquilo, Itachi iba sentado en el lugar del copiloto, mientras Deidara y yo estábamos atrás junto con Naruto quien cargaba al dormido Sora entre sus brazos, yo estaba sentado en medio, apoyado en el hombro derecho de Naruto, realmente tenía miedo de la reacción de mi padre, sospechaba, no, podía aclarar que mi padre trataría peor a Naruto de cómo lo trató Itachi, ya que él era mucho más celoso que mi hermano, y eso, era decir poco.

Cuando llegamos a casa, Itachi pagó el taxi junto con Naruto, bajamos nuestras pertenencias y nos acercamos a la entrada, mi casa era grande pero acogedora, éramos una familia con buena situación económica, pero no por eso éramos fríos y calculadores, de hecho, siempre estábamos unidos y apoyándonos en todo momento. Con temor abrí la puerta de mi hogar, Itachi y Deidara fueron los primeros en ingresar con nuestras pertenencias mientras nosotros nos quedábamos afuera, mirándonos en silencio, mi corazón latía frenéticamente, los azulados ojos de Naruto expresaban miedo y no era para menos, si estaba a segundos de conocer a su suegro.

 

-          Nosotros podemos, ¿no? – le sonreí, él asintió, se acercó a mí y me besó con ternura, luego de eso decidimos entrar, cerré la puerta y nos adentramos hasta la sala, en donde se encontraban mis padres junto con Itachi y Deidara conversando, me acerqué asustado y Naruto me seguía pisándome los talones, mis padres nos quedaron mirando, en especial papá, quien se mostraba molesto – hola – fue lo único que pude susurrar

 

-          Bienvenido, tesoro – me dijo mi madre con cariño, yo me acerqué a ella para poder abrazarla – ¿cómo estuvo el viaje? – yo asentí – ¿cómo se portó Sora?

 

-          Bien, se portó bien, tu sabes que es tranquilo – sonreí mirando de reojo a Sora que se hallaba aún durmiendo entre los brazos de Naruto

 

-          Cariño – susurró mi morena madre – ¿quién es él? – me miró preocupada

 

-          Yo…

 

-          Sasuke – la ronca y fuerte voz de mi padre resonó en toda la estancia

 

-          Papá, te lo puedo explicar, enserio – me acerqué arrodillándome frente a él, quien se encontraba sentado en uno de los sillones, yo me apoyé en sus rodillas juntando mis manos – papá, él es Naruto, es el padre de Sora – decidí soltar todo de una, mi padre se mostraba serio y decepcionado – por favor…

 

-          ¡no puedo creer que traigas a éste desgraciado a nuestra casa! – gritó enfadado levantándose de golpe, cayendo yo al piso sentado, me incorporé lo más rápido que pude del piso y me aferré a mi padre

 

-          Papá, entiende, por favor…

 

-          ¡qué quieres que entienda!, ¡qué éste desgraciado, quién se atrevió a embarazarte y abandonarte, esté acá!, ¡él no es bienvenido y que te quede claro, Uchiha Sasuke! – mi papá nunca me había gritado así, estaba desesperado, no quería que las cosas salieran mal, así que abracé a mi papá, intentando así calmarlo

 

-          Por favor, dale una oportunidad, todo lo que ocurrió fue un mal entendido, ¡te lo juro!, nos reencontramos de pura casualidad y aclaramos todo, le conté sobre Sora y se mostró interesado en conocerlo, se llevan bien, se quieren y me ama, ¡enserio, papá! – lloraba aferrándome de su cálido torso

 

-          ¡no y no, Sasuke…!

 

-          Cariño – intervino mi madre – yo creo que hay que darle una oportunidad al muchacho, confió en que Sasuke nos está diciendo la verdad…

 

-          ¡no, mujer, tu no me contradices! – le gritó a mi madre, ella se exaltó y se mostró asustada, nunca en la vida mi padre se había atrevido a levantarle la voz a mi madre y todo por mi culpa

 

-          ¡Má! – gritó Sora llorando, se había asustado por los gritos de su abuelo, quien miró a Sora que se encontraba aferrado a los brazos de su rubio padre, yo me separé de mi papá y me acerqué a mis dos amores, tomando entre mis brazos a mi hijo, quien se abrazó con fuerzas a mi cuello, lo intenté calmar, pero su llanto no daba fin

 

-          Ya mi bebé, tranquilo – lo mecía, mis lágrimas descendían de mis ojos, no quería que nuestra familia se desintegrara por mis actos – papá – susurré como último medio de persuasión – lo amo y él nos ama a nosotros, por favor, dale una oportunidad, es lo único que te pido, una oportunidad para que lo conozcas, pero, por favor, no dejes a Sora sin su padre, él merece crecer con sus padres, como yo crecí con ustedes

 

-          Má – susurró entre sollozos – se van a llevar a papá – su voz se volvía a quebrar, era primera vez que lo escuchaba decir “papá” a Naruto, mis ojos se volvieron a aguar y a derramar lágrimas, estreché con todas mis fuerzas a Sora, no quería privar a Sora de un derecho, como lo era el de conocer y crecer con sus dos padres

 

-          Cariño, todo depende de la decisión de tu abuelo – le acaricié sus oscuros cabellos buscando así calmarlo un poco, era muy pequeño como para sufrir una pérdida como la separación de él con la de su padre

 

-          Abuelito – giró levemente su cabecita para mirarlo – ¿te llevarás a papá? – mi padre lo miraba con dolor, le estaba haciendo daño a su nieto y se había prometido desde el principio a hacerlo feliz por sobre todas las cosas, y ahora estaba rompiendo su promesa, y de paso, su pequeño e inocente corazón

 

-          Sora – susurró mi padre confundido, se encontraba entre la espada y la pared, y mi hermano estaba a punto de intervenir en la discusión, porque odiaba ver a Sora sufrir, él con sus propios ojos había visto como era Naruto, cariñoso y buen padre, aparte de que era atento conmigo y se preocupaba por nuestro hijo, por lo que, durante nuestra última noche en París, me dijo que apoyaba nuestra relación y que nos deseaba lo mejor – lo siento, Sora – esa fue la gota que rebalsó el vaso, Sora se echó a llorar desesperado removiéndose con fuerzas entre mis brazos, lo solté dejándolo de pie, él se acercó a Naruto y se abrazó a sus piernas, Naruto no entendía nada porque hablábamos en japonés, pero algo debería de sospechar por la reacción de nuestro hijo, lo tomó entre sus brazos y pudo ver como Sora se aferraba a su cuello y rodeaba con sus pequeñas piernas su cintura, con mis manos me tapé la boca, comenzando a sollozar con fuerzas, mi hijo estaba sufriendo y yo no deseaba eso, mi cuerpo comenzaba a convulsionar a causa del llanto, Naruto me miraba con tristeza, sus hermosos ojos se habían apagado en ese instante

 

-          Lo siento, Naru – le dije en inglés y estirando mis brazos para que me pasara a Sora, él asintió, pero Sora no deseaba soltar a su padre, con todas mis fuerzas logré separarlo de Naruto, allí el llanto de Sora se incrementó, ahora gritaba por su padre, mi corazón se rompía en mil pedazos – lo siento, Sora, no pude hacer nada – Naruto se acercó a nosotros besándonos la cabeza con cariño, luego agarró sus pertenencias para irse, pero antes de partir le dijo unas únicas y últimas palabras a mi padre

 

-          Se arrepentirá de hacerle eso a su hijo y nieto – se atrevió a decir en inglés para luego darse la media vuelta y abandonar la casa

 

Ese día apenas Naruto abandonó mi casa, todo se volvió un infierno, mis padres terminaron peleando e Itachi intervino, Deidara me llevó a mi cuarto junto con Sora, quien llamaba a su padre desesperado, luego de llorar por varias horas se durmió entre mis brazos, yo lo acosté y me acomodé a su lado, Deidara se quedó con nosotros, se veía que él también sufría, porque para él Sora significaba mucho. Durante la noche la puerta de mi dormitorio se abrió dejando entrar a Itachi algo alterado, cerró la puerta tras de él y se acercó a nosotros, sentándose en la cama a un lado de Sora, le acarició con suavidad sus cabellos, me miró y suspiró.

 

-          Si puedes, busca a Naruto, hicimos cambiar de opinión a nuestro padre, después de escuchar por horas el llanto de Sora, prefirió que él viniera, yo iré a buscarlo en mi auto, tu ve en el tuyo y dejamos a Sora con Deidara, ¿ok? – yo asentí incorporándome para luego abrazar con fuerzas a Itachi

 

-          Gracias, hermano

 

-          De nada, yo quiero lo mejor para ustedes – me sonrió, me alisté un poco y salimos a buscar a Naruto, tuvimos varias horas buscándolo, fuimos a varios hoteles y al final decidimos ir juntos al aeropuerto, en donde lo encontramos sentado en una banca mirando su pasaporte, yo me acerqué corriendo a él y lo abracé, él me devolvió el abrazo sin entender el por qué estaba allí, frente a él

 

-          Mi padre, te dio una oportunidad – le expliqué exaltado mientras derramaba lágrimas – así que no es necesario que vuelvas a Inglaterra – le quité el pasaporte, en su interior se encontraba el pasaje para Inglaterra recientemente sacado, tenía hora de embarque para más de doce horas, tendría que esperar mucho, le entregué el pasaje a Itachi, quien fue a recepción para arreglar el asunto y así tener la devolución del dinero, yo seguía abrazando a Naruto, no quería soltarlo por miedo a perderlo

 

-          Puedo volver a ver a Sora – yo asentí mientras unía mis labios a los suyos en un apasionado beso, esperamos un rato allí a Itachi, cuando apareció ambos nos levantamos y nos fuimos a los estacionamientos, Naruto se fue conmigo e Itachi en su auto, el camino de vuelta a casa fue silencioso, Naruto miraba por la ventana del copiloto el camino, perdido en sus pensamientos. Cuando llegamos a mi casa, estacionamos los autos y volvimos a ingresar, los tres nos dirigimos directamente a mi cuarto, en donde se encontraba Deidara velando el sueño de Sora, aún era de noche, pero pasada la madrugada, cuando Deidara vio entrar a Naruto pudo sonreír tranquilo, él y mi hermano se fueron al cuarto de Itachi y nos dejaron a nosotros a solas, Naruto me abrazó con fuerzas – te amo – me susurró para luego volver a unir sus labios a los míos, yo me dejé hacer. Ambos nos acostamos a cada lado de Sora, era algo positivo el hecho de que mi cama fuera grande.

 

Sentía como mi rostro era acariciado con ternura, de apoco fui abriendo mis ojos, fijándolos en la morena mano que me tocaba, sonreí al reconocer al dueño de esa mano, era Naruto, me incorporé con pereza y miré a Naruto, quien tenía sentado entre sus brazos a Sora, el televisor de mi cuarto se hallaba encendido en un programa infantil que en esos momento nuestro hijo observaba, sonreí nuevamente para luego lanzarme a los brazos de Naruto y besarlo, por fin estábamos juntos y con Sora, por fin éramos una familia completa, no pude evitar llorar de la felicidad.

 

 

 

A los dos meses de todo el acontecimiento, Naruto y yo nos casamos, teniendo como invitados a mi familia, mis amigos y lo más importante, su familia, a quienes por fin pude conocer, los padres de Naruto con los míos tuvieron una magnífica química, tenían mucho en común, cosa que me alegraba. Mi padre había aprendido llevarse con Naruto, por lo que el ambiente en casa no era sofocante cuando ellos dos estaban presentes. También Naruto en esos dos meses aprendió a hablar en japonés, por lo que por fin pudo comunicarse sin obstáculo alguno con Sora, quien amaba a su padre, ambos pasaban tiempo de caridad juntos, los domingos, por ejemplo, era día de padre e hijo, así que ellos salían al parque a jugar, algunas veces yo me unía a ellos, era un ambiente cálido y reconfortante la que se formó entre nosotros.

Qué más puedo decir… que ahora, después de dos años de habernos casado y con nuestro pequeño Sora más grande y lindo, nosotros somos una familia feliz, superamos todos los obstáculos que se nos presentó en algún momento, aprendimos a amarnos y a convivir.

También puedo decir que ahora nosotros ya no somos tres, hace más de un año nació nuestra segunda hija, que fue concebida en nuestro segundo encuentro en París, ella es rubia y de ojos azules, igual a Naruto, no sacó ninguna característica mía, pero eso es algo entretenido, porque tendremos hijos variados, ella se llama Hiko, una pequeña extrovertida que fue una luz para nosotros, porque con ella, aprendimos muchas cosas que no aprendimos con Sora, quien ama a su hermanita y con la cual comparte sus juguetes…

Simplemente, somos una familia feliz y eso nada ni nadie lo cambiará.

 

 

 

 

 

 

 

FIN

Notas finales:

¿qué les pareció el capítulo?, ¿les gustó?, ojalá que sí ;u; 

bueno, muchas gracias a todos por leer hasta aquí, no saben lo agradecida que estoy y espero poder escribir algo pronto para ustedes, pero nada está seguro aún :c 

¿me merezco algún review?, lo dejo a su criterio :) 

bueno, quiero dar una información con respecto al proyecto que tenía fecha para diciembre, era un SasuNaru, tenía dos, pero ocurrió una catástrofe y se me ocurrió releer las historias y me di cuenta de algo: ninguna de las dos tenía una trama definida, caí en una desesperación y pequeña depresión por mi inutilidad y en un ataque de furía las borré del sistema de mi notebook, me di cuenta de que últimamente no sirvo para historias largas ya que la trama nunca se me definen, así que seguiré escribiendo One/Two-Shot por un tiempo hasta que pueda, por fin, definir alguna trama y escribir algo más largo, así que me disculpo con todas aquellas personitas que esperaban a que llegara diciembre para leer el FanFic, pero tendrán que seguir esperándo a que me llegue le verdadera inspiración, como ocurrió con la historia que hablé allá arriba *-* 

bueno eso :) 

les dejo mi Facebook personal para que tengan alguna información adicional sobre mis próxima publicaciones y algún y que otro adelanto, que a veces publico, y si estoy algo ausente, es por los estudios, ya que estoy estudiando para el ingreso universitario :c 

www.facebook.com/aoishii.sixthgun

ahora sí, eso, nos estamos viendo en algún próximo One/Two-Shot :) 

cuídense y gracias nuevamente a todos :') 

besos y abrazos 

adiós ~ 


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