Superficially famous
Capítulo 11
Me subí a un taxi y le mandé un mensaje a mi tío explicándole que Kai había accedido a volver, pero que a cambio iba a tener que hacerle un book. Respondió enseguida, muy contento y sin problemas sobre el pedido de Jongin. E incluso sorprendido por la simpleza de la condición. Después me dediqué a observar el paisaje.
El auto pasó por un puente que estaba por arriba de un pequeño río. Me llamó tanto la atención la belleza del lugar que le pedí que parara y me bajé.
En China, tenía mi lugar favorito donde podía desconectarme de todo: Un pequeño y humilde puente que había en la zona donde vivía que, al igual que este, pasaba por arriba de un río. Solía sentarme del lado de afuera, el que daba al vacío y al agua, y apoyarme en la baranda. Me relajaba, me ayudaba a pensar y me hacía sentir una sensación de libertad que nada más me daba. Con alegría decidí revivir esos tiempos, pasándome al lado de afuera del puente, sentándome con la espalda apoyada en la baranda y los pies colgando a la nada. La temperatura había bajado considerablemente en comparación al día anterior y el frío calaba mis huesos de una manera extrañamente placentera, valía la pena sentir eso si a cambio podía estar sentado ahí. El río un poco más abajo se escuchaba como una relajante melodía lejana.
- Me pregunto…- hablarle al aire, al viento fresco con aroma a naturaleza, era otra costumbre -Si de verdad podría llegar a pasar algo con Jongin. Se ve tan relajado a mi lado… Por mucho que lo niegue o me decepcione, aunque esa sensación se borre cada vez que paso un momento agradable con él, mi ilusión de poder ser importante para él no muere. Puedo mentirle a cualquiera, incluso a Lay, pero en el fondo sigo admirándolo como fanático- miré mi reflejo en el agua, acariciando la fría baranda -Y cada vez lo admiro más como algo más que un fanático a su estrella favorita. Cada segundo que pasa me interesa más él como persona- suspiré.
***
Cuando retomé el camino a casa, esta vez a pie, mi celular sonó. Lo tomé, viendo que era un mensaje de texto de Kai (Nos habíamos pasado los números esa misma tarde).
"Por cierto, no me animé a decirte nada hoy pero todo lo que dije anoche… Es cierto. Me acuerdo de todo, o eso creo, y de verdad pienso así… >-<"
Un calor recorrió mi rostro hasta mis orejas y mi pecho. Ya sabiendo que sus lindas palabras habían sido de verdad y no por un tema de alcohol, me sentía liviano, feliz y me encontraba en posición de dejar salir mi fanboy interior. Salté en mi lugar una vez, y volví a mirar el teléfono. Usa caritas en sus mensajes. Guardé el celular en mi bolsillo al sentir que estaba en peligro de ser estrellado contra el suelo. Ya le respondería al llegar a mi casa.
Me acomodé la bufanda, protegiéndome del frío, y caminé a paso rápido y con una enorme sonrisa decorando mi rostro.
***
Al día siguiente, apenas aparecí frente a mi tío, me abrazó con fuerza, alegando que era su sobrino favorito y que estaba muy feliz. Que Kai había llegado a eso de las siete de la mañana y no había parado de ensayar desde entonces. Sonreí orgulloso de mi logro. Se había tomado realmente en serio nuestro trato.
Alrededor de las cinco y media de la tarde, estaba merodeando por la empresa mientras esperaba que Jongin apareciera por algún lado. En un momento de mi paseo, escuché un fuerte estruendo provenir de la sala de ensayo que yo sabía que tenía un piano. Un ruido como de cosas cayendo y chocando entre sí. Me acerqué con rapidez para entrar a ver si alguien necesitaba ayuda, cuando fui interrumpido.
- Yo no haría eso si fuera vos- dijo una voz a mis espaldas. Giré mi cabeza para mirar a Kai.
- ¿Por qué?- sonrió, asomándose por la pequeña ventana de vidrio que había en la puerta y señalando.
- Mirá- me asomé para observar, viendo adentro al que reconocí como KyungSoo, el supuesto amigo de Kai, sentado en la tapa de las teclas del piano, con las piernas abiertas y un chico muy alto entre ellas, besándolo con una pasión tan desmedida que me hizo sentir mal por estar mirando un momento tan íntimo entre ellos. Volví a mirar a Jongin, que sonreía al tiempo que dejaba de espiar -Ya era hora. Llevan mucho tiempo en una extraña tensión, enamorados entre sí como tontos. KyungSoo le dedicaba las canciones románticas de ambos a ChanYeol, y él a KyungSoo en cada práctica. Todos sabíamos, menos ellos mismos, que eran correspondidos.
- Según lo que decís sí, ya era hora- comenté con una sonrisa. Feliz por ellos a pesar de no conocerlos.
- Sabés… no vamos a entrar, pero sí interrumpirlos- volvió a mirar -KyungSoo ya tiene la camisa casi afuera- explicó alarmado -Si no paran van a tener sexo ahí mismo- y golpeó la puerta con fuerza dos veces. Me tensé enseguida, asustado por ser atrapado espiando a la pareja, antes de que Kai tomara mi mano y empezara a correr conmigo detrás, riendo como loco por su travesura. Corrimos por un pasillo, doblamos en otro y bajamos dos pisos por las escaleras de emergencia. Los dos estábamos riendo mientras huíamos de algo que seguro no nos perseguía -Se lo merece por molestarme tanto en la secundaria- dijo respirando entrecortadamente cuando ya estábamos lo suficientemente lejos y habíamos parado de correr.
- ¿Hace tanto se conocen?- pregunté sorprendido, con las respiración agitada y secando el sudor de mi frente con la manga de mi buzo.
- Sí… desde que tenemos como diez años- sonrió, dejándose caer al suelo para sentarse -Al principio no nos llevábamos bien, después empezamos a tener una especie de amistad-odio. Nos molestábamos, pero nos apoyábamos en las malas. Y compartíamos algunos momentos buenos también. La amistad se afianzó en el último año de secundaria, y somos mejores amigos desde entonces- volvió a esbozar una sonrisa, provocando que yo también lo hiciera.
- Qué lindo. A mi mejor amigo, mi compañero de piso y coreógrafo acá, también lo conozco desde que somos chicos. Es agradable tener una amistad de tantos años- asintió con la cabeza.
- Vamos por tus cosas, una sesión de fotos nos espera- se paró de nuevo, guiñó un ojo y Kai apareció.
***
Estaba acostumbrado a ver a Kai sin remera en las fotos, e incluso en su departamento las veces que había estado ahí. Pero esto era totalmente diferente. Un Kai sin remera y con el pantalón de jean caído, revelando los huesos de la cadera y el elástico de unos bóxer azul oscuro, su piel brillante por algún producto que se había puesto para que se viera más apetecible y su casi imperceptible maquillaje (no había llamado a nadie para que lo ayudara, se había arreglado solo). Kai en estado puramente profesional era terriblemente sexy. Mucho más ahora que lo veía en vivo y en directo.
No podía despegar mis ojos del visor de mi cámara, haciendo zoom, y deshaciéndolo, abusando de la imagen y no dejando de sacar foto tras foto mientras él probaba diferentes poses, las cuales hasta la más sencilla era sensual y provocadora.
En un arrebato, dejé de lado la cámara para acercarme a un confundido Jongin, que había dejado de posar. Saqué del bolsillo trasero de mi pantalón un brillo labial muy suave que, puesto, daba la impresión de que los labios estaban humedecidos por saliva. Lo llevaba conmigo por las dudas, ya que las luces del lugar eran calurosas y por ahí le resecaban un poco los labios y eso no se vería bien en las fotos. O tal vez eso último era una simple excusa para hacer ver a sus labios un poco más apetecibles. Masoquista.
- Permiso- dije antes de untar mi dedo índice con el producto y pasarlo por sus, ya de por sí, suaves labios. Con sorpresa, noté una mano afirmarse en mi cintura, lo miré a los ojos y sonrió casi imperceptiblemente bajo mis dedos. Respiré hondo con la esperanza de tranquilizarme y mantenerme firme: No me parecía correcto lanzarme sobre él y, literalmente, comerle la boca. El contacto visual no se cortó mientras yo me mantenía más tiempo del normal acariciándole los labios para esparcir bien el brillo, sintiendo su pulgar moverse sobre mi cintura casi imperceptiblemente en una sutil caricia.
Volví a mi posición, sonrojado por mi atrevimiento, sintiendo la penetrante mirada de Jongin en mi persona. Y mi dedo índice picar con ansiedad por volver a pasear por esa boca. Tomé mi cámara y seguimos con la sesión.
Kai (o yo, tal vez), no podía escapar: estaba en el punto de mira y a la vez, encantado, se mostraba. Dejaba caer un poco la camisa abierta que se había puesto un par de fotos atrás por su brazo, exhibiendo su hombro como tentándome a mirarlo más de cerca, volviendo en esos momentos a aumentar el zoom, grabando esa piel tanto digitalmente como en mi cerebro.
***
Pasaron las semanas sin que casi pudiera notarlo. Lay pasaba mucho tiempo en la casa de Sehun, y cuando podíamos hablar un rato, me contaba que estaba frustrado pero cada vez más embobado con nuestro vecino. El, al parecer, siempre inocente Sehun, se estaba ganando un pasaje sólo de ida al corazón de mi amigo.
Por otro lado Kai y yo estábamos casi todos los días juntos. Descubrí que era fácil de tratar, aunque a veces venía con extrañas peticiones. Como el día que me invitó a su casa y cuando llegué me mostró que había comprado todo lo necesario para que yo le enseñara a tejer (¿Por qué quería aprender a tejer? No podía entenderlo). Su rostro de bebé al que le sacaron el chupete cuando le expliqué que no sabía hacer eso me hizo prometerle que buscaríamos algún tutorial en internet. Y así terminamos a los pocos días, mirando su película favorita "El laberinto" bajo una deforme manta hecha por nosotros y un enorme tazón con pochoclos.
La película me había gustado y la comida estaba muy rica, pero nada se comparaba con la sensación de estar así con Jongin. Y cuando se durmió sobre mi hombro casi al final de la película, sentí que iba a explotar de ternura. También pude notar que fumaba menos cuando estaba entretenido con otras cosas.
Lento pero seguro, nos conocíamos cada vez más mutuamente. Incluso me presentó oficialmente a KyungSoo y a ChanYeol. El primero era algo serio y un poco altanero, pero agradable al conocerlo. ChanYeol, en cambio, era tranquilo y cálido. Eran perfectos el uno para el otro al verlos interactuar un poco. Tan iguales y a la vez un poco diferentes.
En ese mes y medio que había pasado desde la sesión de fotos (Con la cual Kai había estado muy satisfecho), todo había ido bien y tranquilo.
Pero había algo que en el fondo de mi mente, me inquietaba. Kris. No había intentado acercarse de nuevo, y no sabía si eso significaba que se había rendido o si estaba esperando el momento justo para volver.