Superficially famous
Capítulo 15
Fue uno de los mejores despertares de mi vida. Kim Jongin me miraba sonriendo mientras yo me frotaba el rostro para alejar el sueño. Cuando volví a mirarlo me acarició levemente la mejilla y me dio los buenos días en un murmullo, recibiendo una sonrisa de mi parte. Le di un beso en la frente y me paré para ir al baño, no sin antes avisarle que ya volvía. Me lavé los dientes y la cara, y volví a mi habitación.
- Mientras dormías hice un poco de café- dijo sin perder su sonrisa y alcanzándome una taza con café con leche -Espero que siga caliente.
- Gracias- di un largo sorbo, disfrutando del sabor. Estaba un poco pasado de leche para mi gusto y frío, pero no dije nada porque su gesto me había parecido adorable. -Está rico- me senté en mi cama, apoyando mi cabeza en su hombro; su mano inmediatamente viajó hasta mi muslo. En pocos tragos me acabé el café y apoyé la taza vacía en la mesita de noche.
En el segundo en el que volví a acomodarme a su lado, Jongin, como si lo hubiera estado esperando ansioso, me tomó del rostro y unió sus labios con los míos. Le seguí el beso gustoso, porque a decir verdad yo también moría de ganas de besarlo.
En algún momento había terminado acostado con él sentado en mis muslos, y mis piernas se estaban quedando dormidas bajo el peso de Jongin. La intensidad del beso crecía y no había lugar ni para respirar. Se separó y casi con desespero comenzó a besarme el cuello, usando la lengua y los dientes para hacer, lo que yo creía, una gran marca.
Levantó su cabeza hasta estar a la altura de mis entrecerrados ojos, su mirada se desvió a algún punto a nuestro costado y sonrió con picardía. Todavía jadeando para recuperar el aire, miré con curiosidad lo que había llamado su atención.
- Oh no, definitivamente no- declaré con la mayor firmeza que pude reunir en ese momento.
- Oh sí, definitivamente sí- anunció, estirándose hasta tener en sus manos mi cámara de fotos.
- Ni se te ocurr…- no pude terminar de hablar, porque él me besó con muchas ganas, dejándome enseguida sin aire. Entre besos, Jongin comenzó a levantarme la remera del pijama al tiempo que acariciaba por donde su mano pasaba, dejando la prenda a la altura del pecho. Con el pulgar acarició uno de mis pezones casi con dulzura, mordiendo mi labio inferior a la misma vez y estirándolo cuando se alejó para verme a los ojos.
Su mano nunca dejó de pasearse por mi pecho, y yo simplemente me dejaba, disfrutando de los mimos de Jongin. Él, sin levantarse del todo, se acomodó para quedar sentado en mi abdomen y levantó la cámara para tomarme una foto. La miró con una sonrisa.
- Me encanta esta foto, quiero una copia- comentó para girarla y mostrarme la pequeña pantallita. Sentí mi rostro calentarse por la vergüenza al ver mi posición y rostro de sometido, con las mejillas rojas debido al calor, totalmente despeinado y con el pijama subido hasta las axilas. La alejó de mi rostro y la apoyó en la mesita de noche antes de inclinarse y dejar nuestros labios a centímetros. Su aliento golpeando el mío -Te ves tan… comestible- susurró sobre mi boca, rozándola al hablar y sin despegar su mirada de la mía. Al mismo tiempo unimos nuestros labios en un húmedo beso lleno de urgencia.
***
No llegamos a más a pesar de haber tenido la posibilidad. Kai se había bañado y ya estaba vestido, secándose el pelo distraídamente con una toalla.
- Debería irme… Me fui de golpe y Wendy no debe tener comida ni agua ya- dijo sin dejar de mirar cómo yo me ponía una enorme remera blanca y un pantalón de algodón gris que me quedaba suelto. Esperaba que no lo tomara como una provocación, ya que no lo era para nada. Simplemente no le veía el punto en ir a cambiarme al baño, la confianza entre ambos ya era bastante.
- Mal padre- le acusé con los ojos entrecerrados. Se acercó con un puchero en sus labios.
- Amo a ese gato- aseguró para después darme un beso corto.
- Lo sé- sonreí mientras le terminaba de secar el pelo y dejaba la toalla húmeda sobre el respaldo de la silla de mi escritorio -¿Te abro ahora?- asintió mientras se ponía su abrigo y tomaba su mochila.
***
Cuando Jongin se fue, decidí que no tenía ganas de cocinar el almuerzo y pedí pizza a domicilio.
Ya iba por mi tercera porción y mi segundo vaso de coca-cola cuando la puerta se abrió y Lay entró con una sonrisa de tonto a la sala. Lo miré curioso mientras se sentaba enfrente mío, y me robaba una porción, comiendo con entusiasmo.
- Hola, ¿No?- arqueé una ceja cuando me miró con expresión feliz -Que yo sepa no dormimos juntos- agregué.
- Buen día, mejor amigo del mundo mundial- habló sin dejar de masticar.
- ¿Buena noche?- pregunté, mirando su cuello con varias marcas -Te veo muy contento- sonreí de costado.
- Excelente noche- guiñó un ojo, tomando otra porción.
- Contame- pedí con interés.
- ¿Viste que nunca entendía mis indirectas? ¿Qué todo lo interpretaba de manera muy inocente? ¿Que decía cosas con un fuerte doble sentido como si nada?- asentí y di un largo sorbo a mi vaso de gaseosa -Estuvo fingiendo todo el tiempo. Fue su manera de… ¿seducirme? ¿Provocarme?- se encogió de hombros.
- Bueno, ya me parecía rara su actitud- comenté -Además…- nos miramos unos segundos antes de que yo siguiera hablando -Sus métodos fueron extremadamente efectivos- ambos soltamos una fuerte carcajada.
- Estoy de acuerdo… Creo que es la primera vez que siento esto por alguien- sonreí.
- Eso es bueno. ¿Y cómo te enteraste?- quise saber mientras limpiaba mis manos con una servilleta.
- Me estaba mostrando cómo moldear una masa rara que ya ni me acuerdo cómo se llama. Mientras con sus manos sobre las mías me mostraba cómo masajear la masa para darle forma, se fue de tema con sus dobles sentidos. De golpe dejó de hablar, nos miramos y ¡pum! Nos besamos. No sé cómo terminamos en la cama y bueno, el resto te lo imaginás- asentí efusivamente sin querer saber mucho más.
- Me alegro mucho por vos, Xing- sonreí.
- Gracias- sonrió mientras masticaba el último trozo de su porción de pizza.
- Bueno, me voy a dormir un rato más- comenté parándome en mi lugar.
- Nono, vos no te vas a ningún lado- declaró Lay -Quiero hablar con vos, ya te lo dije ayer- frunciendo el ceño, me volví a sentar notando su expresión repentinamente más seria.
- ¿Qué pasó?- de alguna manera, podía sentir que lo que se venía era algo turbio, un tema de conversación... delicado. Y resultó serlo.
- Ayer, Kai, antes de irse, me contó algo que me hubiera gustado enterarme por vos- respiró hondo -Lo de Kris- aclaró -No te voy a mentir, me duele que no me lo hayas contado. Ahora, pensando hacia atrás, puedo darme cuenta que fue el día que fuimos a la fiesta de la empresa- apreté los labios con fuerza, mirándolo con culpa -Dependo de un extraño para enterarme de que abusan de mi mejor amigo, eso no me gusta.
- Lay… Perdón, en serio, no te lo conté porque no quería preocuparte- bajé la mirada, apenado.
- Me preocupó más verte en ese estado decaído y no saber qué te pasaba, LuHan. Ahora, te pido por favor que me cuentes bien qué pasó, ya que Kai no sabía mucho- me pidió sin dejar de mirarme.
- Bueno, primero que todo, no fue exactamente que abusó de mí…
Le conté lo mejor que pude qué había pasado esa noche desde que divisé a Kris entre la gente bailando, hasta que me encontré con Jongin en el parque. Yixing se mantuvo callado todo el tiempo, pero su rostro se deformaba y enrojecía, supuse que por la bronca.
- Quiero… matarlo. Yo notaba algo raro en él, pero pensé que era porque, sinceramente, me parecía un idiota. Pero esto… Lu, te juro que lo veo y lo mato- solté una carcajada y negué con la cabeza.
- No es necesario, ya pasó tiempo y lo superé- aseguré -Y te prometo que la próxima vez que me pase algo importante, sea bueno o malo, vas a ser el primero en enterarte- asintió, sirviéndose de la olvidada coca-cola en el vaso que yo había usado antes.
- Eso espero- de golpe, una sonrisa traviesa se estiró por su rostro -Entonces…
- Entonces… ¿Qué?- pregunté a la defensiva, su expresión me ponía nervioso.
- Con Kai… ¿Lo pasaron bien anoche?- guiñó un ojo mientras señalaba su cuello con un dedo.
- ¿Qué?- fruncí el ceño y enseguida recordé: Jongin se había entusiasmado con mi cuello, probablemente tendría una marca -¡No es lo que parece! ¡Sólo nos besamos!- exclamé.
- Ajá, sí. Así se le dice ahora…- y volvió a guiñar el ojo, burlándose de mí.
- Argh, no se puede hablar así- me paré para huir a mi habitación, pero Lay volvió a hablar.
- Me alegra que estén bien de nuevo, Lu. Hasta tu pelo se ve más feliz… como que brilla más hoy- lo miré como si estuviera loco y él me ignoró, buscando algo en su mochila que había dejado a su lado -Por cierto, con esa masa que Sehun me enseñó a usar te hice esto- sonrió abiertamente mientras estiraba su brazo y me entregaba… algo hecho con un material un poquito rasposo y pintado torpemente con varios colores.
- ¡Gracias!- sonreí -Qué lindo…- lo miré de todos los ángulos, intentando descubrir qué era -¿Qué es?- pregunté cuando me rendí.
- ¡Un cenicero!- exclamó feliz, con una expresión orgullosa en el rostro -¿No se nota?
- Sí…- respondí. Mirándolo mejor empezaba a encontrarle la forma. Un cenicero que parecía hecho por un nene de primaria, probablemente si apoyaba un cigarrillo iba a apuntar hacia arriba o hacia abajo y no quedaría recto. Pero su gesto me pareció tierno y me recordó a cuando íbamos a la primaria -Está muy lindo- sonreí -Gracias.
- Qué bueno que te gustó, lo hice pensando en vos- sonrió él esta vez, mostrando los dientes en una sonrisa muy infantil. Le sacudí el pelo a mi mejor amigo con ternura.
El mejor amigo que podría pedir.