Allen prosiguió su camino hacia la casa en la que Albert y Chris vivian juntos, mientras se daba golpecitos en la cabeza, intentando sacar las imagenes pornograficas de su padre y su novio.
Un esfuerzo totalmente inutil claro.
-En serio Allen, a veces no se que demonios pasa por tu cabeza- maldijo en voz alta, al tiempo que sus mejillas se coloreaban de un rojo aun más intenso.
-Sera mejor que me apresure, Albert ya debe de estar bastante preocupado-
Dentro de unos pocos minutos, Allen ya se encontraba hospedado en la habitación de huéspedes de la casa, por lo que, lo primero que hizo fue enviar un mensaje de texto a su madre, ya que esta, tendía a tener pensamientos paranoicos bastante seguido.
"Ya llegue a casa de Albert y de papá. Te veo en unos días :D"
No se le ocurrió que otra cosa podía escribir, asi que simplemente, envió el mensaje y se recosto en la inmensa cama. Jill no había puesto objeción alguna sobre que Allen pasara la noche en casa de Albert, ya que segun ella, era importante que él conviviera con su padre en estas "nuevas circunstancias".
Allen recordo como es que las cosas habías llegado a tal punto. La fotografía escondida de Chris. Los diarios de su madre. El rapto por parte de Albert...
***Creo que ya he convivido con ellos juntos más de lo que a mí me gustaría*** pensó para luego soltar una leve risilla,e inmediatamente, caer rendido.
***
Sus ojos se abrieron con lentitud, sentía un palpiteo insesante en el pecho, ademas de que estaba sudando frío.
Se levanto de la cama sintiendo que de un momento a otro se derrumbaria en el suelo.
-¿Albert? ¿Papá?- Dijo Allen mientras bajaba por las escaleras. Debía admitir que aunque la casa no era lo mejor, iba bastante con el estilo de Wesker.
-¿Hay alguien ahí?- Pero de un momento a otro se arrepintio de haber hecho la pregunta, al descubrir a una jovencita de más o menos unos 17 años, pelo muy largo de un tono de rubio rojizo similar al color durazno, sentada en la sala, tomando el té.
***¡la chica de la pesadilla!***
-¡Oh! ¡Hola Allen! Ven, sientate- dijo la chica como si fuera lo más normal del mundo que ella estubiera ahí.
Allen, aunque inseguro y desconfiado, cuando se percato, ya se encontraba en el sillon situado enfrente de la chica. Y la horrible sesación de que la rosa blanca que llevaba por ojo izquierdo lo seguía, aparecio en su ser, causandole escalofríos por toda la columna vertebral.
-¿Quién eres tú?¿Cómo lograste entrar?¿Por que apareces tanto en mis sueños?-
-Vamos Allen que modales son esos? ¿Asi tratas a tu hermana menor?
Su corazón latía tan rapido que en ese momento, podría haber jurado que ya no lograba escucharlo. ¿Qué acababa de decír?
-¿Hermana menor?- Repitió Allen, como si quisiera asegurarse de que no había escuchado mal, o incluso esperando que la chica dijera que solo estaba bromeando.
-Sip. Me presentare. La verdad, hace mucho tiempo que nadie me dice por mi nombre, pero tu puedes decirme Kirakishou o Kira para abreviar-
-Kirakishou... ¿Por qué? ¿Por que no me dejas en paz?- Dijo Allen sintiendo cada vez más opresión en el pecho.
-Queria verte aunque fuera solo una vez- Dijo la chica parandose del sillon y colocandose frente a él.
-¿Verme? ¿A mí?- Kirakishou no contesto, simplemente, le sonrio y le dio un suave beso en la mejilla, haciendolo perder el conocimiento.
***
-¡Kirakishou!- grito al tiempo que se levantaba de la cama jadeando. Miro rapidamente a su alrededor, solo para hubicarse en la recamara de huespedes.
-¿Es de locos rezar para tener mejores pesadillas?- Se levanto de la cama y bajo las escaleras con lentitud, divisando la silueta de Albert sentado a la mesa, leyendo un libro bastante extenso.
Solto un suspiro de alivio y de inmedianto bajo corriendo junto a Albert, el cual, no tardo ni una milesima de segundo en percatarse de su presencia.
-Hola Albert-
-Hola Allen, ¿qué sucede? escuché un grito de tu habitación hace poco-
-Eh, n-no fue nada- dijp tartamudeando- ¿Qué estas leyendo?-
Albert resopló de forma divertida y de inmediato comenzo a hablar, pero Allen, no escucho sus palabras, ya que ver la cara de Kirakishou sonriendole desde una de las ventanas.
Sintió como la sangre le abandonaba el rostro al instante y de inmedianto se lanzo a abrazar a Wesker mientras un chillido se escapaba de sus labios.
-¡Allen! ¿Qué pasa? ¿estas bien?- dijo Wesker al sentir a Allen aferrado a él. El joven reacciono a mirar de reojo la ventana para ver si, efectivamente, ella estaba ahí o solo era una mala jugada de su mente.
Nada. No había mas que oscuridad detras del cristal. Se sintió como un tonto cuando por fin se percato de la situacion en la que se encontraba y los colores se le subieron a las mejillas.
-¿Allen?-
-¿Eh? ¡Ah!- dijo él al momento que soltaba del agarre a Wesker- Pues.. veras... tube... una pesadilla y...-
-¿Una pesadilla?-
-Pues si... ¡P-pero ya estoy bien!- dijo Allen mientras fingia su mejor sonrisa. Albert sonrio con algo de malicia y para dejar escapar de sus labios una risilla.
-En serio Allen, mira que buscar una excusa tan mala como esa para abrazarme ¿Que diria tu padre si te descubriera coqueteandole a su novio?-
-¡¿Qué?!-
-En verdad Allen ¿que pasa por tu cabeza?-
De haber sido el Allen de siempre, le habria contestado con algo totalmente logico y razonable, pero en ese momento, ni el mismo sabía la respuesta a esa pregunta.