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Poción de amor por TabiiiTa

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza así demasiado. De vez en cuando me daba latigasos al recordar que tenía este fic abandonado. Lo siento :c En mi defensa debo decir que tuve y tengo un feo y mugroso bloqueo con este fic. De hecho este capítulo no me gustó demasiado a pesar de ser bastante rómantico(?) porque lo sentí un poco forzado, pero en fin, espero los próximos me salgan mejor. 

Lean ^^

                Jonghyun se levantó temprano y se encaminó a la casa de Jinki, decidido a esperarlo y arrástralo junto a él si era necesario. Estaba perfectamente consciente de que sería su último día juntos y, aunque secretamente albergaba la esperanza de que realmente la poción no hubiera funcionado en él, tenía que ser realista y no planeaba mal gastar su último día con Jinki pensando en el inminente final de su relación recién iniciada. Al contrario planeaba aprovechar su poco tiempo juntos al máximo.

Jinki salió de su casa después de quince minutos de espera, y la sorpresa fue evidente en su rostro cuando vio a Jonghyun parado junto a su puerta.

–¿Qué haces aquí? –  Jinki lo miró boquiabierto, con los ojos bien abiertos.

–Vine a buscarte para que vayamos juntos – respondió con simpleza, dándole una ligera sonrisa.

–¿Y tú uniforme? – Jinki lo examinó de pies a cabeza y se acercó a él con desconfianza.

–No dije que fuéramos a ir a la escuela – Jonghyun se encogió de hombros como si su respuesta fuera lo más obvio del mundo.

–¿Ah sí? ¿Y a dónde planeas ir? – Jinki le dio una mirada recelosa que le hizo sonreír.

– A un cita – Respondió Jonghyun con confianza, mostrando su sonrisa confiada de siempre.

– Ayer tuvimos una cita.

–¿No quieres tener otra?

–Sí, pero las clases… – Jinki desvió la mirada no demasiado convencido de sus propias palabras.

–Nada pasará si faltas una vez. Sólo por hoy ¿sí? – Jonghyun puso sus mejores ojos de cachorro intentado convencerlo, y esa era una técnica que casi nunca fallaba.

–Bueno, supongo que podría faltar un día…– Comentó Jinki, intentando ocultar el repentino entusiasmo que lo invadía al pensar en tener otra cita con Jonghyun.

–Genial, ¡vamos entonces!

Jonghyun agarró la mano de Jinki y comenzó a tirar de él, sin darle tiempo de decir nada más. Jinki sujetó su mochila para evitar que se cayera de su hombro por el repentino movimiento de Jonghyun.

–¿A dónde vamos? – Preguntó Jinki mientras era arrastrado a quien sabe dónde.

–A una pastelería. Primero necesitamos desayunar.

–Eso suena bien – comentó un sonriente Jinki, acelerando el paso para ir al ritmo de Jonghyun. Pero entonces frenó de súbitamente haciendo que Jonghyun se detuviera y volteara a verlo. – Oh, espera. Debería cambiarme de ropa primero.

–Pero tus padres podrían verte.

–No están en casa. Salieron tempano.

–Bien, entonces podrías enseñarme tu habitación también – Los ojos de Jonghyun se iluminaron con un brillo travieso y volvió a tirar la mano de Jinki, hacia la dirección contraria.

 

 

            Regresaron a la casa del mayor. Jinki guió a Jonghyun a su habitación y cuando estuvieron allí, se metió al baño a cambiarse de ropa mientras dejaba al menor vagar entre sus cosas. Lo primero que Jonghyun notó es que la habitación de Jinki era muy simple, demasiado simple. Estaba pintada de blanco y no había nada colgado en las paredes, ni poster, ni fotos o adornos. Las paredes eran blancas y lisas a excepción del sector sobre el escritorio en un rincón de la habitación, allí había un pequeño calendario con el horario de la escuela. En el escritorio había algunos libros junto a otros artículos de escritorio. Jonghyun se dirigió a la pequeña mesa de noche que había junto a la cama, sobre ella había un retrato, el único que había en la habitación, y no pudo evitar sentirse un poco celoso cuando vio que en la foto estaba Jinki siendo abrazado por Key y Taemin. Terminó su recorrido con una mueca de disgusto en su rostro y se sentó sobre la cama de Jinki mirando fijamente el retrato de los tres, esperando que mágicamente Key y Taemin desaparecieran de la foto. Viendo que eso no sucedería, se puso de pie con una gran idea en mente.

Tomó uno de los cuadernos de Jinki y un plumón de su escritorio. Reunió todas sus habilidades artísticas y comenzó a dibujar, obteniendo como resultado un improvisado dibujo de ellos. Eran sólo palitos, pero al menos había conseguido que quedaran identificables, usando un par de símbolos logró representar perfectamente la sonrisa de Jinki y sus ojos que casi desaparecían cuando sonreía, también con unos caracteres del alfabeto represento sus propios ojos de cachorro. Lo más importante es que ambos estaban tomados de la mano y tras ellos había un gigantesco corazón que representaba su amor. Dio por terminada su obra de arte, escribiendo “Onew y Jonghyun” en una esquina y con una sonrisa traviesa la escondió bajo el horario que Jinki tenía pegado en la pared sobre su escritorio.

 

Quince minutos después Jinki salió del baño listo para su cita con Jonghyun. Llevaba puesto un pantalón negro ajustado y un jersey liso con cuello en v, y a pesar de ser un conjunto bastante simple Jonghyun quedó impactado al ver que no llevaba puestas sus gafas. Al parecer Jinki estaba usando lentes de contacto. Jonghyun, sentado frente al escritorio, se quedó viéndolo embobado  por largos segundos admirando su aspecto. ¿Cómo podía verse tan atractivo vestido con ropa tan común? Ya había notado antes que su hyung era atractivo, pero este era un nuevo nivel de belleza. Jinki era simplemente hermoso.

Cuando por fin se decidió a hacer algo, se puso de pie y acercó a él.

–Hyung, te ves…genial. Además de una cara bonita, tienes un buen cuerpo. Creo que gané la lotería contigo.

–¿Eh? – Jinki parecía un poco desconcertado y su boca estaba abierta en una pequeña 'o'.

–¿Te he dicho ya que eres hermoso? – Lo miró directo a los ojos y ni se molestó en contener el impulso de acariciar su rostro. Deslizó sus dedos por la mejilla de Jinki, acariciándolo con suavidad y delicadeza, como si fuera a quebrarse o desvanecerse con su toque.

–Deja de decir eso –  Jinki desvío a mirada y frunció el ceño. Jonghyun hizo un puchero de descontento al verlo.

–¿Por qué te molesta que lo diga?

–Porque siento que estás mintiéndome cada vez que lo dices… – Jinki prefirió mirar a cualquier parte excepto a Jonghyun, mientras decía aquello en un tono apenas audible.

–Hyung, ¿alguna vez te he mentido intencionalmente? – Jinki sacudió su cabeza en negación.  Jonghyun tomó su rostro entre ambas manos y lo inclinó un poco para que sus ojos quedaran al mismo nivel y sus miradas se encontraran. – Es la verdad. Eres hermoso y me gustas mucho. Y seguiré diciéndotelo hasta que lo creas.

Jinki le dirigió una mirada lastimera, sus mejillas se volvieron un tono más rojo mientras buscaba la sinceridad en los ojos de Jonghyun. Y la encontró fácilmente. Jonghyun le dio un beso fugaz y de los labios de Jinki afloró una pequeña sonrisa.

Salieron luego de esa pequeña escena romántica.  Jonghyun tomó la mano de Jinki con total naturalidad cuando estuvieron fuera de su casa y Jinki se aferró a él de igual manera. Tardaron un buen rato en llegar, el camino era largo pero Jonghyun no soltó la mano de Jinki hasta que estuvieron en la pastelería. Era un lugar agradable, olía a  café y dulce y al ser tan temprano estaba prácticamente vacía lo que resultaba cómodo. Se sentaron en una esquina apartada uno junto al otro.

–¿Quieres algo dulce o salado? – preguntó Jonghyun mirando el menú.

–¡Dulce! – Fue la respuesta inmediata de Jinki.

–¿Pastel de fresa?

–Con jugo de naranja –  Agregó Jinki sonriendo. 

–Voy a ordenar,  vuelvo enseguida.

 

Jonghyun se dirigió al mostrador e hizo su orden rápidamente,  en unos minutos regresó con una bandeja que contenía dos jugos de naranja, un pastel de fresa y un pastel de yogurth.

Comieron su desayuno mientras tenían una charla ligera y agradable. Para esas aturas ya se habían acostumbrado a la presencia del otro y a diferencia del pasado, les era fácil estar juntos y tener conversaciones fluidas.

 

                Luego de pagar la cuenta, dejaron el local. Estaban caminando a paso lento y sin rumbo fijo, mientras discutían cuál sería su siguiente parada. Esta vez Jinki tomó su mano, y luego metió sus manos unidas al bolsillo de la chaqueta de Jonghyun ignorando su nerviosismo y disfrutando de la calidad sensación que se extendía por su pecho al poder sostener la mano de Jonghyun de esa manera íntima. En ese momento se sentía realmente feliz.

No pasó demasiado tiempo y lamentablemente no pudo disfrutar mucho más de aquella felicidad cuando alguien tiró de su brazo abruptamente separándolo de Jonghyun con brusquedad. Sorprendido, asustado y molesto se volteó dispuesto a regañar a quien se hubiera atrevido a tironearlo de esa manera, pero se encontró con la sorpresa de que era su mejor amigo, Lee Joon.

–¿Joon? – Lo miró confuso, esperando una explicación, pero antes de hacerlo Joon lo abrazó por los hombros protectoramente. Jinki volteó su rostro para mirarlo con el entrecejo fruncido y vio la mirada asesina que Joon dirigía a Jonghyun, entonces Jinki volvió a mirar a Jonghyun quien parecía totalmente cabreado y apunto de tener un arrebato de ira.

–¿Qué. Demonios. Crees. Qué. Haces? – Pausado, decidido y sentenciador, Jonghyun lo miró con rostro sombrío, obviamente controlándose.

–Onew, ¿estás bien? ¿Te hizo algo este idiota? – le preguntó Joon ignorando totalmente a Jonghyun.

–¡Joon! ¿Qué estás haciendo? Jonghyun no me ha hecho nada – Aclaró exaltado.

–¿Por qué estás con él entonces? ¿No deberías estar en clases? Te amenazó para que vinieras con él, no?

–¿Qué? ¡Claro que no! ¡Vine porque quería y– Jinki dejó sus palabras a la mitad al sentir el firme agarre de la mano de Jonghyun sobre su antebrazo.

–¿No vas a soltarlo? –Jonghyun apretó la mandíbula, mirando a Joon con una mirada fulminante.

–¿No vas a dejarlo en paz? – Contraatacó Joon sosteniéndole la mirada con firmeza.

Ambos tuvieron una batalla de miradas asesinas, mientras Jinki estaba en medio, sin saber qué hacer, siendo abrazado por la espalda por Joon y con el firme agarre de Jonghyun sobre su brazo. Paseó su mirada entre ambos, los dos lucían tan decididos y bravos que daban miedo. ¿Qué se suponía que debía hacer en una situación como esa?

–¡Joon, Jonghyun no está molestándome! ¿Quieres soltarme? – Jinki intentó liberarse del abrazo de Joon, fallando miserablemente. Aunque no era un debilucho, los músculos de su mejor amigo no estaban hechos de aire.

–No hasta asegurarme que se aleje de ti –Sentenció Joon.

–Suelta a mi novio AHORA – La última gota de tolerancia de Jonghyun se había ido por el desagüe y hasta el mismo Jinki se sorprendió de escucharlo hablar con tal severidad, sin elevar demasiado la voz pero siendo lo suficientemente exigente.

–¿Novio? – Joon alzó las cejas, sorprendido y desconcertado por el pedazo de información revelada. Jinki pudo evitar la ola de calor que recorrió su cara y aprovechó que Joon estaba desprevenido para liberarse de él. Sin embargo la mano de Jonghyun permaneció en su antebrazo y sólo se deslizó hacia su muñeca con la intención de acercarlo a su cuerpo.

–Lamento no haberlo explicado antes, pero si no quería ver a Jonghyun era porque me gustaba no porque me estuviera molestando. Así que ahora, por favor déjanos en paz. Luego te explicaré todo, ¿de acuerdo? – Habló a toda prisa, avergonzado y con ganas  de salir pronto de allí.

–¿De verdad son novios? Ni siquiera me habías contado que te gustaba él, Jinki. ¿Cómo voy a creer de un momento a otro que son novios? Es más probable que te esté amenazando para salir con él.

–Ya te dije que no es así. Jonghyun de verdad me gusta y… yo le gusto a él.

–De cualquier manera no me agrada la idea, Jinki. ¿Desde cuándo te saltas clases? Él es una mala influencia.

–Mala influencia o no. Soy su novio y ahora mismo estamos en una cita, ¿así que podrías dejar de interrumpirnos y largarte a otro lugar?

–Jinki…

–Joon, por favor. Hablamos luego, ¿sí? – Jinki le dio una mirada suplicante que ejerció efecto de inmediato.

–Está bien, pero tienes que venir a mi casa esta noche y explicarme todo.

–Claro – Respondió Jinki, asintiendo. Jonghyun lo miró y alzó una ceja incrédulo, pero prefirió no decir nada por el momento.

–Nos vemos, entonces. Llámame si pasa algo.

–Sólo vete de una vez – Masculló Jonghyun entre dientes, mientras Jinki le dedicaba una sonrisa de disculpa a Joon.

 

                Cuando Lee Joon se marchó, Jonghyun dio un resoplido y miró a Jinki de reojo.

–Supongo que no iras a ir a su casa de verdad, ¿cierto?

–¿Por qué no? – Preguntó con inocencia.

–Ir de noche es peligroso, podría intentar algo contigo. Aunque no lo creas eres tentador ¿sabes?

–Joon ha sido mi amigo por mucho tiempo, Jonghyun. Nunca ha intentado nada extraño ni lo hará. Así que no te preocupes.

–Aun así… sólo no vayas. Pueden hablar por teléfono.

–¿Estás celoso? – Jinki sonrió divertido.

–Pufff ¿De ese idiota musculoso sin cerebro? – Jonghyun se hizo el ofendido y Jinki sacudió la cabeza desaprobatoriamente dando un suspiro. Luego de una pequeña pausa Jonghyun frunció el ceño y evitando su mirada comenzó a juguetear con sus dedos – Estoy celoso de cada persona que ha pasado más tiempo contigo que yo, Jinki. Y en general de cualquier ser vivo que está cerca de ti.

Jinki sintió su corazón estremecerse con aquella declaración, sus ojos se iluminaron de la emoción y automáticamente sonrió hasta que sus ojos se convirtieron en dos pequeñas media luna.

–¿Tanto así te gusto? – Preguntó travieso. Su corazón latía rápidamente en su pecho, anhelante y ansioso por la respuesta de Jonghyun.

–Me gustas al punto de volverme loco, Jinki hyung – Jonghyun dedicó una intensa mirada que terminó por derretir el corazón de Jinki. Sus piernas se convirtieron rápidamente en gelatina y no supo que hacer, excepto acercarse al chico más bajo y envolverlo en un fuerte abrazo esperando que la emoción latente en su pecho se disipara. No se dio cuenta cuando se había vuelto tan osado, antes ni siquiera se atrevía a mirar a Jonghyun por mucho tiempo, pero ahora hacía cosas como tomar su mano y abrazarlo con total naturalidad y confianza. Quizás era porque Jonghyun siempre correspondía tales actos al instante, como ahora cuando envolvió sus fuertes brazos aprisionando su cintura.

–También me gustas mucho, Jonghyun-ah. Mucho, mucho. – Murmuró Jinki cerca de su rostro. Sintiendo sus mejillas calentarse y su corazón latir más rápido aún.

 

                Decidieron ir a la casa de Jonghyun, bueno, más bien Jonghyun arrastró a Jinki hasta su casa, aunque el mayor no opuso demasiada resistencia tampoco. La casa de Jonghyun era modesta también,  pero tenía ese aspecto de vitalidad que faltaba en la suya. Su madre los recibió en la entrada y a Jinki casi le dio un ataque cardiaco cuando la vio de pie en la puerta esperando por ellos. 

–Bienvenidos a casa – La madre de Jonghyun les dedico una amable sonrisa, y Jinki miró a Jonghyun de reojo, con desconfianza. ¿Su madre sabía que se habían saltado las clases?

–Mamá, este es Jinki, el amigo del que te hablé – Jinki le devolvió la sonrisa a la señora, asegurándose de hacer una profunda reverencia.

–Oh, Jonghyun es el amigo más decente que has traído a casa. Estoy tan feliz. Él es quien te dio las tutorías de matemáticas, ¿cierto? Nunca lo trajiste a casa, de otro modo lo habría sobornado para que fuera tu amigo, aunque veo que ya no es necesario – La madre de Jonghyun hablaba a toda prisa y lucia tan emocionada, que Jinki le sonrió avergonzado – Jinki, por favor asegúrate de mantenerte pegado a Jonghyun, quizás con una buena influencia pueda mejorar sus calificaciones.

–¡Mamá mis calificaciones no son tan malas! Además ¿acabas de llamar a mis otros amigos indecentes? Les diré que no vengan más a casa entonces.

–Como si pudieran vivir sin mi deliciosa comida.

Luego de esa pequeña discusión, todos entraron a la casa. La madre de Jonghyun sirvió un par de bocadillos en la sala y le hizo un mini interrogatorio a Jinki, quedó más que encantada al saber que ocupaba los primeros puestos de la clase y le dijo a Jinki que podía ir a su casa cuando quisiera.

La madre de Jonghyun era divertida, la madre más divertida que Jinki hubiera conocido. Fue fácil tener una agradable charla entre los tres y Jinki sin mucho esfuerzo ya tenía el corazón de dos Kim en su bolsillo. Jonghyun le recordó a su madre que tenía un compromiso y luego de eso se fue, despidiéndose amorosamente de Jinki y dejando a ambos solos.

–Jonghyun, ¿tu madre sabe que faltamos a clases?

–Sí, le dije que era de vida o muerte pasar el día contigo hoy y aceptó.

–¿De vida o muerte? ¿Por qué? ¿En serio te dejó faltar?

–Sí, hyung. Ella me dejo faltar y no necesitas saber el resto. Ahora vamos arriba, quiero mostrarte mi habitación.

 

Cómo sus padres trabajaban todo el día y él pasaba demasiado tiempo en la escuela,  su casa parecía fría y solitaria. En cambio la casa de Jonghyun se sentía cálida y con un agradable toque hogareño. Quizás era la decoración o simplemente el hecho de que era el lugar en donde Jonghyun vivía, pero era agradable estar allí.

La habitación de Jonghyun estaba un poco desordenada, lo habitual en un chico. Las paredes estaban pintadas de un lindo color azul y había algunos carteles de recitales pegados en las paredes. Una guitarra descansaba en una de las esquinas y sobre el escritorio había algunos cuadernos esparramados, pero Jinki no vio ningún texto de estudios.

Con curiosidad tomó un de los cuadernos y comenzó a hojearlo, no eran apuntes ni nada que tuviera que ver con la escuela. Había algunas líneas escritas, notas en las esquinas y muchos rayones, cuando Jinki leyó la escritura y vio las notas musicales escritas sobre ellas, supo que se trataba de un cancionero. ¿Jonghyun escribía canciones? Jinki se había enterado aquella vez en que fueron encerrados que le gustaba cantar, pero no imaginó que tendría una gran pasión por la música. Con la curiosidad multiplicada por diez, se dio vuelta para mirar a Jonghyun y aun con el cuaderno en las manos se acercó hasta él. Jonghyun estaba sentado en su cama tecleando en su teléfono, Jinki se paró junto a él y llamó su atención.

–Jonghyun

–¿Mmm? –Jonghyun siseó sin despegar la vista de su teléfono.

–¿Qué es esto? – Jonghyun desvió su mirada del teléfono para mirarlo y Jinki le enseñó el cancionero.

–Oh. Eso. Es un cancionero – No le dio mucha importancia, pero parecía un poco… nervioso.

–Puedo ver que es un cancionero, Jonghyun – Jinki rodó los ojos. – Me refiero a lo que hay adentro ¿Son letras de canciones? ¿Las escribiste tú? – Le dio una mirada expectante y vio a Jonghyun removerse inquieto en la cama.

–Sí. Es un pasatiempo. Cuando no puedo dormir durante las noches, suelo escribir – Jonghyun ladeó la cabeza y  se rascó la nuca, en una clara señal de nerviosismo.

–¿De verdad? ¡Eso es genial! – Exclamó Jinki emocionado.

–¿No crees que es un poco cursi?

–¿De qué hablas? ¡Podrías ser un gran músico! Tienes una voz hermosa y además escribes canciones, y con tu rostro podrías ser un idol.

–Hahaha, no exageres hyung. Ni siquiera sé si mis canciones son buenas. Nunca se las he mostrado a nadie.

–Enséñamelas a mí – Jinki le tendió el cuaderno a Jonghyun mirándolo decidido y con los ojos brillantes de la emoción.

–No estoy seguro….

–Por favor – Insistió Jinki, con ojos suplicantes.

–Está bien, pero te advierto que no son demasiado buenas.

 

Jinki le sonrió entusiasmado y se sentó en la cama junto a él, pero Jonghyun se movió para subirse a la cama y se sentó con la espalda apoyada en la pared. Luego dio unos golpes sobre la cama, llamando a Jinki. Jinki lo miró con desconfianza, Jonghyun estaba sentado con las piernas abiertas y estaba palmeando la colcha entre sus piernas, pero el menor le sonrió y fue todo el incentivo que Jinki necesitó para obedecer. Se subió a la cama a rastras y se acomodó entre las piernas de Jonghyun de manera que su espalda tocaba el pecho ajeno, y Jonghyun no perdió el tiempo y enseguida rodeo al mayor con sus brazos poniendo el cancionero sobre sus piernas. Estaban sentados junto a la ventana que dejaba entrar el relajante aire fresco de la próxima primavera, lo que aumentaba el sentimiento de comodidad entre ellos.

 –Elije una – Indicó Jonghyun, mientras acomodaba su barbilla en el hombro Jinki. Esa intimidad se sentía increíblemente bien y Jinki ya se había acostumbrado a ella, por lo que sin darle mayor importancia comenzó a hojear las páginas.  Unas cuantas canciones tenían títulos, las demás sólo parecían palabras inconclusas. Y a pesar de eso Jinki encontró alrededor de cincuenta canciones aparentemente terminadas, luego de leer los títulos de todas se decidió por una llamada “Obsession”

–Esta – expuso Jinki, apuntando el cancionero.

–Esa canción es un poco triste

–¿Sí? De todas maneras quiera escucharla.

–Bien, aquí voy.

 

            Jonghyun hizo una perfecta interpretación de aquella balada que trataba de un amor terminado y de un hombre con un corazón suplicante. Cantó varías otras canciones luego de esa, hasta que su voz se volvió un poco ronca. Jinki fue conmovido enormemente por su voz y las letras, cada canción era única y hermosa con gran historia detrás, se preguntó de dónde sacaba Jonghyun tanta inspiración y cómo podía creer que sus canciones no eran buenas.

–Jonghyun-ah. Eres genial. ¿No quieres dedicarte a la música?

–Me gustaría, pero no sé si tengo el talento…

–¡Claro que lo tienes! Me lo acabas de demostrar – Jinki estaba un poco desconcertado, ¿A dónde había ido la actitud confiada de Jonghyun? ¿Era sólo con la música que se volvía tan inseguro?

–¿Tú crees?

–Sí. Cuando quieras ser un cantante, voy a apoyarte – Declaró Jinki, animándolo. Hablaba en serio cuando decía que Jonghyun tenía talento y se encargaría de apoyarlo para cumplir su sueño.

Jonghyun inclinó la cabeza sobre el hombro de Jinki para poder ver la expresión del mayor, y lo encontró sonriendo ampliamente mientras miraba su cancionero como si allí estuviera escrita la fórmula de la vida eterna. Sintiendo su mirada, Jinki giró su cabeza hacia Jonghyun y sus rostros quedaron a escasos centímetros después de ese repentino movimiento, pero ninguno se movió. Esa era la clase de intimidad a la que ya se habían acostumbrado. Sus ojos se encontraron instantáneamente como si estuviera destinado a ser así y no había otra opción posible más que inclinarse para eliminar la distancia entre ellos. Ambos cumplieron aquella tarea por igual, sus labios se unieron naturalmente dando a inicio a un beso lleno de amor y dulzura que fue el encargado de sellar esa promesa que Jonghyun se aseguró de grabar a fuego en su memoria.

No quería pensar en ello, pero era inevitable. Era su último día junto a Jinki y se sentía tan agobiado por ello. Era algo que él mismo había provocado pero no quería que las cosas terminaran así. Era triste pensar que sería su última cita siendo que sólo habían tenido dos y su tristeza se vio reflejada cuando, luego de terminar el beso, hundió su rostro en el cuello de Jinki. Un nudo invisible se formó en su garganta, formado de toda su congoja y el miedo de perderlo, sintiendo como su corazón latía a mil por hora amenazando con estallar o con romperse, apretó su agarre sobre la cintura de Jinki temiendo que Jinki desapareciera en cualquier momento.

Era estúpido en realidad, porque Jinki no desaparecería. Seguiría allí al día siguiente. Lo único que se iría serían los sentimientos que Jonghyun con una poción le había obligado a tener. Esos sentimientos que antes no habían estado allí. Esos sentimientos que a Jonghyun le habría encantado guardar en su bolsillo para dárselos a Jinki cuando lo olvidara todo.

–¿Estás bien?

La voz de Jinki lo trajo de vuelta a la realidad. Sintió la mano de Jinki acariciar la suya con cariño y parpadeó las lágrimas formadas en sus ojos.

–Sí. Sí – Respondió rápidamente, no quería que Jinki notara que algo andaba mal con él.

Jinki se liberó de su agarre y se volteó para quedar hincado frente a él. Entonces lo miró inquisidoramente, ladeó su cabeza en un gesto tierno y volvió a preguntarle.

–No mientas. Pasa algo ¿cierto?

–No pasa nada, hyung. Sólo estaba recordando que mañana tengo un examen y no he estudiado nada – No se sentía bien mentirle, pero era mejor que verlo preocupado.

–¡Jonghyun, no puedes bajar tus calificaciones! – Aliviado por conseguir desviar el tema, Jonghyun decidió alejar sus preocupaciones bromeando un poco.

–¿Entonces puedo copiarte? – Sonrió traviesamente dispuesto a jugar con su hyung.

–Nos sentamos muy lejos… – Murmuró Jinki, pensativo.

–¡Woa! Hyung, nunca lo esperé de ti. ¿De verdad me dejarías hacer trampa? – Jonghyun lo miró fingiendo sorpresa y lo apuntó acusadoramente, riéndose internamente por la manera en que Jinki desvió la mirada con culpa.

–No… Bueno, sólo por una vez.

–Hahahaha. No te preocupes. A pesar de que no me gustan las matemáticas, no soy tan malo en ellas.

–Bien, sólo asegúrate de no reprobar.

Jinki volvió a sentarse en la misma posición de antes  y Jonghyun no tardó en abrazarlo otra vez por la espalda. Ocultó sus preocupaciones en la parte posterior de su cerebro. Y decidido a aprovechar ese último día entrelazó sus dedos y luego besó la nuca de Jinki. Entonces apoyó su cabeza en la pared, simplemente disfrutando de tener a Jinki entre sus brazos.

 

 

 

            Desde que Minho había optado por evitar a Taemin, decidió cambiarse de asiento. Una chica que se hacía llamar su fan, estuvo más que dispuesta a intercambiar su asiento con él. Así que durante todas las clases se sentó en el extremo más alejado de Taemin. Un puesto escogido estratégicamente junto a la puerta, para poder salir a penas sonara el timbre sin tener que toparse con él.

Hasta entonces su plan había funcionado bien. En la mañana llegó minutos antes de que tocaran el timbre sólo para evitar saludar a Taemin y luego de intercambiar su puesto con el de su fan, no había tenido que verlo en todo el día, porque se pasó los recesos jugando algún deporte en la cancha o, en el peor de los casos, escondido en la biblioteca.

Sin embargo, el no verlo no ayudó tanto como había esperado. Si bien ya no sentía esa molesta sensación de cosquilleo en el estómago, la necesidad de verlo seguía allí, alojada en algún lugar de su cuerpo, haciéndole sentir innecesariamente… ansioso.

De cualquier manera, se obligó a minimizar ese sentimiento. Y siendo fiel a su decisión, se mantuvo ignorando a Taemin todo el día.

 

 

 

            Kibum no estaba de humor para ir a la escuela. No estaba de humor para ver a Jonghyun. Y definitivamente no estaba de humor para lidiar con un corazón roto – falso corazón roto, se recordó. Así que aquel día martes decidió quedarse en casa y reorganizar sus sentimientos. Si bien era consciente de que todo ese repentino amor que sentía por Jonghyun era producto de una poción de amor, eso no evitaba que se sintiera como se sentía. Enfadado. Traicionado. Destrozado.

Enamorarse y no ser correspondido dolía. Dolía mucho. Falso o no, era difícil cargar con un corazón roto y Kibum casi no se creía capaz de ello. Lo único que quería en ese momento, era dormir hasta desaparecer o al menos hasta que esos sentimientos inducidos desaparecieran. Y agregarle a ello el engaño de Jonghyun y la ¿traición? de Jinki, definitivamente le hacían sentir destrozado.

Durmió hasta tarde aquel día, muchas más horas de las necesarias. Simplemente quería dejar de sentir. Se levantó sin molestarse en cambiarse el pijama y luego de comer algo ligero, volvió a su habitación. Sacó el diario oculto bajo su almohada y se sentó en su escritorio decidido a escribir todos los acontecimientos del día anterior.

Era una costumbre que su madre le había enseñado, diciéndole que cuando no fuera capaz de recordar sus días de infancia podría reeler su diario de vida y encontrar todos sus recuerdos almacenados allí. Eso había sido hace más o menos cinco años y Kibum había comenzado a escribir desde entonces. Tenía un cajón repleto de diarios, con cientos de hojas y palabras llenas de sus memorias. Bueno o malo, lo que pasó con Jonghyun y Jinki el día anterior, era algo que necesitaba recordar así que se dispuso a escribir de todas maneras.

Se aseguró de destacar las líneas en las que escribía que necesitaba mantener a Jinki alejado de Jonghyun. El estúpido dinosaurio egoísta no merecía estar cerca de Jinki, porque así como de la nada se había desenamorado de él, podría pasar lo mismo con Jinki y Kibum no permitiría que Jinki de todas las personas fuera dañado por él. Además tenía que reconocerlo, sería su pequeña venganza. Le haría sentir a Jonghyun lo que le hizo sentir, haría que Jonghyun supiera lo que era tener un corazón roto.

 

 

 

 

            Jonghyun estaba nervioso. Más nervioso que nunca. Sentía como si su vida fuera a ser definida en unos minutos. Le había costado tanto dejar que Jinki se marchara el día anterior, afortunadamente el mayor no había recordado lo de la poción así que no sospecho nada y no se preocupó de más. Pero le había dado un abrazo tan apretado que Jonghyun casi sintió miedo de que en realidad supiera que sus sentimientos desaparecerían.

Estaba de pie en la azotea, paseándose de un lado a otro sin poder estar quieto. El nerviosismo y la ansiedad lo estaban carcomiendo por dentro. Ese era el día en que descubriría si la poción realmente había funcionado. Hasta ahora todos los indicios demostraban que así era, pero no podía estar del todo seguro. No hasta que viera a Jinki.

Habían quedado de verse en ese lugar antes de que iniciaran las clases. Era la prueba que Jonghyun tenía en mente para comprobar si Jinki seguía enamorado de él, después de los siete días de tomada la poción. Y Jonghyun albergaba la esperanza de que Jinki llegara. Porque si llegaba quería decir que recordaba su promesa del día anterior, junto con todos sus recuerdos de la semana y entonces la poción jamás habría tenido efecto. Por el contrario si no aparecía, Jinki lo habría olvidado todo. Y los siete días anteriores habrían desaparecido de su memoria, junto con su amor por Jonghyun.

Tan sólo pensar en esa posibilidad, le revolvía el estómago.

Sin poder contenerse más, se agachó en el suelo. De cuclillas hundió su rostro entre los brazos que mantenía apoyados sobre sus rodillas y se dejó vencer por sus emociones.

No estaba preparado para enfrentar a Jinki, pero era que algo que tenía que hacer. Tenía que comprobar si había terminado el efecto de la poción o si nunca funcionó en realidad. Sin embargo, aún no había decidido que hacer al respecto cuando descubriera la verdad. Si resultaba que Jinki de verdad estaba enamorado de él, aquel momento sería simplemente un mal rato en su memoria, pero había tan pocas probabilidades a su favor. Jamás fue cercano a Jinki antes de que tomara la poción. De no ser porque se había enamorado de Kibum, después de la tutoría que le dio no le habría vuelto a hablar. Jonghyun no había tenido ningún interés en él hasta hace poco y Jinki tampoco. Entonces, si resultaba que la poción había funcionado, todo volvería a cero entre ellos. Volverían  a ser como dos extraños que se hablaban ocasionalmente. Y Jonghyun no podía imaginarse lejos de Jinki, no ahora que conocía lo que era estar cerca de él.  No ahora que sabía lo que era estar enamorado y ser correspondido por él.

El timbre no tardaría en sonar y Jinki no aparecía. Jonghyun estaba cada segundo más ansioso y de seguir así saldría corriendo a buscar a Jinki en cualquier momento. Prometió que si todo era efecto de la poción, conquistaría a Jinki de nuevo y en ese momento creyó que eso era lo que tenía que hacer si la situación se tornaba de esa manera. Conquistar a Jinki.

Unos pasos resonando en el piso de cemento lo sacaron de sus pensamientos angustiantes. Aún hincado elevó su rostro para ver de quien se trataba y se sintió infinitamente aliviado cuando vio a Jinki  de pie frente a él. Un suspiro tembloroso brotó de su garganta y se puso de pie de inmediato, como si sus pies tuvieran un resorte.

–Jonghyun, ¿estás bien? – Jinki lo miró atento e inquieto. Tenía una de sus manos elevadas en el aire, como intentando llegar a él, pero sin atreverse a tocarlo.

–Sí, estoy bien – El rostro de Jonghyun enseguida se iluminó con una sonrisa al notar la preocupación de Jinki.

Jinki había llegado. Jinki estaba allí preocupado por él. Jinki conservaba sus sentimientos.

Sin pensarlo demasiado se acercó a Jinki y lo envolvió en un apretado abrazo, volviendo a dar otro suspiro de alivio y sintiendo como su pecho se inflaba de alegría.

 

Notas finales:

Les pido paciencia porque tardaré bastante en actualizar. Me voy de vacaciones el lunes así que... paciencia, por favor(?).


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