No sé si pensaste en lo dijiste ese noche fría de otoño, porque al principio me negaba a creer que esas palabras habían salido de esos labios que noche tras noche recorrían mi cuerpo, esos mismo que pronunciaban esas frases de amor que lograban hacer a mi corazón palpitar con tanta fuerza que hasta temía que en cualquier momento podría salirse de mi pecho. No sé si sabías que las cosas no podían volver atrás después de que todo hubiera pasado, no es así de fácil, no puedes romper un corazón y luego pretender que nada ha ocurrido. Duele el saber que ahora estas lejos de mí y no saber si volverás, porque puede ser que muchos me digan que soy masoquista y tal vez lo sea porque a pesar del daño que le provocaste a mi corazón te sigo amando con la misma locura que el primer día, igual a esa vez que te vi sentado en una de las bancas de ese parque solitario, luego te paraste y empezaste a bailar logrando cautivar no solo mi vista sino también mi corazón.
Desde ese día me dediqué a saber más de ti, estudiabas en la misma universidad que yo, tú danza y yo canto, era increíble que nunca te hubiera visto en los alrededores. Mi amigo Suho decía que siempre te la pasabas encerrado en la sala de ensayos, no salías con personas porque preferías quedarte bailando, eras un chico atractivo y muchas chicas estaban detrás de ti, intentando conquistarte pero siempre las rechazabas poniendo de pretexto que tenías que mejorar en tu baile, eso era mentira yo te había observado varias veces y siempre lo hacías perfecto.
Una sola vez me había enamorado en la vida y salí muy mal herido de eso, mi corazón guardaba cicatrices muy profundas que serían imposibles de borrar, porque había sido un tonto y entregué todo a cambio de migajas de amor, por eso no quería volver a sentir amor, era un sentimiento que solo daño me traería, no quería. Pero es inevitable enamorarse de alguien, y mucho más si eras Tú, fue sin previo aviso solo llegaste a formar parte de mi vida, entraste a mi corazón y eso me hacía sentirme temeroso de todo lo que pudiera ocurrir a mi alrededor. El amor es dolor, y aun así lo repetí como un tonto, aunque intenté en muchas ocasiones alejarme de alguien como tú quien provocaba todos esos sentimientos confusos en mí, lo repetía una y otra vez.
Aprendí a ser fuerte día con día, luché contra todos y contra todo solo, por eso no tenía miedo a vivir pero contigo todo era diferente, te convertiste en esa única debilidad en mi vida, el único capaz de acabar con todas las barreras que había construido alrededor de mi lastimado corazón, en la desolación de mi habitación pienso en todos esos momentos que vivimos juntos, las sonrisas que te regalé día con día, los Te Amo que salieron desde el fondo de mi corazón. Día con día el amor que sentía por ti se arraigaba más a este tonto corazón que a pesar de todo no podía olvidarte.
La primera vez que hablamos fue un momento sumamente incómodo, por mi nerviosismo nos dejé encerrados en la sala de ensayos de baile, había ido por unos papeles que tu maestro debía entregarme y al verte me quedé hipnotizado de tu baile, sin querer cerré la puerta olvidando que no debía ya que estaba averiada, esa noche fue fría y extraña, no solías hablar mucho apenas para lo necesario, con la poca luz que iluminaba la habitación pude apreciar las perfectas fracciones de tu rostro moreno y hermoso, conocido por todos por ese atractivo enorme, por ser el mejor bailarín de toda la universidad, por ser alguien frio difícil de conquistar. Nunca me había fijado tanto en ti, y tu mirada me hacía sentir en otro mundo, el nerviosismo fue creciendo poco a poco que hasta sudaba, con la respiración acelerada y el pulso a mil te pregunté cómo te llamabas, primero me escaneaste con esa mirada, cada segundo se hacía eterno en el silencio sepulcral del lugar, vi como una sonrisa se dibujaba en tu rostro cansado, seguramente por las largas horas de ensayos, y por primera vez pude oír tu voz, al hacerlo una corriente recorrió por completo mi cuerpo logrando desconectarme de la situación.
-Mi nombre es Jongin, pero si gustas puedes llamarme Kai.
Jongin… Ese es tu nombre, el cual quedó marcado en mi memoria y en mi corazón desde ese momento en que me sonreíste, logrando que me olvidara hasta de mi propio nombre.
-Y bien, ¿Piensas decirme tu nombre?
Me sentí un tonto en ese momento, dejé que mi corazón anhelante me dominara, no quería dar una mala impresión frente a alguien tan importante para mí, con todas las fuerzas que mi débil cuerpo podía darme extendí la mano para que fuera una presentación formal, creí que si era de esa manera sería mucho más fácil poder iniciar una conversación, pero segundos después me di cuenta de que era un error pues al hacer contacto con tu piel perdí de nuevo la razón, cerré los ojos para percibir mejor la suavidad de tu piel, el aroma que emanaba de tu cuerpo. En cuanto abría los ojos pude ver tu rostro con esa intriga dibujada en él, me estaba comportando como un verdadero tonto, y debía hacer algo para poder hablar.
-Y-Yo soy… Kyung Soo, pero me puedes llamar D.O
Nunca imaginé que ese incómodo primer momento fuera el inicio de una gran amistad entre ambos, ya que tú solías ser alguien solitario, pero muy grata fue mi sorpresa al encontrarte en la salida de la Universidad y que me sonrieras, me invitaste a tomar un café y gustoso acepté, cualquier cosa que tuviera que ver contigo causaba en mí mucha intriga. Al entrar al local el olor a café causó una revolución en todo mi organismo, esa cafetería la recordaré por siempre… WINDOW… Un chico muy atractivo nos atendió, tenía una mirada gatuna, temblé del miedo cuando lo viste fijamente como buscando algo, pero luego devolviste la mirada a mí. Esos eran los síntomas del amor, el nerviosismo, los celos, el perderse en otro mundo en cuanto nuestras miradas hacían contacto. Por mucho que me negara a aceptar ese sentimiento, no había nada que pudiera hacer ya, era como un arcoíris en mi interior, lleno de colores que me hacían sentir confundido respecto a lo que debía hacer.
Sabía muy bien que ese sentimiento solo traería problemas a mi vida, muchas veces intenté matarlo para evitar todo el dolor que podría causarme, pero por mucho esfuerzo que ponía en ello me fue imposible sacarte de mi corazón. Llenabas cada día vacío de vida en un mar de emociones, lograbas que sonriera como un tonto, era un inmenso cariño el que sentía por todo lo que provocabas en mí, estabas lleno de color que logró pintar mi corazón que se encontraba como un libro en blanco, llenándolo día con día con dibujos hermosos llenos de diversas gamas de colores cálidos que llegaban hasta lo más profundo de mí. Era como primavera cada vez que nos encontrábamos, ya que a pesar de todo, de la estación que estuviéramos, del frio o calor que hiciera siempre me invitabas a una deliciosa taza de café.
Con el paso del tiempo nos hicimos tan unidos que me hacías falta si no te veía un día, necesitaba de esa hermosa sonrisa que alegraba mis días. Fue entonces que me di cuenta que el amor que sentía por ti era muy grande, tanto que hasta dolía no tenerte a mi lado. El día más feliz de mi vida fue esa linda tarde de primavera que me invitaste a apreciar la belleza del lago cercano a la universidad, estaba emocionado sin saber exactamente la razón de eso, pero cuando amas no hay razón para estar feliz, solo una, poder ver a esa persona. Ese día pude sonreír desde el fondo de mi corazón, incapaz de esconder mi deseoso corazón valientemente me atreví a besarte, fue el momento más hermoso y dulce que había vivido en mi vida. Ver cómo me sonreías y me decías al odio que también me amabas me hacía sentir que volaba, todo esa tarde fue hermoso, la brisa dulce al compás de la melodía de nuestro corazón, las flores de cerezo adornaban todo el lugar permitiéndonos observar un bello espectáculo, no quería irme de ese lugar, sin embargo me dijiste que pronto volveríamos y te creí, anhelante de volver a repetir ese momento tan mágico para mi corazón.
Todo a tu lado fue hermoso, pero llegó el día en que nuestro amor terminó o al menos de tu parte ya que de la mía sigue siendo inmenso, si mi corazón late es por la esperanza de que un día regreses a mí. Sé que todos se burlarán de lo que espero, me dirán que estoy mal y que debería dejar de soñar con cosas como esas, pero no me importa que sea solo un sueño, si es así seguiré viviendo de él, cada noche en la soledad de esta habitación blanca le ruego al cielo que regreses, pero una parte de mi me dice que es inútil.
Fue en ese mismo lago, esa fue la primera vez que vía tus labios temblar, estaba temeroso de lo que podía pasar, ¿Qué palabras dirías? ¿Por qué parecías tan triste?... Y entonces me di cuenta de lo que estaba a punto de suceder, al igual que en esas canciones pude ver todas la premoniciones de la triste realidad que estaba a punto de vivir, pensé en rogar, en decirte que no me podías abandonar de esa manera tan cruel. No era posible, pero por más que yo lo pensara eso no sería así, ya habías tomado la decisión de acabar con las esperanzas de mi corazón, No me digas Adiós, Era lo único que quería gritar, no podía aceptar que todo terminaría de esa manera, yo fui el único que te amó a muerte pero eso no te importó para dejarme con el corazón destruido, mi mente estaba herida al igual que todo mi interior. No pude evitar llorar por más que lo intenté, no quería que lo dijeras pero lo hiciste, esa simple palabra, esa fría palabra me derrumbó, fue como si el mundo entero se estuviera destruyendo en pedazos al igual que mi corazón.
Siempre creí que las cosas entre nosotros serían eternas, nunca ni en mis más horribles pesadillas me pude imaginar una escena así. ¿Por qué no rogué?, porque horas atrás me habían dado la noticia de mi enfermedad, por eso no quería que te quedaras a mi lado solo por lástima, no quería que tus ojos que un día me habían visto con amor me vieran así, con ese dolor, y te dejé ir sin luchar, sin rogar. Tu cuerpo se fue al igual que tu corazón, quería que alguien me dijera cómo recuperarte porque por más que había decidido dejarte en libertad dolía mucho. Sabía que desde el momento en que te dejé ir no nos volveríamos a ver y eso era lo que más terror causaba en mí, estaba tan acostumbrado a ti que tenía miedo de quedarme solo de nuevo, pero tuve que afrontarlo ya que así era.
Siempre fui fuerte, aprendía a vivir solo desde niño, pero tú eras muy diferente a mí, a pesar de que parecía lo contrario odiabas la soledad. Ese día te veías tan lamentable y triste, era la última vez que nos veríamos y por eso quería ver en tu rostro dibujada una hermosa sonrisa. Más que yo sin ti, lo que me preocupaba era tú sin mí, no eras bueno haciendo cosas por ti mismo, no cocinabas bien y temía porque no te alimentaras adecuadamente, al darme cuenta de mis pensamientos rio en este desolado lugar, asciendo eco en toda la habitación. Porque aun cuando regreses yo no podré estar a tu lado, la enfermedad que tengo poco a poco avanza cortando mis minutos de vida. Tu decisión estaba tomada pero no parecías muy decidido a hacerlo, empezaste a llorar al igual que yo, sabía que te apartarías para siempre de mi lado, si estaba bien por mí que fueras egoísta, que te quedaras a mi lado hasta que no fuera tan duro dejarme atrás. Quería que te quedaras conmigo, que tomaras mi mano en los momentos difíciles, pero ahora… Ahora todo es diferente…
Estoy solo en este hospital y a pesar de que el doctor dice que casi estoy curado no puedo sonreír, porque yo siento que en cualquier momento moriré, si llego a salir de este lugar, me he refugiado en esta enfermedad para evitar que duela tanto pero si me curo todo será mucho más difícil, terminaría acabando con mi propia vida.
No creo que haya manera de que puedas entender todo lo que mi corazón ha llegado a doler, ahora ni siquiera estoy seguro de que alguna vez esas palabras de amor fueran verdaderas, no… No hay manera de que sepas de lo que hablo, si amarás a alguien entonces entenderías de lo que hablo.
¿Podrías ser yo?, ¿Podemos cambiar nuestros corazones?, eso sería maravilloso pues tal parece que no te duele lo que ha pasado en cambio a mí me destroza el alma tan solo pensarlo, y si lográramos intercambiar corazones entonces dejaría de doler como lo hace ahora, si amaras así como yo entenderías a mi corazón. No eres capaz de hacerlo, ni yo tampoco entiendo cómo es que por primera vez quiero proteger a alguien sobre mi dolor no importando mi muerte.
El amor es capaz de cambiar muchas cosas, aunque te cueste creerlo pues no crees en él, pero es la verdad, al final a pesar del daño que me has hecho espero que seas tú quien estará a mi lado, quisiera que esa puerta se abriera y por ella entraras tú con esa sonrisa.
Porque te quiero y eso no puedo negarlo, sufro y a pesar de eso te sigo amando como si nunca me hubieras lastimado, incluso si mi corazón se desgasta con todo el dolor que he vivido, incluso si las lágrimas nunca dejan de salir y mi vida se extingue con el paso del tiempo, si solo pudieras volver al principio entonces sería feliz. Moriría feliz.
Cuando estas en un lugar tan solitario y sin vida como este pareciera todo pierde sentido, pero me las arreglo y estoy bien, los lunes, martes, todos los días. Verano, invierno, primavera y otoño, el tiempo pasa rápido… Pero… ¿Por qué estoy en el mismo lugar? ¿Esperando por ti?
Fui un tonto que se dejó enamorar con tus sonrisas, olvidando lo que en verdad quería en la vida, dejando atrás el dolor que el amor me había provocado años atrás, abrí mi corazón solo para ti, para poder ser feliz a tu lado pero no fue posible y sé que es demasiado tarde para arrepentirme de esa gran equivocación.
No sé si lo sepas pero en ese lugar que juntos compartimos aun guardo las promesas hechas con el corazón, tal vez si te lo dijera te burlarías de mis tontas ideas, pero creo que puede llegar el día en que lo necesite y por esa razón me niego a dejarlas ir, tu recuerdo se ha ido pero no quiero que todo lo relacionado contigo también lo hago, por eso en esa casa antigua y abandonada en la repisa de nuestra habitación rodeado de polvo y tela de araña aún se encuentra mi tonto corazón.
Tal vez con el tiempo encontraste a alguien a quien entregarle el corazón, una chica linda que estuviera a tu altura y tus amigos aceptaran, seguramente repites las mismas promesas que me hiciste a ella, y entonces yo me quedo aquí sin saber exactamente qué hacer con mi vida, aunque ya no sé si se le puede llamar vida a esto.
En ocasiones el doctor me permite salir al jardín y apreciar toda la belleza de este, día con día las flores parecen marchitarse junto con mi alma, no sé si estarás bien, si alguna vez volveré a verte o es más si te recordaré, la enfermedad que me ataca ha ido matando mis neuronas una por una hasta lograr que olvide cosa importantes y por eso tengo miedo de que llegue el momento de volver a verte y no reconocer tu rostro. Sabes por mucho daño que me hiciste aun te amo como lo haré toda la vida, las personas a mi alrededor pueden verlo como una pérdida de tiempo, esperar por un imposible, y puede que desde el principio lo fuiste, eras un imposible para mí pero mi corazón anhelante de tu atención no me dejó oír la razón.
Ahora ya no me conozco ni yo mismo y por eso es que casi no me dejan salir de la habitación, solo a este jardín que ha sido atacado por la tristeza y soledad, ya no tiene nada de bello, es igual que yo, con el tiempo toda esa belleza fue desapareciendo, ahora cuando me veo en un espejo ya no reconozco el reflejo, me cuesta mucho recordar a Suho cuando viene a visitarme, luego de tal vez una hora de estar hablando con él recuerdo lo importante que es en mi vida.
¿Si regresaras?, aun sería igual o no, yo creo que no podría reconocer tu sonrisa, tal vez tu rostro desaparezca mañana de mi memoria y junto con él todos tus recuerdos, en parte mi corazón se alegra de que fuera así, pero por otro lado no quiero, me niego a dejar ir el sentimiento tan grande que me une a ti, es lo único que aun conservo de nuestro amor, nuestro bonito amor.
En ocasiones desearía poder enamorarme de Suho, porque a su lado he encontrado una tranquilidad que me hace sentirme seguro y querido, pero luego recuerdo que es solo cariño, esto que siento es agradecimiento por el apoyo que me ha brindado. En esos momentos un recuerdo lejano viene a mi memoria, creo que es algo relacionado contigo pero ya no soy capaz de recordar completo todo, son solo fragmentos de imágenes viejas que me hacen sentir triste, posiblemente esa sea la razón del porque he ido borrando esos recuerdos pues solo me causan dolor… Entonces en la soledad de mi habitación lo digo al vacío…
-Quien quiera que seas… Lo siento…