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En una habitación, de paredes blancas, para ser más concretos un baño se encontraban dos hombres, sentados en el suelo con la mirada entrelazada, a la espera de algún movimiento por parte del otro. Lo único cierto era la cara de angustia que ambos hombres tenían, uno incitando al otro a hacer lo necesario para salvarse, el otro renuente a hacer tal cosa, pero considerándolo por su propio bienestar. Sabia que al tomar aquel instrumento de filosos y aserruchados dientes, no habría vuelta atrás, pero era la única opción que tenía y sin más tomo la decisión de utilizarlo, casi podía sentir el aroma de aquel liquido carmesí, y vital para cada ser humano, solo quedaban escasos milímetros y aquel perturbador dolor comenzaría e irónicamente le tranquilizaría al mismo tiempo, solo un poco más…
-Maldición si vas a cortarte la pierna hazlo de una vez-murmuro un moreno, totalmente aburrido de la situación de la película que veía.- Vamos solo es una pierna no te vas a morir por eso- dijo otra vez suspirando.
El timbre de su departamento sonó de una manera muy insistente, hasta el grado de aumentar su ya de por si palpable mal humor. Y no es que fuera una persona malhumorada pero siendo viernes por la noche y no tener planes, a cualquiera lo pone de mal humor.
Aunque a sus 26 años Trafalgar Law, no es que fuera alguien muy sociable debido a su profesión o mejor dicho segunda “profesión”, eran escasas personas a las que podía considerar sus amigos, a pesar de ser muy popular con el sexo opuesto y por qué no también entre el masculino, era alto rebasaba el 1.90 de estatura, delgado tanto que a simple vista parecía débil, pero lo cierto es que era muy fuerte y además no era del todo escuálido, tenía su musculatura, era moreno y pelinegro, de ojos color gris que la mayoría del tiempo parecían mostrar aburrimiento o cansancio y para rematar un par de ojeras de bajo de estos, tenía un par de aretes en cada oreja y unos tatuajes tribales en los antebrazos y uno en los nudillos que mostraba con todas sus letras la palabra D-E-A-T-H.
-Joder que ya voy-dijo molesto, arrastrando los pies hacia la puerta para ver quién era el chistosito que parecía haberse quedado pegado al timbre. En cuanto abrió la puerta se vio siendo arrollado por lo que parecía ser un bólido con patas.
-TRAAFFYYYY- grito un entusiasmado pelinegro, el cual termino encima del mayor, cayendo ambos al piso- shishishi, ¿cómo estás?-pregunto sonrientemente.
-Luffy-ya, ¿Cuántas veces debo decirte que no me saltes de esa forma?-pregunto el moreno con la voz cargada de fastidio.
-jajajaja, se lo has dicho muchas veces-le comento el otro pelinegro que venía acompañando al pequeño monito-deberías utilizar ese tiempo en algo más productivo ¿no crees?-termino de decir mientras entraba al departamento y cerraba la puerta tras de sí.
-Muy gracioso, Ace quítame a este pequeño mono antes de que lo abra en canal-dijo Law ya bastante exasperado.
-Ey! Luffy deja de una vez a Law, antes de que haga lo que dijo-dijo Ace que a pesar de la amenaza estaba bastante divertido con la situación.
-Ah! Traffy no harías eso ¿verdad?- pregunto Luffy con un puchero que derretiría a cualquiera, excepto a Trafalgar Law-más cuando estoy muy emocionado por verte después de tantos años.
-Créeme Luffy-ya cuando te digo que si lo hare como no te quites de encima, además no han sido tantos años, han sido solo 4- dijo Law, el cual se había pasado por el arco del triunfo el tierno puchero de Luffy.- ¿Se puede saber a qué han venido?-pregunto una vez Luffy se le quitó de encima.
Ace era un chico pecoso de 25 años, tan alto como el mismo Law, pero un tanto mas fornido, también era pelinegro.
Luffy era el menor de los hermanos D. era muy hiperactivo, simpre sonriendo, este al igual que su hermano era pelinegro, de 1.74 de estatura, tenia su musculatura aunque no tan definida como la de su hermano, también tenia una pequeña cicatriz debajo de su ojo izquierdo y tenia 20 años de edad.
-Veras Law el motivo de nuestra visita es un asunto muy delicado-dijo con un tono y un semblante muy serio contrario a lo que había demostrado al entrar al departamento por lo que Law intuía que la situación era grave, ya que el pecoso ni Luffy quisieron tomar asiento.
-¿De qué se trata?-pregunto Law de la misma forma que Ace, ya que el ver que Luffy también se puso serio inmediatamente, no se podía tomar a broma lo que dijeran.
-Él ha vuelto, Law-dijo Luffy muy serio y un poco preocupado.
-¿Él? No puede ser, está en coma y según mi diagnóstico y el del médico que lo atendió, no despertaría nunca-dijo Law, inexpresivo pero por dentro no quería creer que fuera cierto, que él hubiera despertado.
-pues lo ha hecho, y se ha empezado a mover-comento el pelinegro menor, moviéndose intranquilo.
-¿Cómo que se ha empezado a mover?-Law cada vez estaba más estresado, aunque su rostro siempre cubierto por esa mascara de inexpresión lo hacía ver tranquilo.
-Lo que Luffy quiere decir es que él ya mato a uno de los que estuvimos ahí en aquel día-dijo Ace, haciendo que por fin Law comprendiera y Luffy se tensara al oírlo.
-¿Quién fue?-pregunto seriamente Law viendo a Ace a los ojos-¿A quién asesino?-volvió a preguntar al no recibir respuesta de ninguno de los hermanos D.
-ah-suspiro Ace antes de decir-fue Drake, él fue el primero en ser asesinado, tal vez por ser el más fácil de encontrar, pero también sabemos que él hizo una lista con nuestros nombres donde nos enumeró del 1 al 10. Drake fue el número 1 -dijo por fin el pecoso.
-Ya veo se está vengando, por lo que hicimos ¿no?-reflexiono Law, sentándose en un sofá individual de color negro que tenía en su estancia. Ralamente le preocupaba el hecho de que él hubiera despertado, no por su venganza sino por los sentimientos que algún día tuvo por él.
-Sí, pero él merece su venganza, después de todo lo que hicimos no es algo de lo que me siento orgulloso, ni siquiera sé porque acepte ir-comento Luffy, logrando que tanto su hermano como lo voltearan a ver sorprendidos por lo que dijo-¿Qué no me dirán que ustedes si están bien después de haber hecho lo de aquel día?- le pregunto después de saberse observado.
-pues no, pero a veces me sorprende la madurez con la que hablas, considerando que no ocurre muy seguido-hablo Law- sobre tu pregunta eran ordenes teníamos que hacerlo Luffy-ya.
-Pero ¿Qué hay de ti, tú lo amabas eso no cuenta para nada?-le pregunto el menor duramente.
-Luffy, Law tiene razón eran órdenes y aunque no nos gustara debíamos hacerlo, además él nos traiciono- dijo Ace tratando de tranquilizar a Luffy- y sobre lo que sentía Law no lo puedes criticar ya que ni tu ni yo sabemos por lo que el paso, así que no lo vuelvas a mencionar- dijo tajantemente Ace-
El menor ya no comento nada, pero se veía que no estaba muy conforme con lo que los mayores habían dicho.
-Bueno además de avisarme que él despertó, ¿para qué otra cosa más vinieron?-preguntó el ojigris queriendo saber más de la visita de los hermanos, ya que lo que le dijeron bien se lo podrían haber dicho por teléfono.
-Law el problema radica en que él piensa que tú lo traicionaste con Doflamingo -le dijo Ace aún más serio de lo que ya estaba- tú y él son su principal objetivo, no solo por la supuesta traición, sino por lo sucedido ese día y las muertes de ellas.
-¿Qué? Por su puesto que yo no lo traicione con Doflamindo -Law no podía creer lo que Ace le decía-además él fue quien me traiciono a mí, después de todo tu estuviste ahí y lo pudiste ver con tus propios ojos-dijo molesto el ojigris.
-Pues nosotros cumplimos con avisarte, solo ten cuidado ya que no sabemos quién es el siguiente- termino el pecoso para dirigirse a la puerta junto con Luffy-nos vemos seguiremos en contacto-dijo abriendo la puerta y retirándose con su hermanito.
Law sentado todavía en su sofá no podía dejar de pensar en lo que Ace le había dicho. No podía creer que él estuviera despierto y sobre todo no podía creer que le culpase a el de haberlo traicionado, cuando él era quien lo había traicionado a él y a Doflamingo y como había dicho este el castigo de una traición era la muerte.
Ahora solo le quedaba esperar su siguiente movimiento para saber qué hacer cuando le toque su turno. Sin más ganas de seguir pensando en él se fue a dormir, ya que sin darse cuenta era media noche. Ya mañana iría a hablar con Doflamingo para saber que pensaba al respecto.