EL DESPERTAR
6 MESE ANTES
En el Hospital de la Universidad de Nuevo México, en una habitación en la que podía leerse terapia intensiva, cuyas paredes eran totalmente blancas, con dos camas, un sillón para el acompañante, una mesita de noche y un armario, una lámpara de luz indirecta y la luz de emergencia.
En una de esas camas podía verse un hombre castaño totalmente inconsciente con un aspecto más que deplorable, en la otra se podía apreciar un hombre de tez muy blanca y de cabello rojo, su respiración era rítmica esta era controlada por un respirador. Ambos pacientes estaban en coma y según el diagnóstico médico jamás despertarían.
Los únicos ruidos que se podían escuchar era el Monitor electrocardiográfico que media los signos vitales y el zumbido de un pequeño mosquito que volada por la habitación deteniéndose en una de las mejillas del pelirrojo alimentándose de este. Contra todo pronóstico el pequeño mosquito fue brutalmente aplastado por una enorme palma.
-Ah ¿Qué demonios?-se escuchó el quijo de una voz pastosa-¿Qué ocurrió? ¿Dónde estoy?-se preguntaba un desorientado pelirrojo que se revolvía incomodo en la cama mientras observaba a su alrededor en busca de algo que pudiera explicarle que sucedía.
-¿Dónde estoy?-se pasó la mano por su rojo cabello, sintiendo algo duro fuera de lo normal-¿Qué joder es esto?-se tocó la cabeza ocasionando un sonido parecido a cuando se golpea el metal.
-¿una placa?-se preguntó alarmado-¿Cómo es que tengo una placa en la maldita cabeza?-se cubrió la cara buscando tranquilizarse y pensar con claridad.
De repente como si de una avalancha se tratase le llegaron un montón de recuerdos, muchos borrosos otros más claros, hasta que la bomba se detuvo en un recuerdo el cual explicaba porque tenía una placa en la cabeza y porque estaba en esa habitación de hospital.
Flashback
4 años antes
El pelirrojo se podía ver tirado en el suelo totalmente ensangrentado, no le importaba ver a sus agresores pues ya los conocía de sobra, tampoco le importaba los cuerpos llenos de sangre que estaban alrededor de él, lo que le importaba era ver a la persona que yacía al otro extremo del lugar podía observar que su ropa estaba totalmente manchada de sangre lucia muy pálida, no parecía respirar lo cual lo asustaba mucho.
Quiso arrastrarse y ver si aún vivía, pero una persona se lo impidió colocando su pie en la espalda del pelirrojo, este voltio el rostro tratando de distinguir a quien lo había detenido, no podía ver con claridad debido a la sangre que escurría desde su frente a los ojos, se limpió con el dorso de la mano y pudo distinguir que se trataba de un enorme hombre rubio el cual tenía una sonrisa que no solo mostraba satisfacción también denotaba lo cabreado que estaba una macabra combinación.
El rubio no podía ser otra persona que Joker, eso realmente no le sorprendía, lo que si le sorprendía era ver a la persona que estaba justo detrás del rubio, era él la persona que más amaba estaba observando como todo el escuadrón al que ambos pertenecían lo torturaban, quiso verle directamente a los ojos, pero él se lo impidió volteando a otro lado.
Lo que más le dolía de ver al moreno en ese lugar era que no solo había observado como los demás se divertían golpeándolo, sino que él también había participado. Por un momento había olvidado por qué se estaba arrastrando por el suelo, ella, ya era demasiado tarde seguramente ya habría muerto eso termino con las ultimas fuerzas que le quedaban.
Sin nada más que hacer observo como el rubio de buscaba algo entre su enorme abrigo de plumas rosas, no podía ver sus ojos debido a las gafas que siempre traía puestas pero podía deducir que lo observaba penetrantemente queriendo saber “porque”, sin embargo no lo preguntaba, no quiso hacerlo, solo saco la pistola que siempre escondía debajo de su abrigo y le apunto directo a la cabeza.
-Captain, sabes cómo se paga una traición ¿cierto?-pregunto el rubio con una enorme sonrisa.
-ah s-sii- contesto jadeante el pelirrojo- lo se Jo-joker-le miro con odio.
-Fuffuffuffuffuffuffu, menos mal que lo sepas pues C'était agréable de vous rencontrer au revoir- iba a jalar el gatillo, pero Luffy le empujo desviando un poco el disparo logrando que la bala le rosara la cabeza dejándolo inmediatamente inconsciente.
Fin flashback
-malnacidos, cometieron el error de hacerme todo eso-gruño realmente molesto el pelirrojo arrancándose la mascarilla del respirador y la intravenosa-su peor error fue no haber terminado el trabajo-dijo mientras trataba de levantarse, cayendo estrepitosamente al suelo.
-¿Qué cojones le pasa a mis piernas?-trataba de moverlas pero no podía, solo sentía un hormigueo en ellas.
Paso varios minutos intentando mover sus piernas, hasta que escucho el ruido de unos pasos por el pasillo, como pudo rodo hasta colocarse en la pared que estaba detrás de la puerta, para ver quién era el que se aproximaba.
La puerta se abrió dejando ver a un hombre alto, no era un doctor, era uno de los muchos hombres de Joker, de seguro a pesar de estar inconsciente lo mantenían vigilado. Afortunadamente se había quedado con la aguja de la intravenosa en la palma de la mano. El hombre se quedó parado en la puerta buscando con la mirada al pelirrojo, al no verlo en su cama quiso acercarse, pero sintió un pinchazo en el pie que le hizo perder el equilibrio, cayendo aparatosamente al piso.
El pelirrojo una vez lo tuvo en el suelo a su altura lo tomo por el cuello, el hombre al verlo despierto empalideció notoriamente, una clara muestra de lo aterrado que estaba.
-¿Dónde estoy?-le pregunto el pelirrojo-responde maldita basura-exclamo de manera violenta.
Es-estas en el Hospital de la Universidad de Nuevo México-respondió temerosamente.
-¿Dónde está Joker?-volvió a cuestionar el de ojos ambarinos.
-Nn-no lo sé- respondió el hombre nerviosamente.
-¿Qué no lo sabes?-el pelirrojo esta ves ya no lo aguanto-ja, maldito mentiroso, entonces muere-hablo tomando la cabeza del hombre girándola violentamente hasta romperle el cuello.
Empezó a despojar al hombre de todas sus pertenencias, colocándoselas él, después como pudo se arrastró por todo el pasillo, afortunadamente no había nadie, llego a lo que era el almacén donde guardaban todo el instrumental médico entre las cosas había varias sillas de ruedas, se montó en una, tomando el ascensor llego al estacionamiento se buscó entre las ropas las llaves del auto del hombre que momentos antes había asesinado, busco con la alarma el auto y se encontró con un Chevrolet Camaro 1968 en color rojo con franjas negras.
-vaya no me esperaba que tuviera buen gusto, al menos no considerando la ropa que usaba-dijo mientras abría la puerta y haciendo toda clase de maniobras logro subir al auto- y bien ¿Quién será el primero al que me cargue de esa bola de cabrones?-se acomodó en asiento trasero.
-bueno supongo que eso no importa, al menos no mientras mis piernas no se muevan-quiso levantarlas pero no pudo-al menos sé que no estoy invalido ya que empiezo a sentirlas poco a poco, tal vez si me concentro pueda mover al menos un dedo- dijo mientras observaba fijamente a su dedo gordo del pie derecho. Después de 30 minutos pudo moverlo-ja, no fue tan difícil, ahora los demás.
6 horas después.
Se bajó del auto y se subió en el asiento del conductor, encendió el auto y se dirigió a buscar un lugar en el que pudiera quedarme mientras decidía que hacer.
Un mes después, el pelirrojo estaba recostado en la cama que tenía en el pequeño departamento que había conseguido el lugar no era muy espacioso pero al menos era muy económico, había sido una suerte que el imbécil que mato en el hospital trajera el suficiente dinero consigo. Estaba concentrado leyendo un periódico donde se mostraba la fotografía de Drake, el muy idiota parecía que ahora era parte de la mafia, en periódico decía sobre el homicidio de varias personas que se le adjudicaban a Drake, pero al “no haber pruebas suficientes” no pudieron proceder contra él.
-esto me evita un problema, ya sé quién será el primero-sonriendo el pelirrojo saco una hoja y un bolígrafo del buro que tenía junto a la cama-ja, te gusta salir en primera plana ¿no Drake?, pues serás el primero al que elimine- colocando el nombre de Drake en la hoja con el número 1 y así empezó a hacer su lista de muerte hasta llegar al número 10- este último le pertenece a ese hijo de puta el será el último, solo uno después de él.
Y así tomo sus cosas y se dirigió al que una vez fue su hogar por algunas cosas que necesitaba, para llevar a cabo su venganza.
6 meses después
Law caminaba por los pasillos de la espaciosa mansión de Doflamingo, tenía que verlo, para preguntarle desde cuando él sabía que él había despertado. Subiendo las escaleras de dirigió a la última habitación del piso, entrando sin ni siquiera tocar la puerta se encontró con el dueño de la casa semidesnudo chorreando de agua, solo con una toalla atada a la cintura una clara muestra que acababa de ducharse.
-oh! Law no te enseñaron a tocar antes de entrar a una habitación que no es la tuya-pregunto el rubio, que más que estar molesto por la intromisión del pelinegro se mostraba bastante divertido-¿vienes a divertirte conmigo?-hablo de manera insinuante.
-no hay tiempo para modales Donquixote-ya y tampoco vengo a eso pervertido-dijo el menor acercándose al rubio-dime ¿desde cuando sabes que Eustass-ya salió del coma?-directo como siempre, sorprendiendo al rubio que no se esperaba esa pregunta, al menos eso había notado el menor ya que casi se le cae la toalla de la impresión.