Capitulo XIII (pt2)
Bianca picaba sin ganas el postre que minutos atrás DaeHyun había servido para ella. No es que no le gustara pero no tenía apetito y eso había quedado claro cuando le sirvieron la cena, pues apenas si la probó.
Estar en la entrevista y ver a sus hermanas la había dejado muy pensativa. Aunque no lo pareciera, ella se daba cuenta de todo; como que, Gaby estaba más insoportable; Alex parecía más triste, pero claro, eso no cualquiera lo podía saber, pues la menor ocultaba todo sentimiento bajo esa mascara indescifrable para aquel que no la conociera y Abby, en cuanto la vio, lo supo. Estaba enferma, pero a vista desconocidos, se veía tan bien como siempre.
Como si fuera poco, en su cabeza también se formaron pensamientos acerca de las personas con las que convivía en esa casa. En especial de uno de ellos, que parecía estarla pasando realmente mal.
Lo había visto en su rostro en cuanto entró en la casa. Zelo bajo esa falsa sonrisa, parecía molesto, triste, dolido. Por lo que pudo escuchar, el menor era molestado por sus amigos, pero lo que en realidad le había entristecido, era que el mismísimo líder le dijera que debía conseguirse una novia, pues estaba en edad de experimentar el amor.
¿Cómo no preocuparse? Era la hermana mayor y además jugaba un papel importante dentro de ese grupo de seis chicos. ¿Qué hacer? Nunca le había gustado entrometerse en las vidas de los demás. Siempre había preferido ignorar todo, o en su defecto, la mayoría de cosas que no fueran realmente importantes. Estaba claro que ahora no podía hacer eso.
– ¿Stai bene Bianca? – YongGuk se acercó y se sentó junto a ella en la mesa, logrando que perdiera el hilo de sus pensamientos y mirara al chico a su lado –. No tienes hambre – Afirmó al ver el plato aun lleno.
–YongGuk…
–Oppa – Interrumpió.
–YongGuk –. El mayor bufó. Hasta ese momento había estado haciendo lo imposible para que la chica no le llamara por el nombre, sino que le dijera oppa – ¿Do you like JunHong?
– ¿Desde cuando hablas inglés? – Preguntó sin reparar realmente en lo que había preguntado la chica.
–Bang YongGuk… asnwer me, please. ¿Do you like Zelo or someone else? – Insistió mirándole fijamente.
– ¿Qué si me…? ¡No! – Negó rápidamente, incluso con sus manos y cabeza – ¿Cómo podría? ¡Es… es un niño! – Bianca solo le miraba –. No piensen cosas que no son – Pidió levantándose de la silla –. Si no tienes hambre será mejor que vayas a descansar… Andare a dormire – Recordó que, probablemente ella no había entendido más que la última frase.
Suspiró una vez volvió a quedar sola y recostó su cabeza en una de sus manos que estaba apoyada en la mesa. Parecía muy seguro cuando lo negó y le hubiera creído, de no ser por la tristeza, el miedo y la clara afirmativa que vio en sus ojos. Entonces, ¿A qué se debía todo eso?
YongGuk fue muy obvio y ella odiaba que le mintieran, pero lo que más odiaba era que se mintieran a sí mismos, ¿Qué ganaban con ello?
Volvió a suspirar. ¿Debería descubrir por qué YongGuk tenía miedo o simplemente hacer como si nada estuviera pasando? La respuesta era más que obvia. No, simplemente no se podía hacer la de la vista gorda, porque sabía de sobra lo que era sentirse inseguro, sin importar las circunstancias. Un suspiro más y se vio nuevamente en compañía de alguien. Una diminuta sonrisa surcó de sus labios, dedicada al chico que ahora estaba a su lado.
–Nuna ¿stai bene? – Ante el apelativo, la mayor frunció el ceño –. Sé que no te gusta que te diga nuna, pero lo hago por respeto y costumbre… Ah, ni siquiera me entiendes – Revolvió su cabello, frustrado, provocando a Bianca reír por unos segundos – ¿Stai bene? – Volvió a preguntar, recibiendo un leve asentimiento por respuesta.
– ¿Do you like YongGuk? – Soltó de repente, provocando que el otro la mirara completamente sorprendido.
– ¿Desde cuando hablas inglés? – Trató de desviar el tema. Bianca rodó los ojos, ya había escuchado la misma pregunta minutos atrás.
–JunHong, per favore –. Su mirada seria y puesta fijamente en él, le provocó miedo e incomodidad.
–I don’t know what you say – Respondió rogando por que la mayor no siguiera con el tema.
– ¡Don’t lie to me! – Frunció el ceño –. I’m saying the truth, right? You like YongGuk…
Aunque ya supiera la respuesta, quería escucharla del propio chico. Él trató de sonreír, pero le resultó imposible. Su rostro se contrajo y su mirada se tornó cristalina.
– ¿Soy tan obvio? – Preguntó más para sí que para la mayor –. Hasta nuna se ha dado cuenta ¿Entonces porque él no? – Su voz se cortó y Bianca no dudó en abrazarle –. No me hubiera importado que otro lo dijera – Se aferró más a la chica –. No quiero una novia, yo solo lo quiero a él…
–Bianca non voglio che… – Se vieron interrumpidos por quien menos querían en ese momento – ¿Pasa algo? – Preguntó YongGuk al notar como Zelo abrazaba a Bianca y luego se separaban para que el menor se limpiara el rostro de lo que parecían ser lágrimas. – ¿JunHong-ah, estás bien? – Dio un paso para acercarse al menor quien en seguida se puso de pie.
– ¿Por qué no debería de estarlo? No se preocupe, hyung – Le sonrió.
–Mientes – Le detuvo antes de que se fuera –. Te conozco y sé que me estás mintiendo.
–No, hyung – Miró a sus ojos por unos segundos –. Usted no me conoce –. Esas palabras perforaron su corazón, provocándole un gran dolor.
– ¿Bianca? – La chica lo miró, estaban nuevamente solos.
–Abre tus ojos, tu mente y tu corazón – Dijo en un idioma perfectamente entendible –. Empezar por ver más allá de lo que se tiene en frente… ojalá no sea muy tarde –. Fue lo último que le escuchó decir, antes de que la perdiera de vista.
¿Qué había sido todo aquello? ¿Por qué Zelo lloraba? ¿Qué quiso decir Bianca? ¿Por qué hablaba tan bien coreano? Tantas preguntas, ninguna con respuesta.
Dejando de lado este pequeño drama, pasamos a otro escenario y así, damos fin a la amarga noche de estas las familias.
Gaby entró en la casa y lo primero que hizo fue dirigirse a la cocina, ni siquiera saludó a los chicos que la veían en silencio. A ellos no les molestó, es más, la ignoraron dirigiéndose cada quien a su habitación.
– ¡Tengo hambre! – Gritó revisando la nevera – ¿Qué hicieron de cenar? ¡Minho oppa! Dios, lo único que me dieron en la entrevista fue agua.
– ¿No te cansas de gritar?
–Minho oppa, tengo hambre –. Con un gran puchero en sus labios, la menor se acercó al chico quien sonrió, mientras pasaba un brazo por sus hombros.
–Eres como un bebe gigante – Comentó llevándola y sentándola en la mesa del comedor. –. Dame unos segundos, ya sirvo tu cena.
Gaby hubiera protestado, pero por obvias razones, no podía hacerlo. Así que se sentó en completo silencio mientras veían como Minho servía para ella y al parecer, para él también.
–Lo hice yo – Dijo a la menor una vez se sentó a su lado –. Los demás comieron… ya… antes –. Gaby no pudo evitar sonreír burlonamente al escucharle. Siempre le haría gracia escucharle a él o a los otros hablar en su idioma – ¿Es muy gracioso? Pequeña mocosa, mi español no es bueno, pero aun así, no deberías burlarte de tus mayores –. Como respuesta, Gaby solo se echó a reír.
Minho sabía que su español no era ni siquiera pasable, a veces pronunciaba mal las palabras y otras veces ni siquiera decía la palabra que era o mezclaba los idiomas, pero Gaby siempre lograba entenderle. Así que si ella le entendía aunque estuviera mal, no había ningún problema para él.
– ¿Te gusta? – Preguntó de repente. La menor con un leve asentimiento de su cabeza, respondió.
Eso le hizo sonreír ampliamente, pues se había esforzado por aprender a cocinar esa receta para Gaby y los otros miembros, por supuesto. Pero, especialmente para esa joven que tenía a su lado. Se estaba encariñando más de lo que imaginaba. Era un cariño inexplicable, algo que no había sentido con alguien más… ¿Era amor? Tal vez le amaba.
Negó esa posibilidad, aún era muy pronto para darle nombre a ese sentimiento ¿O no?
Minho se detuvo a contemplarla, mientras ella seguía concentrada comiendo esa deliciosa cena preparada por su oppa favorito. Sonrió por la torpe manera que tenía esa chiquilla de agarrar los palillos y también por los graciosos gestos que hacía mientras comía.
En el poco tiempo que llevaba conviviendo con ella, había logrado conocerla, tal vez no mucho, pero si lo suficiente como para saber cuándo estaba molesta y feliz, incluso cuando planeaba hacer alguna broma para los demás. Eso era lo que más le gustaba de ella, que sin importar su edad o con quien estuviera, se divertía como nunca; era una pequeña niña en el cuerpo de una adolescente.
Entonces se dio cuenta de que le quería, más de lo que imaginaba. Gaby era la hermana que nunca tuvo, con la que hubiese jugado mientras eran niños, a la que le hubiera cocinado y cumplido todos sus caprichos con tal de verle una gran sonrisa en la cara y a la cual le hubiera gustado proteger, aun cuando ambos ya fueran unos adultos. Sí, Gaby era su pequeña, bueno no tan pequeña, pero sí muy querida hermana adoptiva a la cual consentiría mientras estuvieran en ese programa. Lástima que a ojos de alguien más, no lo pareciera.
Suspiró levantándose y tomando ambos platos ya vacíos. Los llevó a la cocina para lavarlos enseguida, así todo quedaba limpio y él podría irse a dormir tranquilamente.
–Yo, ayudar –. Gaby se acercó y así, juntos lavaron lo que había sucio, pero terminaron jugando con el agua.
– ¿Interrumpo? – Minho se giró para ver a Taemin de pie tras ellos. Gaby también se giró, notando claramente como el chico frente a ella estaba cruzado de brazos y los miraba fijamente, sobre todo a ella.
Sonrió al darse cuenta de que Taemin estaba haciendo un gran esfuerzo para que su rostro no demostrara lo molesto que estaba.
–Oppa, gracias – Soltó de repente, dejándole un corto y rápido beso en la mejilla al mayor, quien le sonrió antes de que se marchara.
Taemin se mordió la lengua. Estaba aguantando más de lo que su paciencia le permitía.
–Pasas mucho tiempo con ella – Dijo una vez quedaron solos.
Minho asintió aun con esa hermosa sonrisa en sus labios, inocente de lo que pensaba o sentía el menor.
–Me agrada estar con ella –. Taemin se congeló ante la respuesta, no la esperaba o tal vez sí, pero quería creer que no –. Deberías hacer lo mismo, estoy seguro de que la querrías – Minho se acercó y besó tiernamente sus labios, pero él apenas y movió los suyos –. Descansa – El mayor se fue dejándole ahí.
– ¿Cómo podría quererla cuando te está apartando de mi lado? – Preguntó a la nada –. La quieres – Afirmó dolido – ¿La amas?
Una lágrima rodó por su mejilla, no quería pensar en esa posibilidad, pero la actitud de Minho para con ella, solo le hacía creer que era así y eso lo aterró. Amaba mucho a Minho y no quería perderlo por nada ni nadie; ya tenían suficiente con ocultar frente al mundo sus sentimientos como para que ahora llegara ella y los separara. No, él no lo iba a permitir y si tenía que estar pegados a ellos todo el tiempo, lo haría.
Dicen que el dolor y los celos te hacen actuar tontamente, que los actos valen más que mil palabras, que ante el amor, todos nos volvemos ciegos.
¿Qué tan lejos tienes que ir para darte cuenta de que has cometido un gran error?
Un nuevo día y con ello una nueva sorpresa. Ya pasaba de ser el medio día cuando una carta llegó a manos de los grupos. En ella se pedía disculpas por el escándalo de la semana anterior, también se anunciaba que el programa por fin saldría el próximo fin de semana al aire y por último, se daban los resultados de la primera prueba que habían tenido.
–Sesión fotográfica y un pase para que coma todo lo que pueda...
– ¡¿Nosotros ganamos ese premio?! – Onew gritó en cuanto escuchó la última parte.
–Déjame terminar – Le fulminó con la mirada –. La sesión de fotos es para todos los grupos, pero lo demás es para los ganadores.
– ¿Y qué obtenemos nosotros?
–Ocupamos el segundo lugar, así que sí, ese es nuestro premio…
– ¿Qué? – Insistió el menor al ver que se quedaba callado – ¿MinHyun?
–A ver – Aron le arrebató el papel de las manos para leer él mismo –. Como ustedes han sido uno de los grupos perdedores, deberán salir y hallar la forma de conseguir el dinero necesario para que puedan cenar.
– ¡Ni hablar! Nos quedamos en casa y preparamos nosotros mismos la cena.
–No creo que podamos.
– ¿Por qué?
–Aquí dice que la cocina está completamente vacía y que no podemos utilizar nuestro propio dinero…
– ¡Comida gratis! Hoy nos libramos de comer lo que hace Zelo – Decía DaeHyun, realmente contento.
– ¡Hyung! – El menor le miró molesto –. Yo no cocino tan mal… – Ante lo dicho todos miraron en diferentes direcciones, incluso Bianca.
–JunHong-ah – YoungJae se acercó para consolarle –. Sin comentarios. – Los otros miembros se echaron a reír.
–Oigan, la carta dice algo más – YongGuk atrajo la atención de todos –. El bono de comida solo puede ser utilizado hoy.
–Hoy cenaremos como reyes – JongUp babeaba de solo imaginarlo…
– ¿Cuarto lugar? – Preguntó GongChan incrédulo – ¿Cómo que fuimos los últimos?
– ¡No tenemos comida! – El grito de Baro lo sobresaltó – ¡No hay comida!
–Ese es el castigo, debemos buscar la manera de ganar dinero para comprar comida, pero antes debemos ir a la sesión de fotos – Avisó Dongwoo –. Nuestro transporte ya está afuera.