Capítulo XXI
¿No importaba lo demás? Oh no, claro que sí importaba, sobre todo cuando eras una persona de la que todo el mundo podría saber fácilmente, ser un ídolo no era tan genial como parecía, eso estaba bien claro, sobre todo para ellos mismos.
Ya había pasado más de una semana desde que hicieron el campamento y desde ese entonces, las relaciones, los grupos y todo en general, había estado en constante cambio para bien, o para mal.
Hacía tan solo unas semanas había hablado con Taemin sobre ello y ambos habían estado de acuerdo en que no tenían por qué temer. No había porque dudar. Entonces ¿qué había cambiado?
Luego del campamento, Gaby se había vuelto más molesta e insoportable. No se despegaba de los chicos, se interponía entre ellos y evitaba que pasaran el más mínimo tiempo, juntos. Minho, Onew y JongHyun simplemente se dejaban llevar por esa mocosa que ya se volvía despreciable.
Como si no fuera suficiente, un par de días atrás mientras estaban ensayando para su siguiente come back, escuchó decir a uno de los bailarines que “Gaby era toda poderosa”, simplemente porque había logrado convencer a uno de los managers que los llevara al cine y después a cenar. Era algo inaceptable, él era el único que podía ostentar ese título. ¡Él era el todo poderoso Key!
Eso había logrado que la copa se rebalsara, y no estaba dispuesto a dejarse arrebatar ese título, no señor y menos por una niña; esa niña que ya había acaparado toda la atención de JongHyun y no solo de él, sino de Onew, Minho, el manager, incluso de los bailarines y hasta sus perros. Ah, y ni hablar del pobre Taemin, que ya hasta pasaba más tiempo fuera de casa con su amigo Kai que con ellos, porque no soportaba que su pareja lo hiciera a un lado cada vez que estaba con Gaby.
Por eso y porque ya no soportaba ni siquiera el estúpido programa que tantos dolores de cabeza le traía, haría una pequeña bromita.
–Nada del otro mundo – Dijo para sí, mientras agregaba pimienta y sal de más, a los fideos que cenarían.
Ese viernes en la noche como le tocaba preparar la cena junto a Taemin, todo sería más fácil.
–Por mí no hay problema, Hyung – Dijo menor sonriendo con complicidad, luego de que el rubio le contara de su pequeña y según él, inofensiva broma.
Cuando la cena estuvo lista y todos estuvieron sentados alrededor de la mesa, Key puso los platos ya servidos frente a cada uno, además de un rico postre, hecho por Taemin. Esa noche, ambos se habían esmerado por preparar una cena con la cual todos quedaran contentos y así les felicitaran.
Lo primeros en probar fueron los chicos quienes con los pulgares en alto, dieron su visto bueno sobre la comida. Los cocineros por esa noche sonrieron satisfechos; ahora era el turno de Gaby.
–Come – Pidió el rubio en su idioma. Algo que también odiaba, pues el español seguía siendo a su parecer, muy difícil.
La menor asintió llevándose una considerable porción de comida a la boca para después probar el postre. Esa noche en particular estaba realmente hambrienta, todo gracias a que se le había ocurrido la grandiosa idea de pasear a las mascotas de todos los miembros de la empresa… bueno solo unos cuantos, y el resultado había sido desastroso.
El brillo malicioso en sus ojos era muy evidente, pero ninguno lo notó porque estaban más concentrados en las reacciones de la joven y como estas iban cambiando, a medida que masticaba la comida.
El enrojecimiento y la rápida hinchazón de su rostro, acompañados de los cortos periodos en los que parecía dejar de respirar, los alertaron.
–Gaby… – La llamó Minho preocupado –. ¿Estás bien? – Preguntó.Ella negó y señalo el plato del que había comido.
Él probó la comida y una mueca de asco surcó su cara.
–Está muy picante y salado – Adivinó al instante.
– ¡Pusieron sal y picante en su comida! – La pregunta en la voz de Onew fue más, una afirmación –. ¿De qué es el postre?
–No es para tanto – Se defendió el rubio –. Vainilla y nueces…
– ¡Nueces! – Gritó el líder de repente, recordando que semanas atrás, antes del campamento, en uno de los ensayos, Gaby se había negado a comer el postre que uno de los bailarines le había regalado.
– ¿Hyung? – La voz de Taemin tembló –. ¿Pasa algo malo? No se ve bien.
– ¡Claro que está mal! ¡¿Acaso no la ves?! – Gritó Minho –. ¡Llamen una ambulancia, se está ahogando!
Luego de cenar, Zelo y YoungJae habían decidido que jugar videojuegos, era la mejor opción para pasar el resto de la noche; Bianca se les había unido poco después, pero al perder tres veces de seguido, se molestó y solo se limitó a ver a los chicos jugar.
Mientras se burlaba de YoungJae por haber perdido, su teléfono sonó escandalosamente en la mesa del comedor donde lo había dejado. Extrañada, lo tomó y contestó; pocos segundos después, el teléfono resbaló de su mano, hasta estrellarse contra el suelo.
– ¿Nuna? – Llamó Zelo, extrañado –. ¿Stai bene? – Preguntó; la preocupación en su voz, alertó a los otros miembros que estaban cerca.
– ¿Bianca, estás bien? –. Himchan se acercó rápidamente a ella, para darse cuenta de que estaba llorando –. ¿Bianca?
– ¡Hyung! ¿Qué sucede? – Se acercó JongUp –. ¿Bianca?
–Ga… Gaby. Ella… hospital –. Sollozó alejándose de los chicos para salir de casa –. ¡Déjame! – Gritó, soltándose del agarre impuesto por DaeHyun –. Tengo que irme – Murmuró sin dar tiempo a los otros de preguntar.
– ¡Abby, your phone! – Avisó JinYoung.
El líder estaba viendo una película con Sandeul y la joven, mientras los otros tres limpiaban la cocina tras perder en piedra, papel o tijeras, para ver quien lo hacía.
Abby había ido a la cocina para buscar algo de beber. Regresó rápidamente a la sala y tomó el móvil.
– ¿Hello? – Habló, esperando a que en la otra línea contestaran –. ¡¿En qué hospital?! – Preguntó sobresaltando a los miembros, quienes pusieron toda su atención en ella al haber gritado y no solo eso, sino que también había hablado en coreano.
– ¿Qué sucede? ¿Por qué los gritos? – Preguntó GongChan, acercándose a ellos –. Abby ¿estás bien? ¡Abby!
– ¡No grites! –. Cerró los ojos con fuerza y trató de respirar profundamente –. No te asustes, respira, calma… – Murmuró para sí misma, en un inútil intento por evitar que el miedo la invadiera.
– ¿Abby, are you ok? – Dongwoo puso su mano en el hombro de la menor –. ¿Abby?
–No, no, no… I can’t – Negó repetidas veces con su cabeza antes de salir corriendo hacia la solitaria calle.
Alex trataba de no reír, escuchando a Aron y JR entablar una conversación en su idioma, mientras los ayudaba con la limpieza de la cocina.
En los últimos días, el comportamiento de ambos chicos para con ella, había estado cambiando y volvían a ser justo como al principio; estaba realmente feliz, omitiendo la parte en la que MinHyun entraba en su mundo y todo se volvía rápidamente negro.
–Gustarme mucho la… la pizza.
–No, no, no – Negó la menor con sus manos –. A mí me gusta mucho la pizza –. Corrigió al mayor.
–Yo querer mucha a chiquilla molesta.
–Está mal… – Su teléfono vibró intensamente en el bolcillo de su pantalón; le parecía extraño, pues era más de las nueve de la noche y nadie después de esa hora la llamaba. Para su sorpresa, era el director Kim.
Alex contestó la llamada, pero no habló; esperó a que el hombre al otro lado de la línea lo hiciera.
–Te lo diré sin rodeos, Gaby está en el hospital, tus hermanas van en camino… – Su mente se congeló. ¿Había escuchado bien?
En ese momento, solo procesaba la parte en la que el hombre decía que su hermana -su pequeña, adorada y sobre protegida hermana-, estaba en el hospital.
Jr y Aron la veían en silencio, hasta que corrió a su habitación, tomó su pequeño bolso en el cual solo llevaba su cartera y salió en dirección a la calle. Una mano tomó fuertemente su muñeca, impidiéndole avanzar más allá de la puerta.
–Let me go, Aron – Pidió impacientemente, tratando de soltarse.
Las lágrimas ya eran evidentes, fue entonces que se percató de lo que había hecho. Pero no le importó haber hablado en inglés, ni que las cámaras los estuvieran grabando en ese momento, solo quería irse.
–Espera… ¿You speak english? – Preguntó por demás asombrado. Uno de los camarógrafos se fijó en su expresión y enfocó la cámara específicamente en ellos dos. Para ese momento los otros miembros se reunían tras ellos, queriendo saber que sucedía.
– ¡Debo ir al hospital! – Gritó esta vez en coreano, sorprendiéndolo no solo a él, sino también a los otros cuatro.
Él iba a hablar, pero ahora no había tiempo para responder a sus preguntas, así que haciendo uso de su fuerza, se soltó del agarre y tomó el primer taxi que encontró afuera.
En el hospital, Bianca y Abby llegaban al mismo tiempo, casi media hora después. No se saludaron, eso ahora no importaba.
Juntas, se dirigieron a la sala de urgencias donde, según el director Kim, su hermana estaba ingresada. No les tomó mucho tiempo encontrar el lugar correcto, pues un grupo de chicos, esperaban impacientemente en la sala de espera.
Sin cámaras alrededor, pues, por obvias razones ya no grababan; Bianca se acercó a ellos. – ¿Cómo esta Gaby?
– ¿Hablas coreano? – Preguntó Minho.
– ¿Por qué están aquí? No se supone que deberían estar en sus…
– ¡Somos sus hermanas! – Gritó a JongHyun –. Ahora respondan ¿Cómo está ella? – Abby volvió a hacer la pregunta.
El líder estaba a punto de responder, cuando Alex apareció llamándolas, con los otros grupos, siguiéndola.
En ese momento, en la sala de urgencias del hospital, SHINee, B.A.P, NU’EST y B1A4 se encontraban nuevamente reunidos. Algunos sin tener idea del porqué, pues solo habían ido en busca de sus compañeras, quienes después de una llamada habían salido histéricas de las casas.
– ¿Familiares de Gaby Scott?
– ¡Nosotras! – Alzó la voz Abby, acercándose junto con sus hermanas al hombre de bata blanca – ¿Cómo está?
– ¿Qué le sucedió? – Preguntó Alex, temiendo lo peor.
–Encontramos en su organismo componentes que, al parecer causaron una reacción alérgica en la señorita – Habló –. ¿Es alérgica a las nueces, vainilla o pimienta?
Los tres pares de ojos se abrieron de sobre manera, alertados.
–Nu… ¿Nueces? – Preguntó Bianca aun sin poder creer.
– ¡Maldición! – Resopló Abby. Toda la calma que había intentado mantener desde que salió de la casa, se había esfumado en cuanto escuchó lo dicho por el médico.
– ¡No puede ni siquiera acercarse a ellos, es alérgica a todo! – Gritó Alex, cortando la respiración de muchos. Fue en ese momento que todos se dieron cuenta de lo que sucedía.
–Pero… ella está bien ¿verdad? – Preguntó Abby con la voz entrecortada –. Doctor ¿mi hermana está bien? – Sus ojos se llenaron de lágrimas.
– ¿Son hermanas? – Varios de los chicos empezaron a preguntarse lo mismo.
–Al mezclar los agentes alergénicos, la reacción fue mucho más rápida, provocándole así, un shock anafiláctico – Dijo –. Por eso perdió la conciencia, pero afortunadamente lograron traerla a tiempo – Respondió para alivio de todos.
– ¿Podemos verla? – Bianca forzó su voz.
El doctor negó.
–Aunque está estable, su condición no es buena. En este momento está dormida y conectada a un respirador artificial; podrán verla mañana. Nosotros estaremos al pendiente y les avisaremos si sucede algo. Con permiso – Se retiró.
En cuanto el doctor se fue, la sala quedó en completo silencio.
Bianca tomó las manos de sus hermanas, antes de que fueran capaces de avanzar si quiera un paso más, teniendo como dirección, los chicos de SHINee. Tal vez esa noche correría sangre.
–Yo me encargo – Les susurró. O tal vez no.
En cuanto estuvo frente a los chicos, y para sorpresa de sus hermanas, arqueó levemente su cuerpo haciendo una reverencia.
–Qué… ¿Qué haces? – Key apenas y pudo hablar; su voz se cortaba a cada rato por los silenciosos sollozos que soltaba.
Todo lo que en ese momento pasaba era su culpa y se sentía tan jodidamente mal que ni siquiera podía sostener la mirada a quien le hablara.
–Si Gaby hizo algo mal, pido una disculpa en su nombre –. Las mandíbulas de todos los que la veían cayeron al suelo.
– ¡Vete al infierno! – El gritó de Alex resonó en la silenciosa estancia, mientras Abby la retenía para que no se abalanzara contra los miembros de SHINee –. ¿Estás demente? ¿Por qué te disculpas con ellos? ¡Querían matarla!
– ¡Alex! – Abby la abrazó con fuerza –. Escúchala – Susurró.
Bianca ignoró los gritos de su hermana y continúo hablando.
–Lamento mucho si mi hermana les causó algún problema – Su voz se cortó dejando escapar un audible sollozo –. No me importa si fue una broma para vengarse de ella – Volvió a sollozar –. Pero les agradezco… Agradezco desde lo más profundo de mi corazón por haberla traído. No es la primera vez que esto sucede, pero nunca había sido tan grave como ahora –. Sus piernas temblaron, pero antes de caer y para sorpresa de todos. Las otras hermanas ya se encontraban cada una a su lado, sosteniéndola.
En ese momento ninguno de los chicos creía lo que veía. Junto a la orgullosa y silenciosa Bianca. La tímida pero igual de orgullosa Abby y la, en extremo orgullosa e histérica Alex, hacían la misma reverencia.
–Estaremos eternamente agradecidas – Dijeron las tres al unísono.
–De que les caiga un avión. – Terminó por decir Alex, recibiendo un fuerte codazo de parte de Bianca –. Está bien… pueden ser atropellados por una bicicleta. ¡Ay, Bianca! Eso duele.
Unos segundos después, levantaban sus rostros llenos de lágrimas, fijándolos en los chicos frente a ellas.
Los miembros de SHINee se habían quedado sin habla y si antes se sentían culpables, ahora era peor, pues al ver a las hermanas en ese estado el sentimiento de culpa aumentó.
Iban a decir algo, a disculparse pues la culpa no era de ella. ¡Gaby estaba bajo su cuidado! Desde un principio ellos debieron averiguar más acerca de la menor, pero claro, en ese momento no les parecía importante.
Estaban a punto de hablar cuando un pequeño sonido, el de un beso, los interrumpió –. Supongo que… gracias –. Alex, abrazaba y besaba a los chicos.
¡¿Pero, por qué diablos había sido eso?! ¿Esa era la misma Alex que minutos atrás gritaba como posesa, queriendo arrancarles la cabeza?
– ¡No me miren así! – Gritó, escondiéndose tras sus hermanas.
Sí, era la misma; solo que ahora, y después de haber escuchado lo dicho por Bianca, se había calmado. Lo importante era que su pequeña hermanita, estaba bien.
–Director Kim – Ahora las tres chicas estaban frente al hombre que poseía un semblante inexpresivo –. Lamentamos, no haber seguido la regla, pero como usted verá, es más importante nuestra hermana. Aun así, estamos muy apenadas con usted, hemos arruinado el…
–Está bien – Interrumpió el hombre –. Cualquiera hubiera hecho lo mismo que ustedes. Está bien, no importa – Repitió esbozando una sonrisa –. Aunque esperaba que los grupos lo supieran en otras circunstancias –. Sin esperárselo, las tres jóvenes se abalanzaron sobre él, dándole un abrazo.
–Pues yo sigo sin entender que sucede… – Se escuchó a Baro alzar la voz.
– ¡Babo! – Le gritó Abby –. Vamos fuera – Pidió a todos los presentes.
El ambiente estaba un poco mejor que antes, y eso todos lo agradecieron.
–Primero que todo, nos presentaremos formalmente, a pesar de habernos conocido anteriormente. Lo haremos en un idioma entendible – Habló Bianca una vez todos estuvieron fuera del hospital –. Soy Bianca Scott y ellas son mis hermanas, Abigail y Alexandra… Ah y Gabriela, quien es la menor.
–Si tienen alguna pregunta, estaremos dispuestas a responder. Si Ahjussi nos lo permite. – Continuó Abby. Todos miraron al hombre.
–No hay problema.