¿Qué harías si por una incómoda situación, llegas a tu límite? esa era la pregunta que se hacía cierto ojiverde en su mente, sudaba frío, no sabía qué hacer en ese momento, por la culpa de la ternura y el amor, un hermoso ángel en su habitación, habían tropezado y al final, un ojos esmeraldas termina encima de su mejor amigo Jaden, el cual se encontraba muy sonrojado pero… como ya no pudo aguantar más… tan solo dejó que aquel sentimiento tan fuerte hiciera su efecto.
Primero que nada, habían pasado toda una mañana de diversión entre los dos, ¿razón? era el cumpleaños del ojiverde, 5 de sus compañeros se acordaron, un apretón de manos, un abrazo, una palmada en el hombro y eso fue todo pero… no le importaba en lo absoluto que nadie más se acordara con tal de que aquella persona que tanto amaba estuviera presente para él, le bastaba.
Dicho y hecho, un día antes en la noche exactamente, un castaño se escabulló al dormitorio de los azules, con una pequeña maleta en su hombro, se metió debajo de la cama y esperó a que su amigo viniera para seguir con su plan.
Después de haber esperado 2 horas completitas, con polvo, golpearse la cabeza y rasgar su chaqueta, el peliturquesa había llegado; contando con toda la atención del mundo, observaba las blancas medias que el chico llevaba puesto, pensó en salir, tomarle del tobillo y asustarlo pero… nunca llegó a imaginarse que su amigo iba a bañarse, con una gran sonrisa iba a salir de donde estaba hasta que… tan solo observa como la chaqueta azul del chico cae al suelo, al igual que su camiseta lavanda, tan sonrojado estaba que para no gritar decidió taparse la boca con ambas manos, tan avergonzado estaba que en su mente decía –Demonios, se supone que yo tenía que sorprender a mi mejor amigo y al final… termino viendo cómo se saca la ropa.
Su corazón latía aceleradamente, eran súper amigos pero hasta ahora… nunca se habían desnudado uno enfrente del otro, nunca le había confesado al ojos esmeraldas lo que realmente sentía por él, no le había comentado que tenía inocentes fantasías con él tales como: vestirse ambos de héroes, con piedras preciosas y al final… usar la carta polimerización para unir sus cuerpos en uno sólo.
Nunca le había dicho nada de eso ya que siempre las excusas eran:
- Le diré ahora mismo _Jesse, yo… tengo mucha hambre_
- Le diré lo que siento por él _Jesse yo… tengamos un duelo y divirtámonos_
- Tengo que confesárselo _Jesse… quiero decirte que… tenía hambre y me comí tus papas fritas
- Es mi oportunidad _Jesse, siempre he querido decirte que… hagamos una buena comida entre los dos en estos días_
Así se iban apilando las confesiones dentro de su mente y cada vez que lo recordaba, consecuencia… se lamentaba y se echaba a llorar, lo que esperaba era que si un milagro, es decir… que un milagro de su baraja haga que su mejor amigo se enamore de él y se le declare para aprovechar decirle pero eso no era posible.
El castaño estaba sonrojado furiosamente, ahora lo que se encontraba en el piso eran los vaqueros del muchacho y su ropa interior, su corazón iba a más de 1000 por segundo, tan rojo estaba que no sabiendo ya que hacer… se desmayó.
Después de una hora después, el castaño se despierta, al parecer la ropa ya había sido recogida, eso le dio mucho alivio lo que también quería decir que el ojos esmeraldas estaba dormido, salió con mucho cuidado, una vez estando afuera empezó a sacudirse hasta que siente unos fuertes brazos que lo acorralan por la espalda, una enorme gota de sudor resbala por su frente, un gran sonrojo y un titubeo
_ ¡Ahhh! ¡¿Cómo es que sigues despierto a estas horas?!_
_Etto… en primer lugar yo no debería darte esas explicaciones, en segundo lugar estabas espiándome debajo de mi cama y en tercer lugar… de 100 ladrones, serías el número uno en ser encontrado_
_ ¿Por qué lo dices?_
_ Ningún ladrón entra a casa ajena y se quita sus zapatos dejándolos en la entrada_ el peliturquesa señala el calzado haciendo que una gota estilo anime aparezca en el ojimiel, viendo que su plan se había arruinado tan solo toma su maleta para ponerse sus zapatos e irse del lugar, tan triste estaba que no dijo ni una sola palabra, abre la puerta y esta de un golpazo se cierra bruscamente
_Jaden, se supone que ibas a pasar hoy y mañana conmigo, faltan 5 minutos para las 12:00 pm, quítate esa ropa y date un baño_ el europeo toma el bolso y lo deja encima de la cómoda, el japonés sólo se asombra… ¿cómo es que adivinó que para regalo de cumpleaños pasaría esa noche y el siguiente día junto a él? tan solo se puso a idear otro plan para darle el feliz cumpleaños a su amigo, tomó el bolso y se dirigía al baño hasta que… _ ¿qué pasa contigo? somos hombres, no hay nada tuyo que no haya visto ya_ el castaño volvió a sonrojarse, ignorando el comentario se metió al baño como estaba.
El peliturquesa había dicho “no hay nada tuyo que no haya visto ya” porque realmente había visto con sus propios ojos el cuerpo desnudo de su amigo, fue una vez en la bañera… donde el dirigía a cepillarse los dientes pero nunca notó que había alguien dentro, abrió lentamente la puerta a modo rejilla encontrándose con un gran espectáculo: el castaño estaba secándose cada parte de su cuerpo, ciertas gotitas de agua resbalaban por los muslos del muchacho mientras pasaba la toalla por su pecho, un enorme sonrojo se formó en su rostro y sin más tan sólo corrió a la cama, abrió un cajón y de él sustrajo una foto del chico con su deck, en esta foto el castaño sonreía tiernamente abrazando un oso de peluche también, había estado pensando en robarla hace tiempo pero nunca se atrevió hasta ese momento.
Se puso sus zapatos y corrió a su dormitorio, sacó la foto de su bolsillo y se echó a la cama, una mirada llena de deseo, su hombría había crecido considerablemente y requería atención, deslizó el cierre y desabotonó el pantalón, llevó la mano derecha a su miembro para proceder a masturbarse, como siempre lo había hecho, siempre que lo hacía decía dulcemente: “te amo Jaden” varias veces hasta cuando alcanzaba su propio orgasmo.
A sus 15 años fantaseaba con estar en una cama, amando apasionadamente al castaño que varias veces le provocaba erecciones que siempre tenía que interrumpir lo que estaba haciendo para autosatisfacerse.
Ahora, se encontraba con unos pantaloncillos azules, medias color blanco y mostrando su marcado pecho, hizo un espacio en la cama, el suficiente como para que el amor de su vida pudiera dormir, tan solo iba a echarse a dormir cuando de pronto un ojimiel lo abraza fuertemente diciéndole:
_Feliz cumpleaños Jesse, te quiero mucho_ sonreía ampliamente mientras ciertas gotitas de agua escurrían de una que otra punta de su cabello, el ojiverde corresponde el abrazo y sonríe igual _perdóname por no darte un regalo, no sabía que darte y te traje esto_ le entrega un osito en el cual, un collar en su gorrito con un emblema, dentro de él se encontraba la foto del castaño y del peliturquesa abrazados con sus cartas más poderosas al aire, el chico tan solo amplió más su sonrisa, lo acercó a sí mismo y le da un tierno beso en la frente
_No tenías porqué comprarme regalos, el mejor regalo que has podido darme es que existas en mi vida_ el castaño se sonroja fuertemente, intenta retroceder y tropieza con su mochila, ambos caen pero el ojos esmeraldas encima del ojimiel, apenas se bañó y sudaba frío, no aguantó más y besó al chico.
Era inexpresable lo que sucedía en ese momento, no era un simple beso, era el primer beso de ambos, ese beso quedaría en sus memorias para siempre y lo que iban hacer también.
El mayor continuaba besando al menor, metiendo una mano dentro de su camiseta, apretando levemente sus botones rosas, se deshizo de cada prenda del ojos miel con muchos besos y caricias, cada cariñito que le daba decía “te amo” haciendo que el castaño se sonrojara pero este no hizo nada por parar, tan solo se dejó llevar por lo que sentía hacia su amigo. Las prendas quedaron a un lado y ambos se encontraban desnudos, no se supo en que momento subieron a la cama y continuaron con más comodidad.
El mayor desplazó las piernas de su compañero, introduciendo un dedo a su boca y luego metiéndolo en la entrada del menor, fue lentamente y una vez viendo que el chico se acostumbró a ese, fue colocando un segundo y luego un tercero, preguntaba sutilmente “¿te duele algo? ¿deseas que pare?” y de respuesta conseguía un no, el rostro del menor era excitantemente tierno, tanto que el mayor colocó su miembro en la entrada del muchacho y comenzó a penetrarlo lentamente.
Una vez habiendo terminado de llegar al fondo, empezó a besar de nuevo al chico, cada beso era un permiso para aumentar la velocidad de estocadas, cada caricia era una invitación al orgasmo que estaba por llegar, los “te amo” eran continuos, el crujir de la cama hacía más excitante el acto hasta que una vez las estocadas fueron mucho más rápidas… el clímax llegó arrancándoles gemidos de verdadero placer a ambos.
El ojos esmeraldas salió con cuidado del interior de su chico, se acostó a su lado y este apoyó su cabeza en el pecho del mayor el cual se limitó a decir
_Este ha sido el mejor cumpleaños de toda mi vida, te amo… Jaden Yuki_
_Yo también te amo, Jesse Anderson_ …