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¡Perra Vida! por sakua_chan

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Notas del capitulo:

¡Tururu~! Hee~ Creo que no nos leíamos desde hace exactamente tres meses ¿verdad? Oh, lo siento... Pero desde la ultima actualización les puse aquel reto de los 14 reviews para dejar descansar a mi cerebro un poquito. Lo siento, pero en verdad necesitaba meditar mucho acerca de lo que deseaba meter en este ultimo capitulo... ¿Qué les puedo decir al respecto? Quizás que en verdad he llorado las de Caín para sacar la inspiración suficiente para esto... En fin, los dramas para después... Ahora ¡A LEER SE HA DICHO!

Pd. Agradezcan a Tchaikovsky y su Pas de Deux por este ultimo capitulo (?)

Pd2. Hasta el último capitulo esta dedicado para mi nena ARRIANE!! Ella se ganó el privilegio de hacerme escribir un reituki como protagonico xDDD

Pd3. Pero en este ultimo capitulo quiero hacer un especial agradecimiento a BEALEX que siempre me deja reviews bien bonitos y a @TiqueNoir -Tetsuya- quien en Twitter, en persona y en Whatsapp ajeno no se cansaba de decirme "¿CUANDO VAS A ACTUALIZAR PERRA VIDA?" XDDD

PERRA VIDA
The GazettE Fanfic
Por Sakua-chan

De crudos recuerdos, oportunidades y románticas declaraciones

 

-Tú estás completamente loco…

Hacía tan solo un día que se sentía más solo que nunca en el mundo… La frase “El mejor amigo del hombre” comenzaba a darle un nuevo significado a su vida. Desgraciado momento en el que se había descuidado para responder un mensaje de texto referente al trabajo… ¡Era un imbécil por entero! Y luego este idiota venía a decirle tonterías cuando más angustiado se encontraba… Caminando de un lado a otro dentro de su departamento, arrugando entre los dedos de su mano derecha un papel en el que se leía: “Se ofrece recompensa de 120,000 ¥ a quien proporcione información acerca del paradero de un perro chihuahua color golondrino, extraviado el día… blablablá”.

¿Cómo eran qué habían ocurrido las cosas la tarde anterior? Bien… Reunión de selección de canciones a primera hora de la mañana, las cosas se complicaron un poco pues tal parecía que Kai, además de hablar de canciones, debía tratar con ellos el cambio de uno de los recintos que visitarían en su próxima serie de lives… Se trataba de algún asunto acerca del escenario que resultaba ser muy bajo y caluroso para el tipo de trabajo que ellos presentaban…

Por largo rato la atención de los cinco se enfocó en tratar de buscar opciones, en llamar y cortar una y otra llamada con el equipo encargado… Personas entraban y salían de la sala de juntas, mientras tanto Koron-chan caminaba por debajo de la enorme mesa, de ese modo en que el chihuahua acostumbraba hacer, rozando de cuando en cuando las piernas de algunos… Normalmente todos ignoraban aquel tacto, excepto Takashima, ese hombre en ocasiones soltaba alguna risilla y levantaba en brazos al pequeño perro… Parecía el único que no era indiferente a la presencia de Koron, como Kai hacía… o que no lo aborrecía, como Aoi dejaba siempre en claro.

Todo marchaba a la mar de bien, aquel inconveniente parecía resuelto, pero entonces… El móvil de su líder volvió a sonar… Luego de que todo el Staff se hubiese retirado, venían a informarles que siempre no había cambio de recinto y el enojo fue evidente en las facciones del baterista… No supo cómo fue que ocurrió, pero ya iba él codo a codo con Kai, para hablar seriamente con las personas pertinentes… En ese instante de euforia se olvidó de todo: De los modales, de las canciones, de su Staff, de sus tres compañeros que habían quedado relegados todavía en la sala… De Koron.

No fue sino hasta que, ya entrada la noche, volvió con Kai a la sala de reuniones ya desierta… Ambos cogieron sus chaquetas y bolsos, pero entonces… Al lado de sus pertenencias, yacía vacía la bolsa transportadora de Koron. Así fue como el alma se le fue al suelo… ¡Su Koron-chan! Ni siquiera tuvo que articular palabra alguna, pues el Yutaka pudo descifrar al instante el estado catatónico en el que se encontraba… Parecía ser que Matsumoto era un experto para desenvolverse en el ámbito musicalmente empresarial, pero enfrentarse a algo así le suponía algo que iba más allá de sus manos y su entendimiento… Toda la compañía se puso de cabeza en ese preciso momento. ¡¿Quién carajos había sido capaz de hurtarle la mascota al vocalista de una de las bandas elite de la PSC?!

Encima de todo… Reita no colaboraba demasiado una vez se comunicaron con él para pedirle informes. Por principio de cuentas les contaba que prácticamente se había retirado luego de que ellos dos desaparecieran y luego se le ocurría la “grandiosa” idea de intentar pedirle que se tranquilizara y guardara la compostura…

-Vete al demonio, Akira. Estoy hablándote de mi perro, no me pidas tranquilidad ¿quieres? – Recordaba haberle dicho tajantemente antes de cortar la llamada…

Lo conocía, sabía de los sentimientos que le profesaba… no en vano confesiones de amor ya le había dedicado un par de veces, por lo que poco le importo si aquello sonaba insultante… Sabía que pronto vendría el bajista a buscarle como siempre… ¡Carajo! Que en ese momento no estaba para sentimentalismos, ni mucho menos para estar aguantando que Kai le fulminara con la mirada por el trato que telefónicamente había dedicado al Suzuki impertinente… Impertinente por lo menos para él que estaba a nada del colapso nervioso.

Por otra parte estaban Uruha y Aoi, par de dos imbéciles que seguro estaban montándoselo como conejos en casa, porque por más que intentaba contactarlos… Parecía que en lugar de casa, se habían largado a algún lugar recóndito de Japón a realizar su propia versión de “Brokeback Mountain” pues ni una jodida vez había conseguido que entrara su llamada al celular de ninguno de los dos… ¡Maldita sea! Que ellos podían aguantarse una mísera calentura, pero… ¡¿Su perro?! ¡¿En dónde estaba su perro?!

Por esa noche nadie le dio ni santo ni seña de Koron-chan y fue el baterista quien amablemente le llevó hasta su hogar en medio de su crisis nerviosa, inclusive se encargó de comprarle unos tranquilizantes… De los cuales se aseguró se bebiera solo los recomendados por la farmacéutica, no fuera  a ser que en medio de su desesperación deseara ponerse un tanto suicida… Tenía que asegurarse ¿cierto?

Una de sus peores noches definitivamente…

Y ahora, tal y como lo predijera, Reita estaba a primera hora de la mañana en la sala de juntas… Llegando con por lo menos un par de cientos de volantes con una fotografía de Koron, ofreciendo una descomunal recompensa para poder recuperar a su mascota… Kai y él compartieron una mirada significativa.

-Tú estás completamente loco… - Repitió Ruki en una segunda ocasión- ¿Exactamente porque crees que 120,000 ¥ van a ser la solución a este problema, Akira? ¿Sabes cuantas personas van a querer aprovecharse de esto en cuanto coloques el primer anuncio en la calle?

-Ruki, tranquilo.- Pidió pacientemente el batero, tomándole por los hombros puesto que el menor había apoyado ambas manos sobre la mesa, mirando furioso al bajista recién llegado… ¡Encima el otro par de inútiles no se dignaban a dar la cara todavía! ¡Odiaba ese tipo de situaciones que no podía controlar! Precisamente porque tampoco se controlaba a si mismo.

-¡Oye, hombre! Que solo estoy tratando de echarte una mano y tú…

-¡Pues no me ayudes, Akira! ¡No pienses, no te muevas! ¡No hagas nada! – Exclamó el vocal llevándose ambas manos a los cabellos, dando la media vuelta y dirigiéndose hacia la gran ventana que decoraba la habitación…

Esa ventana que daba una excelente panorámica de lo que eran los alrededores… Ahí en alguna parte estaba su Koron y a saber que estaban haciendo con él ahora. ¿Sería que de verdad pedirían rescate? No hacía mucho que había leído en la red que, a varios personajes de la farándula, les habían secuestrado a sus mascotas solo para sacarles algunos miles… ¿Sería ese su caso? ¿Le habrían robado para venderlo a un buen postor? ¿Por qué Koron habiendo tantos y tantos perritos golondrinos en los criaderos y tiendas de mascotas?

-Me largo.- Espetó Reita antes de desaparecer por la puerta y cerrarla de un azote en el proceso… Por encima de su hombro alcanzó a mirar todavía su espalda por unos segundos, los volantes sobre la mesa, a Kai observando uno de ellos…

Devolvió la mirada a la ventana en medio de un largo suspiro y entonces…

-¡Buenos días!

-¡Ey! ¿Qué pasó con la iguana furibunda que se largó sin saludar siquiera?

Tan felices de la vida entraban sus guitarristas, con Koron en brazos de Uruha, envuelto en una frazada… Dormido. Tranquilo. Sin lesión alguna…

Jamás podría explicar que tan mierda se sintió con el Suzuki al escuchar la explicación de Uruha acerca de la desaparición de su perro… Resultando ser que la parejita estrella, consolidada hacía ya un rato luego de que decidieran comenzar a vivir juntos, habían decidido coger a Koron y llevarlo a casa, pues una vez se retiraran ellos del lugar el perrito quedaría completamente solo en la sala de juntas… Y su amo no parecía tener ninguna intención de volver prontamente.

¿Por qué no habían conseguido contactar con ellos? Simple. Porque en un ataque de “romanticismo”, de esos que de repente tenía el segundo en guitarra, decidió desviar el camino hacia una calle subterránea en la que recordaba cierto restaurante al que hacía tiempo deseaba invitar a cenar a su pareja… Perro y teléfonos móviles se quedaron dentro del auto sin que se dieran cuenta y en medio de su romántico regreso a casa, ni siquiera les pasó por la mente revisar la entrada de alguna posible llamada perdida.

 

Cuando Akira rodeó los hombros de Koron fue que recordó como mierdas era que hacía dos años había decidido que ese hombre merecía que le diera una oportunidad a su lado… Preocupándose por él hasta en lo más mínimo… De manera sincera y hasta por su perro. ¿Acaso no se decidió luego de que le mandara al diablo en aquella ocasión en que Koron “se le perdiera”? Si, al final por alguna razón consiguió tragarse su orgullo e ir a buscarle a su apartamento para ofrecerle una disculpa y de paso informarle que todo parecía haber sido un jodido malentendido… En ese entonces no entendió porque fue que se aceleró tanto su corazón luego de que sus disculpas fueran aceptadas y Reita le envolviera entre sus brazos… Agradecido. Carajo… Se suponía era él quien debía de estar agradecido de que el mayor permaneciera a su lado a pesar de todo…

“Te quiero conmigo” le susurró al oído en esa ocasión y ahora… Ahora que en verdad deseaba eso mismo con todas sus fuerzas… Era que de su garganta no salían más que ladridos.

-Espera un momento… - Pidió Koron una vez que, sin que él mismo lo notara, llegaron a su habitación.

Permitió que el bajista tomara asiento en la cama, que se recostará si lo deseaba… que se pusiera cómodo como quisiera… Él por su lado debía dejar en otro sitio a su amo ¿cierto? Por lo menos era lo medianamente consciente como para recordar lo terriblemente traumático que resultaba cuando le escuchaba “sufrir” del otro lado de la puerta… Era todo un suceso, pese a que lo que Ruki-san recientemente le había contado acerca de lo que era exactamente tener “sexo” entre los humanos…  Insistía en convencerle de que, en cierto modo, se trataba de algo agradable y que aquellas expresiones, sobre todo verbales, eran muestras del consentimiento del acto y el agrado del mismo… Si, claro.

-Esto en verdad va a ser complicado, Ruki-san… -Jadeó el chihuahua mirándole con verdadero terror. Era demasiado obvio que no estaba haciendo todo eso porque en verdad lo deseara – Va a ser la única vez ¿cierto?

-“Lo será” – Asintió el vocal, tratando de convencerse de lo que afirmaba, al ser así esperaba que realmente le dolería menos la cuestión- “Vas a ver que encontraremos como resolver esto, Koron-chan” – Gruñó de manera muy aguda… Estaba seguro que de poder hacerlo ya estaría arrojándose al suelo para romper en llanto.

-¡¿Pero cómo?! ¡¿Qué solución, Ruki-san?! – Chilló Koron muy quedo. Hacía ya algunos minutos que le había llevado en brazos hasta la cocina, para luego encuclillarse y conversar un poco con él para prolongar todavía más el momento si se podía.

- “No lo sé…”- Ruki se acercó lo suficiente como para apoyar sus patas delanteras sobre sus propios muslos humanos y mirar más de cerca a su mascota. Debía infundirle valor y confianza, porque si le veía desvalido a él también… ¿Cómo se suponía que podía pedirle al otro ser fuerte?

-Yo no quiero hacer esto…

-“Díselo a Aki entonces…”

-Ruki-san no quiere que se lo diga. Ruki-san sabe que todo podría irse a la basura si a Akira se le hace un nuevo desplante… - ¡Maldita sea! Ese perro era más observador de lo que pensaba y lo que era peor… Sabía perfectamente cómo ponerse en sus zapatos. Tantos desprecios en todo este tiempo, poniendo por encima de Akira todo lo que fuera posible… Un rechazo más… En medio de toda esa “miel sobre hojuelas” en la que su pareja pensaba se encontraban… ¿Qué representaría a estas alturas? Eso significaría perderlo de manera definitiva… ¿De verdad? – Tú también tienes miedo.

Un aullido… Un aullido lastimero se dejó escuchar por todo el enorme apartamento.

-“No quiero perder a Aki, Koron…”

Un segundo aullido y este por fin hizo que el bajista que reposaba sobre la cama, realizando zapping en el televisor, se reincorporase para ir a ver qué diablos ocurría… Después de todo Takanori ya se estaba demorando demasiado en ir a dejar a Koron en un lugar más apropiado ¿cierto?

-“¡Akira es el más importante en mi vida! ¡No quiero dejártelo ni siquiera a ti, a pesar de que también te quiero demasiado!”

Koron le miraba en silencio, sin poder contener el impulso de sujetar a su amo entre sus brazos… Ese amo cuyos aullidos se convertían en un verdadero llanto, algo que jamás le había tocado escuchar en ninguno de los de su misma especie; ni él mismo se recordaba exteriorizando tanto sufrimiento cuando se encontraba en su cuerpo canideo. Sus lágrimas comenzaron a bañar el negro pelaje de Ruki-san…

-“¡Yo lo amo!”

¿Qué carajo estaba ocurriendo en la cocina? ¿Estaría Koron enfermo? Si lo pensaba bien, entonces sí que tenía algo de lógica que Taka estuviese dándose a esperar tanto… Ya se había calzado de nuevo y ahora caminando por el pasillo iba pensando en la posibilidad de ir a visitar a algún médico veterinario que pudiera atender urgencias las 24 horas… Sabía perfectamente lo que ese perro significaba para el vocalista y… ¿Para qué negarlo? De alguna manera él también había aprendido a apreciarlo lo suficiente como para procurarlo de vez en cuando.

-¿Taka? – Llamó a su pareja una vez llegó a esa puerta corrediza que separaba el gran comedor de la cocina - ¿Está todo bien ahí dentro?

El no recibir respuesta y, por el contrario, escuchar ahora los lamentos de su pareja en medio del silencio que ahora Koron había permitido… Le hizo entrar aún más en alerta. ¿Qué estaba ocurriendo ahí?

-¿Qué carajos está pasando aquí? – Preguntó sin poder ocultar su alterado tono de voz, abriendo de una la puerta para ser recibido sorpresivamente por un Takanori que, bañado en lágrimas, se le arrojaba a abrazarle al cuello, para luego buscarle la boca desesperadamente con sus labios, un par de labios que gustoso habría recibido de no ser porque ese hombre que le volvía loco, ahora le estaba empapando - ¿Qué te ocurré, Ruki? – Inquirió aún descolocado, tomándole el rostro entre ambas manos solo para separarle lo suficiente y observarlo meticulosamente, tratando de encontrar en esas facciones algún gesto que le diera una pista de lo que al otro le ocurría…

Nada. No veía más que un careto colorado, seguramente por el esfuerzo que le suponía estar en un llanto tan crítico que incluso le hacía tiritar un poco… Y por extraño que pareciera: Una sonrisa surcándole la cara de lado a lado… ¿Takanori estaba perdiendo la cabeza nuevamente? ¿Debía de huir antes de que intentara siquiera morderle como hiciera la última vez?

-Nada, Akira… Torpe…- Ruki colocó ambas manos sobre el dorso de aquellas que sujetaban su rostro con la dedicación que solo podía brindar alguien tan lleno de ternura como ese endemoniado bajista había demostrado ser desde siempre para con él – Estoy feliz de estar aquí, eso es todo.

Un repentino ataque de tos le sobrevino luego de estar a punto de ahogarse con sus propias lágrimas… Akira definitivamente no entendía nada de la actitud de su novio y convencido de que este había enloquecido de nueva cuenta, decidió rodearle los hombros con un brazo y encaminarlo hasta la habitación… Fuese como fuera la locura que ahora le hacía reír y llorar al mismo tiempo, de alguna manera le gustaba… Porque de no encontrarse en ese estado, dudaba muchísimo que Taka se le hubiera arrojado encima de manera tan apasionada nada más cerrar la puerta del dormitorio una vez hubiesen entrado a este.

 

Dentro de la cocina Koron suspiraba aliviado… ¿Qué había ocurrido? No tenía ni idea. Solo sabía que había bastado con apretujar fuertemente a Ruki-san entre sus brazos, que este le confesará cuanto era que le importaba Akira en su vida, para que de pronto… ¡Genial! Ahora era el mismo quien era protegido por los brazos de su amo, ese amo que recién descubría que también podía desvivirse de amor por ese humano que desde a saber cuándo le amaba incondicionalmente. Todo ocurrió en cuestión de segundos… Akira-san llamando a la puerta y él a cuatro patas alentando a su amo para que fuese a recibirle sin importarle si su rostro era un desastre a causa de la humedad que ahora le cubría…

Moviendo el rabo felizmente, echó un vistazo al pasillo… De haber podido seguro que habría enarcado una ceja. Ahora que lo analizaba, quizás Ruki-san tenía toda la razón en cuanto a ese asunto del sexo, porque de otro modo no podría decir que luego de esa manera que tenían de comerse el uno al otro por ese corredor… No podía siquiera pensar que “lo que seguía” pudiera siquiera hacerles daño… Lo mejor era ir en busca de su querida camita, esa que yacía en alguna parte de la habitación que Ruki-san tenía acondicionada para él…

Que ese par se quedaran con ellos mismos y sus rarezas… Que él no deseaba otra cosa que no fuera dormir de ahí hasta el día siguiente… Volver a gozar de una plena vida de perro domestico… Vivir su naturaleza perruna como se debía.

 

A saber cuántos besos se habían repartido ya, cuantas caricias quedaron regadas por la piel ajena… Cuantos jadeos y gemidos iban perdiéndose en medio de la oscuridad de la habitación, esas cuatro paredes que eran iluminadas únicamente por la media luz que alcanzaba a colarse por entre las largas cortinas que decoraban la enorme ventana del lugar… Una media luz perteneciente a la iluminación pública de la calle.

Poco le importaba a Ruki el que hubiese tenido que estar reconociendo el cuerpo de su pareja a tientas… Justo ahora se sorprendía de que, pese a su falta de “interés” en los últimos meses, la realidad era que se conocía aquel cuerpo de memoria… Joder, que hoy sentía que lo deseaba más que nunca… que necesitaba sentirlo más que siempre… Tal vez eso mismo era lo que ahora le hacía permanecer sentado a horcajadas sobre el regazo de Reita aún en esas “condiciones”. Y es que… ¿Qué no ya hacía un par de minutos que ambos habían terminado por desfogarse? Sus cuerpos bañados en sudor, tratando de recuperar su correcta frecuencia respiratoria y con los corazones de ambos a todo galope… le decían que el climax de todo eso hacía rato que había llegado.

Se abrazó al cuello de Reita, escondiendo el rostro entre la humedad de sus rubios cabellos… ¿Cómo era que en el pasado había sido tan imbécil? Tan imbécil como para no darse la oportunidad de disfrutar caricias como las que ahora su novio proporcionaba en su espalda baja, de arriba abajo, llegando a perderse inclusive en la mitad de sus glúteos… Esos de entre los cuales todavía se encontraba su pareja sintiendo la calidez que podía ofrecerle aún después de haberse corrido en su interior. Tan imbécil como para siempre arrojar a un lado a Reita e irse directamente al cuarto de baño porque necesitaba “asearse”… Ahora mismo era que descubría lo que realmente significaba “sentir que le pertenecía a alguien”.

-Definitivamente estas extraño, cariño… - Se aventuró a llamarle el mayor, su voz sonaba hasta titubeante… ¿Y cómo no? Si en el pasado a la más mínima intención de hablarle con cualquier apelativo afectuoso iba y lo mandaba a la mierda argumentando que estaban lo suficientemente mayores como para andarse con cursiladas de ese tipo… Cuando lo cierto era que, ahora pensaba, no debía de existir una edad límite para demostrar el afecto que se les podía tener a las personas.

- Extraño o no, me basta con que estés feliz de que este ahora mismo aquí… Contigo.

¿Qué le bastaba con que estuviera feliz de tenerle a su lado? Era claro que en esos últimos días una tremenda oleada de diferentes facetas había llegado a atormentar a Takanori, al grado de pensar que una posible y muy prematura andropausia le aquejaba… Pero, sin lugar a dudas… Esa noche alguien se había encargado de secuestrarle y traerle a un Taka completamente diferente, a un Taka que desconocía por completo y que, al mismo tiempo, siempre confió que podía lograr sacar muy en el fondo de su novio… Más o menos ese era el Takanori que conociera hacía años, del que se había enamorado y al que tanto ansiaba recuperar y por el que no se había rendido hasta poderle encontrar de nuevo…

-Estoy feliz… - Suspiró Suzuki, acariciándole la mejilla con la punta de la nariz.

Y esas dos palabras bastaron para que Ruki terminara por olvidar el enorme mal trago de los días recientes… Porque por primera vez consiguió ponerse en el lugar de Akira, ese en el que se vio en la necesidad de lidiar con el amar sin ser correspondido, como se suponía no debía ocurrir con las parejas normales…

Quien sabe, tal vez nadie nunca se lo imaginaría… Pero muy probablemente, uno de los momentos más felices de su vida… Sería ese en el que, a mitad de su cocina, se puso en pie para poder írsele encima a Akira. Abrazarlo, besarlo y sentirlo… Era como amarlo por primera vez y al mismo tiempo… Demostrarle que quizás… Ese amor siempre lo había llevado dentro, acumulándose, solo para salir a flote y explotar una vez que se sintiera con el riesgo de perderlo. De perder a Akira y de paso perderse a sí mismo si no volvía a…

-Te quiero conmigo… -Susurró el vocalista una vez se acurrucó contra el cuerpo de su pareja, bostezando largamente…

Su cansancio mental definitivamente era mayor que el físico. Si pudiera permanecer lo que quisiera contra el calor del cuerpo de Reita, estaba seguro de que se daría el lujo de dormir la semana entera a su lado… El bajista por su parte, trató de ser discreto… Pero una vaga sonrisa se dibujó en sus labios luego de escucharle casi balbucear entre sueños. Mierda… ¿Sería ridículo confesar que él aún recordaba que… justamente con esas tres palabras era que su relación había dado inicio hacía un par de años? Qué curioso… Eran esas mismas palabras las que ahora parecían darle un segundo y mejor aire a lo que con Matsumoto tenía.

-Que así sea… Taka.

 

 

. . { F I N } . .

Notas finales:

¡ASDAGFASJDKDAS! SUPER RARISIMO! Super rarisimo ocupar la palabra FIN por segunda ocasión dentro de Amor Yaoi... Recuerdo que la última vez que hice uso de ella fue en Nueve Meses hehehe~ ¿alguien lo recuerda? En fin, no es el caso...

La cosa es que comencé esta historia por ahí del mes de Octubre del año pasado, recuerdo que estaba en una librería viendo entre estantes de Novela internacional, buscando que tenían de nuevo en lo que una amiga pasaba por mi para ir al cine... Y entonces me topé con un libro color naranja, con una chica con una fotografía de un perro blanco en la portada, el libro se titulaba "Perra Vida" precisamente...

En su momento no supe de que trataba, pues justo en ese momento llegó mi amiga... Fue hasta hace cosa de un mes que me dediqué a buscar a fondo y di con que la autora es Elsa Watson y que la trama es "parecida" a lo que planteé aquí... No puedo recomendarles el libro, porque no lo he leído -No le llamó la atención-. Pero si alguien gusta puede leerlo y contarme qué les pareció el libro cuya portada me inspiró para escribir todo esto xD...

Y bien, no se si esten satisfechos con este final... Personalmente disfruto MUCHO de escribir Epilogos, pero eso solo si veo que muchas personas lo solicitan y si estas personas dejan ideas y sugerencias en los reviews... Así que ya saben: MUCHOS REVIEWS CON SUGERENCIAS = EPILOGO XDDD

De momento no me queda más que agradecerles a TODOS Y CADA UNO DE USTEDES que se tomaron la molestia de leerme, de invertir un poquito de su tiempo para escribirme un "Continua! Me gusta lo que haces!", de verdad no saben CUANTO es que estimula el leerlo... En serio, no echen en saco roto cuando un autor solicita sus reviews... Ustedes, lectores, son nuestra inspiración.

Muchas gracias.

Les quiere... Sakua

 

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