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Min (ho) (seok) por Neko-none

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Notas del capitulo: espero les guste, me diverti escribiendolo
-Taemin tengo ganas de algo dulce- le rogué a mi casi hijo.
-Yo también Kibum pero no han abierto la mesa de postres- resople molesto y me fui de ahí.
Me habían obligado a ir a la boda de un par de desconocidos, Taeyeon y sabe quién más. Estaba aburrido la comida era una mierda y lo único que quería era un par de dulces de la mesa de centro, que orgullosa lucia 3 pasteles con graciosas figuras de novios pobre ellas, un montón de cupcakes de distintos tamaños y sabores y los caramelos que tanto anhelaba, lástima que todo estaba cubierto por una ligera tela roja que me prohibía tomar una de esas delicias, en verdad quería un dulce.
Decidí caminar un rato por los jardines del lugar, eran enormes, la mayoría de los chicos de mi prepa gozaban de grandes cantidades de dinero en sus bolsillos, yo no. El lugar era precioso en verdad, podría pasear ahí por horas, pero… la mesa de postres susurraba mi nombre sensualmente.
Apresure el paso cuando vi como los meseros retiraban con arte aquella manta y se llevaban los pasteles de ahí, cuando llegue arrastre un puño de dulces sin piedad contra mi bolsa y tome un plato para poner cupcakes de todos lados, estaba embelesado haciendo eso cuando de repente vi un contenedor pequeño de plástico con unos 5 chocolates suizos dentro de él, sin vacilar estire mi brazo y lo tome.
-O-oye e-e-es-o es m-mi-mío- alguien tartamudeo a mi derecha, justo enfrente de donde tome la bella cajita estaba un chico con unos lentes de marco negro y cabello relamido quien con un gesto completamente ridículo se acomodaba las gafas –a-además- parecía lindo en verdad –t-tu- podría invitarlo a bailar, era muy adorable –engordaras- ok, paren el carro, esa palabra la soltó sin tartamudeo, ¿engordar? ¿Yo?, el perro perdió todo encanto al decir esas palabras.
-Ten- le lance la caja sin compasión viendo como la atrapaba, tenía buenos reflejos el maldito. Ojala y se tropezara con sus feos zapatos ortopédicos. Me di la vuelta indignado, soltando un infantil ‘jum’, que se quedó en el aire que mi cabello dejo al caminar con tanta fuerza y tan molesto.

Estaba en la escuela caminando por los pasillos directo a los comedores abandonados del edificio de administración, el único lugar donde no había gente.
Llegue lance mi mochila y saque los dulces de la boda a la que había ido hace unos días, estaban intactos, las palabras de aquel estúpido aun retumbaban en mi cabeza, me dijo gordo. Me enfade los tome todos y los lance al contendor más cercano, me daba pena todos eran de buena calidad pero no quería engordar más.
-Key,¿Por qué tiras la comida?- me hablo mi hermano Jonghyun quien había llegado de repente.
-Hyung- le hable con los ojos completamente cristalizados por las lágrimas -¿Estoy gordo?- empezaron a salir las gotas de agua.
-Claro que no Bummie- se lanzó rápidamente a mi limpiando mis lágrimas y abrazándome -¿Quién te dijo eso?- yo hipaba contra su hombro intentando contener mis jadeos para decirle la razón de mis lágrimas cuando de repente, levante la vista y ahí sin ningún atisbo de parecer el chico de hace un par de días se encontraba el culpable, solo que sin los lentes y con el cabello desacomodado.
-Es el- grite apuntándolo, importándome un carajo la educación que mis padres me habían otorgado.
Mi hermano se volteo observándolo y se lanzó a reír.
-¿El?- lo apunto.
-¡Sí!... ¿el?- mi mano cambio de dirección, ahora el chico de hace un par de días se hizo presente junto a su yo rebelde –no- susurre para mí mismo -¡Es él- corregí caminando a paso rápido y soltándole una patada es la rodilla.
Mi hermano y el chico versión rebelde del de lentes de botella abrieron grandes los ojos observando como este se retorcía de dolor tocándose y frotando su rodilla.
-Kibum- mi hermano me tomo de los hombros y me alejo un par de metros de mi escena del crimen -¿Pero qué crees que estás haciendo?-le dijo Jong con el ceño fruncido.
-El cuatro ojos fue el que me dijo que estaba gordo- intente hacerle daño de nuevo pero algo, o más bien algo me levanto en viento.
-¿Mi hermano te dijo eso?- como un niño pequeño me tenía levantado aquel chico atractivo -¿Minho te dijo eso?- volvió a insistir, recibiendo un asentimiento de mi parte y más lagrimas acumuladas en mis pestañas. Me bajo dejándome de nuevo en tierra firme caminando a zancadas con su hermano, creo, menor que el, lo tomo del saco y le dio un golpe en la cabeza causando un respingo en mí y en Jong –discúlpate en este momento- lo amenazo.
-Pero Minseok él es el tipo que tomo muchos dulces de la boda de nuestra prima, hasta tu dijiste que debe estar gordo- alego reacomodando sus gafas de la misma tosca manera que recordaba.
-Minho- le dio otro golpe.
-Lo siento- dijo molesto dándose la media vuelta como niño de primaria.
-Lo lamento por mi hermano- me dijo Minseok inclinándose levemente, sonreí de medio lado y camine a paso firme hacia él lo tome de la corbata, acerque su rostro al mío y con todas mis fuerzas le metí un pisotón a sus caras zapatillas deportivas.
Prácticamente comencé a correr, no una diva no corre, simplemente, caminaba rápido escuchando los llamados de mi hermano a lo lejos, sonaba profundamente avergonzado, pero lo sentía por él, pues a mí nadie me decía gordo ¿Qué se creían ese par de hermanos? Que solo por ser guapos me podían ofender, obvio no.

Habían pasado 6 meses desde que había golpeado a los hermanos Choi, hijos del director del plantel, en las piernas, por supuesto no me disculpe pero a cambio conseguí una profunda amistad con Minseok y algo así con su hermano pequeño como un compañerismo, su hermano tenía mi edad y Minseok era 3 años mayor que yo.
-Bummie- susurro Min a mis espaldas tomándome por la cintura -¿Vendrás a mi casa hoy?-
-No- conteste rápido.
-Anda, estará Minho- me miro inquisidor, causándome un sonrojo.
-Mira reverendo tonto- lo tome de la corbata mal acomodada como ya se me había hecho costumbre, acercándolo peligrosa y amenazadoramente a mi rostro –que sepas que estoy enamorado de tu hermano no te da derecho a usarlo como pretexto para ir a tu casa a ayudarte con el maldito ingles cada que te plazca- le escupí en la cara.
-Las muestras obscenas de amor están prohibidas de amor están prohibidas en el edificio de preparatoria Minseok, s i quieres manosearte a Kibum llévatelo al edifico de administración- llego Minho de la nada causando un susto grande en mí.
Mi garganta se cerró cuando lo vi alejarse y comencé a temblar. Minseok al verme en ese estado solo tomo mi mano y me saco de ahí, él sabía que mi siguiente clase era con Minho, él sabía que lloraría por el malentendió así que me sacaría de ahí 3 horas antes del fin de clases. Odiaba ser tan débil.
Me subí al carro del que se había convertido en mi mejor amigo, me puse el cinturón, me hice bolita y comencé a llorar.
-eres tan susceptible mi Bummie- me dijo besándome la frente y cargándome a la sala de su casa.
Llevamos cuatro horas con el verbo en pasado participio y el maldito edificio de Minseok no aprendía nada.
-Te he repetido el tema 5 veces- me tome la cabeza desesperado- tienes que cambiar el verbo- harto le lance un cojin al rostro.
-no es mi culpa…- el sonido de la puerta detuvo sus quejas –hola Minho- saludo sonriendo en demasía –key me da clases de inglés, tu tampoco sabes hablarlo ven siéntate con nosotros- lo invito. Yo creí que él nos ignoraría sin embargo se sentó justo a un lado de mí, sofocándome.
Explicaba una y otra vez pero ninguno de los dos sabía completar correctamente una sola frase, eran desesperantes.
-¡Hasta Jonghyun sabe mejor ingles que ustedes!- les grite exasperado lanzándoles un cojín.
-Espera yo sé una frase en inglés- interrumpió el discurso que les iba a dar.
-Sorpréndeme- baje la guardia.
-I know, i like you a lot, you like it my height, my muscles, my smile, my hair. In other words, you falling in love to me- a cada palabra yo me sonrojaba más y más.
- in first place is wrong the phrase, in the second the structure is abominable, and finally, no, im not in love for you- intente decir esto para que Minho no lo malentendiera, pero el ya no estaba. Minseok se paró e intento abrazarme en forma de disculpa, yo solo le dije que estaba bien, ya nada importaba, él nunca se enamoraría de mí.

Estaba en tercero de preparatoria por fin, las cosas habían cambiado un poco. Minho se fue un año entero a estudiar a Japón y regreso totalmente cambiado. Minseok tenía 6 meses de haberse marchado a terminas la carrera de administración a Canadá y yo no tenía manera ni razón de acercarme nuevamente a Choi Minho. El maldito me tenía completamente enamorado aun. Pero mi orgullo me impedía acercarme a el cuando él era el que me rechazaba.
-Kibum- me hablo mi querido hermano -¿En qué tanto piensas?- me pregunto mientras me quitaba parte de mi delicioso desayuno guiando su vista a donde mis ojos se dirigían para después largarse a reír -¿Qué? ¿El mango que regreso hecho Choi Minho te tiene en las nubes?- le lance una nuez en el ojo.
-Mira dinosaurio infernal mal parido del demonio, vuelves a mencionar o insinuar algo de ese calibre de nuevo y te dejo sin testículos perro sin correa- le tome del cuello amenazándole.
-Cuanto amor de hermanos- el cuerpo se me paralizo –hola Jong hola Kibum –una ola de excitación enferma me invadió -¿Me recuerdan?- sonrió de medio lado, ¿Pero cómo no recordar al dueño de mis sueños húmedos más salvajes?.
-Claro como no recordar al hermano pequeño de Minseok- le sonreí, y recibí un codazo por parte de Jong, creo… pero solo creo que la cague.
-Que bien que me recuerdes por eso- sonrió falsamente –bien pero ese no es mi propósito, venía a decirles que mis padres organizaran una fiesta por mi regreso y que están cordialmente invitados- dicho esto él y Jonghyun se pusieron a conversar, olvidándome por completo, lo cual no me importo.
Estaba completamente perdido en esos brazos morenos y anchos, ese cabello precioso, esos labios que sentía besar mi cuello, más de 1.85m de pura… tristeza. ¿Por qué los ojos de Minho estaban opacos?, apagados, sin vida, un muñeco que funciona por pilas.
¿Porque no parecía feliz? ¿Cómo es que había cambiado tanto? ¿Dónde quedaron aquellos ojos de los que me enamore? Su sonrisa, su modo de actuar. ¿Por qué me lastimaba tanto?
-Minho- llame -¿Cómo te fue en Japón?-
-Y-yo a, a ¿Mi?- su teléfono comenzó a sonar y salió prácticamente corriendo de ahí, por un momento creí ver de nuevo a aquel bello muchacho que tartamudeaba mientras sus ojos brillaban como los de un cachorro.
-Jonghyun- llamé la atención de mi hermano -¿Dónde está Minho?-
-Se acaba de ir…- respondió tontamente hasta que entendió mi pregunta cuando vio mis ojos cristalizarse.

Esto no era una pequeña reunión, claro que no, distaba mucho de serlo. Amigos de Minho y de Minseok se encontraban ahí, aunque este último no estuviera en casa. Mi vista se paseó por todo el lugar y mi hermano ya estaba en la pista de baile pegado a 2 chicas.
Me puse a caminar por la zona menos poblada observando las escaleras que daban a las habitaciones, decidí subir y echarle una mirada a la de Minho.
El pasillo era justo como lo recordaba, tenía 6 meses sin pisar esta casa. Aun olía a el perfume feo de Minseok, que él decía que atraía chicas, chicas y un cuerno, atraía abejas. Observé la puerta con el viejo letrero de Minho y a un lado la de su hermano mayor, intente abrir la de mi amado, pero el valor no me alcanzaba, era cobarde, así que opte por la de él Min mayor, ahí al menos recordaría cosas que me daban mucha risa y no me darían ganas de llorar.
Tome el picaporte y una mano apretó la mía.
-¿Qué haces aquí?- Choi Minho con un fuerte olor a alcohol emanando de su boca se encontraba ahí -¿Vienes a masturbarte al cuarto de mi hermano?- me jalo impidiendo que abriera la habitación -¿no crees que es enfermo?- me solté indignado intentando huir, pero de repente mis pies abandonaron el suelo –él es hetero Kibum- me metió a su cuarto –no intentes llevarlo a tu mundo de perdición, asqueroso- me lanzo contra el piso.
-¿Qué haces?- la mirada me escocia de humillación y tristeza.
El en respuesta me tomo bruscamente de los brazos me levanto y me lanzo a la cama. Intente detenerlo, pero era imposible, su fuerza era demasiada.
-¿Así te gusta no?- se subió a horcajadas sobre mí.
-¿A qué te refieres?- me tranquilice pensando fríamente una manera de huir, de irme de ahí, si seguía forcejeando solo me lastimaría más.
- A esto- me mordió el hombro haciendo que mis lágrimas comenzaran a salir de dolor físico y emocional -¡Cojones! A esto me refiero- tomo mi mano y la puso en su cabeza –Kibum- susurro -¿Te gusta mi cabello?- deslizo mis dedos por su pecho –mis músculos, mi sonrisa- sentí gotas en mi cuello, Minho estaba llorando –¿Son como los de Minseok? Mido 1.85 ¿Eso es suficiente para ti? ¿Ahora me amas?- sus lloriqueos e hipidos me aturdieron.
En mi cuerpo tenia a un Minho como el de hace un año, con la actitud de un niño pequeño, lastimado y herido por mí, declarándome su amor en completa ebriedad.
-yo- susurre sin recibir respuesta, él ya estaba inconsciente, no supe que hacer solo salí de ahí, hui cobardemente. Yo también lloraba pero no sabía la razón, me dolía, me dolía todo.

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