“Quiero caramelos, Baekhyun”.
No soy tan ingenuo como para no darme cuenta de lo que pasaría luego de que yo me fuera a “comprar” caramelos. Es obvio que lo harían, y en mí departamento.
“Me tardaré, no te preocupes, sé que te urge estar arriba de Kyungsoo”. Jamás había dicho algo tan vulgar. Pero estaba molesto y mucho.
Es un pedazo de idiota, es mí departamento, ¿por qué lo tiene que ir a buscar cuando YO me estoy entreteniendo? ¿Ah? No puede estar ningún día sin él, y juro que no estoy celoso, sólo que me urge tener alguien a mí lado también, a ver ¿por qué soy tan desgraciado?
Partamos por mi nueva (ahora vieja) conquista: Yixing, ¿pueden creer que ni siquiera me mira? Está “saliendo” con un tal Jongdae, y además, cuando tuve oportunidad de “salir” con él, llegó ese Jongdae estropeándolo todo. Además, “salir” en el buen sentido de la palabra, ya que, ¡ni siquiera he dado mi primer beso, dios! Necesito ayuda.
Llamé a la puerta de Chanyeol tres veces. Él me entendería, es lo más seguro.
¿Con que Chanyeol, uh?
—¡Eh, Baekhyun! ¿Qué haces aquí? —exclamó alguien a mis espaldas, espantándome.
—Demonios, no hagas eso, ¿quieres? —me crucé de brazos— Venga, ¿no me dirás “hola”? ¿Nada? Se supone que yo soy la visita, tú me consientes.
—En lo de visita tienes razón, perdón. Hola Baekhyun, pareces que andas con tu periodo, ¿no es así?
—Eres un descarado, lávate la boca, soy tu Hyung y ¡no ando con mi periodo! ¿¡Quién te crees!?
—Sólo un amigo que le gusta ver que pierdas los estribos, ¿eso está mal?
Mi corazón, está latiendo… muy rápido.
¿Por qué…?
—Jong In ha ido a tu departamento, ¿me equivoco? —preguntó— Soy algo así como tu consuelo ¿no?
¿Qué?
—¿Qué estás insinuando? Eres mi amigo, idiota. Inclusive si Jong In no fuese, igualmente estaría aquí. Después de todo, eres el que más me entiende, Chanyeol-ah.
—¿Sí?
—Sí, el que más me hace reír, llorar y enojarme, ¡todo a la misma vez, increíble!
Me miró y le miré. Su cara era un poema indescifrable, y que gustoso descifraría.
—Ehm, ¿a qué has venido exactamente?-lamió su labio inferior, está nervioso, lo sé.
—A verte, casi todos los días lo hago, ¿por qué?
—Es que…
—¿Estás ocupado? ¡Me puedo ir! Y-Yo… eh…
—¡No! Es sólo que… uh, olvídalo—sonrió— ¿Quieres tomar algo?
—No, pero si me das algo relacionado con chocolate, me derrito aquí mismo.
Sonreí divertido, quería que él sonriera.
—No tengo chocolate, lo siento—dijo brusco, ¿qué le pasaba? Este hombre sí que es multipolar.
—Chanyeol, ¿qué pasa? Me asustas… un poco.
—Uh, no sabes qué día es hoy, ¿verdad?
—No, ¿qué día?
—Hoy es el día en que… rompí con Yifan, rompí lo que nunca tuve con él. Y ¿sabes? Han pasado dos meses, pero me siento mal de todas formas, indefenso y estúpido.
Demonios, ¡¡¡hoy!!! De todos los días que tenías que visitarlo, hoy tenías que escoger ¿no? Tonto, tonto, tonto.
—Hm, si quieres me voy… yo…
—No. De todas formas, ¿dónde irás? Sólo… necesito superar esto Baekhyun.
—Se supone que debiste haberlo superado hace dos meses, Chanyeol. Además, nada fue tu culpa, si analizas bien, el culpable fue Yifan por utilizarte, ¿no crees? —traté de, por lo menos, subirle un poco la autoestima.
—Sí, pero no es eso, digo, siempre supe que él no me quería.
¡¿Ah?!
—Se sentía tan bien estar con él que simplemente el dolor a mí no me importaba. Se sentía tan bien no acordarse de cierta persona, diablos.
—Masoquista—lo acusé, ¿cómo podía ser tan terco? Jesucristo. ¡Ni que se vendiera!
—Lo soy. Pero la persona con la cual quería estar, estaba “conquistando” a otro, y yo me sumí en mi fantasía infantil. No podía hacer otra cosa, ¿no crees? Además, Yifan aceptó, lo que obviamente provocó los celos de Tao y pasó lo que pasó.
¿Otro? ¿Fantasía infantil? ¿Qué rayos está pasando?
¡No entiendo nada!
—Hace dos meses, cuando pillé a Yifan con Tao supe que mi fantasía había acabado, y que tendría que volver a la realidad. Aquella persona volvería a contarme más de su nueva conquista, cómo vestía, qué perfume usaba, ¡maldición! —me miró curioso, ¿con que Yeolie tenía otra conquista? ¡Hasta él! Yo soy un desgraciado.
Pensé un momento lo que preguntaría, quizás él sería quien me respondería bien, o eso creo.
—¿Chanyeol? —dije dubitativo—¿Qué se siente ser besado?
—¿¡Qué!?
—Eso, ¿qué se siente ser besado? —intenté esquivar su mirada, me pone los nervios de punta, dios.
—¿Enserio lo preguntas?
—Sí.
—Depende—arrugó su nariz— Si estás en una fiesta, y besas a alguien eso sería algo casto, sólo con deseo y por lo demás, sabes que será una noche—se encogió de hombros—En cambio, si besas con sentimientos de por medio, se te va la vida, es simple. Todo es imprescindible, sientes ese cosquilleo y todas las cursilerías que te puedas imaginar. ¿Por qué? —mordió su labio inferior.
¿Cómo le digo…?
¿Cómo…?
—Es que… jamás he dado un beso y, pues, tenía curiosidad, ¿eso es malo?
—Creo… creo que no—murmuró ceñudo, ¿en qué estaría pensando?
—Y ¿qué sentías al besar a Yifan? —Baekhyun, ¡eres todo un periodista! ¡Farándula! ¡Farándula!
—La verdad, sentía ese cosquilleo en el estómago, pero, no era porque sintiese algo por él… sólo recordé mi infancia cuando él, pues, me gustaba—de antemano carraspeó un poco ¿nervioso? Oh diablos, ¿Chanyeol nervioso? ¡Necesito una cámara! — Oye, espera. ¿Cómo que no has besado? ¿Jamás? ¿En verdad?
—No, no he besado Chanyeol, soy un desgraciado, tú sabes—me encogí de hombros— Creo que no soy una persona besable.
—¿Besable? ¡Oh por dios! Palabra nueva para mi diccionario, ¡bien hecho, Baekhyunnie! —sonrió— Y pues, yo creo que eres una persona besable, tu carita lo dice todo, pequeño.
—¿Pequeño? —dije, divertido.
—Sí, todo un pingüino—guiñó y mis hormonas, mis hormonas, dios mío.
—Eh… Chanyeol, ¿tú…?
—¿Yo?
—¿Tú serías capaz de…besarme?
Esto es terrible, ahora quedarás de necesitado ante tu amigo, Baekhyun. Fantástico.
—Es que… ya sabes, necesito experiencia, ¿sabes? Y no sé dar un beso, y ahora que me has explicado eso, pues, me gustaría que me enseñaras y...
—¿Por qué yo?
—¿Por qué tú y otro no? No lo sé. Pero se me dio la oportunidad, supongo.
—Está bien.
Ay, santa madre.
—Pero entenderás que no sé hacerlo y que además---
Chanyeol en un ademán ya estaba casi a milímetros de mí.
—Dios, sí. Lo sé.
—Y que yo, pues, yo no tengo experiencia.
—Llevas diciendo lo mismo hace como cinco minutos, maldición. Concéntrate.
Cuando rozó sus labios contra los míos, en un minúsculo, pero muy minúsculo beso. Me derretí.
Llegó otro, otro y otro. Y yo no sabía qué hacer, o sea, ¿qué se hace? Santa madre.
—Baekhyun, si sigues teniendo los labios así de tiesos, dudo que lograrás de besar a alguien de verdad, ¡no tengo que hacer todo el trabajo! —susurró con esta bestial voz, esa voz que te hace tener los pelos de gallina, esa voz.
—¡Es que no sé qué se hace!
—Déjate llevar, sólo déjate de tanta tensión. No te voy a comer ni nada, a menos que tú lo quieras.
—Calla, y lávate la boca.
—Calla tú. Los besos no se enseñan, sólo se dan. Así se aprende.
Y rompió el poco espacio entre nosotros, sintiendo que por primera vez pude de alguna forma, participar.
Demonios, o sea, a ver, se siente tan bien estar besando y ser besado a la misma vez.
Chanyeol, quiero otro beso más.
—No besas tan mal para ser tu primer beso ¿ah? —balbuceó, y yo sólo sonreí.
—Quiero otro.
Tal y como si hubiese esperado siglos, llegó tímido y pecaminoso, y definitivamente si llega a soltar mis labios, lo maltrato. Lo mejor de todo es que no los soltó, no los soltó, y o sea se sienten tan bien los labios de Chanyeol sobre los míos, que dios, no me quiero separar de él jamás, nunca en mi vida.
Esperen… diablos. ¿Qué rayos estoy diciendo? Es Chanyeol, uno de mis mejores amigos y CÓMO RAYOS LLEGAMOS A ESTO.
—Chanyeol—logré decir entre beso y beso— Mierda, Chanyeol—le rodeé con mis brazos su cuello, aferrándome a él, queriendo más de él y de sus labios.
—Ohm, me estás provocando Baekhyun. Eso no se hace, te estás aprovechando—bufó con esa voz tan gutural que tiene.
—Pero es que siento algo cada vez que me besas, dios, quiero más de esto—piqué sus labios.
—Me estás poniendo, y no puedo, no quiero luchar contra esto, Baekhyun.
Oh dios, ¿desde cuándo Chanyeol es tan candente?
—¡¡Chanyeol!! ¿Qué rayos era eso?
—¡Mi lengua! ¡Qué más querías! ¿Tú crees que es sólo un roce de labios? No, hombre, no. Es más que eso.
—¡Anda a freír monos, Chanyeol! Ugh, tú lengua dentro de mi boca, ugh, no, no, NO.
—No seas melodramático, si igual te va a gustar, anda, acércate.
—No.
—Pero si después de esto me tienes que besar para comprobar que te has convertido en un gran besador.
—¿¡Pero qué demo--
—Nada. Ahora bésame.
—Sin lengua.
—Si lo dices así, suena gracioso.
—Enserio.
—No, yo mando aquí.
Iba a protestar, lo juro. Pero esos candentes labios se posaron sobre los míos y perdí el control. Es que Chanyeol tiene algo, algo que te cautiva, que hasta el momento he decidido guardármelo, porque es vergonzoso decirle a la persona que te pone, que le pones ¿no?
—Te había dicho que sin lengua, Chanyeol. Asqueroso—murmuré tratando de recobrar la respiración.
—Si igual te gusta, sin rodeos, Baekhyunnie.
—Pues…
—¡Por los caracoles! Tienes que mirar tu cara, es muy bella así. Dios, ¿ahora cómo quieres que me controle cada vez que te vea?
—Pues no lo hagas, yo quiero estar contigo los trescientos sesenta y cinco días del año pegado a tus labios, al diablo todo.
—Baekhyun…
—Calla.
No sé a dónde quería llegar, pero maldición ¡es Chanyeol! Yo jamás pude resistirme ante él y menos ahora, menos que sé que no puedo alejarme de él en este mismo instante. Yo sé que no es un beso casto, yo sé que es un beso con sentimientos, me lo está transmitiendo y sé que tiene claro a donde queremos llegar.
Chanyeol, no puedo expresar lo que siento.
—Baekhyunnie, Baekhyunnie.
—¿Dime Chinichini?
Chanyeol, sea lo que sea que digas. Por favor, bésame.
—Desde ahora, soy prisionero de tus labios.