Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PORQUE NO TODOS LOS FINALES SON FELICES por DRAGIOLA

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

HARRY POTTER NO ME PERTENECE, SINO A J.K. ROWLING DE QUIEN UTILIZO ESTA GRANDIOSA HISTORIA PARA CREAR FICS CON EL MERO PROPOSITO DE ENTRETENER Y NADA MAS.

Notas del capitulo:

Esta historia la tengo guardada hace ya dos años en el compu, con la intencion de subirla en epoca de Hollowen pero por un motivo u otro no habia podido hacerlo hasta ahora, espero sea de su agrado.

Historia numero 27.

Porque no todos  los finales son felices

 

 

 

 

 

 

 

Estaba cansado, no era la primera vez que se iba de bruces al suelo, su respiración era cada vez más irregular, miraba a todos lados esperando ver algún punto en donde poder ocultarse pero para su mala suerte esto aún no sucedía. Con cansancio una vez más se puso en pie y comenzó a  correr, no porque lo quisiera, sino porque el motivo era otro mucho más lúgubre, habían perdido la maldita guerra y por ridículo que pudiese parecer había sido liberado de  polvo y paja junto a su madre, todo bien hasta ahí, perfecto, volver a su hogar, aun sabiéndose incomodo por tener que regresar al lugar que fue prácticamente una prisión mientras estuvo aquel mago Oscuro que termino por arruinar la reputación de su familia. Obviamente aquella no era su primera opción pero no tenían alternativa, era su hogar y aunque tenían otras propiedades no había ninguna que contase con las protecciones que esta les otorgaba o al menos eso pensaba. 

 

 

 

Como un dia soleado podía terminar convertirse en uno oscuro, nunca lo sabría porque al igual que ese dia cuando le citaron en el ministerio para un nuevo interrogatorio acerca de la colaboración de su padre con el que no debía ser nombrado algo raro ocurrió, algo que ni el mismo pudo explicarse y mucho menos echarle la culpar a alguien por haberle atacado.

 

 

 

Aquel dia llego tarde a su hogar, lo habían retenido con falsas esperanzas de acelerar el juicio de su padre llevándolo como siempre al mismísimo inicio, nada, solo incertidumbre rodeaba el futuro de Lucius Malfoy y ni él ni su madre podían hacer algo para cambiar esto, ya que a diferencia de ella el jamás movió un dedo por un inocente y a diferencia de el jamás negó el reconocer al niño que vivió, sino todo lo contrario, nada podía justificar sus actos, nadie daba ni un mísero snick por él y ni siquiera la insistencia de su pobre madre con antiguos colaboradores de este para que le tendieran una mano en aquellos momentos difíciles recordándoles gracias a quien estaban donde estaban, parecía surtir efecto. El respeto con el cual siempre conto su familia, su prestigio, todo se había ido a la basura y si su dinero no se encontraba también ahí era porque no eran tan estúpidos como a muchos les habría encantado, no por nada las antiguas familias sangre pura conservaban sus bienes tras tantas guerras, crímenes y siglos de sangre quedando en la total impunidad.  Por algo hasta la loca de su difunta tía había conservado su fortuna integra tras haber sido encerrada en Azkaban. No, para destruir a un Malfoy se necesitaba algo más que odio y de eso no contaban todos los magos, al menos no del suficiente.

 

 

 

La noche llego inexorablemente y con ella se dejó deslumbrar una hermosa Luna que dejaba ver sus primeros rayos dentro del cuarto de cierto rubio que los recibió de muy buena gana, le encantaba sentir su energía sobre sí mismo, aunque con cierto temor al recordarle como siempre a esas asquerosas bestias que le habían quitado el encanto a tan bello espectáculo natural y que  por su culpa los magos no podían realizar ciertos hechizos de purificación al aire libre y por lo cual ahora se debían encerrar dentro de un cuarto insulso para realizar el mismo acto. Simplemente era denigrante.

 

 

 

Rezaba con fervor a Morgana a Merlín a Circe a Casandra, bueno a todo mago, hechicera, bruja y adivina que se lo mereciera por la liberación de su padre, porque la buena ventura regresara a su familia y porque la mala suerte terminara de una buena vez por todas pero tal como había ocurrido desde un buen par de años, tal parecía que la mala suerte había decidido quedarse en su patio trasero sin intenciones de abandonarlo y peor aún, formar parte estable de su familia por mucho tiempo.

 

 

 

Dormía en su lecho o al menos eso intentaba porque un detestable dolor en el pecho le molestaba unido a  una extraña comezón que le obligo definitivamente a levantarse para apenas dados unos pasos verse obligo a tirarse al suelo  para revolcarse como un loco intentando frenar asi las constantes molestias del cuerpo que en vez de disminuir solo se incrementaban de forma espantosa provocándole horribles espasmos, dolorosos calambres que le recorrían desde la raíz del cabello hasta la punta de los pies, sin dejar un solo centímetro de este libre de aquella horrible sensación para solo cesar cuando abre su boca y de su garganta escapa un sonido gutural extremadamente extraño para sus oídos pero a la vez escalofriante.  Intenta de alguna forma ponerse en pie pero le es imposible, cae al suelo apenas intentarlo, con horror nota que solo puede moverse arrodillado, su vista es borrosa pero aun asi nota que se puede mover  a la perfección en la oscuridad. Avanza asi a tientas para chocar con algo frio y se aterra al ver dos ojos brillosos frente a él.  No puede ser, se dice, como ha logrado entrar tal alimaña a su hogar, debe advertirle a su madre, debe llamar algún elfo, debe ir por su varita. Tiembla, jamás podrá negar que aquellos seres le aterran de verdad, como no hacerlo si a los 5 años tuvo la mala suerte de conocer a uno por accidente y a duras penas se salvó gracias a la oportuna acción de una de sus elfos, como no sentirse seguro si hasta tuvo la desgracia de tener a uno de esos seres como profesor sin saber que arriesgaba su vida, como no sentirse a punto de un ataque de pánico si había tenido que aguantar a un monstruo como Greyback en su hogar. No, no podía desmayarse, tenía que respirar, debía mantener la calma, mantener la mente fría, pensar en quienes contaban con él, en el bien estar familiar. Pero todo se fue al diablo cuando intento de ir por su varita y tropezó, más cuando quiso hacer un simple hechizo y esta no reacciono. Algo no estaba bien, algo no era correcto, no era solo el hecho de no poder ponerse de pie o no lograr un simple hechizo de primer año, no, ese algo se presentaba ante sus ojos, en sus manos o mejor dicho en las que eran sus manos. Pero no logro asimilar su situación a tiempo, ya que un grito escalofriante desde el umbral de su puerta se dejó escuchar como un horrible eco a través de todo su cuarto erizándole la piel y solo causando temor ante lo que podría suceder.  Sin pensarlo siquiera se lanzó por la ventana siendo amortiguada su caída por un gran árbol bajo de esta, que si bien no evito unos buenos goles si el dejarlo mal herido al ser recibido por el duro suelo, de ahí en lo único que pensó fue en huir, huir, huir, a donde, no sabía, por cuanto tiempo lo ignoraba, lo único claro en su mente o lo que quedaba de ella, era huir.

 

 

Se sentía solo, tenía miedo, pensaba en todo lo que podría haber hecho, en su infancia, en su escasa adolescencia, hasta en la maldita guerra y sobre todo en sus padres, que sería de ellos, que ocurriría si él no estaba, ya podía imaginar a su madre volviéndose loca en su ausencia, sin saber que le había sucedido, su madre, su pobre madre, aun podía recordar su rostro horrorizado al verle ignorando que se trataba de él, aun recordaba el pavor que sintió al verla desenfundar su varita, imaginándose que tras su muerte ella se quitaría la vida al descubrir que había asesinado a su propio hijo, quizás fue por eso que en un impulso de valentía se lanzó por la ventana sin siquiera temer en las consecuencias por primera vez en su vida en un acto estúpido y destinado solo a ciertos leones y no precisamente a una ingeniosa serpiente como él.  Podría reír por lo irónico de su situación,  vaya serpiente que resulto ser si había sido infectado de tal forma por una enfermedad sin cura, aunque había algo raro en todo ese asunto, algo que no cuadraba con lo que él tenía entendido, algo que en ningún libro salía y que hasta ese punto agradeció que no fuera cierto.

 

 

Se levantó perezoso de donde estaba, los rayos de sol aunque escasos eran molestos y él debía ponerse en marcha, tenía hambre, sed pero no sabía qué hacer para saciar ambos inconvenientes, si porque por primera vez al menos uno de ellos era un problema para él, comenzó a correr en busca de algún arrollo que por suerte logro ubicar luego de un buen tiempo, más la comida era otra cosa porque luego de ver a cierto discípulo del Señor Oscuro desmembrar hasta los huesos tanto a animales como a seres humanos el tener que hacer lo mismo no le llenaba en absoluto de placer, más bien todo lo contrario y si debía ser el primero de su especie en iniciar el vegetarianismo pues bien, el con mucho gusto daría inicio a una nueva especie dentro de otra especie. Estaba en eso intentando de digerir una planta bastante insípida cuando sintió junto a el caer un rayo azul acompañado por un grito espeluznante.

 

 

-¡Aquí esta, ya lo tengo!

 

 

Por primera vez desde la noche anterior su corazón dio un vuelco, le estaban atacando y por más que intentara explicar que no les haría daño no podría hacer nada para evitarlo ya que en vez de voz solo salían gruñidos desde su boca. Dio las gracia entonces por la pésima puntería de aquel sujeto al igual que su vista, dándose a la fuga en ese preciso instante, más no sin notar que otras voces se alzaban en el horizonte.  Con sus torpes patas intento de hacerse en la huida lo más rápido posible, dando por hecho que esto sería pan comido por el simple hecho de cambiar de forma pero lamentablemente su falta de ejercicio con su antigua forma no era de mucha ayuda, después de todo aun cambiando su aspecto el cuerpo seguía siendo el mismo.

 

 

Corría a la velocidad que su nuevo cuerpo le permitía, débil por la falta de alimento, aun un tanto confundido por lo que ocurría a su alrededor, solo con su ingenio Stlateryn asomándose en medio de eso que le gritaba con insistencia perderlos de vista.  Se lanzó entonces en contra de los arboles corriendo en forma errónea para ver si asi lograba esquivarlos tanto a ellos como a sus hechizos que no paraban de llegarle cada vez más cerca. Un fuerte aullido se dejó escuchar en cada rincón de aquel bosque, sin percatarse ni el mismo que era su nueva voz. Habían herido su pata y ahora se encontraba huyendo con mayor dificultad, debía encontrar un nuevo escondite, alguna cueva, algún rio, ¡algo!, pero estaba consiente aun en su estado que aquel sitio no contaba con lo que el anhelaba, fue entonces cuando en una maniobra torpe a causa de su pata herida giro donde no debía y  un rayo le dio de pleno en el hombro haciéndolo caer de bruces contra el suelo.

 

 

Agotado por todos los eventos de esas largas horas solo puede pensar que es su fin, uno que jamás se habría imaginado, uno tan patético que hasta su padre se sentiría avergonzado, su padre….en esos momentos solo piensa en haber olvidado los protocolos que su apellido conlleva con él y simplemente haberlo abrazado la última vez que le vio, haberle dicho que le amaba y que no lo culpaba por nada de lo que había ocurrido, pero ya es tarde y con el fin sobre él no puede dejar de soñar en que un milagro ocurra, solo uno más y que toda esa pesadilla termine finalmente.

 

 

Lo rodean, escucha al mismo sujeto de antes gritarle a alguien más que lo han logrado capturar pero que del joven Malfoy nada aun, siente como una punta de zapato se hunde en su espalda dolorosamente, siente como los pasos avanzan removiendo la yerba a su alrededor, escucha un grito femenino y no duda en que esta salvado, alza el rostro, le sonríe o al menos eso cree, le mira con amor, con esperanzas, el milagro que tanto pidió se ha cumplido, porque a diferencia de una oscura habitación a la luz de la luna de dia será claro darse cuenta de quién se trata, no tan solo por su pelaje, ni por sus ojos, sino porque  su corazón se lo dirá, se lo gritara.

 

 

Gruñe olvidando que no puede decir una simple palabra y ante su asombro un rayo verde cae en medio de sus ojos.

 

 

“Madre”

 

 

Es su ultimo pensamiento ante la mirada furiosa de una mujer que exige eufórica que busquen a su hijo y que ante la exclamación de asombro de uno de los magos que le acompañan se gira a mirar lo que el con insistencia pide.  Ella no da crédito a lo que sus ojos ven, su grito inunda el bosque espantando hasta el último pajarito que reposa en las copas de sus frondosos árboles. Desea arrancarse los ojos y si no lo hace solo es porque uno de los individuos se lo impide, el panorama no podía ser más atroz, el asqueroso hombre lobo que acababa de asesinar la Sra. Malfoy no era otro más que su único hijo, el mismo por el cual daría su vida con tal de verlo sano y salvo.

 

 

Se la llevan inconsciente, un desmayius es necesario para conseguirlo, mientras otro se queda a la espera de la llegada de los aurores. Estando ya solo se agacha a ver el cuerpo inerte de aquel joven de piel de porcelana que ya se pone gris ante sus ojos, toca su cabello con curiosidad, se aclara la garganta y entonces se deja pronunciar.

 

 

-La justicia divina es la mejor de todas Malfoy y si la justicia de los hombres no llega, nadie culpara a un simple mago de darle una ayudadita-

 

 

Se levanta apenas, nota la llegada de los aurores, uno en especial le saluda discretamente con un movimiento de cabeza, el hace lo mismo dándole una corta sonrisa dejándole en claro que su plan salió a la perfección y tal como lo habían conseguido en esa ocacion, ya lo lograrían con otras en el futuro.

 

 

Bill no podría estar más satisfecho, con Malfoy muerto no solo vengaba su futuro marcado como licántropo por su causa, sino que además alejaba definitivamente la mayor obsesión de Harry dejándole el camino libre a su amada hermanita quien ya sospechaba que su ex novio tras su reciente rompimiento iría tras el rubio heredero destruyendo no solo su reputación, sino además de paso su propia dignidad dejándola como el hazme reír del mundo mágico y eso, eso ella no se lo merecía.  Como tampoco Hermione su actual cuñada se merecía el ser traicionada por el idiota de su hermano menor con una asquerosa serpiente. Por eso asiente al individuo ante él, pues ambos saben bien que para mantener al mundo mágico limpio de cualquier mal deberán tomar medidas drásticas, porque lamentablemente para ellos no todos los finales son felices a menos que tomen la justicia en sus manos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

 

 

Notas finales:

Como siempre, gracias por leer y mucho mas por comentar, hasta la proxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).