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Un marimo y un sombrero por SaraChan

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Notas del fanfic:

No es una historia a la que pueda situar fácilmente en la cronología de One Piece... más que nada porque es una historia sin planificar xD Pero de una cosa estoy segura: es después de Thriller Bark y antes de su separación.

PD.: Para escribir este Fic (que por cierto es un ZoLu) estoy intentando inspirarme en el espíritu Ohara y sus Doujinshi, de los cuales estoy enamorada. Me encanta la relación entre Zoro y Luffy en esos doujinshi, me parece "real" (dentro de lo posible xD)

Espero que lo disfruten como yo espero disfrutar escribiéndolo.

Los personajes y la historia original pertenecen a Oda Eiichiro. Yo sólo tomo prestados los personajes para... fantasear... *¬*

NOTA: He subido el Fic a Fanfiction bajo el seudónimo de AkibaChanSP

Notas del capitulo:

Este es mi primer FanFic, y realmente no tengo ni idea de lo que estoy haciendo xD. Sé que va a ser un ZoLu, y sé cómo quiero estructurarlo, pero no estoy muy segura acerca de la historia. En todo caso, intentaré que no sea exclusivamente romántico, sino que también cuente con aventuras. Y llegado el momento... espero ser capaz de escribir un (o varios) lemon... aunque no sé si seré capaz xD

Espero que os guste.

 

-          Oooooooooooooe, veo una isla.

La paz que llevaba asolando el barco durante varias semanas se vio interrumpida cuando el grito de Zoro se dejó oír en toda la cubierta. La escasez de alimentos causada por los dos largos meses que habían permanecido en el mar había conseguido que incluso Luffy intentara ahorrar energías. Sin embargo, ante la perspectiva de una nueva isla, de nuevas aventuras y de una despensa otra vez llena… ¿Quién no se agitaría?

-          Nami, ¿qué isla es? – preguntaron una larga nariz y un tupé azul que comenzaban a asomar desde detrás de una montaña de trastos. Concentrarse en nuevos inventos les había permitido alejar de su mente (aunque no de su estómago) el hambre.

-          Mmmm… no estoy segura. Pero si mi instinto no me falla, creo que estamos en esta zona – señaló un punto en el mapa que había extendido sobre el suelo del Sunny.

Todos se habían reunido alrededor de Nami, incluido Zoro, que había bajado desde el mirador, y observaban con atención el punto que señalaba en el mapa. Hacía unas semanas, una terrible tormenta había provocado que se tuvieran que desviar de su rumbo, y como en el Grand Line las brújulas no eran de mucha utilidad, hasta ese momento nadie había sido capaz de decir con exactitud en qué zona estaban. Sin embargo, en todo ese tiempo nadie había hecho ningún comentario sobre el hecho de que estaban perdidos, todos confiaban en Nami y sabían que ella encontraría de nuevo el rumbo a seguir… a pesar de que el Log Pose se hubiera vuelto loco.

-          Entonces, si no me equivoco Koukai-san… esta es una isla deshabitada.

Todos se quedaron en silencio unos segundos. ¿Deshabitada? ¿No había ciudades en ella? Entonces…

-          ¡HORA DE CAZAR! – el grito de Luffy sobresaltó a todos, puesto que hace un minuto estaba tirado en el suelo llorando por un poco de comida. ¡Cierto! Llevaba tanto tiempo así que todos se habían olvidado por completo de él, y ahora se daban cuenta de que estaba a punto de saltar del barco para ir a la isla… cuando la isla aún estaba a varios kilómetros.

-          ¡LUFFY! – gritaron todos a la vez cuando oyeron un chapoteo en el agua. Robin rió con suavidad, Franky llevó sus manos a la cabeza intentando no soltar ningún comentario, Usopp luchaba por retener a Chopper y Brook, que estaban más que dispuestos a seguir a su capitán, y Zoro y Sanji se lanzaron sin dudarlo un instante al mar bajo la atenta mirada de Nami, que estaba preparando sus puños para darle una buena lección a su estúpido capitán.

 

 

 

 

-          ¡Quieres pensar antes de actuar idiota! No estamos como para malgastar fuerzas rescatándote – le gritó una muy cabreada pelirroja a un moreno un tanto mareado por los golpes que acababa de recibir.

-          Comida… comida…. Com…

-          ¡Cállate, en un rato desembarcaremos! – nuevos golpes retumbaron por toda la cubierta, provocando que Luffy acabara inconsciente y completamente K.O.

-          Ese idiota siempre tiene que hacer cosas como estas… - suspiró Zoro.

-          Tche, tienes razón marimo.

El cansancio y el hambre pesaban tanto sobre sus cuerpos que Zoro hizo oídos sordos a ese comentario y se dirigió hacia la habitación de los chicos para cambiarse de ropa (la suya había acabado irremediablemente empapada) mientras los demás seguían las órdenes de Nami para aproximarse a la isla. Al llegar a la puerta se detuvo posando su mano sobre el pomo.

-          ¿Quieres dejar de seguirme?

-          Yo no te sigo estúpido marimo, ¿no ves que yo también estoy calado hasta los hues…? – instintivamente detuvo su comentario y miró varias veces a su alrededor. Suspiró al comprobar que Brook estaba ayudando con las velas, si él hubiera llegado a escuchar su comentario… un escalofrío le recorrió la espalda, ese esqueleto era muy apasionado cuando había huesos de por medio.

Sanji volvió a mirar al frente, pero Zoro ya no estaba. Cruzó la puerta y se encontró con un espadachín mirando con cara de pocos amigos a la camiseta chorreante que se acababa de quitar.

-          Algún día mataré a ese idiota… - Sanji le oyó suspirar y soltó una carcajada para sí mismo. “¿Tú… matar a Luffy?”, pensó. “Ni por todo el sake del mundo”.

El rubio atravesó la sala, pasando junto a Zoro (quien no le hizo el menor caso) y recogió unas toallas que había sobre un sillón. Le lanzó una a Zoro, que se lo agradeció con un mudo silencio, y comenzó a quitarse la camisa. “Ahh… Esta es la camisa que había comprado especialmente para Nami-san y Robin-chan”. Comenzó a secarse mientras observaba cómo el marimo hacía lo mismo. “A veces este silencio no está tan mal”, al fin y al cabo, el peliverde y él eran nakamas (aunque eso nunca [NUNCA] se lo diría a nadie). Desvió la vista del marimo cuando comenzó a quitarse los pantalones; “hay cosas en este mundo que realmente no quiero ver”, y con una leve sonrisa sobre sus labios, abrió el armario y escogió otro traje para ponerse.

-          No tenías por qué haber saltado al mar, ero-cook. Yo era más que suficiente para salvarle.

Sanji le dirigió una mirada asesina sin estar muy seguro sobre cómo contestarle. – No estaba seguro de que las algas con cerebro de músculos pudieran flotar – contestó tras optar por la vía bélica; no quería admitir ante Zoro la gran preocupación que sentía por su capitán. Se sentía culpable de su estado. “Tengo que aprender a administrar… o defender mejor las provisiones”.

Tras unos segundos de silencio en los cuales Sanji pensaba que había conseguido iniciar una pelea con el espadachín, se giró para ver por qué no reaccionaba. Detrás de él estaba Zoro, acomodándose los pantalones nuevos sin prestarle atención. “¿No me ha escuchado o me está ignorando?”. Tras otros segundos mirándole, decidió imitarle y comenzó a cambiarse la ropa. “No es momento para peleas”, concluyó. Y menos para él… dentro de unas horas tendría que preparar comida para alimentar a un pozo sin fondo. Mejor ahorrar fuerzas.

 

 

 

 

-          Oe marimo, pásame tu ropa, voy a aprovechar este sol para que seque.

Zoro, con una mirada irritada y tras una milésima de duda, le lanzó al cocinero su ropa húmeda a la cara.

-          Maldito…. – murmuró el rubio. - ¡¿Quieres pelea?!

Sin embargo, cuando apartó la ropa de su cara vio que el espadachín se había esfumado. “Ya le daré lo suyo…”. Y soltando mil maldiciones salió del cuarto y tendió sus ropas en la barandilla al sol. Al subir las escaleras del Sunny en dirección al timón casi chocó contra Zoro, que estaba plantado al final de éstas. Iba a comenzar a soltar una retahíla de “dulces” palabras dirigidas hacia él cuando escuchó un nuevo suspiro. “¿Cuántos van hoy…?”. Rodeó al espadachín y de reojo echó un vistazo a su cara. “Sonriendo, ¿eh?”. Entonces siguió su mirada y se dio cuenta de lo que pasaba. “Por supuesto, mira que es predecible”. Frente a ellos se encontraban Luffy, Usopp, Chopper y Brook dando saltos y clamando por comida y aventuras mientras los demás observaban sonrientes la isla a la que iban a llegar.

-          NAMI-SAAAAAAAAAAAAAAN, YA ESTOY AQUIIIIIIII –gritó Sanji con un bailecito acercándose a ella - ¿Necesitas ayuda mi bella flor?

Nami resopló e hizo oídos sordos a su comentario. – Gracias, Sanji-kun, pero ya hemos preparado el barco para desembarcar. Llegaremos a la isla en unos 10 minutos. Sin embargo…

-          SIIIIIIII MELLORINEEEEEEEEEEE ~

-          … prepárate para cocinar un gran banquete. – Concluyó Nami dirigiendo una mirada a su capitán.

-          ¡POR SUPUESTO MELLORINE~!

-          SIIIIIIIIII COMIDAAAAAAAAAAAA.

-          ¡Oe Luffy, no vuelvas a tirarte! – gritó Usopp mientras intentaba contener a su capitán, el cual estaba más que dispuesto a lanzarse de nuevo al agua.

-          ¡Luffy, si te estás quieto te prepararé la comida más sabrosa que hayas probado hasta ahora!

Como por arte de magia, Luffy se deshizo del agarre de Usopp, miró con seriedad a Sanji,  y se sentó en el suelo ante la sorpresa de todos, con el sombrero cubriendo sus ojos.

-          Luffy-san… ¿Estás b…?

-          ¿Habrá carne en ese banquete?

-          Po-por supuesto – masculló un Sanji paralizado. ¿Qué mosca le había picado a su capitán?

-          ¿Mucha carne?

-          Toda la que puedas imaginar.

Luffy levantó la cabeza, mostrando unos ojos brillantes que deslumbraron a todos y que contrastaban con su hambrienta expresión y babeante sonrisa.

-          Es una promesa, Sanji. Si no la cumples te patearé el trasero.

-          No suenas muy convincente babeando de ese modo, Sencho-san – la risa de Robin fue secundada por todos. Es cierto que Luffy había tenido (gran) parte de culpa de que en esos dos meses se hubieran quedado casi sin provisiones y hubieran tenido que racionar los poco variados alimentos que les quedaban, pero él había sido también el que más había sufrido esa escasez. Luffy les hacía enfadar, les molestaba, les irritaba, pero también era el que traía la alegría a ese barco. Desde hacía unas cuantas semanas Luffy había dejado de estar tan alegre y de armar tanto jaleo, situación que todos habrían celebrado si se hubiera dado bajo otras circunstancias y por otras razones. Pero por hambre…

De todos modos, no había sido el único al que la situación le había afectado. Sanji lo había pasado muy mal al no poder cumplir con las expectativas que su capitán y sus nakamas habían depositado en él; para él, era su culpa que Luffy se hubiera comportado así las últimas semanas. Era su deber como cocinero hacer que a la tripulación nunca le faltara un plato sobre la mesa con el que poder llenar sus estómagos. Sin embargo, no había podido cumplir con su misión, y eso lo había torturado todo ese tiempo.

Nami había sufrido una gran depresión de la que sólo Robin había sido consciente, pues se había pasado los días encerrada en la biblioteca estudiando los mapas y los libros, buscando posibles referencias para saber dónde estaban… o una explicación para el extraño comportamiento del Log Pose. Al fin y al cabo, ella era la navegante de ese barco, la vida de sus nakamas dependía de ella y de sus capacidades. Para ella, era su culpa que hubieran estado vagando sin rumbo fijo durante esas semanas, era su culpa que todos hubieran acabado amargados al no poder pisar tierra firme en tanto tiempo, al no saber si la volverían a pisar. Por primera vez en todo su viaje sentía que había decepcionado a sus nakamas, y eso la había atormentado.

Brook también había estado decaído cuando se dio cuenta de que ni siquiera sus canciones eran capaces de animar a su pequeño capitán, que se pasaba los días tumbado sobre el mascarón, en silencio, o llorando sobre la cubierta, quejándose de hambre. Y Zoro… bueno, cualquiera podría pensar que la causa de su mal humor fue su obligación de reducir sus entrenamientos al no tener comida ni sake suficiente para reponer fuerzas. Cualquiera lo pensaría, si…

Ese ambiente resultó enfermizo para toda la tripulación, y todos acabaron sintiendo el cansancio y la desdicha de sus nakamas.

Sanji detectó movimiento a sus espaldas y echó un vistazo por encima de su hombro. Por fin el espadachín había dejado de ser una estatua y se dirigía hacia la barandilla, en la que se apoyó y observó el vaivén de las olas contra el barco. Sin embargo, antes de perderla de vista Sanji dirigió una mirada a su cara. Allí atisbó una pequeña sonrisa, casi imperceptible, al mismo tiempo que (juraría) sus labios soltaban otro suspiro. “Deja de suspirar marimo idiota, la felicidad se escapa con cada uno de ellos”, pensó el cocinero mientras encendía uno de sus cigarros. Volvió su mirada hacia su capitán, el cual ahora se entretenía jugando con Chopper, Usopp y Franky mientras Robin y Brook se reían y Nami aguantaba su ira. Antes de correr hacia sus damas y unirse al jaleo, fijó sus ojos en la risueña sonrisa de su inconsciente capitán, la cual hacía muchos, muchísimos días que no veía. Un sentimiento de alivio llenó su pecho.

“¿Qué nos has hecho… Luffy?”

Apartando de su cabeza cualquier pensamiento sobre hombres que pudiera tener, se centró en sus preciadas NAMI-SAAAAAAAAAAN y ROBIN-CHWAAAAAAAAAAAAN asegurándoles que DENTRO DE POCO TENDRÉIS UNA COMIDA APROPIADA PARA MANTENER VUESTROS PRECIOSOS CUERPOS TAN HERMOSOOOOOOOOOOOOOOS.

 

 

 

Zoro miró desde donde estaba situado al estúpido cocinero mientras daba gritos y bailoteaba alrededor de la pelirroja. “¿Se puede ser más idiota?”. Se fijó en la isla y recordó las palabras de Robin. “¿Una isla deshabitada…? Adiós al sake”.

Notas finales:

Pues este es el primer capítulo, una pequeña introducción a lo que (espero) será el Fic. Me gustaría que dejarais vuestros comentarios sobre cómo he desarrollado la relación entre Zoro y Sanji. ¿Os ha gustado? En la introducción del siguiente capítulo explicaré por qué los he pintado así :P


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