-¡Eh! ¡Rata de biblioteca!
Joonmyun siguió su camino como si nada, no era la primera vez que los, queridos, jugadores de baloncesto le llamaban así, pero no podía hacer nada. Suspiró antes de caer al suelo, pues uno de ellos se había puesto delante de él. Miró al chico, apretando los labios con fuerza antes de suspirar.
-¿Me dejáis pasar..?- Su voz apenas se escuchaba, tenía la mirada aguosa, pero ¿Cómo no tenerla?
-Sólo si me dices cuanto pagas por una mamada. ¿Ah? ¿Eso te gusta cierto?
Joonmyun abrió los ojos antes de mirar al chico e incorporarse, empujándolo antes de acabar contra una de las taquillas de un solo empujón, rodeado del resto. El mundo se le venía en cima. Pero, ¿qué podía hacer él? Callarse. Esa era su solución. Miraba al suelo mientras escuchaba todo tipo de insultos y cosas no demasiado agradables del resto de sus compañeros.
Pero claro, Joonmyun tenía la vista fijada en el suelo, así que no pudo ver la mirada de Kris. Estaba mirándole fijamente, como si de una cría de cachorro se tratara. En el fondo sabía que le estaba matando por dentro, pues él no era así. Dio un toque en el hombro al compañero que estaba hablando ahora, haciéndole un movimiento con la cabeza antes de empezar a correr, pues uno de los monitores se estaba acercando.
Joonmyun se volvió a quedar solo. Solo, acurrucado en el suelo con la cara entre las rodillas, llorando. No le dolía que le dijeran esas cosas, no tanto. Lo que mas le dolía era que Kris. Especialmente él. Le hiciera daño.
Kris golpeó una de las estanterías de la biblioteca, ahora lo recordaba, pero claro. Joonmyun no sabía toda la historia, sólo la sabía él.
-¡Kris! ¿Estás bien?- Preguntó acercándose a él corriendo. Joonmyun tenía demasiado buen corazón. Cogió la mano del mayor, mirándola.- ¿Por qué..? ¿Estas loco? ¿Sabes lo dura que es esta madera?
-Ahora si lo sé…- Dejó escapar una carcajada antes de suspirar y rascarse la nuca con la mano libre, apartando la otra.- Estoy bien tranquilo…
Joonmyun frunció el ceño antes de darse la vuelta, pues ni siquiera había empezado a ordenar la segunda fila de libros del tercer pasillo. Estaba empezando a coger manía a la biblioteca. Claro, que no contaba con los enormes brazos que ahora rodeaban su cintura y le pegaban al pecho del mas alto. Kris agachó la cabeza, lo suficiente para que el menor le oyera susurrar.
-He recordado lo que pasó… Siento lo que el imbécil ese te dijo. Pero..
-Olvídalo. ¿Hm? Yo lo hice. No le doy importancia.. Ahora quiero seguir orde..
-Cállate y escúchame.- La voz de Kris hizo temblar a Joonmyun, abrió mucho los ojos antes de asentir con la cabeza. Kris cogió aire y empezó a hablar:- Empecemos desde el principio, ¿vale? Primer día de entrenamiento. Estabas sentado en la segunda fila, ¿te acuerdas? Tenías el reglamento de baloncesto. Algo que me pareció adorable, aun que a mis compañeros no tanto. Entonces empezaron a seguirte. Sólo por esa simple razón. Averiguaron que te gustaban los hombres. Vieron como el hijo de la mujer de la biblioteca te besaba y te ponía justo entre él y la estantería que tienes a la derecha. ¿Eso si lo recuerdas no?- Joonmyun se sonrojó mientras escuchaba al mayor.- No estaba presente, por suerte del pobre hijo de la señora de la biblioteca, pero continuemos. Al poco tiempo te cogieron por primera vez en los vestuarios mientras te cambiabas de ropa. Eres un curso menor que yo, así que entre vi lo que hicieron los de mi curso. Saliste corriendo, ni te fijaste en lo que pasó después. Te lo diré yo.- Kris hizo una pausa mientras que Joonmyun escuchaba atentamente, pues no había fallado en nada.- Les golpeé hasta que pidieron piedad.- Joonmyun giró la cabeza mirándole de reojo, asombrado pues eso sería lo último que se imagino.- Aceleremos un poco la historia hasta el día del equipo de baloncesto. En ese que estaba yo presente.-Se aclaró la garganta antes de caminar hacia atrás apoyando su espalda en la estantería.- Tras decirte todas aquellas gilipolleces, salimos a correr ¿te acuerdas? Tú, te quedaste sólo y yo, vi como llorabas. Así que decidí hacer que ellos lloraran también.- Kris sonrió de medio lado antes de reír levemente.
-¿Le..Les golpeaste también?- La voz de Joonmyun salía de forma tenue, mirándole de reojo con un gran sonrojo.
-Nah.. Eso no es lo típico de un capitán… Les di lo que mas deseaban…- Kris se inclinó mas sobre su oído relamiéndose los labios.- Les follé. Sin más. Les golpeé como a ellos le gusta. Hielo, cadenas, esposas, e incluso algo de sangre.- Joonmyun estaba completamente paralizado. Mirando hacia delante si poder hablar.- Aun que después de eso, cuando sus heridas sanaron. Sí que les golpeé. Es por esos que aún algunos llevan vendas.
-Suéltame…
-No. Escúchame.
-Kris, por favor suéltame…
Kris apretó mas sus brazos, pegándole mas a él antes de suspirar.- En todo ese tiempo, te perdiste mis miradas, pero yo ninguna tuya.. ¿Piensas que no me di cuenta de lo que sientes por mi?- Joonmyun agachó la cabeza, apretando los labios sintiendo un nudo en la garganta.- Para ser listo, Joonmyun, te pierdes un gran detalle. ¿Piensas que soy una persona que lee libros porque si?- Kris alcanzó tres libros, con una de sus manos poniéndoselos a la vista del menor, este abrió los ojos. Mirando la portada de cada libro.- Mira el nombre que pone debajo del tuyo.- Así hizo, abrió la tapa, mirando la pequeña hoja donde ponían el nombre y el día de devolución. Pasó a mirar los restantes libros.- Todos. Todos y cada uno de los libros que te has leído de esta jodida biblioteca me los he leído. Todos.
-¿P..Por qué..?
-En serio. A veces pienso que eres tonto.- Kris resopló antes de dar la vuelta al menor, quedando frente a él, pegando su frente a la del contario.- Porque te quiero.- Joonmyun abrió los ojos junto a sus labios, sorpresa de que, el capitán del equipo de baloncesto, se le hubiera declarado. Aun que Kris no era tonto, aprovechó su despiste para besar sus labios de forma suave.
El beso empezó suave, tan siquiera Joonmyun sabía que hacer, y Kris no quería asustarle. Acorraló poco a poco al menor con la estantería de enfrente, agarrando su cintura con sus manos mientras saboreaba esos dulces labios de forma suave. Sus labios, sin profundizar el beso, ya encajaban a la perfección. Ambos sentían sus corazones palpitar contra su pecho, el bello de ambos estaba de punta y, de llegar a tener los ojos abiertos, sus pupilas dilatadas. Kris metió tan solo un par de dedos por debajo de la camisa del uniforme de Joonmyun, pero este le detuvo separándole de él agachando la cabeza mientras negaba. El rubio se extrañó mirándole antes de intentar volver a acercarse.
-Ni lo intentes…-La voz de Joonmyun se estaba empezando a romper de nuevo.- Por favor no lo hagas.. No me pidas que olvide el daño que me has hecho con un solo beso. No.. Kris, yo.. Kris yo sí te quiero. Tú.. Tú no me quieres, tan sólo soy un capricho. Te has metido conmigo tanto que.. Me ves ya por pena… ¿Por qué no te vas con uno de tus jugadores y follas con ellos..?- Joonmyun salió corriendo de ese pasillo, dirigiéndose a la puerta antes de abrirla y salir de la biblioteca de un portazo.
Kris volvía a estar sólo, intentando reaccionar por lo ocurrido. Gritó antes de golpear de nuevo a la estantería.
Joonmyun estaba encerrado en el baño, llorando de nuevo con las manos en el pecho, sólo.