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Videocámara por Hyuniie

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Notas del capitulo:

Como les dije aquí traigo el segundo capítulo corregido (:

Este es el doble de largo que el anterior, espero que les guste<3.

Cap 2 Algodón

-¡Ya llegué! –Un adolescente de pelo blanco se hizo presente en la enorme mansión que tenía por casa, pero no venía solo. Quien lo acompañaba era un muchacho alto, delgado y de cabello negro cuidadosamente peinado.
-Bienvenido joven Near, puedo preguntar… ¿Quién es su acompañante? –dijo Watari con tono de duda.
-Él es Gevanni, mi compañero de estudios –los presentó – ha venido a recoger unos libros que me prestó ayer, estaremos en mi habitación.
-Bienvenido joven Gevanni
-Gracias, que lugar tan grande –dijo sin despegar la vista de Near quien se sonrojó levemente.

Ambos subieron a la segunda planta donde estaba el cuarto de Near y al entrar cerraron la puerta. L estaba en la cocina y vio como subían, entonces los siguió con cautela, pero no pudo ir más allá cuando entraron a la habitación del peliblanco, por lo que se quedó a mirar por la cerradura.

-¿Ya les contaste?
-Aún no… no he podido.
-¿Por qué no? Es importante. –dijo Gevanni abrazándolo.
-Mi padre es un tanto difícil –escondió su cara en el pecho del otro –Es decir… lo entenderás cuando lo conozcas.
-¿Me prometes que se los dirás pronto?
-Si, lo prometo.
-Me gustas tanto… cabeza de algodón –dijo riendo contra el pelo de Near.
-¡No me digas así! –se quejó.
-¡Algodón! ¡Algodón! ¡Algodón!
-¡Ya cállate! –el menor comenzaba a enojarse pero Gevanni solo reía cada vez más.

Del otro lado de la puerta L se encontraba asqueado de ver a su hijo abrazado de un “tipo cualquiera”.

-Le soltaré a Beyond cuando pueda, ese “fanático del algodón”. Tsk, ese tipo cualquiera.
-L –sintió una voz macabra en su oído.
-¿Qué haces? –dijo apenas sobresaltado.
-Espiar es malo –le regañó.
-Como si tu no hubieras hecho nada malo.
-Y eso de “fanático del algodón”… no se si exista.

En un pequeño apartamento Matt colgaba el teléfono y entusiasmado intentaba despertar a su pareja.

-¡Mello! ¡MEEEELLOOOO!

Pero Mello no despertaba

-¡Mello despierta! ¡Te necesito urgente! –gritó sacudiéndolo – ¡Mello! Donde no despiertes me como tu chocolate.
-¡Tócalo y mueres maldito perro! –gritó despertando de golpe.
-Al fin despiertas.
-¿Por qué me despiertas?
-Mello…
-¿Qué? –dijo de mal humor.
-¿Recuerdas ese concurso de “las vacaciones de tus sueños”?
-Si
-¿En el que me amenazaste de muerte si participaba y no ganaba?
-Si –dijo cada vez más enojado.
-Me acaban de llamar para confirmar que ganamos, ¿No es genial? –anunció.
-GANÉ, GANÉ MI VIAJE A MILÁN Y EL DINERO. OH DIOS SOY RICO. –gritó muy fuertemente el rubio.
-Eeeh… Mello…
-¿Eh?
-Es sobre eso…
-No te daré nada, atrevido.
-No es eso…
-Entonces ¿Qué quieres? 
-No ganamos “ese” premio.
-¿De qué hablas?, ¿No iré a Milán?
-No, ganamos el segundo premio.
-¡¿Qué carajos Mail?! –dijo enojado mientras lo pateaba fuera de la cama. – ¿Cómo me mientes sobre el viaje que siempre quise?
-Mírale el lado positivo, nos ganamos unas vacaciones de un mes en un hotel en Londres.
-¿Londres? ¿El jodido Londres?
-Tiene todos los gastos pagos y podemos ir hasta seis personas…
-¿Eres conciente de que estamos en Winchester no?
-¿Eso que tiene?
-¿En “mis malditas vacaciones soñadas” ni siquiera saldré del país? –dijo enfurecido.
-No seas tan negativo Mello, al menos pasaremos un buen rato juntos. No puedes negar que nos hace falta.
-¿En Londres? – repitió furioso.
-Pues si no lo aceptas me voy con el rapero.
-Cállate, Londres es mejor que Winchester.

Luego de discutirlo un buen rato terminó por aceptar el premio, ahora solo les quedaba buscar a 4 personas más para pasar las vacaciones.

-¿Matt?
-¿Si?
-Que quede claro que no invitaremos a tu amigo el rapero y a su madre la esquizofrénica.
-¿Podemos invitar a L a Beyond y a Near, no crees?
-Nos falta alguien.
-¿Watari?
-Watari dijo que este año no saldría de vacaciones, tiene trabajo en la mansión y los gastos de la editorial.
-Pídele a Near que invite a alguien y listo.
-Tal vez… a su compañero de estudios…

 

-¿Cómo que este biólogo algodonero es tu novio?! –gritó un L histérico señalando a Gevanni.
-No se a qué te refieres con “biólogo algodonero”.
-¡Beyond! ¡Deja a esa gallina y ven a apoyarme!

B salió de la cocina con el cuchillo en una mano y una gallina muerta en otra.

-L, ya tiene 17 años déjalo en paz –dijo mientras Gevanni veía asustado como la gallina sangraba contra la camiseta de Beyond. Near y L ni se preocuparon por esto, ya estaban acostumbrados.
-¡Es un niño!, te aseguro Near que donde vea que te pone un dedo encima suelto a tu padre –amenazó con la mano.
-¡No! ¡Ni se te ocurra! La última vez que lo soltaste mi anterior novio me dejó y terminó en terapia.

De pronto la campana del teléfono rompió la discusión.

-Se salvaron por el teléfono –dijo L acercándose al motivo de la interrupción sin dejar de señalarlos con el dedo acusadoramente. –Watari, yo contesto.
-Como guste señor.
-¿Si? –preguntó el pelinegro levantando el auricular.
-¡L! 
-¡Matt! –le copió burlándose.
-Mira, te cuento. –Tomó aire para empezar con su relato –Hace unas semanas participé de un concurso, de esos que hacen en los supermercados. La cuestión es que estaban sorteando viajes para las vacaciones –dijo tomando postura de relator de anécdotas.
-¿El punto es…? –L quería hacer corto el relato, su hijo no había terminado de ser reprendido.
-Ya, déjame contarte, ni que estuvieras tan ocupado.
-Te recuerdo que soy tu jefe, no me hables con ese tonito pedante –espetó mostrándose ofendido.
-Si si, eso no importa. El punto es que habían unos tres premios y Mello me amenazó si participaba y no ganaba ya que para recibir cupones tendría que comprar una enorme cantidad de porquerías que no nos servían para nada, ya sabes, productos que participaban del sorteo. Me gasté un platal en eso pero ¡gané!.
-¿Me interrumpiste solo para decirme que ganaste? –el enojo de L se acrecentaba…
-Que me dejes terminar carajo.
-
Y eso cuenta como medio sueldo menos –comenzó apuntando la sanción en una libreta cercana al teléfono.
-¡L!
–se quejó –Gané el segundo premio, un viaje a Londres en el cual nos hospedaremos en un lujoso hotel para tener nuestras merecidas vacaciones de verano. Pero es para seis personas, así que con Mello pensamos en invitarlos a ustedes…
-Y ahí vuelve el medio sueldo perdido –dijo lanzando la libreta al carajo. –Emm… me gusta tu oferta pero no se… 
-Habrá piscina…
-¿Piscina? –el pelinegro cada vez estaba más atento a lo que Matt le decía.
-Y podrás pedir todos los pasteles y dulces que quieras...  –dijo de forma convincente.
-Pasteles ¿eh? –de repente le vinieron ganas. 
-Pero hay un problema –escupió el menor sacando a L de su sueño dorado.
-¿Cuál?
-Ustedes son tres y nosotros dos. Somos cinco y el viaje exige seis personas, sabemos que Watari no puede ir porque alguien tiene que hacerse cargo de todo así que pensamos que tal vez Near tenía algún compañero de estudios a quién llevar.
-Eso habrá que verlo –dijo mirando a Gevanni con recelo.

Matt le explicó todos los detalles y luego entre ellos arreglaron como ir. Near logró convencer a su padre de llevar a Gevanni, trabajo que le costó mucho dado que L era el hombre más terco del mundo. Y a Beyond le daba todo igual mientras no tocaran sus cosas.
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El tiempo fue pasando entre discusión y discusión sobre el asunto de Near y Gevanni hasta que por fin su padre pudo aceptarlo y seguir con su vida (a regañadientes, obvio). La primavera pasó rápido y finalmente llegó el ansiado verano y con él las vacaciones pagas.

Eran las seis de la mañana cuando el reloj despertador de Matt sonó en el apartamento.

-Apaga la mierda esa o la tiro por la terraza del edificio –gruñó el enojado rubio desde una esquina de la cama. Eso era casi un “buenos días” para el pelirrojo, ya estaba acostumbrado al malhumor de su pareja. Matt levantó la cabeza y miró a Mello con cara de no haber dormido nada. Tenía los ojos hinchados de sueño y el pelo hecho un desastre. El reloj despertador seguía sonando y el pitido irritaba cada vez más al rubio.
-¿Qué estás esperando? –dijo impaciente.
-Ya ya, si si, lo apago –Matt no funcionaba, estaba hecho un zombie así que agarró el aparato y apretó todos los botones hasta que dejó de sonar. –¿No teníamos que estar en casa de L y Beyond a las seis y cuarto?
-Son las malditas cinco de la mañana, que se aguanten.
-No Mello, son las seis y diez.
-Cállate Matt, yo puse el despertador a las cinco. Aprende a leer carajo –dijo furioso.
-Mello, son las seis y diez mira –el pelirrojo estiró la mano donde tenía el aparato y lo puso frente a la cara del rubio a lo que este sacó la almohada que le tapaba la vista y acercó el reloj para ver bien.
-¡Carajo Matt! ¡Son las seis de la mañana! ¡¿Cómo mierda me despiertas a esta hora?! ¡Tengo que bañarme! ¡Y peinarme! ¡Y secarme el pelo! ¡Y volver a peinarme! –gritó saltando de la cama y tomando la primera muda de ropa que encontró para meterse en el baño contiguo y empezar sus rituales matutinos.
-Pero Mello, tu pusiste el despertador –se excusó.
-¡Es TU culpa! –dijo poniendo énfasis.
-¿Cómo que es mi culpa? –preguntó enojado.
-¡Tu compras las porquerías tecnológicas esas! ¿Cómo quieres que las entienda? ¡Están hechas para el maldito Superman! –gritó desde la ducha.
-No metas a Superman en esto, no es su culpa que tu no sepas usar un ¡maldito reloj despertador! –dijo gritando las últimas palabras.
-¡Cállate y empieza a meter las maletas al auto! –sentenció al tiempo que lavaba su pelo. – L nos va a freír si llegamos muy tarde.


Para las seis y veinte Matt ya había metido las maletas en el auto y ahora se dedicaba a bañarse rápidamente mientras Mello se secaba el pelo con un secador eléctrico y refunfuñaba a cada rato. Entonces su teléfono celular vibró en su bolsillo haciendo que se asustara y tirara el secador.

-¡Mierda! –gritó mientras lo recogía y atendía a la llamada. -¡¿Qué?!
-L está por infartar, ¿dónde están? –preguntó B.
-No molestes Beyond me estoy secando el pelo. L que espere.
-¿Qué pasó? – interrogó curioso.
-Matt la cagó con el despertador, en diez minutos ya estamos ahí.
-¡Ey! ¡Yo no fui! –gritó el pelirrojo saliendo del baño envuelto en una toalla enorme.
-¡Cállate y ve a vestirte idiota! –le respondió su pareja.
-Solo no se demoren ¿ok?
-Si si, dile a tu princesa que deje los estrógenos, la ponen histérica. –dijo Mello burlándose de L y colgó.

-¡Matt! Nos vamos
-¡Voy! –gritó saliendo del cuarto mientras se ponía la camiseta.

Ambos se subieron al auto y emprendieron viaje hacia la enorme casa de sus jefes. Era un viaje corto así que no demorarían más de cinco minutos. Pero no, a mitad del camino tuvieron que parar el auto y dirigirse a una gasolinera porque Matt había olvidado llenar el tanque y con lo que tenían no llegarían a ningún lado.

-Bien Matt, eres un genio. –dijo sarcásticamente su pareja.
-Lo siento, ni me percaté de eso. Desde que lo arreglamos que no le cargo combustible.
-Me di cuenta, iré al mini mercado a comprar el desayuno, ¿qué quieres?.
-Cualquier porquería que se coma está bien.

Mello se bajó del auto y se encaminó hacia el mini mercado que tenía la gasolinera mientras su novio se quedaba cargando el tanque. Entró y como sabía que no tenía mucho tiempo se llenó las manos con chocolates, galletas y una botella de jugo de manzana. Pagó y volvió al auto no sin antes quejarse con la cajera de que le estaban “robando la plata” con sus precios.

-Toma –le dijo a su novio tirándole las galletas – vamos a lo de L antes de que colapse.

En casa de sus jefes ya todo estaba listo. Habían cargado todo, solo les faltaba que llegaran Mello y Matt para emprender camino a Londres. A las siete menos cuarto estaba llegando la otra pareja en su auto, no era lujoso pero era rápido.

-¡Al fin! –gritó L desde su auto que ya estaba preparado para arrancar. –Media hora de retraso –les reprendió agitando el puño por la ventana.
-Ya vámonos ¿si? –preguntó Matt.

Beyond se subió al auto y tomó el puesto de conductor mientras Near y Gevanni (que repito, iba en contra de la opinión de L) se sentaban en los asientos de atrás y miraban por la ventana mientras se tomaban de la mano en un gesto de amor.

-Ay el amor jóven –suspiró Matt mientras los veía desde su auto. Él haría de conductor esta vez, ya que Mello no había renovado su licencia de conducir por discutir con el inspector.
-No tiene nada de especial –su pareja parecía disfrutar de arruinarle la ilusión.
-¿Recuerdas cuando éramos así? –preguntó añorando viejos tiempos.
-Nunca fuimos así, odio tantos sentimentalismos.
-Claro que si, no parábamos de tomarnos la mano. Y cada vez que veíamos a alguien en la calle nos las soltábamos. Teníamos miedo al rechazo, ¿recuerdas?.
-Puede ser. –dijo abriendo el envoltorio de su desayuno.
-Bueno, parece que se van sin nosotros. –continuó saliendo de su trance mientras veía como el auto de sus jefes se alejaba y encendió el motor para seguirles el paso. Después de todo ellos no sabían cuál era el hotel así que Matt debía guiarles.

Notas finales:

El próximo capi será corto porque es tan solo un extra c:

Dejen review <333.


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