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Primeras Experiencias por Inspirit

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Notas del capitulo:

Y aquí la Segunda parte de este twoshot c: disfruten<3

     De pronto comencé a sentir que una de sus manos se posicionaba rodeando mi cintura mientras que la otra se colaba bajo mi suéter y mi camiseta, para comenzar a subir hasta llegar a uno de mis pezones, tocándolo y masajeándolo suavemente hasta que se irguió, sacándome suaves gemidos que se ahogaban en su boca, para luego darle un pequeño apretón ante lo cual jadeé rompiendo el beso. Lo ví sonreír, seguramente orgulloso de su acción, para volver en seguida a adueñarse de mis labios, mordiéndolos para luego pasar la lengua por la zona, comenzando el mismo tratamiento con el otro.

     Al encontrarme entre sus piernas él podía tocarme a su antojo, aprovechándose de que yo no haría nada tampoco para detenerlo. Quería que me hiciese suyo, que me marcase.

     Pero yo también quería aprovechar, por lo que me giré, empujándolo suavemente sobre la cama para quedar sobre él, puse mis piernas a cada lado de las suyas, apoyando un poco de mi peso en mis rodillas y el resto en su cuerpo.

     Quería que me sintiese cerca.

     Abandoné sus labios para dirigirme a su cuello. Allí le besé y mordisqueé saboreando esa perfecta piel que contrastaba con la mía, que era mas bien pálida. Sentía cómo dejaba los suspiros salir de su boca, cosa que me encantaba oír. Era música para mis oídos. Quería hacerle disfrutar, quería que se diera cuenta que él provocaba eso y más con sólo besarme.

     Pero por supuesto sus manos no se quedaron tranquilas. Inmediatamente después de acostarme sobre él, pude sentir cómo éstas volvían a introducirse bajo mi ropa, acariciando mi plano abdomen y parte de mi espalda. Su tacto me erizaba la piel, sentía pequeñas corrientes eléctricas por los sitios  en donde tocaba y eso que aún no llegábamos a la mejor parte.

     Sus manos se  dirigieron al borde de mi suéter para comenzar a subirlo. Levanté los brazos para que le fuera más fácil quitármelo, al igual que mi camiseta, la cual abandonó mi cuerpo segundos después, dejándome con el torso desnudo.

     Sus manos de nuevo tocando mi cuerpo.

     Yo tampoco me quedaría atrás. Me moría por probar la piel de su pecho y abdomen por lo que deslicé mis manos lentamente bajo su camiseta, tocando su bien formado cuerpo y quitándole la molesta prenda, dejándole el torso completamente desnudo. Woohyun me miraba a los ojos mientras yo hacía esto, como permitiéndome hacerle lo que quisiese. Bajé mis labios a su pecho, acercándome a uno de sus botones, para besarlo suavemente y luego delinearlo con mi lengua, para finalmente darle pequeños mordiscos, mientras masajeaba con mi mano el otro. Suspiros y jadeos escapaban de sus labios ante mis caricias, las cuales se repitieron cuando comencé el tratamiento con el otro.

     Cuando dejé sus pezones bién erguidos me detuve. Sus labios estaban entreabiertos debido a su respiración agitada. Podía sentir mis mejillas levemente sonrojadas. Siempre era él quién comenzaba todo porque, aunque me avergonzaba admitirlo, sabía que Woohyun sería el dominante en el momento en que pasáramos a la segunda etapa, sin embargo ésta vez sólo estaba dejándose hacer, disfrutando de ello. Esperaba que eso no me trajera consecuencias en un rato más.

     De pronto movió sus caderas, teniendo sus manos apoyadas en mi cintura para que no me alejase, provocando que nuestros ya despiertos miembros se rozasen bajo nuestros pantalones, haciéndome cerrar los ojos y sacándome un sonoro gemido de sorpresa y placer que seguramente se escuchó en todo el departamento.

     Creo que sí me traería consecuencias.

- Creo que ya te has divertido suficiente – dijo con una sonrisa pícara en sus labios y una voz que me dio escalofríos, para girarme y quedar sobre mi cuerpo, entre mis piernas, totalmente a su disposición – ahora es mi turno…

     La sensación de sus labios por mi cuello y torso me enloquecía, además de que sus manos inquietas tocaban cada parte de mi piel descubierta y sus caderas comenzaban un lento vaivén sobre las mías, provocando una deliciosa fricción entre nuestros miembros que me hacía soltar pequeños gemidos que intentaba retener mordiendo mi labio inferior. Mis ojos fuertemente cerrados.

     De pronto sentí su lengua en mis labios, aflojando el agarre, dejándome un beso cuando se retiró.

- No hagas eso – me dijo en un susurro cerca de mi rostro. Sus ojos nublados por el deseo, suponiendo que los míos estarían iguales – quiero oírte gemir… quiero saber cuánto te gustan mis caricias…

     Me sonrojé al oírlo y asentí levemente.

     Acerqué mis manos al borde de su pantalón y comencé a desabrocharlo lentamente mientras él volvía a besarme. No había prisas, después de todo teníamos dos días sólo para nosotros. Una vez desabrochado procedí a bajarlo para sacárselo, a lo que él me ayudó y de igual manera se deshizo del mío, quedando ambos sólo en bóxer. Mis manos temblaban, estaba muy nervioso, pero me tranquilizaba el hecho que el menor era muy delicado y me acariciaba de una forma que hacía  que me olvidase de todos mis miedos y sólo me hacían pensar y confiar en él.

     Comenzó a estirar el elástico de la parte superior de mi ropa interior para quitarla. Me tensé y al parecer Woohyun lo notó porque suspiró e inmediatamente apartó su mano de ese lugar para acariciar mi abdomen y besar mis mejillas, mi frente y mi nariz pausadamente. Cuando se acercó a mis labios se detuvo a centímetros, lo suficiente para mirarme directo a los ojos.

- Está bién si no quieres hacer esto, – me dijo tranquilo, comprensivo, aunque yo sabía que se moría por continuar – no quiero que te sientas obligado. Si no estás listo para dar este paso no te preocupes, esperaré el tiempo que sea necesario. No quiero hacerte daño…

- ¡N-no es eso! – me apresuré en contestar, no quería que pensara que no lo deseaba – Woohyun, te amo y créeme que estoy ansioso por esto, he esperado por este momento, es sólo que… estoy nervioso… tu sabes que nunca he estado con nadie… - terminé de decir muy bajito desviando la mirada, mis mejillas completamente sonrojadas.

     Me sonrió dulcemente. 

- Hyung, mírame… - dijo llevando una de sus manos a mi barbilla para levantar mi vista a sus ojos – soy yo, la persona que más te ama en este mundo, quién daría todo por ti, y créeme que yo también estoy nervioso, también es mi primera vez, pero al pensar que eres tú con quién voy a dar este paso tan importante me pone feliz, y hace que olvide todos mis temores… sólo quiero que confíes en mí y te dejes llevar, quiero que disfrutes esto…

     Asentí levemente con la cabeza.

     Su sonrisa aún no se iba de su rostro. Pensar que sólo con eso me daba la seguridad para entregarme completamente a él, a sus caricias.

     Tomé una de sus manos para guiarla nuevamente al borde de mis boxers, indicándole que estaba decidido y listo para continuar. Acercó sus labios a los míos, recibiéndolo gustoso cuando éstos se rosaron, comenzando con un suave  juego entre nuestras lenguas mientras él me sacaba la última prenda que me quedaba puesta. Copié su acción para que ambos quedásemos en igualdad de condiciones.

     Por primera vez nos veíamos desnudos, uno frente al otro.

     La ansiedad aumentaba a medida que  su boca bajaba a mi cuello, comenzando a succionar la zona, dejándome pequeñas marcas que seguramente serían visibles al día siguiente, mientras retomaba el vaivén con sus caderas, simulando suaves envestidas, para rozar directamente nuestros ya despiertos miembros. Era una sensación completamente nueva y placentera para mí. Me fue inevitable soltar algunos gemidos que ya no intentaría retener.

     De pronto sentí una de sus manos recorriendo la parte interior de mi muslo, acercándose peligrosamente a mi erección arqueando un poco mi espalda y soltando un jadeo cuando uno de sus dedos tocó la punta, para luego envolverlo con su mano y acariciarlo muy lentamente, de arriba hacia abajo.

     Ese fue el fin de mi autocontrol.

     Suaves gemidos abandonaban mi boca, cerrando los ojos para disfrutar más del momento, concentrarme sólo en esa caricia que el menor me proporcionaba. De pronto me dí cuenta que ya no sentía sus labios en mi cuello, ni en ninguna otra parte por lo que entreabrí los ojos y lo ví ahí, frente a mí, observándome, viendo mi torso, mi pecho, y finalmente mi rostro, sin detener la placentera caricia.

     Sentí el calor subir a mi cara.

- E-eres un p-pervertido – dije tratando de retener los gemidos y jadeos que luchaban por salir de mi boca. Sonrió con sus ojos entrecerrados.

- Me gusta verte así, saber que disfrutas lo que hago… – respondió acercándose para besarme.

     Yo intentaba regular mi agitada respiración.

     De pronto su mano dejó de acariciar mi miembro para tomar una de las mías y levantarla sobre mi cabeza, entrelazando nuestros dedos y apoyándose de esa forma sobre la cama, mientras daba pequeños besos en mis labios, jalando de ellos de vez en cuando a la vez que su otra mano se dirigía a mi boca.

     Sabía lo que vendría, pero aún así quise preguntarle.

- ¿Q-qué haces? – mi tono algo inseguro

- Tengo que prepararte, – su voz era profunda pero me daba confianza – dijiste que confiarías en mí, ¿verdad? – reprochó mirándome a los ojos.

     Asentí.

- Entonces relájate y confía, será un poco incómodo al principio, pero es para que no te duela después – finalizó besándome de forma lenta, nuestras lenguas rozándose suavemente.

     Cuando se separó tres de sus dedos rosaron suavemente mis labios, por lo que comencé a acariciarlos con mi lengua, humedeciéndolos, succionándolos, hasta dejarlos completamente mojados. Los apartó y me besó nuevamente mientras sentía cómo abría un poco más mis piernas y uno de ellos se colaba hasta mi entrada, sólo rozándola, humedeciéndola por fuera.

- ¿Estás listo? – preguntó

     ¿Y lo preguntaba?

- Estás tardando mucho, sólo haz-aah!... mhn… – no me dejó terminar porque sin previo aviso uno de sus dedos comenzó a introducirse lentamente – e-eso e-es tr-tramp-pa –dije frunciendo levemente el ceño mientras él movía suavemente su extremidad hacia dentro y hacia afuera, causando que arqueara un poco la espalda y una seguidilla de gemidos saliera de mi boca.

     Sonrió satisfecho.

     No era doloroso, más bien era algo incómodo, no podía evitar contraer un poco mi entrada debido a su intromisión. El menor trataba de distraerme besando mi cuello y mi pecho, mientras continuaba con su labor.

     Cuando me acostumbré, ingresó el segundo dedo. Este fue un poco más molesto que el anterior, pero lentamente me fui relajando. Los movía muy suavemente, en círculos para luego abrir y cerrar como si de tijeras se tratasen, dejándome bién dilatado para ingresar el próximo. En cuanto lo hizo no pude evitar apretar fuertemente la mano que aún mantenía entrelazada con la mía sobre mi cabeza. Ese, aunque no me causo dolor, me hizo sentir una gran molestia, casi dolorosa pero sin llegar a serlo. Inmediatamente comenzó con un lento vaivén, al que me acostumbré rápidamente haciéndome soltar suspiros y jadeos que se convirtieron en gemidos a medida que aumentaba la velocidad. Después de un rato mi entrada ya estaba bastante dilatada.

     Si esto me hacían sentir sus dedos, no me imagino cómo será cuando él esté dentro de mí.

- A-ah.. mhnm….- no podía evitar que los sonidos salieran de mi boca, además Woohyun había dicho que quería oírme…

- ¿Duele, hyung? ¿Quieres que me detenga?–  inquirió de pronto

     Negué con la cabeza, avergonzado, me era imposible hablar.

- Entonces… ¿Sigo? – volvió a preguntar con una sonrisa lasciva

     Sé que lo hacía sólo para molestarme.

     Hice que soltara mi mano que mantenía unida a la suya sobre mi cabeza para tomar su rostro con ambas y plantarle un beso que no le dejaría dudas de mi respuesta. De pronto retiró sus dedos de mi interior, a lo que respondí con un pequeño gruñido dentro del beso. En ese momento se dejó caer suavemente sobre mi cuerpo, sintiendo su peso sobre mí. Una vez acomodado, su miembro comenzó a rozar mi entrada, que ya se encontraba preparada para recibirlo.

     Me tensé.

     Termine aquel beso para regular un poco mi respiración y morder levemente mi labio inferior, cerrando fuertemente los ojos.

- No tengas miedo… - dijo para tranquilizarme con esa voz tan cálida que hacía  que me olvidase de todos mis temores y lo que no tuviera que ver con él – seré delicado… disfrutarás esto…

     De pronto sentí la necesidad de verlo. Abrí los ojos y tomó mi barbilla con una de sus manos, elevando mi rostro para mirarme a los ojos susurrándome un último “te amo” antes de besarme y consumar nuestro amor por primera vez.

     Nuevamente sentí su miembro en mi entrada, separó un poco más mis piernas y comenzó a introducirse lentamente. Ambos cerramos los ojos, entregándonos a esta nueva sensación que se apoderaba de nuestros cuerpos. No sentía dolor... sino una gran molestia, algo parecido a como se sentía con sus dedos pero más intenso. Creo que me había preparado bién porque me habían dicho que, la primera vez sobre todo, dolía bastante y yo sólo sentía una incomodidad algo placentera.

     Me aferré fuertemente a su espalda, notando como el menor apoyaba su cabeza en mi hombro escondiéndose en mi cuello jadeando un poco al igual que yo, quedándose quieto una vez que ingresó completamente. Sus brazos alrededor de mi cuerpo.

     Su calor me envolvía, su aroma me embriagaba.

     Después de un momento moví levemente mis caderas, provocando que un pequeño gemido abandonara mi boca, junto con un jadeo de Woohyun. Ese pequeño movimiento había provocado estragos en mí. Esta fue la señal para comenzar.

      El menor, muy despacio, se retiró un poco para volver a introducirse lentamente, comenzando un lento vaivén que me enloquecía. Mi entrada contrayéndose cada vez que se alejaba, como queriendo retenerlo por más tiempo, mi espalda arqueándose y mi cabeza echándose hacia atrás con mis ojos entrecerrados a medida que aceleraba un poco más el ritmo. Para qué decir la seguidilla de gemidos y jadeos que empezaban a salir sin control de mis labios.

- M-mnh… Wo-Woohyun… – apenas podía hablar – m-más…

     Inmediatamente el menor acató mi petición y aumentó la velocidad de las embestidas al mismo tiempo que tomaba mi miembro con una mano y comenzaba a acariciarlo al mismo ritmo. El placer recorría cada rincón de mi cuerpo.

- Ah… hyung… es-estás tan… m-gh… estrecho… - susurró con dificultad

     Creo que no era el único que estaba disfrutando de esto.

     Era increíble la sensación que me provocaba su cuerpo junto al mío, sus labios que ahora se encontraban sobre mi cuello. De pronto me tomó ambas manos y las entrelazó, apoyándolas sobre la cama e impidiéndome cualquier tipo de movimiento con ellas. Por mi parte rodeé su cintura con mis piernas, permitiéndole así que llegara aún más profundo en cada estocada, hasta que en un punto tocó una zona que me hizo gritar de placer… literalmente.

- ¡Aahh! – apreté sus manos y arqueé la espalda en busca de más placer del que ya me estaba dando – mhnh… a-ahí W-Woohyun…

     Continuó dando en esa zona que me hacía volverme loco. Pero yo también quería hacer algo.

     En un rápido movimiento solté sus manos, empujándolo un poco para recostarlo en la cama y quedar yo sobre su cuerpo, con una pierna a cada lado, mirándome algo sorprendido. Apoyé mis manos en su pecho mientras él las ponía en mis muslos, tocándolos, para comenzar a elevarme un poco y luego dejarme caer sobre su extensión, provocándonos oleadas de placer a ambos. Repetía esta acción mientras sus manos se posaban en mis caderas para hundirse más profundo.

     Me moría por gritar su nombre pero algo de dignidad tenía que guardar.

     Después de un rato volvió a recostarme sobre la cama, y besándome comenzó de nuevo con las embestidas, que ya no eran suaves sino que ahora se habían vuelto salvajes, dando cada vez en ese punto que bombeaba sin cesar oleadas de placer por mi cuerpo.  

     Creo que habían muchas pasiones contenidas, y no lo digo sólo por mí.

     Sonreí mentalmente ante este pensamiento. Al parecer él estaba tan necesitado como yo.

     De pronto se acercó a mis labios, devorándolos con pasión pero a la vez ternura sin dejar de envestirme. Al separarse no se alejó, jadeando y gimiendo sobre mis labios, respirando con dificultad, nuestros cuerpos perlados por la fina capa de sudor que nos envolvía, moviéndose a un mismo compás. La cama sonando al chocar el cabezal contra la muralla…

     Sentía que no resistiría mucho más, el cosquilleo en mi bajo vientre iba en aumento y sentí la necesidad de acariciar mi miembro, acercando una mano que fué detenida por la de él.

- Yo lo hago… - dijo acercando la suya, acariciándome a la misma velocidad de las embestidas haciéndome sonrojar.

     ¡Dios! Mi corazón iba a estallar.

     ¿Cómo era posible sentir todo eso? La calidez de su cuerpo, la suavidad de sus caricias, la ternura de sus besos… sin contar el placer que me estaba haciendo sentir en ese momento, aunque el mayor placer era saber que me amaba tanto como yo a él.

     Después de que habíamos empezado a salir me volví adicto a él, a sus besos, sus caricias, sus niñerías que aunque fueran infantiles e incluso ridículas, me encantaban, llegando al punto de que  cuando no le tenía conmigo contaba los minutos para volver a verlo.

      Que cursi me estaba volviendo, pero no podía evitarlo.

- S-Sung-gyu… aah…mghn – susurró entre jadeos

     ¡¿Por qué rayos ahora su voz sonaba tan sexy?! Aunque… su nombre pedía a gritos salir de mi boca también… pero… ¡eeish! ¡al diablo la dignidad! A veces yo parecía el menor de los dos.

- Wooh-hyun… aa-ah… - cerré mis ojos y eché la cabeza hacia atrás

     Quería aguantar un poco más, quería que siguiera haciéndome suyo toda la noche, pero ya no podía. Un par de intromisiones mas bastaron para hacernos gemir más fuerte que antes, arqueando mi espalda y derramando mi esencia entre nuestros vientres, enterrando mis uñas en su espalda, mientras que al contraer mi entrada, Woohyun terminó dentro de mí.

     El éxtasis que sentí en ese momento me envolvió. Los espasmos recorrían mi cuerpo.

     ¿Saben lo que es sentirse amado? ¿Saben lo que es tener el corazón hinchado de felicidad?

     Se dejó caer sobre mí, escondiendo su cabeza en mi cuello aún sin salir de mi interior, mientras yo lo rodeaba con mis brazos. Ambos intentando regular nuestras agitadas respiraciones. Luego de un momento se retiró suavemente, haciéndome contener la respiración, para apoyar su cabeza en mi pecho, correspondiendo mi abrazo.

- ¿Estás bién? – preguntó levantándose lo suficiente como para mirarme a los ojos

     Sin querer yo temblaba levemente, aún algo nervioso por lo que acababa de ocurrir. Su cuerpo aún apegado al mío en ese reconfortante abrazo, tan cálido…

- Mejor que nunca – respondí sonriendo.

     Él sonrió también para besarme lentamente y volver a acomodarse en mi pecho.

     Podía sentir el suave aroma de su cabello y su corazón palpitando junto al mío.

- Hyung tengo sueño – murmuró de repente frunciendo un poco los labios. Sonreí por lo adorable que podía ser en algunos momentos.

- Ven aquí – dije acomodándome de lado pasando un brazo por su cuello y el otro por su cintura, apegándole a mi cuerpo. Él tomando un poco las mantas para terminar de cubrirnos y rodeándome también con sus brazos - ¿Qué tal si ahora dormimos un poco?

- Pero yo quiero estar así más tiempo…

- Ya estaremos así de nuevo mañana, después de todo tenemos todo el fin de semana

- Todo el fin de semana… – repitió con voz algo pícara y divertida pero a la vez adormilada

     Reí un poco.

     Sabía que habían segundas intenciones detrás de esa frase y eso me gustaba, después de todo era sólo un fin de semana ¿verdad? Luego quizás cuándo tendríamos un momento de intimidad de nuevo, así que quería disfrutar a concho lo que venía por delante.

     Con él.

Notas finales:

y? qué tal estuvo? a mi me encantó cómo quedó *-* ojalá les haya gustado también c:
Bye~


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