Lo miró y acarició su cara con cariño, en verdad lo amaba y mucho, pero eso que le estaba pidiendo hacer era algo que no quería y había tratado de evitarlo por años, pero ¿ahora cuál sería su excusa?
Él tenía todo el derecho de hacerlo, aunque no quisiera que sucediera. Mirando con infinito dolor su rostro, asintió lentamente y le acepto aquella petición. Lo haría, lo llevaría hacía donde se encontraba aquel hombre. Solo esperaba que todo resultara bien, aunque no tenía esperanzas para eso.
Ingresó al auto y espero a que el menor se subiera en la parte del copiloto, cuando este lo hizo le volvió a preguntar si estaba seguro de su decisión, pero al solo recibir una afirmación llena de seguridad, se dispuso a conducir hacía su destino.
No entendía porque la necesidad de hacer esto ahora. ¿Qué le podía haber incitado querer conocerlo después de tanto tiempo?, él le había contado del otro, nunca le negó información acerca de ese hombre y hasta le había mostrado foto de cuando estuvieron juntos; pero aquella curiosidad de conocerlo había parecido no existir hasta ahora.
Mirando al menor que miraba la ventana como si estuviera grabando el camino, dejó escapar su pregunta y le pidió el por qué de estas ganas de querer conocer a aquel hombre. “porque es mi padre” respondió simple y directo, sabiendo que el mayor no descubriría la mentira de sus palabras.
Era cierto que en parte lo hacía por eso, pero no era tanta su curiosidad de conocer a aquel padre del cual no tenía ningún recuerdo o sentimiento a él, era el suceso de hace unas noches lo que le despertó un fuerte deseo de conocer a aquel tipo que podía hacer llorar de una manera que él nunca había visto a su papá solo con encontrar una carta de cuando ambos habían estado juntos.
Cuando su padre se estacionó frente a un gran y lujoso departamento, se bajo y miró hacía los últimos pisos; ya estaba enterado que su padre tenía mucho dinero, así que no se le hacía sorpresa tanta ostentosidad apenas ingresó al lugar. Tomaron el ascensor hasta el penúltimo piso y tocaron el timbre, para a los segundos ver como un atractivo hombre de cabellos negros abría la puerta y se detenía a mirar asombrado al despampanante rubio que estaba frente a él.
“¿Él es?” preguntó el menor a su padre que no ocultaba una mirada de fastidio y dolor al ver al hombre que lo abandonó frente a él. Este solo optó por asentir mientras tomaba la mano de su hijo y no fingía su mirada cuando le habló directamente al otro hombre que era, por lo menos, casi una cabeza más alto.
“Tu hijo quería conocerte” fueron sus únicas palabras.
El moreno miraba al niño que se encontraba frente a él… ¿De qué le estaba hablando?, ¿ese niño era su hijo? Miro al otro adulto que aún lo miraba fijamente y preguntó con un casi tartamudeo si hablaba en serio. El rubio lo miró con la misma frialdad que había mostrado desde que llegó y dejo saber que no hubiera ido a visitarlo si se tratase de una broma.
“¿Cuántos años tiene?” preguntó aún con un temblor en la voz. “Nueve años y medio” respondió el menor que se había mantenido al margen desde el comienzo. “¿Así que tú eres mi papá?, ¿tú eres SeungHyun?”
“Si, él es. Seung Ri es tu papá, Hyunnie.”